Ride With Me- Capítulo 8



La luz del día lo despertó. Kangin le tenía una mano bajo la cabeza y con la otra lo abrazaba por la cintura. Tenía una de las piernas encima de sus muslos. Volvió la cabeza para mirar el reloj. Eran más de las siete.

—¡Oh, no!

—¿Qué? —preguntó Kangin, estirándose.

Leeteuk se deshizo de su abrazo y se levantó de la cama. Recogió toda su ropa y se la puso a toda prisa. Estaba terminando de vestirse cuando oyó una risa, procedente de la cama.

Le tiró un zapato, sin querer darle, sólo para que dejara de reírse de aquel modo tan irritante, que iba en dirección a la pared, cuando él lo alcanzó con facilidad.

Cuando lo tuvo en sus manos lo miró, fingiendo sorpresa y después lo agitó delante de él.

—Te van a pillar. Eres un niño malo y tu mamá te va a castigar.


Leeteuk se puso el otro zapato.

—Vamos, Kim, me tengo que ir. Dame eso.

Kangin levantó las cejas al mirarlo y se retiró la sábana, para que pudiera ver su tatuaje… y su excitación.

—Cariño, ya sabes que me encantaría dártelo.

Leeteuk sintió ganas de reír. Quiso acercarse a él y besarlo, pero se tenía que ir.

Le quiso quitar el zapato, pero él no le dejó.

—¡Kangin!

—Dilo.

—¡Kim Kangin!

—Venga sólo una vez más. Despacito y con dulzura, como sólo tú lo sabes hacer.

—Te quiero, Kangin.

Le tendió el zapato, pero cuando Leeteuk fue a alcanzarlo lo agarró del brazo.

—¡Kangin!

Empezaron a dar vueltas por la cama, riendo y besándose. Los besos se hacían cada vez más intensos.

—Kangin, de verdad que me tengo que ir.

—Vale, vale —le pidió un último beso y lo dejó marchar.

Leeteuk se sentó en el borde de la cama y se puso el zapato.

—Volveré dentro de una hora, más o menos.

—Ya lo sé.

Se inclinó sobre él para recibir un último beso y después echó a correr escaleras abajo.
Minutos más tarde entraba en su casa. En la cocina encontró a su madre, vestida con su bata azul acolchada, sentada a la mesa, esperándolo.

Ya no podía hacer nada más que tratar de salir del aprieto lo más airosamente posible.

—Buenos días, mamá.

Inyoung miró a su hijo con indignación.

—No me lo puedo creer.

—¿Ah, sí? ¿Dónde está Boom?

—Está durmiendo todavía y me alegro, porque no me gustaría que pudiera verte en este momento. Tienes todo el pelo despeinado y la ropa… me faltan las palabras. Ya sabes muy bien la pinta que tienes, ¿verdad?

Leeteuk pensó que un poco de cafeína le vendría muy bien, así que se sirvió un poco del café que había preparado Inyoung y después se sentó a la mesa, frente a su madre.

Inyoung estaba furiosa.

—Te marchaste a escondidas para pasar la noche con él, ¿verdad?

Leeteuk bebió un poco de café y se sintió reconfortado por su calor.

Dejó la taza de café en la mesa, preguntándose por qué no le había dicho la verdad a su madre la noche anterior. Habría aguantado entonces sus protestas, pero evitado así el enfrentamiento que estaban teniendo aquella mañana.

—¿Y el pobre Sungmin? —preguntó Inyoung.

—El nunca lo sabrá, a no ser que se lo digas tú.

—¿Por qué dices eso —le preguntó su madre, visiblemente ofendida—. Yo nunca haría nada semejante.

—Entonces no te tienes por qué preocupar por él —Leeteuk bebió más café.

Inyoung suspiró ruidosamente.

—Oh, Leeteuk…

Leeteuk dejó la taza de café de nuevo encima de la mesa, con más firmeza que la vez anterior.

—Déjalo ya, mamá. Te dije anoche que se trata de mi vida y vas a tener que dejarme vivirla a mi manera.

—Pero no puedo soportar verte…

Leeteuk le interrumpió.

—Puedes aceptarlo o no, tú decides. Pero tengo un montón de cosas que hacer durante los dos días que quedan para la boda. ¿Has venido para ayudarme o para hacerme las cosas más difíciles?

