Sapphire Wolf (T7)-6



—No tienes que hacer esto —dijo Sora a su hijo mientras caminaban hacia el avión fletado de la propiedad de la manada Coreana.
—La vida no se trata de cosas que hay o no que hacer; se trata de hacer lo que debemos, tratar de hacer lo correcto. No hay ninguna razón para que vayas a casa por tu cuenta, sobre todo después de todo lo que todos hemos pasado. — Teukkie no abandonó su ritmo mientras caminaba junto a Sora. Sabía que su madre trataba de convencerlo de no ir, pero esa no era una opción y quería que ella lo supiera.
—Gracias. —Sora se acercó y apretó la mano de Teukkie y contuvo las lágrimas que habían intentado caer desde que había llegado a la mansión Coreana. No se sentía bien derrumbarse delante de su hijo. Ella era la madre, el adulto maduro, por lo que apartó el dolor y la decepción, y plasmó en su cara que las  cosas  estaban bien.
Los compañeros de cada una de las parejas fueron los únicos autorizados a acompañarles al aeropuerto, de modo que Junjin, Siwon, Kangin, Hyukjae, Yunho y Henry estaban de pie con sus compañeros mientras Dambi y Hongki estaban un poco a un lado, dando a las parejas un poco de espacio.
Teukkie no tenía ninguna intención de llevar a cabo la despedida con su compañero. Ellos se habían dicho todo lo que necesitaban y si se quedaba demasiado tiempo él acabaría iniciando su asalto de razones de por qué no debería ir sin él.
—Te amo —le dijo mientras se ponía de puntillas y tomaba su cara entre las manos. Le dio un firme beso en los labios y cuando se retiró vio que sus ojos brillaban azules como los del lobo. Tuvo la sensación de que si no llevaba su trasero al avión ahora mismo, él simplemente podría lanzarlo por encima de su hombro y correr.
—Cuídate —sus palabras fueron un gruñido, pero su mano se estiró y acarició su cara tan suavemente como si estuviera tocando un tesoro delicado—. No tienes precio para mí —le dijo en voz baja.        
Teukkie dio otro paso atrás y se encontró con los ojos de su compañero una última vez antes de dar vuelta y correr hacia el jet. No miró hacia atrás por miedo a correr de vuelta a sus brazos y decirle que lo llevara a casa.
Tenía que ser fuerte para su madre. Tenía que hacerle saber a Kangin que era capaz de cuidar de sí mismo y más que nada, necesitaba que Kangin volviera a ser él mismo. Tenerlo con él no parecía ayudar. Tal vez fuera de la imagen, él sería capaz de averiguar lo que tenía que hacer para avanzar más allá de la ira y el dolor que lo consumía.


—No  puedo  convencerte  al respecto, ¿verdad?  —le preguntó Hyukjae a Donghae .
Él envolvió sus brazos a su alrededor y apretó la cara contra su pecho. Su aroma lo envolvió y aunque no tenía el sentido del olfato de los lobos, reconocía su olor y lo reconocería miles de veces en cualquier lugar. Nunca supo que la forma en que alguien olía podría provocar tal emoción y nostalgia. Deseó poder embotellarle y llevarlo con él para así poder tenerlo cuando necesitara su cercanía.
—No —susurró suavemente sabiendo que él sería capaz de oírlo.
Él dejó escapar un suspiro exhausto y odiaba ser quien le que causara tal angustia.
—Voy a estar bien —le dijo mientras se apartaba y miraba a su demasiado hermoso rostro—. Te amo.
Él le dedicó una de sus muecas devastadoras, con hoyuelos y todo, y Donghae sintió que se le aceleraba el pulso. Se preguntó si esa misma sonrisa le produciría la misma reacción en veinte o incluso dentro de cincuenta años más. Mientras miraba a sus ojos donde travesuras danzaban sin parar, supo que lo haría.
—También te amo, Donghae  mío. —Envolvió una mano alrededor de la parte posterior de su cuello y lo atrajo hacia él presionando sus labios firmes en los suyos blandos. Lo besó profundamente, devorando la sensación y su sabor.
Era algo más que un beso. Fue un reclamo. Su corazón era suyo, al igual que su corazón era de él. Empujó hasta la última gota de necesidad, y amor en el beso y Donghae  lo sintió en lo profundo de su alma.
Cuando finalmente lo dejó para tomar aire, él le dio un último beso en la frente y luego lo empujó suavemente en dirección al avión.
—Ve ahora antes de que te encadene a mi lado.
Donghae  le tomó la palabra y dio la vuelta y caminó enérgicamente al avión siguiendo el mismo camino que Teukkie acababa de tomar.


