Sapphire Wolf (T2)- 17




Donghae y Hee escucharon mientras Junjin les contaba a todos lo que había sucedido con la manada local.
Cuando los lobos habían regresado de su reunión, con los ojos brillantes y el poder emanando de cada
uno de ellos aspirando el aire de la habitación, les hizo saber que tenían malas noticias.

—Ahora que sabemos quién lo tiene, ¿cómo podemos averiguar a dónde se lo llevó Jihoon? —le
preguntó Hyesung a su compañero.

—He estado pensando en eso y lo único que se me ocurre hacer en este momento sería interrogar a los
lobos de Kangta. —Junjin se volvió hacia el Alfa— ¿Cómo te sientes sobre eso?

Kangta asintió en aprobación.

—Yo estaba pensando lo mismo. No sé si Jihoon hubiera confiado en cualquiera de mi manada, pero la única manera de saber con seguridad es interrogándolos. —Se volvió a sus lobos—. Lee, Heejun, Tony, y Jaewon, serán los primeros.

Junjin se levantó y se dirigió a Sora.

—Si no te importa, preferiría que todaos ustedes esperen en la cocina. Antes de que Sora pudiera objetar, Hee tomó su mano.

—Vamos, señora P. Que las bolas de pelo hagan lo suyo. Estoy seguro de que estarán encantados de
informarnos una vez les hayan sacado la verdad a golpes a estos cuatro.

—Heechul —gruñó Siwon.

—Guárdatelo, lobo —gruñó Hee de vuelta, levantando su mano en indicación que no quería oír lo que él tenía que decir—, tú y yo bailaremos luego.

Sora dejó que Hee la llevara a la cocina, mientras que Donghae y Hyesung los siguieron. Donghae fue directo a la nevera y sacó una Coca-Cola. Volviéndose hacia Hee, quien había saltado sobre el mostrador, le tendió una, sabiendo que la estaría esperando. Luego Donghae tomó la suya y fue a pararse al lado de Hee, con la espalda apoyada contra el mostrador. Hyesung estaba frente a los chicos con Sora a su lado.

—Hyesung, ¿por qué Jihoon se llevaría a Teukkie? —le preguntó Sora al joven Alfa.

Hyesung se quedó mirando el suelo por unos momentos antes de responder:


—Puedo pensar en dos razones. Uno, piensa que está ayudando a Kangta al ser el encargado de tomar
la decisión de llevarse a Teukkie para que así Kangta no tenga que hacerlo.

—Si ese es el motivo es más tonto de lo que parecía —dijo Hee entre tragos.

—La segunda sería la que yo siento que es probablemente la razón, él quiere un compañero. No estoy
seguro de qué edad tiene Jihoon, pero por el poder que pude percibir en él, es lo suficientemente mayor como para estar sintiendo los efectos de no tener un compañero —explicó Hyesung.

—¿Qué pasa con este asunto de los compañeros? ¿Es realmente tan importante como para que estos
hombres lobo estén dispuestos a arriesgar sus vidas? —le preguntó Donghae a Hyesung.

—Para un humano, parece poco realista —respondió Hyesung—. La idea de un alma gemela, lo que
llamamos un verdadero compañero. Hay tantas facetas en la magia detrás de nuestra especie. No lo
entiendo del todo, sólo sé lo que he visto para ser verdad. Hay una oscuridad en el alma de un hombre
lobo. Está diseñado para ser feroz, implacable, protector hasta el extremo y despiadado. Si un macho no encuentra a su compañero o compañera, la oscuridad empieza a hacerse cargo y gradualmente comienza a volverse loco, incapaz de controlar la oscuridad que una vez fue algo que fortalecía a su familia, mantenía a su manada a salvo.  A menudo los hombres lo describen como estando en guerra con el lobo.

Todos estaban escuchando con tanta atención que no se dieron cuenta que los lobos machos se habían
reunido en el fondo, escuchando

—Su pareja es la luz que mantiene la oscuridad a raya. Llena el agujero que ha ido creciendo cada vez más grande en su alma. Cuando se completa el vínculo entre compañeros, sus almas se fusionan, y el macho será capaz de atar la parte oscura de su naturaleza y por fin estar en paz con su lobo.

