Era imposible volver a dormir después de todo
esto, así que para cuando Jjong y yo tuvimos que ir a trabajar los dos nos
estábamos arrastrando. Él aún más ya que tuvo que ir
antes de lo normal para compensar la cita que
había perdido el día que llegó tarde y con resaca.
Jinkig no quería estar sola en el apartamento
y no podía culparlo. Así que decidí llevarlo a la tienda conmigo y ponerlo a
trabajar en el almacén. Todo fue finalmente etiquetado, organizado, y puesto en
el inventario. Tardamos solamente alrededor de una semana en tener la tienda en
pleno funcionamiento encima del salón de tatuajes y ya había en mi bandeja de
entrada consultas sobre pedidos de productos en línea.
Ambas tiendas estaban muy ocupadas, los chicos
y los nuevos artistas estaban todos reservados con un mes de antelación, así
que sabía que Kyuhyun y Hyukjae iban a tener que contratar a alguien
específicamente para gestionar los aspectos comerciales del negocio. Era bueno
tener este tipo de problemas, solo esperaba que los chicos lo vieran del mismo
modo.
Heechul estaba emocionado de tener manos extra
alrededor para los días ocupados. Él, de hecho, había fijado un par de
perforaciones para la tarde, así que puso a Jinki a trabajar en la
actualización de los portafolios de la oficina y en una especie de hoja de
cálculo que tenía algo que ver con el material de oficina y otras cosas que los
chicos necesitaban en sus puestos.
Sentí mi mandíbula caer cuando alcancé su
pequeña mano en la mía.
—¿Te has comprometido?
La tienda estaba llena y había un montón de
parloteo en el fondo, pero cuando hice la pregunta el lugar estuvo de repente
tan silencioso que se podía oír caer un alfiler. Heechul tiró de su mano hacia
atrás y un rubor caliente y rosa cubrió su rostro. Su ojo turquesa brillaba
hacia mí con humor y el marrón se volvió todo fundido y suave.
—Puede. —Me reí de él y volví a alcanzar su
mano para mirar el anillo en su mano izquierda.
Este era Heechul después de todo, ni un
diamante aburrido ni el oro tradicional serviría. En su lugar, era un anillo
que se retorcía alrededor de su dedo y tenía dos gemas colocadas oponiéndose
una al lado de la otra, una era un topacio de un cremoso dorado y el otro un
zafiro de azul prístino. No era una coincidencia exacta con el color de sus
ojos de dos tonos pero la idea estaba allí y era obvia. Nunca habría imaginado
a un tipo grande y rudo como Lee Siwon consiguiendo algo como un anillo de
compromiso tan perfectamente correcto.
Sentí a Jjong sobre mi hombro mientras
extendía un brazo y me quitaba la mano de Heechul.
—Sabía que él estaba tramando algo anoche.
Bastardo reservado. —Dejó caer la mano de Heechul y apretó la parte posterior
de mi cuello. No estaba seguro de sí era una advertencia de que no debía
hacerme ideas o un aviso de que algo como este hermoso anillo estaría en mi
futuro próximo—. Felicidades, pero ¿por qué no dijiste nada, Rella.
Heechul se encogió de hombros y los dejó caer.
—No sé. Todavía estoy en estado de shock.
Jjong se rio.
—Oh, vamos. Todos sabemos que Siwon es un tipo
pasado de moda en su corazón. Por supuesto que iba a hacerte un joven honesto y pedirte
que te casaras con él.
Heechul sostuvo su mano frente a él y la movió
de modo que la luz exterior brillase y resplandeciese en las joyas.
—Él no me lo pidió. —Levantó ambas cejas y una
irónica sonrisa tiró de su boca—. Me lo dijo.
Eso hizo reír a Jjong y yo solo la miré
boquiabierta.
—¡Tienes que estar bromeando!
—Nop. Me llevó a cenar, lo que fue muy
agradable ya que no tenemos mucho tiempo a solas desde que Minki nació.
