Marcado V -20




Era imposible volver a dormir después de todo esto, así que para cuando Jjong y yo tuvimos que ir a trabajar los dos nos estábamos arrastrando. Él aún más ya que tuvo que ir
antes de lo normal para compensar la cita que había perdido el día que llegó tarde y con resaca.

Jinkig no quería estar sola en el apartamento y no podía culparlo. Así que decidí llevarlo a la tienda conmigo y ponerlo a trabajar en el almacén. Todo fue finalmente etiquetado, organizado, y puesto en el inventario. Tardamos solamente alrededor de una semana en tener la tienda en pleno funcionamiento encima del salón de tatuajes y ya había en mi bandeja de entrada consultas sobre pedidos de productos en línea.

Ambas tiendas estaban muy ocupadas, los chicos y los nuevos artistas estaban todos reservados con un mes de antelación, así que sabía que Kyuhyun y Hyukjae iban a tener que contratar a alguien específicamente para gestionar los aspectos comerciales del negocio. Era bueno tener este tipo de problemas, solo esperaba que los chicos lo vieran del mismo modo.

Heechul estaba emocionado de tener manos extra alrededor para los días ocupados. Él, de hecho, había fijado un par de perforaciones para la tarde, así que puso a Jinki a trabajar en la actualización de los portafolios de la oficina y en una especie de hoja de cálculo que tenía algo que ver con el material de oficina y otras cosas que los chicos necesitaban en sus puestos.

Heechul estaba nervioso por las toallas de papel o algo parecido, lo que hizo reír a Jinki. Parecía más hiperactivo y ruidoso de lo habitual, lo suficiente para que Jjong le preguntara al respecto. Él simplemente no le hizo caso y dejó el tema, al menos hasta que se fue al mostrador con su cliente, una chica que había querido unos dermales detrás de sus orejas y noté un gran, gordo, y brillante anillo en ese dedo importantísimo mientras Heechul me entregaba los trámites de compra.

Sentí mi mandíbula caer cuando alcancé su pequeña mano en la mía.

—¿Te has comprometido?

La tienda estaba llena y había un montón de parloteo en el fondo, pero cuando hice la pregunta el lugar estuvo de repente tan silencioso que se podía oír caer un alfiler. Heechul tiró de su mano hacia atrás y un rubor caliente y rosa cubrió su rostro. Su ojo turquesa brillaba hacia mí con humor y el marrón se volvió todo fundido y suave.

—Puede. —Me reí de él y volví a alcanzar su mano para mirar el anillo en su mano izquierda.

Este era Heechul después de todo, ni un diamante aburrido ni el oro tradicional serviría. En su lugar, era un anillo que se retorcía alrededor de su dedo y tenía dos gemas colocadas oponiéndose una al lado de la otra, una era un topacio de un cremoso dorado y el otro un zafiro de azul prístino. No era una coincidencia exacta con el color de sus ojos de dos tonos pero la idea estaba allí y era obvia. Nunca habría imaginado a un tipo grande y rudo como Lee Siwon consiguiendo algo como un anillo de compromiso tan perfectamente correcto.

Sentí a Jjong sobre mi hombro mientras extendía un brazo y me quitaba la mano de Heechul.

—Sabía que él estaba tramando algo anoche. Bastardo reservado. —Dejó caer la mano de Heechul y apretó la parte posterior de mi cuello. No estaba seguro de sí era una advertencia de que no debía hacerme ideas o un aviso de que algo como este hermoso anillo estaría en mi futuro próximo—. Felicidades, pero ¿por qué no dijiste nada, Rella.

Heechul se encogió de hombros y los dejó caer.

—No sé. Todavía estoy en estado de shock.

Jjong se rio.

—Oh, vamos. Todos sabemos que Siwon es un tipo pasado de moda en su corazón. Por supuesto que iba a hacerte un joven honesto  y pedirte  que  te casaras con él.

