Marcado III -3



La gente hacía un montón de comentarios sobre el color de mis ojos, pero nunca me habría imaginado que Siwon  fuera uno  de ellos. De hecho  creo que era la primera  cosa que me había dicho a mí    directamente.
Yo era bueno con las palabras, así que no me gustó que él siendo amable me volviera tímido.
—¿Crees que puedes agarrar a mi hermano por mí? Necesito hablar con él realmente rápido. Tengo todo un desfile de arrepentimiento por el que pasar hoy.
Levanté la mirada hacia él sorprendido. En mi experiencia, los ex soldados no eran el tipo de chicos que de buena gana admitían su responsabilidad cuando lo estropeaban. No estaba seguro de qué hacer con eso, o en realidad con él. Sabía que su amenazadora presencia y esos ojos café me estaban volviendo algo así como incómodo, pero no de la clase de forma de es un imbécil total, más de la clase de forma de  realmente quiero verle sin camiseta.
Me aclaré la garganta otra vez y miré atrás hacia el interior de la tienda. Hyukjae estaba limpiando la clara sustancia viscosa sobre la tinta fresca que usaba para proteger el tatuaje del cliente hasta que llegara a casa. Estaba observándonos interactuar a Siwon y a mí con el ceño fruncido en su cara y me di cuenta de que Kyuhyun y Jjong tenían expresiones similares.
No sabía si las miradas agrias estaban dirigidas a mí o a Siwon, pero no me gustaban en cualquier caso y les devolví a todos una mirada. Giré en mi silla y volví a mirar arriba hacia Siwon. Estaba mirándome con una mirada de curiosidad en su rostro y casi deseé conocerlo mejor así sabría lo que significaba.
—Estará listo en unos quince minutos si quieres esperar. Tiene otra cita justo detrás, sin embargo, así que trata de mantener el asesinato y el caos al mínimo.
Bufó y se apartó del mostrador. Odiaba admitirlo, pero no podía apartar mi mirada de los músculos que estaban ondulándose a lo largo de sus bíceps, visibles bajo las mangas de su camiseta negra.
Yo no era el tipo de joven al que le atraían los músculos abultados y un cuerpo duro como una roca, al menos nunca pensé que lo fuera hasta que no pude quitar mis ojos de todo el nervio y flexibilidad que era Lee Siwon.
—No estoy exactamente seguro de por qué, pero siento como que debo disculparme contigo también. Incluso aunque soy el que terminó cubierto de cerveza de la cabeza a los pies.
Me estremecí un poco e intenté no retorcerme bajo el escrutinio de aquellos ojos penetrantes. Tiré de mi oreja y miré a otro lado. La suave superficie del tacho en el lóbulo se frotó de un lado a otro entre mis dedos.
—Tengo una tendencia a sobreactuar a veces, y estabas siendo insoportable. Cada una de esas personas te quiere y se ha preocupado por ti durante años y años mientras estabas fuera. Lo menos que puedes hacer es devolver ese afecto.
Tuvo la decencia de parecer adecuadamente reprendido, y cuando se quitó la gorra para frotar una mano por su corta capa de cabello, noté una herida de aspecto desagradable que ahora decoraba el costado de su cabeza.
—¿Qué demonios te pasó?
Pareció confuso hasta que sus dedos rozaron el lugar afeitado y las pequeñas suturas metálicas manteniendo unido su cuero cabelludo.
Se puso su gorra de golpe nuevamente la cabeza y la sonrisa que había estado danzando alrededor de su boca se desmoronó.
—Lugar equivocado en el momento equivocado, tengo un don para encontrarme ahí.
No entendía cómo un tipo que claramente tenía tantas cosas a su favor, buena apariencia, una familia cariñosa, multitud de personas que se preocupaban por él, una carrera exitosa, y obviamente un rígido sentido del deber y el honor, podía ser tan despreocupado acerca de sus circunstancias y su impacto en aquellos a su alrededor.