Hee vio cómo Zhoumi se despidió de Henry y Changmin de Yunho. Ninguno de los hombres parecía más feliz que su compañero. La diferencia estaba en que sus miradas torturadas eran porque no querían que sus compañeros se fueran. La mirada torturada de Siwon, sin embargo, era por una razón desconocida para él, lo que le molestaba demasiado.
—Por favor, trata de mantenerte alejado de los problemas. —Su voz alejó su mirada de las otras dos parejas y se volvió hacia él.
—No creo que a muchos hombres les guste ver a un gran joven embarazado desnudarse, sin importar lo hermoso que sea, así que no creo que tengas que preocuparte por eso… por ahora. —Hee estaba intentando que su sarcasmo no se notara en su voz. No importaba lo mal que estuviera con su compañero no quería dejarlo con una mala sensación.
—Desnudarte no es tu único talento cuando se trata de problemas, compañero. —Sus ojos se estrecharon en él, pero Heechul oyó la alegría en su voz y eso aflojó algo en su interior, aunque solo fuera por un minuto.
—¿No te consuela saber que tienes una vida muy larga para tratar de mantenerme fuera de problemas? —bromeó de nuevo. Y así nada más, sus defensas volvieron y fue como si las últimas dos horas no hubieran ocurrido.
—Avísame cuando aterrices. Te amo, Heechul. —Se inclinó hacia adelante y le sostuvo su cara entre las manos. Lo miró a los ojos durante unos instantes y luego le dio un firme beso en los labios. Heechul casi se cayó hacia delante cuando lo soltó, y si no hubiera tenido sus manos para agarrarlo, seguramente hubiera aterrizado en su rostro. Lo fulminó con la mirada.
—También te amo, Siwon —dijo al igual que con tanta rigidez como él lo había hecho—. Avísame cuando decidas actuar como el compañero que me reclamó sin reservas. Porque esto —lo señaló de pies a cabeza—, no está funcionando para mí. De verdad me gustabas más cuando te negabas a dejar que me fuera de tu vista. ¿Qué pasó con eso, B? Después de mi muerte, me dijiste que no me dejarías estar lejos de ti. Entonces, ¿qué pasó?
—Las cosas cambian, Heechul. Las circunstancias cambian. Te amo. Ya hemos hablado de esto. Vendré por ti pronto. —Siwon dio un paso atrás lejos de su compañero y la mirada de rechazo en su rostro desgarró su corazón ya destrozado.
Hee hizo un movimiento de ir hacia su compañero, pero los brazos a su alrededor lo detuvieron.
—Déjalo ir por ahora, Hee. —La suave voz de Hongki penetró la bruma de ira y dolor que se había precipitado sobre Hee cuando Siwon se apartó de él. Asintió, se encontró con los ojos de Siwon, y luego se volvió para alejarse de él.
Siwon observó cómo su compañero se acercaba al jet con los hombros echados hacia atrás con orgullo y la cabeza bien en alto. Él no se encogía, no su esposo. Sin importar cuánto le doliera el corazón, no permitiría que el resto del mundo lo supiera.
Sus manos se apretaron en puños a su lado y el remolino de miedo y arrepentimiento se agitó en sus entrañas. Solo debía dejarlo ir. No había necesidad de alargar esto, pero cuanto más lejos estaba, más desesperado se tornaba su lobo, luchando por ser libre, por correr tras su compañero. Al diablo con eso, pensó mientras se dirigía rápidamente hacia él.
—Heechul. —Su voz fue áspera por la emoción y sabía que sus ojos brillaban. Él se dio la vuelta, sorprendido por escucharlo. Se aprovechó de atraparlo con la guardia baja y agarró su rostro, tirandolo hacia él. Su boca se abrió instintivamente cuando su lengua empujó en ella. Su sabor inundó sus papilas gustativas y él lo saboreó devorándolo y deleitándose con la respuesta que le dio. Sus brazos se envolvieron alrededor del cuello de él y lo atrajo más cerca.  
Él lo abrazó por unos segundos más antes de finalmente alejarse y dar un paso atrás.
—Te amo y sigo siendo el hombre que te reclamó. Nunca dudes de eso otra vez. —Antes de que pudiera responder, se volvió y se alejó.
Hee miró a Hongki quien parecía tan sorprendido como él se sentía.
—En todo caso, sigue siendo tan mandón como siempre —le dijo Hongki. Hee sonrió y se dirigió de nuevo hacia el avión.
—Y demasiado sexy para su propio bien. Si fuera feo seguramente no lo molestaría tanto.
—Un tanto superficial, ¿no? —resopló Hongki.
—Oh, no Doc, no superficial, solo dolorosamente honesto.

