Marcado IV-4



El niño con el que estaba ocupado, era demasiado lindo. Probablemente solo tenía cinco o seis años y la herida que tenía en la cabeza era bastante molesta, pero parecía estar tomándolo con calma. Al terminar me saqué con un chasquido mis guantes quirúrgicos y asentí hacia el médico de la Sala de Emergencias a cargo mientras se trasladaba al paciente a la habitación de al lado.
Cuando llegué a la esquina y vi una conocida figura alta y oscura apoyada en el mostrador de la entrada, tuve que hacer una pausa y decidir si quería dar la vuelta y correr para otro lado antes de que me viera.
Kyuhyun no era un particular reto con que quisiera tratar hoy.
Estaba irritado con él por actuar de manera egoísta, mientras que alguien cercano a él estaba sufriendo, pero más que eso, estaba furiosa conmigo misma por ceder e involucrarme cuando lo conocía mejor. Estaba tan molesto que a pesar de que me frotó de todas las manera incorrectas, el beso que forzó, me tuvo dando vueltas en la cama por la noche, y si me concentraba lo suficiente, todavía podía saborear la marca que tenía a la izquierda en mi boca. Ugh... ¿por qué tenía que ser tan memorable en todas las maneras posibles?
Entrecerré mis ojos y enderecé mis hombros mientras me dirigía hacia él.
—¿Qué estás haciendo aquí abajo? Tu papá está en el piso de arriba.
Lo vi hacer una mueca de dolor cuando usé la palabra papá, pero me negué a sentirme mal por ello. Tenía problemas tropezando con las palabras y diciendo lo que realmente quería decirle a la gente, pero por alguna razón no era un problema cuando hablaba con él.
—¿Tienes un minuto? —Su voz era un poco brusca pero suavizó la pregunta con una media sonrisa que hizo a mi corazón tropezar.
—En realidad no. Estamos bastante ajetreados hoy. El tiempo hace que las personas se vuelvan locas, así que estamos extraordinariamente ocupados.
Suspiró y se movió para que pudiera meter sus manos en los bolsillos de su sudadera con capucha. Por el rabillo de mi ojo, me di cuenta de que algunos compañeros estaban alrededor de la mesa, mirándonos con abierta curiosidad.
—Sungmin, solo será un segundo, por favor.
Realmente no creo que los chicos tatuados, grandes, duros, utilicen palabras como por favor, no es que me fuera a convencer. Tenía un efecto no deseado en mí, y sabía que era una buena idea mantener mi distancia con él. Justo cuando estaba a punto de rechazarlo, una enfermera detrás de la mesa, ofreció:
—Tomaré la siguiente habitación de la que vienes. Sigue adelante y toma un respiro por cinco minutos.
Quería cambiar mi mirada hacia ella, pero solo estaba tratando de ser útil, así que mordí mi labio e incliné mi cabeza hacia la sala de espera. Había lugares más privados en el hospital al que podría haberlo llevado, pero estar solo con él me puso nervioso y ansioso.
—Sígueme por ahí.
Asintió e hizo lo que le pedí. Sentí la manera en que su mirada quemaba mi espalda, y tuve que tomar varias respiraciones calmantes y asegurarme de preparar mi cara con una máscara impasible antes de que me diera la vuelta para mirarlo de nuevo. Suspiró y usó un hombro para sostenerse a sí mismo contra la máquina expendedora de café por la que había parado. Nos miramos el uno al otro por un largo rato. Estaba a punto de rendirme y marcharme porque el silencio y su intensa mirada me producían ansiedad, cuando sus tranquilas palabras me sorprendieron.
—La condición de Shindong es muy mala. Me dijo que no hay nada que puedan hacer. Se está muriendo y parece estar rodando con ello, no sé cómo. Debería haber estado aquí antes.
Su tono era sombrío, podía ver como sus ojos, bajo la gorra, estaban vidriosos, cuánta emoción estaba tratando de tragar, y tomó cada gramo del autocontrol que tenía para no extender mi mano y tocarlo, para tratar de calmarle. No era un animal salvaje que necesitaba ser amansado... incluso si emanaba esa clase de ambiente.
