Marcado III -12



No me sentía mejor después de hablar con Heechul sobre cómo me sentía con respecto a mi familia, pero tampoco me sentía peor. No sentía la necesidad de engullir una botella de alcohol y estaba bastante seguro de que podría pasar el resto de la noche   sin tener pesadillas. 
Casi le paso por encima cuando se detuvo frente a mí y se volvió. Tuve que envolver mis brazos alrededor de su pequeño cuerpo para evitar que se cayera al suelo. Él se rio un poco contra el centro de mi pecho y agarró la tela de mi camiseta en sus manos y empezó a tirar de mí hacia mi habitación.
No es que no quisiera montar ese bote pero tampoco quería comenzar algo que después lamentara.
—Uh... ¿Qué estás haciendo, Medio-Litro?
Esas cejas rubias bailaron sobre su frente mientras continuaba andando hacia atrás moviéndome junto a él. Tenía los ojos muy animados y brillantes, una pequeña sonrisa jugaba en toda esa boca y deseé tener sueños sobre eso en vez de mis pesadillas. Me miraba de una manera que no hacía que mi polla se pusiera dura, pero hacia algo en mi pecho contraerse y liberarse como un resorte.
—Tienes malos sueños. No quiero que los tengas. Así que voy a darte algo mejor que llevarte a la cama.
Oh, gracias, Jesús. Le di una patada a la puerta detrás de nosotros y le dejé tirar de mi camisa por encima de mi cabeza.
—Pensé que íbamos a frenar las cosas —Estúpido sentido de la moralidad.
Él arqueó una ceja hacia mí e inclinó su cabeza para que pudiera poner sus manos en la hebilla de mi   cinturón.
—¿Te gusto menos desde que dejamos de tener sexo?
Solté un bufido viendo como sacaba mi cinturón de un solo tirón.
—No, ¿por qué?
Se encogió de hombros y lo dejó caer. Estaba tratando de seguir su línea de pensamiento, pero mis ojos se cerraron porque tenía sus manos en el borde de mi bragueta y rozaba una erección que parecía que estuviera tratando de escapar de mis pantalones por su propia cuenta. Me estaba perdiendo algo aquí. Estaba casi tan vulnerable como yo, solo que no tenía un firme control sobre sus razones.
—No lo sé. Pensé que tal vez era toda la química y la atracción sexual que una vez que nos diéramos un descanso las cosas entre nosotros serían más claras y tendrían más sentido.
—¿Nosotros no tenemos sentido?
Había bajado la cremallera, estaba trabajando mis jeans sobre mis caderas y mi culo. No iba a ser capaz de seguir hablando coherentemente durante mucho tiempo, pero tuve la sensación de que realmente necesitaba entender lo qué no me estaba diciendo.
—Lo hacemos pero las cosas entre nosotros avanzan muy rápido. No estaba equivocado.
—¿Eso es malo?
Esos ojos de dos tonos se movieron hacia mí y deslizó su lengua por su labio inferior. Santo infierno, me iba a venir solo con mirarlo.
—No. Puede ser aterrador y abrumador pero ya no me importa porque te quiero. Extrañaba estar contigo, además estoy embarazado y cachondo y quiero saltar sobre ti todo el tiempo. Restringirme nunca ha sido uno de mis puntos fuertes.
Aspiré una bocanada de aire mientras terminaba de sacar mis pantalones y se dejaba caer.
—¿Entonces por qué no dijiste algo antes?
—Debido a que estábamos tratando de hacer algo bien, tratando de hacer algo que durara y cuando te sacas la camiseta no puedo pensar con claridad.
Eso me hizo reír, pero luego el calor húmedo de su boca se cerró alrededor de la cabeza de mi polla y no podía respirar. Era tan bonito, tan exótico, con toda su piel colorida y buen Dios, sabía cómo poner a uno de rodillas con solo un movimiento de su lengua y con la indirecta de un barrido con el borde de sus dientes. Quería agarrar la parte superior de su cabeza y meter mi polla hasta el fondo de su garganta, pero no creo que encajara. Dudo que agradeciera el gesto ya que estaba tratando de distraerme de toda la mierda que pasaba en mi destrozada cabeza. Así que en lugar de eso con una mano cepillé su corto cabello y con la otra acaricié la parte posterior de su cuello.