Todos permanecieron muy silenciosos mientras encontraban sus asientos en el avión, cada uno perdida en sus propios pensamientos. No fue sino hasta que Teukkie saltó de su asiento y aplastó la cara contra la ventana mirando hacia fuera con una expresión de terror que hizo que todos fueran sacados de su estupor.
—¡KANGIN! —gritó mientras golpeaba su mano contra la ventana de plástico.
—¿Qué está pasando? —preguntó Hee mientras se abría paso a una ventana para ver lo que asustaba tanto a Teukkie.
El aliento de Donghae  se atascó en su garganta mientras miraba por su propia ventana. Sintió como si su corazón fuera a latir fuera de su pecho.
—Van a matarse entre sí —murmuró Hongki mientras todos miraban con fascinación enfermiza a la lucha en plena marcha entre los dos hombres, ahora en forma de lobo.
Unos brazos firmes se envolvieron alrededor de Teukkie mientras se dirigía hacia la puerta.
—¡VE! —La voz de Hyesung sonó ruidosamente contra la oreja de Teukkie y éste se encogió bajo el volumen y el mando detrás de la misma. Teukkie sabía que Hyesung se estaba dirigiendo al piloto, y cuando el avión comenzó a moverse, supo que Hyesung no iba a dejarlo ir.
—Tengo que ir con él, Hyesung —dijo Teukkie a su Alfa mientras luchaba con él.
—No. Tienes que dejar a Junjin manejarlo. No van a matarse entre sí. Solo tienen que sacarlo de su sistema y tratar con ello. No pueden hacer eso contigo y Donghae  allí porque sienten que no podrían protegerlos y enfrentarse entre sí al mismo tiempo. Esta es una buena cosa, Leeteuk.
El avión siguió avanzando, ganando gradualmente velocidad al mismo tiempo que Hee gritaba:
—¡Oh! Vaya, qué buen golpe, Kangin.
—¡Hee! —gruñó Donghae . Hee levantó las manos.
—Oye, no te descargues conmigo. Tan pronto como Hyukjae consiga dar un buen puñetazo, voy a animarlo; no hay necesidad de preocuparse de que vaya a elegir favoritos.
Teukkie finalmente dejó que sus hombros se relajaran y renunció a su lucha por salir de los brazos de Hyesung. Después de varios segundos, Hyesung lo dejó ir. Se dirigió a la ventana, sabiendo que lo que iba a ver sería doloroso. A pesar de que no estaba recibiendo los golpes, no había nada que pudiera hacer para ayudar a su compañero. Y eso era tan doloroso como cualquier agonía física.
Cuando el avión aceleró, tuvieron que estirar el cuello para ver a los lobos. Teukkie se extendió hacia la mente de Kangin, pero él le había bloqueado por completo.
—¿Él tampoco te deja entrar? —preguntó Donghae  al notar la mueca en el rostro de Teukkie.
Teukkie negó.
—Van a estar bien, Hae —le dijo, sin saber si estaba tratando de convencerse a sí mismo o al sanador.
Donghae  asintió, pero no pareció estar más convencido de lo que Teukkie se sentía. Así que al parecer su intento había fracasado en ambos.
Sintieron al avión agitarse cuando las ruedas dejaron el suelo y el jet se elevó en el aire, llevándolos más lejos de la lucha y cada vez más lejos de los hombres que tan desesperadamente querían que se quedaran.
—Voy a decir una cosa sobre esos hombres, nunca hay un momento aburrido. —Dambi apareció repentinamente haciendo que todos saltaran.
—Santo infierno —gimió Hee.
—¿No podrías enviar algún tipo de señal cuando estás a punto de aparecer de la nada? —preguntó Sora.
—¿Qué quieres que haga… tirarme un pedo justo antes de aparecer y entonces les advirtiera el olor? —Dambi tomó asiento junto a Hyesung y cruzó las piernas, apareciendo majestuosa a pesar de sus palabras crudas.
—¿Por qué dices que seríamos alertados por el olor, más que por el sonido? —preguntó Donghae .
Dambi sonrió.
—Creo que ustedes los humanos lo llaman silencioso pero mortal.
—Eso es sencillamente asqueroso. ¿Podrías por favor decirnos algo útil? — espetó Teukkie, al parecer, no disfrutando de las bromas.
—¿Qué te gustaría saber? —le preguntó Dambi.
La mandíbula de Teukkie se tensó mientras trataba de mantener la compostura. Su mente seguía saltando de vuelta a la visión de su compañero arremetiendo contra Hyukjae, garras y colmillos extendidos, los ojos brillantes y espumosa saliva goteando de su boca como un animal rabioso.
—Al parecer, el altercado se inició debido a un comentario de Junjin —les dijo Dambi.
Hyesung dejó escapar un resoplido.
