Sapphire Wolf (T2)- 23




Teukkie estaba de pie en la habitación que estaba compartiendo con Hee y Donghae en la mansión
donde vivían Kangin y su familia. Había pasado una semana desde que aterrizaron en Corea y el
torbellino de la preparación para la ceremonia de vinculación había comenzado.

Esta noche, en cuestión de menos de una hora, esas preparaciones finalmente darían el fruto de su
propósito. Esta noche Teukkie se ataría a Kangin para toda la eternidad. No hace falta decir que estaba
un poco ansioso, y sería una mentira si no admitía que estaba un poco asustadizo sintiendo que en
cualquier momento algún lobo demente saldría de la nada para llevársela furtivamente en un caprichoso
intento de convertirlo en su compañero. Bueno, si se tomaba un minuto para pensar realmente en esos miedos simplemente podría estallar en una carcajada histérica sabiendo que hace tres meses ni siquiera sabía que existían los hombres lobo.

Se miró en el espejo en el sencillo traje blanco adornado con hilo dorado. Hyesung eligió este traje como reemplazo para el original que se arruinó en el accidente.

Hoy no sólo era la ceremonia de los Ritos de Sangre, sino que también era su décimo octavo cumpleaños. ¿Quién habría pensado que en su décimo octavo cumpleaños estaría en Corea preparándose para vincularse con un hombre lobo? Sí, él tampoco.

—¿Cómo te va por ahí, joven príncipe lobo? —Teukkie escuchó a Hee preguntar desde la cama en la que estaba recostado.

Teukkie volteó para enfrentar a sus dos mejores amigos, agradecido más allá de las palabras de que ellos estuvieran aquí para apoyarlo y al menos, dar sus comentarios sarcásticos para ayudar a mantener sus nervios bajo control.


—Estoy nervioso, pero la verdad es que estoy mucho más que listo para ser vinculado a Kangin.

—Bueno, créenos cuando decimos que ya queríamos que te dieras prisa, porque todo eso de los “Alfas chiflados derribando tu puerta para meterse en tus pantalones” se está poniendo viejo —le dijo Hee secamente.

—Elegante, Hee, verdadera elegante. —Donghae puso los ojos en blanco.

—Bueno, mejor Teuk que yo, eso es todo lo que tengo que decir.

—Espera un minuto —comenzó Donghae—. Si recuerdo bien, el Hee ebrio era todo acerca de que cierto lobo fuese su hombre. ¿Qué pasó?


Hee puso los ojos en blanco, su boca apretándose.

—Todos sabemos que eso nunca va a pasar. Además, estoy empezando a pensar que no me vería bien
con pelaje de todos modos. —Hee resopló ante su propio comentario—. ¿Lo entienden? ¿Pelaje? ¿No
me vería bien con pelaje? No, ningún comprador, ¿eh? Está bien pues, público exigente.

Teukkie se acercó a Hee y se arrodilló delante de él, con las cejas levantadas.

—Hee, eh, sobre eso. Tengo que decirte… —En ese momento la puerta de su habitación se abrió y
Siwon entró. Hee saltó de la cama.

—Siwon, qué bueno de tu parte unirte a nosotros en nuestra habitación privada, donde podríamos
estar desnudos en cualquier momento dado. Justo estaba diciéndoles a mis dos amigos aquí lo mucho
que deseaba que un gruñón, arrogante y condescendiente hombre lobo vanidoso irrumpiera sin ser
invitado. Así que gracias por eso. Realmente, gracias.

Siwon se limitó a mirar a Hee fijamente y sus ojos lo asimilaron de la cabeza a los pies. Hee sintió el calor en su rostro elevarse bajo su escrutinio.

—¿Qué, nunca has visto a un joven vestido elegante? —dijo bruscamente. Siwon gruñó.

—No en una camisa como esa. ¿Le falta una chaqueta?

La mandíbula de Hee cayó abierta, sus ojos se ensancharon. Donghae tosió en su mano y Teukkie
simplemente se puso la palma de la mano en la boca.

Hee miró a Siwon fijamente a los ojos mientras se ajusta su camisa casi transparente, desafiándolo con su mirada letal a hacer otro comentario.

Siwon se le acercó, parándose directamente frente a él. Hee tuvo que inclinar hacia atrás la cabeza para mirar a su figura imponente.