—Heechul... —Todo lo que podía decir era su nombre cuando una de sus manos se deslizó entre mis piernas y rodeó la base de mi polla. Se sentía tan bien que inundó todos mis sentidos. El aspecto que tenía sobre sus rodillas frente a mí, la forma en que tarareaba su placer cuando me envestí involuntariamente contra su boca, la forma en que su boca estaba tan caliente, tan húmeda, que se deslizó hacia arriba y hacia abajo sobre mi piel se sentía como si estuviera a punto de estallar. Había pasado demasiado tiempo, él era demasiado poderoso no iba a durar mucho tiempo y menos si seguía jugando con mis doloridas bolas de esa forma. Sabía que su objetivo era distraerme, trabajarme hasta que estuviera lo suficientemente  cansado para que pudiera dormir tranquilo por el resto de la noche, iba a abrir la puerta para que todo eso se fuera lejos.
Dejo de chupar, dejó de rodar su lengua a lo largo de mi cabeza justo hasta el punto en que estaba a punto de perderme en esa bonita boca. Por suerte era un tipo que tenía una estrella de oro en disciplina: lo alejé antes de que terminara de enviarme al borde. Hizo un ruido de descontento con la parte trasera de su garganta mientras mi polla gritaba en protesta, pero sus ojos brillaban riéndose de mí. Le dio un apretón a mi base y me sonrió.
—Oh, viejo amigo, cómo te extrañe.
Estaba tratando sin éxito de quitarle sus pantalones cortos y su camiseta sobre su cabeza porque no parecía tener ninguna prisa en dejar ir mi palpitante erección.
—¿Le hablas a mí polla?
Se rio, el sonido era tan despreocupado y lleno de alegría que golpeó algo suelto dentro de mí. Podía sentir que la bola de tensión y desesperación que tenía dentro de mí se liberaba de lo que sea a lo que se estuviese aferrando. Llevé mis manos a ambos lados de su cara y la incliné hacia mí para poder atacar su sonriente boca. Lo abrumé lo suficiente para finalmente dejar de lado su dominio sobre mi polla y tuvo que agarrarse a mis muñecas, así no lo derribaría hacia atrás. Sabía a más que dulce.
Sabía a redención. Sabía a un futuro que no necesitaba perseguir más.
Cuando frotó su lengua hacia atrás contra la mía, cuando se levantó sobre las puntas de sus pies para cerrar sus brazos alrededor de mi cuello, yo simplemente caí de espaldas en la cama y lo llevé conmigo.
Ambos nos reímos. No podía recordar la última cosa en el mundo que me haya provocado reírme y mucho menos cuando estaba en el medio de tratar de echar un polvo. Él podía hacer eso, hacerlo por mí, me indicaba que no iba a ser capaz de dejarlo ir. Nunca. Se movió sobre mí, así que yo estaba en posición de hundirme en él y además estaba preparado sobre mí con las manos en el centro de mi pecho. Todavía tenía demasiada ropa pero parecía mucho más interesado en conseguir que me desnudara por completo tomándose su tiempo.
Saltó sobre sus pies, me sacó las botas y los jeans y luego se puso encima de mí mirándome con un destello de fuego en esos ojos de diferentes colores.
—Eres tan hermoso.
No sabía nada de eso. Mi polla sobresalía hacia arriba en el aire, las venas de mi cuello pulsaban y estoy seguro de que parecía bastante frenético. Había pasado demasiado tiempo sin estar con él, pero si le gustaba lo que veía incluyendo las cicatrices no iba a quejarme.
—Creí que debería decírtelo. —Dio un pequeño resoplido y tiró de su camiseta sobre su cabeza.
Se tomó su tiempo para salir fuera de sus pantalones cortos y bragas de encaje rosa, para el momento en que estaba desnudo yo estaba contemplando abalanzarme sobre él y simplemente tirarlo hacia al suelo. No tuve la oportunidad porque volvió a subir sobre mí. Puse mi mano alrededor del gran tatuaje en su muslo mientras se sentaba sobre mí y volvía a atrapar mi erección.
Pasé mi otra mano sobre sus costillas deteniéndome para frotar cada uno de los pequeños anillos como si me fueran a traer buena suerte.