—Le dije que se quedara fuera de esto. Dime que por lo menos fue sutil.
Dambi sonrió con deleite.
—Oh, deberías saberlo mejor, Hyesung. Tu compañero es tan sutil como Hee es mojigato. —Eso le valió a Dambi un bufido de todos y un “solo estás celosa” de Hee. Haciendo caso omiso, continuó—: Él le dijo a Hyukjae que pateara el trasero a Kangin... —La boca de todos cayó abierta y los ojos se abrieron como platos—, y entonces le dijo a Kangin que dejara salir su miedo e ira y lidiara con ello. Le dijo que si no se ocupaba de ello, entonces Junjin se ocuparía de ello. Y entonces todo comenzó.
Hee dejó escapar una fuerte carcajada que llenó la cabina del avión.
—Hyesung, por favor dime que aprovechas eso regularmente porque tienes que admitirlo, tu hombre es caliente.
—Bueno, primero que nada, ¡ASCO! —Teukkie señaló a Hee—. Y en segundo lugar, ¿por qué iba Junjin a hacer eso?
Hyesung se deslizó hacia delante hasta el borde de su asiento y puso los codos en las rodillas. Tomó una profunda bocanada de aire y luego se encontró con los ojos de su nuero.
—Debido a que es la única cosa que le ayudará a Kangin a superar esta rabia y miedo dentro de él. Él es más dominante que Hyukjae, aunque tal vez no por una gran medida. Aparte de cuando estuvimos en Estados Unidos, nunca ha sentido la necesidad de establecer ese dominio. Como el hijo del más poderoso Alfa en generaciones, nunca ha sido cuestionado en su propio terreno. Pero ahora siente que Hyukjae le ha hecho daño. Tiene que demostrar ese dominio para ayudarse a probar a sí mismo que puede proteger a Teukkie. La otra razón es una más simple. Es un hombre, y se enoja como los otros machos. Resuelven sus diferencias con una pelea física. Es de esa manera con los hombres humanos también, ¿cierto?
Donghae  dejó escapar una gran bocanada de aire, haciendo que sus mejillas se inflaran.
—Esto es una mierda.
—En serio —concordó Hee y añadió—, si Junjin va a iniciar peleas entre hombres lobo posesivos, mandones y calientes, por lo menos debería hacerlo cuando tengamos asientos de primera fila, porque déjenme decirles que mis momentos son pocos y distantes en estos días. Podría utilizar toda la ayuda que pueda conseguir. —La voz de Hee era alegre y juguetona, pero Teukkie y Donghae  vieron el dolor en los ojos de su amigo.
—Hee —dijo Donghae  mientras tomaba su mano.
—No estoy listo para hablar de ello —dijo Hee rápidamente y luego miró a Sora—. Así que tu zoquete hombre es la razón por la que estamos en este pequeño viaje. Instrúyenos en lo que hizo. —La declaración de Hee consiguió apartar efectivamente su atención y distrajo a sus dos amigos de preocuparse sobre sus compañeros enfrentándose. Dos pájaros; un tiro.
Dambi se frotó las manos mientras asentía.
—Esto va a ser tan bueno.
Sora frunció el ceño.
—Tú ya sabes lo que pasó —dijo a la Fae.
—Tal vez, pero el punto es que una no se cansa de oír hablar de un Rey corriendo como un conejo asustado, mientras su compañera le arroja cosas y recrimina con la boca de un marinero.
—Consigan las palomitas de maíz —gritó Hee—, vamos por algo de entretenimiento malvado, jóvenes señores y dama. Si su lucha comenzó con mucho juego previo, entonces el final está obligado a dejarnos a todos sin aliento, y tal vez incluso satisfechos.
El grupo se quejó de manera colectiva.
—¿Qué? —preguntó Hee inocentemente.
—No todas las peleas de todos terminan con sexo —le informó Teukkie.
—Oh, bueno, entonces ustedes se lo están perdiendo. Lo digo en serio. Eso es como decir que Santa no necesita a Rudolph y su nariz brillante, o que el Cuatro de Julio no necesita fuegos artificiales. Quiero decir, es como…
—Hee —lo interrumpió Teukkie—, lo entendimos.
La cabeza de Hee negó con vehemencia.
—No, lo siento príncipe lobo, no puedes posiblemente entenderlo hasta que lo hayas conseguido, si sabes lo que quiero decir, después de tener una prolongada noche salvaje con tu compañero. Entonces y solo entonces, vas a              entenderlo.
—¿Fue tan claro como el barro para alguien más? —preguntó Donghae .
—Creo que él está diciendo que tenemos que tener relaciones con nuestros compañeros con la mayor frecuencia posible, incluso después de las peleas —dijo Zhoumi con calma.
Hee aplaudió con un fuerte grito.
—¡FINALMENTE! Alguien lo entiende.

