Debutantes I -7



En la estancia había muchísima gente, Youngwoon consiguió encontrar un sitio en un rincón donde nadie podría oírlos. Y Jungsoo sabía exactamente por qué necesitaba él un poco de intimidad. El pobre estaba muy confuso, y era comprensible.
-¿Sería tan amable de explicarme a qué viene todo esto? -preguntó en cuanto se detuvo y le  soltó el  brazo.
Jungsoo torció el gesto en una mueca.
-¿Debo?
Como respuesta, él se limitó a mirarle, y siguió haciéndolo hasta que Jungsoo hizo otra mueca, esta vez genuina.
-Muy bien. -Suspiró-. Pero esta historia sería mucho más interesante si se la contara otra persona. ¿Está seguro de que no prefiere que se la explique su abuelo? No me cabe la menor duda de que la exageraría para que le causara más impacto. Casi todo el mundo lo hace.
-¿Es amargura lo que aprecio en su voz? -preguntó él. Jungsoo parpadeó y le dedicó una sonrisa.
-Ha descubierto usted mi secreto.
-Soy todo oídos.
-Pero si acaba de oírlo.
Youngwoon se dio dos palmaditas en la oreja, diciendo:
-Entonces, debo de tener algún problema de oído, porque, lo que es oír, aún no he oído nada.
-Caramba. ¿Cómo puede haberse olvidado tan pronto, cuando acaba de decir que ha apreciado mi amargura? Ese es mi secreto. El resto - dijo Jungsoo haciendo un gesto con la mano- es del dominio público. De secreto no tiene nada.
Él volvía a mirarlo de hito en hito, con resolución, indicándole que esta vez sus tonterías no iban a distraerle. No obstante, por si había alguna duda, dijo:
-¿Debo recordarle que no hace mucho que formo parte del público y que cualquier cosa de estas tierras que supuestamente debería saber me es desconocida?
-Entonces, permítame que le dé la versión abreviada, puesto que en realidad no es nada interesante. A los Park, es decir, a mis parientes cercanos, se los conoce porque sus muertes no se deben a causas naturales sino, digamos, a su propia iniciativa. Eso ha dado origen a la conclusión generalizada de que en mi familia  hay «sangre mala» y de que, sin duda, yo seguiré el mismo  camino. Algunas personas, al parecer, son incapaces  de entender por qué sigo vivo. Otras incluso juran que no lo estoy, que sin duda debo de  ser..
-¿Un fantasma?
-Ah. ¿Recuerda que yo lo mencioné?
Él asintió, respondiéndole:
-Creo que preferiría oír la versión larga, la que explica por qué esto le causa a usted cierta amargura.
-En realidad, no siento amargura, Youngwoon. Con franqueza, a veces todo esto me parece divertido, una vez una mujer muy corpulenta, gritó hasta desgañitarse antes de perder el conocimiento y caer al suelo. Puede que no todo el mundo hubiera oído sus gritos, pero seguro que todos la oyeron desplomarse. Hubo incluso quien felicitó a nuestro anfitrión por tener una casa tan sólida como para que el suelo no cediera. Oh, venga. Sé que quiere sonreír.
Youngwoon empezó a reír con suavidad. Luego se interrumpió bruscamente e intentó aparentar seriedad de nuevo. Lo intentó con todas sus fuerzas, pero no lo consiguió. En aquel punto, Jungsoo podría haberlo hecho reír a todo pulmón sin demasiados esfuerzos. Con ello, Youngwoon podría haber olvidado que quería oír la «versión larga». Pero, al final se habría acordado. Y lo mejor sería acabar cuanto antes para que Jungsoo pudiera disfrutar de su única noche en Raccoon Glade.
-Fue mi bisabuelo quien dio pie al rumor quitándose la vida. Nadie sabe a ciencia cierta por qué  lo hizo, pero era evidente que lo había hecho, y su esposa, incapaz de superar aquella tragedia, le imitó  al  cabo de poco. Su única hija, mi abuela, ya estaba casada en aquella época y tenía dos jóvenes hijos, los dos tíos con los que vivo. Ella encajó bien aquella tragedia por partida doble, al menos durante un tiempo. Pero cuando tuvo a su hijo varón, mi padre, bueno, cayó por las escaleras. Mis tíos insisten en que fue un accidente, pero nadie más optó por pensarlo y, de ese modo, surgió la teoría de que tenemos «sangre mala», lo cual se afianzó todavía más cuando mis padres murieron juntos.