—Esta conversación no ha terminado, Heechul, y no vas a dejar esta habitación hasta que te pongas un suéter o una bata, o un parka para lo que me importa. Pero no vas a andar por ahí de esa manera. —Luego se volteó hacia Teukkie—. Es el momento. Él te está esperando. Una vez que Heechul agregue un poco de tela a su cuerpo voy a llevarlos a la sala de reunión. — Sin decir una palabra, se volteó y regresó al pasillo, esperando que ellos lo siguieran.

Donghae ya estaba sacando un chaqueta corta hasta la cintura color crema suave que combinaba con la camisa azul marino de Hee.

—Sólo ponte esto y vámonos. Es el día de Teukkie, ¿de acuerdo? —le susurró Donghae a su amigo
que estaba echando humo.

Hee le arrebató la chaqueta a Donghae y se lo puso, sin apartar los ojos de la forma rígida de Siwon.
Finalmente apartó sus ojos y miró a Teukkie. Su rostro se suavizó de inmediato.

—Está bien Teuk, vamos a hacer esto. Tengo la cosa esa de tu discurso así que estamos bien. ¡Y te
ves increíble!

Teukkie sonrió ante el cumplido. Asintió, tomando una respiración profunda, y se volteó para seguir
a Siwon a donde Kangin lo esperaba.

Al acercarse a la sala de reunión Hee y Donghae le dieron un abrazo a Teukkie. Ninguno habló, ya que ya se había dicho todo lo que necesitaba decirse. Hee le entregó a Teukkie la hoja de papel que tenía sus votos y le dio un guiño rápido. Siwon escoltó a Hee y a Donghae a sus lugares en el salón, dejando a Teukkie de pie solo.

Cuando Teukkie se acercó a la entrada y miró al salón, vio que estaba oscuro. Mientras seguía mirando, pequeñas luces se encendieron en el suelo una por una. Notó que eran velas siendo encendidas y que formaban un círculo. Todas las personas estaban alrededor del círculo.

Podía ver las dos primeras filas, pero luego el resto de los rostros se desvanecían en la oscuridad que la luz de las velas no alcanzaba. También vio que en el centro del círculo había una silla, una palangana de agua y toallas. Pero lo más importante de pie en medio de la suave luz de las velas era Kangin.

Llevaba pantalones vaqueros holgados y una camisa blanca de vestir desabotonada, las mangas largas
enrolladas, mostrando sus fuertes antebrazos. Y estaba descalzo. Podía ver sus tatuajes como una
enredadera trepando desde debajo del cuello de la camisa, abrazando su cuello y su rostro en una
adorable caricia.

Teukkie tomó una respiración profunda y luego entró en el salón. Con cada paso que daba una vela era encendida a cada lado de él en el suelo, creando un camino iluminado.

Estaba silencioso, a diferencia de una boda no había música para que él entrara. Pero eso no importaba porque todo lo que podía oír era el latido de su corazón cada vez más fuerte hasta que estuvo frente a Kangin. Miró su hermoso rostro y una gran sonrisa se dibujó en él. Teukkie se rió, recordando cómo le había dicho que él sería el de la gran sonrisa tonta. Sólo que él no se veía tonto, estaba impresionante.

—Hola —susurró sin aliento.

—Hola, Angel. —Su voz era una caricia en su rostro. Kangin lo tomó de la mano y luego se volteó hacia Junjin que había estado allí todo el tiempo, pero Teukkie sólo tenía ojos para Kangin.

—Kangin, Leeteuk —comenzó Junjin, con voz fuerte y profunda—, ustedes están aquí hoy para
completar el vínculo de emparejamiento. Aunque el destino los ha reunido y los ha destinado el uno
al otro, ustedes dos han elegido por su propia voluntad estar aquí para profesar su amor y compromiso con su compañero.

—Lo hacemos —respondió Kangin por ellos. Leeteuk lo miró y él le apretó la mano para tranquilizarlo.

«Como el Alfa responderé por nosotros como compañeros emparejados. Cuando mi padre se dirija a ti directamente, entonces hablarás.»

Leeteuk asintió una vez en reconocimiento a su pensamiento. Kangin volvió su atención a su padre
cuando Junjin dijo:

—Kangin, es el momento de que recites tus votos formales a tu compañero. Leeteuk, te sentarás en la
silla mientras Kangin recita los votos y mientras lo hace él lavará tus pies. Esto simboliza su voluntad como el líder y Alfa de servirte, su compañero. De atender tus necesidades más básicas, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, y de darle el honor que te mereces como su Luna. Una vez que él te haya contestado, Kangin, puedes ponerte de pie y recitar los votos que has escrito.

