Marcado III -7



Nos miramos el uno al otro en mudo silencio durante un minuto completo antes de que él alcanzara la manija de la puerta. No podía solo dejarla irse sin decir algo acerca de esta mañana, no es que yo tuviera una idea de lo que debería ser.
—Acerca de esta mañana... —Él levantó una mano antes de que pudiera comenzar.
—Simplemente no lo hagas.
—Eso fue lo que fue y vamos a dejar las cosas así. Eres ridículamente caliente, pero no quiero estar sola para siempre y el tipo de chico que estoy buscando no viene con todas las preguntas y confusión interna que parece estarte comiendo vivo. Quiero a alguien estable, alguien listo para sentar cabeza a largo plazo y listo para ser todo conmigo. Tú no estás ni cerca de estar en un lugar donde estés por ti mismo, por no hablar de con alguien más. Entiendo que has pasado por un tiempo muy difícil, has visto más que tu parte justa de las cosas horribles, pero necesito a un chico viviendo su vida como si el mañana importara, no como si fuera una maldición. Lo siento, Siwon. Mi hombre perfecto tiene que venir ya entero y ser lo suficientemente bueno, sin necesidad de ser reparado por mí. Aprendí esa lección de la manera difícil.
Solté una carcajada y me recosté en el asiento. Él me miró con confusión y yo asentí hacia él.
—Tienes razón. Estoy roto. La mitad del tiempo no sé si la cosa pasando en mi cabeza es real o el recuerdo de un recuerdo. Yo simplemente no creí que fuera tan obvio. —Ni siquiera iba a tocar el comentario de “ridículamente caliente”. El tenía razón, estaba fracturado en un millón y un pedazos y probablemente había más de un tornillo faltando.
Sacudió la cabeza y abrió la puerta.
—Eso no es lo que quiero decir. No eres feliz y ni siquiera estás tratando de llegar allí. Por Dios, Siwon, tenemos más militares que gente normal. Ve a buscar ayuda, encuentra a alguien con quien hablar. Deja que alguien te salve por una vez. Sé que tu hermano y las otras personas que te quieren lo agradecerían.
Y entonces, se había ido así como así, como si no hubiera volteado mi mundo sobre su eje. Como si no hubiera sido el mejor sexo que podía recordar haber tenido en mi vida. Como si no hubiera acabado de desmantelar todas mis partes y piezas y las dejara tiradas desnudas y separadas para que el mundo entero las viera. Esto hizo que mi cabeza doliera aún más.
El teléfono celular que tenía en mí mano vibró con un mensaje de texto, y me sobresalté cuando noté que no tenía menos de diez llamadas perdidas. Todos estaban viendo cómo estaba, asegurándose de que no hubiera bebido hasta morirme, y mis padres habían llamado para ver si iba a regresar para el almuerzo. La respuesta era demonios no, las razones más complicadas, pero el mensaje era de Donghae y no quería parecer un imbécil e ignorarlo.
-Me salteé el almuerzo familiar. ¿Quieres comer algo?
-Me vendría bien comer.
-Hyukjae está hecho un lío con calentador de agua. ¿Solo tú y yo?
No había estado solo con Donghae desde antes de que dejara caer la bomba de que no solo Hyukjae y él eran pareja, sino que Eunhyuk era gay. Lo amaba como a un hermano, amaba lo bueno que era para mi hermano, pero aun así tenía algunos problemas con que nos mintiera durante tanto tiempo. Sin embargo, le había prometido a Hyukjae que lo controlaría, así que eso era lo que iba a hacer y un desayuno con un burrito grasoso sonaba genial en este momento.
-Seguro. ¿El Comedor Sum?
-Desagradable. No, si quieres comida de comedor, vayamos a  Mobbit’s.
-De acuerdo.
-Te veo pronto.
Tenía un estómago de hierro y el Comedor Seúl estaría bien para   mí. La comida del ejército había mejorado mucho a lo largo de los años, pero  aun así no era genial, aunque mientras que estuviera caliente, podía comerla.  El lugar no estaba terriblemente lejos de donde estaban la casa de Kyuhyun y la tienda  de tatuajes, así que tenía tiempo de pasar y cambiarme antes de reunirme con él. Kyuhyun salía mientras yo entraba corriendo y me dio una  mirada preocupada en su  camino  hacia su camioneta.
—¿Estás bien? No estabas aquí esta mañana.
