Sapphire Wolf (T6)- 2



Un coro de incredulidad recorrió el círculo, mientras absorbían la información que Dambi acababa de compartir.            
—¿Ella está bien? —preguntó Zhoumi.
—Está bien. —Hyesung fue quien contestó. Todas sus cabezas giraron para mirar a la pareja Alfa.
—¿Lo sabías? —Donghae jadeó—. ¿Sabías y no nos lo dijiste?
—Junjin me aconsejó que no lo hiciera y saben que cuando un Alfa aconseja, lo que realmente está diciendo es no lo hagas jamás.
—Junjin no te habría hecho nada. —Changmin se puso de pie.
—No, pero soy un ejemplo para otros lobos. Y, Junjin tenía sus razones para mantener la información para sí mismo. Sora está a salvo. Jungsoo no le ha hecho daño.
—Y, ¿quién puede decir que no lo hará? —preguntó Hongki.
—Jungsoo no le hará daño porque él la ama y la ha elegido como su compañera. —Dambi miró a Hee, y luego a Donghae—. Tengo a uno de los guardianes Fae con él y me ha informado que él no tiene intención de ayudar a Mona. Sora ha metido un poco de sentido en él.
—¿Confías en él? —preguntó Hee a la Fae.
—He conocido a Jungsoo durante mucho tiempo. Él es un buen hombre y solo quiere lo mejor para su gente. Hizo una mala elección, pero las Parcas le han dado una segunda oportunidad con Sora.
—Sí, y todos debemos confiar en las Parcas —gruñó Hee.
—Necesito que todos ustedes sepan que no está reteniendo a Sora contra su voluntad. Ella quiere estar con él.
—No es de color verde con cuernos o cualquier cosa así, ¿verdad? —La cara de Donghae se arrugó mientras preguntaba.
Dambi se rió.
—No, en realidad es bastante guapo.
Hee ladeó la cabeza hacia un lado y frunció el ceño hacia Dambi.
—Espera, ¿por qué va a ser difícil de encontrarlo si tienes a uno de los tuyos con él?    
—Porque él es muy poderoso, y a pesar de que se está debilitando, tiene la capacidad para encubrirse. Aunque mi Fae esté con él no tengo forma de saber en dónde están, no hay manera de aparecer ante ellos, tampoco Minwoo, el guardián, puede aparecer ante mí. En realidad es muy inconveniente —añadió Dambi en un tono que decía que se sentía muy incómoda por el rey.
Las parejas se quedaron en silencio mientras avanzó el día y la oscuridad de la noche comenzó a caer. Hyesung y Zhoumi cazaron y llevaron de vuelta pequeñas presas para que comieran, y luego cada uno de ellos, uno por uno, se recostaron para pasar la noche. Habían establecido un horario para que alguien se sentara con Teuk y rotaran durante toda la noche. Hee fue el primero. Justo cuando Hee estaba a punto de empezar su vigilia junto a su amigo, sintió una mano en su hombro. Era Hongki.
—El lado médico en mí está saliendo, y necesito saber cómo te estás sintiendo Hee.
Hee sonrió vacilante. Estaba entusiasmado sobre el bebé de él y Siwon, pero también era una fuente de dolor.
Hee se sentó y Hongki se sentó frente a él, con las piernas cruzadas delante de sí mismo, sus codos apoyados sobre sus rodillas. Esperó pacientemente a que Hee contestara.
—Me siento bien físicamente. —Su mano instintivamente fue a su abdomen—. Ni siquiera he estado enfermo, sin dolor, y ningún otro de los extraños problemas del embarazo que prefiero no describir.
Hongki se echó a reír.
—Siempre y cuando no haya nada raro, no tienes que describirlo. ¿Cómo vas de estado de ánimo?
—A veces me siento un poco fuera de control, como si no pudiera decidir si estoy bien o un desastre, ¿sabes? Luego otras veces me siento como si todo va a estar bien. Siwon regresará, él arreglará todo este problema con las Parcas, y vamos a tener un bebé sano. —Hee miró hacia el suelo, trazando distraídamente un diseño en la tierra—. Esos son los pensamientos que tengo que aferrarme. — encontró la mirada de Hongki y trató de sonreír, pero no llegó a sus ojos—.Te haré saber si hay algún problema, ¿de acuerdo?      
