Sapphire Wolf- Capítulo 11



—¿Aquí, aquí? ¿Cómo dentro, en esta casa, aquí?
—Sí Teuk, él está aquí, aquí —respondió Sora—. Él está pidiendo hablar contigo en privado.
Sin ni siquiera pensar en ello Teuk alcanzó la mente de Kangin.
"Él está aquí."
"Lo sé amor; vi su auto aproximarse. ¿Estás bien?."
"Estoy  bien.  Me  estoy  arreglando  para  ir  a  hablar  con  él.  Quédate conmigo."
"Siempre."
Teuk les pidió a Donghae y a Hee que esperaran en su cuarto; no quería que atrajeran la atención de Shangchul.
Cuándo entró en la sala de estar lo vio sentado en el sofá, con los brazos  extendidos  por  todo  lo  ancho  del  respaldo,  viéndose  muy relajado. Pequeña bola de  pelos  presumida,  pensó para sí mismo y estuvo placenteramente sorprendido al escuchar la risita de Kangin en su mente.
—¿Estás cómodo? —le preguntó a Shangchul mientras entraba a la sala de estar. Cuándo se volteó a verle, Teuk fue tomado por sorpresa por sus ojos, eran de dos colores diferentes. Su ojo derecho era de un azul cristal y el izquierdo era tan verde cómo la hiedra. Tenía una barba incipiente a través de la fuerte línea de su mandíbula y cuándo le sonrió un hoyuelo apareció en cada mejilla.
—Sí en realidad lo estoy, gracias por preguntar —respondió él.
Tenía una profunda voz, pero no tan profunda como la de Kangin. Tenía  que  admitir  que  era  un  chico  atractivo.  Oyó  a  Kangin  gruñir,
Cálmate hombre lobo. Solamente tengo ojos para ti, le dijo Kangin.
—Teuk —El sonido de su nombre trajo de regreso su atención a la sala se estar y se dio cuenta de que Shangchul estaba parado frente a él y tuvo que mirar hacia arriba a su rostro. Él tenía al menos 1,82 m., tal vez un poco más alto—. Mi nombre es Lee Shangchul. Estoy seguro de que Kangin te ha dicho que soy el Alfa de la manada de Coldspring.
—Sí, me lo dijo. También me dijo que está bajo algún tipo de engaño de que voy a ser su compañero —replicó Teuk.
"Recuerdo claramente aconsejarte que no lo provocaras Luna, ¿recuerdas eso?". Teuk escuchó la voz de Kangin en su mente.
"No lo sé. Algunas cosas se ven un poco confusas en este  momento", respondió vagamente.
Kangin gruñó de nuevo.
Tengo la sensación de que va a estar haciendo eso muy a menudo estando vinculado a mí, pensó para sí mismo.
—Yo te había reclamado incluso antes de que él supiera que existías. Deberías ser mío —le dijo Shangchul calmadamente.
Teuk estaba mirándolo fijamente intentando conseguir una pista de cuántos años tenía. Podía decir que era definitivamente más viejo que él pero no podía saber cuánto.
—¿Cuántos años tienes? —finalmente le preguntó.
Él se vio un poco sorprendido por su pregunta. Eso es bueno, mantenlo en ascuas.
—Tengo 22 años —respondió él.
—¿Te das cuenta de que todavía no tengo 18 años, así que eso me hace un menor de edad? —apuntó Teuk.
—Las leyes humanas no tienen importancia para los Sujus. Además, no estoy diciendo que tenemos que consumar nuestra relación, sólo que te vincularás conmigo —le dijo Shangchul.
—No te limitaste a decir sólo eso. Quiero decir, carajo por todos los jodidos demonios, ¿de eso es todo lo que hablan ustedes los lobos? — preguntó Teuk obviamente molesto.
Shangchul parecía un poco confundido y luego cayó en cuenta.
—¿Son todas las parejas humanas así de tontas? —le preguntó él.
—No soy tonto —le dijo indignado. Entonces los ojos de él vagaron hacia abajo por el frente de su camiseta y Teuk se dio cuenta de que había notado el vampiro que estaba pintado allí. Le sonrió y luego se dio la vuelta para mostrarle la espalda, sin pensarlo de antemano.
