Sapphire Wolf (T7)- 9



«Te extraño», susurró Kangin en la mente de su compañero.
Habían pasado dos semanas desde que se habían ido. Dos semanas desde que su padre había decidido ir y enfrentar al Hechicero Gura. Dos semanas desde que Hyukjae y él se habían desgarrado el uno al otro. Dos semanas lejos de su compañero y sentía como si él no lo había tocado en dos años.
«También te extraño», su voz fue una caricia contra su piel de lobo. Su dolor era un dolor físico, no solo por el vínculo entre ellos, sino porque realmente odiaba estar sin él. Era la parte más brillante de su vida, y sobre todo ahora, durante estos tiempos oscuros, necesitaba su luz más que nunca.
«Pareces mejor», le dijo Teukkie, «más en control».
«Lo estoy».
«¿La lucha ayudó?» Casi se rió del escepticismo en su voz. ¿Cómo puede un hombre explicar a una pareja que a veces necesitas golpear algo, o en su caso a alguien, para que las cosas estén bien?
«Me gustaría entenderlo yo mismo, Angel, pero sí, ayudó. Lamento haberte hecho daño. Te quiero más que a nada. Te quiero aquí conmigo, donde perteneces». Kangin imaginó que probablemente sonaba un poco como a un niño petulante, pero no le importó. Él quería a su pareja.
«¿Vas a estampar el pie?» Su risa calentó los lugares fríos y oscuros dentro de él y no pudo evitar la sonrisa que se extendió por su cara.
«¿Eso va a hacer que te metas a un avión y consigas traer tu lindo trasero de vuelta aquí?»
Leeteuk se echó a reír de nuevo. Oh, cómo echaba de menos ver la sonrisa que viene con esa risa.
«No, pero sería divertido de ver. Deja de preocuparte por mí y ayuda a tu padre. Estamos completamente seguros aquí. Hemos ido de compras y escuchado a Hee quejarse de lo grande que su trasero se está poniendo».
«Suena divertido», le dijo secamente. «Y ambas son cosas que pueden hacer aquí».
«Kangin».
«¿Qué?»
«Pronto».
Kangin gruñó.
«No lo suficientemente pronto». Él le envió una imagen de él besándolo, dejándole sentir a través de su vínculo la necesidad que sentía. Le oyó quedar sin aliento y sonrió para sus adentros.
«No estás jugando limpio», le dijo Leeteuk sin aliento.
«Nunca dije que lo haría, amor. Yo juego para ganar».
«Oh, chico».
Kangin se echó a reír a carcajadas con sus palabras y no pudo evitar burlarse de él un poco más antes de desearle las buenas noches.

