Esposo Inesperado - 9



Dentro de la casa hacía mucho más fresco que fuera. A Heechul le encantaron el color de las paredes y los suelos de mármol, las lámparas de cerámica, los libros y las plantas. Era una casa sumamente acogedora.
—Todo parece nuevo —comentó Heechul con sorpresa.
—Decidí cambiar el dormitorio —Siwon le sonrió—, ahora que ya no soy soltero. ¿Quieres ir a verlo?
—Si... si tú quieres...
El encargado los condujo al dormitorio y anunció con orgullo:
—Miré, Señor.
Las contraventanas estaban abiertas y la habitación inundada de luz. Desde el umbral de la puerta, Heechul recibió una confusa impresión de paredes claras, vaporosas cortinas, un enorme ventanal con vistas al mar y una cama enorme.
Pero al adentrarse en la habitación, se quedó casi sin respiración al ver lo que había encima de un montón de cojines en la cama.
Era el retrato, sin marco, de un joven tumbado de costado con la cabeza sobre los brazos y una pierna algo alzada. Era un joven hermoso. Un joven de ojos rasgados y oscuros, piel color oliva. Estaba desnudo.
Y no le cabía duda alguna de quién era el pintor. Reconoció el estilo de Siwon al instante.
Cuando volvió la cabeza para mirar a Siwon, lo sorprendió sonriendo. Evidentemente, estaba recordando el momento en que aquel joven yacía tumbado en su cama, en carne y hueso.
De repente, Heechul recordó el dibujo que Siwon había hecho de él: una mezcla de bruja y murciélago.
«Me deseó una noche porque yo era virgen y, por lo tanto, una novedad. Pero... ¿cuántas veces ha hecho el amor con el joven del cuadro en esta misma habitación?».
Una profunda tristeza le embargó. Y también ira y humillación. Heechul dio un paso hacia él.
—Te resulta divertido, ¿verdad? —dijo con voz temblorosa—. Pues a mí no.
Y le dio una bofetada con todas sus fuerzas.
Al momento, se dio media vuelta y salió corriendo, seguido de las miradas de perplejidad de los allí reunidos.
Siwon le dio alcance con facilidad y lo llevó a la primera habitación que estaba a mano. Allí, lo obligó a mirarlo a la cara.
—¡Cómo te atreves! ¡Cómo te has atrevido a avergonzarme delante de mis empleados!
—¿Te parece de buen gusto el regalo de boda que me has hecho? Supongo que es de tu período juvenil, ¿eh? Alguien a quien has examinado milímetro a milímetro, ¿no?
—Cuidado, Heechul. Cualquiera que te oyera diría que estás celoso.
—Ni lo sueñes. Desde el principio dejé muy claro que tu vida era asunto tuyo. Lo que pasa es que no me gusta que me humillen en público, esperaba que fueras más discreto.
Heechul apartó la mirada de él y añadió:
—Creo que deberías decirme su nombre por si me lo encuentro uno de estos días.
—Se llama Eddie Peng—respondió Siwon—. No vas a encontrarlo en esta casa y espero que en ningún otro sitio. Forma parte del pasado.
—Pero era... tu amante, ¿verdad? —preguntó con incontenible dolor.
—Naturalmente —contestó él en tono impaciente— Heechul, si hubiera querido ser célibe me habría metido en un monasterio. No finjas que no sabías que ha habido otras parejas en mi vida.
—Fingir es lo que parece que no puedo dejar de hacer últimamente. Pero todo tiene su límite —Heechul miró a su alrededor, un dormitorio de invitados—. Creo que voy a dormir aquí esta noche y el resto de las noches que permanezca en este lugar.
Entonces, alzó la barbilla y añadió:
—En cierto modo, tu Eddie me ha hecho un favor inmenso. A nadie le extrañará que, después de lo que ha pasado, estemos enfadados y durmamos separados.
—Te equivocas —contestó Siwon— En ese momento, todos los miembros del servicio de esta casa piensan que estamos juntos en la cama reconciliándonos apasionadamente. Y tú vas a dormir en nuestra habitación, amor. Recuerda que sólo tú y yo sabemos la verdad.
—No.
—Sí —dijo Siwon con decisión, y se tumbó en la cama.
—¿Qué estás haciendo?
—Dejando pasar el tiempo. No olvides que creen que estamos reconciliándonos, haciendo el amor —Siwon, tumbado boca arriba, se puso los brazos debajo de la cabeza—. Siéntate en el sillón mientras  esperamos, a no ser que prefieras tumbarte conmigo en la cama.
—Me sentaré en el sillón —respondió él.
Pronto el silencio se hizo opresivo o, al menos, eso le pareció a Heechul. Sin embargo, Siwon parecía completamente tranquilo y a punto de quedarse dormido.
—¿Puedo preguntarte una cosa? —dijo Heechul.
—Pregunta lo que quieras.
—¿Cómo conociste a... Eddie?