Incliné la cabeza a un lado y lo observé de cerca. No conocía a Siwon más que a cualquier otro extraño de la calle, pero había algo acerca de él, algo fuerte y magnético que estaba teniendo dificultades para negar que me daban ganas de averiguar qué le hacía funcionar. Tal vez era la idea de tener una distracción de lo desanimado que me estaba poniendo mientras más se acercaba la fecha de la boda de Hangeng. Tal vez era porque él estaba tan arraigado en las vidas de todos por los que me preocupaba. Tal vez era porque era simplemente tan épico e imposible de ignorar, pero mientras más nos mirábamos el uno al otro más se despertaba mi curiosidad.
Iba a decirle que debería tener más cuidado, cuando una pesada mano cayó en la parte trasera de mi cuello y le dio un ligero apretón. Conocía a Hyukjae lo suficientemente bien como para tomármelo como la advertencia que era: no te  entrometas.
Siwon no me necesitaba tratando de desarmarlo y volviéndolo a montar en un orden de funcionamiento apropiado. Era un hombre adulto e iba a tener que encontrar su propio camino por sí mismo.
La clienta de Hyukjae miró de ida y vuelta entre los hermanos con enormes ojos y luego a mí, como si yo pudiera explicar por qué la habitación de repente parecía llena de tensión y hostilidad, haciendo casi imposible respirar. Forcé una sonrisa hacia ella y salté de la silla.
—Déjame echarte un vistazo y cobrarte. ¿Por qué no llevan el amor fraternal afuera antes de que asusten al resto de los clientes hasta que se vayan?
Hyukjae le dio a la parte trasera de mi cuello otro apretón y me dejó ir mientras daba la vuelta al mostrador hacia Siwon. Los dos hermanos se miraron fríamente y Hyukjae empujó hacia fuera la puerta delantera de cristal sin decir una palabra a su hermano mayor.
El antagonismo pasando entre los dos se sintió caliente y pesado, lo que era una pena. Ya habían sufrido la pérdida de un hermano, deberían estar disfrutando del hecho de que aún se tenían el uno al otro para apoyarse y mandarse a la mierda. Tuve dificultades entendiendo cómo los secretos de Eunhyuk habían hecho más para separar a los hermanos Lee de lo que lo había hecho su propia muerte.
Siwon me dio una última mirada que no pude descifrar.
—Son todos muy afortunados de tenerte.
Yo pensaba lo mismo todo el tiempo, pero era extraño oírlo decirlo en  un tono tan vacío y hueco, como si le faltara algo fundamental.
—Bueno, soy afortunado de tenerlos a todos, también, y tú también, Capitán Anti-Diversión.
Aquellos ojos café se agrandaron y luego parpadearon hacia mí y una vez más esa pequeña media sonrisa que lo había transformado de un tipo apuesto a alguien que hacía mi Corazón golpear contra mi pecho a un ritmo errático iluminó su cara.
—¿Qué me llamaste?
—Capitán Anti-Diversión.
Dejó escapar una risilla que sonó oxidada por la falta de uso y sacudió su cabeza hacia mí.
—Sargento Mayor Anti-Diversión es más exacto.
Me quedé un poco boquiabierto por la sorpresa de que el sentido del humor realmente acechara en algún lugar debajo de todo el músculo y melancolía.
—Llamo a mi padre “Almirante Sombrero de Culo”, él no cree que sea divertido realmente.
La cicatriz en su frente se retorció de nuevo.
—¿Tu padre estaba en la marina?
—Oh sí. Era totalmente Popeye.
—¿Era realmente un almirante? —Había una sombra de respeto en su tono.
—Sip, así que puedes imaginarte lo emocionado que estaba intentando refrenarme cuando era más joven.
Se rió entre dientes de nuevo y esta vez no sonó tanto como si le hiciera daño. Sus ojos destellaron hacia mí mientras tiraba de la puerta abriéndola para seguir a Hyukjae afuera a la luz del sol de Colorado.
—No lo sé, Medio-Litro, algo me dice que refrenarte es probablemente una buena fiesta.
Sentí mis próximas palabras morir en mi garganta, y se me ocurrió que estaba flirteando abiertamente con un tipo al que había vertido cerveza por todas partes hace solo un par de días. Por no mencionar que no era para nada mi tipo y estaba tan lejos de mi idea de lo que era la pareja perfecta para mí que era ridículo.