Mi paciencia se había esfumado y Heechul no estaba interesado en hacer bromas cuando de repente volteé su pequeño cuerpo debajo de mí. Podía mirar esos ojos dispares hasta el fin de los tiempos especialmente cuando estaban nublados por el deseo y sus párpados estaban pesados con el conocimiento de que estaba a punto de devolver el favor.
Lo besé con fuerza lamiendo un camino a través de su clavícula me tomé un segundo para rendir homenaje a sus pezones, giré mi lengua alrededor de los anillos incrustados en su costado y me dirigí a toda esa tinta de colores que rodeaba la parte superior de su muslo.
Empujé sus piernas dobladas mientras trazaba el diseño que decoraba la curva interior de su muslo más cercano a mi destino. Sentí que se estremecía por la anticipación, vi su estómago temblar y sonreí contra la suave piel que estaba tirando entre mis dientes cuando sus uñas pincharon con impaciencia mi cuero cabelludo.
—Siwon... —Su voz era baja y entrecortada me recordaba que había tenido que esperar por esto tanto como yo. Me hizo aún más difícil, si eso era posible, saber que él nunca pediría lo que quería.
Lamí un sendero a lo largo de su pierna que me llevó a su húmedo miembro. El pequeño anillo de plata que estaba enterrado dentro de toda esa carne rosa era un encanto que no podía pasar por alto. Chupe el anillo completo y la sensible carne que estaba decorando con mi boca. La acción hizo que todo su cuerpo se arqueara y sus manos se volvieron más desesperadas a lo largo de mi cabeza y hombros.
Heechul era una mezcla picante de metal y excitado joven y nada en la vida había sido nunca más dulce. Giré ese pequeño anillo una y otra vez hasta que me alejé justo cuando sentí que llegaba a la cima que estaba construyendo para él. Lo oí jurar por mí, me reí un poco contra su miembro mientras pasaba mi lengua por el, lo que le hacía alternarse entre maldecirme y decirme que era lo mejor que había tenido.
Lo besé por todas partes chupe y mordí con fuerza suficiente para hacerle saber que hablaba en serio y por el tiempo que conseguí involucrar mi mano y utilizar mis dedos al unísono con mi boca para finalmente dejarlo correrse hacia ruidos que eran un cruce entre gemidos de rendición y sollozos de alivio. Se corrió como hacia todo lo demás, lleno de color y de luz cegadora lo cual me hacía saber, que lo que le hice no    solo funcionaba sino que era incomparable. Un hombre podría acostumbrarse a tener a alguien que le hiciera sentir de esa manera.
Le tomó unos minutos recuperarse por lo que lo atraje sobre mí para que me cubriera como una cálida y satisfecha manta. Cuando por fin se despertó no perdió el tiempo y se acomodó sobre mí y se hundió hasta la base. Estaba mojado y resbaladizo, todas las cosas buenas que me había estado perdiendo por ser un gran imbécil, un hombre asustado de su propia realidad. Solo un idiota dejaría escapar un joven como este aunque yo era un montón de cosas y estúpido no era una de ellas.
Los dos aspiramos sorprendidos al mismo tiempo. Sus ojos se cerraron y los míos se abrieron. Se sentía tan bien cuando empezó a moverse sobre mí, mi pobre cerebro estaba apagado. Movió una de sus manos sobre mi cabeza y se inclinó para poner su boca contra la mía. Esa posición lo abrió lo suficiente para que yo pudiera poner mis dedos en ese maldito anillo mientras se movía hacia arriba y abajo en un ritmo que nos mantenía luchando el uno contra el otro.
Sus pezones puntiagudos se arrastraban a través de mi pecho, la suave succión de su cuerpo, la ligera presión de esos descarados labios contra mi boca no pasó mucho tiempo antes de que rodara sobre él y me hundiera aún más en su interior.
Gritó un poco por la acción y yo traté de tomármelo con calma pero era tan salvaje, del mismo modo en que yo era codicioso solo necesitaba una comprensión de esos necesitados músculos para llevarme al borde.
Dije su nombre y le oí susurrar el mío junto a mi oído, por un segundo debido al placer podría haberme segado. Pero finalmente comprendí lo que este joven significaba para mí, de golpe a través del estremecimiento de mi cuerpo. No quería colapsar sobre él, pero lo hice. Enterré mi cara en su cuello y lo acerqué a mi pecho antes de reunir la energía para voltearme.