—Yo…

—Mira mamá, vas a tener que escoger entre ayudarme aquí o marcharte a casa.

A Inyoung empezó a temblarle la boca.

—¿Irme a casa? ¿Quieres decir antes de la boda?

—Sí, eso exactamente he querido decir.

—Pero, yo no…

—Sí, claro que lo entiendes. Te quiero, pero no deseo que te quedes si es para predecirme todo tipo de desventuras, darme la charla sobre cómo debo pasar mis noches… y ser desagradable con Kangin a la mínima oportunidad.

Inyoung meneó la cabeza.

—Bueno, yo no… no tenía ni idea de que… —Inyoung se quedó mirando a su hijo—. ¿No irás a echarme?

Leeteuk respondió con sincera tristeza.

—Sí, si me obligas a ello.

Inyoung se cerró la bata aún más.

—Yo sólo quiero ayudar.

—Muy bien.

—Y te quiero —descansó una mano sobre la mesa y se inclinó hacia Leeteuk—. Y tú lo sabes.

—Sí, lo sé.

Inyoung miró el fondo de su taza.

—Boom me dijo que no me metiera en esto.

Leeteuk puso la mano sobre la de su madre.

—Deberías hacer caso a Boom.



Después de desayunar, Inyoung y Boom llevaron a Min a la capital para que se comprara ropa para la boda y además hicieron algunas compras que les había encargado Leeteuk. Cuando regresaron, Inyoung se encargó de comprobar que todo lo referente al banquete nupcial iba a estar preparado y revisó con el pianista las piezas musicales que iban a sonar durante la ceremonia.

Y aquella noche, durante la cena, Inyoung trató de ser amable con Kangin y como la noche anterior, Leeteuk acompañó a Inyoung y Boom a casa, pero esta vez Kangin no le insistió en que regresara.

Pero lo hizo, un poco después de las diez, tras dar las buenas noches a sus invitados.

Se encontró la puerta del garaje abierta y la luz encendida. Kangin tenía la cabeza metida bajo el capó del coche de Seyoung. Cuando se dio cuenta de que tenía compañía bajó el capó y cerró la puerta del garaje.

Se miraron. Leeteuk estaba pensando en Seyoung.

—Tu madre tuvo ese coche muchos años. Hasta le puso un nombre.

—Ya me acuerdo.

—Duck —dijeron a la vez, y se echaron a reír.

Leeteuk dijo:

—Ojalá estuviera aquí el sábado.

—Si estuviera aquí no nos casaríamos, ¿recuerdas?

Leeteuk se sintió como un idiota.

—Ya lo sé, pero tú sabes lo que quiero decir.

—Sí, claro que sé lo que quieres decir.

Se quedaron en silencio. No le solían resultar incómodos los silencios con Kangin, pero este sí, porque transmitía la sensación de que quedaban cosas sin decir.

Leeteuk tosió.

—¿Le pasa algo?

—¿Qué?

—Al coche.

—Parece que el carburador no funciona bien y además pierde aceite. Es un coche bastante bueno. Tal vez lo arregle para venderlo después.

—Tal vez Min lo quiera algún día.

Kangin se encogió de hombros.

—Para cuando Min pueda conducir un coche ya podremos comprarle algo mejor.

Leeteuk esperó a que fuera a lavarse las manos. Cuando regresó le acarició una mejilla. Percibió el olor a limpio de aquella mano y sonrió, pensando en la primera noche que pasaron juntos. Le parecía increíble que pudiera haber sido hacía menos de una semana.

—¿A qué se debe esa sonrisa?

Leeteuk recorrió con los dedos una de las cremalleras de la cazadora de Kangin.

—Sólo estaba pensando.

—¿En qué?

Rozó la cruz de plata que colgaba de su cuello.

—En ti.

Kangin le pasó la mano por la cintura.

—Así me gusta.

Leeteuk le miró a los ojos.

—¿Se ha ido ya Min a la cama?

—Sí.

Kangin le empezó a acariciar el cabello.

—¿Qué le hiciste a tu madre?

—Tuvimos una pequeña charla esta mañana.

—Le marcaste el límite, ¿verdad?

—Sí.

Le besó la punta de la nariz.

—Me gustan los jovenes que saben marcar los límites.

Se puso de puntillas y se frotó la mejilla contra la barba incipiente de Kangin, estremeciéndose con la sensación de cosquilleo que le provocaba.