***
—¿Hasta cuándo vas a dejar que esto continúe? —le preguntó Siwon a Junjin mientras observaban a los dos lobos luchar. Afortunadamente, la manada tenía su propio hangar privado para albergar el jet, de modo que no había nadie para presenciar las bestias gruñendo y desgarrándose la una a la otra.
—Tanto como sea necesario —respondió Junjin—. No van a matarse el uno al otro. Saben que matarían al compañero del otro también. —Junjin permanecía tranquilo e imperturbable mientras los hombres que le rodeaban gruñían o se encogían en respuesta a la lucha frente a ellos.
Junjin había pensado que sería su trabajo intervenir y hacer frente a la lucha de Kangin, pero en el momento en que vio a los dos lobos juntos, supo lo que había que hacer. Kangin tenía que dejar de lado su ira y Hyukjae necesitaba demostrar que era capaz de enfrentarse a Kangin, y que todavía podía ser el compañero de manada de Kangin y aun así cuidar de él una vez que esto hubiera acabado.
Junjin y Siwon tuvieron que usar su poder para evitarles a los otros machos el unirse a la pelea. Todos ellos tenían ganas de luchar después de acabar de ver a sus compañeros irse volando a otro continente sin ellos.
Siwon por sí mismo estaba luchando contra su propio lobo, el cual anhelaba destruir cualquier carne que estuviera disponible, pero no iba a ceder ante el deseo. No necesitaba que Junjin supiera lo que había planeado. Sabía que el Alfa no lo aprobaría.
La mente de Kangin estaba cubierta de una neblina de furia mientras se lanzaba al lobo que se había atrevido a tocar a su compañero. Sus garras se clavaron en la carne y esto satisfizo algo en él al ver la rica sangre roja derramarse en el pelaje gris.
Saltó hacia atrás rápidamente, pero no lo suficientemente rápido cuando sintió los dientes de Hyukjae hundirse en su costado. Incluso el dolor del asalto fue como un bálsamo para las heridas internas que le habían estado plagando durante tanto tiempo. Una y otra vez se rodearon entre sí, y una y otra vez se desgarraron la carne, pero sin llegar a hacer ni una vez una herida mortal.
No se trataba de muerte; se trataba de corregir un error, sanar el quebrantamiento. El quebrantamiento que había llegado tan lejos en Kangin que sentía como si nunca estaría completo otra vez. Kangin casi tropezó cuando oyó una voz en su mente, una que no pertenecía a su compañero.