Se acurrucó en mi pecho y metió la cabeza debajo de mi barbilla. Froté mi mano de arriba hacia abajo sobre su espina dorsal y le di un beso en la parte superior de su cabeza. Podría estar así con él para siempre.
—Dulces sueños, Siwon.
Cuando cerré mis ojos todo lo que vi fue a él y a los colores y tonos que trajo consigo a mi mundo. Me dormí con él a mí alrededor su suave aliento en mi piel y las mejores partes cambiando toda la carga emocional que había dentro de mí. Dormí como un maldito bebé.


Deja de mirarme así, Donghae. Creo que es una idea genial; no, sé que es una idea malditamente brillante.
Si ella no dejaba de mirarme con esos enormes ojos, iba a golpearlo directamente en esa bonita cabeza rubia. Estábamos almorzando. Lo encontré en la ciudad para que pudiera ir al Panda para su turno cuando acabáramos. Era una tarde de domingo y ninguno de los chicos Lee estaba de ánimo para ver a sus padres, así que en cambio habían decidido pasar el día juntos haciendo cosas, lo que sea que significara eso. Donghae insistió en que significaba que irían al gimnasio y tratarían de golpearse hasta la mierda, eso o se quedarían en la sala de estar jugando videojuegos.
Siwon no era un gran jugador así que lo del gimnasio me sonaba mejor, pero me ponía nervioso porque ninguno de esos chicos sabia cuando rendirse y uno de ellos podría muy fácilmente terminar herido.
Tenía una idea brillante para ayudar a mi gran y ancho soldado a poner por lo menos a uno de sus demonios a descansar, solo Donghae parecía pensar que había ido demasiado lejos cuando intenté explicarle. Seguía sacudiendo su cabeza y mordiendo su labio con ansiedad.
Podría lucir preocupado y pensar que estaba loco todo lo que quisiera, pero Siwon necesitaba un cierre, necesitaba alguna clase de respuestas para que pudiera seguir adelante, y solo había un modo en que podía ver que eso sucedería. Simplemente sabía que cruzar esta grieta no solo le traería paz mental, también haría maravillas para su reciente necesidad de mantener a sus padres al alcance de un brazo. Ya había perdido un hermano, este exilio auto impuesto de aquellos que lo amaban tenía que parar. Desafortunadamente necesitaba la ayuda de Donghae para llevarlo a cabo.
—Estuve ahí, Heechul. Soy el único que vio su reacción, el que ignoraron y abandonaron cuando descubrieron lo de Eunhyuk. Créeme, a los chicos Lee no les gustan las sorpresas.
Suspiré y soplé el flequillo de mi frente.
—Mira, Hyukjae duerme por la noche. Sí, tuvo un tiempo duro por ahí por un momento, pero más que nada ha manejado su pena y el papel que Eunhyuk jugaba allí. Siwon no. Se está hundiendo en un mar de “y que tal si” y “y si ahora”; si puedo tirarle un salvavidas lo haré con o sin tu ayuda.
Donghae golpeó sus uñas en la mesa y nos miramos fijamente.
—He conocido a estos chicos desde hace mucho más tiempo que tú, Heechul. Créeme: no es una idea que ninguno de ellos lo agradecerán, sin mencionar el espiral al que puede mandar a Jihoo. Solo abrirá viejas heridas y dolor. No me interesa hacerle eso a Hyukjae o a Siwon.
Le sacudí mi cabeza.
—Conociste al Siwon que era antes de que descubriera que uno de sus hermanitos tenía una vida secreta y el otro no lo necesitaba más porque había encontrado al amor de su vida. Este Siwon, Donghae… ni siquiera tienes una idea de lo que le sucede. Lo siento, pero es verdad. Es un hombre diferente ahora. Necesita esto.
No quería que sonara tan duro, pero era verdad. Garantizado, Siwon tenía una necesidad de mantener a la gente alejada y esconder las cosas con las que luchaba detrás de una actitud soberbia y superior, pero sabía que si alguien se molestaba en mirar de cerca, vería lo roto que estaba en su profunda mirada. Movería cada montaña para darle esto. Además, este niño iba a tener cada clase de familia que yo nunca tuve, incluso si significaba tener que romper los fundamentos de la familia Lee para hacerlo.