—Vaya, gracias.

—De nada.

Leeteuk volvió la cabeza un poco y sus labios se encontraron, dulcemente.

—Ummm…

Kangin le mordió el labio inferior y luego se lo soltó.

—¿Leeteuk?

—¿Sí?

—Hoy, en el trabajo, he oído decir algo a Changsoo, uno de mis hombres.

Leeteuk dio un paso atrás.

—¿Qué pasa? ¿Conoces a Changsoo?

—Sí —admitió, muy a su pesar.

Leeteuk hizo una mueca.

—El invierno pasado trató de ligar conmigo en un bar y lo rechacé. Estaba con Hee, cuando todavía no era novio de Siwon. Lo amaba, pero no quería admitirlo. Bueno, pues como Changsoo no me dejaba en paz decidió defender mi honor y se enfrentó a él.

Kangin silbó con admiración.

—¿Con Changsoo? Pero si es tres veces más grande que tu hermano. ¿Y qué pasó?

—Siwon apareció de repente y como resultó que Changsoo y su amigo le conocían decidieron no pegar a mi hermano. Siwon les invitó a una ronda y se fueron a la barra con él.

—¿Te ha molestado desde entonces?

—¡Changsoo? —le había pillado una o dos veces mirándola en la calle, pero no podía llamar a eso molestarla—. No, en absoluto. ¿Y qué es lo que te ha dicho hoy?

—Si te molesta, dímelo.

—Te prometo que lo haré. Y ahora dime qué es lo que te ha dicho.

—Me dijo que la noticia de la boda se ha extendido. Sólo quería prevenirte.

—¿Prevenirme?

—Sí, podría haber motoristas en la ciudad. Muchos.

—¿Por qué te vas a casar?

—Sí.

—¿Es algo que acostumbren a hacer los motoristas? ¿Asistir a bodas?

De repente, pareció incómodo.

—Supongo que depende de qué bodas.

—¿Entonces, por qué en la tuya?

—Leeteuk…

—Venga, dímelo.

—Es algo que los motoristas que me han conocido no se esperan de mí, eso es todo.

—¿De verdad?

—Sí.

—¿Por qué?

—Porque juré que nunca perdería mi libertad, que nadie conseguiría atarme —rió de nuevo—. Supongo que todos quieren ver quién es la persona que ha convertido en un mentiroso al Jinete de Medianoche.

—¿Qué harán?

—No mucho.

Leeteuk le pareció preocupado y Kangin trató de tranquilizarlo.

—Darán vueltas por la ciudad, se tomarán unas cervezas en su bar favorito y después nos escoltarán tras la boda.

—¿Nos escoltarán?

—Sí, una escolta de motoristas. Harán filas dobles detrás de nosotros.

—Mi madre enloquecerá.

—Probablemente —la idea parecía gustarle.

—Tenle un poco de cariño a mi pobre madre.

—Sí —gruñó—, como el que ella me tiene a mí.

Leeteuk fingió enfadarse.

—No te mereces que te quieran, Kim Kangin. Eres m-a-l-o.

Lo agarró y lo apretó contra su pecho.

—Vámonos arriba y te enseñaré lo malo que puedo ser.

Se acurrucó contra su cuello.

—Lo sé. Cuento con ello.

—No me gustaría decepcionarte.

—Seguro que no lo harás. No lo has hecho todavía.

—Bésame.

Lo hizo antes de subir por las escaleras que daban a la habitación de Kangin.



Al día siguiente era viernes, la víspera de la boda.

Leeteuk había cerrado la cafetería y Kangin también planeaba quedarse en casa. Habían pensado en aprovechar ese día para estar con la familia y ultimar los preparativos de la boda. Y después de la boda se marcharían tres días de luna de miel. Inyoung y Boom se habían ofrecido gustosos a cuidar de Min hasta que ellos regresaran.

Desayunaron todos en casa de Kangin. De vez en cuando, a lo lejos oían el rugido de una Harley.

—Dios mío —dijo Inyoung, mientras ponía azúcar en su tostada—, parece que esta mañana hay muchos motoristas por ahí, haciendo ruido.

Leeteuk no se atrevió a mirar a Kangin por miedo a que le diera un ataque de risa.

Zhoumi, el tercero de las hermanos, después de Leeteuk y Hee llegó con su marido, Henry y sus tres hijas, un poco antes de las diez.