Hongki le devolvió la sonrisa.
—Está bien, pero cuando comience a pasar más tiempo, vamos a tener que empezar a hacer los exámenes físicos.
Hee se encogió de hombros.
—No soy ajeno a quitarme la ropa, doc.
Hongki se rió entre dientes mientras se levantaba y se dirigió a su cama de turno. Hee miró a la tierra donde había estado trazando con su dedo y sus ojos se llenaron de lágrimas, al ver que había dibujado las marcas que cubrían la piel de Siwon.
Se alejó del dibujo para enfrentar a Teuk y tomó su mano. Hee la sostuvo entre las suyas, frotándolas, probablemente más por su comodidad que por la de Teuk. Miró a su amigo pelirrojo y el corazón le dolió al verlo en un estado tan indefenso. Hee miró, empujando su voluntad a Teuk como si eso fuera suficiente para hacerlo abrir los ojos. Si Kangin estuviera aquí, se estaría volviendo loco; pero no lo estaba. Ninguno de sus compañeros estaba y, por primera vez, se sentía solo.
Necesitaba a Siwon, sin importar lo mucho que le molestaba necesitarlo, lo hacía. Hee necesitaba su fuerza y su consuelo. Necesitaba su presencia inquietante de modo que tendría a alguien con quien ser sarcástico y sabía que él sería capaz de soportarlo.
Hee necesitaba oírlo decirle que iba a estar bien y que su bebé estaría bien. Necesitaba que él le dijera cuando necesitaba callarse, porque a medida que su miedo aumentaba lo hacía su sarcasmo e irritabilidad y sabía que ninguno de los demás lo necesitaba ni merecía.
—Maldita seas Desdémona por quitármelo —murmuró, a la fría y oscura noche. Sus ojos se estrecharon y miró hacia el bosque, deseando que la bruja saliera en toda su gloria malvada.
Hee nunca pensó que era capaz de ser cruel, pero decidió en ese momento que iba a pelar la piel del cuerpo retorciéndose de Desdémona, mientras aún viviera. ¿Estaba un poco sediento de sangre? Tal vez, pero entonces la bruja le había quitado su compañero, poniéndolo en peligro y causándole un sufrimiento inconmensurable. Solo por eso, él había firmado su sentencia de muerte, por no mencionar todas las demás atrocidades que ya había cometido en su vida larga y sin valor.
—Teuk, ¿dónde estás? —preguntó Hee a su amigo—. Quiero que   sepas que yo me haré cargo de ti, siempre Teukkie. Y, voy a darte un infierno por tenderte ahí boca arriba mientras nosotros hacemos todo el trabajo. —Hee resopló la carcajada para sí mismo al pensar en la observación que Teuk le daría a ese comentario.
Su corazón se hundió mientras continuaba observando la respiración constante de Teuk, pero no pudo encontrar ningún otro signo de vida. Hee quería correr. Quería mudar su piel humana y dejar a su lobo correr libremente, aullando por el dolor que sentía por la pérdida de todo.
Extrañaba a sus padres y sonrió para sus adentros, pensando que era una sensación que nunca había pensado que sentiría. Pero, cuando le tocó perder algo que nunca se imaginó perder, admitió que no quería perderlos, sin importar cuán tensa siempre había sido su relación con ellos.
Continuó sentado mirando fijamente en la noche, un solitario centinela cuidando de sus amigos. Una parte de él estaba ansiosa de ir a dormir con la esperanza de tener noticias de su compañero una vez más, pero otra parte temía escuchar la desesperación en su voz generalmente tranquila y segura.
