Sapphire Wolf (T7)- 7



—Madre de la perla y padre del vino, es bueno estar en casa —gimió Teukkie mientras caía hacia atrás en el sofá en casa de su madre.
No podía dejar de tomar consuelo en los cojines familiares, la forma en que se hundían por los años de uso, y los olores que desbloqueaban recuerdos de una infancia llena de amor. Por unos pocos minutos mientras absorbía la familiaridad y la normalidad del momento, apartó sus preocupaciones. Apartó sus preocupaciones sobre Kangin, su miedo por el niño no nacido de Hee, la ansiedad causada por la disputa entre Hee y Siwon, y el dolor que su madre estaba sintiendo.
Estaba tomando la elección de vivir en el ahora, porque muy pronto, el pasado y el futuro se vendría abajo en ella.
—Maldito infierno —gritó Hee—. Me acabo de dar cuenta de algo: voy  a tener que ver a mis padres. Y a pesar que pueden no siempre ser las herramientas más afiladas del cobertizo, no hay manera que puedan pasar por alto esto —dijo mientras se frotaba su estómago cada vez más grande.      
Y solo con eso, Teukkie fue sacado de su breve respiro de vuelta al caos en que se había convertido su vida.
—Eso significa que voy a tener que ver a mis padres también —casi susurró Donghae  mientras sus ojos se abrían de par en par—. Ellos no saben que estoy casado, o acoplado o…
—Relájate Donghae , no es como si tuvieras ex-virgen tatuado en la frente. No tienes que decirles que estás casado; no hay daño en ello. Todavía te ves tan inocente como lo hiciste el segundo antes que tú y tu hombre hicieran el…
—No termines esa frase —gruñó Teukkie.
—Bien, pero entiendes mi insinuación.
Después que el equipaje hubiera sido arrastrado dentro del recibidor, cada una de las parejas fue a la sala de estar y se derrumbó en cualquier superficie que estaba disponible. Una neblina de agotamiento impregnaba el aire e incluso Hyesung parecía atrapado en su red. Pero no pasó mucho tiempo hasta que la necesidad de alimento los estimulara.
—Voy a pedir una pizza —les dijo Sora mientras sacaba su teléfono celular de su bolsillo—. No hay comida en la casa y si la hay no les aconsejo comerla. A menos que sea algo no perecedero —agregó.
Para el momento que la pizza llegó, se habían establecido los tiempos de baño, los arreglos para dormir y las amenazas de daño físico fueron declaradas por las personas no tan mañaneras. A través de todo esto, se las habían arreglado de alguna manera para no hablar de nada de lo que había sucedido. Era casi como si pensaran que al no hablar de ello, entonces no podía ser posiblemente real. Pero no podían ignorarlo para siempre, y si habían estado planeando en tratar, Hongki aplastó esa idea.
—Teukkie, Donghae , ¿alguno de ustedes ha oído hablar de sus compañeros? — preguntó Hongki justo mientras se llevaba un pedazo de pizza a la boca. Estaba cubierto de capas de queso, pero un poco escaso de pepperoni notó con una pequeña mueca.
Ambos jóvenes negaron, pero no dijeron nada.
—¿Alguien ha escuchado algo de cualquiera de sus compañeros? — Hongki había abandonado su pizza mientras esperaba escuchar sus respuestas.
Justo cuando estaba a punto de preocuparse, Zhoumi habló.
—Henry dice que todo el mundo está vivo.
—Yunho coincide con Henry —ofreció Changmin.
Todos miraron a Hee expectantes y esperaron para escuchar lo que su compañero había dicho.
Hee se extendió hasta Siwon, pero encontró que no solo su vínculo estaba bien cerrado, sino que también era más débil de lo que había sido alguna vez. Tenía un muro bloqueándolo de incluso el más pequeño indicio de sus emociones. Su lobo sintió pánico por la pérdida de la conexión, pero Hee se negó a permitir a la histeria reinar.
—No tengo nada —dijo Hee finalmente.
Sus palabras parecieron rebotar en las paredes y repercutir en la pequeña sala de estar. Nadie se movió, y la mayoría de ellos estaban haciendo todo lo posible para no respirar siquiera.
El silencio fue roto por el pitido de un teléfono celular. Sin decir una palabra, todos buscaron sus teléfonos, tratando de identificar al culpable.
