Trampa de Amor - Final



—Yo sé que estás preocupado, pero quiero que esto me lo dejes a mí.
—No comprendes cómo es él. Tengo que estar con mi appa…
—Sé cómo es tu abuelo. Créeme que estoy más preparado que tú para esto.
—Pero…
—¡Dios mío! ¿Qué tengo que hacer para que confíes en mí? ¿Cuántas veces tengo que decirte que no haré daño a tu appa?
—Yo no sabía que vendría mi  abuelo…
—Me alegro de que lo haya hecho. Así me evita ir a verlo. Aunque hubiera preferido evitar este estrés a tu appa —sonrió y agregó—: Coraje. Has sido muy valiente hasta ahora, sigue un poco más. Y diga lo que diga, Donghae, quiero que te muestres de acuerdo conmigo. ¿Queda claro?
—¿No te ha dicho nadie que eres un mandón?
—Sí. ¿Me lo prometes, Donghae?
—De acuerdo.
Cuando entraron en la habitación su appa estaba en la cama, mirando al hombre que había hecho un infierno de su vida.

—Me sorprende que vengas a visitar a alguien a quien negaste su existencia —dijo Hyukjae fríamente.
—Esto no es asunto tuyo —respondió Sooman.
—Se ha convertido en asunto mío desde que has unido las fortunas de nuestras familias. Y quiero aclararte algo: después de esta conversación, no quiero verte cerca de ningún miembro de mi familia. Sobre todo de mi esposo y de su appa.
—Ah, sí… ¿Cómo está tu esposo? —el viejo sonrió a Donghae con gesto desagradable—. Te tendí una trampa, Lee.
—Y por ello estaré eternamente agradecido —Hyukjae rodeó la cintura de Donghae con su brazo— De no haber sido por tu malicioso plan, jamás habría conocido a Donghae —sonrió a su esposo—. Y eso habría sido una pena porque él ha enriquecido mi vida.
Donghae se conmovió.
—Debe ser que no ves más que su cuerpo. Es hora de que sepas la verdad. No puede darte hijos. No habrá más descendientes de Lee — dijo Sooman.
Donghae se encogió de dolor.
—Mis sentimientos por Donghae no tienen nada que ver con eso. Y si insultas a mi esposo una vez más, te arrepentirás, Park. A diferencia de ti, yo sé proteger a los míos.
Donghae contuvo la respiración. Nadie había luchado por él ni lo había protegido jamás. Toda la vida había sido él el que había luchado por su appa. Había sido él contra el mundo.
Se le hizo un nudo en la garganta. ¡Lo amaba tanto!
—Convéncete, Lee, he ganado. Te has hecho con la empresa. Pero a estas alturas ya sabrás que es imposible salvarla. Y aunque finjas que te da igual tener hijos o no, tú y yo sabemos que no es verdad. Tú eres coreano. Está todo dicho.
Hyukjae miró al viejo con gesto serio.
—En primer lugar, la empresa ha vuelto a su dueño por derecho: la familia Lee. Has llevado a la empresa casi a la quiebra, pero mis esfuerzos harán que salga a flote. Y en cuanto a Donghae… Ha demostrado ser leal, fuerte y cariñoso, las tres características más importantes en un esposo coreano…
—No puede darte hijos. Y según el contrato no puedes buscar otro esposo.
—Entonces es una suerte que no quiera otro —respondió Hyukjae.
Su appa no salía de su asombro.
Hyukjae volvió a mirar a su enemigo y dijo:
—Creo que el disgusto de verte no le ha hecho bien al appa de Donghae. Así que quiero que te marches. Se acabó. No vuelvas a acercarte a mi familia.
—También son mi familia. Así que, si quiero, me  quedo.
—No estoy de acuerdo. Has perdido el derecho a llamarlos familia al no darles lo que necesitaban, aunque el único pecado de éste joven haya sido amar a tu hijo. Has perdido el derecho a llamarlos familia cuando usaste a Donghae como instrumento para vengarte de mí. Ya no son tu familia, Park. Son mi familia. Y yo siempre protejo lo que es mío.
—¿Y eso qué se supone que quiere decir? —preguntó Sooman.
—Tú has culpado a mi familia de la explosión. Pero tú y yo sabemos que esa explosión fue responsabilidad tuya. Tú has sido el responsable de la muerte de tu propio hijo.
Hubo un silencio espeso en la habitación. Y Donghae oyó a su appa exclamar por el shock.
—¿Crees que he querido matar a mi propio hijo?
—No. Creo que querías matar a mi padre porque estuvo intentando convencer a tu hijo de enterrar el ridículo odio entre las familias para siempre y aliarse en los negocios.
—¡Es ridículo! Mi hijo no debería haber estado en ese barco.
—Provocaste la explosión contra mi familia, pero las circunstancias cambiaron, y cuando ellos finalmente subieron a bordo, tu hijo y su esposo estaban con ellos. Y fue tu hijo quien murió junto con mi tío. Y tú fuiste responsable. ¿No crees que es hora de acabar con este asunto, Park?
Con la respiración agitada, Sooman corrió hacia la puerta, pero varios hombres le bloquearon el paso.
—Las autoridades coreanas quieren hablar contigo —dijo Hyukjae—. Están interesados en varios sucesos que tuvieron lugar, incluidas algunas inversiones que has hecho últimamente.
Sooman se detuvo en la entrada y miró a Hyukjae.
—Te va a costar una fortuna tu esposito.
—Le insisto en que use mi tarjeta de crédito y no lo hace… Donghae es único. Nuevamente, gracias por presentármelo. Yo había perdido las esperanzas de encontrar a alguien como él.
Cuando Sooman fue sacado de la habitación, Donghae se hundió en una silla, temblando.
—¿Es cierto que fue él quien puso la bomba? —preguntó su appa, abatido.
Hyukjae asintió.
—Siempre hemos sospechado que fue él quien la puso. Pero, no ha habido pruebas. No obstante, se ha metido en algunos negocios sucios… Me parece que lo esperan unos años entre rejas, sea como sea.
Su appa cerró los ojos.
—Es un hombre muy malvado, realmente. Yo creo que hasta su hijo lo veía. Era el motivo por el que quería asociarse con tu padre. Quería empezar de nuevo. Yo intenté convencerlo de que no lo hiciera. Siempre me daba miedo lo que pudiera hacer Sooman. Y tenía razón.
—Ha pagado un precio muy alto, joven señor —dijo Hyukjae.
—Y tú has tenido que pagar un alto precio también —dijo él, abriendo los ojos—. Tuviste que casarte con Donghae para recuperar la empresa de tu padre.
—No ha sido ningún sacrificio —sonrió Hyukjae—. Se lo aseguro. Su hijo es deslumbrante en todo sentido. Bello y valiente.
Su appa lo miró un momento y dijo:
—¿Éste es el trabajo que has conseguido, Donghae? ¿Te has casado por dinero?
—No había otro modo de pagar la operación —dijo Donghae con desesperación.
—Donghae hizo lo que debía hacer. Y le pido que no se preocupe por nuestra relación. Amo a su hijo, y me alegro de que se haya querido casar conmigo.
Donghae lo miró, agradecido. Aunque supiera que Hyukjae lo decía para tranquilizar a su appa, y no porque lo amase.
—Y ahora, debe descansar… Creo que hoy ha mejorado mucho. Quiero que sepa que en cuanto esté mejor, lo llevaremos a Seúl, a mi casa.
—¿A Corea? —preguntó su appa—. No creí que volvería a Corea, aunque fue mi hogar hace tiempo…
Hyukjae se acercó y le dio un beso en la frente, un gesto que sorprendió a Donghae.
—Volverá a ser su casa —le dijo.

