Marcado V -Final



Puse la llave en la puerta del apartamento de Jjong y se sentía como el final de un largo viaje. Realmente eran solo un poco más de doce horas y había parado a tomar una siesta una vez en el camino, pero todavía se sentía como demasiado tiempo desde que había visto su rostro o podido tocar toda esa piel tonificada y tatuada.

Kkomde me saludó en la puerta cuando la abrí. Su lengua colgaba de su boca y él se levantó y puso sus patas sobre mis piernas. Iba a ser enorme cuando finalmente creciera su peludo cuerpo y estaba abrumado en como de feliz estaba de verlo. Caí de rodillas y froté mi cara en su cuello mientras me lamía toda mi cara. Obviamente fui extrañado y tuve que decir que era una más de las razones por las que supe que estaba finalmente donde se suponía que debía estar.

Era tarde, así que el apartamento estaba a oscuras. Revisé los alimentos y el agua del perro, tratando de ser silencioso en caso Jjong ya estuviera dormido. Estaba terminando mi camino hacia su dormitorio cuando un cuaderno de dibujo al azar descartado tumbado en el sofá me llamó la atención en la penumbra. Me detuve un minuto para recogerlo y sentí que mi corazón se detenía y luego comenzaba su carrera mientras hojeé las primeras páginas.

Había un par de dibujos que eran obviamente para los clientes, los tatuajes que no se habían pasado del papel a la piel, pero la mayoría de las prístinas páginas blancas estaban cubiertas con imágenes que llevaban mi cara. Docenas de todos ellos en diferentes formas y tamaños, pero, sin duda, cada imagen fue modelada desde una distinta mirada mía.

No estaba seguro de si él los había dibujado en esta última semana mientras que había estado fuera o durante los meses que habíamos estado persiguiéndonos el uno al otro en círculos. De cualquier manera hizo que mi corazón se hinchara y tuviera la certeza plena, de que estaba asentado profundamente en él, dentro de mis huesos.

Puse el cuaderno abajo y caminé de puntillas por el pasillo. Kkomde echó un vistazo a dónde iba y dejó escapar un sonoro bufido de disgusto. El pobre tipo había aprendido desde el principio que no quería saber nada de lo que pasaba entre sus humanos cuando estaban juntos en el dormitorio.

La luz estaba apagada y Jjong estaba tendido boca abajo sobre las sábanas. Su cabello rubio estaba pegado en todas partes y su mano con el brazo doblado bajo su cabeza. La única cosa que podría haber hecho la vista mejor hubiera sido si se hubiera desecho de los bóxers negros antes de acostarse. Incluso con ellos oscureciendo la vista, no podía quejarme.

Dejé escapar un suspiro sin aliento y me acerqué más para poder inclinarme y tocar mis labios en esa ancla en un lado de su cuello. Sentí saltar su pulso y probé la sal en su piel mientras murmuraba adormilado y rodaba sobre su espalda.

Sus ojos brillaron infinitamente hacia mí en la oscuridad mientras una sonrisa se levantaba en la comisura de su boca.

—Hola.

Estaba inclinado sobre él, así que me incliné para besarlo rápidamente y frotar la punta de mi nariz contra la suya.

—Hola.

Extendió una mano y la enredó en mi cabello mientras se deslizaba por encima de mi hombro y yo caía sobre su pecho.

—¿Cómo te fue?

Suspiré y levanté una mano para trazar mis dedos a lo largo de ese tatuaje a lo largo de su caja torácica. La tinta y el nombre que descansaban allí parecían mucho más importantes para mí ahora de lo que lo era antes.

—Conocí a tu madre y dije adiós. Me rompió el corazón un poco, pero estoy tan feliz de que me pidieras que fuera a verla. Y puede que hubiera amenazado a mi padre con un video sexual.

Lo último fue murmurado en voz baja mientras sus cejas se alzaban y utilizaba su agarre sobre mi cabello para jalarme hacia él, para que los dos estuviéramos tendidos sobre la cama.

—¿Tienes un video sexual?

—Demonios no, pero él no lo sabe y eso no lo sorprendería. Sorprendentemente mi mamá se acercó y acordó dejar en paz a Jinki. Admitió que la jodió bastante la mayoría del tiempo. Desearía que eso importara.

