Dark Pleasures- Capítulo 1



Una leyenda Griega

Acostumbrado a las riquezas desde el momento de su nacimiento, Kangin de Tracia manejaba su carisma y su encanto con la misma destreza que empuñaba la espada. Valeroso y audaz, regía a los que lo rodeaban mostrando en toda ocasión el lado más apasionado de su carácter.

Ardiente, salvaje e impaciente, su vida siempre era arriesgada. No conocía el peligro, no establecía límites. El mundo era su alimento y había prometido saciarse.

Con la fuerza de Ares, el cuerpo y el rostro de Adonis y los sensuales dones de Afrodita se veía acosado por toda pareja que posase los ojos en él. Lo deseaban y soñaban con poseer al orgulloso príncipe guerrero cuyas caricias –según se aseguraba– eran lo más cercano al goce paradisíaco que una pareja pudiese conocer.

Pero no era un hombre cuyo corazón se domase con facilidad.

Vivía intensamente, aprovechando cada instante, gozando de todos sus sentidos y satisfaciendo todos y cada uno de sus salvajes deseos. Gozaba dando placer tanto como recibiéndolo.

Las escasas mujeres y jóvenes que habían logrado pasar una noche de éxtasis a su lado, trataban con despótico desprecio a aquéllas que sólo podían soñar con acariciar aquel exquisito cuerpo.

Porque él era la Pasión. El Deseo. Sensual y ardiente.



Un guerrero desde su nacimiento, respetado y temido por todo el que lo conocía. En la época en la que el Imperio Romano era invencible, se encargó él solo de rechazar su avance con la misma destreza que un héroe, y llenó su nombre y su reino de riquezas y gloria. Durante un tiempo, se dijo que sería el soberano de todo el mundo conocido.

Hasta que un brutal acto de traición lo convirtió en el Soberano de la Noche.

Ahora camina por el sombrío reino que separa la Vida del Inframundo. No es ni hombre ni bestia; su naturaleza es completamente diferente.

Es la Soledad.

La oscuridad.

Una sombra nocturna.

Un espíritu incansable y solitario cuyo destino no es otro que salvar a los humanos que lo desprecian y lo temen. No conocerá la paz ni el descanso hasta que encuentre a la pareja que esté dispuesta a no traicionarlo. Un corazón puro que vea más allá de su lado tenebroso y lo devuelva a la luz.


***



–Pues yo digo que deberíamos meterlo en un hormiguero y arrojarle unas miguitas de pan.

Park Leeteuk rió ante la sugerencia de Judith. Su hermana mayor siempre conseguía hacerle reír, sin importar la tragedia en la que estuviese inmersa. Y eso era exactamente lo que estaba haciendo, sentado en el puesto donde Judith leía el tarot y la líneas de la mano en una fría tarde de domingo, en lugar de estar metido en la cama con las mantas hasta las orejas.

Tanto las nubes como el cielo tenían un color gris plomizo que casaba a la perfección con el humor huraño de Leeteuk.

La mayoría de los vendedores ambulantes de Jackson Square ni siquiera se molestaba en colocar los puestos durante el invierno, pero su hermana Judith consideraba que el suyo era un tesoro tan importante como la Catedral de San Louis, que se alzaba tras ellos.

Menudo tesoro...

Madam Judith, la «Señora de la Luna» –como Judith era conocida–, estaba sentada tras la mesita con una ancha falda de ante verde, un jersey de punto morado y un enorme abrigo negro y plateado.

La extraña indumentaria de su hermana contrastaba enormemente con los vaqueros desgastados de Leeteuk, su camiseta blanca. Pero Leeteuk siempre había preferido vestirse de modo discreto. A diferencia de su extravagante familia, odiaba destacar. Prefería confundirse con el entorno.

–He terminado con los hombres –dijo Leeteuk–. Top fue la última parada del tren a ninguna parte. Estoy cansado de desperdiciar mi tiempo y mis energías con ellos. De ahora en adelante, voy a dedicar toda mi atención a la contabilidad.