Cuando volvieron al hotel, Donghae se hundió en un sofá.
—Gracias por todo lo que le has dicho —dijo—. Y por enfrentarte a mi abuelo. Debes ser la única persona que se ha atrevido a hacerlo.
—Nos hemos deshecho de él —Hyukjae lo miró, preocupado—. Estás agotado. No debí llevarte conmigo.
—Estoy bien. Sólo estoy cansado.
—Come algo. Y luego puedes  dormir.
Hyukjae se alejó para pedir el servicio de habitaciones. En ese momento Donghae se puso de pie, pero se mareó y se desmayó.
Cuando volvió en sí, Hyukjae estaba a su lado, pálido.
—¡Qué susto me has dado! —exclamó.
—Lo siento. No sé qué me pasa.
—Yo, sí. Has estado con una presión muy grande… Han sido muchas cosas…
—No me las recuerdes… Me siento muy culpable por no poder darte los hijos que deseas… —Donghae se cubrió la cara con las manos—. Yo había decidido no casarme con nadie, porque no me parecía justo…
—Debía ser por ese motivo que eras virgen —dijo él.
—No dejaba que se acercasen los hombres. No quería               verme involucrado en una relación.
Donghae volvió a sentir mareo, y se echó hacia atrás en el sofá.
—He llamado a un médico. Vendrá en un momento —dijo él.
—No es nada…
—Sea lo que sea, quiero que se te pase.
Hubo un golpe en la puerta. Y apareció un hombre alto con un maletín junto a uno de los hombres de seguridad de Hyukjae.
El médico le hizo muchas preguntas, algunas un poco incómodas. Hyukjae miraba, ansioso al médico.
—¿Cuánto tiempo llevan casados? —preguntó el doctor.
—Seis semanas.
—Entonces, les doy mis felicitaciones. Van a tener un bebé.
—Pero… ¡Eso no es posible! —exclamó Donghae. El médico sonrió.
—Supongo que es normal que piense eso después de la historia clínica que me ha contado. Pero puedo asegurarle que está embarazado, joven Lee.
—Pero…
—Tengo treinta años de experiencia y aunque un médico puede dudar de un diagnóstico, esta vez estoy seguro. El mareo que tiene es debido al embarazo. Se le pasará en unas semanas, así como el cansancio. A partir de entonces, disfrutará de la experiencia.
Donghae no podía creerlo.
—Pero, ¿cómo es que los médicos dijeron que no podía quedar embarazado? —preguntó Hyukjae.
—El tema de la fertilidad es complicado. Se sabe mucho, y se desconoce mucho —dijo el hombre yendo hacia la puerta—. Y si no, vea la cantidad de parejas que hay que adoptan un niño y luego quedan embarazados. Usted ha vivido uno de esos milagros, señor Lee.
Cuando el médico se fue, Donghae seguía en el sofá.
—Me da miedo moverme…
—No me extraña —Hyukjae lo ayudó a levantarse.
—¿Qué estás haciendo?
—Te llevo a descansar.
—¿Te das cuenta de lo que significa esto? —dijo Donghae.
—¿Qué? —Hyukjae lo depositó en la cama.
—Que una vez que tengamos un hijo podemos divorciarnos.
—Vete a dormir. Mañana hablaremos.
Donghae estaba embarazado, debía estar contenta. Pero de pronto se sentía vacío. Cuando se despertó, Hyukjae estaba en un rincón de la habitación, observándolo.
—¿Hyukjae, qué haces ahí?
—Tengo miedo de que desaparezcas, y tenemos que hablar. Quédate ahí y no te muevas.
Se marchó de la habitación y volvió con galletas y una bebida. Donghae se incorporó y preguntó:
—¿Qué es eso?
—El médico me ha dicho que unas galletas secas por la mañana antes de levantarte podrían ayudarte a que se te pase el mareo —se las ofreció y esperó a que las probase—. ¿Estás mejor?
—Sí.
—Bien, porque tenemos que hablar y no quiero que tengas excusas para abandonar la habitación. Y antes de que digas nada, quiero que sepas una cosa. Puedes pedirme lo que quieras, pero el divorcio, no. Así que no vuelvas a pedírmelo.