Al principio sólo escuchó su risa, pero después escuchó un profundo y feroz  gruñido.  Teuk  se  volteó  lentamente. Los  ojos  de  Shangchul  estaba  brillando  y  sus  dientes  habían  crecido bastante largos. Su respiración era rápida y se podía decir que él estaba luchando para mantener su lobo bajo control.
—Él no estaba mintiendo cuándo dijo que podía probar que eras su compañero —dijo Shangchul, sus palabras un poco difíciles de entender por lo largo de sus dientes. Los ojos de Teuk se ensancharon cuándo se dio cuenta de que él había visto sus marcas. Sólo entonces escuchó un gruñido feroz y se dio cuenta de que Kangin había captado ese último pensamiento.
Lo siento Kangin; sólo le estaba mostrando la parte de atrás de mi camiseta. No creí que fuera capaz de ver mis marcas, le dijo Teuk rápidamente.
Leeteuk préstale atención a Shangchul, míralo, y déjame ver su rostro, lo instruyó Kangin.
Teuk se imaginó a Shangchul en su mente tal cual él se veía.
Leeteuk debes ser cuidadoso, él no está en control de su lobo, le dijo Kangin.
—Sep, es obvio —dijo Teuk accidentalmente en voz alta.
Shangchul gruñó y entrecerró los ojos.
—¿Son capaces de hablar a través de los pensamientos entre ustedes? ¿Estás hablando con él ahora? —le preguntó Shangchul.
—Umm, tal vez y no es de tu incumbencia —respondió.
Shangchul se abalanzó sobre él agarrándolo por los brazos. Teuk levantó una pared en su mente para que Kangin no pudiera ver lo que Shangchul estaba haciendo, porque sabía que él podía venir a su casa y crear toda clase de infiernos y con bastante probabilidad tratar de matar a Shangchul.
—No juegues conmigo. Soy Alfa y me responderás con la verdad, compañero —gruñó en su rostro.
Teuk se sacudió sus brazos y se apartó de él.
—Escucha cuidadosamente, Lee Shangchul, porque sólo lo diré una vez. NO soy tu compañero, nunca lo seré, y si alguna vez pones tus manos sobre mí de nuevo te las cortaré de tajo junto con algunas parte de tu cuerpo que podrías querer usar un día. ¿Entendido? —le dijo Teuk poniendo tanta fuerza cómo pudo detrás de sus palabras.
—También es una pena porque eres algo lindo. Pero le sucede a los mejores —dijo Hee mientras se paseaba hacia la sala con Donghae justo detrás de él.
—Y a los peores de ellos —Donghae terminó.
Ambos  chicos  se  pararon  a  cada  lado  de  Teuk  con  los  brazos cruzados en una obvia pared de solidaridad contra Shangchul.
Sora entró en la sala de estar y captó la escena; miró a Teuk y vio las marcas rojas que ahora aparecían en sus brazos dónde Shangchul lo había agarrado y su boca se apretó con ira.
—Ahora es momento de que se vaya Sr. Lee —le dijo Sora con forzada cortesía. Shangchul volteó su mirada a Sora, quién retrocedió un paso involuntariamente.
Él tomó una profunda respiración obviamente tratando de recobrar la compostura y luego miró a Teuk,
—He desafiado a Kangin por una ceremonia de vinculación. Si gano serás mío. Nada ni nadie te alejara de mí —Y con eso se volteó para salir por la puerta del frente.
Los cuatro lo siguieron fuera hacia la puerta del frente para verlo irse y cuándo salieron vieron a Kangin saltar de su ventana en el segundo piso y tomar dos marcados saltos y aterrizar justo en frente de Shangchul.
—¡Oh mierda! —vociferó Hee.
—Yo secundo eso —dijo Donghae.
—Yo lo tercero —dijo Teuk con los ojos tan ensanchados que amenazaban con salirse de su cabeza.


Kangin vio  a  Shangchul  arremeter  contra  Teuk  antes  de  que  él pudiera levantar la pared entre sus mentes y la rabia que sintió llamó  a  su  lobo.  Casi  había  cambiado  de  fase  por  completo cuándo escuchó a Sara en el piso de abajo. Eso fue suficiente para hacerlo retroceder de modo que pudo evitar convertirse en un enorme lobo negro gruñendo en su dormitorio. Sin embargo no fue suficiente para evitar que gruñera cómo un perro con rabia.