Judith frunció los labios con disgusto mientras barajaba las cartas del tarot.

 –¿Contabilidad? ¿Estás seguro de que no te cambiaron al nacer?

Leeteuk soltó una débil carcajada.

–En realidad, estoy seguro de que eso fue lo que ocurrió. Me gustaría que mi verdadera familia me reclamara antes de que sea demasiado tarde y se manifieste cualquier rareza.

Judith se rió de él, mientras disponía las cartas de tarot para leerlas.

–¿Sabes cuál es tu problema?

–Soy demasiado remilgado e histérico –dijo Leeteuk, con las mismas palabras que su madre y sus hermanas mayores solían usar para referirse a él.

–Bueno, sí, eso también. Pero estoy pensando que lo que necesitas es ampliar tus horizontes. Deja de ir detrás de esos tipos con corbata apretada, que no dejan de quejarse y llorar a su mami porque no tienen vida. Tú, hermanito, necesitas una sexcapada con un hombre que acelere tu corazón. Me refiero a alguien verdaderamente imprudente y salvaje.

–¿Alguien como Jinhyuk? –preguntó Leeteuk con una sonrisa, pensando en el marido de Judith, que era aún más remilgado que él.

Judith negó con la cabeza.

–¡Oh, no!, eso es diferente. Mira, en nuestro caso, yo soy la salvaje y la imprudente, la que lo salva de caer en el aburrimiento. Por eso nos complementamos a la perfección. Pero tú no te complementas. Tú y tus novios ocupan los primeros peldaños en la escalera que lleva a la Ciudad del Aburrimiento.

–Oye, me gustan mis tipos aburridos. Son dignos de confianza y no tienes que preocuparte por sus subidas de testosterona. Soy un chico beta; en todo.

Judith resopló y siguió sacando cartas.

–Me da la sensación de que necesitas unas cuantas sesiones con Donghae. 

Leeteuk hizo una mueca burlona.

–¡Ja! como si necesitase una cita con un sexólogo que se ha casado con un esclavo sexual griego al que invocó a través de un libro… No, gracias.

A pesar de sus palabras, a Leeteuk le caía bastante bien Lee Donghae. A diferencia de la multitud de amigos extravagantes de Judith, Donghae siempre había sido felizmente normal y con los pies bien plantados en el suelo.

–Por cierto, ¿cómo le va?

–Estupendamente. El bebe aprendió a andar hace dos días y ahora no hay quien lo pare.

Leeteuk sonrió al imaginarse al adorable bebé y a su hermana Haru. Le encantaba hacer de canguro cuando Donghae y Hyukjae salían.

–¿Cuándo está previsto que dé a luz? 

–A primeros de marzo.

–Supongo que estarán encantados –dijo, con un pequeño aguijonazo de celos. Siempre había deseado una casa llena de niños, pero a los veintiséis sus perspectivas parecían ser escasas. Especialmente, porque no encontraba ningún hombre dispuesto a tener descendencia con alguien cuya familia al completo era demente.

–¿Sabes? –siguió Judith con esa mirada especulativa que hacía que Leeteuk se estremeciera–. Hyukjae tiene un hermano, también víctima de una maldición que lo condena a permanecer en un libro. Podrías intentar…

–Rotundamente no, gracias. Recuerda que soy el único que aborrece toda esta basura paranormal. Quiero un hombre humano, normal y agradable, no un demonio.

–Príapo es un dios griego, no un demonio.

–En mi manual, las dos cosas se parecen bastante. Créeme, ya me he cansado de vivir en una casa con nueve personas lanzando hechizos y todo ese rollo del abracadabra. Quiero normalidad en mi vida.

–La normalidad es aburrida.

–¿Por qué no la pruebas antes de darle la patada?

Judith se rió.

–Algún día, hermanito, vas a tener que aceptar la otra mitad de tus genes.