—Tuve una mala noche. Todo está bien.
Debe haber estado apresurado porque no se detuvo a interrogarme. Dudaba que Heechul quisiera que los chicos estuvieran al tanto de todos los detalles sórdidos, así que fue bueno no tener que conversar con él al pasar.
Me di una ducha rápida y decidí no molestarme en pasarme una navaja por el rostro. Me sentía como el demonio, así que bien podía lucir así también. Me puse unos jeans y una camiseta limpia. Me puse las gafas de sol sobre mis ojos seriamente inyectados en sangre y conduje el restaurant. El elegante Porsche de Donghae ya estaba en el estacionamiento y me sorprendió estar de hecho un poco nervioso por verlo a solas.
Donghae era un chico dulce. No tenía un hueso malicioso o malvado en su pequeño cuerpo. Era toda Corazón gigante y amor incondicional, que era cómo se las arreglaba para hacer que el idiota de mi hermano actuara bien la mayor parte del tiempo.
Había algo en esos inocentes ojos que te hacían querer ser su héroe, querían hacerte ser el mejor “tú” posible al estar cerca de él, lo cual hacía que todo el resentimiento y la irritación que yo sentía hacia él fuera tan dura de tragar. Su cabeza rubia fue fácil de detectar en la multitud y el hecho de que estaba tan incómodo sobre este encuentro se mostraba en su bonito rostro.
Me dio una sonrisa tenue mientras me deslizaba dentro del cubículo frente a él, y vi la preocupación destellar en sus ojos cuando me saqué las gafas y ordené café a la mesera que se cernía sobre nosotros.
—Luces terrible.
—Me siento terrible.
Él estaba toqueteando los cubiertos y pude decir que quería decir algo pero que se estaba conteniendo.
—¿Qué, Donghae? Solo dilo.
Se mordió el labio inferior y arrugó la nariz hacia mí.
—Hyukjae está preocupado por ti.
Me reí burlonamente y asentí a la mesera cuando el café fue puesto frente a mí.
—Oh, cómo se han dado vuelta las cosas. Pasé la mayor parte de mi vida preocupándome por él.
Era verdad. No sé de dónde había venido esa poderosa necesidad de ser el protector de mi hermano, pero era tan parte de mí como mi sentido del deber y el honor.
Él me frunció el ceño.
—Beber en exceso, portarte mal, no hablarle a tus padres y alejar a todos los que se preocupan por ti: es como si a propósito estuvieras intentando hacer que regresar a casa fuera tan duro como puede ser. Todos te amamos, Siwon. Sí, todos estábamos acostumbrados a amarte cuando era fácil y no requería esfuerzo, pero podemos aprender a amarte de una forma diferente ahora que es más difícil si nos das una oportunidad.
Me aclaré la garganta y esperé a que la mesera que estaba cerca de nosotros tomara nuestra orden antes de contestarle.
—Mira, estoy tratando de asentarme en mi vida de la forma que es ahora. He tenido algunos sobresaltos aquí y allí, pero me las arreglaré. Lamento haber sido tan imbécil contigo. Es difícil mirarte y no ver a Eunhyuk y sus mentiras, es difícil verlos a Hyukjae y a ti como una unidad. No estoy acostumbrado a mirar a mi propia familia desde afuera.
Donghae dejó salir el aire en un siseo como si la hubiera golpeado. Vi el dolor destellar en esa mirada y me sentí como un idiota.
—No era mi secreto para contarlo. Eunhyuk vivió su vida cómo quiso. Yo no estaba de acuerdo con eso, con los secretos y con escabullirse, pero no era mi lugar apurar las cosas. Él era feliz, estaba enamorado y no necesitaba ni quería que Hyukjae y tú interfirieran, incluso si hubiera sido con buenas intenciones. Y en lo que respecta a estar con Hyukjae… —Donghae enfrentó mi mirada directa de forma frontal y sin vacilar—. Lo he amado por siempre y lo sabes. Me lo gané, Siwon. Me gané el derecho a ser feliz con él y a hacerlo feliz. Tampoco me disculparé por eso. Lamento que el cambio sea difícil para que te ajustes a él.
La mesera eligió ese momento para poner nuestros platos sobre la mesa. Nos miramos en silencio durante un largo momento antes de que mi cabeza que latía y mi estómago vacío no pudieran soportarlo más.