***
—¿Hola? —La pregunta en la voz de Hyukjae hizo a Donghae  sonreír.
—Hola —dijo alegremente.
—Donghae mío, ¿por qué me llamas por teléfono?
Donghae sintió el calor de su sonrojo trabajar hasta sus mejillas al darse cuenta de lo estúpido que había sido su idea. Pero quería oír su voz, no solo en su mente. También quería oírla físicamente. Ni siquiera sabía si eso tenía sentido, pero a pesar de eso, había levantado el teléfono y marcó su celular, algo que nunca había hecho antes.
—No te avergüences, ojos marrones. Sé lo que quieres decir. Es diferente escuchar a alguien en tu mente que con tus oídos. Lo entiendo —le dijo él tiernamente.
—¿En serio?
—Sí, lo hago.
Donghae sonrió mientras se recostaba contra el sofá. Era muy tarde y todo el mundo estaba dormido. Él no había podido dormir. Lo único que había podido hacer era pensar en Hyukjae, en sus ojos, su hoyuelo, sus cálidas manos seguras y aire arrogante. Su compañero, su marido, a quien extrañaba como loco.
—¿Se supone que duela? —le preguntó.
—Nuestro vínculo, nuestros lobos, demandan que nos mantengamos cerca. Somos un alma con dos mitades, y no quieren estar separadas. Lamento que te duela. No quiero eso para ti. —podía sentir sus dedos en su cara, por lo que cerró los ojos y disfrutó de la sensación que sabía estaba allí solo porque él estaba compartiéndolo a través de su vínculo.
—¿Por qué te tomó tanto tiempo ponerte en contacto conmigo después de tu pelea con Kangin? —Finalmente hizo la pregunta que había estado molestándole desde hace dos semanas. Habían hablado a través de su vínculo a diario desde la lucha, pero no había sacado el tema. Algo en sí le había dicho que no era el momento adecuado. Pero por alguna razón, ahora se sentía bien.
—Tenía que lidiar con mis emociones antes de abrirme a ti. La violencia no es algo que quiero compartir contigo y, a veces después de una pelea, nuestro control puede ser un poco irritable.
Donghae  se inclinó hacia delante.
—¿Qué es lo que no me estás diciendo, Hyukjae? —Se detuvo y lo pensó por un segundo—. Espera, si yo hubiera estado allí, ¿te hubieras sentido fuera de control? — esperó su respuesta, y cuando no lo hizo, gruñó—, contéstame.
—Sí, si hubieras estado aquí las cosas hubieran sido diferentes.
—Entonces, ¿por qué me dejaste ir? —El corazón de Donghae  dolió ahora al saberlo. De lo que Hyukjae estaba compartiendo a través de su vínculo, él había estado envuelto en mucha furia después de su pelea con Kangin.
—Lo siento —susurró.
—No lo estés, Donghae  mío. No fue tu culpa. Sabíamos de los riesgos que estábamos tomando cuando los enviamos lejos.
—Estúpido —se quejó.
—Probablemente —dijo riendo—. Te extraño, ojos marrones.
La piel de Donghae  se calentó cuando oyó el fuego lento de la pasión en su voz profunda. Conocía ese tono. Lo conocía incluso antes que él enviara el pensamiento que estaba planeando de volver su piel en quince tonos de rojo.
Él se rió entre dientes.
—Mi dulce inocente Donghae  —murmuró.
—No tan inocente —le dijo con valentía. Hyukjae ronroneó para él a través del teléfono
—Vuelve a casa y pruébalo.

***
—¿Cómo te sientes? —preguntó Siwon mientras escuchaba la respiración de Heechul a través del teléfono.
—Voy por los cuatro meses y medio de embarazo, Siwi. Me siento gordo. ¿Cómo te sientes tú? —Heechul no ocultó la frustración o el dolor en su voz.
—Me siento solo, princesa —le dijo con sinceridad. Cada día se estaba volviendo más y más doloroso. Respirar se estaba convirtiendo cada vez más una carga que una necesidad y había considerado renunciar más de una vez.
—¿Eso quiere decir que me extrañas? —preguntó.
—Más que nada.
—Bien.
Él se rió ante su tono y luchó contra el impulso de alcanzarlo a través del teléfono y tirarlo hacia él, si tal cosa fuera posible.
—Estoy cansado, B —le dijo suavemente—. Te amo.
—Está bien nene, voy a dejar que duermas un poco.
Heechul se rió.
—No creo que alguna vez me hayas dicho esas palabras.
Siwon sonrió para sus adentros. Él tenía razón.
—Y te gusta que no lo haya hecho —coqueteó él. No debería estar coqueteando, no debería estar haciendo nada para fortalecer el vínculo, pero lo echaba de menos y el dolor de eso comenzaba a volverlo loco.
—Tienes razón, mi compañero caliente; me encanta que nunca me dejas dormir. Pero estás por allá tan lejos y yo estoy por aquí, así que tus manos increíbles no pueden mantenerme despierto esta noche.
—Quieres apostar. —¡CALLATE!, pensó para sí mismo. ¿Qué diablos estoy haciendo? Estoy coqueteando con mi pareja, eso es lo que es, gruñó para sí,  y estoy jodidamente hablando conmigo mismo. Siwon dejó escapar un suspiro exasperado—. Tan pronto como estés en casa, no vas a dormir por un tiempo — le dijo sugestivamente.
—Eso es solo porque voy a tener un babero manteniéndome despierto.
—¿Es ese mi nuevo apodo de dormitorio?
Esto provocó una carcajada de Heechul y su lobo quiso rodar en torno a la alegría de escuchar a su compañero tan despreocupado.
—Esa fue una buena, Siwi. —Dejó escapar un suspiro cuando la risa se calmó—. Realmente te extraño —le dijo en voz baja.
—Lo sé cariño, lo sé.
—Buenas noches, B —dijo finalmente después de varios segundos de silencio.
—Buenas noches, princesa.