Heechul sostuvo su mano frente a él y la movió de modo que la luz exterior brillase y resplandeciese en las joyas.

—Él no me lo pidió. —Levantó ambas cejas y una irónica sonrisa tiró de su boca—. Me lo dijo.

Eso hizo reír a Jjong y yo solo la miré boquiabierta.

—¡Tienes que estar bromeando!

—Nop. Me llevó a cenar, lo que fue muy agradable ya que no tenemos mucho tiempo a solas desde que Minki nació. Volvimos a casa y pensé que mi papá y el bebé iban a estar allí, pero Siwon le había pedido a papá que se lo llevara durante la noche. —Parpadeó rápidamente y arrugó la nariz. Pensé que estaba a punto de llorar antes de que continuara—. También le había pedido permiso a mi papá, lo que es una locura. Siwon nunca le pide nada a nadie. —Se puso una mano en el pecho y suspiró—. Se puso de rodillas y me dijo que no le importaba si vivíamos de alquiler toda la vida o si vivíamos en una tienda en el bosque, siempre y cuando estuviéramos juntos para siempre. Entonces me dijo que me iba a casar con él, que no tenía otra opción. —Me mostró rápidamente el anillo—. Luego me puso esto y me dijo que no tengo permitido sacármelo nunca.

No pensé que eso sonara muy romántico pero aparentemente lo había sido porque era la única vez que podía recordar haber visto a Heechul con ojos soñadores.

—Bueno, felicidades. —Yo estaba realmente muy feliz por él. Era un joven genial y tenía una hermosa familia. Era un agradable cambio de ritmo del horror que había pasado afuera de mi puerta esta madrugada.

—Estuve comprometido hace un millón de años y fue un espectáculo de mierda. Todo se siente diferente con la persona adecuada. Es como si simplemente se asentara en tus huesos y sabes que es la forma en que se supone que tiene que ser.

Los dedos de Jjong apretaron la parte de atrás de mi cuello y lo miré inclinando la cabeza un poco hacia atrás.

—Bueno, dile al gran chico que todos estamos muy contentos por los dos y, ¿te das cuenta de que eso significa que Hyukjae estará a cargo de la despedida de soltero de Siwon cuando llegue el momento, no?

Él abrió la boca y la cerró de golpe. Entrecerró los ojos hacia Jjong.

—Sobre mi cadáver.

Se giró sobre sus botas de combate y se dirigió hacia las escaleras. Jjong soltó su agarre sobre mí y apoyó la cadera en el borde del escritorio. Cambió al tema que estaba tratando de evitar pensar activamente.

—Creo que deberías tú y Jinki deberían empacar y venir a mi casa por unos días mientras la policía intenta encontrar a este tipo, Oliver, para darle la orden de restricción.

Ya que el marido de mi hermano, del que se había separado, no estaba en la zona y no podíamos averiguar cómo había localizado a Jinki, encontrarlo era una tarea mucho más difícil de lo que debería haber sido. Y en realidad, una orden de restricción no era ningún tipo de protección garantizada.

Leeteuk había sido brutalmente claro con Jinki cuando le explicó que todo lo que hacía era permitir a la policía arrestar a Oliver por violar la orden, pero él muy bien podría ir directamente hacia él si estaba tan decidido a hacerlo como parecía.

Apoyé el codo en el borde del escritorio y lo miré a través de mis pestañas.

—Sí. Eso probablemente la hará sentirse un poco mejor sobre el tema. —Suspiré—. Probablemente también me hará sentir mejor sobre el tema. Extendió la mano y tiró suavemente de los extremos de mi cabello.

—Lo encontrarán.

—¿Cómo crees que él si quiera supo dónde buscarlo, dónde vivía yo?

—No lo sé. Puede que te buscara en internet. Todo lo que tendría que hacer es buscar en Google y tú apareces como el gestor de las tiendas de aquí. No estoy seguro de cómo lo redujo al complejo de apartamentos donde vives sin embargo. ¿Crees que Jinki le dijo a alguien que estaba contigo?

