Sapphire Wolf (T6)- 10




—¿Estás seguro de que esto es lo que quieres hacer? —preguntó Sora cuando se detuvieron delante de un claro en el extenso bosque.
Jungsoo miraba fijamente el claro y Sora sabía que debía estar viendo algo que ella no, Minwoo hizo un gesto con la mano y de repente hubo una sacudida en el aire. De la nada, una grieta apareció y como una cortina, el espacio delante de ellos se separó y ella pudo ver a través de este al otro extremo. No coincidía con el bosque que los rodeaba y por ello sabía que veía el reino de los Elfos.
Jungsoo la miró y la respuesta fue evidente en sus ojos.
—Bien, bien —se quejó—. Realmente no tenemos elección, ¿verdad?
—No podemos salir de una situación peligrosa con la esperanza de que alguien más dará un paso adelante y lidiará con ello. Puede que no seamos los primeros en descubrir el draheim en el reino humano, pero somos los únicos dispuestos a arreglarlo.
—Para alguien que estaba dispuesto a hacer un trato con el diablo, te estás volviendo noble y desinteresado —le dijo Sora con un guiño.
—No soy tan noble como para liberar a la mujer que fue secuestrada para ser mi compañera. —Aunque las palabras salieron suavemente, Sora sintió la posesividad detrás de ellas y trató de negar la sensación de calor que les provocó. Ella era deseada. Después de haber sido descartada años atrás, alguien la quería y no sabía cómo corresponder a ello.
El carraspeo de Minwoo llamó su atención hacia el velo abierto.
—¿Listos? —les preguntó.
En respuesta, Jungsoo caminó hacia el velo sin dudarlo y pasó a través de él. Minwoo le indicó a Sora que continuara y luego, la siguió de cerca por detrás.
La boca de Sora se abrió y giró en un círculo lento.
—¿Hemos entrado en una película de Disney? —preguntó, asombrada de los paisajes que la rodeaban.
El cielo por encima de ella era del más hermoso color azul que había visto nunca. El sol iluminaba un prado cubierto de hierba y las hojas eran sopladas rítmicamente por el viento. Los árboles a su alrededor eran altos y fuertes, con grandes hojas que eran de un brillante verde intenso; los pájaros revoloteaban de árbol en árbol, piando alegremente. Sora sentía como si en cualquier momento saldría una princesa hermosa de ojos grandes y pequeña cintura, girando desde los árboles cantando una canción ridícula sobre la naturaleza o el amor, o la necesidad de alejarse de su madre malvada.
—La tecnología no ha contaminado su reino de la manera en que lo ha hecho en el reino de los humanos —explicó Minwoo.
Sora hizo una expresión de “oh” mientras continuaba observando el reino extendido delante de ella.
—¿Los encontramos o ellos nos encuentran? —preguntó Jungsoo a la Fae.
—Vamos a entrar más profundo en el reino, pero definitivamente nos encontrarán incluso antes de saber que están detrás de nosotros.
—Excelente —gimió Sora—, porque saben que no quiero que esta pequeña aventura en nuestra historia sea fácil ni nada así. Lo digo en serio, ¿dónde estaría el loco entusiasmo en eso?
La frente de Minwoo se frunció hacia ella y Sora se echó a reír.
—Sarcasmo Minwoo, es un mecanismo de supervivencia que aprendí de mi hijo y sus mejores amigos.
Jungsoo tomó la mano de Sora entre la suya y le sonrió a Minwoo.
—Solo asiente como si entendieras y puede que eso la haga detenerse.
Una leve sonrisa se deslizó en los labios de Minwoo y eso hizo que Sora sonriera aún más.
—Vamos   —dijo   Jungsoo,   mientras   tiraba   de   la   mano   de  Sora—.Manténganse alerta —añadió.
—¿He mencionado que tengo tanta hambre que podría considerar roer uno de mis brazos? —preguntó Sora entre respiraciones forzadas mientras seguía las largas zancadas de Jungsoo.