Leeteuk hizo caso omiso de esas palabras mientras sus pensamientos regresaban a su ex- prometido. Había creído sinceramente que Top era el hombre de su vida. Un administrativo agradable, tranquilo y medianamente atractivo, al que había tomado por su media naranja.

Hasta que conoció a su familia.

Durante los seis últimos meses había dado largas a la presentación, sabiendo lo que podría ocurrir. Pero él había insistido tanto que, al final, la última noche cedió.

Cerró los ojos y se estremeció al recordar a su hermano gemelo, Heechul, recibiéndolo en la puerta ataviado de pies a cabeza con la vestimenta gótica que usaba para perseguir vampiros. El conjunto se completaba con una ballesta que Heechul se empeñó en mostrarle, además de su colección completa de shurikens.

«Ésta es especial. Puede abrir la cabeza de un vampiro a más de doscientos metros».

Por si eso no hubiese sido suficiente, su madre y sus tres hermanas mayores estaban preparando un hechizo de protección para Heechul en la cocina.

Más tarde, Top lo llevó a casa en su coche.

«No puedo casarme con alguien con semejante familia», le dijo mientras él le devolvía el anillo de compromiso. «¡Dios Santo! ¿Y si tuviésemos hijos? ¿Te imaginas que ocurriría si alguno de ellos fuese así de rarito?»

Echando la cabeza hacia atrás, Leeteuk pensó que aún sería capaz de matar a toda su familia por la vergüenza que le hicieron pasar. ¿Tanto les habría costado comportarse con normalidad tan sólo durante una cena?

¿Por qué?, ¿Por qué no había nacido en una familia corriente, en la que nadie creyese en fantasmas, duendes, demonios ni brujas?

Pensándolo bien, ¡dos de sus hermanas aún creían en Papá Noel!

¿Cómo aguantaba su padre, un hombre maravillosamente normal, todas esas necedades? Definitivamente, se merecía que lo santificaran por su paciencia.

–¡Eh, chicos!

Leeteuk abrió los ojos para ver cómo Heechul se acercaba.

Vale, genial. El día de hoy va mejorando…

Quería muchísimo a su hermano gemelo, pero no en ese preciso momento. En ese momento deseaba que le ocurrieran cosas espantosas. Que le ocurriese algo desagradablemente doloroso.

Como era habitual, Heechul iba vestido íntegramente de negro. Tenía las mejillas arreboladas y caminaba alegremente.

¡Ay, no! ¡Iba de cacería!

Leeteuk suspiró. ¿Cómo demonios podían proceder del mismo óvulo?

Heechul rebuscó en uno de los bolsillos de su abrigo, sacó un trozo de papel y lo colocó sobre la mesa, frente a Judith.

–Necesito tus conocimientos. Esto es griego, ¿verdad?

Sin responder a la pregunta, Judith apartó las cartas y echó un vistazo a la nota. Frunció el ceño.

–¿De dónde lo has sacado?

–Lo tenía un vampiro que pulverizamos anoche. ¿Qué dice?

–«El Dark Hunter está cerca. Changsu debe prepararse».

Heechul se metió las manos en los bolsillos mientras sopesaba las palabras.

–¿Alguna idea sobre el significado?

Judith se encogió de hombros mientras le devolvía el papel.

–Nunca he oído hablar de ningún Dark Hunter, ni del tal Changsu.

–Jay dice que «Dark Hunter» es una clave con la que se refieren a uno de nosotros. ¿Qué crees? –preguntó Heechul.

Leeteuk ya había escuchado bastante. ¡Por Dios! Cómo odiaba cuando empezaban con toda esa basura ocultista, demoníaca y vampírica. ¿Por qué no maduraban y se incorporaban al mundo real?

–Chicos –dijo levantándose–, los veré luego.

Heechul lo agarró del brazo cuando comenzaba a alejarse.

–¡Oye! No estarás todavía dolido por lo de Top, ¿verdad?