—Lo siento. La etapa cuatro es fea y tiene un pronóstico terrible, no importa qué tipo de cáncer es.
Asintió bruscamente y echó su cabeza hacia atrás sobre su cuello así estaba mirándome por debajo del ala de su gorra de béisbol.
—Siento lo de la otra noche. Estaba muy borracho, mi mierda estaba por todo el lugar, y te juro que usualmente no soy ese tipo de persona. Fue muy amable de tu parte venir y ver cómo estaba, y actué como un idiota. Solo quería  disculparme,  decirte gracias.
Estaba estupefacto. Eso no era lo que esperaba de él, así que simplemente lo miré como un idiota. Debe haber tomado mi silencio como un desaire, porque se sacó su gorra y pasó una de sus manos bruscamente por encima de su cabeza afeitada
—Sungmin, afloja un poco. Mi vida se fue de lado y esta mierda ha sido difícil de tratar. Ya sé que no te agrado, así que fue de lo más amable que te pasarás. Lo que no sé es por qué no te agrado.
Me sacudí de nuevo y dejé caer mi postura a la defensiva. Seguro, tenía mis razones para ser distante y mantener mi distancia con él, pero nunca tuve la intención de hacer mi incomodidad y malestar a su alrededor totalmente palpable a los demás, especialmente a él.
La última cosa que quería era volver a vivir ese momento, ninguno de ellos. No había manera de que alguna vez fuera a decirle que su rechazo, sus duras palabras, me cambiaron para siempre, para siempre cambió cómo miraba al sexo opuesto. Era humillante y, obviamente, mucho más memorable para mí de lo que era para nadie más. Si no tenía ningún recuerdo de ello, no iba a recordárselo.
—Bien, entonces. Me mantendré alejado de la Sala de Emergencias si puedo evitarlo porque es evidente que te hago de verdad sentir incómodo. Solo quería que supieras que aprecié que llegarás cuando obviamente preferirías sacar tu propio ojo con una cuchara sin afilar. Sungmin, eres alguien muy amable. Siempre he pensado que lo eres.
Puso la capucha de su sudadera por encima de su gorra y se dio la vuelta y se alejó de mí. Una vez que estuvo fuera de mi vista, tuve que poner una mano sobre mi corazón y concentrarme en no hiperventilar.
¿Siempre pensó que era amable? Entonces, ¿cómo podría haberme alentado, instarme a salir de mi zona de confort y, luego, actuar como si no existiera? Demonios, ¿besar a una chica justo en frente de  mí cuando pensaba que él estaba ahí por mí? ¿Cómo podía decir esas cosas  odiosas que me hicieron sentir feo e inútil hasta el día de hoy? Chicos lindos  no debían tratar de lastimar a las jóvenes y chicas amables... por lo menos en un mundo perfecto no deberían.
—Accidente en la interestatal. Cuatro autos implicados, varios heridos viniendo. Necesitan al menos cuatro habitaciones preparadas, si no más. Las ambulancias estarán en tres minutos afuera, así que manos a la obra.
No tenía tiempo para preocuparme más por Kyuhyun o el pasado o cómo me hacía perder mi equilibrio mental en cualquier momento en que estaba cara a cara con él. Metí todo a un lado y me acomodé firmemente en el papel en el que estaba más cómodo, me fui a trabajar e hice lo que mejor hacía... ayudé a otras personas.
Fue un turno largo y agotador. Fue agitado y caótico, y aprecié que me diera la oportunidad de empujar a un lado todas mis emociones de mis últimos roces con Kyuhyun y categorizarlos como triviales y fugaces.
Estaba caminando hacia fuera, arrastrando mis pies cuando me encontré con la única persona fuera de mi hermano, a quién consideraba un amigo aquí en Seúl. Lee Sunny, era la asistente del director de nuestra área, mi jefa, y probablemente la persona más honesta y directa que había conocido nunca.