De repente una carcajada resonó por toda la habitación, pero no había humor o alegría en ella.
—¡No se lo van a creer! —gruñó Hee mientras su risa cesaba—. ¡Él me envió un mensaje de texto! ¡Mi maldito compañero me envió un mensaje de texto!
Está bien, así que tal vez iba a dejar que la histeria reinara. Demonios, podría tener un maldito día de campo para lo único que le importaba. Hee leyó el texto por décima vez.
Siwi: Llegaste.
Una parte de él quería sonreír ante el recuerdo de la primera y única vez que se habían enviado mensajes de texto antes. Fue en El Encuentro, pero la otra parte quería llegar a través del teléfono y darle toda una jodida paliza. Sabía que tenía que esperar hasta que se calmara antes de responder, pero el calentamiento global finalmente derretiría las capas de hielo y todo el mundo estaría corriendo agitados alrededor en botes salvavidas tratando de sobrevivir para el momento en que eso sucediera, por lo que decidió en contra de esperar.
Hee: ¿Me dices o preguntas?
Odiaba la sensación de anticipación que se agitó en su estómago mientras esperaba su respuesta.
Siwi: Solo quiero confirmación.
Hee gruñó. Qué manera de hacerme sentir como una pieza de equipaje que estas asegurándote que llego a su próxima conexión B, pensó para sí.
—¿Qué dice el mensaje? —preguntó Donghae .
Hee levantó la vista y se encontró mirando a ocho pares de ojos. Su atención se había centrado tanto en su teléfono que había olvidado que había otras personas en la habitación.
—Llegaste —dijo Hee con sequedad.
—¿Está preguntando o diciendo? —preguntó Zhoumi.
—Exactamente lo que dije.
—¿Y qué le dijiste?
—Le dije que si se estaba refiriendo al popo que hice en el avión, entonces sí, de hecho lo logré. —Hee no pudo contener la sonrisa mientras observaba a sus amigos ahogarse con su pizza y bebidas debido a su declaración descabellada. Fue un muy necesario alivio cómico. Pero no le quitó el dolor de tener a su propio compañero enviando mensajes de texto cuando tenían un vínculo que le daba acceso directo a su mente. Su teléfono sonó de nuevo mientras la risa comenzaba a disminuir.
Siwi: Estás allí.
Hee se dio cuenta que nunca había respondido a su mensaje anterior y mientras leía su último texto, soltó una carcajada digna de una bruja.
—¡No jueguen! —Hee se rió a carcajadas.
—¿Qué? —La sonrisa de Teukkie cayó mientras observaba a su amigo. Los otros se reunieron más cerca a su alrededor.
—Este mensaje dice estás allí. ¿Dónde más podría estar? ¿Quiero decir, puede ser él más como Tarzán con las palabras monosilábicas? —gruñó Hee mientras respondía.
Hee: No sé por qué insistes en decir cosas que ya sé.
Dec: Solo quería saber que llegaste bien.
Hee: No tenías que escribirme para averiguarlo.
Dec: Te amo, princesa.
El aliento de Hee quedó atrapado por su último mensaje de texto, y tuvo que morderse el labio para contener las lágrimas. No dudaba de su amor. Sabía en lo más profundo de su ser que Siwon lo amaba por completo. De lo que si dudaba era de su honestidad. Desde el día en que había conocido a Siwon, siempre había sido muy franco sobre sus sentimientos. Era dolorosamente  honesto  e  hilarantemente  contundente  y  esas  eran  cosas que adoraba de él. Ahora era casi todo lo opuesto y Heechul estaba pérdido en cuanto a cómo conseguir que se abra a él, confíe en él, y eso lo estaba matando.
Hee: Bueno saberlo. ¿Otro titular que quieras compartir?
Siwi: Estoy a punto de reunirme con Junjin, Jungsoo y los otros hombres. Voy a estar fuera de contacto un rato.
Hee: Lo que sea.
Tan pronto como el mensaje fue enviado Hee golpeó el botón de apagado en su teléfono y observó con satisfacción enfermiza cómo la pantalla quedó en negro. Lo arrojó sobre la mesa de café y dejó escapar un profundo suspiro.
—No sé ustedes, pero necesito un trago. —Hee comenzó a levantarse pero Donghae  tiró de él hacia el sofá.
—Hee, tú no bebes, y estás embarazado —le recordó Teukkie.