-Siento lo de sus padres.
-Yo también. Lo que más siento es no haber llegado a conocerlos, puesto que entonces yo era demasiado pequeño para recordarlos ahora. Pero ellos no se mataron. Comieron algo en mal estado. Hasta el médico, que ya no pudo hacer nada, lo dijo. Sin duda resultaba mucho más jugoso decir que se envenenaron juntos. Y ahora, aunque mis tíos, que son de la misma rama, están sanos y fuertes, y no tienen ninguna intención de tirarse por ningún precipicio, es a mí a quien le toca dar el salto mortal.
-No puedo imaginarme a nadie menos proclive a tomarse las cosas tan en serio como para plantearse siquiera el deseo de acabar con todo.
-Dios santo. Creo que acaba usted de llamarme cabeza hueca.
-Yo no he hecho nada semejante -bufó él.
-Me siento gravemente insultado.
-Es usted un brujo.
Él bufó.
-Y de los malos.
Youngwoon se echó a reír, lo bastante alto como para que se volvieran unas cuantas cabezas. Un individuo que había estado paseándose plato en mano se acercó a ellos. Jungsoo casi pudo notar la  tensión que  se apoderaba de Youngwoon y le molestó que su intento de distraerlo acabara de irse al traste.
-Así que aquí está, y ¿quién es él? -preguntó el individuo-. Creo que no nos conocemos.
Estaba mirando a Youngwoon para que hiciera las presentaciones, pero el escocés se había ruborizado y Jungsoo se dio cuenta, con retraso, de que aún no le había dicho cómo se llamaba. Antes de que Youngwoon tuviera que admitirlo y se sintiera aún más violento, dijo:
-Park Jungsoo.
Al principio, el individuo se sorprendió, pero luego pareció muy encantado.
-¿El fantasma andante? Es todo un placer. Me contrarió mucho no coincidir con usted en Londres. Para serle franco, quería conocer al joven que puso en evidencia a todos esos necios.
Jungsoo sonrió al darse cuenta de que aquel individuo no creía en los rumores que corrían sobre él.
-¿Y usted es?
-Choi Siwon, a sus pies.
-Y también se pone en medio -añadió Youngwoon.
Siwon no se ofendió, sino que pareció haber estado esperando aquel comentario.
-Oh, venga, viejo amigo, no creerá usted que puede monopolizar a un joven tan interesante como el que tenemos aquí, ¿verdad?
-¿No debería estar haciendo compañía a su joven hermano? -le recordó enfáticamente Youngwoon. Siwon parecía horrorizado.
-Está rodeado de un montón de amiguitos que no hacen más que reírse como tontos. Dios me libre de acercarme a ellos. Tenga piedad de mí. Además, debería ser usted quien lo hiciera. Después de todo, es usted quien está buscando pareja, no yo. ¿Cómo va a tomar la decisión apropiada si no se codea con todas?
-Tal vez ya la haya tomado.
-¡No diga eso ni en broma! Mi hermano sentiría una enorme desilusión.
-Su hermano sentiría alivio.
-Entonces, ¿va usted a solicitar su mano?
-Maldita sea, márchese.
Siwon se rió con malicia, satisfecho en apariencia de haber enojado a Youngwoon lo suficiente, por ahora, pero accedió a marcharse diciendo:
-Muy bien, me iré en busca de ese viejo escocés que afirma ser su otro abuelo. Es muy divertido lo que dice de usted, y me encanta tener municiones, por si aún no lo sabe.
Las mejillas de Youngwoon tardaron un buen rato en recobrar su color habitual después de que Siwon se marchara. Jungsoo podría haberlo calmado antes, pero también podría haber empeorado las cosas, puesto que el enfado de Youngwoon venía causado por la rivalidad masculina y eso escapaba a su comprensión. Además, le incomodaba muchísimo pensar que podía ser el motivo por el cual acabaran de discutir.
Al final, decidió que debía de haber sido fruto de su imaginación y, para entonces, Youngwoon ya estaba lo bastante calmado como para preguntarle:
-¿Había oído hablar de él antes de conocerlo?
-No, ¿debería?