Su pecho se movía mientras suspiraba.

—Es demasiado tarde para que algo de eso importe ahora.

—Eso es un poco acerca de cómo lo veo. ¿Cómo está haciéndolo Jinki?

Juró un poco y se movió debajo de mí. Había pruebas de lo mucho que me echó de menos la última semana apuntándome en la cadera. Eso me hizo sonreír y menearme seductoramente en la parte superior de su cuerpo duro.

—No es bueno. Él está retraído, nervioso. No quiere que nadie lo toque y despierta gritando casi todas las noches. Taemin es muy bueno con él, se quedó a su lado cuando me fuí, pero me preocupa.

Asentí y cepillé mi boca sobre el pezón plano que estaba más cerca de mi boca. Le oí aspirar una bocanada de aire y me hizo sonreír contra su piel.

—A mí también. Creo que solo vamos a tener que ser fuertes para él y esperar a que Jinki esté listo para que lo ayudemos. Mi hermano es más fuerte de lo que cualquiera de nosotros alguna vez ha pensado. —Mi voz se hizo ronca en su propio acuerdo.

—Lo es. —Sentí sus manos apretarse en mi cabello mientras jalaba mi cabeza en alto para que pudiera devorar mi boca con la suya—. Te extrañé.

Pude probar su “te extrañé” en la forma en que me besó y me abrazó. También sonaba tan áspero y necesitado como yo.

—Te extrañé, también. —Y estaba más allá de listo para mostrarle que tanto.

—Gracias por venir de nuevo a mí. —Su voz sonaba como una canción de amor.

—Siempre. Te amo. Gracias por siempre estar ahí para mí, por esperar que regresara a ti.

—No creo que alguna vez no hubiera estado enamorado de ti, de Kibum.

Besé el lugar en su pecho en el que podía sentir su corazón.

—Conozco la sensación, Jjong. —También conocía la sensación de querer tenerlo, sentirlo, estar encima de él y bajo él como placer cubriéndonos como una manta. Terminé de hablar y me moví de manera que tenía algo en mi boca para evitar más conversación.

Ladró mi nombre mientras lo tomaba entre mis labios y rodeaba esa creativa perforación en su cabeza dando vueltas y vueltas con mi lengua. Adoraba la espiga de metal y al hombre mientras lo lamía como si fuera mi postre favorito. Sentí sus músculos del estómago estremecerse y sus muslos tensarse mientras lo trabajaba con mis manos y boca.

Había algo increíblemente satisfactorio acerca de hacer a un fuerte cuerpo tatuado estremecerse y temblar bajo mi mando. Era una sensación que nunca pasaría de moda. Tampoco lo sería la forma en que dijo mi nombre como una maldición y tiró de mi cabello. Me encantaba la forma en que sus palmas ahuecaban mi cabeza y la forma en que podía sentir cómo de cerca del borde estaba mientras rodeaba esas bolas de metal de ida y vuelta a través de mí lengua.

Arqueó las caderas en la cama, lo cual totalmente tiró de mi ritmo y me hizo detenerme para decirle que se calmara, pero tan pronto como estaba en vertical, comenzó a tirar de mi ropa. Mi ropa interior desapareció en manos impacientes que eran sexys y ásperas mientras me tiraba encima de él y me colocaba sobre su polla, la cual era toda gracia brillante y de aspecto resbalosa gracias a mi boca.

Todo sobre nosotros se sentía tan bien y tan correcto. Cuando empezamos a movernos gemí y susurré:

—Tú eres mi pareja perfecta.

Sus ojos se abrieron con párpados pesados y su respiración comenzó a precipitarse y salir mientras realmente empezaba a mecerme encima de él.

—Y tú la mía.

No hubo ningún espacio para hablar después de eso. Estaban solo los sonidos de besos, de los cuerpos en movimiento, de carne sobre carne y placer, mientras eso llenaba la habitación.

Horas más tarde, cuando la mañana estaba  empezando  a  colarse, puse mi cabeza en su pecho después de que él me arrastró a la ducha y me acomodé en el único lugar en el que se suponía siempre debía estar.

El viaje para llegar hasta aquí había sido largo, a menudo lleno de giros erróneos y pasos en falso, pero al final del mismo, lo único que realmente importaba era el destino, no importaba el tiempo que se tardara en llegar.