Hubo una pausa de silencio antes de que alguien hablara.

—¿Qué obtiene la pareja de ello? Me refiero a que, suena muy bien para él, pero, ¿qué pasa con el
agujero en su alma? —La pregunta de Hee fue casi un susurro. Hyesung ladeó la cabeza hacia un lado en un gesto muy parecido a un lobo, sorprendido de que tal cuestión hubiera venido de Hee.

Hyesung se acercó a Hee y puso su mano debajo de su barbilla e inclinó la cabeza para que él estuviera mirando a la cara de Hyesung.


—Consigue a un hombre que le amará completamente y fielmente. Consigue a un hombre que no sólo salvará su vida, sino que dará la suya propia para mantenerle a salvo. Él le proveerá sin importar el costo, él le dará refugio contra todas las tormentas que vengan en su camino, él será el encargado de traer una sonrisa a su cara cuando nadie más puede hacerlo. Consigue a un amigo, un amante, un compañero, el único hombre en este mundo que puede completarle y darle la otra mitad de su alma.

Hee secó las lágrimas que habían comenzado a caer por su propia voluntad, sin entender por qué las
palabras de Hyesung se sentían como si estuvieran grabándose por sí mismas en el corazón. Sonrió hacia Hyesung.

—¿Eso es todo? —medio bromeó, tratando de quitarse de encima las emociones intensas que las palabras de Hyesung habían despertado en él.

Hyesung se inclinó hacia delante y le dio un beso en la frente mientras susurraba:

—Con el tiempo, todo será revelado. No pierdas la esperanza, por Teukkie o por ti mismo.

Cuando Hyesung retrocedió a su lugar en el mostrador, fue entonces cuando Hee se dio cuenta que los lobos habían estado escuchando las palabras de Hyesung. Sentía como si un agujero estaba siendo
grabado a fuego en la parte posterior de su cabeza y sabía quién lo observaba.

Se dio la vuelta lentamente y capturó los ojos de Siwon. Ellos brillaban y nunca se apartaron de él.
Después de varios minutos por fin apartó la vista, incapaz de pensar bajo su intensa mirada. En cuanto se dio la vuelta, vio a Kangin y la expresión de su rostro amenazó con desgarrarle. Hee no había pensado en cómo las palabras de su appa le afectarían cuando su compañero, la otra mitad de su alma, estaba en manos de otro lobo.

Junjin se adelantó y tomó la mano de Hyesung mientras se dirigía a todos.

—Los cuatro lobos que Kangta trajo con él son inocentes, no saben nada. Así que nuestro siguiente paso es ir con el resto de su manada.

Junjin se volvió y miró hacia Sora, su rostro se suavizó mientras contemplaba el rostro de una mujer que se mantenía unida por un hilo

—Vamos a alquilar un jet. No voy a tratar de convencer a nadie de ir porque sería simplemente una
pérdida de tiempo.


—Finalmente un lobo que sabe cuando ha sido vencido —dijo Hee, volviendo a su ser sarcástico.

Junjin le lanzó una mirada que la desafió a decir más. Hee sabiamente decidió estar fascinado por la
peladura en el esmalte de sus uñas.

—El mayor obstáculo serán los padres de Donghae y Hee. Sora, tú y Hyesung van a tener que ir con
los chicos para hacerles saber que estaremos partiendo inmediatamente, en vez de en un par de
semanas. Diles que ha sido una emergencia familiar y tenemos que volver a Corea lo más rápido posible.

Sora asintió, asumiendo una mirada de determinación en su rostro por tener finalmente una tarea, algo que hacer en vez de esperar. Tomó las llaves del auto en el mostrador y le indicó a los chicos y Hyesung que lo siguieran.

—¿Cómo crees que tus padres van a tomar esto, Hee? —preguntó Donghae en voz baja.