Había algo entre líneas allí que no quería oír a pesar de que era fuerte y claro. Suspiré y me moví para apoyar la frente contra el duro músculo de su muslo.

—Crees que él habló con uno de mis padres, ¿no?

Puso su mano en la parte posterior de mi cabeza y masajeó mi cuero cabelludo.

—Alejarse fue diferente para ti. Nunca te importó lo que pensaban, nunca quisiste encajar en el molde que habían creado para ti. Jinki no era así. Él valoraba la opinión de su padre. Quería complacerlo y hacer que lo amara incondicionalmente. Eso es un hábito del que es difícil librarse.

Levanté la cabeza y me puse de pie por lo que estaba justo a su lado. Si estuviéramos en cualquier lugar y no en el trabajo, probablemente habría saltado sobre él y besado todo su cuerpo.

—¿Puedes vigilar el frente por mí por un segundo? Quiero ir arriba y hablar con él muy rápido.

Asintió y cruzó los brazos sobre el pecho.

—Tómatelo con calma con él. Sé que ha sido mucho tiempo y un montón de kilómetros para ti, pero inténtalo y recuerda cómo era vivir bajo su pulgar y bajo su techo.

No pude resistir la tentación de recorrer la punta de mis dedos por la forma de su bíceps flexionado seductoramente mientras me movía a su alrededor y me dirigía escaleras arriba. La puerta del despacho de Heechul estaba abierta y él estaba hablando por teléfono en su escritorio. Jinki estaba de pie enfrente de uno de los espejos deformes haciéndose muecas a él mismo, lo que me hizo reír en voz alta y le hizo girarse para mirarme.

—¿Qué? ¿No es eso lo que se supone que debes hacer en ellos? No sé cómo alguien va a usarlos cuando se pruebe la ropa. Hacen que tu reflejo sea una locura y totalmente poco favorecedor.

—Hay espejos normales en los probadores.

Él se dirigió hacia mí y se sentó en la tumbona vintage de terciopelo que estaba en medio de la habitación.

—Este lugar es genial, Kibum. Veo mucho de ti en él. Estos son el lugar y trabajo perfecto para ti.

—Va a ser aún mejor cuando los chicos encuentren tiempo para agregar arte a la colección, y todavía estoy persuadiendo a Jjong para que convenza al grupo de que hagan un sexy calendario.

Se rio de eso a pesar que yo era mortalmente seria sobre ello. Éstos volarían de las estanterías si pudiera conseguir que los chicos estuvieran de acuerdo sobre esto. Sabía que era una posibilidad remota, pero seguía gustándome mucho la idea.

Extendí la mano y la puse en su hombro.

—Quiero preguntarte algo y quiero que seas honesta conmigo, Jinki. ¿Le dijiste a mamá o papá que estabas aquí en Seúl conmigo? Solo quiero saber cómo averiguó Oliver exactamente dónde está mi apartamento. Seúl es una ciudad bastante grande. No es como si se tropezase con él en un golpe de suerte.

Lo vi palidecer, su mirada se amplió y vi su labio inferior empezar a temblar. Apreté su hombro para consolarlo y lo atraje hacia adelante a un abrazo con un solo brazo.

—Jinki, está bien. Solo quería saberlo. Quiero mantenerte a salvo.

—Llamé a mamá para decirle que estaba bien. Una cosa era papá justificando a Oliver por herirme, pero pensé que no había manera de que una madre pudiera tolerar que eso le pasara a su hijo. Le dije que me estaba quedando contigo y que volvería pronto para recoger mis cosas y que iba a pedir el divorcio. —Tragó saliva y se apartó de mí para así poder pasarse las manos por el cabello—. Mamá me dijo que volviera a casa. Dijo que todo podía resolverse si tengo suficiente fe y que debería confiar en Dios y buscar consejo… Me dijo que estaba decepcionada de mí y que papá estaba devastado por mi traición. —Se echó a reír tan bruscamente que me sorprendió que no derramara sangre cuando la dejó salir—. Mi traición. ¿Puedes creerlo?