«Solo puedes sanar si perdonas, Kim Kangin, hijo mío».

La voz suave se envolvió a su alrededor y detuvo su progreso inmediatamente. Kangin cerró los ojos y esperó a que la Gran Luna hablara. Como no lo hizo, él la reconoció.
«Estoy escuchando», respondió.
«Hyukjae es tu hermano. Él no te ha hecho daño de alguna manera. La magia negra ha retorcido tu realidad. Llega más allá de la oscuridad, Kangin. Aférrate a la luz que tu compañero acoplado te da y ve la verdad de la situación. Ninguna cantidad de sangre derramada curará esta herida. Tienes que elegir ser sanado».
Kangin abrió los ojos y vio que Hyukjae estaba de pie frente a él, aún en su forma de lobo, mirándolo con recelo. Había detenido su ataque tan pronto como Kangin se congeló y estaba a la espera de su próximo movimiento. Se dio cuenta que no había ninguna condena en los ojos de Hyukjae, ningún odio o disgusto. Él simplemente miraba y esperaba.
«Estoy cansado», admitió.
«Sé que lo estás. No estás solo. Deja de lado tu ira y deja a aquellos que se preocupan por ti, que te aman, ayudarte a superar esto». Sintió el calor de un abrazo y luego se había ido.
Kangin cambió de regreso a su forma humana y Hyukjae rápidamente siguió el ejemplo. Todos los hombres estaban quietos, sus alientos apenas perceptibles mientras observaban a los dos machos.
—Sé que no era real —habló Kangin finalmente—, pero incluso sabiendo eso, sentí algo dentro de mí romperse cuando lo vi.
Hyukjae se acercó un paso sin hacer caso de su desnudez.
—Todos nosotros lo experimentamos, Kangin. Nuestros compañeros atravesaron cada uno la misma cosa pero con diferentes machos.
—¿Cómo puedes soportarlo? —preguntó Kangin desesperadamente.
—No ha sido fácil si es eso lo que estás pensando. Pero me di cuenta que iba a hacer más daño que bien pensar en ello. Donghae  ya había sufrido lo suficiente como para que yo estuviera a punto de añadirle más dolor.
Kangin se estremeció ante sus palabras, sabiendo que le había causado a su compañero tanto dolor. Se suponía que debía protegerlo y en su lugar había descargado su miedo e ira sobre él.
Kangin inclinó la cabeza hacia Hyukjae y la inclinó ligeramente, mostrando su cuello.
—Pido tu perdón, compañero de manada. Te he hecho daño. Te he faltado el respeto y le he faltado el respeto a tu pareja.
Hyukjae instintivamente dejó escapar un gruñido bajo ante la sumisión que Kangin estaba mostrando.
—No hay nada qué perdonar, pero incluso si lo hubiera, eres perdonado.
Kangin dejó escapar un profundo suspiro al sentir parte de la oscuridad retroceder. La pesadez que había estado pesando sobre su pecho disminuyó y finalmente se sintió como si pudiera llevar aire a sus pulmones. Se volvió hacia su padre entonces y de nuevo mostró el cuello en sumisión.
—Alfa, pido disculpas por perder el control y no buscar la ayuda que necesitaba.
Junjin se acercó a su hijo y le acarició la mejilla con cariño.
—No es mi perdón del que debes preocuparte. —Kangin casi cayó de rodillas cuando pensó en Leeteuk. Le había hecho daño y ahora estaba volviendo a Coldspring, tan lejos de él. ¿Cómo iba a enmendar las cosas entre   ellos cuando no podía sostenerlo? ¿Cómo iba a ver la sinceridad en sus ojos si no estaba allí con él?