—Oh, probablemente tan bien como la vez que tomamos preservativos y los colgamos de los árboles
frente a la casa del Director Shens.

—¿Así de bien? —preguntó Donghae con sarcasmo.

—Recuerda, es por Teukkie. Por lo tanto, lo que sea necesario, Donghae. No me importa si tienes que sacar todas las tarjetas de viaje de culpabilidad de tu arsenal, vamos a subir a ese avión. ¿Estamos claro?

—Estoy contigo —confirmó Donghae. Por Teukkie haría lo que fuera necesario para asegurarse de estar en ese avión.



Kangin subió por las escaleras hasta el dormitorio de Leeteuk y cerró la puerta tras de sí. Respiró
profundamente, tomando su olor, dejándolo fluir sobre él. Sintió a su lobo empujando, gruñendo, en
busca de su compañero en este lugar donde habían susurrado palabras de amor, y compartido sus
sueños para el futuro.

Acostándose en su cama, hundió la cara en la almohada y fue allí que finalmente se vino abajo.

Sólo con Leeteuk podría dejarse ir alguna vez. Recordó la noche antes del desafío cuando había
derramado sus miedos en él. Había desnudado su alma y él le había dado la bienvenida con los brazos
abiertos. Sus hombros temblaron mientras el dolor y el vacío lo amenazaban con romper.
Las últimas horas sin poder tocar su mente, sin saber si estaba bien, casi lo había puesto de rodillas.

Él había escuchado a su appa hablar de la importancia de un compañero para el macho Canis Lupis y
ahora Kangin sentía como si un cuchillo estuviera siendo empujado a través de su corazón.

Cuanto más había hablado él más se retorcía, destrozando músculos, arterias, venas que enviarían
la vivificante sangre por todo su cuerpo. Leeteuk era su corazón y sin él su alma se marchitaría y
decaería, al igual que los músculos y órganos sin sangre. Sin Leeteuk, la oscuridad que desataría sería
tal como la que nunca se ha visto.

Kangin respiró hondo, tratando de llevar sus emociones bajo control. Necesitaba pensar claramente y
no permitir que sus acciones sean dictadas por la ira o el miedo, lo que no traería a su compañero a
casa seguro.

Se incorporó y se limpió la evidencia de su dolor en su rostro. No iba a mostrar la profundidad de sus
emociones a nadie sino a su Angel. Sólo él tenía el derecho en sus heridas más profundas, deseos, miedos. Sólo su Leeteuk.

Se levantó y caminó hacia la puerta y cuando su mano agarró el pomo de la puerta, oyó en su mente una voz que habría matado por volver a escuchar.

«¡Kangin!»

El miedo de Leeteuk se enlazaba en sus palabras. Kangin sintió el corazón en la garganta mientras su alma se estiraba por su otra mitad. Su lobo gruñó, rugiendo por ser liberado.

«Leeteuk.»

A pesar de que lo intentó, no pudo evitar la desesperación de por fin escucharlo, de finalmente sentir que su vínculo ya no estaba vacío.

«¿Estás bien? ¿Estás herido?»

Kangin tenía que saber. A pesar de que no podía hacer nada al respecto por el momento, tenía que saber.

«Me duele, pero no porque alguien me haya hecho daño. Jihoon nos ha secuestrado, al doctor Lee y a mí.»

«¿Todavía estás enfermo?»

«No tan mal.»   Kangin sintió una pausa antes de que continuara. «Estaré
bien.»

«¿Puede describir tu entorno para mí? Tal vez me dará algún tipo de ideade dónde te encuentras.»

Kangin sabía que era una posibilidad remota, pero por otro lado, podría haber algo que Jihoon había
pasado por alto que sería suficiente para delatarse.

«La habitación en la que nos encontramos no tiene ventanas. Parece una biblioteca o estudio.»

Kangin esperó, sintiendo su intento de examinar su entorno.

«Bien, parece que tal vez es una cabaña de troncos. El mobiliario está hecho de algún tipo de madera y las paredes son todas de madera como una cabaña. No veo nada más que de ninguna pista acerca de dónde estamos.»