—Bueno, por supuesto que podía. Fue por eso que me había ido, pero ella seguía hablando, así que no tuve la oportunidad de decírselo. No le dije dónde estaba tu apartamento, sin embargo. Nunca haría eso. Sé que si quisieras que supieran dónde vives, se lo habrías dicho tú mismo.

—Oh, Jinki.

—Lo sé. Siento que debería haberlo sabido mejor. La idea de que Oliver podría haber estado vigilándote, podría haberte seguido a casa del trabajo o algo, hace que me duela la piel. Sé que es peligroso y no puedo creer que te haya puesto en un peligro tan imprudentemente después de que me ayudaras sin preguntar.

La idea de que su marido podría haberme seguido para averiguar dónde vivía nunca se me había ocurrido, pero hizo que se me pusiera la piel de gallina. Eso era sin duda inquietante.

—Es duro cuando te das cuenta que la gente que más te quiere de hecho es la que menos se preocupa por ti. Papá siempre ha estado más centrado en la iglesia y en su imagen que en lo que estaba ocurriendo bajo su propio techo. Pensó que el control y el dominio eran un sustituto para el amor y la comprensión. —Le puse mis ojos en blanco—. Y mamá se limitó a seguir su ejemplo. Nunca hubo una habitación en esa casa en que no fuéramos otra cosa que sus pequeños y perfectos muñecos. No se suponía que nos distinguiéramos del resto, y cuando lo hicimos —me encogí de hombros—, no lo pudieron manejar. Necesitas decirte a ti mismo una y otra vez que nada de esto es tu culpa.

—Siento como si todo lo fuera, sin embargo.

Lo abracé de nuevo, dándome cuenta de que mi hermano eventualmente iba a necesitar ayuda profesional cuando todo esto se calmara. Él había estado en la mezcla de las maquinaciones de mi papá y en una relación abusiva por demasiado tiempo para que mi amor y apoyo fuesen suficiente para que pudiera asimilar todo.

—Jjong quiere que nos vayamos a su casa hasta que sepamos a ciencia cierta que a Oliver le ha llegado la orden de restricción. Leeteuk dijo que cuando la policía lo encuentre tratará de convencerlo de que lo mejor que puede hacer es regresar a Hyehwadong, pero hasta que esto ocurra acamparemos en en su apartamento de soltero.

Él refunfuñó algo en voz baja y se puso de pie delante de mí para poder caminar de un lado a otro frente a mí de forma agitada.

—Tú y Jjong deberían pasar el rato y disfrutar pasando tiempo juntos. Les tomó toda la vida finalmente conseguir estar juntos y aquí estoy yo, justo en medio de esto una vez más.

No hacía mucho tiempo la idea de Jinki estando entre él y yo me habría hecho rechazar a Jjong y alejarlo otra vez. El miedo de que lo que él solía sentir por mi hermano de alguna manera sobrepasaría a lo que ahora sentía por mí había desaparecido.

Lo podía ver cuando él me miraba ahora. Lo sentía en cada toque y lo veía en cada sonrisa ladeada que me lanzaba. Cuando él amaba, amaba totalmente, completamente y para siempre. Lo sabía hasta en mis huesos, justo como Heechul había dicho. Lo que había entre nosotros era simplemente correcto, siempre lo había sido. Los dos necesitábamos tiempo para crecer y dejar que encontráramos nuestro su camino hacia un lugar sólido y próspero para que ambos pudiéramos disfrutar de ello.

—No estás en medio de nosotros, estás rodeado por nosotros porque ambos nos preocupamos mucho por ti y no queremos que te lastimen más. Ambos te hemos estado protegiendo desde lejos por años. Ahora somos un frente unido y Dios ayude a cualquiera que intente llegar a nosotros. —Levanté mis cejas y le di una mirada dura—. Incluyendo a mamá y papá.