—Estoy intentando descifrarlo, niño. Todos permiten que Hyukjae haga su camino hacia algo genial, ¿por qué no puedo tener yo un poco de libertad de acción hasta que llegue allí?
Él finalmente  me  dio  la  sonrisa  que  iluminaba  todo  su rostro.
Realmente amaba a este chico y extrañaba tenerlo en mi vida.
—Puedo aceptar la libertad de acción. Pero he tenido suficiente del gigante congelado y enojado que has sido últimamente.
—Capitán Anti-Diversión. —Él rio y me miró cuestionadora—. Heechul me llama “Capitán Anti-Diversión”.
—Él tiende a llamar a las cosas por su hombre. Me gusta eso de él.
Me rasqué el mentón con barba incipiente e intenté mantener el rostro en blanco.
—Parece estar lleno de sorpresas.
Él levantó el tenedor y me señaló con él.
—¿Cómo lo sabes? ¿Cuándo has pasado el rato con él?
Ahora ésa era una pregunta que no quería tocar con un palo de tres metros de largo, así que decidí cambiar de tema.
—¿Se enojaron mis padres cuando cancelaste la Diversión del Domingo?
Él pestañeó hacía mí con sorpresa.
—Un poco. No es tan poco común. A Hyukjae y tu appá todavía les cuesta y a veces él no está de humor para ir. Ambos intentan y supongo que es todo lo que puedes pedir, pero es difícil. Te extrañan. Preguntan por ti todo el tiempo. Todos están tan felices de que regresaste a casa en una pieza.
Ésta tampoco era una conversación que quisiera tener, pero parecía menos tortuosa que hablar de mi mañana con Heechul o sobre qué tan bien conocía o no al rubio dínamo.
—Regresé en una pieza físicamente, no estoy seguro de que lo mismo pueda ser dicho de mi cabeza.
Donghae frunció el ceño con preocupación mientras yo alejaba el plato ahora vacío y levantaba el café.
—¿Qué quieres decir?
Me recosté en mi asiento e hice girar un dedo sobre mi sien como si estuviera loco.
—Mi cerebro se pone raro. Veo cosas que no están ahí, no puedo dormir muy bien y siento que la gente alrededor mío se muere y no hay nada que pueda hacer al respecto. No puedo descifrar qué se supone que haga conmigo mismo ahora que no estoy en el ejército, y me enloquece. Ya no me reconozco, realmente.
Él hizo un pequeño sonido en su garganta y se estiró sobre la mesa para poner su mano sobre la mía donde yo la había cerrado, involuntariamente, en un puño sobre la mesa. Podía decir una y otra vez que estaba enojado con mi appá y mi papá por mentirme, por hacer miserable la vida de Hyukjae, pero la verdad del asunto era que no sabía si podía soportar que mi miraran como si ya no supieran quién era yo. Estaba tan alejado de su hijo, el soldado que habían visto la última vez que estuve en casa, que no sabía que me haría que me miraran como si fuera un extraño.
—Siwon. —La voz de Donghae era suave y no pude enfrentar su mirada. Si había lástima o tristeza por mí brillando en él, simplemente me mataría. Estaba tan acostumbrado a protegerlo, a ofrecerle consejo y a reconfortarlo que la idea de que él tuviera que hacerlo por mí se deslizó bajo mi piel como una astilla congelada—. Te estoy mirando en este momento y veo al tipo que siempre fue un maravilloso hermano, un increíble hijo y el tipo más fuerte y con más consciencia de sí mismo que he conocido jamás. Eres increíble y quizás ahora lo estés pasando mal, pero en serio Siwon, has tenido que ser fuerte toda tu vida, lidiar con la mierda de todos, está bien que la dejes de lado por un minuto y permitas que el resto de nosotros llevemos la carga.
Volví a mirarlo y tuve que tragarme el tapón de emoción que se elevó en mi garganta. No pude responderle, así que solo le di un pequeño apretón a sus dedos para permitirle saber que el sentimiento era bienvenido.
Mi hermano era un tipo muy afortunado por tener a éste increíble joven tan enamorado de él. Pensé que me había liberado cuando saqué la billetera para pagar la cuenta, pero no fue fácil olvidar que Donghae era muy lista y rara vez se olvidaba de algo.
—Así que, ¿a qué te referías cuando dijiste que Heechul estaba lleno de sorpresas? No creía que ustedes se conocieran tan bien.
Quise gemir.
—Nada. No me refería a nada. Él es lindo y dice lo que se le ocurre, él solo es  sorprendente.