Había hecho que la transición a esta unidad de emergencia fuera soportable considerando todas mis extrañas obsesiones sociales que a menudo aparecían en un nuevo entorno desafiante. Era unos años mayor que yo, totalmente dedicada a su carrera.
—Hola tú. ¿Día difícil?
—He tenido mejores. Fue un día ocupado.
Estiró la mantilla de su cabello brillante sobre su hombro y ladeó su cabeza hacia mí.
—Sungmin, eres un enfermero increíble.
Ese tipo de elogios los podía tomar. Le sonreí y saqué mi teléfono, mientras comenzaba a sonar. La pantalla mostraba el rostro de mi hermano, así que silencié la llamada y metí el teléfono en mi bolsillo. Amaba a Sungjin, mucho, pero últimamente la única vez que me llamaba era cuando algo estaba ocurriendo con nuestros padres, más concretamente, con nuestra mamá, y el drama podía esperar por un segundo.
—Sunny, gracias. Eso siempre es agradable de escuchar, y viniendo de ti significa mucho.
Me sonrió y puso una mano sobre mi hombro.
—Bien. Así que créeme cuando te digo que es necesario que encuentres más en tu vida que esta Sala de Emergencias, o cualquier Sala de Emergencias. Este es un trabajo, una carrera, y sí, es una importante, una que requiere dedicación y sacrificio, pero no requiere que te pierdes a ti mismo en él. Eres alguien encantador, brillante que tiene un futuro brillante por delante. Veo muchas similitudes entre nosotros. Créeme cuando te digo que nada de eso significa nada si no tienes ninguna otra cosa.
Hice una expresión confusa hacia ella y cambié mi peso por lo que tuvo que bajar su mano de mi hombro.
—Sunny, ¿a qué viene eso?
Soltó una risita y lanzó su cabello largo sobre su hombro otra vez.
—Escuché un rumor de que el Dr. Jahyun te invitó a salir por un trago la otra noche, y lo rechazaste fríamente. ¿Por qué hiciste eso? Es magnífico, y tienen el trabajo en común, así que sé que tendrían cosas de que hablar. ¿Por qué incluso no lo consideras? Solo hizo que me preocupará por ti. Has estado aquí por casi dos años, y nunca socializas con nosotros, nunca te abres. Me gustas. Quiero que estés viviendo la mejor vida posible.
El Dr. Jahyun era la captura del hospital. Tenía veintiocho años, constituido como un modelo, cabello negro, ojos verdes de ensueño que hacían que la mayor parte del personal. Era un total Don Juan, pero aparentemente buen tipo, y había estado insinuando alrededor por los últimos seis meses que le gustaría llegar a conocerme mejor fuera del trabajo. Generalmente, dejaba la atención fuera.
Me había pedido una cita en Acción de Gracias. En vez de responder, o tratar de tropezar a mi manera murmurando una excusa, tenía prisa en el momento en que la información de que la ambulancia aérea había entrado con el nombre de Cho Shindong. Había visto la información del historial médico, y en mi mente solo tenía la necesidad de encontrar a Kyuhyun y ver lo que estaba pasando con él. Exactamente no había rechazado al doctor, pero cualquier atracción que Kyuhyun todavía tenía era simplemente más poderosa que conocer mejor al apuesto doctor.
—Sunny, vamos. Realmente no creo que sea el tipo del doctor y no salgo porque en realidad no tengo tiempo. Trabajo, y sabes cómo de locas han estado las cosas con mi mamá. Vivo una buena vida.
—Sungmin, una buena vida no es lo mismo que una vida plena. Si el hombre te lo está pidiendo, entonces diría que definitivamente eres su tipo. Necesitas comprar un nuevo espejo, que te muestre con exactitud lo que todo  el mundo ve cuando te mira. Nunca entenderé cómo no puedes ver que eres más que el tipo de cada  hombre.
Quería decirle que estaba equivocada. Fui salvado por mi teléfono sonando nuevamente. Prácticamente podía ver la cara de frustración de mi hermano al otro lado de la llamada.