Cerró los ojos y puso la palma de su mano sobre ellos.

—Simplemente estoy tan cansado de todo esto, Kibum.

¿Quién podría culparlo? Miré hacia arriba y vi a Heechul salir de la oficina. Tenía una sonrisa permanente en su rostro y en realidad, con el lindo hermoso y el hombre aún más hermoso que se lo había dado, tenía todas las razones para iluminarse de felicidad por dentro y por fuera.

—No pretendo entrometerme. —Claro que sí. Era la satisfacción en la vida de Heechul, llegar justo en medio de cualquier drama que pasara en el mundo SMarked, así que solo le puse los ojos en blanco y me levanté—. Pero ambos se ven exhaustos y mi papá aún tiene a mi bebé, así que no es necesario que esté en casa hasta más tarde. ¿Por qué no van a la casa de Jjong y descansan lo que queda del día? —Su ceja perforada se movió hacia arriba, haciéndole verse como un hada mala—. Yo vigilaré el frente y cerraré la tienda cuando el último cliente se vaya.

Era oficial: era parte de la familia. Heechul se estaba ofreciendo a cuidar de mí tal y como hacía con el resto del grupo. Podría haberlo besado por eso. Miré a mi hermano y no dudé en que una siesta podría hacerle bien. Tenía círculos negros debajo de sus ojos y se veían agotados y vacíos. Literalmente podía ver cómo le dolían el corazón y el alma en su mirada oscurecida.

—Creo que es una buena idea. Llamaré a Leeteuk en el camino y veré si tiene alguna información sobre Oliver.

Con solemnidad, Heechul me dijo:

—No es la primera vez que un chico que no puede aceptar un “no” por respuesta, hace estragos con una de nuestros jovencitos. Sé lo estresante y peligrosa que puede ser la situación. Necesitas cuidarla.

Rodeé la tumbona y agarré a Heechul en un fuerte abrazo, y algo me impactó definitiva y permanentemente cuando le agradecí y él me abrazó y me dijo inesperadamente:

—Cuidamos de los nuestros.

Jinkig también se puso de pie y le dio una leve sonrisa a Heechul.

—Estoy muy feliz de que mi hermano los encontrara a ustedes y a este lugar. En verdad pienso que aquí es donde siempre estuvo destinado a estar.

Heechul se rio y nos siguió escaleras abajo mientras nos dirigíamos de regreso a la tienda.

—Por supuesto que es donde está destinado a estar. Jjong está aquí y creo que es bastante obvio para cualquiera que estuviera prestando atención que ellos estaban obligados a terminar juntos.

Fuimos hacia la planta baja y tuve que esperar un momento para que Jjong levantara la vista de lo que estaba haciendo. Y cuando lo hizo, sus ojos ahuyentaron algo del frío causado por el miedo y la preocupación.

—Voy a llevar a Jinki a tu casa. Está cansado y pendiendo de un hilo.

Él miró a mí alrededor, hacia mi hermano que languidecía rápidamente y asintió con la cabeza.

—Está bien. ¿Me das veinte minutos y te sigo? Así podré saber que están a salvo. Puedo cancelar mis últimas citas de hoy.

Me sentiría mejor con él ahí, pero supuse que Jinki y yo estaríamos bien siempre y cuando permaneciéramos juntos y no fuéramos a mi casa, sino a la de él.

—No te preocupes, pero si quieres ir a casa más temprano cuando hayas acabado, no me quejaré. Jinki en verdad necesita descansar. ¿Puedes pasar por mi casa y recoger a Kkomde y otras cosas para Jinki cuando vayas?