—Solo veintitrés veces —respondió Minwoo sin sarcasmo, simplemente constatando un hecho.
—¿Cuál es la cuota de mencionar el hambre antes de que la comida, finalmente, sea la respuesta dada, en lugar de una réplica seca?
Jungsoo se rió de su compañera. Él amaba su peculiar sentido del humor, y su habilidad para manejar el estrés tan bien. Incluso amaba cuando ella se quejaba, como ahora, porque eso significaba que oiría su hermosa voz.
—Exactamente, no he pensado una —respondió Minwoo—. Pero, cuando lo haga, serás la primera en saberlo.
Sora se quedó boquiabierta mientras miraba a Minwoo.
—¿Acabas de ser sarcástico? Oh Dios mío, tú… totalmente usaste el sarcasmo como un profesional.
Minwoo se encogió de hombros.
—Estoy aprendiendo a hacerte frente.
Ese comentario trajo una tos de parte de Jungsoo mientras trataba de sofocar su risa.
Los ojos de Sora se estrecharon, aunque el brillo en ellos dejó en claro que no estaba realmente irritada.
—Voy a dejar pasar eso porque supongo que necesitas práctico.
Una hora después finalmente se detuvieron, Minwoo tomó la mochila que llevaba en la espalda y sacó un trozo de algo que parecía mucho a pan. Arrancó dos pedazos y le dio uno tanto a Jungsoo como Sora; ésta miró el pan y luego miró a Minwoo.
—Por favor, dime que esto es solo un aperitivo.
—Es más de lo que aparenta —dijo Minwoo.
Mientras comían su pan en silencio, Sora comenzó a darse cuenta que Minwoo tenía razón; había algo más en este pan. Se sentía llena a pesar de la pequeña cantidad que había comido y sintió que su cuerpo estaba siendo impregnado con energía. Estaba a punto de hacer una observación sobre esto cuando de repente Jungsoo se puso en pie de un momento a otro. Sus ojos se estrecharon mientras miraba hacia los árboles e inclinaba la cabeza hacia un lado, escuchando.
Minwoo se había levantado también y miraba en dirección opuesta a la de Jungsoo. Sora comenzó a levantarse, pero se detuvo cuando Jungsoo la miró y se llevó un dedo a los labios. Ésta se movió más lentamente cuando se levantó, tratando de no hacer ningún ruido.
Jungsoo entrecerró los ojos mientras buscaba a los Elfos que sabía estaban observándolos. Había sentido sus ojos en ellos durante varios minutos; también sabía   que   los   habían   estado   siguiendo   desde   hace   un   tiempo.   Aunque él no sentía como si estuvieran en peligro, prefería ser capaz de ver a su potencial adversario, y no tener que preguntarse si efectivamente planeaban un ataque. Miró a Minwoo y vio que él también se encontraba alerta y mirando hacia el bosque, aunque su postura era relajada, lo que indicaba que tampoco sentía una amenaza.
—Descubrirían nuestro propósito de estar aquí mucho más rápido si se revelaran. —La voz de Jungsoo fue alta, aunque no lo suficiente para gritar.
El silencio se encontró con sus palabras mientras esperaban a que los observadores se revelaran. Varios minutos pasaron antes de que finalmente, una alta figura diera un paso alrededor de uno de los grandes árboles. Avanzó a grandes zancadas hasta que estuvo en el centro del claro y la luz del día reveló su apariencia. Era alto, con largos músculos delgados, tenía el cabello rubio y lacio, colgando por su espalda. Ojos verde azulados, pómulos salientes, labios finos que se encontraban apretados en una línea recta y una fuerte mandíbula; sus orejas eran ligeramente puntiagudas en las puntas, pero no más grande que las de un humano.
Su ropa se veía como si hubiera salido directamente de El Señor de los Anillos, con un arco colgado en la espalda. Él no dijo nada de inmediato, solo se limitó a mirar. Sus ojos se posaron sobre cada uno de ellos, evaluando el nivel de amenaza.
—Soy Hyungsik, de los Elfos. ¿Qué trae a un ser humano, un Rey Hechicero y un Guardian Fae a nuestro reino?