Volvimos a casa y pensé que mi papá y el bebé iban a estar allí, pero Siwon le
había pedido a papá que se lo llevara durante la noche. —Parpadeó rápidamente y
arrugó la nariz. Pensé que estaba a punto de llorar antes de que continuara—.
También le había pedido permiso a mi papá, lo que es una locura. Siwon nunca le
pide nada a nadie. —Se puso una mano en el pecho y suspiró—. Se puso de
rodillas y me dijo que no le importaba si vivíamos de alquiler toda la vida o
si vivíamos en una tienda en el bosque, siempre y cuando estuviéramos juntos
para siempre. Entonces me dijo que me iba a casar con él, que no tenía otra
opción. —Me mostró rápidamente el anillo—. Luego me puso esto y me dijo que no
tengo permitido sacármelo nunca.
No pensé que eso sonara muy romántico pero
aparentemente lo había sido porque era la única vez que podía recordar haber
visto a Heechul con ojos soñadores.
—Bueno, felicidades. —Yo estaba realmente muy
feliz por él. Era un joven genial y tenía una hermosa familia. Era un agradable
cambio de ritmo del horror que había pasado afuera de mi puerta esta madrugada.
—Estuve comprometido hace un millón de años y
fue un espectáculo de mierda. Todo se siente diferente con la persona adecuada.
Es como si simplemente se asentara en tus huesos y sabes que es la forma en que
se supone que tiene que ser.
Los dedos de Jjong apretaron la parte de atrás
de mi cuello y lo miré inclinando la cabeza un poco hacia atrás.
—Bueno, dile al gran chico que todos estamos
muy contentos por los dos y, ¿te das cuenta de que eso significa que Hyukjae
estará a cargo de la despedida de soltero de Siwon cuando llegue el momento,
no?
Él abrió la boca y la cerró de golpe.
Entrecerró los ojos hacia Jjong.
—Sobre mi cadáver.
Se giró sobre sus botas de combate y se
dirigió hacia las escaleras. Jjong soltó su agarre sobre mí y apoyó la cadera en
el borde del escritorio. Cambió al tema que estaba tratando de evitar pensar
activamente.
—Creo que deberías tú y Jinki deberían empacar
y venir a mi casa por unos días mientras la policía intenta encontrar a este
tipo, Oliver, para darle la orden de restricción.
Ya que el marido de mi hermano, del que se
había separado, no estaba en la zona y no podíamos averiguar cómo había
localizado a Jinki, encontrarlo era una tarea mucho más difícil de lo que
debería haber sido. Y en realidad, una orden de restricción no era ningún tipo
de protección garantizada.
Leeteuk había sido brutalmente claro con Jinki
cuando le explicó que todo lo que hacía era permitir a la policía arrestar a
Oliver por violar la orden, pero él muy bien podría ir directamente hacia él si
estaba tan decidido a hacerlo como parecía.
Apoyé el codo en el borde del escritorio y lo
miré a través de mis pestañas.
—Sí. Eso probablemente la hará sentirse un
poco mejor sobre el tema. —Suspiré—. Probablemente también me hará sentir mejor
sobre el tema. Extendió la mano y tiró suavemente de los extremos de mi
cabello.
—Lo encontrarán.
—¿Cómo crees que él si quiera supo dónde
buscarlo, dónde vivía yo?
—No lo sé. Puede que te buscara en internet.
Todo lo que tendría que hacer es buscar en Google y tú apareces como el gestor
de las tiendas de aquí. No estoy seguro de cómo lo redujo al complejo de
apartamentos donde vives sin embargo. ¿Crees que Jinki le dijo a alguien que
estaba contigo?
Había algo entre líneas allí que no quería oír
a pesar de que era fuerte y claro. Suspiré y me moví para apoyar la frente
contra el duro músculo de su muslo.
—Crees que él habló con uno de mis padres,
¿no?