—No eres responsable de lo que ha pasado, Hyukjae. Ha sido todo culpa de mi abuelo. Me pregunto si ése será el motivo por el que no soportaba tenernos a mi appa y a mí cerca. Quizás eso intensificara su culpa, recordándole lo que había hecho.
—Supones que es capaz de sentir culpa y remordimientos,  pero  lo dudo. Y la razón por la que no quiero que te marches no tiene nada que ver con mi sentimiento de responsabilidad sino con lo que siento por   ti.
Donghae sonrió, tembloroso. Hyukjae era coreano, y se sentía responsable de haberlo dejado embarazado.
—Lo dices porque sabes que estoy embarazado…
—Lo que siento por ti no tiene nada que ver con eso. Aunque no te niego que estoy encantado de que lo estés. Porque eso te ata a mí. No creo que alguien tan generoso y leal como tú prives a tu hijo de su padre.
—Hyukjae, esto es ridículo. Tú has dejado bien claro lo que piensas de mí. Siempre has dicho que soy un codicioso…
—Eso era cuando no te conocía. Me siento muy culpable por el modo en que te he tratado.
—No te culpo por ello.
—Pero deberías hacerlo. Te olvidas de que yo también tengo parte de culpa. Tú te viste obligado a casarte por dinero, y yo di por hecho que eras como otro más que había conocido.
—No puedo negar que no me guste usar cosas bonitas, y comer comidas deliciosas…
—Entonces, quédate conmigo. Yo te enseñaré cosas sobre el sexo, y te enseñaré a gastar y gastar, y a ir a fiestas… Te lo mereces.
—No es suficiente, Hyukjae. Te aburrirás.
—No, tú me sorprendes constantemente.
—Tú te cansas de las parejas…
—Contigo nunca tengo suficiente…
—Eso es sólo sexo.
—No es sólo sexo. Te amo y sé que tú no sientes lo mismo, pero no puedo dejarte marchar…
—Tú no me amas. Sólo lo has dicho por mi appa.
—Lo he dicho porque es cierto —Hyukjae le acarició el pelo—. Yo no creía que existiera el amor hasta que te conocí. Y aunque el sentimiento no sea recíproco, aun pienso que puedo hacerte feliz.
Donghae no podía creerlo.
—No es posible que me ames. Si después de nuestra noche de bodas no fuiste capaz de quedarte siquiera…
—¡No me recuerdes lo cruel que he sido!
—Porque me odiabas.
—No, porque no podía dejar de hacerte el amor… Lo que sentía por ti me asustaba…
—¿Y por eso te marchaste quince días?
—Sí… Pero estoy decidido a conseguir que me ames…
—El sentimiento es mutuo, Hyukjae —susurró—. Te amo desde el momento en que me di cuenta del tipo de persona que eres…
—Dímelo otra vez.
—Te amo —Donghae sonrió.
—Ningún hombre va a descubrir lo ardiente que eres —le dijo él, abrazándolo.
—Además de tener muchas virtudes, también eres muy posesivo…
—Soy coreano, ¿qué esperas?
—Me gusta que me quieras proteger… Nunca nadie me ha protegido.
—De ahora en adelante, nadie te hará daño. Y no volveremos a la isla, si no quieres. Podemos vivir en ciudades, si te encuentras más cómodo.
—No me importa dónde vivamos, si es junto a ti. Y me encanta la isla. Es donde me enamoré de ti.
Él gimió y lo besó.
—Te daré todo lo que me pidas, no tienes más que pedírmelo.
—¿Todo? —le preguntó, pícaramente.
—No me pongas nervioso… ¿Qué quieres?
—¿Has dicho en serio lo de llevar a mi appa a Corea?
—Por supuesto. En cuanto esté mejor, la llevaremos a un hospital privado de Seúl.
—¡Lo que es tener dinero! —exclamó Donghae.
—Quiero darte todo lo que quieras.
—En ese caso, ¿podemos irnos a Corea cuanto antes? Me encanta Corea y su comida.
—¿Y los hombres coreanos?
—Sólo uno. El señor Lee —se rió  Donghae.

