Pasión Nocturna (DH8)- 16



Los hombres se bajaron y sacaron a Shin del asiento, y luego lo cargaron dentro de la casa, con Heechul un paso detrás de ellos.
Leeteuk se levantó del sofá en el instante en que vio a Shin siendo llevado a su vestíbulo.
—Oh, mi dios, ¿qué sucedió?
—No lo sabemos —dijo Kangin mientras él y Hyukjae llevaban a Shin arriba, por las escaleras de caoba.
—¿Hee? —preguntó Leeteuk.
Él se encogió de hombros y siguió a los hombres. Leeteuk se unió a la procesión por la escalera. Al llegar al rellano superior, un alto hombre afroamericano salió de una de las habitaciones de huéspedes.
—¿Shindong? —dijo, con una voz profundamente acentuada.
—No sabemos lo que sucedió —dijo Kangin, en respuesta a su tácita pregunta, mientras pasaban junto a él.
—Hola, soy Heechul —dijo, extendiendo su mano hacia el nuevo Dark Hunter que estaba protegiendo a su familia.
—Kassim —dijo él, estrechándole la mano antes que ambos siguieran a los hombres a la habitación de Shin.
Una vez que tuvieron a Shin seguramente arropado en la cama, Kangin frunció el labio mirando a Heechul.
—¿Por qué no le preguntas a tu hermano sobre su nuevo amigo, Leeteuk?
—Kangin —dijo Heechul en tono de advertencia—. Basta, o cojearás.
—¿Qué amigo? —preguntó Leeteuk.
—Choi Siwon —dijo Hyukjae—. Estaban bastante amigables esta noche, cuando los encontramos.
—Sí, lo estábamos —dijo Heechul—. Y no es asunto tuyo.
Leeteuk lo miró penetrantemente.
—Heechul…
—¡Cállense! —dijo Heechul con brusquedad—. Miren, me someteré alegremente a la sesión de “ataquemos al hermano Heechul” luego de ayudar a Shin. Ahora mismo comenzaré a llamar a algunas personas para ver si alguien sabe cómo arreglar esto. Ustedes pueden quedarse aquí, furiosos y criticándome todo lo que quieran, pero no voy a escucharlos.
Sacando su teléfono del cinto, Heechul fue hacia la escalera, y bajó al living para llamar a Boa, quien fue completamente inútil para esto.
—Vamos, B —le rogó Heechul a su hermana—. Tiene que haber un hechizo para deshacerlo.
—No, si no sabes lo que lo causó. Shin no es exactamente humano, Hee. Un movimiento equivocado y podríamos hacerle daño realmente.
Heechul gruñó al teléfono y colgó. Leeteuk acababa de unirse a él en la sala cuando escucharon que algo golpeaba la puerta principal con tanta fuerza que hacía temblar las bisagras.
Pasándole el teléfono a Leeteuk, Heechul extrajo su estilete de la bota.
—¡Akri! —El gemido maníaco de Simi hizo eco por la caza como un violento trueno—. ¡Deja entrar a Simi, akri!
—¿Qué es eso? —preguntó Leeteuk, con el rostro pálido.
—Es el demonio de Shin.
—¿Simi está haciendo ese terrible sonido? —preguntó Kangin mientras él y Hyukjae bajaban corriendo las escaleras.
—Así parece —dijo Heechul mientras iba hacia la puerta. Kangin fue más rápido.
—¡No! —dijo—. Podría ser un truco.
—Un truco, mi trasero —murmuró él—. ¿Simi? ¿Eres tú?
—Heechul, déjame entrar. No puedo ayudar a akri si no puedo verlo. Tengo que ayudar a mi akri. Déjame entrar, o Simi convertirá en barbacoa esta puerta, así que ayúdame.
—No puedes, Simi. El escudo te lastimará si lo intentas. Tienen que invitarte a entrar.
Heechul se quedó helado al oír la amable y desconocida voz femenina al otro lado de la puerta. Tenía un débil rastro de acento extranjero.
—¿Quién está contigo, Sim?
—Uno de los koris de la diosa-zorra, son personas que la sirven en su templo en el Olimpo. Hyungjoon es gente de buena calidad que ayudará a mi akri. Ahora, ¡deja entrar a Simi!