—Bueno, mi dulce joven príncipe lobo, hay una primera vez para todo.
—¿Qué tal si en lugar de ahogar nuestros problemas, hablamos de ellos? — aportó Hongki.
—Maldita sea, ¿no estás tratando una intervención o sí? —Los ojos de Hee se estrecharon.
—Hee, creo que solo está tratando de ayudar a liberar un poco de presión. No has sido precisamente discreto sobre las cosas entre tú y Siwon. Te amamos y odiamos verte herido, a cualquiera de los dos.
—Es una intervención —se quejó y se dejó caer en el sofá—, de todas las cosas por las que podría haber necesitado una intervención, tenía que ser de Lobos Anónimos.

***
—Entiendo que no tienes lealtades. —Gura caminaba tranquilamente por el bosque que rodeaba su guarida. Había decidido tomar un descanso muy necesario de espiar a su hermano, pero en su camino a casa, fue interrumpido.
—Soy leal a mí misma —le dijo Lorelle con audacia, aunque se sentía cualquier cosa menos atrevida. No había planeado acercarse a él de esta manera, pero la oportunidad se presentó y tuvo que tomarla mientras estaba allí. Gura no era un hombre fácil de encontrar.
—¿Cómo sé que no me traicionarás?
—No tengo ninguna razón para traicionarte. Simplemente quiero a mi hermana fuera de la imagen. No puedo matarla. Si lo hiciera, sería desterrada de mi reino para siempre. Pero en tu línea de trabajo y, concretamente, tu más reciente emprendimiento, es más que probable que te encuentres con ella. Solo esperaba que pudieras darle un pequeño golpe.
El ceño de Gura se levantó y su boca se torció como si sonriera.
—¿Un pequeño golpe?
Lorelle asintió.
—Así como hiciste a Junjin.
Él se rió de esto y ella intentó no encogerse ante el sonido. El aire saliendo de él sonaba como si estuviera arañando contra los pulmones que no habían sido utilizados para este propósito en un tiempo muy largo. Como los crujidos y gemidos de una vieja escalera de madera que no se había usado en años. Su risa ronca asaltó sus oídos.
—¿Estás llamando a eso un “pequeño golpe”? —preguntó mientras su risa arrastrante murió.
Lorelle decidió que era una pregunta retórica y no contestó.
—¿Qué gano yo si le doy a tu hermana este pequeño golpe que estás pidiendo?
Ella sabía que iba a pedir algún tipo de pago. No es como si las personas malvadas hagan algo gratis.
—Te puedo conceder una solicitud de reembolso a tu gusto. —Por fin había decidido en la concesión de un favor. A pesar de que odiaba darle tanto poder sobre ella, no había nada que pudiera darle a Gura que no pudiera simplemente tomarlo él mismo.
Él no respondió de inmediato. Ella observó cómo dio pasos lentos y medidos, sus pies crujiendo en las hojas muertas que cubrían el suelo. Él estaba considerándolo, sin duda pensando en todas las posibilidades que tal pago le daría.
—¿Cualquier solicitud? —aclaro él.
—Sí.
—Acepto. Y ya sé lo que debes hacer —le dijo finalmente.
Lorelle hizo una breve inclinación de cabeza y trató de no verse tan nerviosa como se sentía.
—¿Qué será?
—Vas a entregar un mensaje para mí, pero no de mí —le dijo—. Parece que mi hermano finalmente se ha dado cuenta que los Trolls tienen que pagar por su participación en la muerte de una de sus mujeres. Él ha tratado de mantener la paz con ellos, pero ha llegado a ver que para que se haga justicia y la paz verdadera reine, entonces ellos deben pagar. Así que llevarás al Rey Troll, una declaración de guerra en nombre del Rey de los Hechiceros.
La boca de Lorelle se abrió y sabía que sus ojos estaban tan abiertos como platos. No podía creer lo que él estaba diciendo.
—¿Por qué? ¿Por qué harías esto si todo lo que quieres es a la mujer de tu hermano? —Tropezó con sus palabras al hablar—. ¿Quieres destruir dos razas por la vida de tu compañera?
—No se van a destruir entre ellos —se burló—. Los Trolls no tienen ninguna oportunidad contra mi hermano. Por mucho que odie admitirlo, él es extremadamente poderoso.