Sosteniendo su mano, Kangin lo llevó hasta la silla para que se sentara. Teukkie levantó su pantalón,
dejando al descubierto sus pantorrillas y pies.

Teukkie observó mientras él traía la palangana de agua y la dejaba en el suelo. Luego le quitó los zapatos y sacó una de las toallas y la puso bajo sus pies. Vio con asombro como él tomaba un paño pequeño y lo sumergía en el agua, recogía sus pies y comenzaba a lavarlos con el paño. Mientras le lavaba los pies habló:

—En este día me arrodillo ante ti, como un sirviente de mi compañero, para preguntarte si me
completarás. ¿Te entregarás a mí? ¿Calmando finalmente a la bestia en mi interior, poniendo orden en el caos, llevand  luz a donde sólo ha habido oscuridad? ¿Vincularás tu vida a la mía, tu destino al mío, y tu alma a la mía y, al hacerlo, completar el vínculo de emparejamiento?

Mientras Kangin esperaba la respuesta de Leeteuk, enjuagó sus pies y comenzó a secarlos ligeramente con la última toalla. Cuando él finalmente respondió lo dejó sin aliento.

Leeteuk se puso de rodillas para que estuvieran cara a cara. Puso sus manos en las suyas, sosteniendo su mirada con la suya y recitó la respuesta que Hyesung le había enseñado.

—En este día me arrodillo contigo, mi compañero. Te completaré como tú me completarás. Me entregaré a ti, calmando a la bestia, poniendo orden en el caos, y llevando luz a donde sólo ha habido oscuridad. Vincularé mi vida a la tuya, mi destino al tuyo, y mi alma a la tuya y completaré nuestro vínculo de emparejamiento. Te tomaré como mío, mi compañero y mi Alfa. 

Kangin no podía respirar y por un momento su mente quedó en blanco mientras miraba el rostro de su propio milagro personal. Se dio cuenta de que había estado en silencio demasiado tiempo cuando Teukkie le apretó las manos para llamar su atención. Esperaba pacientemente a que leyera los votos que había escrito para él. Ninguno de los dos se levantó sino que permanecieron de rodillas, con la mirada fija en los ojos del otro. Se aclaró la garganta y luego habló:

—Leeteuk, Angel, compañero. Tienes muchos nombres. Cada uno de ellos tiene un significado especial, pero la única cosa que quiero llamarte es mío.

Kangin hizo una breve pausa, mirando las emociones atravesando el rostro de Leeteuk. Quería mirar en su mente y ver lo que estaba pensando, en cambio, siguió buscando en sus profundos ojos.

—No estaba seguro de cómo decirte todo lo que siento por ti y la profundidad de esos sentimientos,
pero alguien muy sabio me ayudó y por eso transmitiré sus palabras y añadiré unas cuantas propias. No sé si hay alguna manera de explicar o entender realmente el vínculo entre compañeros. No es humano; está más allá del reino de la razón y eso hace que sea difícil de creer que siquiera es posible…

…Sé que no te he conocido por mucho tiempo. Sé que los dos somos jóvenes. Pero nos haremos
cercanos más rápido de lo que cualquiera de nosotros puede imaginar. Te convertirás en mi mejor
amigo, mi amante, y yo me convertiré en el tuyo. Incluso ahora sé que lo sientes, que nadie en este
mundo me amará alguna vez como tú lo harás y nadie te amará como yo te amaré…

…Hemos nacido para amarnos el uno al otro y ese amor se hará más fuerte a medida que pase el
tiempo. Me preocupa que no vaya a hacerte feliz —la voz de Kangin era tan suave, mezclada con
emociones apretados—, pero esa sabia voz me ayudó a ver que lo haré. También voy a hacerte enojar, ponerte triste, irritado, y probablemente un poco claustrofóbico a veces.