—Lo amo, Heechul. Es mi familia y no quiero  lastimarlo.
—Necesita un cierre, me dijo que no sabe cómo dejarlo ir, Donghae, y ninguno de nosotros puede ayudarlo con eso. Creo que Hyukjae se beneficiaría al tener algunas respuestas que tengan sentido también, pero eso es preocupación tuya, el hermano mayor es todo mío.
Él era mío. Cada fuerte e impredecible centímetro de él era mío, e iba a hacer todo lo que pudiera para hacer las cosas mejores para él. Cuidaba a mis amigos porque sabía que quería la mejor vida posible para ellos. Iba a cuidar a Siwon porque me hacía algo verlo luchar, verlo con dolor. Sentía que si pudiera darle un poco de alivio, sería el regalo más precioso que alguna vez le hubiera dado a alguien. Además, se lo merecía. Era un buen hombre. Se había ganado a alguien trabajando para hacer su mundo mejor por una vez en lugar de al revés.
Él abrió su boca para seguir con su lado de la discusión, pero fue interrumpido por mi teléfono. Era el tono de Siwon.
—¿Qué pasa? —Había parecido muy comprometido en pasar el día con Hyukjae y hablar de algunos de sus problemas, así que me sorprendió oír de él.
—¿Puedes encontrarme en el Bar tan pronto como puedas?
Sonaba estresado y hablaba muy rápido. Hice señas a Donghae para que pidiera la cuenta y pudiera irme.
—Sí. ¿Qué sucede?
—Robaron el lugar
Sentí mis ojos agrandarse y entendí el pánico en su tono. Era muy cercano a Eric, el dueño, y si algo le había sucedido al hombre mayor, no iba a ser lindo para Siwon. Me necesitaba para mantenerlo aferrado al piso. Lo sabía aunque no lo dijera. Pedía ayuda y mi Corazón giró en mi pecho.
—Estaré allí en diez.
Lo oí soltar un suspiro y sonó menos ansioso cuando habló de nuevo.
—Kangin me llamó, los policías ya están allí. No sé nada más.
Fruncí el ceño y me paré cuando Donghae firmó la cuenta.
—¿Quién robaría un bar en un domingo a plena luz del día?
—No lo sé. Pero de seguro como la mierda no me gusta.
Asentí aunque no pudiera verme.
—Te veré pronto.
—Gracias, Princesa.
—Cuando quieras, Capitán Anti-Diversión.
Donghae me siguió cuando me apresuré fuera del restaurante. Prácticamente estaba corriendo al carro cuando me detuvo con una mano en mi codo Sus ojos estaban aún grandes e indecisos, pero ahora una nueva clase de entendimiento brillaba en ellos.
—¿Estás enamorado de él, Heechul?
No sabía que responder a eso, así que solo lo miré por un minuto. Era una pregunta que evitaba activamente hacerme a mí mismo cada día. La respuesta me asustaba porque si estaba enamorado de él y me dejaba de nuevo, no había forma de poder perdonarlo por ello y ahora nuestros futuros estaban inexorablemente unidos por el niño que llevaba, así que eso no era una opción viable. Si mantenía mis sentimientos en control, negando lo importante que era, si me rompía de nuevo, aún podría superarlo y no caer como lo hice antes. Mi hijo merecía un padre presente de toda forma posible.
—Tendré a su hijo, Donghae.
—¿Pero lo amas? —Maldición, podía ser persistente cuando quería.
—No lo sé. La última vez que amé a alguien él casi me destruyó y eso no se sintió ni la mitad de intenso o de importante como lo hace esta cosa con Siwon. Creo que amarlo podría ser mi final si no sale bien.
—¿Y qué pasa si sale bien? ¿Y si él es tu imperfecto Sr. Perfecto?
Me alejé porque si estaba o no enamorado de él, era irrelevante para mí justo en este momento.
Él me necesitaba, y nunca iba a dejarlo colgando si podía evitarlo.
—Entonces él sería el primero en saberlo. Llama a Zhoumi y dile que Kangin acaba de ser robado. Puede que él quiera pasar por allá a verlo. —Ni siquiera me molesté en decir adiós. Tenía demasiada prisa por llegar hasta mi chico.