—Estaba de visita en la villa que una amiga suya había alquilado para pasar el verano en un pueblo cercano. Me invitaron a una fiesta y Eddie, que se había enterado de que era pintor, se puso a hablar conmigo de arte y me preguntó si podía ver mis cuadros.
Siwon se interrumpió un segundo antes de continuar.
—Al día siguiente, vino al estudio que yo tenía en el pueblo. Le gustaron mucho mis cuadros y sugirió que le hiciera un retrato. Yo le contesté que el retrato no era lo mío. Pero, mientras se lo explicaba, él se desnudó y me resultó imposible negarme.
Heechul respiró profundamente.
—¿Te enamoraste de él?
—Ya lo has visto, Heechul. Digamos que, en ese momento, satisfacía mis necesidades.
—Es muy... hermoso. ¿Había hecho de modelo para pintores antes?
—Es posible. Desde luego, la modestia no era una de sus virtudes. Pero lo que realmente quería era convertirse en actor. Y, aunque no lo dijo al principio, me convenció para que le diera dinero para financiar su carrera.
—¿Y lo hiciste?
—Iba a hacerlo, pero Eddie cometió el error de invitarme a una representación suya en una producción privada—Siwon suspiró—. Fue realmente horrible.
Siwon, de repente, sonrió traviesamente.
—Hoy, al ver la cama, he pensado que quizá tuviera más suerte como decorador de interiores. Me preguntó cuál de los criados se ha aliado con él para colocar el cuadro en la cama.
—Quizá lo haya hecho a escondidas, sin que nadie le viera.
Siwon hizo una mueca.
—No es fácil meter un lienzo de ese tamaño en una casa; además, tenía que saber en qué habitación. No, alguien lo ha ayudado, de eso estoy seguro —Siwon hizo una pausa—. He ordenado que quemen el lienzo.
—¿Significa eso que nunca lo trajiste aquí, a tu casa? —Preguntó Heechul — ¿A pesar de ser amantes?
—Nos veíamos en el estudio, en la villa de María y en el piso que tengo en Seúl. Además, yo viajaba mucho y, de vez en cuando, él me acompañaba. Pero nunca estuvo aquí. Hace mucho tiempo decidí que la única pareja a la que traería a esta casa sería a mi esposo.
Heechul suspiró profundamente.
—¿Cómo y cuándo rompisteis?
—Cuando le dije que me iba a Londres a pintar. Suponía que me acompañaría. Sin embargo, cuando se enteró de que no iba a viajar en primera y que iba a ganarme la vida como buenamente pudiera, su interés por mí se desvaneció con vertiginosa rapidez.
Siwon sonrió burlonamente y continuó.
—Cuando nos separamos, como estaba muy enfadado conmigo por haberle destruido los planes que tenía respecto a mi cuenta bancaria, me insultó, me llamó de todo, y me dijo que algún día me arrepentiría de lo que iba a hacer. Al parecer, ésta ha sido su venganza —Siwon se tocó la mejilla que Heechul le había abofeteado—. Espero no recibir otra.
—Siento haberte pegado —dijo Heechul con voz tensa—. No sabía nada de esto.
—Yo también siento darle a Eddie la satisfacción de enterarse de cómo has reaccionado.
Se hizo un silencio, que Siwon quebró.
—Y ahora, ¿querrías decirme una cosa?
—Depende de qué —respondió Heechul, instantáneamente a la defensiva.
—¿Por qué nunca hablas de tu madre? —preguntó Siwon. Heechul se mordió los labios.
—¿No te ha contado nada mi abuelo?
—Tu abuelo me dijo que tu madre te había dejado a su cargo cuando eras pequeño y que, con los años, habías perdido el contacto con ella.
Heechul asintió sin mirarlo.
—Lo último que sé de ella es que estaba en Argentina, pero no contestó a ninguna de las cartas que le enviamos. Puede que se haya ido de allí... con otro hombre, naturalmente. Solía ir de hombre en hombre...
—¿Es por eso por lo que tú no has querido tener relaciones?
Heechul alzó la barbilla.
—Si eso fuera verdad no estaría aquí.
Siwon suspiró.
—Heechul, tú no estás aquí de verdad. Al menos, todavía no —hizo una pausa— Se la podría localizar.
—Sería como buscar una aguja en un pajar —dijo Heechul sonriendo tristemente—. Además, si mi madre quisiera ponerse en contacto conmigo, sabe dónde.
—¿Es por eso por lo que StarM es tan importante para ti, porque es el sitio donde te dejó y donde puede encontrarte si quiere?
—No —respondió Heechul— StarM es mi hogar, igual que esta casa es tu hogar. No es más que eso. Olvida la psicología barata.
—Como quieras —Siwon se encogió de hombros y se sentó en la cama—. Bueno, creo que ya ha pasado el tiempo suficiente para nuestra reconciliación. Iré a decirle al ama de llaves que estás durmiendo y que venga a despertarte dentro de una hora con una taza de café. Así que, cuando me vaya, desnúdate y métete en la cama.
—¿Por qué?
—Porque no he podido hacerte el amor vestido, ¿no te parece?
—Ah, ya. Está bien.