Donghae arqueó una ceja.
—Sabes que somos muy cercanas, ¿verdad? Y lo que sea que él no me cuente, Zhoumi lo hará.
Maldición, me olvidé de lo parlanchinos que eran los jovencitos y de lo metidos que estaban en los asuntos de las demás todo el tiempo.
—Me emborraché como una cuba anoche.
—Obviamente. —Su tono seco me sacó una risa   sorprendida.
—Le di al cantinero mi teléfono para que llamara a Hyukjae para que me fuera a buscar, pero él llamó a la tienda y Heechul respondió. Como él estaba ocupado con al calentador de agua y Kyuhyun estaba ausente sin permiso él me vino a buscar. Se aseguró de que no me matara o matara a alguien más. Solo me sorprendió que se preocupara lo suficiente para hacerlo porque no creo que yo sea su persona favorita.
Donghae me observó solemnemente por un minuto. Tuve que esforzarme mucho para no retorcerme como un niñito culpable.
—Hay más en él de lo que puedes ver.
Demonios que sí lo había, pero no iba a decir nada al respecto.
—Estuvo comprometido hace un tiempo. El tipo le rompió el Corazón y ahora él tiene todos estos delirios sobre conocer al tipo perfecto y vivir felices para siempre. Él interfiere en nuestras vidas, entrega cejos y mete la nariz donde no debe una y otra vez, pero no escucha a nadie cuando le decimos que está buscando algo que no existe. Solo apesta porque más a menudo de lo que quisiéramos él tiene razón y nosotros deberíamos haberle prestado atención, así que no es una maravilla que no nos involucremos. Honestamente creo que está aterrorizado de permitir que alguien se acerque lo suficiente como para romperle el Corazón de nuevo.
Me encogí de hombros y comencé a salir del cubículo.
—No tiene nada de malo buscar lo mejor.
—Sí cuando lo que está disponible solo está aquí a nivel terrenal. Amo a Hyukjae con todo lo que tengo, pero él está lejos de ser perfecto. Las relaciones no son hechas a medida y la gente tiene fallas. Tienes que trabajar con eso y amar a la otra persona de todos modos. Nuestras faltas son lo que nos hace únicos, y mientras que Hyukjae puede que no sea perfecto, sí es absolutamente perfecto para mí.
Le envolví el cuello con un brazo y le di un rápido abrazo que lo hizo chillar. Algo tibio y familiar se asentó en mi pecho cuando lo sentí envolverme con sus brazos. Extrañaba esto y era mi propia y estúpida culpa.
—Te extrañé, niño.
Lo sentí exhalar contra mi pecho y su abrazo se apretó solo una fracción.
—Yo también te extrañé, Siwon. Estoy tan feliz de que estés de  regreso.
No estaba de regreso un cien por ciento, pero por alguna razón sentí mis ojos más abiertos, y tuve una imagen más clara de lo que me había estado perdiendo últimamente. Donghae tenía razón. Siempre había sido un tipo bastante estable, un hijo confiable, un firme hermano mayor. Todavía era todas esas cosas pero ahora era otras cosas que no eran tan bonitas, que eran más difíciles de aceptar. Sin embargo, la gente en mi vida que me amaba siempre me amaría incluso si ahora tenían que hacerlo de manera diferente, y eso me hacía un tipo afortunado. Necesitaba dejar de dar por seguras las cosas así y, como Heechul había dicho, dejar de sentirme culpable por ser uno de los afortunados.


Había pasado una semana desde que dejé salir a mi zorra interior. Una semana entera en la que no había pensado en Hangeng y en la próxima boda ni una sola vez, había dejado de acechar el Facebook. También hacia una semana que había ido con paciencia esperando para que el Trio Terrible cayera sobre mí, para torturarme sobre la visita la otra noche con el hermano mayor, pero nunca llegó.
Aparentemente, la idea de que Siwon y yo pudiésemos ser algo más que enemigos mortales era divertidísima, y aparte del comportamiento de tercer grado que tuve que soportar de Zhoumi y algunas miradas curiosas de Donghae, no fue ningún problema. Ahora, si hubiesen sabido que pasó de cuidar a un borracho desmayado a algo completamente diferente, podría haber sido una historia completamente diferente.
Era una mierda porque no podía sacar el algo más completamente de mi cabeza sin importar lo que hiciera.