—Está bien —le dijo Heechul a Kangin—. Conozco a Simi lo suficientemente bien como para comprobar que es ella allí afuera.
Kangin lo miró amenazantemente.
—Sí, y también conoces a Siwon. Eso me da mucha fe en tu juicio… no.
Heechul se puso rígido.
—Leeteuk, si las pelotas de tu marido significan algo para ti, sugiero que lo apartes de mi camino, o estará cantando como una soprano.
—Deja que abra la puerta, Kangin.
—Y un demonio —dijo él con brusquedad—. Mi hija está durmiendo arriba.
—Su sobrina está durmiendo arriba —le recordó Leeteuk—. Heechul jamás pondría a Sora en peligro. Ahora, muévete.
Kangin hizo un gesto como si quisiera ahorcar a ambas, y luego dio un paso al costado.
Heechul abrió la puerta para ver a Simi afuera, con un joven alto y vestido con una toga. Ninguno de los dos preguntó dónde estaba Shin, parecían saberlo instintivamente.
—No te preocupes, Hee —dijo Simi mientras el joven iba hacia la escalera—. Hyungjoon jamás lastimará a mi akri. El lo ama, como nosotros.
Hyungjoon no escuchó a Simi mientras subía las escaleras de esa casa desconocida. Pero, por otro lado, no había tal cosa como una casa desconocida para él. Había heredado grandes poderes tanto de su padre como de su madre, incluyendo la habilidad de sentir la esencia y distribución de los edificios.
Esta casa hacía eco de calidez, respeto y amor. No era de extrañar que a Shindong le agradara quedarse aquí cada vez que visitaba Nueva Orleáns. Este era un hogar maravilloso, y Sora era una niña afortunada por vivir allí. Cómo deseaba haber conocido un sitio así cuando era pequeña.
Abrió la última puerta del pasillo para encontrar a Shindong recostado boca abajo en una enorme cama de postes.
Hyungjoon se detuvo ante la imagen de Shindong allí. Jamás, en todos estos siglos, había estado tan cerca de él. Como un joven, había intentado con frecuencia echar vistazos cuando él iba al Olimpo a ver a Artemisa. Como todos los sirvientas de la diosa, Hyungjoon era desterrado del templo cada vez que él lo visitaba.
Él, más que ninguno, tenía prohibido estar ni siquiera cerca de él. Y ahora…
Había esperado por este simple y único momento toda su vida. Por una posibilidad de tocarlo. De conocerlo.
De sentir sus brazos a su alrededor, sólo una vez.
Con el corazón martilleando, cruzó la habitación para detenerse junto a la cama que en realidad no tenía espacio para su alto y delgado cuerpo. La palidez y el extraño color de su piel no hacían nada para disminuir el hecho que era, sin una sola duda, el hombre más apuesto que había nacido jamás.
Pero era tanto más que belleza externa.
Incluso estático, era imponente y atemorizante. Podía sentir sus poderes extendiéndose hacia él. Llamándolo.
Era poder encarnado.
Más que eso, era invalorable para el orden del universo. Si Shindong muriese alguna vez…
Ni siquiera toleraba pensarlo.
Usando sus propios poderes, que sólo eran menores que los de él, Hyungjoon cerró y trabó la puerta de la habitación con sus pensamientos antes de bajar su capucha y sentarse a su lado. Quería algunos minutos a solas con él, donde nadie pudiera observarlos.
—Eres tan apuesto —susurró mientras trazaba la línea de sus cejas.
Desde el primer momento en que lo había vislumbrado, cuando era un niño, había anhelado tocar su mano. Anhelado que él lo llamara por su nombre.
O, mejor aún, anhelaba que él supiera que existía. Pero no podía ser.
Artemisa siempre estaría en medio de ellos. Había ordenado siglos atrás que nadie, especialmente Hyungjoon, jamás pudiera tocar al sagrado Shindong.
Sin embargo allí estaba, sentado a solas con él, muy lejos de la mirada alerta de la diosa.
Las emociones profundamente arraigadas lo engulleron. Incapaz de resistir la marea que lo arrastraba, Hyungjoon se recostó contra él y lo abrazó con fuerza, deseando que estuviera despierto, para conocerlo. Para sentirlo.