Siwon le necesitaba tanto como él lo necesitaba y aquí estaba sentada incapaz de  hacer una maldita cosa por él. Gruñó con frustración y poco a poco toda la fealdad de su realidad se impuso y echó raíces en su corazón. Inclinó la cabeza y cerró los ojos cediendo al monstruo de la derrota, aunque solo fuera por un rato, se dejaría ser débil, se dejaría derrumbarse mientras no había nadie para mirar.


—Dime, ¿por qué tengo que creer que estás dispuesta a traicionar a tu raza? ¿Por qué debería confiar en un Fae?
Mona miró a la figura encapuchada que estaba frente a ella.
—Dambi ha sido una espina en mi costado durante demasiados siglos. Ya he terminado de permanecer en su sombra. He terminado con recibir órdenes de un Dios que se preocupa solo por los lobos y no tiene ningún respeto por mi gente. Ella espera que saltemos, rescatemos a sus niños débiles, y es hora de que alguien haga algo al respecto.
—¿Y ese alguien eres tú? —Mona se cruzó de brazos—. Si eres tan valiente, entonces, ¿por qué no te revelas ante mí?
La Fae rió.
—¿Honestamente crees que te mostraría todas mis cartas a la vez? No soy tonta. Piensa en lo que te he dicho y decide rápidamente. No eres mi única opción. —Y entonces la Fae se había ido.
Mona cerró los ojos y extendió su voluntad para intentar seguir el camino que la Fae había tomado, pero no había ningún rastro. Desde el momento en que la persona había aparecido con el disimulado disfraz, Mona había estado sutilmente tratando de desenmascararla. Pero, ésta era una de gran poder, capaz de bloquear sus intentos. Eso por sí mismo le decía algo muy importante. De modo que, alguien en lo alto en el consejo Fae estaba buscando su salida; no había duda de disensión entre los Fae. Una debilidad había sido expuesta y solo era cuestión de tiempo antes que la debilidad se llevara todo abajo.
Mona soltó una carcajada.
—Ni siquiera necesito levantar otro dedo para destruir a mi enemigo. Ellos van a hacerlo por mí con su falta de lealtad. —Si había una cosa que Mona sabía, era que aún la defensa más fuerte podría caerse si una pequeña grieta surgía.


Hyukjae cerró los ojos y buscó a Donghae, su Donghae, no la imitación que estaba sentada frente a él, rota y con miedo. No sabía cuánto tiempo él y sus compañeros de manada habían estado en su propio infierno personal, pero se estaba haciendo cada vez más difícil tener momentos de claridad, como el breve vistazo que estaba experimentando ahora.
La única cosa que le había permitido ganar esta visión fue recordar el primer momento en que él lo había sentido. Había sido como un vaso de agua en una tierra seca y árida y le había traído una cantidad minúscula de alivio.
Luego desapareció.
Con cada momento que se vio obligado a soportar la tortura incesante de ver morir a su compañero, torturado, violado, desgarrado, y tomado de él, oró por un segundo de la presencia real de su compañero. Sabía que estaba luchando no solo por su vida, sino por la de él también. Era una pelea que se negaba a perder.
Empujó con todo en él, llegando a través del vínculo, delgado como era, para atraerlo hacia él. Hyukjae contuvo la respiración mientras esperaba que respondiera. Un latido, dos latidos, su corazón bombeando en su pecho y entonces, allí estaba. Su gitano de ojos marrones y toda la ternura que poseía.
—Donghae mío —susurró, con los labios agrietados.
—¿Hyukjae?
Por un momento, se imaginó que podía oírla gritar su nombre. Aguzó el oído, escuchando el sonido de su voz.
—¿Hyukjae?
Allí estaba.
—Aquí estoy, Donghae —habló a pesar de que sabía que era imposible que estuviera realmente hablando con él. Si esto era todo lo que podía tener, entonces, lo tomaría y ejecutaría por tanto tiempo como pudiera.
—¿Cómo puedo escucharte? —le preguntó Donghae.
—Tú no eres real —respondió Hyukjae.
—¿Y tú lo eres?
Hyukjae escuchó al Donghae ante él, el que él sabía que era falso, gritar. Apretó los ojos y apretó los dientes mientras trataba de concentrarse en la voz tranquila y sin tortura de su compañero.