Él se encogió de hombros diciendo:
-El viejo Eric está encantado con su presencia. Es hijo de duques, por lo visto.
Jungsoo sonrió.
-Por lo tanto, eso convierte a su hermano en un buen candidato para usted.
-¿Usted cree? A mí me parece un poco cabeza hueca y sí, esta vez lo he dicho. Hasta su hermano está de acuerdo, pero a lo mejor me caso con él solo para  fastidiarle.
-Oh, caramba. No le cae nada bien, ¿verdad?
-Uf, no. ¿Cómo puede preguntármelo cuando tengo unas horribles ganas de aplastarle las narices de un puñetazo?
 ***
Jungsoo estaba disfrutando demasiado como para darse cuenta de que se debía a que Youngwoon no se había separado de él ni un solo instante. Hasta había comido con él, encontrando un par de asientos libres en la sala de música. Luego se habían unido a un juego de cartas en el que había tenido que enseñarle las reglas sobre la marcha, sin que los otros dos jugadores se percataran de ello. Sí, aquello había sido desternillante. Hacía muchísimo tiempo que no se reía tanto.
Cuando Jungsoo cayó al fin en la cuenta de que como invitado de honor, o al menos debido al propósito  de aquella fiesta, Youngwoon debería repartir su tiempo de forma más equitativa entre los invitados, no se lo dijo, como debería haber hecho. Estaba teniendo un ataque de egoísmo y lo reconocía.
Y decidió que, mientras lo reconociera como lo que era, y no intentara engañarse, podía permitírselo solo por aquella vez.
Tampoco intentó engañarse sobre el motivo de que él se quedara a su lado. Se había reído demasiado durante toda la velada como para darle otra impresión que no fuera la de disfrutar en su compañía. No había nada romántico en ello. Jungsoo le hacía reír. Estar con él era divertido.
Sin embargo, para Jungsoo había sido una noche mágica, una velada de ensueño. Pero todos los sueños tienen un final y su noche en Raccoon Glade no era una excepción.
Cuando vio que su tío lo buscaba, con los abrigos en el brazo, se dirigió a Youngwoon y le dijo:
-Debo marcharme.
Él no protestó porque esperaba tenerla allí todos los días que durara la fiesta y por ello dijo:
-Lo veo mañana, entonces.
-No. De hecho... no.
Jungsoo suspiró, lamentando de todo corazón lo que tenía que decirle. Youngwoon ya estaba empezando a fruncir el ceño, pero llevaba toda la velada posponiéndolo y ya no podía esperar más. No obstante, era una lástima, una verdadera lástima, que aquella maravillosa noche, al menos para él, tuviera que terminar de esa forma.
-Cuando usted me invitó, bueno, debido a la sorpresa me olvidé por completo de que mis tíos y yo tenemos ahora mismo un huésped. Yo ni siquiera tendría que haber venido esta noche. No me había comprometido a asistir antes de que mi huésped llegara, y él lo sabe. Así pues, no puedo cometer la incorrección de dejarlo solo otra vez.
-Usted no quiere venir.
Jungsoo sonrió ante aquella errónea conclusión, tan rematadamente ilógica que hasta él tenía que saberlo, y dijo:
-Tonterías.  He disfrutado  mucho  esta  noche.  Me encantaría  volver,  y tal vez  si nuestro  huésped se marcha antes de que termine su fiesta, entonces pueda...
-Tráigalo -lo interrumpió él.
-Ah, Youngwoon. ¿No debería preguntarme de quién se trata antes de hacerme ese ofrecimiento?
-Mientras no sea Heechul...
Él no prosiguió. No pudo evitar fruncir el ceño cuando vio por la expresión de Jungsoo que se trataba precisamente de él.
Casi gruñó cuando al fin consiguió añadir:
-Maldita sea. ¿Qué está haciendo él con usted?
Aquello, al menos, era bastante fácil de explicar.
-Aprovecharse de la misma cortesía que su familia mostró conmigo en nuestra reciente estancia en Londres.
-¿Y hacerle de mensajero era también parte de esa cortesía? - preguntó él.
-No, eso fue para saldar una deuda -dijo Jungsoo, sonriendo aun a pesar del tono malhumorado de Youngwoon-. Él me ofreció su amistad, Youngwoon, y me facilitó mucho  las cosas en Londres. Yo no podía negarme a su petición, aunque en realidad no quería hacerlo, pues me sentía en deuda con él. Pero ahora ya he saldado esa deuda.