La ira que estaba sintiendo era tangible, estaba haciendo que le resultara difícil respirar. Shangchul había tocado a su compañero; había puesto sus manos en él de forma amenazante y al hacerlo había violado las reglas del desafío. Eso significaba que a él le sería permitido ver a Leeteuk durante los dos días que tenían que esperar hasta que su padre llegara. Puesto que él era el verdadero compañero de Leeteuk, las reglas del desafío decían que podía protegerlo si el retador le causaba algún daño físico a la pareja.
Incluso antes de que ese pensamiento terminara de formarse en su mente y sin siquiera pensar en quién pudiera verlo, saltó fuera de su ventana hacia el patio delantero y dio dos pasos gigantes y luego se abalanzó y quién hubiera sabido que justamente aterrizó frente a Lee Shangchul. A veces la vida simplemente te lanzaba un hueso cuándo lo necesitabas.
Shangchul inmediatamente se agachó gruñendo.
—si me tocas pierdes el desafío.
«Lastimaste lo que es mío»—gruñó Kangin.
—Oh mierda, él está hablando en Coreano lo que significa que está molesto ¿cierto? Siempre hablan en su lengua materna en las películas cuándo se están preparando para patearle a alguien el cu... —Hee trató de terminar pero Leeteuk lanzó su mano sobre la boca de Hee y sacudió la cabeza de lado a lado.
—Déjame traducir por él —dijo Donghae, —¡cierra la #@%& boca Hee!
—Perdón pues —susurró Hee en cuanto Leeteuk hubo destapado su boca.
Kangin no podía recordar un momento en que hubiese estado tan furioso; podía sentir a su lobo empujando para salir, para defender a su compañero.
«Violaste las reglas del desafío»—gruñó Kangin. Sabía que necesitaba tranquilizarse pero cuándo dio un vistazo sobre su hombro y vio las marcas rojas en el brazo de Leeteuk su lobo ganó. Cambió de fase en un parpadeo y de no haber saltado Yunho frente a él le habría arrancado la garganta a Lee Shangchul.
Sintió un duro objeto jalarlo hacia atrás y dejó escapar un gruñido al golpear el suelo. En un instante estaba de nuevo sobre sus cuatro patas, cabeza gacha, ojos entrecerrados y dientes al descubierto. Estaba dando pasos lentos y calculados para colocarse entre Shangchul y su compañero. Vio a Leeteuk retroceder cuándo se acercó a él y le dolió saber que le temía en su forma de lobo. Continuó moviéndose hacia adelante, empujando a Shangchul más lejos y preparándose para embestir de nuevo cuando escuchó a Yunho gritar.
«¡No lo toques!».
Kangin se detuvo en seco, no se acercó más pero continuó gruñendo y mirando ferozmente a Shangchul.
—Cómo Kangin ha dicho, violaste las reglas del desafío al haberle hecho daño a su compañero; por lo tanto es derecho de Kangin permanecer con él mientras esperamos la llegada de su Alfa y el momento del desafío —le informó Yunho al lobo.
—¡Yo no lastimé a la pareja! —gruñó Shangchul.
—Oye saco de pulgas, ¡la pareja tiene nombre! —le espetó Hee.
—Hee, ahora no es el momento, cariño, mantén tu boca cerrada —dijo Donghae a través de sus labios apretados.
—Oh, cierto, lo siento sólo me dejé llevar. Estoy bien, continúen.
Donghae y Leeteuk pusieron los ojos en blanco.
Shangchul debió haber decidido durante ese pequeño interludio que necesitaba ser más diplomático porque cuándo habló la segunda vez fue un poquito más agradable.
—No era mi intención causarle daño a Leeteuk. No creo que las marcas rojas en su brazo constituyan una llamada violación al desafío —le dijo a Yunho.
—Bueno muy mal por ti que lo que creas no represente lo que simplemente es. Es momento de que tomes a tu manada y te vayas. Serás  inmediatamente  notificado  cuándo  nuestro  Alfa  llegue  —dijo Yunho en conclusión, y sólo para puntualizar que había terminado con la conversación llamó a Kangin hacia él, —  «Con todo respeto mi príncipe, por favor venga ».
Kangin le dio un gruñido adicional a Shangchul por si acaso y luego trotó hacia dónde estaba parado Leeteuk. Puso la cabeza contra su muslo y lo empujó hacia atrás.