Estaba tratando realmente duro para no sonreír al ver la expresión contrariada en el rostro de Kibum mientras él me miraba en el reflejo del espejo del baño. Hubiera sido más fácil creer que estaba realmente molesto si su lápiz de labios no estuviera manchado alrededor de su boca haciendo pucheros y su pantalón estuviera fuera mientras me conducía profundo dentro de él, desde atrás.

—Vamos a llegar tarde. —Me di cuenta de que quería sonar molesto pero se desvaneció en un suspiro cuando moví una mano alrededor de su entrepierna.

Tuve que reírme. Llegábamos tarde muy seguido. Su cabeza cayó hacia delante y sentí su cuerpo ponerse tenso a mi alrededor. Me incliné un poco para que pudiera darle un beso en la parte posterior de su cuello.

—A nadie le importa si llegamos tarde. —Todos sabían la razón por la cual ahora, y por lo que yo estaba feliz, Kibum y yo siempre nos mostrábamos sonrientes, a nadie le importaba una mierda si llegábamos una media hora tarde o más.

Él me insultó, pero sus ojos oscuros brillaban donde estaban fijos en los míos en el espejo y me di cuenta de que estaba cerca. Eso era bueno porque yo no iba a durar mucho más tiempo. Hundí mis dientes en su cuello, y eso fue todo lo que necesitó. Lo sentí estremecerse bajo mis manos y en mi pecho, lo sentí llegar, y rápidamente lo seguí.

Cuando me acomodé todo lo que tenía que acomodar, subí la cremallera de mis pantalones. Él tenía que volver a hacer la mitad de su maquillaje y asegurarse de que no se veía completamente corrompido y arrugado. Le sonreí, porque incluso mientras se colocaba el brillo labial de nuevo, no estaba escondido el brillo lánguido y satisfecho en su mirada oscura.

—Eres un fanático del sexo. —se reía de eso ahora, porque a pesar de que no le gustaba llegar tarde, nunca me decía que no cuando le daba toda mi amorosa atención, lo cual hacía mucho desde que se había mudado a mi casa casi tan pronto como había desempacado de su viaje a Hyehwadong.

Durante un tiempo habíamos pensado que Jinki querría mudarse al viejo apartamento de Kibum, pero por ahora todavía estaba de refugiado con Taemin y parecía que no tenía ninguna prisa en salir. Habían pasado meses, y mientras Jinki estaba haciendo pequeños pasos de progreso, él seguía estando asustadizo y nervioso, siendo una sombra del joven que había conocido hace tanto tiempo. La única persona alrededor de la que realmente parecía cómoda era mi hermano, y siempre que Taemin estuviera dispuesto a ser su luz guía, ni Kibum ni yo veíamos una razón para impulsar el tema.

—Te encanta eso. —Me aseguré de que no tenía su lápiz de labios en mi cara y salí del cuarto de baño.

Él me siguió, poniendo los ojos en blanco.

—Te amo, ese es solo uno de los beneficios secundarios.

Me reí y le ayudé a ponerse el largo abrigo. Era a mediados de diciembre y todos los altibajos de verano y el otoño habían cambiado tan rápido como el clima de Seúl.

La nueva tienda era todo un éxito. La tienda estaba generando ingresos estables y el mercado en línea estaba tan ocupado que Kibum estaba tratando de convencer a Kyuhyun para contratar a alguien para gestionar específicamente esa rama del negocio. La gran apertura de la tienda había sido una gran fiesta, y cada último sábado del mes Kibum disponía de diferentes instalaciones de arte que convertían la tienda en una galería de escaparate ecléctico.

Estaba abriendo las puertas a nuevos clientes, a un nuevo tipo de clientela, y mostraba el tatuaje y el arte en el mismo tipo de luz. El era brillante y estaba haciendo para todos nosotros un montón de dinero. Tanto dinero, que de hecho, Hyukjae y Kyuhyun estaban barajando la idea de abrir una tercera tienda el siguiente año. Kibum había convertido SMarked en su propio pequeño imperio del tatuaje.