Volví mi atención de nuevo a la clienta de Hyukjae, que estaba todavía esperando para pagar por el diseño de pavo real que se había tatuado a lo largo de su caja torácica. Estaba mirándome con lo que solo podía describir como envidia, así que tosí un poco e intenté volver a los negocios.
Me molestó que mientras pasaba su tarjeta de crédito y repasaba las instrucciones post tratamiento con ella, mi mirada se mantuviera deambulando a los grandes paneles de vidrio que miraban. Siwon tenía la espalda hacia el cristal y podía ver a Hyukjae gesticulando con las manos, y tenía una mirada en su cara que era intensa y seria. Parecía como si esta fuera una confrontación que los chicos necesitaban tener hace mucho tiempo.
—Aquí tienes. —Le tendí el recibo para firmar y no me sorprendió cuando no solo añadió el 35 por ciento de propina sino que también anotó su número de teléfono en la parte posterior del recibo. Le habría dado una mirada de reproche o hecho algún tipo de comentario sarcástico sobre ello pero me ganó la mano.
Con un encogimiento de hombros se arrojó el cabello sobre el hombro y me ofreció una sonrisa arrepentida.
—Tienes la mejor vista de todo Seúl en esta tienda, y cada vez que vuelvo se pone mejor. Vi el nombre de su chico tatuado. Si no quiere tomar mi número, dáselo al chico grande, no soy exigente y se ve como si pudiera aprovechar un buen rato.
Se arrastró fuera de la tienda dejándome sentir una mezcla de irritación y algo más de lo que no estaba seguro. Se sentía viscoso y resbaladizo y no me gustaba en absoluto fuera lo que fuera. Yo era posesivo acerca de mis chicos, eso era cierto, pero Siwon no era uno de ellos, así que no podía justificar por qué la chica queriendo que él tuviera su número me hizo querer arrancarle el cabello mechón a mechón.
Siwon y Hyukjae estaban aún en ello cuando su próximo cliente apareció, así que instalé al tipo y le hice rellenar todo el papeleo y esas cosas así todo lo que Hyukjae tenía que hacer era poner el papel de transferencia y hacer el tatuaje. Cuando volví al mostrador, Kyuhyun estaba despachando a su cliente y se había apoderado de mi asiento. Estaba mirándome de manera constante. Crucé los brazos sobre mi pecho, apoyé una cadera en el escritorio, y me encontré con él mirada contra mirada.
—¿Qué?
Él frotó su pulgar a lo largo de la esquina de su boca y exhaló un suspiro.
—Necesito un cigarrillo.
—Pensé que estabas intentando dejarlo.
—Intentando es la palabra clave en esa frase.
—Intenta chicle o algo.
Gruñó y se arqueó en la silla, enlazando juntos sus dedos tras su cabeza tatuada. Kyuhyun era un tipo realmente guapo, simplemente tomaba un minuto notarlo bajo ese escandalosamente tatuado cuero cabelludo y el pequeño anillo enganchado a través del centro de su nariz.
—Ni siquiera trates de ir allí con Siwon, Heechul.
Intenté evitar que mis ojos se crisparan y mi boca se frunciera. Había conocido a Kyuhyun durante mucho tiempo y no había manera de que pudiera pretender que no sabía de qué estaba hablando.
—Todos dicen que es un tipo maravilloso. ¿Por qué no querrías que intentara ayudar y conseguir que vuelva contigo?
—Debido a que no todos en el mundo necesitan tu tipo de ayuda. Siwon encontrará su camino, todos creemos eso, y estaba hablando de los ojitos que los dos se encontraban haciéndose el uno al otro. Eso es algo que no creo que ninguno necesite intentar y arruinarlo.
No me gustaba que alguien intentara decirme qué hacer, incluso si sabía que Kyuhyun estaba mirando hacia fuera por mi último mejor interés.
—No es como si fuera del tipo del Capitán América de todos modos. No te preocupes. —Apreté el borde de la silla con mi pie, girándola lejos de mí—. Además, sabes que estoy esperando por el Señor Perfecto y ese tipo está tan lejos de ahí que no hay un puente en este planeta que podría llevarlo de aquí para allá.
Él plantó sus pies en el suelo y empujó hacia arriba de modo que se encontraba parado frente a mí.