—¿De verdad crees que los lobos solo se cruzaran de brazos y dejarán a los Trolls ser sacrificados?
—¿Qué te importa, Lorelle, sin fe alguna ni lealtad? —le gruñó a ella.
—¡Una persona es muy diferente de una especie entera! —Se sintió asqueada al pensar en el papel que podría desempeñar en esto, pero no había manera de evitarlo. Había asegurado su papel en el juego de él y tendría que jugar su parte o sería su vida en la línea en lugar de su hermana—. Bien —dijo, y la palabra le supo a bilis en su boca—. Lo haré.
—No tenía ninguna duda que lo harías —le dijo Gura con aire de suficiencia—. Algunos consejos gratuitos, mujer. —Oyó su voz justo cuando empezaba a irse—. Si me traicionas, te voy a matar de la misma manera en que me encargue de tu hermana, solo que mucho más lento y mucho más doloroso.
Él se había ido antes que ella pudiera incluso tragarse el nudo en su garganta. Había venido queriendo su ayuda en la destrucción de su hermana, la espina en su costado que no desaparecía. Ahora le ayudaría a destruir por lo menos una especie entera, y muy posiblemente incluso más.


Junjin permaneció de pie en la biblioteca de la mansión de la manada, escuchando el zumbido constante de los murmullos de los hombres reunidos. Se había perdido en sus pensamientos después de haber hablado con Hyesung través de su vínculo. Hyesung le había informado que Hee pasaba por un momento difícil. Supuso que era el embarazo y la preocupación por el nacimiento del bebé, pero luego Hyesung le había dicho que Siwon le escribía a su compañero en lugar de utilizar su vínculo.
Comprendió entonces que Hee probablemente pasaba más que un mal momento. Para su compañero, retener la intimidad del vínculo sería doloroso en el mejor de los días. Para él, hacerlo mientras estaban tan separados y Hee embarazado, era similar a la tortura.
No podía imaginar lo que haría que Siwon se comportara de tal manera. Era completamente atípico de él. Francamente, no utilizar el vínculo, sería atípico de cualquier lobo.
Sus ojos vagaron hasta su antiguo Beta y vio que Siwon estudiaba también la habitación. Sus ojos generalmente centrados, parecían estar inquietos y frívolos, lanzándose sobre los otros hombres y hacia las puertas.
No parecía vigilar mucho, más que nada, buscaba una forma de escapar. Parecía tenso mientras tensaba y relajaba su mandíbula, y pasaba de un pie a otro. Siwon era naturalmente una criatura muy tranquila; cada movimiento deliberado y calculado. Justo a los pocos segundos de ver al Alfa, Junjin pudo ver que algo estaba definitivamente mal.
¿Por qué no lo había visto antes? ¿Cómo pudo haber pasado por alto estos grandes cambios de comportamiento en un hombre que había conocido por más de un siglo?
Junjin dejó escapar un suspiro cansado mientras pensaba en los problemas y tensiones que plagaban sus manadas combinadas. Kangin, Hyukjae, y ahora Siwon, tres hombres que amaba con locura, estaban ahora luchando con cosas para las que necesitaban desesperadamente que sus compañeros les ayudaran a enfrentar, y él, como buen Alfa, los había enviado lejos. Aunque Siwon era técnicamente responsable de Hee y Donghae , sin duda habría cedido si Junjin se hubiera opuesto a la idea. Se encontraba de nuevo frente a una de esas situaciones en las que Junjin tenía que preguntarse a sí mismo, ¿había realmente alguna respuesta correcta?

***
Siwon sintió que sus músculos se retorcían mientras esperaba a que Jungsoo se uniera a ellos. No había dormido desde antes de que Heechul se fuera y apenas tenía apetito. Sus entrañas eran un nudo constante y todo de lo que ponía en su estómago parecía querer arrastrarse de vuelta a su garganta.
Podía sentirlo, a duras penas, pero todavía estaba allí. Lo echaba de menos con tal fiereza que sus huesos le dolían. Cada minuto era una batalla incesante con su lobo y sabía que caminaba en una línea muy fina a la hora de mantener todo bajo control. La parte más difícil para Siwon no era que Heechul no estuviera a su lado. La parte más difícil era saber que sufría, al igual que él, y él era la causa de ese sufrimiento. Su vínculo había sido tan fuerte, y ahora se debilitaba con cada hora que pasaba. Podía sentir la vida siendo drenada de los dos.