—Fuimos a un bar primero, aunque eso no pareció dar resultado para una broma adecuada, por lo que ahora somos un ser humano, un hechicero y una hada a través de un velo. No tiene la misma gracia, pero esperemos que sea mejor que el chiste del bar. —Sora sabía que estaba divagando y aunque había tratado de callarse, por alguna razón su boca solo siguió moviéndose.
Jungsoo la fulminó con la mirada y ella articuló un “Lo siento” con lo cual Jungsoo negó con la cabeza dejando escapar un suspiro deliberado y luego miró de nuevo a Hyungsik.
—Parece que sabes quién soy —le dijo Jungsoo. Hyungsik asintió una vez.
—Hemos venido en busca de tu ayuda, un draheim se ha abierto paso en el reino humano, ya sea por accidente o a propósito, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que ustedes hacen la única arma capaz de matarlo.
Los ojos de Hyungsik estrecharon.
—¿Por qué crees que tiene que ser asesinado? ¿Por qué no devolver la criatura a su tierra?
—Cualquier cosa que fuera una vez, ya no lo es más. Todo lo que queda en él es una bestia furiosa. Trató de matarnos, y logré ver en sus ojos que no quedaba ninguna inteligencia en él. Ha sido entrenado para asesinar. Es más que probable que todo lo bueno que quedara en él le ha sido arrebatado —respondió Jungsoo.
Hyungsik pareció pensar en esto por un momento y luego miró a Minwoo.
—¿Qué dices tú, Guardian?
—Creo que es muy importante pensar en las consecuencias antes de quitar cualquier vida. Todos servimos a un propósito en esta vida y debemos tener cuidado de no inclinar la balanza a no sea que invitemos al mal a llenar el vacío. Con esto en mente, la única cosa que puede venir de la existencia continua de esta bestia es daño. Así que, lo más probable, es que si somos capaces de devolverlo a su reino, su propia especie lo matará. Tenemos suficiente peligro en el reino humano tal y como es. No necesitamos otro.
Hyungsik miró unos momentos más a Minwoo antes de que una ligera sonrisa curvara sus labios, solo sumándole más a su belleza.
—¿Cómo has estado, Minwoo? —preguntó, y el Elfo formal que había estado de pie delante de ellos de repente se relajó y miró a Minwoo con cariño evidente.
Minwoo se sonrojó ligeramente y los ojos de Sora se ampliaron ante la escena frente a ella. Maldita sea, pensó. El Elfo está complemante atraído por el Fae. No vi venir eso.
—Estaré mejor una vez que no haya una bruja tratando de destruir a los hombres lobo y dando rienda suelta a una horda de demonios en el reino de los humanos —respondió con honestidad.
Los ojos de Hyungsik se endurecieron y dió un paso hacia él.
—¿De qué estás hablando?
—Inclinamos la balanza hace muchos años y ahora estamos cosechando las consecuencias de nuestras acciones. —Minwoo apartó la miarada de Hyungsik mientras continuaba hablando—. Desdémona, la última de las brujas, se ha vuelto muy poderosa. Ese poder solo la ha vuelto ambiciosa. Descubrió que sanadores gitanos han regresado a las manadas. Ella los quiere. Ya ha intentado matar al Alfa Coreano en un intento de llegar a ellos. No tuvo éxito, pero no va a dejarse intimidar.
Hyungsik dió otro paso hacia Minwoo y otro hasta que estuvo a menos de un metro de distancia.
—¿Por qué es que hasta ahora vienes a mí con esto? —La mirada en sus ojos ardía con furia, pero aún más fuerte que eso era el cariño obvio que sentía hacia Minwoo.
Sora tomó pasos lentos hacia atrás, sin querer molestar los intercambios entre el Elfo y el Fae. Se acercó a Jungsoo y lo miró.
—¿Estás viendo lo que yo estoy viendo? —susurró.
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de él cuando se inclinó y colocó su boca junto al oído de ella.