Puso su mano en la parte posterior de mi
cabeza y masajeó mi cuero cabelludo.
—Alejarse fue diferente para ti. Nunca te
importó lo que pensaban, nunca quisiste encajar en el molde que habían creado
para ti. Jinki no era así. Él valoraba la opinión de su padre. Quería
complacerlo y hacer que lo amara incondicionalmente. Eso es un hábito del que
es difícil librarse.
Levanté la cabeza y me puse de pie por lo que
estaba justo a su lado. Si estuviéramos en cualquier lugar y no en el trabajo,
probablemente habría saltado sobre él y besado todo su cuerpo.
—¿Puedes vigilar el frente por mí por un
segundo? Quiero ir arriba y hablar con él muy rápido.
Asintió y cruzó los brazos sobre el pecho.
—Tómatelo con calma con él. Sé que ha sido
mucho tiempo y un montón de kilómetros para ti, pero inténtalo y recuerda cómo
era vivir bajo su pulgar y bajo su techo.
No pude resistir la tentación de recorrer la
punta de mis dedos por la forma de su bíceps flexionado seductoramente mientras
me movía a su alrededor y me dirigía escaleras arriba. La puerta del despacho
de Heechul estaba abierta y él estaba hablando por teléfono en su escritorio. Jinki
estaba de pie enfrente de uno de los espejos deformes haciéndose muecas a él
mismo, lo que me hizo reír en voz alta y le hizo girarse para mirarme.
—¿Qué? ¿No es eso lo que se supone que debes
hacer en ellos? No sé cómo alguien va a usarlos cuando se pruebe la ropa. Hacen
que tu reflejo sea una locura y totalmente poco favorecedor.
—Hay espejos normales en los probadores.
Él se dirigió hacia mí y se sentó en la
tumbona vintage de terciopelo que estaba en medio de la habitación.
—Este lugar es genial, Kibum. Veo mucho de ti
en él. Estos son el lugar y trabajo perfecto para ti.
—Va a ser aún mejor cuando los chicos
encuentren tiempo para agregar arte a la colección, y todavía estoy
persuadiendo a Jjong para que convenza al grupo de que hagan un sexy
calendario.
Se rio de eso a pesar que yo era mortalmente
seria sobre ello. Éstos volarían de las estanterías si pudiera conseguir que
los chicos estuvieran de acuerdo sobre esto. Sabía que era una posibilidad
remota, pero seguía gustándome mucho la idea.
Extendí la mano y la puse en su hombro.
—Quiero preguntarte algo y quiero que seas
honesta conmigo, Jinki. ¿Le dijiste a mamá o papá que estabas aquí en Seúl
conmigo? Solo quiero saber cómo averiguó Oliver exactamente dónde está mi apartamento.
Seúl es una ciudad bastante grande. No es como si se tropezase con él en un
golpe de suerte.
Lo vi palidecer, su mirada se amplió y vi su
labio inferior empezar a temblar. Apreté su hombro para consolarlo y lo atraje
hacia adelante a un abrazo con un solo brazo.
—Jinki, está bien. Solo quería saberlo. Quiero
mantenerte a salvo.
—Llamé a mamá para decirle que estaba bien.
Una cosa era papá justificando a Oliver por herirme, pero pensé que no había
manera de que una madre pudiera tolerar que eso le pasara a su hijo. Le dije
que me estaba quedando contigo y que volvería pronto para recoger mis cosas y
que iba a pedir el divorcio. —Tragó saliva y se apartó de mí para así poder pasarse
las manos por el cabello—. Mamá me dijo que volviera a casa. Dijo que todo
podía resolverse si tengo suficiente fe y que debería confiar en Dios y buscar
consejo… Me dijo que estaba decepcionada de mí y que papá estaba devastado por
mi traición. —Se echó a reír tan bruscamente que me sorprendió que no derramara
sangre cuando la dejó salir—. Mi traición. ¿Puedes creerlo?