Heechul tapó el bote de crema protectora y se recostó en la tumbona con un suspiro, escuchando el susurro de las olas a unos metros de donde se encontraba. Eran las once y media de la mañana y ya hacía calor.
—No te quedes al sol mucho tiempo —le aconsejó Siwon—. Ponte mucha crema y bebe mucha agua. 

A Heechul le encantaba esa pequeña playa, mucho más que la atmósfera de la casa, donde todos pasaban por su lado casi de puntillas por miedo a ofenderlo.
Por fin, habían descubierto quién había metido el cuadro en la casa y lo había colocado en la cama. Esa joven tan bonita había confesado su delito porque el joven Pang le había prometido ayudarla a convertirse en modelo.
«Pobre chica», pensó Heechul con otro suspiro. Y todo por destruir un matrimonio falso.
Ahora que ya había pasado un tiempo de su llegada, la relación con Siwon se había tornado fría y distante. Él pasaba el menor tiempo posible en su compañía y evitaba hablar de temas personales cuando estaban juntos; normalmente, durante las comidas. En estas ocasiones, Siwon solía hablar de la situación política, de la agricultura regional y de la industria del turismo.
Suponía que debía alegrarse de que él ya no intentara presionarlo para que fuera su esposo de verdad. Sin embargo, se encontraba sumido en una profunda crisis emocional, incluso asustado por la alegría irracional que sentía cada vez que lo veía. Consciente de que sólo el miedo le impedía arrojarse a sus brazos cuando Siwon volvía a casa.
También era consciente de lo mucho que echaba de menos su sonrisa, el calor de su roce...
Siwon pasaba muy poco tiempo en casa. Y Heechul pronto había averiguado que Choi Corporation era más que una cadena hotelera, con un negocio que incluía transporte, industria e incluso agricultura. Por lo tanto, el exceso de trabajo de Siwon desde su regreso le había proporcionado la excusa perfecta para sus ausencias.
Aunque no podía culparlo, pensó Heechul con otro suspiro. De estar en el lugar de Siwon, él preferiría pasar las noches en la habitación de cualquier hotel más que en la estrecha cama del cuarto de vestir, unido al dormitorio principal, donde Siwon dormía.
Heechul agarró su reloj de pulsera, que había dejado encima de la mesa al lado de la tumbona, se lo puso, recogió sus cosas y las metió en la bolsa de rafia.
Era hora de volver a la casa para el almuerzo semanal en compañía de su suegro.
Estaba seguro de que iban a discutir, esta vez, por su negativa a dar una fiesta para celebrar su cumpleaños, que iba a ser en unos días. Choi Kangta quería dar una fiesta por todo lo alto, con baile, corderos asados y muchos invitados. Y él se había negado.
Choi Kangta no era un hombre que supiera aceptar una negativa, pensó Heechul. Y Siwon no estaba allí para apoyarlo, ya que llevaba dos días en Seúl.
Después de ducharse y vestirse, se miró al espejo contento con el resultado,  veía la imagen del perfecto esposo, pensó con ironía mirando en dirección a la puerta cerrada que daba al vestidor, donde dormía Siwon. Y recordó cómo, durante la primera semana, había yacido tumbado en la cama por las noches esperando a que la puerta se abriera y Siwon fuera a él.
Sus esperanzas se estaban desvaneciendo ahora que Siwon pasaba cada vez más tiempo fuera. Le costaba conciliar el sueño, no dejándose de preguntar si él estaría solo.
Se arrepentía de no haber tenido el valor de decirle que lo deseaba, que lo necesitaba tanto como necesitaba respirar.
Pero no lo había hecho y no lo haría. Porque sus vidas iban por senderos diferentes y nada podría cambiar eso, y mucho menos un pasajero deseo físico.
Tenía el coche fuera, esperándole: un descapotable rojo que había aparecido a los dos días de su llegada.
—Mi regalo de bodas y tu independencia —le había dicho Siwon con una sonrisa fingida—. Algo que creo que podrás aceptar.
Y tras esas palabras se había alejado.
Choi Kangta lo estaba esperando en la amplia terraza de su casa con vistas al mar. La mesa ya estaba puesta, como de costumbre, bajo un emparrado. Lo saludó educadamente, pero lo miró con expresión crítica mientras le ofrecía una copa de vino frío.