Leeteuk le sonrió, lleno de adoración y él siguió adelante alentado por su respuesta

—Pero haré todo lo que esté en mi poder para hacerte feliz. Mi lobo intervendrá cuando mi lado humano se pase de la raya. El lobo sólo ve en blanco y negro. Todo lo que entiende es que tú eres nuestro compañero. Él te amará, te protegerá, proveerá para ti, jugará contigo y te alegrará mientras mi parte humana llenará los vacíos de emociones que el lobo no entiende. Tú me harás un mejor Alfa, un hombre mejor. Te daré lo que ningún otro hombre puede, la otra mitad de tu alma.

Cuando Kangin terminó vio que Leeteuk tenía lágrimas corriendo por sus mejillas, sus ojos llenos de amor. Alzó la mano con la que sostenía la suya y le limpió suavemente las lágrimas.

—Leeteuk, es momento de que recites los votos que has escrito para tu compañero —le dijo Junjin
suavemente, consciente de sus emociones.

Tuvo que soltar las manos de Kangin mientras desdoblaba el trozo de papel que tenía en la mano. Cuando levantó la vista y vio a Kangin mirándolo sonrió. Kangin le guiñó un ojo lo que hizo que se aceleraran sus latidos.

«Tranquilo, amor. Soy sólo yo, sólo nosotros. Háblame» le susurró Kangin en su mente, ayudando a
calmarlo para que pudiera desdoblar el papel y leérselo.

—Kangin, hay tantas cosas que no sé de ti, tantos secretos que aún tengo que descubrir, pero hay
algunas cosas que sí sé. Sé que tu rostro es lo primero que quiero ver en la mañana y lo último que
vea antes de cerrar los ojos por la noche. Sé que tu sonrisa es la que quiero ver cuando la vida te llene
de alegría…

…Sé que quiero ser quien que te abrace cuando estés lastimado o desanimado, y cuando la vida te de
un golpe bajo quiero ser la única persona que te ayude a volver a levantarte. Sé que si somos tan
bendecidos, quiero que seas el padre de mis hijos, y espero que tengan tus hermosos ojos. Sé sin lugar a dudas, que de los millones de personas en esta tierra, tú fuiste creado para mí y yo para ti…

…Todas estas cosas yo las sé. Lo que tú necesitas saber es que soy tuyo y sólo tuyo. Tienes mi corazón. Tienes el poder para llenarlo de amor y tienes el poder para destruirlo. Tienes que saber que no pasará un día sin que no dé gracias a Dios de que eres mío. Tienes que saber que voy a enfadarme contigo, yo te daré un infierno cuando lo necesites, pero también te amaré incondicionalmente y sin reservas. Te daré todo lo que soy, y no espero nada menos de ti.

Kangin miró a su compañero, sin palabras ante sus preciosas palabras. Ni siquiera se dio cuenta que su padre le estaba haciendo una pregunta hasta que Leeteuk volteó para mirar a Junjin.

—Kangin, ¿qué ofrenda le traes a tu compañero para demostrarle que vas a proveer para él y atender
sus necesidades tanto físicas como emocionales? —le preguntó Junjin.

Kangin se levantó y trajo a Leeteuk con él. Metió la mano en su otro bolsillo y sacó una pequeña caja
negra y escuchó a Leeteuk contener la respiración.

Kangin abrió la caja negra y se arrodilló de nuevo en una rodilla. Él tomó la mano izquierda de Leeteuk en la suya y la sintió temblar. Se llevó la mano a los labios y la besó y la mantuvo en sus labios hasta que el temblor se detuvo.

—He traído un anillo. No hay otro como él en todo el mundo, al igual que no hay otra como mi Angel. Grabado en coreano alrededor de la banda están las palabras: Llena, ya que sin ti mi alma está incompleta; absoluto, que es como es mi amor por ti; inamovible, no hay nada en esta tierra que me separe de ti, completo, que has llenado el vacío en mí completando al hombre y al lobo. En el centro está un diamante rojo muy raro. Elegí el rojo por dos razones. Primero, que eres mi pequeño fuego. Y segundo, que es un recordatorio de este día cuando ambos derramamos sangre para vincular nuestras almas el uno al otro.

Kangin miró a Leeteuk, suplicándole con los ojos que entendiera lo mucho que lo necesitaba
  
—Leeteuk, te amo. Eres mi compañero y de hoy en adelante todos los lobos sabrán que eres mío. Pero porque soy egoísta y un bárbaro justo como me llamó mi appa, no quiero que sólo los lobos sepan que eres mío. Quiero que cada hombre sepa que estás tomado. Me doy cuenta que no estás listo para casarte conmigo ahora mismo. Eso está bien, esperaré. Pero estoy pidiéndote que me digas que un día serás mi esposo en el sentido humano de la palabra. Usa este anillo como símbolo de que tu corazón ha hablado. Leeteuk, ¿quieres casarte conmigo?