—Tienes que estar bromeando. Eres mandón incluso cuando estás en tu forma de lobo —le dijo Leeteuk poniendo los ojos en blanco. Él lo empujó de nuevo un poco más fuerte. Cediendo finalmente, Leeteuk dio la vuelta para volver hacia la casa— Vamos chicos, se terminó el espectáculo... por ahora de todas formas —les dijo.
Yunho esperó afuera hasta que Shangchul y sus lobos se habían retirado a sus vehículos y se marcharon. Una vez dentro de la casa todo el mundo llenó la sala de estar la cual rápidamente se estaba convirtiendo en la habitación de “encuentro”. Leeteuk se arrodilló frente a Kangin y deslizó un dedo por el centro de su hocico. Kangin cerró los ojos y un murmullo bajo escapó de su garganta.
—Estuviste genial allá afuera ¿sabes? —le susurró.
Kangin abrió los ojos y simplemente se quedaron mirándose el uno al otro por un minuto. Luego Kangin le lamió un sonoro beso en el rostro a Leeteuk. —¡AAASSCOO! Tienes que DEJAR de besarme en público; realmente se está saliendo de control —le dijo Leeteuk limpiándose el rostro. Kangin simplemente lo miró con su lengua colgando fuera a un lado de su boca en una sonrisa boba.
—Kangin, creo que te necesitamos de vuelta en tu forma humana por favor —le dijo Yunho respetuosamente. Él dio la vuelta y trotó escaleras arriba hacia la habitación de Leeteuk.
—No sé qué es lo que él piensa que va a conseguir allá arriba a menos que le gusten los pantalones súper apretados —le dijo Leeteuk a Yunho.
—Le conseguiré algo entre mis cosas —ofreció Yunho.
Él regresó con un par de pantalones vaqueros y una camiseta y se los tendió a Leeteuk.
—Uh, ¿qué se supone que haga con esto? —le preguntó a Yunho.
—Espera, espera —dijo Hee sosteniendo en alto sus manos, —esto es, obviamente, un trabajo para una persona que aprecia a un bien parecido ejemplar cómo el hombre lobo allá arriba.
Hee trató de tomar la ropa de Teuk quién dio un paso atrás sujetando la ropa lejos del alcance de Hee.
—Cómo si fuera a dejarte a ti, el ninfómano de nuestra pandilla, llevarle la ropa a Kangin. En serio, ¿cuán delirante crees que estoy? —le preguntó Leeteuk.
En realidad me vendría bien algo de ropa Ángel, mantienes tu habitación algo fría, le dijo Kangin a través de su conexión.
Te la estoy llevando, pero mejor que tengas una toalla o algo envuelto alrededor de ti, le dijo severamente Leeteuk.
No prometo nada amor; simplemente tendrás que arriesgarte.
Leeteuk resopló enfurruñado y se dirigió escaleras arriba, al mismo tiempo que Donghae y Hee estaban soltando silbidos groseros y vítores. Kangin podía escucharlos desde la habitación de Leeteuk y sólo podía imaginar cuán rojo estaba el rostro de éste.
Lo escuchó llamar a la puerta de su habitación muy suavemente. Kangin había agarrado una manta que yacía en el suelo y la había enrollado alrededor de su cintura.
—Estoy decente. Entra —le dijo Kangin.
Leeteuk entró y su cabeza estaba inclinada de modo que no pudiera ver nada frente a él. Se estiró y trató de tenderle la ropa a Kangin pero él lo agarró de la muñeca y tiró de él todo el camino hacia adentro de la habitación. Soltó un chillido mientras chocaba con Kangin.
—Lo siento amor no pretendía jalarte con tanta fuerza —le dijo él con una sonrisa maliciosa.
—Uh-huh, seguro que no lo hiciste —dijo Leeteuk mientras retorcía su muñeca para liberarse de su agarre. Kangin lo dejó ir fácilmente pero no se alejó, así que Leeteuk tomó la iniciativa y dio un paso atrás—. ¿Qué estás haciendo? No crees que necesitas... —Leeteuk comenzó a decirle que necesitaba vestirse pero se detuvo a mitad de oración cuándo dejó a sus ojos vagar sobre el torso de Kangin. Kangin notó que él estaba mirando sus marcas y que las apreciara hizo feliz a su lobo.