—Tengo que tomarla, Sunny, pero en serio gracias por cuidar de mí.
—De nada, amigo. Alguien tiene que hacerlo… Estás demasiado ocupado cuidando a los demás para cuidar de ti mismo.
Como para probar su punto, tan pronto como pasé las puertas corredizas de vidrio de la entrada del hospital, la voz de Sungjin sonó en mi oído.
—¿Estás ignorando mis llamadas?
—No. Tuve que trabajar hasta tarde y me atrapaste hablando con mi jefa a la salida. ¿Qué sucede?
Lo oí suspirar mientras uno de los niños gritaba en el fondo.
—¿Hablaste esta semana con mamá?
Considerando que mi semana había sido una locura y que pasé castigándome y reprendiéndome alternativamente sobre Kyuhyun, no, mi madre no había estado en mi radar.
—No. Estuve ocupado. ¿Por? ¿Le sucedió algo?
Mis padres habían estado casados por más de treinta años, felizmente veinticinco de ellos. En algún punto, mientras yo no estaba y Sungjin estaba formando su familia, mi padre había decidido que no era divertido estar solo en casa con mi madre. A escondidas de todos nosotros había comenzado a ver a la muy joven asistente dental que trabajaba con él en su consultorio. El matrimonio había luchado hasta que mi madre no pudo soportar más la infidelidad y el insulto.
Como resultado, un feo y serio divorcio contencioso comenzó hace dos años. Fue larguísimo, lleno de odio y disputas, y había vuelto a mis padres no solo uno contra el otro, sino prácticamente los había convertido en extraños para mí y Sungjin. Esa era la otra razón por la que volví a casa. Quería a mi mama de vuelta.
Mi madre quería que nosotros no tuviéramos nada que ver con mi padre. Estaba enojada, irracional, y toda su atención se había centrado en Sungjin y los chicos. Estaba volviendo loco a mi hermano.   
Mi mamá estaba al borde del colapso. Lo veía venir como las luces de velocidad al otro lado del túnel, pero no parecía haber nada que pudiera hacer para evitarlo. Ella se estaba auto medicando, tomando pastillas y tomando su peso en vino para tratar de lidiar con el dolor. Apestaba para todos nosotros porque aunque las acciones de mi papá nos lastimaban, era imposible solo arrancarlo por completo de nuestras vidas, y eso volvía loca a mi mamá.
—Sí, algo sucedió. Uno de los vecinos me llamó para hacerme saber que el departamento de bomberos estaba afuera de la casa. Aparentemente fue al patio y arrojó todas las viejas fotos familiares en la parrilla y decidió quemarlas.
Gemí y me encaminé hacia el estacionamiento donde estaba mi auto.
—¿En serio?
Sungjin suspiró y pude sentir lo cansado que estaba.
—Sí. El fuego se salió de control por el viento y la cantidad de combustible que usó. Prendió en llamas parte del patio. Supongo que no habría sido un gran problema si mamá hubiera reaccionado, tratando de tirarle agua o algo, pero el vecino dijo que solo se quedó ahí y lo vio quemarse mientras reía como una loca hasta que el departamento de bomberos llegó. Ella podría haber quemado el vecindario entero. La asociación de propietarios de viviendas no está contenta.
Gritó algo a uno de los niños y murmuró algo a su marido mientras me metía en el auto y encendía el motor.
—Ella está perdiendo los estribos, Sungmin, y no sé cómo pararla. Va a terminar en un manicomio o en la cárcel si no se nos ocurre algo. Ha pasado de ser difícil de manejar a ser una amenaza. ¿Y si trata de lastimarse a sí misma?
Tuve que bajar el volumen de la radio, subí la calefacción y golpeé mis dedos en el volante.
—Estoy libre el jueves. Iré y hablaré con  ella.
—No, Sungmin, no lo hagas. Solo hace que los dos se alteren. Solo necesitaba desahogarme con alguien. Estoy tan cansado de los dos.