—Soy real, mi amor. Real, asustado, y tan vacío sin ti. —Su voz sonaba desesperada, incluso a sus propios oídos, pero al diablo con su orgullo. Estaba asustado y vacío. Era inútil negarlo.
—Estamos tratando de encontrar una manera de conseguir sacarlos a todos y lo estamos haciendo tan rápido como nos es posible. Te amo, Hyukjae. Te amo y necesito que pelees. —Suplicó Donghae a su compañero, aunque sabía que podría estar pidiendo lo imposible.
Hyukjae luchó por aferrarse a la conexión entre ellos, pero era cada vez más débil. El Donghae torturado recostado delante de él, una vez más, comenzó a hacerse cargo de su realidad y su Donghae. Su completo y dulce Donghae se le estaba escapando.
—¡NO! —gritó Hyukjae en la desolación del Limbo. Abrió los ojos y miró a la vista horrible delante de él, diciéndose a sí mismo una y otra vez que no era real. No era suficiente para convencerlo. Su lobo luchó por liberarse, para rescatar a su compañero y Hyukjae sabía que la batalla que se libraba en su interior se estaba convirtiendo en demasiado. Estaba perdiendo y sin importar lo mucho que luchara, la voluntad de su lobo se hacía más fuerte y más insistente.
Hyukjae no podía hacer al lobo entender que lo que estaban viendo no era real. Todo lo que su lobo veía era a su compañero, roto, devastado y aterrado, sentado delante de ellos, buscándolos a ellos, rogándoles por ayuda. Echó la cabeza hacia atrás y un perforante aullido con toda su alma desgarró su pecho, pero no había nadie para escucharlo.


Donghae despertó con un sobresalto. Su respiración era rápida y a pesar del aire fresco de la mañana, su frente estaba salpicada de sudor. Una vez más, había oído su voz, oído su desesperación y una vez más, no había nada que pudiera hacer al respecto.
Pasaron unos momentos antes que se diera cuenta que todo estaba tranquilo, demasiado tranquilo, y su visión se aclaró mientras parpadeaba para alejar el sueño doloroso.
—Buenos días, bella durmiente. —Hongki sonrió por encima a Donghae.  El aire fresco de la mañana acariciaba su rostro mientras trataba de sortear en su mente entre la realidad y el sueño. Recordaba la agonía de Hyukjae y estaba empezando a convertirse en suyo. Miró a Dambi que estaba ayudando a recoger sus paquetes para así poder seguir adelante.
—Dambi, debemos darnos prisa. Donde quiera que nos estés llevando, debemos avanzar con mayor rapidez. —Las palabras de Donghae estaban enlazadas con desesperación y determinación.
Dambi los condujo a un ritmo rápido mientras las palabras de Donghae se repetían ominosamente en su mente.
Él les había dicho que tenía un plan, y lo decía en serio, pero no podía decirles cuál era. Les había dicho que necesitaban la ayuda del Rey Hechicero, y en ese momento, lo había creído, pero ahora tenía un plan diferente. Dambi sabía que Hyesung no lo aprobaría. Su necesidad de proteger a las parejas a las que, sin duda, ahora consideraba su manada, incluida ella misma, sería demasiado grande para permitirle a Dambi ponerlos en tal peligro. Pero era la única manera de traer de vuelta a sus compañeros. Todo lo que vale algo, viene con un precio. Dambi lo sabía muy bien.
Siguió adelante, mirando hacia atrás de ella para ver si todo el mundo mantenía el ritmo. Su única preocupación, y  que solo le molestaba porque ella nunca se preocupaba, era que Hyesung descubriera que los había estado guiando en círculos por días. Los había conducido a través de los alpes y todo el camino a las montañas y estaban en realidad muy cerca de su destino, pero no estaba lista. Todavía no tenía la moneda de cambio que necesitaba, por lo que tenía que mantener su presencia incógnita y evitar que Hyesung y los otros averiguaran su engaño.
