Trampa de Amor -8



Estaba en la puerta, con gesto serio. Parecía enfadado con él. Luego desvió la mirada hacia su appa.
—¡Dios mío! No sabía… Está vivo… Sobrevivió a la explosión…
—Creí que estabas en París —dijo Donghae. No estaba preparado para aquella escena.
—¿Controlas mis movimientos, Donghae? Bueno, ahora estoy de vuelta…
Antes de que pudiera encontrar una respuesta, su appa exclamó y se tapó la boca.
—¿Appá? —se acercó y tocó la frente de su appa—. ¿Te encuentras peor? ¿Estás mareado? Llamaré a una enfermera —Donghae extendió  la mano hacia el timbre, pero su appa se la agarró.
—No —su appa habló con voz débil y mirando a Hyukjae—. He pensado en ti durante años. En mis sueños… En mis peores momentos siempre estabas ahí…
Donghae miró consternado a su appa. No había pensado que pudiera reconocer a Hyukjae, pero era evidente que sí. Y estaba claro que lo odiaba. Lo que menos falta le hacía en aquel momento era ese shock.
—Lo estás disgustando… Creo que deberías marcharte —le rogó Donghae, agarrando la mano de su appa—. Podemos hablar más tarde.
—Si eso es lo que quiere tu appa, por supuesto. Respetaré sus deseos. Pero hay cosas que hablar —se volvió hacia el appa de Donghae—. No tenía ni idea de que estaba vivo.
Donghae cerró los ojos.
—Por favor, ¿quieres marcharte?
—No quiero que se marche —su appa extendió una mano hacia Hyukjae con los ojos llenos de lágrimas—. No antes de que le dé las gracias. ¡Si supieras cuánto he querido agradecérselo! Pero no sabía cómo averiguar quién era, y no sabía su nombre…
Al oír aquella confusa declaración, Donghae miró a su appa sin comprender nada. Y encima, Hyukjae se acercó y aceptó la mano de su appa.
—No hace falta que me dé las gracias. Ni entonces ni ahora… Hasta hace poco no tenía idea de quien era usted…
—Había tanta gente en el yate aquel día…
Donghae los miró, sorprendido.
—¿Appá?
—¿Cómo te has puesto en contacto con él? —su appa lo miró. Tenía lágrimas en los ojos—. Tú sabías cuánto deseaba encontrar al hombre que te salvó. Sin su nombre, ¿cómo has podido encontrarlo?
¿El hombre que lo había salvado?, Donghae no comprendía nada. Se quedó sin habla. Cuando por fin pudo hablar preguntó:
—¿Éste es el hombre que te rescató cuando explotó el barco?
—A mí y a ti. También te rescató a ti —dijo su appa—. Arriesgó su vida tirándose al agua… Yo te vi en la escalerilla segundos antes de la explosión. Sabía que estabas en el agua, probablemente demasiado herido como para poder ayudarte a ti mismo. ¡Yo gritaba y gritaba que alguien salvara a mi niño…!
—Tu appa estaba atrapado —dijo Hyukjae con los ojos tristes al recordarlo—. No quiso aceptar mi ayuda hasta no rescatar a su niño.
Donghae estaba en estado de shock. A su mente acudieron imágenes del hombre.
—¿Eras tú?—dijo casi imperceptiblemente—. El hombre que me rescató… El hombre que recuerdo… ¿Eras tú?
—No lo supe hasta la noche en que me contaste lo del accidente —le confesó Hyukjae—. Me di cuenta entonces de que tenía que ser tu appa a quien había rescatado, pero no sabía que todavía estuviera vivo. Park nos informó que había muerto junto con su hijo.
—Eso es lo que quiso que creyera la gente. Quería borrarme de su vida. Tú te fuiste a rescatar a otros —dijo el appa de Donghae—. Y la ambulancia nos llevó al hospital. Le pregunté a todo el mundo por ti, pero nadie sabía nada. Luego Sooman nos hizo volar a Inglaterra y a mí me prohibieron volver a visitar Corea. Mantuvimos nuestra identidad en secreto por instrucciones suyas.
Hyukjae frunció el ceño.
—¿Cómo fue capaz de amenazarlo de ese modo? ¿Cómo fue capaz de impedir que viniera de visita? ¿Y por qué?
Su appa cerró los ojos.