La voz de Leeteuk estaba empezando a sonar muy nerviosa.

«Angel.»

Kangin suavizó su tono de voz hasta un susurro en su mente mientras se imaginaba acariciando su rostro, envolviendo sus brazos a su alrededor y sosteniéndolo cerca.

«Te encontraré. Eres mío, yo siempre iré por ti.»

«Kangin, date prisa. Por favor.»

El por favor es lo que lo convenció. Su Angel no decía por favor, incluso en la más extrema de las
situaciones, su Angel mandaba. Había algo que no le estaba diciendo, pero no iba a presionarlo en
estos momentos.

«Leeteuk, tengo que dejar que mi padre sepa que tú me has contactado. Estamos saliendo en poco tiempo para interrogar a la manada de Kangta. Esperamos que él confiara en uno de los otros lobos y tal vez revelara adónde te estaba llevando» explicó Kangin, quería que él entendiera que si no lo escuchaba no era porque se hubiera ido.

«Estás bien. Si soy capaz de averiguar cualquier cosa que creo que pueda ayudar, te lo haré saber.»

Y porque no podía dejar de decirle, empujó la imagen de él besándolo en su mente mientras susurraba:

«Te amo, mi Angel.»

«Kangin, quédate conmigo.»

«Siempre.» Su palabra era una promesa solemne para él únicamente.

Kangin abrió la puerta y corrió escaleras abajo. Su padre y los otros lobos estaban reunidos en la sala de estar. No vio ninguna señal de los chicos y asumió que no habían conseguido regresar todavía.

—Leeteuk me ha contactado a través de nuestro vínculo —anunció, sin aliento, no por la excursión, sino del ritmo frenético de su corazón, sabiendo que estaba vivo y hasta el momento ileso.

—¿Fue capaz de decirte algo? ¿Te dio alguna pista de dónde podrían estar? —le preguntó Junjin a su hijo.

—Todo lo que me pudo decir fue que cree que él lo tiene en una cabaña. Dijo que la habitación en la que está no tiene ventanas, pero que el mobiliario es de madera de bosque y las paredes eran de troncos, como una cabaña de troncos.

—¿Mencionó al doctor Lee?

—Diijo que Jihoon los secuestró a los dos. Parecía como si el doctor Lee fuera tan víctima como Leeteuk, pero algo sobre eso no me sienta bien —admitió Kangin.

Junjin asintió.

—Estoy de acuerdo contigo. No veo a el doctor Lee como el tipo de víctima. Él es un joven Alfa, toma sus propias decisiones. —Junjin miró a cada uno de sus lobos—. Si no han empacado, entonces háganlo ahora, y sean rápidos. Kangta, voy a dejar que mandes a tus lobos. No voy a pisar en tu autoridad.

—Te lo agradezco, Junjin. Ya he enviado a Tony y a Lee para que consigan nuestras cosas del hotel,
deberían volver en cualquier momento.

—En este momento lo único que queda por hacer es esperar a que Sora, Hyesung, y los chicos vuelvan.

—¿Crees que Sora puede convencer a sus padres para que los dejen ir con nosotros? —le preguntó
Kangin a su padre.

—Si Sora no puede, son pocos los que pueden resistirse a tu appa. — Junjin le dio a Kangin una sonrisa de complicidad, y por el momento, porque podía sentir la presencia de Leeteuk en el fondo de su mente, él fue capaz de devolverle una pequeña sonrisa.

Era cierto, después de todo. Su appa siempre parecía salirse con la suya. De alguna manera era capaz de hacer que la gente piense que lo que fuera que él estaba queriendo había sido su idea en primer lugar. Le iban a seguir la corriente con una sonrisa en su rostro, completamente inconscientes.

Nunca lo había visto usarlo con malas intenciones, su appa era demasiado buena de corazón para eso.
Casi estalló en carcajadas ante la idea de los pobres padres de Donghae y Hee cayendo, sin saberlo, bajo su hechizo.

Kangin sintió a Leeteuk removerse en su mente.