—Has perdido peso —comentó su suegro sonriéndole fríamente—. ¿Es que no te gusta la comida de aquí o sientes que mi hijo pase tanto tiempo fuera de casa?
—Siwon toma sus responsabilidades muy en serio —respondió él—, como usted debe de saber. No puedo protestar por ello. Y tiene un cocinero maravilloso; anoche, por ejemplo, me hizo un curry estupendo.
Kangta lanzó un bufido.
—Lo que debería hacer es darte una buena comida y hacer que engordaras un poco.
Kangta guardó silencio mientras dos sirvientas uniformadas servían el primer plato: pimientos rellenos con carne picada y arroz.
Cuando volvieron a quedarse solos, su suegro continuó:
—Esperaba ver más a mi hijo ahora que ha vuelto de Inglaterra; sobre todo, teniendo en cuenta que es recién casado —Kangta hizo una pausa— Quizá, si tuviera más caliente la cama, pasaría más tiempo en su casa.
Kangta lo miró significativamente.
A Heechul le tembló el tenedor que tenía en la mano, pero le devolvió la mirada con expresión impasible.
—¿Qué quiere decir? Usted no sabe nada de...
—Pero los criados lo saben todo —lo interrumpió Kangta—. Y también hablan, y dicen que tú duermes solo. ¿Es eso verdad?
—No tiene ningún derecho a preguntarme...
—¿Que no tengo derecho a hablar de algo que afecta a mi hijo de esta manera? —dijo Kangta fríamente—. Te equivocas. Quizá no se hable de estas cosas en Inglaterra, pero esto es Corea y es hora de que asumas tus responsabilidades como esposo. Y es hora de que des placer a mi hijo en la cama y le des hijos. Eso es lo que un hombre quiere del matrimonio.
Kangta respiró profundamente y añadió:
—Jovencito, te lo advierto, si sigues negándote a él, encontrará consuelo en otra parte.
Al ver que Heechul no lograba decir nada, añadió:
—¿Qué es lo que te pasa? ¿Aún estás enfadado con esa tontería del cuadro? ¿O es que mi hijo no te resulta atractivo?

Era difícil mantener la calma estando tan furioso, pero Heechul lo intentó.
—Quizá sea lo contrario, señor Choi. Quizá sea Siwon quien ya no me desea.
—En ese caso, haz algo. Al fin y al cabo, eres un joven. Un hombre tiene sus necesidades —su suegro lo miró con cinismo—. Un hombre no necesita estar enamorado para satisfacer sus necesidades... ni para satisfacer a la pareja que posea.
Entonces, lanzando un gruñido, Kangta añadió:
—¡Pijamas!
Heechul empujó su silla hacia atrás y dijo:
—No estoy dispuesto a seguir escuchando esto.
—Quédate dónde estás, aún no he acabado —Kangta se inclinó hacia delante y lo miró fijamente—. Yo también me casé con una inglesa que no me deseaba y me destrozó el corazón. ¿Crees que quiero que a mi hijo le pase lo mismo que a mí? ¡No, claro que no!
Kangta respiró profundamente, bebió un trago de vino y añadió:
—Y ahora, come. Hablaremos de otras cosas. Hoy me he enterado de que tu abuelo va a venir por tu cumpleaños.
Al oír eso, Heechul se dio cuenta de que le resultaba imposible decirle a su suegro que se fuera al infierno.
—Es una noticia maravillosa —contestó obligándose a volver a agarrar el tenedor— ¿Cómo ha logrado convencerlo para que deje su querido jardín?
—No creo que su jardín le importe más que su nieto. Por lo tanto, estará aquí para celebrar tu vigésimo quinto aniversario. Lo he invitado a que se quede en mi casa y, por la tarde, daré una cena en su honor. No te opondrás a eso también, ¿verdad?
«No», pensó Heechul apretando los dientes.
—Será un placer —respondió Heechul—. Gracias.
Continuaron con la comida. Después, mientras tomaban café, oyeron un helicóptero acercándose a la zona y empezar a descender.
—Ah, ahí vuelve tu marido —dijo Kangta con satisfacción—. Supongo que estarás deseando darle la bienvenida en su casa. No dejes que siga entreteniéndote, hijo.
Con furia contenida, Heechul se marchó de la casa de su suegro, dispuesto a hablarle a Siwon del insufrible comportamiento de su padre y dejarle muy claro que no estaba dispuesto a seguir tolerándolo.