Donghae, su marido y sus dos hijos llegaron poco después. Se iban a alojar en la gran casa que Siwon y Hee poseían en la ciudad, pero por el momento se encontraban en casa de Kangin, que nunca había estado tan llena de gente.

Hubo algunos momentos un poco violentos, sobre todo cuando Leeteuk presentó a Kangin a Donghae y Zhoumi. Ambos le miraron con desconfianza, hasta que vieron que su madre parecía haberlo aceptado, entonces se relajaron y decidieron pasárselo lo mejor posible.

Los niños de Donghae se pusieron a jugar con las hijas de Zhoumi, y la casa se encontraba inmersa en un alegre bullicio cuando el timbre de la puerta sonó y Kangin fue a abrir. Leeteuk pensó que serían Hee y Siwon, pero al abrir se encontraron con Kwan Kangsoon.

Leeteuk corrió al lado de Kangin.

—Yo, um, ¿podría hablar contigo un momento a solas? —miró a Leeteuk—. Tal vez deberías estar presente tú también, querido.

—¿De qué quieres que hablemos? —Kangin habló con calma, como siempre, pero la hostilidad se reflejaba claramente en su voz.

Se oyó reír a Min en la cocina y Leeteuk pensó que se preocuparía si veía a Kangsoon. Tocó a Kangin en el brazo.

—¿Sí? —le miró.

Leeteuk le hizo una seña con la cabeza, con la que quería indicarle que la casa estaba llena de familiares.

—¿Por qué no salimos al porche?

—Bien —salieron todos al porche y Leeteuk cerró la puerta tras de él.

—Bueno, di lo que tengas que decir.

Kangsoon se frotó nervioso la barbilla y después se pasó la mano por la calva.

—Yo, bueno, hay algo que quiero que sepáis.

—¿El qué?

—Bueno, me siento en parte responsable por lo que pasó cuando Jaejoong y tú estaban en el instituto —se pasó la lengua por los labios, resecos de repente—. Debería haber intervenido porque sabía, al igual que el resto de la gente que Jaejoong te quería. Pero temía a mi mujer y le permití que asustara al pobre Jaejoong para que te acusara de un acto que no habías cometido y después permití que Hakyeong llamara a la policía y te llevaran arrestado.

Kangin frunció el ceño.

—No entiendo adónde quieres llegar.

Kangsoon tosió un par de veces y se volvió a frotar la barbilla. Le tembló la mano.

—Estoy intentando deciros que sé que tengo parte de culpa en lo que hizo Hakyeong. Y Jaejoong, bueno, siempre se ha sentido fatal por lo que te hizo.

Kangin rió con ironía.

—No me digas.

—Es verdad —protestó Kangsoon—. Siempre ha deseado poder enmendar su error y por eso se ha quedado en la ciudad desde el funeral de tu madre.

—¿Para hacer qué?

—Para ayudarme a convencer a Hakyeong de que abandonara esa estúpida idea del pleito por la custodia de Min. Jaejoong y yo pensamos que es injusto. Si el niño desea quedarse contigo, no se debería permitir a Hakyeong que lo apartara de tu lado. Por supuesto no es una persona fácil de convencer, pero no nos hemos dado por vencidos y al final lo hemos conseguido.

Kangin parpadeó.

—¿Que habéis qué?

—Hemos conseguido que Hakyeong retire la demanda de custodia. Dentro de poco recibirás una llamada de Lee Onew. Onew os dirá que ya no habrá batalla legal por la custodia.

Leeteuk no podía creer lo que oía.

—¿De verdad es cierto?

—Sí —dijo Kangsoon.

Kangin no parecía muy convencido.

—Nadie es capaz de conseguir que Kwan Hakyeong dé marcha atrás cuando se empeña en algo.

Kangsoon parecía triste.

—No fue fácil. Al final hasta tuve que amenazarla con el divorcio, si seguía empeñada en seguir adelante. Y por supuesto si me divorciaba de ella, tenía pocas posibilidades de ganar el pleito para convertirse en tutora del niño —dijo, con una sonrisa triste—. ¿No os parece?

—Vamos, nunca harías tal cosa —aseguró Kangin.

—Lo haría, si fuera necesario.

—Por alguna razón estoy empezando a creerte.