La Gran Luna le aseguró que su hijo estaría a salvo, pero mientras se mordía la lengua para no gruñir con furia por el dolor que sentía recorrer sus venas, se preguntó si la Diosa sabía cuán insoportable sería este proceso realmente.
La puerta de la biblioteca se abrió lentamente y la habitación comenzó a tranquilizarse. Jungsoo cruzó y calmadamente miró a su alrededor, dando lentas inclinaciones de cabeza hacia cada hombre. Basado en las miradas tensas y casi dolorosas en los rostros de los lobos, él sabía que algo malo había pasado.
—He venido en paz, Junjin, para honrar nuestro acuerdo como aliados y para ayudar en cualquier manera que pueda —dijo Jungsoo calmadamente al Alfa de la manada Coreana. Su voz era fuerte y resonó en las paredes. Casi pareció alejar la angustia y preocupación.
Tomó una respiración profunda, tratando de utilizar todos sus sentidos para ver si podía entender lo que había ocurrido para que los lobos generalmente muy respondones, se quedaran callados.
—Te damos la bienvenida Jungsoo, Rey de los Hechiceros. Eres aceptado como nuestro invitado y bajo nuestra protección —respondió Junjin formalmente—. ¿Has venido solo, Rey, o traes a tu compañera? ―Junjin sabía que probablemente debería dejarlo en paz, pero se encontró a sí mismo en un buen estado de ánimo y decidió comenzar la reunión con un poco de insistencia. Sus labios temblaron al ver al Rey Hechicero por lo general tranquilo y confiado retorcerse bajo su escrutinio.
—He venido solo. —Jungsoo no dijo más y continuó adentrándose en la sala y tomando uno de los asientos vacíos.
Junjin hizo un gesto a los otros lobos en la habitación y, uno por uno, tomaron asientos, todos excepto Siwon. Junjin hizo contacto visual con él brevemente, un mensaje tácito que era consciente de que algo estaba mal con él. Junjin estaba a punto de hablar cuando la puerta de la biblioteca fue, una vez más, abierta.
—Me doy cuenta que no fui invitado a esta reunión —dijo Alston al entrar en la habitación—, pero una pequeña hada me dijo que debería estar presente.
—¿Esta pequeña hada tenía una boca grande? —preguntó Siwon con frialdad mientras las risas vibraban a través de la habitación.
Alston inclinó la cabeza brevemente para Siwon antes de retroceder.
—Dambi a menudo mete la nariz donde no es bienvenida, aunque a menudo se necesita.
—Por favor, únete a nosotros, Alston —dijo Junjin—. Dambi hizo bien al ponerse en contacto contigo. Hubiera pensado en hacerlo yo mismo si no me hubieran distraído por problemas de manada.
—Supongo que es bueno que tengamos personas entrometidas que intervengan cuando estamos distraídos —dijo Alston mientras tomaba asiento junto a Yunho.
—Muy bueno —concordó Junjin. Se volvió para mirar a Jungsoo y su rostro se puso serio—. Dambi nos trajo la noticia de que tu hermano ha estado entrometiéndose en tu bosque.
Jungsoo asintió mientras sus labios se apretaban en una mueca triste.
—No lo he visto con mis ojos, pero su mal impregna el aire.
—¿Qué es lo que quiere? —preguntó Yunho.
—Castigarme —respondió Jungsoo sin pausa.
Él no sabía lo que esperaba de los hombres cuando contestó. Tal vez le dirían que se entregara de modo que la ira de su hermano fuera satisfecha y entonces tal vez dejaría a todos los demás en paz. Pero sabía que eran demasiado inteligentes para creer que su hermano se detendría solo con él. Había, después de todo, matado a Junjin, o al menos intentado, simplemente para demostrar su poder. Por lo tanto, no estuvo en absoluto sorprendido por las pacientes miradas que le dieron mientras esperaban a que diera más detalles
—Su compañera murió hace muchos, muchos años y él me culpa por su muerte —continuó Jungsoo.
Los ojos de Siwon se estrecharon mientras miraba al Rey.
—¿Te culpa, o a tus acciones?
—La falta de ellas —le dijo Jungsoo—. Su pareja tomó la decisión de actuar como embajadora de otra raza sobrenatural y aunque le advertí que no lo hiciera, estuvo decidida a hacer lo que quería.