Siwon había pasado por la tienda una vez para dejar el celular de Kyuhyun cuando lo olvidó en casa y otra vez para preguntarle a Hyukjae si podría ir a ayudarlo a ese bar en el que parecía pasaba todo su tiempo.
En ambas ocasiones él había sido dolorosamente educado y completamente normal. No hubo ningún indicio de algo inapropiado o incluso coqueteo. Él actuaba como si nunca hubiéramos estado desnudos juntos, como si no nos hubiéramos follado el uno al otro hasta perder el sentido, y me molestaba sin cesar. Especialmente desde que cada vez que lo veía recordaba que era tan- calientemente-fuera-de-este-mundo.
No era justo. Reconozco que yo había sido el que había negado que el acto no fue nada más que rascarse una comezón, pero me enfadaba que él parecía tan tranquilo e inafectado por eso.
Yo respondía siendo más frívolo y sarcástico de lo normal. No parecía molestarlo en absoluto.
Estaba en Bar Canada después de un día particularmente largo en la tienda, tomando unos tragos con todos y esperando a que la banda de Henry tocara. Era una típica noche de sábado excepto por el hecho de que en lugar de estar divirtiéndome con mis amigos, estaba ocupado tratando de ver a Siwon y al joven en pantalones de cuero que estaba prácticamente follando con él en la mesa.
Sabía que no debía molestarme, en realidad ni siquiera éramos amigos, pero estaba tomando cada gramo de contención que poseía, la cual no era mucha para empezar, no solo para evitar gritarle, sino para evitar asesinar al joven con su propio collar de mal gusto. Para el crédito de Siwon, el no parecía interesado en lo que le estaban insinuando, pero seguro como el infierno que no lo estaba alejando. Quería volcar la jarra de cerveza que tenía frente a mí sobre ellos.
—¿Qué pasa, enojón?
La divertida voz de Jjong interrumpió mis pensamientos oscuros y arranqué la mirada de Siwon para poder mirarlo. Henry había arrastrado a Zhoumi tras el escenario con él, diciendo algo de que tenía que ver el baño aquí también; Donghae y Hyukjae estaban en una profunda conversación con Kyuhyun acerca de Shindong, nadie había visto o escuchado del dueño de la tienda en casi una semana y todos estaban preocupados.
Siwon estaba ocupado con Gatúbela, así que eso nos dejaba a mí y a Jjong solos en la mesa. Había peores compañeros para beber, pero en este momento, no necesitaba esos perceptivos ojos estudiándome.
—No estoy enojado, solo cansado. Fue un día largo.
Levantó una ceja y tomó su lata de cerveza.
—Has estado apagado toda la semana. Callado. Eso no es   normal.
Solo me encogí de hombros y esperé que el silencio lo hiciera olvidar el tema, pero luego el joven con Siwon tiró su cabeza hacia atrás y soltó una carcajada que me tuvo mordiéndome la lengua para no hacer una escena.
—No hay manera de que él dijera algo así de gracioso. Ni siquiera creo que tenga sentido del humor. —Estaba consciente de que había sonado sarcástico y malvado, pero no parecía poder evitarlo.
Jjong estiró uno de sus brazos a lo largo de mi silla y enrolló sus dedos alrededor de la parte de atrás de mi cuello. Suspiré un poco cuando comenzó a masajear los músculos para que la tensión se fuera.
—¿Quieres decirme que está pasando en realidad o solo quieres que salté a mi propia conclusión, la cual, de cualquier manera, probablemente es correcta?
Le fruncí el ceño y miré a Siwon y al puto vestido de cuero. No pude evitar el pequeño gruñido que se formó cuando le vi meter sus dedos debajo del borde del cinturón de cuero que él tenía puesto.
—Es posible, quiero decir muy probable, que piense que el hermano mayor Lee está buenísimo.
Jjong se carcajeó.
—No me digas.
Le di un codazo de lado y puse los ojos en blanco.
—También es completamente posible que sea difícil resistirse a lo bueno que está, y tal vez puede o no puede que haya permitido que se me haya ido de las manos la vez que se quedó a dormir.
El delicado masaje se detuvo y dejó salir un bajo silbido. Lo miré y fruncí el ceño cuando vi que él me estaba frunciendo el ceño.
—¿Qué?
—Es sorprendente y algo jodido.
—¿Por qué? Ustedes lo hacen todo el tiempo.
—No con alguien que sea familiar de alguno de nosotros. Nos gusta alejarnos sanamente.