–Por supuesto que lo estoy. Sé que lo hicisteis todo a propósito.

Sin preocuparse en absoluto por haber sido el culpable de la ruptura del compromiso de su hermano, Heechul le soltó el brazo.

–Lo hicimos por tu bien.

–¡Oh, claro! Muy bien –le dijo con una falsa sonrisa–. Gracias por cuidar de mí. ¿Por qué no me metes un dedo en el ojo cuando quieras divertirte?

–Venga, Teukkie –le dijo Heechul con su expresión más adorable, la que conseguía que su padre le perdonara cualquier cosa. Pero con él no funcionaba; al contrario, le irritaba más–. Puede que no te guste lo que hacemos, pero nos quieres. Y no puedes casarte con un administrativo estirado que no acepta lo que somos.

–¿Lo que somos? –preguntó Leeteuk perplejo–. No me incluyas en esa locura. Yo soy el único con los genes recesivos normales y corrientes. Ustedes son los que…

–¡Hee!

Leeteuk se alejó al ver que el novio de Heechul –tan gótico como él– se acercaba a la carrera. Jay Kim tenía el pelo negro y lo llevaba de punta, con un mechón morado. Podría haber sido muy mono si no llevase un pendiente en la nariz, y si se dedicara a buscar un trabajo a tiempo completo… o a mantenerlo.

¡Y dejase de cazar vampiros, claro!

–Gary ha averiguado algo sobre ese grupo de vampiros –le dijo Jay a Heechul–. Vamos a intentar pillarlos antes de que oscurezca.

–¿Están preparados?

Si Leeteuk seguía poniendo los ojos en blanco de aquella forma, se quedaría ciego.

–Chicos, algún día van a matar a un humano sin querer. ¿Se acuerdan de aquella ocasión en la que atacaron a un grupo de fanáticos en el cementerio?

Jay le dedicó una sonrisa satisfecha.

–Nadie acabó herido, y a los turistas les encantó.

Heechul volvió a dirigirse a Judith.

–¿Puedes investigar un poco y ver si averiguas algo sobre Changsu y el Dark Hunter?

–Venga, Hee, ¿cuántas veces tengo que decirte que dejes eso? –le dijo Jay enfadado–. Los vampiros están jugando con nosotros. Lo de «Dark Hunter» no es más que un término tonto que no significa nada.

Judith y Heechul lo ignoraron.

–Claro–dijo Judith–, aunque es posible que Gary pudiese ayudarte.

Jay suspiró disgustado.

–Dijo que tampoco lo había oído nunca. –Miró a Heechul indignado–. Lo cual significa que no es nada.

Heechul apartó la mano de Jay de su hombro y continuó ignorándolo.

–Puesto que está escrito en griego, apuesto que uno de tus amigos profesores de la universidad podría sernos de más utilidad.

Judith asintió.

–Esta noche le preguntaré a Hyukjae cuando vaya a casa de Donghae.

–Gracias. –Heechul miró a Leeteuk, que se encontraba a su espalda–. No te preocupes por Top. He encontrado al chico perfecto para ti. Lo conocimos hace un par de semanas.

–¡Oh, Señor! –jadeó Leeteuk–. Ni una sola cita a ciegas más preparada por ti. Todavía no me he recuperado de la última, y eso que fue hace cuatro años.

Judith se rió.

–¿Te refieres al domador de caimanes?

–Sí –contestó Leeteuk–. Cocodrilo Mitch; el que intentó que acabase como merienda de su mascota.

Heechul resopló.

–No es cierto. Sólo intentaba mostrarte lo que hacía para ganarse la vida.

–Déjame decirte algo: el día que dejes que Jay te meta la cabeza entre las mandíbulas de un caimán vivo, podrás protestar. Hasta entonces, siendo yo el experto en la halitosis de caimán, mantengo la opinión de que sólo buscaba un aperitivo fácil.

Heechul le sacó la lengua antes de agarrar la mano de Jay y salir disparado calle abajo, con él a remolque.