Miró hacia atrás una vez más, y captó la mirada de Hyesung. Oh oh, Dambi pensó para sus adentros mientras veía la bombilla en la mente de Hyesung empezar a parpadear. Dambi supo que iba a tener que crear una distracción. Una que, con suerte, pueda apartar la mente de Hyesung lejos de lo que pensaba que había descubierto. Dambi sonrió mientras pensaba: es una muy maldita  buena  cosa  que me  especialice  en  el  caos.
Dambi comenzó a susurrar en voz baja, llamando a los elementos, arrastrando el poder hacia ella a través de la vida en el bosque. Fue más difícil de lo que debería haber sido, pero sabía que esto era debido a la maldad que Mona había desatado. Nubes oscuras comenzaron a reunirse sobre sus cabezas y de repente los envolvió en el bosque tenebroso, sin luz para mostrar su camino.
—¿Qué diablos está pasando? —gritó Hongki por encima del viento que comenzó a azotar y dar vueltas alrededor de ellas.
Dambi continuó cantando tan bajo que no podría ser oída mientras empezaba a hacer llegar la lluvia. Un rayo se estrelló alrededor, y el trueno sacudió la tierra debajo de ellos. Todos tropezaron mientras trataban de mantenerse en pie y aunque el catre mágicamente flotante de Teuk no necesitaba una mano para sujetarlo, Dambi se agarró a él de todos modos.
Llamó al rayo de nuevo y lo envió estrellándose tan cerca del grupo que iluminó brevemente el bosque a su alrededor. Cada uno vio el miedo escrito en las caras de sus amigos. Dambi continuó estrellando rayos alrededor iluminando su camino mientras gritaba para que la siguieran. Corrió a través de la lluvia torrencial y trató de sentirse mal por asustarlos, pero sabía que era por su propio bien. Corrió hasta que encontró las grandes rocas que había estado buscando. Había una gran cornisa en la que podían apretarse debajo y esperar a que la supuesta tormenta natural terminara.
Todos se pusieron a cubierto y se volvieron a ver la danza de rayos y el auge de los truenos. Se estremecían por la lluvia fría y trataban de acurrucarse juntos para darse calor.
Después de una hora, Dambi comenzó a tratar de calmar la tormenta. E inmediatamente se preocupó. La tormenta ya no atendía su mandato. Los truenos y relámpagos continuaron, sin disminuir. La lluvia continuó golpeando en su refugio improvisado. Juro que si pienso en la palabra preocupación una vez más voy a apuñalar mi propio ojo con una cuchara,  se dijo a sí misma, mientras comenzaba a buscar la magia que estaba frustrando la suya… la magia que ahora estaba controlando su tormenta.


—Sé que suena loco, Kangta, pero es la verdad —imploró Wadim al padre de Teuk, y Alfa de la manada de Denver. Había llamado al Alfa estadounidense a petición de Donghwa, quien, por la ausencia de Junjin y de los otros altos lobos llevaba mucho sobre sus hombros.
—¿Me estás diciendo que la Gran Luna te contactó? —preguntó Kangta, incrédulo.
—Como he dicho, sé que parece una locura. Ella está llamando a las manadas.
—¿Las manadas? —La voz de Kangta sonaba tensa con aprensión.
—Como a todas ellas —confirmó Wadim—. Dio la piedra lunar a las Fae. Ya sabes lo que eso significa.
—Quiere que las Fae nos convoque a todos con ella. —Las palabras de Kangta no eran una pregunta.
La línea quedó en silencio, mientras cada uno pensaba en las consecuencias de lo que iba a suceder. Kangta sabía que la situación debía ser muy seria si las manadas iban a reunirse en un solo lugar. Había habido tal división entre ellos durante tanto tiempo que no estaba seguro cómo iban a estar juntos sin posturas dominantes y luchas sangrientas. Esto iba a ser posiblemente el más grande y maldito desastre de su historia.
—¿Quién más sabe de esto? —preguntó Kangta.
—Solo las Fae, yo, y ahora tú.