—¿No lo hacen todas? —gruñó Kangin por lo bajo. Los gruñidos de acuerdo flotaron por la habitación y Jungsoo les dio miradas interrogantes.
—Ignora sus gruñidos, Jungsoo —Junjin interrumpió el ruido—, sus compañeros los han abandonado. —Le lanzaron miradas sucias pero él las ignoró y se concentró en Jungsoo.
—Ella fue de todos modos y la mataron —continuó Jungsoo—. Mi hermano cree que podría haberla detenido, y me inclino a estar de acuerdo con él.
—¿Estabas dispuesto a atarla a un árbol y ponerla bajo vigilancia constante? —preguntó Siwon—. Porque a menos que esa fuera la acción que estuvieras preparado a tomar, entonces tu hermano es más tonto de lo que ya he decidido que es. Seguro que ya sabes, ahora que tienes una compañera, no hay nada que obligue a nuestras parejas a hacer algo que no quieren hacer, ni tampoco existe ninguna oportunidad de detenerles una vez que han tomado una decisión.
—Entiendo lo que dices, Siwon —le dijo Jungsoo—, y Sora ha sostenido el mismo punto, pero es difícil para mí no tomar parte de la culpa.
—Está en nuestra naturaleza sentirnos responsable por las vidas bajo nuestro cuidado —dijo Junjin—, pero si vamos a ser líderes efectivos, entonces debemos aprender del pasado y luego dejarlo ir. ¿Por qué tu hermano no cumplió sus amenazas la noche de la batalla con la bruja?
—No estoy seguro —admitió Jungsoo—. Mi primer pensamiento sería que quiere que seamos complacientes. Creo que piensa que a medida que más y más tiempo pasa sin que tome alguna acción, entonces más bajaremos nuestra vigilancia.
—¿Y tu segundo pensamiento? —preguntó Yunho.
—Que ni siquiera sabe lo que quiere hacer.
Hyukjae frunció el ceño mientras se inclinaba hacia delante en su silla.
—¿Crees que después de todos estos años de cavilar sobre la muerte de su compañera, no tiene un plan?
Jungsoo lo pensó por un momento antes de responder.
—No, creo que tal vez las circunstancias han cambiado y ahora tiene que revisar el plan que había ideado en un principio.
—¿Qué cambió? —preguntó Kangin.
—Sora —respondió Junjin antes de que Jungsoo pudiera hablar.
Jungsoo asintió.
—Exactamente.
—Eso no es todo lo que ha cambiado —dijo Wadim—. Estamos unidos. Las razas sobrenaturales están trabajando juntas. Eso es un cambio fenomenalmente grande.
—¿Fenomenalmente? —La frente de Jungsoo se frunció ante el historiador.
—Oye, estás acoplado a una Americana. Solo espera. Te tendrá diciendo toda clase de extraña mie…
—Wadim. —La voz de Junjin fue aguda cuando lo interrumpió. Jungsoo se rió entre dientes, pero sus ojos estaban tristes.
—Sí, te hacen decir algunas de las cosas más extrañas.



3 comentarios:

  1. Dios!! Menos mal que Jujin ya se dio cuenta de que algo esta pasando con Siwon. Se que por mas fuerte que sea Hee, la perdida de su compañero representara un gran dolor para él.
    Gracias por el cap ^_^

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  2. Oh no...Siownshis malo!!
    Really, mensajes dd texto!
    Oh cuando Hee~ pueda hacerlo, pateraa tu trasero peludo!!!

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  3. No me lo puedo creer
    Pero con lo que ha hecho Siwon,los textos es la única forma de comunicarse con Hee
    Lo que me esperanza es que...lo va a pagar,Hee se encargara de eso.
    Textos y luego tan simples...o sea,yo entiendo a los lobos,y a veces creo que las parejas se pasan...pero ahora es Siwon quien se paso.
    Ah...esa tipa sigue viva,y como típica traidora,va a lamer las botas del tipo ese,espero obtenga su castigo,ya que por su egoismo y envidia está poniendo en peligro la vida de seres.
    Uy...bueno,de esta reunión al menos Junjin ya vio que pasa algo con Siwon,ojalá use su poder de alfa y lo obligue a que le diga todo...si es que se reuza a decirselo como amigo.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...