Esta noche nos dirigíamos al Bar para una combinación de baby shower-fiesta de despedida. Donghae daba a luz a finales de enero y Henry y Zhoumi se mudaban después de principios de año. Era una celebración agridulce y estaba obligada a tener lágrimas de tristeza y felicidad.

La vida simplemente seguía avanzando y todo el mundo tenía que encontrar el camino que estaban destinados a tener. Tan desanimado como estaba de ver irse a mi mejor amigo, sabía que era lo mejor para él y su esposo. Henry merecía ser feliz y la única manera para que lo fuera era estar con Zhoumi tanto como le fuera posible. Además, con un bebé en camino y una boda en el horizonte, no era como si Zhoumi y Henry fueran a ser extraños. Regresarían a menudo y siempre serían recibidos con los brazos abiertos.

El Bar estaba lleno cuando llegamos allí. Siwon había cerrado el negocio al público por la noche, pero eso no significaba que el lugar no estuviera lleno hasta el borde con la familia y amigos que querían despedirse y dar la bienvenida a la más reciente adición a nuestra familia de locos. Kibum me miró con los ojos muy abiertos mientras entrabamos por la puerta porque éramos obviamente los últimos en aparecer.

Nadie se perdió la forma en que Kangin me guiñó un ojo con aprobación desde detrás de la barra o la manera en que Kyuhyun me dio un choque de cinco. Me encogí de hombros hacia Kibum y le di una sonrisa incorregible. Él me golpeó en el estómago con el dorso de la mano y se alejó.

Henry se acercó y me dio una cerveza que choqué contra la que tenía en la mano.

—Te voy a extrañar, amigo.

Él asintió con la cabeza mientras ambos veíamos el abrazo de nuestras parejas. Esa era una gran cantidad de belleza de cabello oscuro para tomar en cuenta.

—Lo sé. Vendrás a Daejeon. —No era una pregunta y no tenía por qué serlo. Iría a Daejeon para visitarlos. —Lo sabes.

—Habría estado preocupado por ti si Kibum no se hubiera presentado para reclamarte. Me alegro de que lo tengas.

Kibum echó la cabeza hacia atrás y se rio de algo que Sungmin le dijo y le extendió la mano para poner su mano sobre el brazo de Jinki que se movía con incertidumbre a un lado del grupo donde las parejas se habían reunido.

Iba a decir algo sucio sobre tenerlo levantado contra el lavabo ni siquiera veinte minutos antes, pero vi a Minho moviéndose hacia mi hermano cuando él estaba apoyado en la barra hablando con Kangin. Él había estado trabajando en su casa durante el último mes y cada vez que hablábamos dejaba caer insinuaciones, ninguna demasiado sutil, de que le gustaría clavar más que sus tablones podridos. No estaba seguro de cómo sentirme sobre eso aún o si me estaba siquiera permitido tener una opinión; por lo que acababa de ver él lo perseguía con el ceño fruncido.

—El hace todo en mi vida mejor. Siempre lo hizo. Los amo chicos y fui realmente afortunado cuando Shindong me trajo aquí y por fin encontré un lugar donde encajar y pertenecer. —Señalé a Kibum con la parte superior de mi cerveza y levantó una ceja cuando me atrapó mirándolo. Me devolvió la sonrisa y pasó su lengua por su labio inferior. Me hizo reír y quise tirar de su pantalón por debajo de su culo de nuevo. Miré de nuevo a mi amigo—. Pero él es mi hogar. Yo no sabía que estaba vagando hasta que me encontró.

Henry murmuró su acuerdo y ambos tuvimos que sonreír mientras Donghae se contoneaba con su gran barriga hasta donde Zhoumi estaba para que pudieran aferrarse el uno al otro. Los dos estaban llorando y balbuceando uno encima del otro emocionales como parecía, fue realmente hermoso. Esos chicos realmente se amaban y la vida de ambos estaba a punto de cambiar de maneras importantes.

Hyukjae estaba sentado con Siwon y los hermanos tenían sus cabezas inclinadas juntas. Hablaban en voz baja mientras Heechul se sentaba junto a ellos meciendo a Minki en su regazo.