-Entonces, ignore que está en su casa, o déjelo de nuevo con su otro tío, como ha hecho esta noche.
Jungsoo negó con la cabeza.
-¿Piensa usted que yo podría comportarme con alguien de forma tan grosera?
Youngwoon permaneció en silencio durante un buen rato y luego suspiró.
-No, sé que usted no haría nada parecido. Y lo dejaré partir antes de que piense que soy un niño mimado, por la forma en que me comporto cada vez que no me salgo con la  mía.
-Yo jamás pensaría eso. -Jungsoo le sonrió traviesa-. Un bruto escocés, tal vez...
-Váyase de una vez -espetó él, sonriendo también.
-Puede que nos veamos en uno de mis paseos -dijo mientras se alejaba.
-Sí, y puede que usted se deshaga de su huésped indeseado antes de lo previsto.
Youngwoon acompañó a Jungsoo y a su tío hasta la puerta y aguardó durante unos instantes junto al mayordomo mientras subían al carruaje, tiempo suficiente como para tomar nota y observar.
-Un joven encantador, nuestro Jungsoo.
Youngwoon miró al mayordomo.
-¿Nuestro? ¿Hace tiempo que lo conoce?
-Sí. Vive aquí casi desde que nació.
-Sus caminatas por el campo, ¿son frecuentes? -preguntó Youngwoon.
-Todos los días, haga el tiempo que haga -respondió -. Prefiere las mañanas, pero a veces vuelve a salir por la tarde.
Youngwoon asintió y pensó en salir a caminar a la mañana siguiente, hasta comprender que pasar con él una o dos horas no bastaría. Y sus dos abuelos montarían en cólera si él desaparecía durante la mayor parte del día, cuando su cometido era dedicarse a encontrar esposo.
Después de aquella agradable velada, la primera en la que había disfrutado desde su llegada a Inglaterra, Youngwoon se fue a la cama de muy mal humor.
 ***
Mientras el carruaje se dirigía a trompicones hacia la casa señorial a la que Jungsoo se refería como la «casita» porque en el pasado había existido otra mansión ducal más grande, Minwoo no dejó de hablar de la fiesta. Jungsoo no le estaba prestando atención, sino que continuaba saboreando sus recuerdos de la velada, hasta oír:
-Le gustas.
Aquel comentario captó de inmediato su atención y no hubo necesidad de que su tío lo pusiera en antecedentes, pues lo conocía lo bastante como para saber a qué se refería.
-Sí, creo que sí, pero no de la forma que tú crees.
Minwoo se ofendió por la parte que tocaba a Jungsoo y bufó:
-¿Y por qué no de esa forma?
-Seamos sinceros, tío Minwoo. Si pusieras a alguien como yo junto a alguien como Heechul o incluso Choi Donghae, ni siquiera repararían en mi presencia. Y lord Eric ha invitado a la crème de la crème para que su nieto tenga tentaciones de contraer matrimonio. Tú has visto con tus propios ojos que los jóvenes que han asistido no eran los mismos aspirantes que acudieron a Londres este año. Algunos sí, pero la mayoría de los que ha invitado Eric no necesitan asistir a fiestas para encontrar esposo. Saben cuánto valen y no necesitan desfilar para que los vean.
-Vaya. Y ¿qué tiene eso que ver con el hecho de que le gustes?
-Nos hemos hecho amigos, nada más -respondió Jungsoo-. Cuando Youngwoon elija esposo, será uno de esos hermosos...
-Tú no eres el feo del baile. Tal vez quieras pensarlo, pero no es así.
Jungsoo suspiró. Desde luego, le agradaba oírlo, pero una de los dos tenía que ser realista, o se le llenaría la cabeza de pájaros y empezaría a abrigar esperanzas de que ocurriera algo imposible.
-¿No crees que me habría dado cuenta si un hombre se hubiera interesado por mí de esa forma? Te lo prometo, tío Minwoo. Youngwoon no me mira ni me ve como a una posible esposo. Más bien, me tiene como a su confidente, alguien que puede ayudarle aconsejándole sobre cuál de esas bellezas le conviene.
-El tiempo lo dirá -respondió Minwoo, por alguna razón poco dispuesto a dar su brazo a  torcer.