—Bueno, por supuesto que podía. Fue por eso
que me había ido, pero ella seguía hablando, así que no tuve la oportunidad de
decírselo. No le dije dónde estaba tu apartamento, sin embargo. Nunca haría eso.
Sé que si quisieras que supieran dónde vives, se lo habrías dicho tú mismo.
—Oh, Jinki.
—Lo sé. Siento que debería haberlo sabido
mejor. La idea de que Oliver podría haber estado vigilándote, podría haberte
seguido a casa del trabajo o algo, hace que me duela la piel. Sé que es
peligroso y no puedo creer que te haya puesto en un peligro tan imprudentemente
después de que me ayudaras sin preguntar.
La idea de que su marido podría haberme
seguido para averiguar dónde vivía nunca se me había ocurrido, pero hizo que se
me pusiera la piel de gallina. Eso era sin duda inquietante.
—Es duro cuando te das cuenta que la gente que
más te quiere de hecho es la que menos se preocupa por ti. Papá siempre ha
estado más centrado en la iglesia y en su imagen que en lo que estaba
ocurriendo bajo su propio techo. Pensó que el control y el dominio eran un
sustituto para el amor y la comprensión. —Le puse mis ojos en blanco—. Y mamá
se limitó a seguir su ejemplo. Nunca hubo una habitación en esa casa en que no
fuéramos otra cosa que sus pequeños y perfectos muñecos. No se suponía que nos
distinguiéramos del resto, y cuando lo hicimos —me encogí de hombros—, no lo
pudieron manejar. Necesitas decirte a ti mismo una y otra vez que nada de esto
es tu culpa.
—Siento como si todo lo fuera, sin embargo.
Lo abracé de nuevo, dándome cuenta de que mi
hermano eventualmente iba a necesitar ayuda profesional cuando todo esto se
calmara. Él había estado en la mezcla de las maquinaciones de mi papá y en una
relación abusiva por demasiado tiempo para que mi amor y apoyo fuesen
suficiente para que pudiera asimilar todo.
—Jjong quiere que nos vayamos a su casa hasta
que sepamos a ciencia cierta que a Oliver le ha llegado la orden de
restricción. Leeteuk dijo que cuando la policía lo encuentre tratará de
convencerlo de que lo mejor que puede hacer es regresar a Hyehwadong, pero
hasta que esto ocurra acamparemos en en su apartamento de soltero.
Él refunfuñó algo en voz baja y se puso de pie
delante de mí para poder caminar de un lado a otro frente a mí de forma
agitada.
—Tú y Jjong deberían pasar el rato y disfrutar
pasando tiempo juntos. Les tomó toda la vida finalmente conseguir estar juntos
y aquí estoy yo, justo en medio de esto una vez más.
No hacía mucho tiempo la idea de Jinki estando
entre él y yo me habría hecho rechazar a Jjong y alejarlo otra vez. El miedo de
que lo que él solía sentir por mi hermano de alguna manera sobrepasaría a lo
que ahora sentía por mí había desaparecido.
Lo podía ver cuando él me miraba ahora. Lo
sentía en cada toque y lo veía en cada sonrisa ladeada que me lanzaba. Cuando
él amaba, amaba totalmente, completamente y para siempre. Lo sabía hasta en mis
huesos, justo como Heechul había dicho. Lo que había entre nosotros era simplemente
correcto, siempre lo había sido. Los dos necesitábamos tiempo para crecer y
dejar que encontráramos nuestro su camino hacia un lugar sólido y próspero para
que ambos pudiéramos disfrutar de ello.
—No estás en medio de nosotros, estás rodeado
por nosotros porque ambos nos preocupamos mucho por ti y no queremos que te
lastimen más. Ambos te hemos estado protegiendo desde lejos por años. Ahora
somos un frente unido y Dios ayude a cualquiera que intente llegar a nosotros. —Levanté
mis cejas y le di una mirada dura—. Incluyendo a mamá y papá.