Se inclinó de manera que estábamos cara a cara y no pude apartar la mirada de esos ojos intensos, y bastante coloridos.
—No hay Señor Perfecto, Rella. Lo hiciste reír, lo que sea que signifique. No lo he oído reír ni una sola vez desde que volvió a la ciudad. Solo cuídate, porque ninguna villa puede tener dos gobernantes y a ninguno de los dos les gusta ceder el control.
Quería reírme de ello, no darle importancia a su advertencia como injustificada y tonta, pero no podía pasar por alto el hecho de que Lee Siwon era enigmático y que lo encontraba más interesante de lo que había encontrado a nadie en mucho tiempo. Por no mencionar que realmente quería ver cómo se veía sin camisa, lo cual era algo porque mi libido había desaparecido  en acción  durante  más  tiempo  de  lo  que  quería admitir...
¡Vamos! tenía todos los ingredientes de algo que estaba en efecto ligado a complicarse y destrozar si no me pongo a cubierta en ello con rapidez.
Me senté de nuevo mientras Hyukjae regresaba a la puerta. No se veía demasiado molesto, pero no se veía precisamente muy feliz. Iba a preguntarle si estaba bien, pero me despidió con la mano y murmuró que no quería mantener a su cliente esperando más de lo que ya había hecho. Desde que le restaba importancia, lo dejé pasar y volví a la tarea de mantener la tienda en marcha.
Sé que a menudo era difícil de creer, dada mi boca grande y aspecto inusual, pero tenía una mente asesina para los negocios y realmente estaba a solo unos pocos cursos de la universidad lejos de terminar la Maestría en Administración de Negocios.
Mi padre y yo teníamos una relación difícil y complicada, pero siempre quise que estuviera orgulloso de mí, y me había dado todas las herramientas y todas las oportunidades para ser mejor de lo que podría ser. Solo habíamos sido él y y yo durante todo el tiempo que podía recordar. Mi mamá decidió que tener un bebé y estar casada con un hombre que se desplegaba todo el tiempo no era divertido, así que reboté de base naval en base naval y pasé cantidades impías de tiempo con una serie de niñeras, parientes lejanos, y, finalmente, amigas de papá o novias hasta que conocí a Hangeng cuando tenía diecisiete años y pronto decidí que era todo mi mundo.
Papá estuvo finalmente, después de demasiados derribes y peleas por arrastre, de acuerdo en dejarme ir a vivir con Hangeng, siempre y cuando me graduara de la secundaria y me inscribiera en la universidad.
No tuve ningún problema en hacer cualquiera de esas cosas, y para el momento en que   era una estudiante de primer año en la universidad, Hangeng tenía la tienda y me encontraba haciendo lo mismo que hacía ahora por mucho menos dinero.
Siempre había tenido interés en la modificación corporal, pero ni siquiera podía dibujar una figura de palo, por lo que era simplemente una progresión natural que aprendiera cómo perforar y hacer implantes dérmicos con el chico de la tienda de Hangeng. Era un maestro increíble y me gustó tener una habilidad real que podría utilizar en el mundo en que vivía. Además, era divertido clavar agujas en la gente. Qué puedo decir, soy un joven raro.
Cuando las cosas se habían empeorado con Hangeng, mi empuje y ambición habían ido directamente en picada junto con mi relación. Apenas terminé mi último año y el daño hecho tuvo un efecto duradero en mi promedio. Podría volver atrás y terminar con bastante facilidad, pero a estas alturas en mi carrera hice una buena vida en el mercado, tuve una vida plena y en general me encontraba feliz, aparte de extrañar esa conexión mágica con alguien que me haga un nosotros en lugar de simplemente un yo. Había estado solo por mucho tiempo.
Espontáneamente mis pensamientos volvieron a Siwon y a esa sensación extraña y tensa que tuve en mi pecho cuando esa chica me pidió que le entregara su número. Nosotros éramos extraños, estaba bastante seguro de que ni siquiera le gustaba mucho, pero no había duda de ello: hoy, mientras nos encontrábamos en la órbita del otro, me hacía reaccionar.