—Lo creas o no es verdad. Francamente, lo que menos deseo a mi edad es una desagradable batalla legal, que podría culminar con la custodia de un niño que no desea vivir en mi casa. He trabajado muy duro para mi jubilación y planeo disfrutarla. Así que me habría divorciado de Hakyeong si hubiera insistido en seguir con esto.

—Entonces es seguro que no va a iniciar un proceso judicial, ¿verdad?

—Eso es. Nuestro abogado ya lo sabe. Jaejoong ha regresado a su casa y Hakyeong está muy enfadada conmigo —Kangsoon suspiró y dejó caer un poco sus estrechos hombros—. Pero eso no es nada nuevo. De hecho, al fin y al cabo tal vez el divorcio sea la mejor solución para nosotros —por un momento los ojos vidriosos de Kangsoon miraron a la lejanía con tristeza. Volvió a suspirar y movió la cabeza—. He dicho más de lo que debía —miró a Kangin, luego a Leeteuk y después otra vez a Kangin—. Me doy cuenta de que están muy ocupados, pero pensé que desearían saberlo lo antes posible. Además siempre he pensado que os debía una disculpa.

—¿Eso es todo?

—Sí.

Kangin miró largamente al hombre y después le tendió la mano.

—De acuerdo. Gracias.

—Mucha suerte —dijo Kangsoon, al tiempo que se la estrechaba—. Para los dos.

Kangin y Leeteuk permanecieron en el porche hasta que Kangsoon arrancó el coche y desapareció de su vista. Dos motoristas aparecieron sobre sus flamantes Harley, y al ver a Kangin lo saludaron, levantando los puños. Kangin levantó la mano e hizo lo mismo, en respuesta.

Después miró a Leeteuk.

—¿Qué piensas de lo que nos ha dicho Kangsoon?

—Parecía sincero.

—Me gustaría creer en él.

—¿Pero?

—Pero no puedo evitar preguntarme si hay algún tipo de truco.

—Podríamos llamar a Onew —sugirió Leeteuk—, pero no hay privacidad en la casa. Llamemos desde tu habitación.

—Buena idea —le agarró la mano y bajaron las escaleras, para dirigirse al garaje.

Una vez en la habitación marcaron el número de Onew. Leeteuk esperó, nervioso, a que Kangin explicara a la asistente social lo que le había dicho Kangsoon, deseando poder oír el final de la conversación.

—Muy bien, gracias —terminó diciendo Kangin y colgó.

Casi antes de que dejara el teléfono, Leeteuk le preguntó:

—¿Y bien?

—Onew dice que no sabe nada.

—¿Y ahora qué pasa?

—Ha prometido llamar al abogado de Hakyeong y después ponerse en contacto con nosotros.

—¿Cuánto tiempo tardará?

—Quién sabe. Con un poco de suerte media hora, o si el abogado está ocupado hasta la semana que viene nada. Lo único que prometió fue informarnos de lo que averiguara, en cuanto supiera algo.

—O sea que tendremos que seguir soportando el suspense.

Kangin lo abrazó y lo besó en la cabeza. A Leeteuk le agradó sentir su contacto, así que se apretó contra él, con una sonrisa.

—Escucha, volvamos a casa, porque si seguimos aquí, alguien terminará por venir a buscarnos.

—Tienes razón —Leeteuk levantó la cabeza y Kangin lo besó ligeramente en los labios—. Vámonos.

Volvieron a bajar las escaleras y entraron en la cocina, donde los niños jugaban en el suelo y Min estaba ayudando a Inyoung a hacer galletas. Les sonrió al verlos entrar.

—¿Qué estáis haciendo?

—No mucho —respondió Leeteuk, con una sonrisa radiante.

—Entonces poneos a trabajar.

—Hasta luego —murmuró Kangin y se marchó a la salita con los demás hombres.

De repente se volvieron a oír rugir motores de Harley Davinsons.

—¡Otra vez! —exclamó Inyoung—. No hacen más que pasar motos. Os aseguro que me están volviendo loca.

—He visto un montón de ellas aparcadas y delante del centro comercial —comentó Donghae, sentado a la mesa con su hijo en brazos—. Sora me dijo que habían venido a la boda.

—¿Cómo? —preguntó Inyoung, con asombro, dejándose caer en una silla.

Leeteuk se dio cuenta de que había llegado el momento de las explicaciones, pero no sabía por dónde empezar.