—Creo que Hyungsik ha puesto sus ojos en nuestro pequeño Fae. —Sora se estremeció cuando su cálido aliento acarició su cuello, y volvió la cabeza hacia la pareja en cuestión en un esfuerzo para sacudirse el efecto que Jungsoo tenía en ella.
—Sé que no te mezclas con el reino humano, no te preocupas por los problemas de los demás —respondió el fae, y su voz no sonó acusatoria. El simplemente estaba constatando un hecho, como hacía a menudo.
Los ojos de Hyungsik se estrecharon aún más. Apretó la mandíbula mientras trataba de mantener el control de sus emociones. Solo Minwoo lo afectaba de esta manera. Había pasado tanto tiempo desde que había puesto los ojos en él y aún así el control que tenía sobre él era innegable.
—¿Realmente crees que no te ayudaría si me preguntaras? —La pregunta de Hyungsik destilaba desafío.
Minwoo se encogió de hombros.
—¿Por qué lo harías?
Hyungsik sostuvo su mirada cuando levantó la mano y pasó sus dedos desde la mandíbula hasta el su cuello. Minwoo no pudo ocultar su reacción ante él mientras la velocidad de su respiración aumentaba. Hyungsik rió entre dientes mientras una sonrisa cruzaba su cara y luego se había ido. Dejó caer la mano y se volvió hacia Sora y Jungsoo.
Para sus sorpresas, Hyungsik encontró un tronco para sentarse.
—Díganme.
—No tenemos mucho tiempo —le dijo Jungsoo, y Hyungsik asintió.
—Lo entiendo, pero necesito saber los detalles antes de dirigir a mi ejército al reino de los humanos.
Minwoo jadeó y Sora se dió la vuelta para mirar al Fae. Era la primera emoción importante que había visto de él.
—¿Vas a ayudar? —susurró—. ¿Por qué?
Los ojos verde azulado de Hyungsik se encontraron con los suyos. Él no se molestó en ocultar las emociones que se arremolinaban detrás de ellos.
—Porque eres tú. —Minwoo miró fijamente a Hyungsik. Él no tenía una réplica ante su respuesta sincera y por una vez, deseó tener el rápido ingenuo de Sora y sus réplicas inteligentes.
Continuó mirándolo mientras comenzaba la historia de todo lo que había sucedido en el reino humano; comenzó con lo que había pasado con las manadas Coreana y China.
Hyungsik se sentó en silencio, observándolo fijamente mientras hablaba. Tan pronto como hubo terminado, Jungsoo empezó a explicar su papel en la historia. Sora había tomado lugar en el suelo delante de un árbol; se apoyaba en él con las piernas estiradas, su cabeza inclinada hacia atrás y los ojos cerrados mientras escuchaba el estruendo de la voz profunda de Jungsoo. Su cadencia parecía coincidir con su respiración y sintió que empezaba a quedarse dormida, así que cuando la voz se detuvo, sus ojos se abrieron. Ella parpadeó un par de veces para aclararse la vista y luego miró a Hyungsik. Él se sentaba con el ceño fruncido mirando al suelo como si las respuestas de pronto serían escritas en el polvo.
—Hyungsik. —La voz de Minwoo mostró una pizca de aprensión mientras lo veía luchar con la información que habían compartido.
Hyungsik finalmente levantó la vista y se encontró con los ojos de Minwoo.
—Voy a tener las armas necesarias listas y mi ejército se unirá a ustedes para luchar. —Su mandíbula se tensó—. He sido un tonto por ignorar los acontecimientos sucedidos en el reino de los mortales.
Minwoo sonrió.
—Bueno, no eres el único. Fue necesario que la diosa de la luna interviniera para que mi gente actuara.
—¿Qué quieres decir con que fue necesario que la diosa de la luna interviniera? —preguntó Hyungsik con los ojos entrecerrados.
—La Gran Luna ha hecho posible los apareamientos entre lobos y Fae. También dio la orden al consejo Fae para llamar a las manadas —explicó Minwoo.
Jungsoo dió un paso adelante.
—No mencionaste eso.