No me encontraba seguro de qué hacer con eso todavía. El último tipo que también me había hecho reaccionar, destruyó mi mundo cuando decidió que no era lo que quería. No lo hice bien, así como una hoja desprendida de un árbol. Necesitaba raíces, un fundamente para agarrarse, y cuando mi chico perfecto llegara iba a estar tan sólidamente plantado que tomaría un huracán para moverlo.
El resto del día estaba ocupado y tenía dos citas más para pasar. Perdí la noción del tiempo y me encontraba ocupada limpiando mi estudio de perforación y gritando a los chicos para asegurarme de que apagaron las luces al salir cuando escuché sonar la campana sobre la puerta.
Desde que había cerrado con llave después de mi último cliente, sabía que solo podía ser Shindong. Asomé mi cabeza por la puerta para decirle que estaría fuera en un segundo y traté de recordar si había puesto en orden “el retiro de dinero” a mano para darle el monto a ser depositado cada noche.
Shindong era tan opuesto a mi muy pulcro y conservador papá como un hombre podría serlo. Parecía más un motociclista que un exitoso hombre de negocios, pero los dos hombres sirvieron juntos en sus días más jóvenes, Shindong solo estuvo por unos pocos cuatro años, mientras que mi papá hizo una carrera de por vida en la marina.
Nunca he entendido realmente cómo se las arreglaron para mantener una estrecha amistad, teniendo en cuenta que estaban en desacuerdo sobre todo debajo del sol. Shindong era como un segundo padre para mí, y lo trataba como al mío, así que cuando salí de la habitación  chasqueando mis guantes de látex, fruncí el ceño cuando lo vi sentado en mi silla con la cabeza entre sus manos.
Shindong se parecía mucho a una versión vieja de Kyuhyun, los mismos ojos de color bígaro, y la misma complexión robusta. Shindong tenía un alboroto de cabello negro que llevaba bastante largo para un tipo de su edad, pero con sus mangas de tatuajes y barba bien recortada, se las quitó y se las arreglaba para ser un bebé, incluso si estaba en sus cuarenta y tantos años.
—¿Qué pasa, jefe?
Él era típicamente un hombre enérgico y vivaz. Vivía la vida a cien kilómetros por hora y se encontraba tomando constantemente a callejeros. Personalmente pensaba que era su misión en la vida salvar a cada alma caprichosa de ellos mismos.
Me miró y estuve sorprendido de ver lo cansado y desgastado que se veía. Tenía bolsas bajo sus ojos y sus normalmente mejillas llenas se veían ligeramente hundidas y huecas, como si no hubiera tenido una buena comida en un par de semanas. Frotó sus puños en sus ojos y parpadeó hacia mí.
—Solo estoy cansado. He estado muy ocupado. Estaba pensando en abrir una segunda tienda y eso toma más tiempo y esfuerzo de lo que pensaba. —Incluso sonaba exhausto.
—No sabía que estabas pensando en abrir otra tienda.
—Son los mejores, pero hay una gran cantidad de talento ahí afuera. Veo demasiados malos tatuajes, demasiados trabajos desastrosos que  salen de otras tiendas en esta ciudad. Tengo los recursos para ello, y, francamente, creo que Seúl lo necesita.
Fui a la caja fuerte y saqué el depósito del día. Era sin duda un beneficio estar teniendo una segunda ubicación. Me encontraba sorprendido de que nunca había oído una palabra sobre ello antes de ahora.
—¿Le has dicho a los chicos al respecto?
Shindong tomó la bolsa del banco y fruncí el ceño cuando me di cuenta de que sus dedos temblaban. Algo estaba fuera de lugar aquí y en lo absoluto tuve un buen presentimiento sobre ello. Le dio a su cabeza una pequeña sacudida y se empujó de la silla. Se veía que le tomó mucho más esfuerzo del que un acto tan simple le debería haber tomado.
—No. Hyukjae se encontraba ocupado consiguiendo una casa e instalándose con su novio. Kyuhyun preguntaría demasiado, quiere estar demasiado involucrado, y no he hecho suficientes decisiones firmes acerca de nada. Henry salió corriendo y se casó, así que sabemos dónde está su cabeza, y Jjong... —Una pequeña sonrisa estiró su barba de chivo—. Jjong se termina por ir con la corriente. Los otros no se verán afectados de una manera u otra, por lo que no creo que alguien necesite saberlo, hasta que sepa a ciencia cierta lo que tengo que ver con ello.