Jungsoo, poco dispuesto a seguir discutiendo, dado que prefería continuar saboreando sus recuerdos en silencio, dijo:
-Y dime, ¿por qué has atacado a lord Eric de esa forma esta noche?
-Bueno, no es nada. Solo es nuestro mutuo desagrado que ha vuelto a resurgir.
Pero Minwoo, obligado a ponerse a la defensiva, no dijo nada más durante el resto del  trayecto.

A Jungsoo se le pegaron las sábanas a la mañana siguiente, así que cuando Hyesung entró a despertarlo y mencionó alegremente que le quedaba muy poco tiempo para prepararse, que el carruaje ya estaba esperándolos, estaba aún demasiado adormilado para preguntar a qué se refería. Y Hyesung se marchó demasiado deprisa, antes de que pudiera formularle una pregunta coherente o incluso averiguar de qué carruaje hablaba.
Sin embargo, no se apresuró. Le vino a la memoria la noche anterior y, con una sonrisa, se recostó en la almohada para seguir paladeándola, igual que había hecho al meterse en la cama por la noche. De ahí que no hubiera conciliado el sueño hasta el alba y ahora estuviera adormilado.
Pero entonces Minwoo asomó la cabeza por la puerta de su habitación y dijo:
-Todos estamos listos, querido. Esperándote a ti. Date prisa.
La puerta volvió a cerrarse y Jungsoo, espoleado por la curiosidad, se levantó de un salto y corrió por el pasillo en pos de Minwoo, que ya había descendido la mitad de las  escaleras.
-¿Preparados para qué? ¿Se me ha olvidado que hoy teníamos que hacer algo?
Minwoo frunció el ceño.
-¿No te lo ha dicho el  tonto de mi hermano? Se suponía que iba a despertarte y contártelo. Sabía que  tenía que haberlo hecho yo.
-Bueno, ha mencionado un carruaje...
-Oh, entonces te lo ha dicho. -Minwoo parecía desilusionado, viendo que ya no podría utilizar aquella buena excusa para reñir con su hermano-. Bueno. Date prisa. El cochero lleva ya más de una hora esperando.
Aquello situaba a Jungsoo en un verdadero dilema. Averiguar dónde diablos iban o darle a Minwoo un motivo para estar todo el la de uñas con Hyesung. Así pues, optó por asomarse a la ventana de su habitación, que daba a la fachada de la casa. Y allí estaba el carruaje en cuestión, era otra vez el de Eric.
Le horrorizó la conclusión a la que llegó. Era obvio que Youngwoon había olvidado decirle al cochero que aquella mañana no lo necesitaría, al menos, no para recogerlo a él. Y ahora, debido a aquel olvido sin importancia, sus tíos pensaban que estaban todos invitados a Raccoon Glade, incluido Heechul.
¿Qué otra conclusión podría haber extraído? Se suponía que Jungsoo le había dicho a Youngwoon que no podría regresar a la fiesta, no sin su huésped, y si el carruaje estaba allí, debía de haber venido a recogerlos a todos. No podía pensar otra cosa.
Pensó en volver a meterse en la cama y quedarse allí escondido durante el resto del día. Pensó en darle un golpe a Youngwoon en la cabeza por aquel despiste. Pensó en cuánto se enojaría él cuando Heechul apareciera en su casa. Pero era, culpa suya, un despiste de Youngwoon.
¿Por qué se sentía entonces tan culpable? Tal vez porque sabía, estaba seguro de ello, que Youngwoon iba a echarle la culpa a él de alguna forma, solo porque Heechul era su huésped.
Al final, optó por apresurarse. Tendría que advertir a sus tíos, sin que Heechul lo oyera. Puede que no le cayera muy bien, pero no quería herirlo  explicando que no había conseguido una invitación para él.
Estaban todos aguardándolo, justo en la entrada, y Jungsoo vio que no podría hablar en privado con ninguna de sus tíos a menos que se lo llevara aparte, lo cual probablemente levantaría  sospechas.  Sin embargo, ni siquiera tuvo ocasión de intentarlo porque Heechul lo tomó con brusquedad del brazo y lo llevó casi a rastra al carruaje, tan impaciente estaba por llegar a la fiesta.
El trayecto fue una tortura para Jungsoo, que no cesó de imaginar toda clase de desastres. Llegó a imaginarse a Youngwoon echándolos a todos de su casa.