Fin



Esperen la próxima historia.
Estamos a poco de la salida!!!

8 comentarios:


  1. Le salió el tiro por la culata al viejo Park...
    Aparte de que este par se aman,que tendrán un hijo,que la empresa se salvara y demás...el viejo Park se irá a la carcel por homicidio
    Dios mio...quie fue él quien provoco la muerte de su propio y único hijo,eso es maldad...aunque no iba dirigido a él exactamente,pero la intención,quería la muerte de alguien más.
    Que bueno que el appa de Hae no se puso mál con las noticias de este día...lo malo fue la visita del viejo pero eso ayuda a aclarar todo.
    Me maté de risa cuando Hae le habla del divorcio y Hyuk lo manda a dormir😂😂😂😂😂😂
    Quiero un Hyuk que me de su tarjeta de crédito y me deje gastar,no que me enseñe porque ya sé...todo lo que compraría de SuJu *0*

    Me gusto esta...fue rápida y los protagonistas no se dejaron envolver en trampas *0*
    A 51 días del regreso

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  2. WOW Hermoso final me encanto el fic y todos los que subes muchas gracias se que no escribo muy seguido pero siempre te leo que tengas un lindo día bye.

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  3. que lindo final y seran papas si cuando empieza la nueva historia

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    1. Te digo que ya la tenía empezaba, y ahora no me gusta 😑. Tengo que buscar otra. Sorry

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    2. no te preocupes linda yota nosotras te esperaremos

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  4. Me encantó!!! Muy linda historia de principio a fin... Muchas gracias.

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  5. Me ha encantado ese final *w* Hae y Hyuk pueden ser felices ahora que ese Sooman ya no esta y que finalmente han podido arreglar todos los mal entendidos
    Muchas gracias por esta historia :)

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  6. Asadaddada , amé el final , ése Hae , tan lindo .😍😍💕

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...