—Una vez que las Fae usen la magia de la piedra lunar ninguno de nosotros va a ser capaz de resistir la llamada. —Kangta sabía que no estaba diciendo nada que Wadim no supiera ya, solo sentía la necesidad de expresarlo, casi como si diciéndolo en voz alta pudiera ayudar a prepararlo para lo inevitable.
—Hay algo más. —La voz de Wadim cayó—. No he sabido nada de Junjin o Siwon desde que se fueron.
—Se fueron a una extenuante excursión, tratando de atrapar a   esta bruja por su cuenta. ¿Qué demonios esperabas que sucediera?  —gruñó Kangta—. Al contrario de lo que todos ustedes creen Junjin no es invencible.
Wadim devolvió el gruñido del Alfa.
—Él está manejando una situación que debería ser responsabilidad de todos. No deberías haberte ido.
—¡Él nos dijo que nos fuéramos! —gruñó Kangta.
—Eres un Alfa. Sabías lo que él estaba asumiendo. Sabías que esto podría afectar algo más que la manada de Lobos Suju Coreana. Es tu trabajo discernir cuando se te necesita, así que no me sermonees acerca de tener a Junjin en muy alta estima.
—¿Me estás dando órdenes? —La voz de Kangta era baja y desafiante.
—Solo te estoy diciendo lo que te niegas a reconocer. Esto no es un problema de la manada Coreana. Este es un problema de todas las manadas. Se te necesita. Todos nosotros, somos necesarios y los Alfas van a tener que dar un paso adelante y ser un ejemplo para sus compañeros de manada.
—No me estás diciendo algo que no sepa, Wadim. —Kangta dejó escapar un suspiro de frustración—. Voy a empezar a reunir a mis lobos más dominantes. Dame un par de días y estaremos de camino.
Aunque Wadim sabía que Kangta no podía verlo, cerró los ojos con alivio.
—Wadim, ¿sabes si Teuk está bien? —Kangta no enmascaró la preocupación en su voz.
Wadim no respondió de inmediato. Finalmente, dejó escapar un suspiro resignado.
—Él estaba con los demás, no tengo ni idea de lo que ha sido de ellos. Así que, para ser honesto, no tengo ni idea. Lamento tener que decirte eso.
—Vamos a estar allí pronto —le dijo Kangta, sin responder a la explicación de Wadim, y luego colgó sin despedirse.
Wadim miró el teléfono después que Kangta hubiera colgado. Negó con la cabeza mientras consideraba las palabras del Alfa. Tenía que estar de    acuerdo, esto sin duda podría ser la mayor catástrofe conocida por su especie. Tantos dominantes juntos, listos para la batalla. Sí, pensó: el mundo, como lo conocemos, podría ser destruido por Desdémona, o solo tal vez, por los propios lobos.



3 comentarios:

  1. O____O
    Dios mio!!!
    Esto esta muyyy bueno!!!!
    Ahhhh Si Hyuk esta a si, no me quiero imaginar como estará mi Siwonshis!!! No se vale!!!
    Ahhhh Teuk despierta de una jodida vez!!!!
    Ahhhhhh
    Nooooooooooooo
    -le esta dando algo(?)-

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  2. A decir verdad,esto empezó cuando las razas empezaron a darse más importancia que los demás,siendo que tenían que estar unidos para preservar lo que era...por eso ahora la bruja se cree con todo el poder y el derecho de hacer lo que ha planeado desde hace mucho tiempo...como bien dice DY:"la ambición es el primer paso a la traición",pero bueno.
    Una señal de vida para Hae
    Hee con su momento de debilidad.
    Hyesung atando cabos.
    Teuk en su propio limbo,hablando de él...¿Sabremos qué es lo que está viviendo?
    y a fae..haciendo de las suyas por lo que cree que es mejor,no la culpo,según ella es lo mejor...lo malo que ahora no puede con lo que ella misma inicio.
    Puff...ya era hora de que aparecieran para ayudar aún cuando prácticamente están obligados a hacerlo y no porque quieran....sí,hablo de ti Kangta...¬¬

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  3. monito no te des por vencido tu puedes

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...