***
«¿Vas a buscar a Gura mañana?», le preguntó Hyesung a su   compañero.
Junjin dejó escapar una respiración lenta y profunda, y Hyesung sintió su agotamiento a través de su vínculo.
«Quiero verlo cara a cara una vez más».
«Recuerdas que él te mató, ¿verdad?»
Estaba tratando de ser paciente  con su compañero, pero estaba empezando a sentirse un poco desesperado ante la idea de él básicamente yendo a ver a su asesino.
«Él no tiene ningún rencor contra mí, mi príncipe. Yo simplemente estaba destinado a ser un ejemplo», le aseguró.
«Exactamente, estabas destinado a ser, pero que no moriste. Él podría tomar eso como un reto».
«Luna», le susurró. «Sabes que no puedo sentarme y esperar a que él decida hacer algo. No quiero que nosotros o cualquiera de nuestros aliados tenga que vivir mirando sobre sus hombros, preguntándose cuándo finalmente va a asomar su fea cabeza».
Hyesung sabía esto. Sabía que tenían que hacer algo, pero también sabía que Gura ya había hecho en cierto modo un movimiento cuando se había aparecido a sí mismo fuera de la casa de Sora. Había ocultado este pequeño detalle de Junjin, y seguiría haciéndolo hasta que sintiera absolutamente necesario decírselo.
«Ten cuidado, por favor», dijo finalmente. «Te amo, Junjin».
«Y yo soy un hombre mejor debido a ello». Él empujó su amor a través de su vínculo, envolviéndole en su olor y calidez. «Te amo mi príncipe, mantente a salvo».