Pero no lo estaba.
Jamás sabría que él había estado aquí. Que había sido quien lo había ayudado. Simi tenía prohibido decírselo, y en cuanto él desapareciera, los demás, que estaban abajo, también olvidarían que lo habían visto.
—Te amo —susurró a su oído—. Siempre te amaré.
Depositó un casto beso en su mejilla ante de apartarse y tomar su gran mano en la suya. Las lágrimas corrieron por su rostro mientras rozaba los dedos de Shindong contra su mejilla.
—Un día —susurró—, nos conoceremos. Lo prometo.
Hyungjoon destrabó la puerta con sus poderes, y extrajo una pequeña bolsa de su bolsillo. Tenía tres hojas del Árbol de la Vida que sólo florecía en el jardín de la Destructora, muy profundo dentro de los pasillos de su templo en Kalosis. Sólo eso podía romper el ypnsi, el sagrado sueño que Orasia había dispensado una vez, desde los sagrados pasillos de katraoteros en los días en que los antiguos dioses Atlantes habían gobernado la tierra.
Sólo esto podía devolver a Shindong su fuerza completa.
Hyungjoon retorció las hojas hasta que estuvieron húmedas. Sosteniéndolas sobre los labios de Shindong, las aplastó más, hasta que fueron capaces de dejar caer nueve gotas dentro de su boca.
Observó cómo el color se esparció desde sus labios, lentamente, hacia el resto de su cuerpo.
Él respiró hondo y luego abrió los ojos. Hyungjoon de desvaneció instantáneamente.
Shin sintió el aire agitarse a su alrededor. Se sentó rápidamente y deseó no haberlo hecho, cuando sintió que el dolor inundaba su cuerpo.
Secándose los labios, hizo una mueca ante el amargo y desagradable sabor que tenía en la boca.
—¿Akri?
Su corazón dejó de latir al escuchar la vacilante voz de Simi un instante antes que ella irrumpiera en la habitación y saltara a la cama junto a él.
De repente, todo regresó a su mente. Los Daimons. El golpe…
¿Qué demonios lo había golpeado?
—Simi, ¿qué estoy haciendo aquí?
Ella lo agarró en un abrazo que lo tiró de espaldas, con ella envuelta en la parte superior de su torso.
—Asustaste a Simi, akri. Ella no sabía qué te sucedía. Te pusiste todo gris y desagradable como una estatua, o algo así. ¡Se supone que no hagas eso! Eso dijiste.
—Estoy bien, Sim —le dijo, acunándola—. Eso creo. ¿Por qué estoy en casa de Kangin… contigo en tu forma humana?
—Te trajimos aquí.
Shin se tensó ante el sonido de la voz de Kangin. Se sentó lentamente con Simi aún abrazándolo.
Con los brazos doblados sobre el pecho, Kangin se quedó parado en el umbral con Hyukjae y Leeteuk.
—¿Estás bien? —preguntó Kangin. Shin asintió.
—Eso creo. Aún estoy un poquito confuso, pero respiro.
O al menos lo intentaba, dado el hecho que Simi estaba pegada a él como una protectora mamá osa.
—¿Sabes lo que te sucedió? —preguntó Heechul desde algún sitio, en el pasillo.
Desdichadamente sí, pero no era algo que necesitaran saber, ya que Simi había ido en busca del antídoto y lo había restaurado. Gracias a los dioses, había comprendido su orden.
Si los demás alguna vez se enteraban de quién y qué era…
Pero eso llevaba a la pregunta: ¿quién entre los Daimons sabía la verdad acerca de él? ¿Cómo sabían que tenían que golpearlo con el único compuesto que podía neutralizarlo en realidad?
Y no es que fuese a funcionar nuevamente. Mientras supiera que debía esperarlo, sabría que debía protegerse.
Y habría sufrimiento para el próximo que fuera lo suficientemente tonto como para intentar lastimarlo.
—Está bien, Simi —dijo Shin, palmeando a la demonio en la espalda—. Puedes soltarme.