—Me odió desde el primer momento en que su hijo me llevó a Mopko. Cuando murió no hubo nadie que me defendiera. Me amenazó con quitarme a Donghae. Realmente no le quería. Fue sólo una amenaza para castigarme. Poca gente sabe lo malo que es ese hombre… Yo no quería que estuviera cerca de mi hijo de ninguna manera. Y acepté desaparecer, romper el contacto por completo. Y a él le pareció bien. Fue lo que siempre había querido.
—¿Le pagó para que desapareciera? —preguntó Hyukjae. El appa de Donghae se rió, cansado.
—¿Pagar? ¿Sooman? No, no me pagó nada.
—Pero usted estaba herido y con un hijo pequeño que    mantener… ¿Cómo se las arregló? ¿Tenía familia que se ocupara de usted?
—No tenía familia, y me arreglé porque mi hijo es una persona muy especial.
Donghae se sonrojó.
—Appá… Creo que deberías descansar ahora…
—Todavía, no —Hyukjae apretó más la mano de su appa—. Por favor, si puede, realmente me gustaría oír el resto de la historia.
—Donghae se recuperó considerablemente rápido de las heridas y era un niño brillante —sonrió a su hijo—. Uno de los médicos que me estaba tratando y que conocía nuestras circunstancias, me sugirió que pidiera una beca en uno de los mejores internados. Lo aceptaron. Fue una decisión difícil, pero acertada. A mí me operaron interminables veces. Durante los veranos se quedaba con una de las tutoras y lo traían a verme.
—Siga… —dijo Hyukjae.
—En la época que tenía que ir a la universidad, yo necesitaba todo tipo de cuidados por los que teníamos que pagar —miró a Donghae —. Donghae trabajó día y noche para dármelos. Y cuando descubrió que era posible hacerme esta operación para poder caminar, consiguió ese estupendo trabajo en Corea…
Hubo un silencio tenso. Donghae cerró los ojos, esperando que Hyukjae le dijera a su appa la verdad.
—Debería descansar ahora —dijo él—. Pero antes de que lo dejemos quisiera hacerle otra pregunta. ¿Por qué cuando Donghae creció y su abuelo ya no podía quitárselo, no le pidió dinero a Park? Ustedes son su única familia. Él tenía la obligación de darles lo que necesitaban.
—Sooman no sabe lo que es la obligación y nunca da dinero —dijo su appa con dignidad—. Y no sabe lo que quiere decir la palabra    familia.
—Entonces, es hora de que alguien lo eduque —Hyukjae achicó los ojos—. Y le aseguro que será un buen alumno. Tendrá que asumir sus responsabilidades.
—No. No quiero ningún contacto con ese hombre. No quiero volver a oír el nombre Park ni Lee.
Donghae se quedó helado. Al parecer, su appa no sabía que Hyukjae era un Lee. ¿Qué diría cuando se enterase de que se había casado con él? ¿Y que se había acercado a su abuelo para conseguir dinero?
—Quiero que descanse y que deje de preocuparse. Mañana traeré a Donghae nuevamente —dijo Hyukjae.
Su appa abrió los ojos y  sonrió.
—¿Puedes quedarte otro día, Donghae? ¿Cuándo tienes que volver?
Hyukjae frunció el ceño.
—Puede quedarse lo que le haga falta —repitió. Donghae abrazó a su appa y luego corrió detrás de él.
—¡Hyukjae, espera! —finalmente lo alcanzó—. Por favor, no te marches así. Sé que todavía estás enfadado conmigo, pero tenemos que hablar. Salvaste mi vida. No puedo creer que hayas sido tú…
Hyukjae lo quemó con la mirada. Luego le agarró los brazos y lo acorraló contra una pared.
—Podría haberlo sabido antes si hubieras sido sincero conmigo. ¿Cuándo vas a confiar en mí y a decirme la verdad? Todos los días me entero de cosas nuevas de mi esposo… ¡Hoy me entero de que tu appa está vivo! ¿Por qué me lo has ocultado? ¿Y por qué me ocultaste que tú estabas en el barco también?
—Porque si te lo hubiera dicho habrías sabido que Sooman nos despreciaba. Y si sabías eso, habrías sabido que su deseo de que nos casáramos era por venganza. Tenía demasiado miedo de decirte la verdad… —tragó saliva—. Y entonces no te habrías casado conmigo. Y yo necesitaba que te casaras conmigo. Era la única forma que veía de conseguir el dinero para la operación de mi appa. Es una nueva operación y la Seguridad Social no la cubre. Yo estaba desesperado.