***
Sora saltó cuando su teléfono comenzó a vibrar en su mesita de noche. Sabía quién sería, por lo que tuvo que frotar sus palmas, que habían desarrollado repentinamente glándulas sudoríparas hiperactivas, en sus muslos antes de tomar el teléfono.
—Hola —dijo con calma, aunque sentía todo lo contrario.
—Pequeña —la voz profunda de Jungsoo se extendió a través del teléfono y ella juró que pudo sentir su caricia en la cara. No había oído hablar de él en más de una semana y había tomado todo dentro de ella el no levantar el teléfono y llamarlo.
—Jungsoo —respondió ella.
—¿Cómo estás?
Se sentó en la cama y cruzó las piernas mientras pensaba en su  pregunta. ¿Cómo estaba? Cansada y algo sola porque lo extrañaba, pero en general estaba bien.
—Estoy bien —respondió ella con sinceridad.
—¿Ah, sí? —Oyó la decepción en su voz y eso casi la hizo reír. Él pensaba que ella no lo extrañaba. Hombre   estúpido.
—Estoy bien dadas las circunstancias, Jungsoo. Preferiría estar contigo. ¿Eso te hace sentir mejor?
—Mucho —le dijo, bajando la voz a un gruñido profundo—. Te extraño como un loco —admitió—. Te quiero aquí conmigo. Necesito que creas eso. Solo quería que volvieras porque pensé que sería más seguro allí.
—Lo sé —le dijo ella—. Lo entiendo, pero desearía que lo hubieras hablado conmigo, en vez de decirme qué hacer. Soy una adulta, Jungsoo. Puedo decidir por mí misma en qué peligro quiero ponerme.
Él se echó a reír.
—Mujer, eres mi compañera. Cuando se trata de cualquier peligro y tú, siempre voy a ser el que toma las decisiones.
Sora puso los ojos en blanco.
—Eres un cavernícola.
—Tal vez —concordó él—, pero te amo y no quiero que te pase nada.
Sora sintió que su estómago saltó a su garganta por su declaración. Él no tenía idea de lo que significaban esas palabras para ella, y no sentía que a través del teléfono fuera la manera de explicarlo.
—Yo también te amo, Jungsoo —le dijo en voz baja.
—Bueno, mantente a salvo, y —hizo una pausa—, mantente alejada de cualquier hombre.
Ella se echó a reír.
—Nadie va a hacerme daño aquí, Jungsoo.
Él gruñó.
—No estoy preocupado por ellos lastimándote. Estoy preocupado de ti siguiendo adelante.
—¿Vas a venir por mí, cuando sientas que es seguro? —preguntó.
—Sí —no hubo titubeo en su respuesta—, y si otro hombre está en la imagen, Sora, no soy el tipo que solo se aleja. Deberías saber eso ahora mismo. Eres mía. No voy a renunciar a ti.
Sora dejó escapar un fuerte suspiro.
—Mi hijo está tan en lo cierto sobre ustedes los machos Alfa: mandones y posesivos. Afortunadamente, no tienes pelaje, por lo que creo que tengo una preocupación menos de las que él tiene.
Jungsoo se rió entre dientes.
—Tengo que admitir que también estoy feliz de no tener pelaje. Pero él tiene razón; somos muy, muy posesivos. Voy a dejar que descanses un poco. Necesitaba escuchar tu voz. Te amo —le dijo él de nuevo.
—Yo también te amo, buenas noches. —Sora colgó y sintió que su corazón se aligeraba solo un poco. Se negó a ceder a la tentación de saltar y chillar. Decidió que eso sería un poco demasiado ridículo. Lo echaba de menos, pero se sentía mejor acerca de dónde estaban en su relación. Él la quería, y por ahora eso era suficiente.