Fue la impaciencia de Heechul la que al fin brindó a Jungsoo una oportunidad para, al menos, advertir a sus tíos cuando el carruaje llegó a Raccoon Glade y el joven londinense salió en primer lugar. Jungsoo tomó a Minwoo del brazo y se apresuró a susurrarle:
-No deberíamos estar aquí. Youngwoon no lo ha invitado.
Minwoo se limitó a darle unas palmaditas en el brazo y, sin el menor atisbo de preocupación, respondió:
-Entonces, debe de haber cambiado de opinión, porque el conductor nos informó de que tenía que acompañarnos a todos, incluyendo a los huéspedes que pudiésemos tener.
Aquello, naturalmente, dejó a Jungsoo sentada en su sitio y con la boca abierta, por lo cual fue el último en entrar en la casa. No sabía qué pensar. Quería creer que Youngwoon había vuelto a hacer concesiones, como lo había hecho el día anterior, solo para que él acudiera a la fiesta. Pero tenía que ser realista.
Jungsoo no sabía lo que había ocurrido en la cita de la posada. Tal vez Youngwoon quería volver a comprometerse con Heechul pero no deseaba que él lo supiera todavía. En ese caso, Jungsoo le había ofrecido la excusa perfecta para que él pudiera tener a Heechul cerca otra vez.
Lo cierto es que Heechul no tardó mucho en dejarlos solos. Ya había desaparecido, en busca de sus amigos de Londres para informarles de que ya volvía a estar en acción, cuando Jungsoo entró. 
Habían llegado a tiempo para desayunar. Minwoo y Hyesung ya lo habían hecho, pero Jungsoo no, así que fue a la estancia donde se estaban sirviendo los desayunos. Por lo que vio, había  unos cuantos invitados que también se habían levantado tarde o que no habían pensado en comer hasta ese momento. Choi Siwon y su hermano Donghae estaban en las mesas del bufé, llenándose los platos antes de ir en busca de una silla.
-Solo al fin -le dijo Siwon a Jungsoo cuando reparó en su presencia y se acercó a él.
-¿Al fin?
-Bueno, me pasé toda la velada de ayer pensando en cómo ingeniármelas para liberarlo de las garras de  ese bruto, y aquí está usted ahora, sin que él lo tenga de la manita.
Jungsoo se ruborizó, pero no por él.
-Desearía que no lo llamara así. No es un bruto, y usted lo sabe.
Siwon se rió con malicia.
-Claro que lo sé, pero tengo que encontrar algo para sacarlo de sus casillas,  ¿no?
-¿Por qué? -preguntó con osadía.
-Bueno, primero, porque se pone muy divertido cuando se enfada conmigo. Segundo, porque me cae bien. Y, tercero, porque alguien debe enseñarle a encajar los golpes, por decirlo de alguna forma, y yo me he elegido a mí mismo para instruirlo en las complejidades del humor  inglés.
-Dios santo. Y yo que pensaba que usted solo estaba haciéndose, el gracioso -respondió Jungsoo jocoso.
Él se echó a reír, lo cual llamó la atención a todos los presentes.



3 comentarios:

  1. Teuk y Kangin se llevan también...el tiempo se les paso.
    Seguro Kangin dejará de lado el hecho de que acaparo la atenciòn de Teuk toda la noche...esperp que hay se lo haga saber y se plantee la posibilidad de que Teuk le gusta.
    Y más porque ha dejado de lado que Hee sea el huesped de Teuk,y que lo llevaran a la fiesta...así de grandes son sus ganas de seguir en compañía de Teuk *0*
    Al menos Kangin ya sabe sobre el rumor de Teuk y de lo falso que llegan a ser todas cosas que se han dicho de su familia. Lo mejor es que él no las cree *0*
    Oh Siwon...casi apostaría que un día,Kangin le dará un golpe si sigue con sus paralabras directas...y me reiré mucho.
    Y esa forma en que Teuk le pide que no le diga "bruto" al bruto...digo,a Kangin💓💓💓

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  2. Dios, me late que a Heechul no le va a caer muy buen que Leeteuk tenga tanta atención, espero que Siwon sepa frenarlo pronto.
    Gracias por el capitulo

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  3. bien hay que desayunar y con esa compañia mas

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...