—No, no puedo —dijo ella, mientras lo abrazaba con más fuerza—. Te habías puesto todo espantoso, akri. Como una de esas cosas que hay en casa. ¡Ew! A Simi no le gusta eso. Tienes que quedarte lindo y rosado, como se supone. O azul. No me molesta cuando estás azul. De piel, quiero decir. Cuando estás azul de espíritu, también pone triste a Simi.
—Está bien, Simi —dijo Shin, interrumpiéndola antes de que dijera algo que no se suponía que dijera.
—¿Tu piel se vuelve azul? —preguntó Kangin.
—La piel de todos se vuelve azul cuando tenemos frío —respondió evasivamente.
Shin se deslizó fuera de la cama a pesar del abrazo de Simi, que aún no había aflojado. Necesitaba salir de esa habitación para distraerlos del hecho que había estado tan cerca de morir como era posible para los de su especie.
Simi fue a pararse detrás de él y mantuvo sus brazos apretados firmemente alrededor de la cintura de Shin.
—Me parece que alguien está unida a ti, T-Rex —dijo Kyuhyun riendo.
—Sí, un poquito.
Shin salió de la habitación.
—¿Puedo tomar un poco de helado? —preguntó Simi mientras finalmente lo soltaba. Comenzó a ir hacia las escaleras, pero se desvió hacia el cuarto de Sora para espiar por la puerta cerrada—. ¡Shh! —dijo en voz alta mientras se enderezaba—. La bebé está durmiendo.
—Sí, y Heechul está escabulléndose —dijo Kangin—. ¿Estás escapando a encontrarte con Siwon?
Heechul se puso rígido ante la pregunta.
—Dime algo, Shin —preguntó en un tono bajo mientras se acercaba a él en la escalera—. ¿A Artemisa le importaría que mate a un ex-Dark Hunter?
—No, pero creo que a tu hermano sí.
Heechul miró sobre el hombro a Leeteuk.
—Entonces será mejor que esté asegurado. Porque está a un paso de una desagradable caída por estas escaleras.
—No me amenaces, Hee —dijo Kangin—. Fuiste tan grosero conmigo cuando descubriste que estaba con Leeteuk… En realidad, intentaste matarme. Ahora estás enganchándote con el peor tipo de perverso. Dile, Shin. Los de su tipo asesinaban sin compasión.
Heechul se dio vuelta en lo alto de la escalera para enfrentarlo.
—¿Los de su tipo? ¿Qué, un antiguo General? Parece que conozco a otras dos personas que eran de su tipo —miró significativamente a Kangin y a Hyukjae.
—Heechul —dijo Leeteuk—. Es suficiente. Sabías cómo se sentía Kangin respecto a Siwon. ¿Cómo pudiste hacernos esto?
Shin se frotó la cabeza como si le doliera.
—Gente, dejen a Heechul en paz. Fui yo quien lo unió a Siwon.
—¿Por qué? —preguntaron Kangin, Hyukjae, y Leeteuk al unísono.
Shin se detuvo en el primer escalón para mirar agudamente a Heechul.
—Hee, ¿cómo es tu hombre ideal?
—¿Sinceramente? —Shin asintió—. Tú —dijo, sin dudarlo—. Alguien alto, hermoso, excéntrico y gótico.
—¿Y qué piensas de Siwon?
Miró vacilantemente a su hermano.
—Es insoportable, pero realmente me gusta. 
Kangin y Hyukjae maldijeron.
—Heechul… —dijo Leeteuk en tono de advertencia.
—No me digas así. Jesús, estoy cansado que todos salten sobre mí.
Heechul descendió las escaleras y se dirigió hacia la puerta, para irse.
En cuanto la abrió, se encontró con Minho en los escalones, quien le sonrió antes de ingresar al vestíbulo. Pasó junto a él antes que pudiera advertirle que Shin estaba en la casa…
Con Simi.
En blanco, Heechul se dio vuelta.
—¡Hey, Minho! —dijo Simi, con el rostro radiante mientras finalmente se alejaba bailando de Shin para saludar a Minho.
Heechul se quedó helado de pavor.
Supo en el instante en que Shin se dio cuenta que Simi “conocía” a Minho. Su rostro se manchó de rojo por la furia.
Minho se quedó petrificado, y luego boquiabierto.
Simi parecía inconsciente del estrago que había causado.