Cuando llegué al bar, todo el mundo estaba parado afuera. Siwon estaba con Eric hablando con un par de agentes de la policía, algunos de los clientes habituales estaban agrupados luciendo perdidos y nerviosos en la brillante luz del día, pero lo que realmente me llamó la atención fue el hecho de que Zhoumi y Henry también estuvieran allí. Solo que en lugar de preocuparse por su hermano, Zhoumi parecía furioso. Estaba apuntando un dedo en su pecho y Henry estaba haciendo todo lo posible por contenerlo.
Me acerqué a Siwon y pasé un brazo alrededor de su cintura. Llevaba pantalones deportivos negros y una camiseta negra.
Claramente había estado en el gimnasio. Parecía como si debiese estar en la portada de una revista de entrenamiento masculino.
—¿Qué es todo esto?
—No lo sé. La agarró con él tan pronto como se bajó del auto.
Él me dio un apretón cuando me alejé.
—Voy a ver qué está pasando. ¿Estás bien?
Él asintió y Eric solo gruñó.
—Me estoy haciendo demasiado viejo para esta mierda. Peleas de bar con motociclistas, robos a mano armada un domingo, esto está llegando a ser demasiado.
Vi a Siwon estremecerse un poco pero el hombre mayor solo le dio una palmada en el hombro y negó con la cabeza.
—Yo terminaré con los policías; vayan a ver al Casanova Chino.
Tomé su mano en la mía y lo conduje a través del estacionamiento. Él asintió con la cabeza a un par de los asiduos y me miró.
—Gracias por dejar todo y venir corriendo hasta acá. No podía ponerme en contacto con Eric. Estaba preocupado de que algo le sucediera. Kangin solo dijo que lo robaron y luego colgó. Cada escenario del peor de los casos que se me pudo ocurrir comenzó a atravesar mi cabeza a toda velocidad.
Golpeé su hombro con el mío y le sonreí.
—Pero en lugar de ponerte histérico, me llamaste y me pediste ayuda. Eso es todo lo que puedes hacer, grandote.
Parecía que iba a decir algo a cambio, pero terminó gruñendo en sorpresa cuando Zhoumi empujó a Kangin por el pecho con ambas manos con tanta fuerza que en realidad él se tambaleó hacia atrás unos pasos sobre nosotros. Henry maldijo y envolvió a su obviamente enojado novio en un férreo control.
—Zhou, tranquilízate. Hay policías por todas partes y no necesito pasar uno de mis pocos días en casa tratando de sacar tu lindo trasero de la cárcel.
Él respiraba con dificultad y sus ojos estaban brillando de una manera que solo la furia pura podía proporcionar.
Agarré el codo de Kangin y lo volteé para que me mirara. Su boca estaba fuertemente apretada en una mueca, y él estaba encontrando la fulminante mirada de su hermano menor con su mirada feroz.
—¡Hombre! ¿Qué es todo este alboroto?
Se apartó de mí y metió las manos a través de su despeinado cabello rubio.
—Pregúntale a él. No es lo suficientemente malo que acabe de tener una pistola empujada en mi rostro y que tuviera que entregar todo de la caja registradora a algún imbécil con un pasamontañas, sino que el jovencito Momento Oportuno tiene que aparecer y acusarme de estar involucrado.
Henry maldijo, Siwon frunció el ceño, y Zhoumi permaneció obstinado, con los brazos cruzados sobre el pecho.
—Te conozco mejor que nadie, Kangin. Sé que eso no está más allá del reino de la  posibilidad.
—Zhou. —El tono de Henry era de advertencia, pero le estaba pasando las manos suavemente arriba y abajo por sus brazos—. Quizás no es el momento  ni el lugar, ¿sí?
Él sacudió su oscura cabeza y continuó fulminando a su hermano con la mirada.
Siwon miró a Kangin por el rabillo del ojo.
—¿Qué es exactamente lo que pasó?
Kangin suspiró y comenzó a caminar de un lado a otro delante de nosotros. Sabía que él tenía un oscuro pasado, una reputación irregular en el mejor de los casos, pero esto parecía bastante terrible. No quería imaginar que pudiera tener algo que ver con esto, pero la pétrea expresión de Zhoumi me hacía tener mis dudas.