Él le dijo a su cliente que le diera un segundo puso abajo la máquina que estaba usando y se quitó los guantes de látex negros que cubrían sus manos. Se levantó y sacó sus llaves del bolsillo. Jugó con el llavero hasta que me entregó dos llaves sueltas. Las puso en mi palma, luego se inclinó para que su boca quedara justo al lado de mi oreja y susurró:
—Otra primera vez. Ninguna chica ha tenido antes las lleves de mi casa.

Me calenté por completo y quise besarle la cara, pero estábamos en el trabajo y no era el momento. Puse mis dedos alrededor del metal y le sonreí.

—La primera y última vez.

Levantó la barbilla en señal de acuerdo y se giró para volver y terminar el impresionante tatuaje de una geisha que le estaba haciendo a su cliente.

Al llegar al complejo de apartamentos de Jjong, planeábamos, por un acuerdo tácito, entrar rápidamente para estar seguros. Estaba a punto de cerrar la puerta del auto y bloquear las puertas detrás de mí, cuando el motor de otro auto aceleró y los frenos chirriaron, y me detuve en seco. Miré por encima de la puerta que estaba sosteniendo y sentí que toda la sangre se iba de mi rostro.

Un sedán se detuvo al lado de mi auto y la puerta del conductor se abrió violentamente. Antes de que pudiera reaccionar de otra manera que no fuera congelarme por la sorpresa y conmoción, un hombre de baja estatura salió del auto y señaló a mi hermano que se movía nerviosamente en la acera al lado de mi auto. Sabía que esta no era una buena situación.

—Sube al auto, Jinki. —No gritó, no adoptó una postura, simplemente le dijo qué hacer en una calmada y fría voz que era atemorizante.

—No. —Jinki no lo dijo. Fui yo. Pero no había posibilidad alguna de que fuera a dejarlo irse a algún lado con él. Se veía desaliñado y enloquecido  y era obvio el peligro que desprendía.
Vibró por la ira cuando le ladré la negativa, y en lugar de discutir o levantarme la voz e ir por mí, metódicamente sacó un arma de algún lugar detrás de su espalda y la apuntó hacia mí.

Había vivido en muchas ciudades y no siempre en un buen vecindario. Había visto armas con anterioridad e incluso presenciado violencia armada en algún club aquí y allá en el camino. Lo que nunca me había pasado era estar enfrentando el cañón de un hombre claramente listo para apretar el gatillo.

—Entra. Al. Auto. Jinki. —Cada palabra era hueca, deliberada y envuelta con maldad.
Podía oír a mi hermano gimotear y sentí la tensión entre todos nosotros terminar y gritar con la necesidad de romperse. Mis manos rodearon el marco de la puerta mientras miraba fijamente el arma.

—¡Muévete! O le dispararé a tu hermano. De todos modos debería hacerlo, como favor a tu padre.

Tragué con fuerza pero me negué a reaccionar. Sentía que si pestañeaba de la manera equivocada, él se sentiría justificado para apretar el gatillo. ¿Por qué no había pensado más en esto? Por supuesto que si él me había seguido a casa para ver dónde vivía, el lunático me habría seguido a la casa de Jjong también. Demonios, el desgraciado bien podría haber estado acechando afuera de la tienda todo el día, esperando su momento. Me sentí como un idiota, y mi hermano iba a ser la que sufriría.

—Dios mío —susurró Jinkig las palabras y lo vi moverse por el rabillo del ojo.

—¡No! —No pude evitar ordenarle y me sobresalté cuando el arma se disparó en un estruendoso BANG..





2 comentarios:

  1. No puedes dejarlo asi!!!
    mi corazon no puede con tanto!

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  2. No me sorprende que el tipo ese haya ido en busca del jinki
    No se podia esñerar menos de alguien así,pero estos por qué no tomaron sus precauciones. Era obvio que si dio con la casa de Kibum,lo demás era fácil...dios.
    Y cuando le pego al perro,casi me daban ganas de meterme y darle una paliza 😡
    Jo...se nos casa Hee
    Eso era lo que Siwon de traía entre manos ...muy bien por ellos...*0*

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...