—Minho  —dijo,  poniendo  sus manos  en la cadera mientras  hacía pucheros—.¿Por qué no te encontraste conmigo anoche, como dijiste que harías?
La boca de Minho se abrió y se cerró mientras Shin dejaba escapar un rugido de rabia. Tomó a Minho de la garganta y lo colgó contra la pared. Minho se golpeó tan fuerte que en realidad atravesó el yeso.
Heechul se encogió en compasivo dolor mientras Minho luchaba por levantarse del polvo del yeso.
—No sabía que era tu novia, Shin —jadeó Minho—. Lo juro.
Los ojos plateados de Shin cambiaron a un brillante tono de rojo.
—Ella no es mi novia, imbécil. Es mi hija.
Heechul no hubiese pensado que fuera posible, pero Minho se puso aún más pálido.
—Pero ella es tan… tan joven… tú eres tan joven… —Minho tragó audiblemente—.Estoy tan jodido.
Los ojos de Shin parecían explotar en rojo y amarillo mientras golpeaba a Minho con tanta fuerza, que lo envió a más de cinco metros, hasta Kangin.
Sora comenzó a llorar, escaleras arriba.
—Leeteuk, atiende a tu bebé —gruñó Shindong en una voz que no era humana. Era profunda y cavernosa. Espantosa.
Mientras estaba distraído, Heechul corrió hacia Shin, pero él estiró la mano y él se detuvo de repente como si una fuerza invisible lo sostuviera.
—¡Akri! —chilló Simi—. ¡No!
Shin se movió hacia Minho, pero antes que pudiera dar más de dos pasos, Simi estaba de pie entre ellos.
Heechul se encogió mientras Shin soltaba un grito angustiado.
—¡Jamás debías tener conocimiento carnal! —le dijo a su demonio.
Mientras el resto de ellos temía por sus vidas, Simi no estaba para nada perturbada por su furia.
—¿Por qué no? —preguntó Simi—. Todos los demás lo tienen.
Shin se pasó las manos por su cabello negro.
—Porque, maldita sea, Simi, ahora serás como todos los demás. Jamás tendré paz contigo.
Simi apretó el rostro como si eso fuese lo más desagradable que había oído jamás.
—Pooor favor, akri. Tienes una gran opinión de ti mismo. Eso es simplemente enfermo. Has estado pasando demasiado tiempo con esa vaca. ¡Blah! Quiero decir que, eres una persona bien parecida y todo eso, pero no eres ningún Travis Fimmel. Ahora, él sí está bien. Pero, sinceramente, a Simi no le agradó mucho todo ese empujar y sudar. Parece demasiado trabajo para una cantidad tan pequeña de placer. Personalmente, preferiría ir de compras. Es mucho más divertido y no tienes que bañarte después de hacerlo. Bueno, al menos no hasta que vas a algún sitio sucio, pero la mayoría de los centros comerciales son limpios en la actualidad.
Minho abrió la boca como para refutar sus palabras, pero Kyuhyun lo interrumpió, sacudiendo la cabeza.
—Niño —dijo Kyuhyun severamente—. Sé condenadamente feliz por apestar en la cama, y toma la salida que ella te está ofreciendo antes de perder tu vida.
—Sí, Minho —agregó Kangin—. Mantén tu maldita boca cerrada.
Ignorándolos, Shin atrajo a Simi hacia sí y la sostuvo con fuerza, como si tuviera miedo de dejarla ir.
Cualquier fuerza invisible que estuviera sosteniendo a Heechul lo soltó. Respiró hondo mientras el mismo aire alrededor de ellos parecía asentarse.
Pero cuando Shin miró a Minho, sus ojos aún eran rojo resplandecientes.
—Estás muerto para mí, Choi Minho. Si fuera tú me suicidaría para salvarme del problema de hacerlo más tarde.
—¡Hey! —dijo Heechul bruscamente mientras Shin se dirigía a la puerta—. Eso fue cruel.
—Apártate, Heechul —gruñó Shin en advertencia—. Simi, regresa a mí.
El demonio se convirtió en una fina y negra bruma antes de apoyarse sobre el brazo de Shin y convertirse en un tatuaje en forma de dragón.
Shin salió inmediatamente de la casa de Kangin. Sin dudarlo, Heechul corrió detrás de él.