Tuve la muy nítida impresión de que estábamos hablando de algo más que una segunda tienda de tatuajes, pero no tenía ni idea de lo que podría ser, por lo que solo lo miré fijamente esperando que me diera una pista. Cuando no lo hizo, suspiré y corrí mis manos por mi cabello corto. Decidí cambiar de tema.
—¿Qué tan bien conoces a Siwon?
Me dio una mirada extraña.
—Esa es una pregunta rara, Heechul. ¿Por qué lo preguntas?
Traté de hacer caso omiso con indiferencia, pero no estaba seguro de que lo logré.
—Ahora que está de vuelta, está alrededor a menudo. Nosotros no conectamos exactamente. Derramé una cerveza en su cabeza en la última barbacoa. Pensé que estaría enojado por ello para siempre pero luego apareció hoy aquí todo contrito y conciliador. Solo estoy tratando de averiguar.
Él empezó a responder, pero se rompió en una tos tan fuerte y seca que pensé que quizás iba a tener que recoger su pulmón si es que salía volando de su boca. Le di palmaditas en la espalda hasta que me despidió con un gesto.
—Basta. Estoy bien.
—Suenas lo contrario a bien.
—Creo que estoy viniéndome abajo con un resfriado o algo. —Aclaró su garganta y frotó el centro de su pecho como si le doliera—. No conozco a Siwon tan bien como el resto de los chicos. Lo tenía bien en casa, su relación con sus padres no era tan polémica como lo era la de Hyukjaes. Sé que él amaba a esos hermanos suyos y los cuidaba como si fuera su misión dada por Dios desde su nacimiento. Eran una unidad sólida y estuve contento cuando tomó a Kyuhyun en ese redil. No me sorprendió cuando se alistó, o que las cosas se pusieron difíciles cuando las personas dejaron salir la verdad acerca de Eunhyuk. Siwon siempre va a salir a su manera a jugar de héroe para sus hermanos pequeños, estoy seguro de que le ardió algo feroz descubrir que uno de ellos le estaba protegiendo desde el principio.
—No lo entiendo. ¿Por qué a alguien le habría de importar si Eunhyuk era gay si todos lo amaban malditamente demasiado?
—No era eso. Siwon habría tratado de interponerse entre Eunhyuk y el resto del mundo, no habría tolerado a cualquiera tratando de hablar mal de su hermano menor, sin importar si Eunhyuk necesitaba la ayuda o no. Creo que él estaba salvando a Siwon de él mismo por no haberle dicho la verdad, pero descubrir que alguien a quien amabas tan ferozmente te oculta un enorme secreto es doloroso. Sabes eso, Rella.
Sabía eso, pero estaba tan acostumbrado a la luchar sola mis batallas que la idea de tener a alguien amándome incondicionalmente era bastante extraña. Quiero decir, mi padre me amaba, pero él no necesariamente me protegía. Sabía que mis amigos aquí morirían por mí, se situarían entre todo lo que quería hacerme daño y yo, pero era siempre la que cargaba de cabeza en la mayoría de las situaciones, independientemente si el tiro por la culata tendía a terminar conmigo. Hubo momentos en que me preguntaba si iba a ser demasiado para que lo tomaran.
—Da la impresión de ser muy intenso.
—Él es un tipo que ha estado en la guerra durante mucho tiempo. Estoy seguro de que eso le dejó su   marca.
Pensé en esa cicatriz que atravesaba su frente, estropeando uno de los más hermosos ejemplares de perfección masculina. Las marcas que habían dejado en él esa vida, no eran más que las que estaban en el interior, supuse.
Otra ronda de tos rompió a través de mis pensamientos y fruncí el ceño a Shindong tan ferozmente como pude para hacerle saber que hablaba en serio.
—Necesitas que te revisen. Suena horrible.
—Sí, sí, tan pronto como tenga tiempo. Es solo un poco de cosquilleo.
—No, no lo es. Suena como que tienes la Peste Negra.
Negó con la cabeza hacia mí y se inclinó para darme un beso en la mejilla.