De nuevo le di un codazo en las costillas.
—Cerdo.
—Si fue cosa de una sola vez, ¿entonces qué pasa con la mirada asesina que le estas dando al moreno que está encima de él?
Suspiré pesadamente.
—No lo sé. —Y en verdad no lo sabía. Siwon no estaba en mi agenda, él no era lo que estaba buscando, pero no podía dejar de pensar en él y todas sus imperfecciones. Eso no era bueno. Puse mi barbilla sobre mi mano y miré a Jjong—. ¿No te sientes solo? Hyukjae está con Donghae, Henry fue y se casó, por el amor de Dios. ¿No miras alrededor y te preguntas cuando es tu turno? Te conozco lo suficiente para saber sobre los interminables jóvenes, los de solo una noche, son lo que son. Puedes estar sin ellos, pero si el indicado llega, estarías todo encima de él.
Se río sin humor y se recostó contra su silla. Cuando el mesero se acercó, nos ordenó una ronda de tragos.
—El indicado llegó hace mucho tiempo, solo que yo no era el indicado para él, así que ahora es lo que es y solo estoy matando el tiempo.
Parpadeé hacia él, sorprendido. Él nunca hablaba mucho de su pasado. Sabía que creció en el sistema de Hyehwadong, que solía jugar futbol, y que inesperadamente había dejado el juego y la universidad y en lugar de eso, decidió ser tatuador, pero en realidad eso era todo.
—¿Entonces no crees que haya alguien más después de eso? ¿Vas a pasar el resto de tu vida yendo de joven en joven y estando solo?
Me hizo pensar en Hangeng, en la vida que se suponía que tendría ahora. Había invertido todo en él, había pensado que era mi todo, y ahora no estaba tan seguro. Nada me había golpeado tanto como el dolor y la pasión que ardía en los brillantes ojos de Siwon. Era una persona que no se afectaba por mucho, pero él me había afectado, no había duda de eso. Él era tan tranquilo y seguro como una tormenta tropical, y eso lo hacía un poco más peligroso para mi sentido de lo que estaba bien para mí.
—Por ahora todo es sobre pasar un buen rato y eventualmente alguien vendrá y seré el indicado para él, y si tengo suerte, me gustará y será suficiente para hacerlo funcionar. No pienso que ese idiota que dejaste fuera el indicado para ti, Rella. Creo que eras joven y estabas cansado de tu padre, así que te aferraste a la primera cosa calmada que pudiste encontrar. Pensaste que Hangeng iba a ser tu familia, tu hogar, y cuando eso no pasó terminaste perdido y asustado. Creo que sabrás cuando el indicado llegue, porque, perfecto o no, él va a derribarte y, quizá por una vez, callarte, y ya no vas a estar asustado.
No respondí cuando su mirada parpadeó hacia donde Siwon estaba parado. Mierda. Me tomé el trago y le hice una cara.
—Apestas.
—Solo cuando lo pides amablemente. —Compartimos una risa y miré hacia arriba sorprendido cuando una sombra cayó sobre el borde de la mesa. Odiaba tener que voltear el cuello para poder ver a Siwon. La cicatriz en su frente se marcaba en relieve con las luces bajas del bar. Un musculo palpitaba en su mejilla, sus normalmente irradiantes ojos parecían algo nublados y oscuros.
—¿Podrías decirle a Hyukjae y a Donghae que ya tuve suficiente? Voy a irme.
Su voz sonaba ronca y se veía irritado por algo. No veía a su lapa por ningún lado.
—Henry ni siquiera ha tocado. —¿Por qué le dije eso? No tengo idea. Obviamente la banda aún no había subido al escenario. Solo estaba siendo insolente  y argumentativo.
Entrecerró los ojos hacia mí y abrió su boca, luego la cerró de nuevo como si tuviese que repensar lo que iba a decir. Sacudió su cabeza un poquito como si estuviera ordenando sus pensamientos.
—He conocido a Henry desde que era un niño. Lo he visto tocar miles de veces. En verdad estoy tratando de no beber, y si me quedo un segundo más aquí, eso no va a ser posible.
Nos miramos en silencio. No sabía si debía tomar eso como si no debería beber para evitar errores como el que tuvo conmigo, o que necesitaba dejar de beber porque estaba fuera de control y no estaba ayudando de cualquier manera.