—No hay razón para preocuparse, mamá. Los motoristas han venido para mostrar sus respetos a Kangin el día de la boda.

—Dios mío, mi hijo va a tener una de esas bodas de motoristas, ¿verdad?

Leeteuk se acercó a ella y la rodeó con sus brazos.

—Mamá, son inofensivos. Te lo aseguro.

—¿Y tú cómo lo sabes?

—Kangin me lo ha explicado todo.

—Sí, seguro que lo ha hecho.

—Escucha, no te puedes creer todas esas viejas historias sobre motoristas. Esos chicos sólo han venido para divertirse un poco.

—Eso era lo que me temía que dijeras.

—Mamá, todo va a ir bien.

Inyoung suspiró.

—Eso espero. De verdad.

—Ya lo verás. Andarán por ahí. Gastarán dinero y harán felices a los comerciantes. Y tras la boda nos escoltarán hasta que salgamos de la ciudad.

—¿Cómo?

—Irán detrás de nosotros cuando nos marchemos. Serán muchos e irán en doble fila para mostrar sus respetos a Kangin, como ya te he dicho.

Inyoung movió la cabeza.

—¿De verdad va a pasar eso?

—Vamos, mamá.

—¿Me traes dos aspirinas?

Leeteuk besó a su madre en la mejilla.

—Claro que sí —encontró las dos aspirinas y se las dio a Inyoung, después siguió ayudando a Min con las galletas, hasta que, de repente, sonó el teléfono.

Donghae, que se había levantado de la mesa para servirse un poco de café, fue a responder.

—¡No lo toquéis! —Leeteuk no se dio cuenta de que estaba gritando hasta que vio que todos en la cocina se le habían quedado mirando—. Yo responderé —terminó diciendo, un poco avergonzado—. ¿Diga?

—Hola, Leeteuk.

—¿Sí?

—Soy Lee Onew.

Kangin acababa de entrar en la cocina y se puso a su lado.

—¿Podría hablar con Kangin?

—Sí, claro —Leeteuk le pasó el teléfono.

—Sí —dijo con cautela. Escuchó todo lo que le dijo Onew y después murmuró— Sí gracias. Muchas gracias —y colgó.

Miró a Leeteuk que puso los ojos en blanco, indicándole que no tenía por qué decir nada que no quisiera que oyeran los demás, que en ese momento le estaban mirando con interés. Kangin se quedó callado.

El silencio se empezaba a hacer insufrible, hasta que Inyoung, que no podía más preguntó:

—¿Qué está pasando?

Kangin miró a Leeteuk, deseoso de que le echara una mano, pero tenía la mente completamente en blanco, así que Kangin se vio forzado a valérselas él solo delante de la madre de Leeteuk y a sonreír, mostrando toda la calma que pudo.

—No pasa nada, Inyoung, nada en absoluto.

—¿Quién era?

—¿Cómo?

—La persona del teléfono.

—Ah, la del teléfono.

Inyoung se limitó a mirarlo, meneando la cabeza.

—Era… era un amigo —respondió aturullado—. Un amigo que quería, eh, pedirme prestada una manta.

—¿El qué?

Kangin desvió la mirada, agobiado.

—Eh, tal vez te hayas dado cuenta de que hay muchos motoristas en la ciudad.

—Como para no darme cuenta.

—Bueno, pues uno de ellos es un viejo amigo mío.

—¿Y?

—Va a dormir en el camping y se le ha olvidado traer el saco de dormir, así que me ha llamado desde un bar preguntándome si podría ayudarlo —Kangin miró a Leeteuk, dándose cuenta de lo malo que era mintiendo—. Leeteuk, ¿puedes venir conmigo a buscar la manta?

—Por supuesto Kangin.


11 comentarios:

  1. Hola~ no había leído este XD te seguía en Hato pero no había comentado aquí kkkk~ esta genial!! Amooo el KangTeuk y este esta hermosoooo ahora tengo miedito que ellos duden de la boda pero ya solo quedan 2 capis así que esperó que nooo, quiero luna de miel (hay?) Jajajajaa mi usuario es Yosemin y vi lo de la privacidad te mandare mensaje para que no me dejes de mansar mp bye~

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  2. jhasdjdghjdghdsa

    ya no habra boda'! :o si la habra cierto?
    ahhhh
    gdhghdasghd
    m imagino al kangteuk con sus guardaespaldas en moto hsdghds
    ahhhhhh
    solo espero que si se casen porque aunque lo nieguen se aman!! xD




    Gracias una vez mas unnie *-*

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  3. ¿Una Manta? en serio Kangin, una manta xD Lo de mentir no es lo tuyo ¬¬

    Me alegró mucho que de una vez por todas LeeTeuk tuviera esa charla con su mamá y como dice Kangin "le pusiera los límites" al menos ahora sí su mamá trata de llevarse mejor con Kangin y de paso ya no se mete tanto en las decisiones de Teukie.