—Él te perdonará —le dijo Hyukjae mientras tomaba el pantalón deportivo que Siwon le entregó—. Tal vez no hoy, o mañana, o dentro de diez años, pero eventualmente lo hará.
Todos los hombres se rieron afablemente y Kangin no pudo evitar la sonrisa que curvó sus labios. Su compañero era impulsivo, pero no guardaba rencor. Puede que tuviera que humillarse severamente, pero le demostraría una vez más que era el regalo más precioso que le habían dado nunca y que lo trataría así de nuevo.
Junjin se volvió para dirigirse al grupo y tan pronto como habló el humor huyó de sus caras.
—Sé que todos ustedes están enojados conmigo y Siwon. Sé que piensan que hemos tomado la decisión equivocada. Solo el tiempo lo dirá. Pero hasta entonces, no nos vamos a sentar y revolcar en la ira o compasión o incluso el dolor que acompañará a la separación. Una vez más, el mal ha mostrado su lado oscuro y debemos ser los que lo derroten. Porque si no lo hacemos, ¿quién lo hará? —Encontró cada una de sus miradas y uno por uno bajaron sus ojos—. Fueron creados para un propósito mayor, no solo para amar a su compañero, sino para cuidar el mundo en que vivimos, para que nuestros compañeros tengan un lugar seguro para vivir y nuestros hijos tengan un lugar seguro para crecer. Así que tienen hasta llegar de nuevo a la mansión para borrar los ceños fruncidos de sus rostros, y como creo que Hee podría decir: “pongan sus caras de juego”. Nuestras parejas volverán a nosotros, y cuando lo hagan, es mejor tener una buena noticia para ellos o que la Gran Luna nos ayude.
—¿Crees que la Gran Luna podría ayudarnos contra la ira de sus compañeros Americanos? —preguntó Yunho con una sonrisa.
—Conociendo nuestra suerte, probablemente la convencerían de unirse a su causa para patear nuestras partes posteriores —replicó Junjin.
—¿Partes posteriores? —preguntó Hyukjae mientras la diversión bailaba en sus ojos.
—Mi nuero es Teukkie.

—No digas más.


3 comentarios:

  1. Jajajjjaaj que bueno que por fin Kagin pudo liberarse de sus demonios y seguir adelante. Ahora lo unico que queda es derrotar esta nueva amenaza y que lo Kagin y Siwon pidan perdon a sus compañeros. Claro esta si Siwon logea sobrevivir de lo que planea hacer.
    Gracias por el cap ^_^

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  2. Bueno!
    La gran luna ayudo al mapachito...
    Y mi siwonshis pa cuando!????
    Ah!????
    No inventen!!!! Si se fueron!!!!
    OMG

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  3. Bueno...una de cal por las que van de arena.
    Las parejas se van de todas maneras (para estar a salvo) en verdad espero que ese alejamiento ayude demasiado.
    Con dolo cada uno diferente,pero se van y los lobos se quedan.
    Por otra parte...Kangin ha echo lo que ya se había recomendado anteriormente...una pelea con el "causante" de su dolor lo aliviaria.
    Y funcion,aparte la luna dio un poco de ayuda

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...