Gura estaba de pie justo en el borde del bosque de su hermano. Sabía que Jungsoo se había ido de nuevo, visitando a los lobos. Se rió para sus adentros. Jungsoo pensaba que los lobos podían derrotarlo. Pero Gura no era una simple bruja con un deseo de poder. Su causa era mucho más específica y mucho más personal. Él quería venganza, restitución y retribución. Al principio, había planeado satisfacerse con tomar a Sora, la nueva compañera encontrada de su hermano. Pero ahora, él sonrió. Ahora tenía todo un harén a su disposición.
—Pensé que serías más difícil de encontrar. —La profunda voz detrás de él no le asustó. Supo que él iba a venir, lo sabía, y le dio la bienvenida.
—El Rey de los lobos me honra con su presencia. No es el Rey que me esperaba, pero sin embargo servirás —dijo a Junjin cuando se volvió para enfrentarlo.
—¿Qué es lo que quieres, Gura? —preguntó Junjin in rodeos.
—¿No hay bromas? Bueno, debo haberte realmente ofendido.
—Tiendo a ofenderme cuando alguien me mata, así que pido disculpas si estoy siendo un poco brusco.
Gura rió.
—Me gustas, Alfa. Tienes sentido del humor.
—Mi nuero estaría orgulloso —dijo suavemente—. Una vez más pregunto ¿qué es lo que deseas?
—Lo que quieren todos los hombres que han perdido el amor: hacer que quien se lo llevó pague. —Gura dio un paso a la izquierda e hizo un gesto en dirección a la montaña y fortaleza del Hechicero—. Mi hermano ha gobernado durante siglos. Ha vivido con mi gente siguiendo cada orden suya mientras yo me he marchitado lejos con mis lamentos.
—¿Y de quién es la culpa? —preguntó Junjin—. Te has separado de tu Rey, de tu gente. Tú has tomado la decisión de poner el dolor de tu pérdida por encima de tu buen sentido.
Gura gruñó.
—¡ES POR SU CULPA! —Respiró profundamente varias veces antes de hablar de nuevo, esta vez no tan fuerte, pero cada sílaba con la misma intensidad—. Él es el Rey; tiene el poder absoluto y debería haber evitado su búsqueda insensata.
—Sabes mejor que nadie que no se puede controlar a una pareja. Son tan tercas como nosotros lo somos, sobre todo cuando se trata de fomentar las relaciones y crear la paz. La muerte de tu compañera se encuentra en manos de sus agresores y de nadie más.
—Oh, ¿en serio? Ponte en mi lugar. ¿Y si fuera tu compañero quien hubiera insistido en venir aquí hoy, en vez de ti? ¿Y si tu Beta fuera el último en hablar con él? ¿Y si él viniera y yo lo matara? ¿A quién culparías? ¿A mí? Por supuesto. Pero, ¿quién más? ¿No debería haber estado absolutamente seguro de que él no se iba a poner a sí mismo en peligro?
Los ojos de Junjin habían empezado a brillar.
—Como su compañero, en última instancia, sería mi culpa. Él es mi responsabilidad. Pero también es responsable de sus acciones. Tu compañera era un adulto, y tomó la decisión de hacer algo peligroso porque creía en la causa detrás de eso.
Gura negó con la cabeza.
—Creo que realmente podrías haberme gustado en diferentes circunstancias. Pero, por desgracia, nos hemos encontrado en un campo de batalla en lugar de un momento de paz. Puedes irte ahora, Junjin, Alfa y Rey de los lobos. Pero, dudo que nuestra próxima reunión termine con esta civilidad.
Junjin observó al Hechicero durante varios segundos antes de volver a hablar.
—Yo también desearía que las cosas fueran diferentes, pero no puedo dejar que lastimes a Sora. Ella es parte de la manada y yo protejo lo que es mío.
Gura observó con fascinación. Junjin se volvió y, en un abrir y cerrar de ojos, donde un hombre había estado, un lobo saltó hacia el bosque.
—Bueno, las cosas solo se ponen más interesantes —murmuró, y luego se volvió de nuevo a la montaña. Metió la mano en el bolsillo y sacó un frasco de sangre, desenroscó la tapa y arrojó el líquido rojo hacia la fortaleza. Sus brazos se extendieron y cerró los ojos mientras repetía las palabras del hechizo que había compuesto.

“Magia antigua, nacida de la oscuridad, Trae tu poder, trae tu voluntad.
Qué reine el caos, devuelve la guerra, No vendrá la paz, nada se aquieta.

Ira, dolor gobernará sus corazones, Enfermedad, afección llenará sus camastrones, Hiere sus almas como dardos envenenados,
Causa en sus cabezas preocupaciones y estragos.”

Gura sintió una descarga poderosa pasar través de él y supo que la magia había hecho su función. Ahora todo lo que tenía que hacer era esperar por unos días y dejar que el hechizo se instalase y empezara a hacer su trabajo.
Cerró los ojos mientras se imaginaba la casa que había visitado, la casa de Sora, y a todas las deliciosas parejas lobos y gitano también. Sonrió lentamente; su recompensa por su paciencia sería genial, y Jungsoo y los lobos ni siquiera se darían cuenta de lo que habría sucedido hasta que fuera demasiado tarde.