—Debí darme cuenta de las señales en aquella primera reunión. Tenías tanto miedo de tu abuelo… Pero mi padre deseaba tanto que la empresa volviera a él… Y yo también me distraje con otras cosas. Si no, me habría dado cuenta de que algo no iba bien.
Preguntándose qué otras cosas lo habrían distraído, Donghae sonrió:
—Bueno, ahora ya lo sabes todo —dijo—. Me casé por tu dinero, porque lo necesitaba para mi appa.
—Tu abuelo tiene que rendirte cuentas de muchas cosas —dijo Hyukjae—. Éste no es un lugar adecuado para hablar de esto. Vámonos de aquí.
Hyukjae lo acompañó al ascensor.
—¿Qué tipo de hospital es éste? —preguntó.
—Es un hospital muy viejo. Pero el cirujano tiene mucho prestigio y quería probar una nueva técnica. Así es como he gastado tu dinero.
—Tu dinero —lo corrigió Hyukjae—. Era tu dinero. Ahora comprendo por qué no ibas de compras. No te ha quedado nada para tus gastos.
—No me hacía falta nada. Y el hospital es muy caro, aunque el edificio sea muy viejo. ¿Cómo supiste cómo encontrarme? —preguntó Donghae cambiando de tema.
—Te han seguido. Mis hombres de seguridad tenían instrucciones de no perderte de vista.
—¿Por qué?
—Porque eres un Lee ahora. Y hay mucha gente con ganas de sacar dinero.
—¿Crees que podría raptarme alguien?
—Siempre existe esa posibilidad. Pero no te preocupes demasiado. Te soltarían enseguida al ver lo que comes.
—¿Estas muy enfadado conmigo?
—Me has tenido en vilo desde el día que te conocí, así que no es nada nuevo esto. Y la próxima vez que quieras volar, usa mi avión. Te guste o no, eres mi esposo, y no quiero que tomes vuelos comerciales.
Una corriente de ternura recorrió su ser. Tendría que haberse enfadado por su actitud autoritaria, pero en parte le gustaba que fuera posesivo. Y que quisiera cuidarlo.
—¡Mira! Aquél es el monumento que conmemora el Gran Fuego de Londres. Recuerdo que mi appa me trajo una vez, en un raro período en que no estuvo en el hospital. Subí hasta arriba mientras me esperaba en la calle. Y luego lo saludé —conmovido por el recuerdo, miró a Hyukjae.
—Debiste echarlo mucho de menos.
—Para serte sincero, era tan pequeño cuando sucedió todo, que me acostumbré a ello. Acepté que mi appa no era como otra gente. Que nuestra vida era diferente.
—¿Cómo no ha descubierto la prensa que tu appa está vivo?
—Como tú, no indagaron. Nosotros volvimos a Londres. Mi  abuelo quiso que mi appa volviera a usar el apellido de  soltero,  y  yo  usé  el mismo nombre. Nos llamamos Choi. No fue  difícil.
—Por eso no respondiste a tu nombre de joven Park cuando nos conocimos. Y aceptaste ese nombre por presión de tu abuelo, ¿no?
—Odiaba usar su nombre, pero era parte del plan de mi abuelo. Por eso tardaba en reaccionar cuando me llamabas así. Toda mi vida me he llamado Choi.
—Tu appa es una persona muy valiente.
—Es verdad. Toda su vida odió la guerra entre nuestras dos familias. No podemos decirle que me he casado con un Lee. Lo mataría.
—Deja de preocuparte. Estás muy pálido. Tienes que descansar.
Donghae deseó poder relajarse.
—No podré descansar hasta que no decidamos qué le vamos a decir. No sabía qué decirle para justificar mi ausencia, así que le dije que había conseguido un trabajo en Corea y…
—Deja de preocuparte. De ahora en adelante yo me ocuparé de esto.
—Pero…
—No te preocupes. No le haré más daño a tu appa.
—¿Por qué quieres hacer todo esto?
—Por muchas razones. Confía en mí. Y porque si hubiera querido decirle la verdad a tu appa, ya se la habría dicho.
—Lo siento —dijo.
—No te preocupes. Comprendo que has tenido que tomar muchas decisiones importantes desde que eras un niño. Pero ahora ya no estás solo, Donghae. El problema es mío. Y lo voy a solucionar.
Por un momento, Donghae se sintió como si le hubieran quitado un gran peso de encima, y luego recordó que él lo estaba haciendo sólo porque se sentía responsable, porque la explosión había sido en el barco de la familia de Hyukjae.