Leeteuk se frotó la frente mientras observaba a aquellos dos haciéndose ojitos el uno al otro; eso probaba que había alguien reservado para cada persona. Sin importar lo rara que pudiese ser esa persona.

Muy mal le tenía que ir para no encontrar a ese alguien.

–Me voy a casa a ponerme de mal humor.

–Escucha –le dijo Judith antes de que pudiese marcharse–. ¿Por qué no cancelo mi cita de esta noche con Donghae y nos vamos tú y yo a hacer algo? ¿Qué tal si nos tomamos unas diminutas salchichas a la brasa en honor a Top?

Leeteuk sonrió, agradecido por la idea. No era de extrañar que adorase a su familia. A pesar del caos, todos lo cuidaban con mucho cariño.

–No, gracias. Puedo hacer las Vienesas a la brasa yo mismo. Además, Heechul empezará a repartir golpes y se morirá si no le preguntas a Hyukjae por su Dark Hunter.

–Vale, pero si cambias de idea, dímelo. ¡Ah!, y mientras estás en casa, ¿por qué no llamas a Boa y le dices que prepare un hechizo para encoger el pene de Top?

Leeteuk se rió a carcajadas. Vale, había ocasiones en las que tener una hermana que era Suma Sacerdotisa de vudú, resultaba bastante útil.

–Confía en mí, no podría encogérselo más. –Le guiñó un ojo a Judith–. Nos vemos luego.



Esa misma tarde, Leeteuk se sobresaltó al escuchar el teléfono; lo había despertado de sus ensoñaciones. Dejando el libro a un lado, descolgó el auricular.

Era Heechul.

–Oye, hermanito, ¿puedes ir a mi casa y sacar a Heebum a dar una vuelta?

Leeteuk rechinó los dientes ante la petición que solía recibir, como mínimo, dos veces a la semana.

–¡Venga, Hee! ¿Por qué no lo has sacado tú?

–No sabía que se me iba a hacer tan tarde. Por favor. Se hará pis en mi cama como protesta si no vas a por él.

–¿Sabes, Hee? Tengo una vida.

–Sí, ya. Como si no estuvieses sentado sola en el sofá, leyendo la última novela de Yota y poniéndote morado de trufas de chocolate, como si el mañana no existiera.

Leeteuk arqueó una ceja al fijarse en la cantidad de envoltorios de trufas esparcidos sobre la mesa, y en la novela «Ride With Me» que estaba junto al teléfono.

¡Joder! Odiaba cuando sus hermanos hacían eso.

–¡Venga! –le pidió Heechul–. Te prometo que seré simpático con tu próximo novio.

Dejó escapar un suspiro; sabía que no podía negarles nada a sus hermanos. Ésa era su mayor debilidad.

–Si no vivieses al final de la calle te mataría por esto.

–Lo sé. Yo también te quiero.

Con un gruñido atascado en su garganta, colgó el teléfono. Echó una melancólica mirada al libro. ¡Joder!, justo cuando empezaba a meterse en la historia.

Suspiró de nuevo. Bueno, al menos sólo tendría que hacerle compañía a Heebum durante unos minutos. Era un pitbull francamente horroroso, pero en esos momentos, era el único varón al que podía soportar.

Se encamino calle abajo, deseando que Top estuviese allí para sacar al perro. No podía recordar las incontables ocasiones en las que lo había embaucado para que le diese un paseo a Heebum, camino de su casa.

Se tropezó con un adoquín y se dio cuenta de que estaba pensando en Top por primera vez desde hacía horas. Lo que realmente le sentaba mal de su ruptura era que no lo echaba de menos. En ningún sentido.

Y eso era lo que más lo deprimía.

Si no hubiese sido por su estrafalaria familia, habría acabado casándose con él, y habría descubierto, demasiado tarde, que realmente no lo amaba.