—Esto es tan triste, Sungjin. Alguien tiene que intentar meterle algo de sentido común. Así que fue abandonada, no es el fin del mundo. Sé que tomó realmente mal el engaño de papá, está pasando un infierno con la nueva novia, pero realmente necesita parar y seguir adelante. Nosotros lo hicimos. Creo que ha sido más fácil para mí porque nunca tuve ninguna expectativa de que un hombre fuera capaz de ser fiel.
Sungjin resopló y escuché el crujido de la conexión mientras cambiaba el teléfono de un hombro al otro.
—Dice la persona que dejó que un chico malo le estropeara el amor por los últimos ocho años. Enfréntalo, Sungmin, esta familia no se lleva bien con las rupturas.
Debí haber hecho un ruido involuntario porque su voz se volvió ácida cuando preguntó,:
—¿Lo viste de nuevo?
Nuca debí haber mencionado toparme con Kyuhyun cuando vino hace unos meses a recoger a Siwon después de la pelea en el bar. Todo lo que quería hacer era ir a casa, tomar una ducha caliente y dejar ir este día por el desagüe.
—Tiene un familiar en la Unidad de Oncología del hospital. Me he topado con él un par de veces.
Hizo un gruñido en la parte de atrás de la garganta que me  tenía riendo por el gesto protector.
—¿Le dijiste que se fuera al infierno?
Sungjin había pensado durante mucho tiempo que necesitaba regañar a Kyuhyun, decirle lo horrible que se habían sentido sus descuidadas palabras y dejar el daño que había hecho en su puerta. Creía que era una espina en mi costado que necesitaba simplemente ser arrancada rápida y limpiamente.
—No. Prácticamente me convierto en un mimo a su alrededor. Solo me quedo boquiabierto y lo miro torpemente hasta que se siente incómodo y se va.
—Realmente es una lástima que no ganara un montón de peso o se viniera abajo con alguna rara enfermedad carnívora que  lo  hiciera horrible  a la vista.
Dibujé un corazón en el vidrio empañado con mi dedo   índice.
—No. El sigue viéndose realmente bien, mejor de lo que lo hacía en la secundaria, solo un poco más tatuado… y, tu sabes, trabajado. —Era ridículamente apuesto.
—Eso apesta y tú no deberías notarlo. Deberías estar diciéndole que coma mierda y muera. Mantente alejado de él, Sungmin. Por tu propio bien. Mira, tengo que irme.
—Te llamaré después de hablar con mamá.
—Ugh, está bien. Todavía pienso que suena como un desastre a punto de suceder. —Su confianza era abrumadora, pero necesitaba asegurarme que mi madre no había llevado su angustia al límite demasiado lejos.
—Probablemente, pero tiene que hacerse. Besa a los niños por   mí.
—Lo haré. En serio, Sungmin, mantente alejado de Cho Kyuhyun. No creo que tu corazón se recuperara de la primera vez que lo pisoteó.
Le dije adiós y tiré el celular en el asiento del pasajero.
Tenía razón. Mi corazón nunca había sido el mismo después de  todo lo que me había hecho   pasar. Aunque no hubiera sabido que tenía sentimientos por él, aunque hubiera aparecido como un buen chico para unos encuentros fugaces, la forma en que había destruido todo eso era imperdonable, incluso hoy.
Una vez que me había ido de la Universidad y había salido por mi cuenta, las cosas habían empezado a cambiar para mí. Un saludable estilo de vida cambió mi apariencia física y el hecho de que nadie de allí sabía quién era ni sabían que era un nerd sin amigos, hizo más fácil hablar con la gente.
También hizo que manejar la atención de los chicos fuera no exactamente fácil, pero manejable, y como tal comencé a tener citas casuales. Algunos de los chicos me gustaron más que otros, algunos me relajaron lo suficiente como para permitirles llegar a primera base e incluso a segunda, pero no fue hasta que tomé mi primer trabajo conocí a un enfermero con quien estuve lo suficientemente cómodo y confiaba en alguien lo suficiente como para ir realmente a la cama con él.