Jjong nos ordenó otra ronda de tragos y vi la mandíbula de Siwon tensarse. No estaba seguro de que estaba pasando, así que por costumbre regresé a mi manera simplista.
—Capitán Anti-Diversión ataca de nuevo.
Vi sus oscuras cejas bajar y sentí que Jjong se tensaba a mi lado. Fue rudo y no era necesario, pero antes de que pudiese disculparme, puso sus manos sobre la mesa enfrente de mí y se agachó para que pudiéramos estar cara a cara. Había una tormenta fabricándose en su mirada y pensé que no quería ser parte de ella, o quizá quería ser la causa de ella y esa era la razón de por qué estaba actuando tan horrible.
—Estoy bastante seguro que conoces mi idea de lo que es la diversión. Estaría encantado de recordártelo en caso de que lo hayas olvidado.
Mi respiración se atascó en mi garganta y vi a Jjong moverse incomodo a mi lado.
—No gracias. Creo que Gatubela quiere tener un turno.
Se burló de mí y comenzó a alejarse levantando sus hombres.
—Sabrías que hay más que suficiente que una ronda,   Medio-Litro.
Me tomó un segundo recuperar mi respiración después de que se fuera. No me atreví a mirar si el moreno había terminado yéndose con él o no. Jjong dejo salir otro silbido bajo.
—Amigo, nunca pensé que vería el día en el que alguien más tuviese la última palabra contigo. Totalmente de ambos lados.
Lo ignoré y tomé mi cerveza. No podía hacer esto con Siwon. No podía ahuyentarlo, estos eran sus amigos y familia también. No podía ser una perra con él solo porque estaba celoso y envidioso de que fuera innegable lo sexy que era. Iba a tener que ponerme mis pantalones de chico grande y tener un enfrentamiento con él, tener la conversación que realmente no quería tener y despejar el aire.
No estaba seguro que iba a hacer exactamente con él, pero había algo en todas estas jodidas maneras en las que estábamos alrededor del otro que no podíamos ignorar. Pero primero, iba a beber todo el alcohol de la ciudad y tratar de bloquear la imagen de esa zorra vestida de cuero con sus garras sobre él. También iba a evitar con firmeza las miradas sabias que Jjong seguía dándome; eso, o iba a golpearlo en la nariz.
La mañana siguiente estaba sintiéndome un poco mal, pero era totalmente manejable, especialmente si todo lo que tenía que hacer era ponerme algo bonito un poco de brillo labial y estaría listo para irme. Estaba brillante y alegre, así que pensé que no importaba que tan malhumorado estuviera Siwon, no sería capaz de permanecer enojado al verme.
Cuando me estacioné frente a su casa, Kyuhyun venia bajando los escalones de la entrada. Se había quedado para cerrar el bar conmigo así que el lucía tan demacrado como me sentía. Tenía un gorro calado hacia bajo de su frente y oscuras gafas de sol cubriendo la mitad de su cara. Se detuvo cuando me vio y caminó para inclinarse en la defensa del Cooper.

—¿Qué estás haciendo aquí?


3 comentarios:

  1. Ay Hee~ ya llego tu perfecto hombre imperfecto!!!!
    Ahhhhhh
    Se calentó el parche, literalmente!!!!
    Wi~

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  2. Waaa que rudo Hee...pero supongo que alguien debe decirle las cosas tal y como son,aunque creo que Siwon tiene una gran idea de lo que le sucede,solo que no está acostumbrado a que cuiden de él como èl lo ha hecho con los demás.
    Lo que más le va ayudar a Siwon,es tener cerca a los que quiere,conseguir ayuda profesional y hablar lo que le sucede,todo lo que tenga,si lo sigue teniendo encerrado,solo lo llevaran al límite.

    Oh Hee,ahora te duele que casi casi te ignore,no te culpo,fue una mañana increíble según las dos versiones,y que ahora sean dos desconocidos,no ayuda.
    Y bueno,esos celos ya admitidos le deben de dar una idea.
    Lo primero que debe de hacer,es quitarse la idea del hombre perfecto...si miren que los imperfectos estan que GRRRRRRRR
    Va a mostrar la bandera de la paz,arregladito y todo para que Siwon konse le resista...la pregunta es ¿No se le resista a qué ..?😏😏😏

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  3. Mejor ni preguntes Kyu. Deja que ellos 2 arreglen solitos sus cosas. Presiento que tendremos combustión espontanea en cuanto se pongan las manos encima

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...