Cerró los ojos y puso la palma de su mano
sobre ellos.
—Simplemente estoy tan cansado de todo esto, Kibum.
¿Quién podría culparlo? Miré hacia arriba y vi
a Heechul salir de la oficina. Tenía una sonrisa permanente en su rostro y en
realidad, con el lindo hermoso y el hombre aún más hermoso que se lo había
dado, tenía todas las razones para iluminarse de felicidad por dentro y por
fuera.
—No pretendo entrometerme. —Claro que sí. Era
la satisfacción en la vida de Heechul, llegar justo en medio de cualquier drama
que pasara en el mundo SMarked, así que solo le puse los ojos en blanco y me
levanté—. Pero ambos se ven exhaustos y mi papá aún tiene a mi bebé, así que no
es necesario que esté en casa hasta más tarde. ¿Por qué no van a la casa de
Jjong y descansan lo que queda del día? —Su ceja perforada se movió hacia
arriba, haciéndole verse como un hada mala—. Yo vigilaré el frente y cerraré la
tienda cuando el último cliente se vaya.
Era oficial: era parte de la familia. Heechul
se estaba ofreciendo a cuidar de mí tal y como hacía con el resto del grupo.
Podría haberlo besado por eso. Miré a mi hermano y no dudé en que una siesta
podría hacerle bien. Tenía círculos negros debajo de sus ojos y se veían
agotados y vacíos. Literalmente podía ver cómo le dolían el corazón y el alma
en su mirada oscurecida.
—Creo que es una buena idea. Llamaré a Leeteuk
en el camino y veré si tiene alguna información sobre Oliver.
Con solemnidad, Heechul me dijo:
—No es la primera vez que un chico que no
puede aceptar un “no” por respuesta, hace estragos con una de nuestros jovencitos.
Sé lo estresante y peligrosa que puede ser la situación. Necesitas cuidarla.
Rodeé la tumbona y agarré a Heechul en un
fuerte abrazo, y algo me impactó definitiva y permanentemente cuando le
agradecí y él me abrazó y me dijo inesperadamente:
—Cuidamos de los nuestros.
Jinkig también se puso de pie y le dio una
leve sonrisa a Heechul.
—Estoy muy feliz de que mi hermano los
encontrara a ustedes y a este lugar. En verdad pienso que aquí es donde siempre
estuvo destinado a estar.
Heechul se rio y nos siguió escaleras abajo
mientras nos dirigíamos de regreso a la tienda.
—Por supuesto que es donde está destinado a
estar. Jjong está aquí y creo que es bastante obvio para cualquiera que
estuviera prestando atención que ellos estaban obligados a terminar juntos.
Fuimos hacia la planta baja y tuve que esperar
un momento para que Jjong levantara la vista de lo que estaba haciendo. Y
cuando lo hizo, sus ojos ahuyentaron algo del frío causado por el miedo y la
preocupación.
—Voy a llevar a Jinki a tu casa. Está cansado
y pendiendo de un hilo.
Él miró a mí alrededor, hacia mi hermano que
languidecía rápidamente y asintió con la cabeza.
—Está bien. ¿Me das veinte minutos y te sigo?
Así podré saber que están a salvo. Puedo cancelar mis últimas citas de hoy.
Me sentiría mejor con él ahí, pero supuse que Jinki
y yo estaríamos bien siempre y cuando permaneciéramos juntos y no fuéramos a mi
casa, sino a la de él.
—No te preocupes, pero si quieres ir a casa
más temprano cuando hayas acabado, no me quejaré. Jinki en verdad necesita
descansar. ¿Puedes pasar por mi casa y recoger a Kkomde y otras cosas para Jinki
cuando vayas?
Él le dijo a su cliente que le diera un
segundo puso abajo la máquina que estaba usando y se quitó los guantes de látex
negros que cubrían sus manos. Se levantó y sacó sus llaves del bolsillo. Jugó
con el llavero hasta que me entregó dos llaves sueltas. Las puso en mi palma,
luego se inclinó para que su boca quedara justo al lado de mi oreja y susurró:
—Otra primera vez. Ninguna chica ha tenido
antes las lleves de mi casa.