Henry en silencio se fue de mi lado para que pudiera recoger a su propia pareja llorosa y ofrecer todo el consuelo que podía. Como pensé, lágrimas de felicidad y tristeza.
Llevé mi cerveza de nuevo hasta mis labios e iba a hacer mi camino a mi propio chico cuando vi a Sungmin de repente apartarse del grupo con su teléfono en la oreja. El tenía que salir temprano en más de una ocasión a causa del trabajo, así que esperaba que el hospital no estuviera llamando para arruinar su noche.

Él estaba hablando rápidamente y vi su mirada dispararse hasta Kyuhyun donde él estaba hablando con el padre de Heechul. De inmediato se detuvo a media frase y encontró su camino hacia el lado del guapo pelirrojo.

Fruncí el ceño con preocupación, cuando ambos compartieron una mirada con el ceño fruncido mientras Sungmin seguía hablando animadamente en el teléfono. Iba a ir a preguntarles si todo estaba bien cuando una ligera mano me tocó el codo. Miré hacia abajo y le sonreí suavemente a Jinki. Le había costado meses conseguir estar lo suficientemente cómodo para incluso estar a solas en una habitación conmigo otra vez, así que el hecho de que estuviera bien con el contacto persona-a-persona era un paso de gigante en la dirección correcta.

—¿Cómo vas?

Él asintió un poco con la cabeza y forzó una sonrisa apretada.

—Cada día se pone un poco mejor. Es difícil no apreciar lo que es salir con vida en un lugar tan hermoso lleno de tanta gente maravillosa. —Se aclaró la garganta y se acercó a apretar mi mano—. Nunca te di las gracias. Gracias por traerme a casa. Gracias por tratar de cuidar de mí. Gracias por darnos   la   bienvenida   a   tu   familia.   Gracias   por   amar   a   mi   hermano… simplemente gracias por ser genial.

Pensaba que probablemente conseguiría ponerlo incómoda si trataba de abrazarlo, por lo que solo llevé su mano que estaba descansando en la parte superior de la mía hasta mis labios y le di un beso ligero.

—En cualquier momento, Jinki. Nada de eso me hace genial, solo me hace un hombre tratando de hacer lo correcto por alguien que le importa.

Esa sonrisa desgarradora estaba de vuelta en su cara mientras se alejaba de mí.

—Creo que eres el único hombre en toda mi vida que siempre ha tratado de hacer lo correcto para mí.

Iba a responder que solo debía dejar entrar en su vida a la gente que buscara lo mejor para él de aquí en adelante pero fuimos interrumpidos cuando Kyuhyun y Sungmin pasaron corriendo empujando los brazos en sus abrigos y mirando con los ojos desorbitados y un poco frenéticos.

—Caray… ustedes dos, ¿están bien?

Sungmin no se detuvo. Estaba prácticamente corriendo hacia la puerta principal del bar.
Kyuhyun hizo una pausa por un segundo y miró detrás de su chico.

—Esa era la jefa de Sungmin en la sala de emergencias. Ellos acaban de recibir a múltiples heridos de un tiroteo. Ella sabe que Sungmin y Leeteuk son amigos, por lo que lo llamó para decirle que Leeteuk y su compañero eran dos de los oficiales que estaban recibiendo. Ella no podía darle más información, pero Sungmin siendo Sungmin no va a esperar y averiguar qué tan grave es la situación, él va a tirarse de cabeza en ello. Nos dirigimos al hospital ahora. ¿Puedes decirles a todos que por eso nos estamos yendo antes de tiempo?

Asentí con la cabeza solemnemente y observé mientras se volvía para correr detrás de su joven. De repente, la cerveza en mi mano no parecía tan apetecible y el ambiente festivo no encajaba bien. Leeteuk se había mantenido distante desde que había esposado a Kangin. Creo que estaba preocupado por la recepción que iba a recibir de cada uno por encerrar a uno de los nuestros.

Me acerqué a la barra para poder dejar en algún lugar la cerveza y me encogí de hombros cuando Kangin la miró y luego a mí.

—De repente no estoy de humor para beber.

Sus ojos brillaron interrogantes.

—¿Qué pasa?

—Kyuhyun acaba de decir que un grupo de policías resultó herido. Él y Sungmin se fueron para averiguar si Leeteuk era uno de ellos.

Su mirada se estrechó apenas una fracción y puso las manos en la barra delante de él.