Habíamos salido por tres meses. Él era agradable, tenía la misma pasión por la medicina, por el campo de la salud que yo, y él era muy, muy lindo. Parecía que le gustaba, mucho. Me dijo una y otra vez que pensaba que era divertido, inteligente, lindo y alguien entretenido con quien estar, y nunca me presionó.
Las cosas habían progresado naturalmente… una cosa llevó a otra y terminamos juntos en la cama. Ahí fue donde la única relación que alguna vez había intentado tener se derrumbó. La idea de estar desnudo, expuesto a cualquiera, me aterrorizó. La idea de ser juzgado y encontrado deficiente me provocaba urticaria y un sudor frío. No había nada romántico o sexy en alguien pasando apuros por el sexo, llorando encima de ti y corriendo a la puerta tan rápido como había terminado.
Pero él había parecido ser un tipo maravilloso y quería quedarse conmigo y trabajar en ello, y a la larga me desgastó tanto que había aceptado darle a la relación otra oportunidad. Solo el sexo nunca funcionó de la manera que yo quería, en verdad nunca fue de la manera en que él quería, y no pasó mucho tiempo antes de que lo encontrara en otros brazos… No lo culpaba por querer llevarse a la cama a alguien que se comportara normalmente.
Más adelante, a lo largo del camino había habido un chico o dos por los que me había interesado lo suficiente como para intentarlo de nuevo, pensando que sería menos presión una aventura de una noche. Nunca funcionó. Como siempre, me sentí enfermo y solo quería que acabara, así que después de la segunda vez que me dijeron frígido decidí dejar de intentar hacer que algo suceda.
No culpaba totalmente a Kyuhyun y lo que había hecho por mis complejos. Muchos de ellos fueron gestados en mí por ser simplemente yo.
No me había ayudado que, justo por la época que Derek me había probado que los hombres no eran de fiar, mi padre había decidido que estaba aburrido de mi mamá y que quería cambiarla por un modelo más nuevo. No lo pensó dos veces antes de destruir nuestra familia, y yo fui dejado con una comprensión profunda de que los hombres siempre elegían la opción fácil.
Sungjin tenía razón. Las parejas Lee no lidiaban bien con las rupturas, y yo estaba renuente a admitir que un beso borracho de Kyuhyun tuvo más efecto en mí, tuvo más respuesta que los tres meses de gentil galanteo que Derek me había ofrecido. Era lo suficientemente perspicaz para saber que eso no era bueno y necesitaba tomar la severa advertencia de Sungjin y mantenerme alejado de él. Cho Kyuhyun no era bueno ni para mi autoestima ni para mantener mi vida en la práctica, ordenada y sencilla manera en que funcionaba ahora.



2 comentarios:

  1. Min no quiero pincharte el globo pero es necesario que asumas que no le vas a hacer caso a tu hermano y que admitas que reencontrarse con el Cho ya alteró tu ordenada vida.
    Insisto en la idea que no era de vos de quien hablaban alla lejos y hace tiempo

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  2. Min no puede responderle a Kyu como quisiera,ze queda callado y el otro "confirma" que le desagrada tanto a Min,como para no aceptar sis disculpas.
    Cada uno haciendose sus propias ideas.
    Al menos Min ya tiene una duda en su cabeza...se puede partir desde ahí para llegar al fondo de algo.
    De seguro Kyu nobestaba consciente de que Min haya ido a esa fiesta,y menos si iba más areglado...sin contar con el alcohol que ya traía encima.
    Pobre Min...se dejo acomplejar,no sé si lo entiendo,pero seguro que ha sido horrible y más,cuando queria tener algo con alguien y su cerebro se lo impedia.
    Min es el enfermero...pero sera Kyu quien lo cure y sabe su corazón.
    La mamá de Min los tiene preocupados y con mucha razón.
    Y Jin preocupado porque Min tiene cerca a Kyu...así ha de haberlo visto sufrir Jin a Min,que quiere a Kyu muy lejos de su hermano.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...