Me calenté por completo y quise besarle la
cara, pero estábamos en el trabajo y no era el momento. Puse mis dedos
alrededor del metal y le sonreí.
—La primera y última vez.
Levantó la barbilla en señal de acuerdo y se
giró para volver y terminar el impresionante tatuaje de una geisha que le
estaba haciendo a su cliente.
Al llegar al complejo de apartamentos de
Jjong, planeábamos, por un acuerdo tácito, entrar rápidamente para estar seguros.
Estaba a punto de cerrar la puerta del auto y bloquear las puertas detrás de
mí, cuando el motor de otro auto aceleró y los frenos chirriaron, y me detuve
en seco. Miré por encima de la puerta que estaba sosteniendo y sentí que toda
la sangre se iba de mi rostro.
Un sedán se detuvo al lado de mi auto y la
puerta del conductor se abrió violentamente. Antes de que pudiera reaccionar de
otra manera que no fuera congelarme por la sorpresa y conmoción, un hombre de
baja estatura salió del auto y señaló a mi hermano que se movía nerviosamente
en la acera al lado de mi auto. Sabía que esta no era una buena situación.
—Sube al auto, Jinki. —No gritó, no adoptó una
postura, simplemente le dijo qué hacer en una calmada y fría voz que era
atemorizante.
—No. —Jinki no lo dijo. Fui yo. Pero no había
posibilidad alguna de que fuera a dejarlo irse a algún lado con él. Se veía
desaliñado y enloquecido y era obvio el
peligro que desprendía.
Vibró por la ira cuando le ladré la negativa,
y en lugar de discutir o levantarme la voz e ir por mí, metódicamente sacó un
arma de algún lugar detrás de su espalda y la apuntó hacia mí.
Había vivido en muchas ciudades y no siempre
en un buen vecindario. Había visto armas con anterioridad e incluso presenciado
violencia armada en algún club aquí y allá en el camino. Lo que nunca me había
pasado era estar enfrentando el cañón de un hombre claramente listo para apretar
el gatillo.
—Entra. Al. Auto. Jinki. —Cada palabra era
hueca, deliberada y envuelta con maldad.
Podía oír a mi hermano gimotear y sentí la
tensión entre todos nosotros terminar y gritar con la necesidad de romperse.
Mis manos rodearon el marco de la puerta mientras miraba fijamente el arma.
—¡Muévete! O le dispararé a tu hermano. De
todos modos debería hacerlo, como favor a tu padre.
Tragué con fuerza pero me negué a reaccionar.
Sentía que si pestañeaba de la manera equivocada, él se sentiría justificado
para apretar el gatillo. ¿Por qué no había pensado más en esto? Por supuesto
que si él me había seguido a casa para ver dónde vivía, el lunático me habría
seguido a la casa de Jjong también. Demonios, el desgraciado bien podría haber
estado acechando afuera de la tienda todo el día, esperando su momento. Me
sentí como un idiota, y mi hermano iba a ser la que sufriría.
—Dios mío —susurró Jinkig las palabras y lo vi
moverse por el rabillo del ojo.
—¡No! —No pude evitar ordenarle y me
sobresalté cuando el arma se disparó en un estruendoso BANG..
No puedes dejarlo asi!!!
ResponderEliminarmi corazon no puede con tanto!
No me sorprende que el tipo ese haya ido en busca del jinki
ResponderEliminarNo se podia esñerar menos de alguien así,pero estos por qué no tomaron sus precauciones. Era obvio que si dio con la casa de Kibum,lo demás era fácil...dios.
Y cuando le pego al perro,casi me daban ganas de meterme y darle una paliza 😡
Jo...se nos casa Hee
Eso era lo que Siwon de traía entre manos ...muy bien por ellos...*0*