    Por otro lado, no sé si alegrarme o preocuparme por lo que dijo Kangsoo, ya que al menos esa arpía ya no va a intentar quitarle a SungMin, pero esa era la "principal" razón para que se casen, no? solo espero que la boda siga en pie porque es obvio que ya hay sentimientos entre ellos.

    Gracias por el Mp, ahora te mando mi email.

    Bye ^^

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  4. Excelente capitulo!!! fue muy bueno que Teuk tuviera una conversacion con su madre!! pude imaginarme a Kangin molestando a Teuk por que era un niño malo y que su madre lo regañaría fue tierno a la vez!

    Espero que aunque Kangin tenga la custodia de Min se case ya que en ellos hay amor!!
    Gracias por el MP esperare de nuevo
    cuidate
    Rox Andres

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  5. ahhhh ya solo faltan dos cap y ya!! -llora como niña chiquita- ahh~
    jajajajajajaja no puedo con mi vida!! ese mapache si que es un mal mentiroso!! un punto a favor del pato!!
    ahh que si se casen!!!!! no importa que la bruja loca ya no quiera pelear por Min! que si se casen!!! y hagan muchos hijitos!! y vivan happy happy para siempre!! ♥

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  6. Revisaba todos los dia haber si habías actualizado y nada y por fin hoy llego el día este historia me da miedo todo va tan bien que no se que pueda venir después ojala nada tannnn malo .
    Gracias por actualizar

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  7. Y ahora la boda corre peligro supongo que el hecho de que ahora Min se quedara con su hermano ya no hay necesidad de que se casen...espero no lleguen a pensar en que ya no es necesario unir sus vidas, en tanto la madre de Leeteuk no se de cuenta todo estar bien, salvo los motokeros se porten bien y no hagan nada demasiado loco.
    gracias por el MP y bueno te dejo mi correo para que no me dejes fuera de tus actualizaciones

    dinnarex@gmail.com....y ya sabes te espero en el siguiente capitulo.

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  8. Primero,felicito a leeteuk por ponerle un limite a su mama.
    Felicito a su mamá por "entender" y tratar un poco mejor a kangin
    Lo primero que pense cuando kangin hablo con Onew,pense que le habia dicho la verdad,de que ya se habia detenido la demanda,y que le mintio a teuk para que siguieran con los planes de la boda.
    Pero ahora con la otra llamada,esa platica sera definitiva,para seguir o terminar con esto de una vez.
    No sé,esta claro que se gusta, y esas palabras de te quiero,seguro que teuk no las dice sin un minimo de fundamento,yo opino que sigan con esto y que vean lo lindo que la pasan juntos.
    Ademas,ya admitieron que se gustan,coordinan muy bien,Min esta feliz,falta tan poquito,boda...boda....boda
    Y que por favor,la mama de teuk NO se entere

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  9. ohhhhh.... ahora viene la parte decisiva porque al haberse solucionado todo con min ahora no existiría el motivo real por el que habían decidido casarse espero que aun así decidan hacerlo porque realmente son el uno para el otro a pesar de que aun no afronten sus sentimientos .....
    me encanta esta historia ya quiero leer la continuación
    saludos y cuídate ::::::

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  10. Espero Que si se casen son el uno para el otro se aman jajaj, no creo que estro se arruine, no puede ser sobre todo si medio domaron a la mama de Teukkie, shtt, que haya boda siiii..........gracias por el MP

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  11. Nooooooooooooo lo puedo creer que este pasando esto tan bien que iban las cosas porfavor dime que todabia va ver boda ahora que madre de teukie ya no sr oponia tanto a la boda ellos tienen que estar juntos ya que se aman
    Gracias yota por el MP nos leemos en la siguiente actualisacion te cuidas mucho kiss kiss
    Att Eidenelf

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...