Donghae lo miró y sintió la punzada del deseo.
—¿Adónde vamos?
—Al hotel, donde no nos interrumpirán. Tenemos muchas cosas de las que hablar.
Él no quería hablar.
—¿Es un hotel elegante? Siempre he tenido ganas de pedir servicio de habitaciones…
—Sí, es muy elegante. Será otra nueva experiencia para ti  —de pronto Hyukjae lo miró con preocupación—. Sigues pálido… ¿Te encuentras enfermo todavía?
—Ha sido un día muy duro… Ver a mi appa así… Y luego tu aparición…
—¡Es increíble los sacrificios que has hecho por tu appa!
—Mi appa también ha hecho grandes sacrificios por mí. Habría preferido que estuviera con él, pero me envió al internado porque pensó que eso sería mejor para mí.
—Tu abuelo tendría que rendir cuentas por todo esto —dijo Hyukjae.
—Mi abuelo es como es. Jamás cambiará.
—Eso lo veremos.
Entraron por una puerta trasera del hotel y subieron a la suite.
—¡Es increíble!
—Suelo quedarme aquí cuando estoy en Londres. Llama al servicio de habitaciones cuando quieras…
—¿Puedo pedir lo que quiera? —se rió como un niño.
—Por supuesto —Hyukjae se quitó la chaqueta. Se miraron a los ojos.
—Hyukjae…
—Me he prometido que me mantendría alejado de ti… —dijo él.
—Yo no quiero que lo hagas. ¡Todavía no puedo creer que fueras tú quien me salvó la vida!
—Algo bueno que he hecho —lo besó y lo desnudó con movimientos lentos. Luego lo alzó en brazos.
—Puedo caminar…
—Me gusta llevarte… —dijo él con voz sensual.
—Te gusta dominarme —bromeó.
Hyukjae lo dejó en la cama y se puso encima de él.
—Me encanta saber que soy el único hombre que te ha hecho esto — empezó a besarle todo el cuerpo.
Donghae perdió totalmente el control.
—Hyukjae, por favor, ahora…
Hyukjae deslizó un dedo para investigar, y él se sobresaltó.
—Eres tan caliente —susurró él.
El siguió volviéndolo loco, haciéndole sentir un placer casi increíble. Y cuando pensó que ya no podía aguantar, lo levantó y se adentró en él con un gemido de satisfacción.
Donghae abrió los ojos, asombrado ante aquella sensación. Entonces él le sonrió y siguió moviéndose, llevándolo cada vez a un placer más alto, sin dejar de besarlo. Hasta verlo explotar de goce. Donghae se aferró a él, sumido en olas y olas de placer.
Hyukjae giró con él y se puso boca arriba con él encima.
—Ha sido impresionante… El mejor sexo del mundo  —dijo.
Donghae cerró los ojos, y trató de convencerse de que no importaba que no lo amase mientras lo deseara.
Sonó el teléfono móvil de Hyukjae.
—He dado instrucciones de que no me molesten —protestó mientras extendía una mano para contestar.
Escuchó unos segundos y luego dijo algo en coreano antes de colgar.
—Tenemos que volver al hospital. Al parecer, tu abuelo ha decidido visitar a tu appa.



3 comentarios:

  1. si lindo monito cuida al lindo pecesito

    ResponderEliminar
  2. Lo sospeche desde un principio
    Ni tanto,pero algo me decía que Hyuk había salvado a Hae,no sabía que también a su appa...puntos para Hyuk,lo malo es que el appa de Hae sigue odiando a las Lee😕
    Por eso siguio a Hae,lo que le dijo esa noche lo hizo atar cabos,ahora lo sigue y da con su appa,y no solo se entera que está vivo,sino que está enfermo y que en él ha sido que Hae ha utilizado el dinero. Y luego toda la historia que le cuenta el appa de Hae...lo dicho,Hyuk tiene que darle el sol,la luna y las estrellas a Hae.
    Já...se fueron al hotel a hablar,y es lo menos que hicieron...pillines.
    ¿Qué hace ese viejo allá?¿Cómo se atreve?...si ya hizo lo que quería ¿Qué busca ahora?
    Ya sé...le va a decir al appa de Hae que se caso con un Lee por dinero...para la operación...viejo desgraciado
    Pero así le va a ir😠

    ResponderEliminar
  3. Viejo de michi, el deveria de morirse, ya me imagino el veneno que soltara ese tipo. Grrr

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...