Alejando a Top de sus pensamientos, se concentró en el vecindario. A las ocho y media, estaba todo sorprendentemente tranquilo para ser una noche de domingo. Era una noche perfecta para que las fuerzas del mal…

 –¡Fuera de mi cabeza! –dijo en voz alta.

¡Por culpa de Heechul estaba pensando en esas cosas! ¡Jesús!

Llegó por fin a la espeluznante y antigua casa que Heechul y su compañera habían alquilado, justo en la esquina de la calle.

Tras abrir la puerta de la verja, atravesó el jardín y siguió el sendero que llevaba hasta el porche. Una enorme y siniestra gárgola de piedra hacía las veces de vigilante.

–¡Hola Ted! –saludó a la estatua; Heechul juraba que podía leer los pensamientos–. Sólo voy a sacar al chucho, ¿vale?

Sacó las llaves del bolsillo del polar y abrió la puerta principal. Cuando entró al vestíbulo, arrugó la nariz al notar un olor apestoso. Una de las pociones de su hermana debía haber salido mal.

O eso, o Heechul había intentado cocinar de nuevo. Escuchó los ladridos de Heebum en el dormitorio.

–Ya voy –le dijo mientras cerraba la puerta, encendía las luces y cruzaba la salita de estar.

Leeteuk tenía un pie en el pasillo, cuando escuchó su voz interior, aconsejándole que corriera. Antes de poder siquiera parpadear, se apagaron las luces y alguien lo agarró por detrás.

–Bueno, bueno –le dijo una voz sedosa al oído–. Por lo menos te tengo a ti –e intensificó su
«abrazo»–. Ha llegado la hora de hacerte sufrir.

Algo lo golpeó en la cabeza un segundo antes de ver cómo el suelo se acercaba.




5 comentarios:

  1. OH POL DIO!!! UN KANGTEUK SEXY!!! QUIERO MAS!!!!

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  2. HAS HECHO MUY FELIZ A UNA FIEL LECTORA, POR EL KANGTEUK Y POR UN DATO NO MENOR RESPECTO AL GEMELO DE TEUKIE

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  3. Entonces Hyuk si había visto a Kangin en aquel bar esa noche!! Habemus KangTeuk <3 y lo mejor es que me encanta la historia. LeeTeuk es hermano de Judith y la familia de Judith es un caso xD Me da risa lo que pasó con TOP pero como dijo HeeChul, fue lo mejor.

    El final fue cardíaco, estoy segura que el que se llevó a Teukie piensa que es HeeChul y lo quiere lastimar T___T

    Estaré esperando por la actu. Gracias por está nueva adaptación!!

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  4. \(*0*)/ esta vivo.........Kangin esta VIVO *0*
    Waaaa que rico leer el primer cap sin necesidad de pasar por el prólogo *0*
    Woooo tambien fue condenado,ahora anda vagando por el mundo.
    Jajajajaja tremenda familia que se carga Teuk,Hee y la muy linda amiga de Hae *0*
    Jajajaja le han dañado el noviazgo/compromiso con TOP jajajajajaja
    la 83 line gemelo.....teuk es la oveja blanca de la familia.....mi angel
    omg.....mi angel con un demonio *0*....ya quiero el segundo cap
    esto será todos los miercoles y cada 3er día............faltaria el del viernes....digo,si ya nos da uno el lunes y otro el miercoles,habria que completar la semana......no..xD
    KangTeuk *0*

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    1. Por cierto......lo vio.....lo vio......hyuk vio a Kangin...y kangin vio a hyuk
      será que por el castigo de kangin anduvo vagando y ese dia se topo con hyuk?....lo vigilará?
      Hee un cazavampiros......pero tiene de novio a Jay ¬¬
      me fue dificil imaginar a heebum como un perro,digo,se de él hace casi 5 años,se que es un gato,ahora he de imaginarmelo como un perro jajajaaj
      ooooh,se han equivocado de persona
      la gargola,seguro es real
      yo quedaria muy bien en la familia de teuk....lo sé

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...