***
Jongkook se situaba en el arsenal de la fortaleza en la montaña comprobando el número de armas que tenían. Había pasado mucho tiempo desde que nuevas armas hubieran sido forjadas. Debido a esto, él había estado en contacto con el Príncipe Hyungsik de los Elfos, solicitando ayuda para crear algunas nuevas.
Jungsoo tenía la esperanza de evitar una batalla sin cuartel con su hermano, pero pensó que era mejor estar preparado que solo tener la esperanza de no necesitarlas.
—¿Has decidido qué es lo que te gustaría que mis Elfos hagan por ti? —La voz de Hyungsik rompió a través de sus pensamientos.
—Un montón de arcos y flechas para empezar; supongo que luchar desde la distancia probablemente será una buena cosa por hacer con Gura.
—Pero, ¿qué estarán enfrentando? ¿Va a tener un ejército? —preguntó Hyungsik.
—Honestamente, no tengo ni idea.
—¿Eso no te preocupa?
Jongkook negó con la cabeza.
—Lo que me preocupa es que hay algo en todo esto que se siente mal. Jungsoo está convencido de que Gura simplemente busca herirlo a él o a Sora, pero creo que tiene planes más grandes que eso.
—El bosque está lleno de su oscuridad. —Hyungsik miró a la pared de roca que los rodeaba, como si pudiera ver a través de ella hacia el bosque del que hablaba—. Es como una malévola enfermedad que descompone el aire.
Jongkook tomó aire, pero el aire quedó atrapado en sus pulmones. Empezó a toser hasta que tuvo que apoyarse en una hilera de espadas para evitar caerse. Se sintió mareado y la habitación empezó a girar delante de él.
—General, ¿estás bien? —preguntó Hyungsik mientras daba un paso  hacia él.
Jongkook cerró los ojos y trató de enfocarse. Contó hasta diez y, finalmente, la sensación pasó y pudo respirar de nuevo.
—Estoy bien, lo siento —se aclaró la garganta—. No sé lo que fue, pero ahora puedo respirar mejor.
Hyungsik lo observó brevemente antes de asentir.
—Voy a conseguir tus arcos y algunas nuevas espadas también. Volveré en una semana con ellas.
Jongkook asintió.
—Gracias. Príncipe Hyungsik.
Una vez que el Príncipe Elfo se hubo ido, Jongkook se sentó bruscamente en uno de los bancos que se alineaban en las paredes. Él no sabía lo que estaba pasando, pero su corazón latía dolorosamente en su pecho, y su cabeza se sentía como si pudiera dividirse y abrirse.
Él le había dicho la verdad cuando dijo que podía respirar de nuevo, pero no añadió que ahora todo su cuerpo se sentía como si algo estuviera tratando de explotar fuera de él, como si su piel se estuviera estrechando firmemente en contra de su armadura.
Oyó una conmoción en el pasillo y trató de escuchar para ver lo que estaba pasando. Él no tuvo que escuchar mucho tiempo cuando la puerta por la que había salido Hyungsik recientemente se abrió de golpe.
—Jongkook tienes que venir ahora mismo. —Finbar, el compañero de una de sus sanadoras, hizo un gesto para que lo siguiera.
—¿Qué está pasando? —preguntó mientras se levantaba del banco y permanecía inmóvil hasta que se sintió lo suficientemente estable como para moverse.
—Solo date prisa, por favor —dijo Finbar desesperadamente.
Él lo siguió rápidamente, y su piel comenzó a tensarse cuando oyó lamentos. Entraron en el gran salón de la montaña y la boca de Jongkook cayó abierta.

—¿Qué pasó? —preguntó mientras su estómago se volcaba con los olores enfermizos que impregnaban el aire.


2 comentarios:

  1. O_____O
    Ay si, ay si...
    Rodos se extrañan pero nadie es lo suficientemente inteligente para decirle a los machos que Gura los visito....
    Les va a ir(?)

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  2. No pues perfecto
    Se quejan de los lobos y que hacen esto y lo otro y que no les dicen nada...pero la parejas no les dicen que Gura sabe donde están,y que de alguna forma los ha visitado....ah no,pero que hagan eso los lobos sería la traición...por estás cosas es que las parejas me desesperan muchas veces...¬¬
    Me encanta que Kangin se esté recuperando y que ya esté más cerca de estar bien,con él mismo y con Teuk....ya necesitan estar bien.
    Siwon malo...incitando a Hee desde lejos. Se traiciona él mismo,se supone que no debería de hacer eso,pero es entendible,todo lo está haciendo por Hee y por el bebé T__T
    Hae le preguntan a Hyuk que por qué no lo detuvo...pero si él y los demás ya casi estaban con un pie en el avión...se lo incinuo y el mismo Hae le dijo que iría.
    Pero bueno...al menos están bien,Hyu y el ni tan inocente Hae

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...