—¿Qué opinas? —le preguntó él.
Leeteuk había comenzado a caminar a su alrededor, rodeándolo cómo un depredador buscando a su presa; sus ojos estaban entornados mientras seguía las líneas de las marcas. Un par de veces su mano se extendió cómo si quisiera trazar las marcas, y le tomó todo control a Kangin no inclinarse hacia su mano. Al igual que el lobo, él ansiaba su toque.
—Es hermoso, no había caído en cuenta de que las marcas cubrían gran parte de ti, pero dijiste que pasan a lo largo de tu pecho porque eres un Alfa, ¿cierto? —preguntó Leeteuk todavía completamente hipnotizado por las marcas.
—Eso es correcto. Tengo más marcas que otros y mis marcas hacen juego con las de mi compañero —Kangin se estiró y deslizó un dedo a lo largo del cuello de Leeteuk mientras decía eso. Leeteuk alejó de un golpe su mano.
—Nada de tocar mientras estás ahí parado con nada más que una manta —le dijo tratando de sonar firme pero incapaz de quitar la sonrisa de su rostro.
Cuándo él finalmente se detuvo y sólo se quedó mirándolo no pudo evitar tomarle el pelo.
—¿Ya estás satisfecho o necesitas unos minutos más? Estaré feliz de dejarte examinarlas si quieres —le dijo Kangin con un guiño.
—Sip, apuesto que te gustaría eso, ¿no?
—Bueno, si no te vas a aprovechar de mí mientras estoy tan vulnerable, supongo que debería vestirme —le dijo Kangin sonriendo.
Cuándo Leeteuk no respondió ni se dio la vuelta para irse Kangin decidió sacudirlo a la acción. Comenzó a actuar como si fuese a desenvolver su manta.
—Por supuesto si quieres ver cómo me visto eres bienvenido, en vista de que eres mi compañero, podrías incluso ayudarme si quieres.
Leeteuk se  puso  rojo  brillante  y  luego  volteó  abruptamente  para enfrentar la puerta. Kangin se vistió rápidamente y trató de mantener su mente fuera de la de su compañero, a pesar de que estaba muy curioso en cuanto a lo que él estaba pensando.
—Está bien, amor. Ya puedes voltear —él estaba deslizando la camiseta sobre su cabeza cuándo se dio la vuelta.
—Sabes que eres hermoso, ¿verdad? —le preguntó Leeteuk.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a ti, todo tú. Tu piel es hermosa, eres todo musculoso y bien formado, tus ojos son increíbles. Eres simplemente hermoso — explicó.
—Bueno nadie me había dicho eso nunca, así que no, no sabía que era hermoso. Gracias —dijo poniéndose la mano sobre el corazón e inclinando la cabeza—. Eres exquisito. ¿Sabías eso? —le preguntó a él.
—Yo no diría exquisito, pero supongo que no rompo el espejo —respondió.
—Ningún joven que haya visto se te compara, Ángel.
Estuvieron inmóviles por un momento. Kangin estaba mirando su rostro, sus hermosos ojos y sus entrañables pecas. Dejó a sus ojos vagar hacia abajo por su cuello hacia sus hombros y brazos, dónde las marcas rojas que estaban rápidamente convirtiéndose en moretones capturaron sus ojos. Gruñó por lo bajo.
—Por favor ven aquí Leeteuk —le dijo Kangin.
Leeteuk había retrocedido un paso ante el sonido del gruñido.
—No estoy gruñéndote a ti, mi ángel. Sólo quiero ver las marcas que el perro callejero ese dejó en ti —le explicó.
—No es nada; incluso en realidad ya no me duelen —mintió Leeteuk.
—Leeteuk amor, no me digas mentiras, sé cuándo no estás siendo honesto conmigo.
—¿Quién eres, Santa Claus? —replicó Leeteuk.
—Sólo ven aquí por favor, ¿o debo ir hasta allá? —le preguntó Kangin con un brillo perverso en sus ojos.
—Quieto, yo voy hasta ti.
Leeteuk caminó hacia él y suavemente le tocó cada brazo dónde estaban los moretones. Leeteuk se encogió de dolor, incapaz de esconder el hecho de que su toque dolía. Kangin se inclinó y besó sus brazos suavemente sobre los moretones deseando que eso pudiera sanarlos. Él había fallado en protegerlo, a su compañero. Lo había necesitado y él no había estado ahí.