«Comparte conmigo lo que está apaciguando tu ira, Kangin.»

«Mi appa y tu madre están en casa de Donghae y de Hee tratando de convencer a sus padres para que dejen que Donghae y Hee vayan a Corea hoy. Obviamente, eso no es cierto, pero tenemos que decirles algo para que Hee y Donghae puedan venir, viendo como harían autostop si no los traemos.»

«Veo que estás aprendiendo» bromeó Leeteuk.

«Es curioso, mi amor, pero Hee le dijo lo mismo a mi padre.»

Podía sentir el humor que él sentía por esto y se alegró de poder darle una pequeña cantidad de
distracción.

«Lo que estaba pensando era, que mi appa parece tener la capacidad de conseguir lo que sea que
quiera; la gente sólo le sigue la corriente. Casi me siento mal por sus padres, con mi madre allí, no hay forma de que no logre que ellos estén de acuerdo para que los chicas vengan y encima de eso, van a pensar que es la mejor idea del siglo.»

Leeteuk estuvo en silencio por un momento. Kangin no podía recoger lo que estaba pensando o sintiendo, su capacidad de bloquearlo estaba haciéndose más fuerte.

«Angel, me dirías si te ha hecho daño.»

Kangin dio una orden en lugar de una pregunta.

«Veo que la distancia no afecta tu capacidad de ser mandón.»

No pasó desapercibido para Kangin que había esquivado su comentario.

«Leeteuk.» Lo dejó oír un gruñido en su mente.

«Bajo las circunstancias, estoy tan bien como se puede esperar, hombre lobo. Dime cuando estés cerca de Hee y Donghae, me vendría bien una dosis de su tipo de medicina.»

«Como digas, mi amor, así será.»

Kangin le daría el mundo si se lo pidiera, y él movería montañas para que esto ocurra.



Hee y Donghae se sentaron en el asiento trasero de la camioneta de Hyesung, ambos atónitos por lo que había tenido lugar en sus hogares. En un momento sus padres estaban completamente inseguros de dejarlos ir y luego al siguiente Hyesung estaba abrazándolos y haciéndoles saber que eran bienvenidos a venir a Corea en cualquier momento.

Incluso les dijo que Junjin y él pagarían por eso, y consiguió esto, sus padres estaban comiendo de las
manos de Hyesung como si él estuviera sirviendo la mejor cosa desde el pan rebanado.

—Pinocho, ¿podrías decirme qué pasó allí? —murmuró Hee, su voz como en un estado de trance.

—Estoy tan perdido como tú —dijo Donghae, luciendo tan confundida como Hee.

Hyesung le sonrió a los chicos en el espejo retrovisor.

—Todo está en la presentación, niños. Si puedes situar un diamante imperfecto delante de alguien, al
principio todo lo que ven son los defectos. Pero si lo tomas y le das la vuelta justo directo a la luz, de
repente los defectos quedan en el fondo, sacando a luz el resplandor que se encuentra detrás de esos
defectos.

—Maldita sea, él es bueno. —Hee sonrió.

Sora miró hacia atrás a Hee y a Donghae y permitió que una pequeña sonrisa cruzara su rostro a pesar
de que no llegó a sus ojos.

Hyesung repentinamente tuvo una de esas miradas distantes que Hee y Donghae reconocieron
inmediatamente.

—¿Qué es lo que el gran jefe tiene que decir? —preguntó Hee, sin preocuparse en este momento si era de su incumbencia o no.

Si se refería a Teukkie, entonces en lo que a él respecta era definitivamente de su incumbencia.

—¿Cómo sabías que estaba hablando con Junjin? —preguntó Hyesung, con verdadera sorpresa en sus ojos.

—Tienes la misma mirada que tiene Teukkie cuando él y su bola de pelo están utilizando su mojo
mental. Aunque, le pregunté una vez si estaba estreñido porque sólo tiene esa clase de mirada en su
cara cuando está estreñido. —Todos los ojos estaban sobre Hee en el momento en que él dejó de
hablar—. ¿Qué? — preguntó.