—Ese es un joven bonito con un trabajo de mierda. Espero que esté bien. —Su acento sonaba un poco más pronunciado, un poco más grueso de lo que normalmente lo hacía, y me pregunté si él estaba diciendo algo que yo no estaba escuchando del todo.

—Yo también.

Suspiré mientras Kibum aparecía de repente a mi lado. Acomodó su cadera junto a la mía y envolvió su brazo alrededor de mi cintura. Tenía la cabeza apoyada en mí hombro y su cabello me hacía cosquillas en la barbilla.

Él era mucho más que mi pareja… era  mi  mejor  amigo, mi muso, mi amante, mi futuro. Sin él el camino se extendía oscuro e interminable delante de mí; con él el camino que quería recorrer era cristalino.

—¿Estás bien? Sentí decaer tu humor desde el otro lado de la habitación.

Incliné mi cabeza para que pudiera frotar mi mejilla contra la coronilla de su cabeza.

—Kyuhyun y Sungmin acaban de salir para el hospital porque Leeteuk puede o no estar herido.

Se quedó en silencio por un segundo y luego se echó hacia atrás de modo que estaba mirándome. Puso una mano en mi pecho y golpeó sus dedos contra mi corazón.

—Vámonos.

Levanté  mis cejas.

—¿En serio?

Él asintió con la cabeza y me dijo:

—Leeteuk hizo todo lo posible para ayudarnos con la situación con Jinki, y Sungmin va a necesitar un amigo si las cosas están mal. Además, Kyuhyun pasó demasiado tiempo en un hospital con Shindong, estoy seguro de que puede necesitar una distracción de los malos recuerdos si van a estar allí por un tiempo. Eso es lo que hacemos, nos encargamos los unos de los otros.

—Te amo más que a nada, Kibum. Todos los días se siente como mucho más que el día anterior.

Estuve de acuerdo en que debíamos ir y le pedí a Kangin que les dejara saber a todos lo que pasó si preguntaban. Yo no quería hacer un anuncio porque sabía que si lo hacía todo el bar empacaría y se dirigiría a la sala de emergencias y hoy no era un día para eso. Había demasiadas despedidas que decir y también muchas novedades para disfrutar.

Conseguí el abrigo de Kibum y le dije a Henry lo que estaba pasando. Él me dio un apretado abrazo de un brazo que tenía más de golpes en la espalda que de abrazo y me dijo que mis botas necesitaban más polvo de Hyehwadong en ellas. Realmente iba a extrañar al hijo de puta en apretados pantalones.

Una vez que estuvimos en el auto Kibum se acercó y puso su mano en mi rodilla mientras conducíamos por las oscuras calles de Seúl.

—No importan las vueltas y reveses que tenga la vida, siempre que estés allí en el final de la misma estaré feliz, Jjong.

Sentí sus palabras extenderse y ampliarse en mi pecho por lo que no había lugar para que estuviera vacío, no había lugar para tener miedo de lo que podría o no podría suceder en el futuro. Cualquier mala suerte que podría haber tenido palidecía en comparación con la buena fortuna suprema que me había dado este joven como mío. Lo miré por el rabillo de mi ojo y le dije lo único que podía:

—Soy un hombre afortunado.






***

Cuando comencé a publicar el fic, tuvimos la terrible noticia de la muerte de Jjong, tenía programado hasta el capítulo 6, y solo había publicado el primer capítulo un día antes. La verdad como dije ese dia, si no hubiera terminado de adaptarlo, no creo que lo habría subido. No sé quien lo haya leído hasta el final y lo entiendo... subirlo no fue fácil y mas por que lo hice el dia 20 de Diciembre. 

Espero que donde esté Jjong, éste feliz y velando por su familia, por Shinee y por todos los que lo quisieron.






3 comentarios:

  1. Lo termine y sin duda lo leere 100 veces, el recuerdo de Jjong para mi nunca sera algo triste

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  2. Bonito...todo fue bonito con ellos.
    Así debería ser para todos.
    Teuk herido...nooooooo
    Pero creo vendría siendo lógico...necesitamos que Kangin tome cartas en el asunto *0* ese policia necesita cuidado.

    Gracias por publicarlo y terminarlo. Para muchas o al menos para mi,será el último JongJey que leere.
    Gracias.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...