Los ojos de Leeteuk se cerraron y cuando los abrió vio que brillaban con lágrimas no derramadas. Kangin se levantó y lo atrajo hacia él. Apretó los labios a su oído y le susurró:

—Por favor, dime esas son lágrimas de alegría.

Leeteuk asintió, pero eso no era lo suficientemente bueno para Kangin. Necesitaba oírlo de sus labios.

«Voy a hacértelo decir en voz alta, mi amor. Necesito escucharlo de ti.» Kangin le envió su pensamiento y luego esperó su respuesta.

Leeteuk se apartó de él para poder mirarlo a los ojos.

—Me casaré contigo, Kangin.

Kangin podía ver una pequeña chispa de picardía en sus ojos; su Angel tenía algo bajo la manga.

—¿Cuándo Angel? ¿Cuándo te casarás conmigo?  —susurró.

—Me casaré contigo ahora, aquí, en este lugar —le dijo, con los ojos llenos de determinación.

Hubo un grito ahogado que recorrió el salón, llegando lejos en la oscuridad donde estaba de pie
los anónimos. El aliento de Kangin quedó atrapado, no podía creer lo que estaba oyendo. Se volteó
para mirar a su padre.

—Alfa, cásanos —dijo con firmeza. Teukkie se rió ante la urgencia en su tono. Se dio la vuelta para
mirarla—. No quiero que tengas la oportunidad de cambiar de opinión.

Su voz era alegre pero Teukkie podía ver en sus ojos que hablaba en serio, nunca iba a dejarlo ir.
La voz de Junjin los trajo a ambos de su mundo privado de vuelta a dónde y lo que estaban haciendo.

—Antes de que los votos matrimoniales sean dichos, sólo hay una ofrenda, Kangin. ¿Dónde está la segunda?

—Tengo otra ofrenda pero quisiera dársela a mi compañero en privado cuando completemos los
Ritos de Sangre.

Junjin se giró hacia Leeteuk.

—¿Aceptas esta solicitud?

—Sí —respondió Leeteuk, con las cejas levantadas mientras miraba a Kangin.

—Está bien, supongo que ahora haremos los votos matrimoniales —dijo Junjin mientras le sonreía
a Teukkie.

—Oye, parecía un buen momento como cualquier otro —le dijo mientras sus mejillas se encendían
con calor—. Oh, y puede hacer la versión rápida. Estoy bastante seguro que lo que ya hemos dicho
cubre todo lo demás.

La multitude se rió ante sus palabras y luego se calmó cuando Junjin miró hacia la oscuridad. Trayendo su atención a Kangin y Teukkie, dijo los votos matrimoniales y todo el mundo escuchó una vez más como Kangin y Teukkie se comprometieron en la forma humana.

—Yo los declaro ahora esposos. —Junjin terminó los votos matrimoniales y luego agregó—: Kangin, es el momento para que tú y tu compañero lleven a cabo los Ritos de Sangre. Una vez hechos su vínculo estará completo.

Kangin se volvió hacia él y le tomó el rostro entre las manos y lo besó ruidosamente en la boca. El beso pareció durar una eternidad y Leeteuk estaba seguro de que incluso Hee estaría sonrojándose. Cuando él por fin se apartó colocó un beso más suave en sus labios y dijo:

—Compañero, ven. He esperado el tiempo suficiente. —Los ojos de Leeteuk se abrieron mientras
miraba al rostro de su compañero, el rostro de su lobo.



2 comentarios:

  1. Wa~ que emoción!!!
    Ay! Cuál es la segunda ofrenda!!!
    Por qué Tukkie no le dice a Hee que si se puede emparejar con Siwon!???

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  2. Oóoooooohhhh
    Aaaaawwwww
    Pensé que iba a esperar más tiwmpo para su enlace...no sé,quizás otra interrupción,pero no, lo han hecho,se han casado.....que bonito *0*

    La ofrenda es preciosa,sus palabras fueron hermosas...cual será la segunda?
    Hee obedeciendo a Siwon.....solo porque es la boda ee Teuk...ya Hee hará algo para cobrarselas.....lo sabemos

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...