Sora dejó escapar una pequeña risa.

—Gracias, Hee. Necesitaba eso.

—Para eso es que estoy aquí, señora P., su propio comediante y alivio personal. —Hee volvió a mirar a Hyesung—. Así que en serio, ¿qué dijo?

Hyesung miró a Sora, su rostro se suavizó mientras decía:

—Teukkie contactó a Kangin a través de su vínculo.

Sora respiró profundamente y cerró los ojos mientras se relajaba.

—¿Está bien?

—Junjin dice que le dijo a Kangin que Jihoon no le había hecho daño, pero que estaba todavía sentía
dolor de lo que sea que estaba mal antes.

—Nunca tuvimos la oportunidad de hablar con el doctor Lee al respecto —dijo Sora a nadie en particular.

—¿Dijo si el doctor Lee estaba con él? —le preguntó Donghae a Hyesung.

—Teukkie dijo que el doctor Lee estaba allí y que ambos habían sido secuestrados por Jihoon.

Hee chasqueó la lengua.

—No sé si creer eso. El doctor Lee tenía agallas. No lo veo siendo intimidado por ningún lobo.


—Estoy contigo, Vern —concordó Donghae.

Unos minutos más tarde, se detuvieron en la entrada de la casa de Sora. Todos saltaron de la camioneta y se dirigieron a la puerta, que se abrió antes de que incluso llegaran a ella. Siwon estaba en la puerta, luciendo tan odioso como siempre, pensó Hee.

—¿Qué, ningún beso de saludo? —lo aguijoneó, por alguna razón encontraba satisfacción cuando podía conseguir una reacción de él.

Hee no estaba preparado para la mirada que le dirigió en respuesta a su observación. En realidad, parecía como si estuviera considerando besarlo. Se apresuró a pasar frente a él y le escuchó reír, a lo que Hee decidió no reconocer.

Una vez todo el mundo estuvo en la casa, llenaron nuevamente la sala de estar, Junjin repasó otra vez lo que Teukkie le había dicho a Kangin. Finalmente, les contó el plan una vez que llegaran a la manada de Kangta.

—Kangta y yo decidimos que sería mejor si no nos quedamos en su sede de la manada, sobre todo porque vamos a estar interrogando a sus lobos y algunos podrían pensar que están siendo acusados de algo. Así que nos alojaremos en un hotel cercano. Nosotros tomaremos mi camioneta, la cual puede llevar a 9 personas, y la camioneta de Kangta, que puede con 6, al aeropuerto. Kyuhyun, tu irás con Kangta y sus lobos. Son las 2:00 p.m. Ahora bien, para cuando abordemos el avión serán las 3:00 p.m. El vuelo es un poco más de 2 horas y medias, por lo que debemos llegar a Denver alrededor 
de las 5:30 o 6:00 p.m. ¿Alguna pregunta? — Nadie respondió, así que Junjin se volvió hacia Kangta—. ¿Tienes algo que necesites decir?

—Ahora no. Estoy listo cuando ustedes lo estén. —Junjin asintió y, sin decir una palabra, se dirigió hacia Hyesung. Todo el mundo lo tomó como su señal para recoger sus cosas y encaminarse a sus vehículos asignados.


Sora se paseaba por la casa, asegurándose de que todas las luces estuvieran apagadas cuando sintió
una mano suave en su brazo. Se volvió para encontrar a Kangta mirándola con ojos que lucían tan
atormentados como los suyo propios.

—Sólo quiero que sepas que voy a hacer todo lo posible para encontrarlo —dijo Kangta, y ella podía
decir que quería decir cada palabra.

—Gracias —fue todo lo que pudo decir. No sabía qué más decir. Aquí el amor de su vida estaba justo
delante de ella, lo suficientemente cerca como para tocarla, y sin embargo estaba por siempre fuera de su alcance. Pero era suficiente, decidió Sora, que él amara a su hija. Aunque él no la podía amar, si amaba a Teukkie y eso sería suficiente.



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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...