—Estaba equipando el bar como hago todos los domingos. Solo había unos pocos clientes habituales sentados en la barra y Eric me dijo que tenía que hacer un par de recados, así que estaba solo. Fui a la parte de atrás para conseguir una caja de vodka, y cuando volví a la parte delantera un hombre en una máscara negra, vestido con una camisa de franela y jeans, estaba detrás de la barra metiéndose con la caja registradora. Yo estaba confundido, así que le pregunté qué estaba haciendo allí, y cuando se volteó tenía una jodida Glock apuntándome al rostro.
Mientras le daba a su hermano el informe detallado se negó a mirar a nadie más que a él. Era como si estuviese tratando de obligarlo a creerle, a pesar de que era dudoso que lo hiciera.
—Me dijo que me pasara al otro lado de la barra. Vació la caja registradora y se fue por la puerta principal. Sucedió como en un minuto.
—¿Él no dijo nada más? —La voz de Siwon era brusca y me di cuenta de que estaba teniendo dificultades con el hecho de que el robo ocurriera mientras él no estaba allí. Se preocupaba mucho por este lugar, se preocupaba mucho por Eric.
Esta era una manera segura de que consiguiera que toda esa culpa con la que luchaba a diario se agitara dentro de él. Kangin movió esos brillantes ojos dorados hacia nuestra dirección.
—Me dijo: “La venganza es una perra.”
Levanté la vista hacia Siwon, que ahora estaba con el ceño fruncido.
—¿Sabes lo que eso significa?
Él gruñó.
—¿Le dijiste eso a Eric?
Kangin asintió.
—Sí, y me dijo que no se lo mencionara a la policía.
—¿Qué? ¿Por qué? —Siwon envolvió su mano alrededor de la parte de atrás de mi cuello y me dio un beso en la parte superior de la cabeza.
—Creo que él sabe quién estuvo detrás de esto. —Siwon cambió su atención a Zhoumi—. Deja de joder a tu hermano, niño, La gente cambia, a veces no siempre para mejor, pero sí cambian. Nunca vas a ser capaz de seguir adelante si siempre estás pensando lo peor de los demás.
Movió rápidamente su mirada hacia mí.
—Dame un par de minutos para hablar con Eric y podemos irnos. Hyukjae me dejó aquí.
Me reí un poco.
—¿Vas a viajar en el Cooper?
Él gimió y se marchó sin decir nada más. No voy a mentir: observé su culo todo el camino hasta que la voz de Zhoumi rompió a través de mi ensoñación.
—Kangin. —Su tono era medio conciliador y medio resignado.
Kangin levantó una mano y negó con la cabeza. Me pareció que estaba triste, o tal vez reconciliado con el hecho de que Zhoumi solo iba a verlo de una manera.
—Simplemente no lo hagas. Aprecio todo lo que has hecho por mí, ya que tú podrías solo haberme dejado en ese hospital, lo que yo nunca, nunca  seré capaz de pagarte, Zhou. Pero no siempre voy a ser el malo. Me gusta esto aquí. Me gusta este bar, y lo creas o no, respeto mucho a Siwon. Él es un buen tipo. No me gustaría hacer nada para molestarlo. Sé que piensas que solo soy capaz de velar por mí mismo, pero casi morir me dio una perspectiva ligeramente nueva de la vida. Tener a tu hermanito salvando tu culo sin cesar se  pone añejo.



2 comentarios:

  1. Hasta que Hee le quito la restricción de "no sexo" a Siwonshis!!!!
    Ahhhhhh
    Eric, que carajos!!
    Ahhhh Mimi~ que perra(?) eres con el mapachito!!!!
    Ahhhh
    Nooooooo

    ResponderEliminar
  2. Por fin Hee les levanto el castigo a los dos...es que juntos se trepaban por las paredes...por fin se rindieron,aunque el alisciente fue la pequeña pesadilla que tuvo Siwon.
    Y sirvio de muchos (aparte de quitarse las ganas) Siwon ha comprendido lo que Hee significa para él❤
    Ah...la venganza del tipo cobarde...la mejor forma que encontró fue asaltar el bar,supo darle un golpe a Siwon,el bar significa mucho para él,así que su venganza ha dado en el clavo.
    Pobre Kangin...le pasó como el niño que gritaba "lobo"...aunque tampoco culpo a Mimi...no ha podido superar lo de Kangin...pero al menos más de uno ya le tiene un poco de fé a Kang.

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...