—Te preocupas demasiado. Cuida de esos chicos, puedo cuidar de mí mismo. —Arqueó una ceja hacia mí—. Mientras estás en ello, ¿por qué no buscas a alguien que cuide de ti? Eso haría a tu viejo tan condenadamente feliz.
Solté un bufido y fui a recoger mi bolsa y teléfono celular del cajón donde los guardaba mientras trabajaba.
Estaba tratando, pero todo el mundo se quedaba corto. Era difícil confiar en alguien lo suficiente como para dejarlo avanzar todo el camino cuando no creía que se merecían estar allí.
—Nadie se ajusta. Todos me dicen que mis expectativas son demasiado altas.
—¿Lo son?
Caminamos fuera de la puerta principal y alcancé la última de las luces. Doblé contra Shindong mientras me estiraba en un abrazo apretado de un solo brazo. Traté de luchar por bajar la oleada de pánico cuando me di cuenta de que podía sentir sus costillas a través de su camisa. Era del tipo típicamente sólido, esto no era bueno.
―Mis expectativas son lo que son. Nunca voy a terminar de nuevo en una situación como lo hice con Hangeng.
—Ah, cariño, tienes que superar esa quemadura. Fue hace mucho tiempo. Debería estar cicatrizada por ahora y hay abundantes hombres buenos, si no geniales por ahí, y ni uno solo de ellos va a venir envuelto en un lazo de perfección.
—Lo espero demasiado porque me lo merezco un montón.
—Eso haces, Rella, pero también tienes que mantener los ojos abiertos o el correcto te va a pasar porque te encontrabas demasiado ocupado buscando la ballena blanca.
Una vez más, en contra de mi voluntad, mis pensamientos volvieron a Lee Siwon. Le había dicho a Kyuhyun que el mayor de los Lee estaba tan lejos de ser perfecto como podía imaginar y no estaba mintiendo. Él era temperamental e impredecible, y tenía la sensación de que estaba tratando con un poco de equipaje que ni siquiera yo podría ayudar a abordar.
Aunque, a todas las cuentas, él también era excesivamente leal, incondicionalmente honorable, y tenía conocimiento de primera mano que parecía ser honesto y de frente acerca de lo que estaba sintiendo. No habría adivinanzas a qué atenerse con el tipo grande, y algo sobre que era alarmantemente atractivo.
Hangeng había sido alto, no tan alto como Siwon, pero mucho más alto que yo. Él también había tenido tinta desde el cuello hasta los dedos de los pies y estaba perforado en todos los lugares más divertidos. No estaba para caerse muerto como Jjong, inolvidable como Hyukjae, aunque solo fuera guapo como Kyuhyun, o rockero como Henry. Era solo un chico, y lo había amado sin medida. Pero ahora, mirando hacia atrás en las cosas, me estaba empezando a preguntar si tal vez había estado vendiéndome demasiado corta porque Siwon era sin duda el hombre más atractivo que había visto de cerca y personalmente y él pensaba que tenía ojos bonitos.
Hangeng nunca me  había dicho que tenía bonito nada. Siwon se sentía peligroso y emocionante al mismo tiempo, incluso si perfecto no estaba en ninguna parte en la imagen. Me hizo sentir todo tipo de hormigueos y eso era más de lo que nadie más había hecho desde que Hangeng me rompió el Corazón.



2 comentarios:

  1. Y justamente por eso...es que Siwon es el ideal para Hee.
    No le gusta que Siwon lo haya puesto nervioso...y es lo que a mi me encanta...que solo Siwo me pone nervioso a Hee *0*
    Según Hee,Siwon no tiene una pizca de perfecto...pero no dejo de pensar en él todo el día.
    Kyuhyun dandole unas advertencias y Shin apoyandolo a que abra los ojos y deje la perfección o lo que él cree la perfección a un lado.
    Quizás la persona menos perfecta...es la perfecta para él.
    Y ya está dudando...esa es buena señal.

    ResponderEliminar
  2. Kyu deja de meterte en la concresión del sichul. Sé que lo haces desde el cariño que le tenes a las 2 pero ambos son grandes para pelear sus propias batallas y hacerse responsables de sus decisiones.
    Shin que estas esperando para ver un facultativo

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...