—¡Shin! —le gritó, haciéndolo detener en el camino de entrada—. ¿Qué estás haciendo?
—Yéndome antes de matar a Minho.
—No puedes culparlo exclusivamente a él.
—Y un demonio que puedo. Él se acostó con mi Simi.
—Bueno, si quieres odiar a alguien, ódiame a mí. Fui yo quien los dejó juntos, solos.
Los ojos de Shin le lanzaron fuego. Literalmente.
—Déjame, Heechul. Ahora.
—No —dijo, resueltamente—. Si quieres lastimar a alguien por esto, entonces lastima a quien es verdaderamente responsable. Tú y Minho son mejores amigos. No pienses que no lo sé. Él te ama como a un hermano y acabas de aplastarlo.
—Él se acostó…
—Te escuché la primera vez. Y también sé lo mal que se sintió Minho cuando se enteró que Simi te pertenecía. Dime algo, Shin. ¿Por qué Minho no sabía acerca de ella?
Su mandíbula se endureció, furiosamente.
—No quería que ningún hombre supiera sobre ella. Sabía que llegaría el día en que ella… —dio un respingo, como si el pensamiento lo lastimara—. No comprendes.
—Tienes razón, no comprendo. No sé lo que te sucedió esta noche. No sé que está detrás de mí. No entiendo en qué diablos te convertiste hace unos minutos o porqué tus ojos están haciendo el aterrador baile de fuego ahora. ¿Qué eres? Porque ahora mismo, me pregunto si alguna vez fuiste humano.
Sus ojos destellaron del rojo al plateado.
—Fui humano, una vez —susurró.
—¿Y ahora?
—Ahora es momento de que los dos mueran.
Las espeluznantes y amenazantes palabras apenas sonaron antes de que algo caliente perforara el estómago de Heechul.



3 comentarios:

  1. Ay! Hee debería patear el trasero de muchos en esa casa!
    Son un monton de idiotas, todos!
    Por favor, mi Siwonshis solo tenía cinco años cuando todo paso...no lo pueden condenar solo por que su abuelo era un imbécil!
    Y Shin...que! Simi no es tonta...y para aplaudir se necesitan dos manos...Minho no la obligó a nada!!!
    Ay mi Hee~ ojala no le pase nada malo...o bueno si. Sería interesante que sw dieran cuanta, cuanto vale mi caza vampiros... Al igual que Siwon...se de cuenta que lo ama!!!

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  2. Sólo voy a decir: Shin llegará el día en que te arrepientas de tus palabras

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  3. Supongo que ahora para Shin...ya no le parece tan bonita esa frase de "pasa,por que así tiene que ser"
    Simi se ha acostado con Minho,alguien sabe que shin fue humano y lo que es,lo han herido,ha unido a siwon y a Hee,hay alerta,resulta que changsu a regresado,teuk ha visto sus muertes,kangin y hyuk han visto a siwon y le han dado la bienvenida,resulta que hyungjoon ama a Shin,supongo que artemisa no sabe lo que paso,hee quiere a siwon,ahora han herido a Hee......pero supongo que todo eso "debe de pasar" segun Shin......a que ya no le es tan divertido.
    No puedo a culpar a Shin por enojarse de que simi y minho hayan estado juntos...menos drastica pero seria la reaccion de algunos padres....cierto...y mas si ese hombre con quien tu hija se acosto es tu amigo.
    Ok...supongo que kangin ya debe superar lo de siwon,siendo que este era un niño cuando mataron a Kangin,pero no puedo evitar reir en que hee se esta comiendo los insultos que le dio a kangin cuando se unio a leeteuk......tiene razón,el karma existe,hee al tener una hermana con ese nombre y saber lo que hace...debe saberlo,a que ahora ya no se siente bien cuando insultan a quien amas.
    Hyuk y kangin superaran lo de siwon...de alguna forma,supongo que hee deberia hablar con teuk...es mas,eso seria bueno..ya vinos quien manda en la casa de los Park....xD

    Ya solo falta que los malos se unan más,ya hirieron a shin...eso da mucho en que pensar si se supone era invencible...pero todo tiene su talòn de aquiles...cierto.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...