Heechul dejó el coche delante de la puerta, entró en la casa y se dirigió al dormitorio, pero allí sólo encontró al ama de llaves deshaciendo la maleta de Siwon en el vestidor.
—Oh —Heechul miró a su alrededor— Estaba buscando a mi marido...
—Ha venido, pero se ha vuelto a marchar, señor —dijo ella en tono de reproche—. Creo que se ha ido a su estudio.
A su estudio en el pueblo...
—¿Puede decirme dónde está el estudio?
—Claro —respondió sin lograr disimular su sorpresa—. Está cerca del puerto, en el ático de la casa contigua a la Taberna Andante.
El ama de llaves vaciló un instante antes de añadir:
—Pero no le gusta que vaya nadie allí.
La mente de Heechul proyectó una imagen de Eddie Pang.
—A veces no le molesta —contestó secamente.
Heechul encontró el lugar sin dificultad. El piso bajo era un taller de cerámica, aunque nadie estaba trabajando en ese momento. Una escalinata exterior de piedra conducía a una desvencijada puerta color azul.
Heechul llamó a la puerta y, al cabo de unos segundos, se vio delante de Siwon.
—¡Heechul!  —Siwon frunció el ceño—. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo me has encontrado?
—El ama de llaves me ha dicho que habías venido aquí—Heechul titubeó—. Si significa que has vuelto a pintar otra vez, me alegro.
—Es un honor que te agrade —dijo él con ironía—. ¿Has venido sólo para decirme eso o tu visita se debe a otro motivo?
—Yo... necesito hablar contigo. Sin embargo, si te resulta inconveniente este momento...
—No, nada de eso, entra —dijo él—. Estaba limpiando el estudio, preparándolo para pintar otra vez.
Siwon se echó a un lado para dejarlo pasar y Heechul entró; al instante, asaltado por el olor a madera, lienzo y pinturas.
—Bueno, dime a qué se debe tu visita.
Heechul se llenó de aire los pulmones.
—Hoy he almorzado con tu padre.
—Ah. Y te ha dicho que tu abuelo va a venir, ¿no? Así que quieres asegurarte de que representamos bien nuestros papeles, ¿verdad? No te preocupes, Heechul, tu abuelo no va a sospechar nada.
—No se trata de eso —dijo y entonces miró al suelo—. Tu padre está empeñado en hablar conmigo de nuestro matrimonio. Al parecer, ha oído que no dormimos juntos.
Siwon se encogió de hombros.
—Bueno, no me extraña. Era de esperar.
—Ha sido horrible. Prácticamente me ha ordenado que volviera a la casa y que te esperara tumbado en la cama.
—Pobre Heechul, ha debido de ser terrible para ti —dijo Siwon burlonamente—. Deberías haberle contestado. Deberías haberle dicho que prefieres otras posturas.
Durante unos segundos, los oscuros ojos de Siwon le recordaron otros momentos, y Heechul apartó la mirada apresuradamente. Casi sin respiración, dijo:
—Bueno, preferiría evitar ese tipo de conversaciones. Espero que se lo digas a tu padre.
—¿Que le diga qué? —preguntó Siwon sardónicamente—. ¿Qué le diga la verdad, que a excepción de unas horas nuestro matrimonio ha sido y es una invención? ¿O quieres que le diga que todo es culpa mía, que prefiero los encantos de algún joven de Seúl?
—¿Es eso verdad? —preguntó sin querer. Siwon se encogió de hombros.
—¿Qué más te da a ti? —Hizo una pausa—. Pero tienes razón, mi padre no debería hablarte así y se lo haré saber. Sin embargo, te pido que intentes comprender que lo ha hecho porque está preocupado por mí... y también por el daño que le causó mi madre.
—Sí, eso también lo ha mencionado —dijo Heechul— Me ha dicho que tu madre le destrozó el corazón.
—Y él a ella —dijo Siwon con voz queda—. Se enamoraron de un flechazo, pero mi padre esperaba que mi madre se contentara con ser su esposo y la madre de sus hijos, y nada más. Sin embargo, ella ya había empezado a pintar cuando se conocieron y necesitaba seguir haciéndolo; para ella, pintar era tan importante como respirar.
Siwon agarró una botella de soju que tenía encima de un mueble y le ofreció una copa a Heechul. Cuando él lo rechazó, Siwon se sirvió una copa y bebió un trago.
—Al final, dos personas que se amaban con locura acabaron destrozándose mutuamente. Mi madre me llevó a Inglaterra y yo me carteaba con mi padre. Por fin, al cabo de unos años, se me permitió venir a Corea y pasar un tiempo con él.
Siwon bebió otro trago de ouzo.
—Pero siempre, siempre, me hacía preguntas sobre mi madre. Me preguntaba  si  estaba bien, si era feliz, me pedía que le enseñara fotografías de ella... Y cuando murió mi madre, mi padre lloró como si nunca se hubieran separado.
Siwon lanzó un cansado suspiro y añadió:
—Mi padre creía que sólo podía demostrarle su amor a mi madre teniéndola cerca, obligándola a compartir sus sueños, en vez de dejar que ella persiguiera los suyos propios.
—Es... es muy triste —dijo Heechul.
—El mundo es muy triste  —dijo  Siwon  dejando la  copa—.  Y ahora... ¿quieres hablar de algo más o puedo continuar limpiando el estudio?
Heechul se dio cuenta de que Siwon la estaba echando.
—Podría... ayudarte.
—No, gracias. Puedo arreglármelas yo solo.
—Sí, los dos podemos —dijo Heechul en voz baja.