—Lo  lamento  —murmuró  él,  —lamento  no  haber  estado  ahí  para protegerte. Debí haber estado ahí.
—Kangin —Leeteuk se acercó y deslizó la mano hacia abajo por su inspección, —esto no fue tu culpa. No tenías permitido estar aquí y ¿cómo alguien iba a suponer que ese psicópata bola de pelos iba a hacerle daño a su supuesto compañero? No tienes nada por lo que disculparte así que ya basta. ¿Entendido?
Kangin lo miró a los ojos y pudo ver la sinceridad ahí, ninguna condenación o ira y estaba muy agradecido por eso. Era realmente asombroso, y era suyo. Gracias a la Luna que lo quería porque habría odiado tener que pasar el resto de sus vidas suspirando por él.
—Estoy agradecido de que no me condenes, no obstante, eres mi compañero y yo debería estar siempre ahí para protegerte, por lo cual no estarás fuera de mi vista hasta el desafío. No confío en nadie más para protegerte excepto yo —le dijo Kangin.
Leeteuk comenzó a recordarle que su madre no aprobaría esto, pero él lo detuvo con un dedo sobre sus labios.
—Hablaré con tu madre, pero cómo dije antes no pondré tu seguridad en segundo lugar por su aprobación.
Cuándo él quitó el dedo de sus labios Leeteuk dio un paso hacia adelante y lo besó. Cuándo retrocedió Kangin lo miró con curiosidad.
—¿Y eso fue por qué?
—Sólo porque puedo, y quiero hacerlo —le dijo Leeteuk simplemente.
—Oh, bueno en ese caso —Kangin lo agarró por la cintura y lo arrojó en la cama cubriendo su cuerpo con el suyo. Leeteuk dejó escapar un chillido mientras golpeaba la cama. Él mantuvo su peso fuera apoyándose en un antebrazo. Luego se inclinó y le acarició el cuello con la nariz. Leeteuk comenzó a reírse con una risilla tonta y a empujar su pecho.
—Deja eso, da cosquillas —le dijo riendo—. No estoy bromeando Spike, vas a hacer que me haga pis encima de ti.
Kangin tiro su cabeza hacia atrás para mirarlo. Sus ojos estaban arrugados con líneas de risa a su alrededor.
—Amor, soy un lobo, no un perro, y si yo no me hago pis encima de ti, entonces lo más seguro es que tú no te harás pis encima de mí —le tomó el pelo Kangin.
Él se inclinó hacia adelante y lo besó suavemente, y luego un poco más fuerte. Para el momento en que se separó ambos estaban tratando de recuperar el aliento.
—Creo que mejor vamos abajo ahora —le dijo Kangin tratando de poner su respiración bajo control.
Leeteuk se estiró y le acarició el rostro y suavemente lo acercó.
—O no —dijo justo antes de comenzar a besarlo de nuevo.
Kangin se dejó llevar por un momento más antes de finalmente separase y levantarse tirando de él al mismo tiempo.
—Por mucho que adore quedarme justo aquí contigo amor, Hee podría venir a buscarnos pronto y finalmente conseguir ese espectáculo por el que ha estado esperando —le dijo Kangin mientras le guiñaba el ojo.
—Ugh, bien, hazlo a tu manera, pero eres el primer chico que alguna vez he escuchado que se ha alejado de una pareja dispuesta —le dijo Leeteuk.
Kangin tiró de él hacia atrás mientras había estado tratando de pasarlo.
—Tenemos suficiente tiempo mi ángel, y yo no quiero sólo a una pareja dispuesta. Quiero a mi compañero, vinculado a mí, usando mi marca.
—Demonios, y yo aquí creyendo que yo era exigente —se mofó—. Está bien, hombre lobo, si vamos a bajar vámonos ya y no voy a estar ahí cuándo decidas decirle a mi mamá que te quedarás, voy a estar convenientemente ocupado con algo que normalmente sería insignificante pero que por alguna razón en ese momento exacto necesitará de toda mi atención.
Kangin deslizó un dedo a lo largo de las marcas de su cuello y Leeteuk se estremeció.
—Lo que sea que te haga feliz amor.
Leeteuk puso los ojos en blanco y luego lo tomó de la mano mientras iban a reunirse con los demás en el piso de abajo.


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...