—Estaba esperando el momento adecuado.
—Cuando dices “las manadas” —interrumpió Hyungsik—. ¿Te refieres  a todas ellas?
—Si por todas ellas te refieres a todas ellas, entonces sí. —Minwoo asintió. Sora negó con la cabeza ante el sarcasmo de Minwoo.
—He creado un monstruo —se quejó.
Hyungsik siguió con la mirada fija en Minwoo mientras pensaba en las implicaciones de sus palabras.
—Para que la Gran Luna intervenga…
—Es malo —concordó Minwoo.
—Uh, tengo que estar de acuerdo con que todo esto apesta, pero, ¿puedo preguntar algo? —Sora tomó la palabra—. Sé que has dicho que eras Hyungsik y que eres un Elfo, obviamente, pero, ¿puedes aclarar exactamente cómo vas a ser capaz de llevar un ejército para ayudarnos?
El amago de una sonrisa apareció en sus labios.
—Por supuesto, no soy solo otro Elfo común y corriente. Soy Hyungsik, Príncipe de los Elfos.
Los ojos de Sora se abrieron de par en par.
—Príncipe —murmuró, y luego miró a Minwoo—. No mencionaste que tenías contacto con la realeza.
Minwoo se encogió de hombros.
—Nunca preguntaste.
Hyungsik se puso de pie y los otros hicieron lo mismo.
—Necesito una noche para organizar todo —les dijo—. Voy a pedirles que regresen de nuevo a su reino y me esperen allí. —Entonces, se acercó a Minwoo y tomó su mano—. Discúlpennos por un momento, por favor —les dijo a Jungsoo y Sora mientras apartaba a Minwoo a varios pies de distancia.
Minwoo miró a Hyungsik sorprendida. Él le frunció el ceño.
—No me mires sorprendido, Minwoo. Te conozco desde hace mucho tiempo.
Minwoo bajó la mirada, no quería que él viera la verdad detrás de ellos, pero él no le permitiría ocultarse tan fácilmente. Levantó su barbilla con un dedo hasta que sus ojos se encontraron.
—¿Por qué te has mantenido lejos durante tanto tiempo?
—¿Por qué lo hiciste tú? —le replicó.
—Sabes que es difícil para mí salir de aquí. No tengo a nadie que ocupe mi lugar mientras estoy fuera como los lobos lo hacen. No tengo un consejo que vigila mi pueblo como los Fae sí. Yo soy el único que tiene toda la carga del puesto.
Minwoo asintió.
—Lo sé.
Los ojos de Hyungsik se estrecharon.
—¿Y?
—¿Y qué? Los dos tenemos responsabilidades que no podemos ignorar. Yo soy un guardián, tú eres un Príncipe, y eso es lo que tenemos. No podemos darnos el lujo de seguir a nuestro corazón.
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro del Príncipe.
—Así que, ¿tu corazón te lleva hasta mí?
—Tú sabes que lo hace —susurró Minwoo.
Antes de que pudiera anticipar su próximo movimiento, sus labios estaban presionados repentinamente en los suyos. Fue un beso rápido y firme; era una promesa.
—Te veré muy pronto. —Le dió una última mirada significativa, y si las miradas pudieran envolver los brazos alrededor de una persona y poseerlas, entonces él, Minwoo estaría encerrado en los suyos.
Minwoo regresó hasta Sora y Jungsoo en un deslumbramiento.
—No lo viste venir, ¿verdad? —preguntó Sora.
Minwoo negó con la cabeza, aún incapaz de decir ni una palabra.
—Sí, bueno, hay mucho de eso por aquí, así que bienvenido al club.



1 comentario:

  1. Perfecto...más ayuda y esta sí parece estar 100% seguros de lo que harán.
    Baia baia...con razón Minwoo no puso reparo por saber a dónde los llevaba jungsoo...bien escondidito que se lo tenia.
    Claro,como ahora los enlaces son más amplios,aquí hay una oportunidad para ellos.
    Pero si se apresuran no me enojo...la ventaja es importante.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...