Cuando salió de la casa, a pesar del sol y el calor, Heechul se dio cuenta de que unos escalofríos le recorrían el cuerpo entero. Y tuvo miedo de no volver a sentir calor nunca más.


3 comentarios:

  1. TT_____TT
    Mi Sichul~ sufre!!! Ay no!!!
    Nooo ya!!! Que se coman eso y hagan las paces!!! Asi no podemos seguir(?)

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  2. Triste la historia de los padres de Siwon, con razón el temor y constante seguimiento de Kantag en lo referente del matrimonio de su hijo.

    Hee deberia ser más sincero con sigo mismo y aceptar lo que esta sintiendo por Siwon.

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  3. Pero que jodedera
    Mire que yo estaba hasta pensando:"woow,Siwon le hizo un retrato de sus recuerdos",cuando BANG...le dice que es un ex amante,que yo me quede con la mano alzada para darle un zopafo a Siwon...solo que Hee ya se me había adelantado.
    Pero ya cuando le aclaro que,él no fue quie habia puesto ni había mandado a poner ese cuadro ahí,me calme.
    O sea...para quien seria gracioso que entres a la habitación y veas semejante cuadro de alguien que no eres tú y que fue algo de tu pareja...independiente de que la situacion actual no sea buena...pues a nadie. Aclara el asunto...sorry Siwon,porque me gusto esa cachetada😂😂😂😂
    Luego me arrepenti de haber bajado la mano,porque a ese Kangta sí se la dí mentalmente.
    Sè que quiere a su hijo y cuidar de él,que no pase lo que el sufrió...pero joder,con qué derecho dice eso a Hee,si quería tocar el tema hay modos y palabras...uff,que coraje.
    Obvio Kangta y el abuelo de Hee huelen algo ahí,y esa visita del abuelo es más que solo por su cumpleaños...puff.
    Estos no dan para más...se están consumiendo sin más,yo siento que Siwon ya hizo algo para crear una armonia y llegar a más...solo falta que Hee se aclare o se rinda un poco a lo que siente.
    Si los dos se mantienen callados,esto no va a dar para más.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...