Marcado IV- 1



Secundaria... No los mejores años de mi  vida.
Hay un momento en la vida de cada persona, un punto en el tiempo que alterará el curso en que se encuentran, el camino en que están viajando, siempre. La noche de la fiesta de cumpleaños de Kim Saeun en mi último año de secundaria fue el mío.
No era el tipo de adolescente que asistía a fiestas salvajes. No bebía y no perdía el tiempo alrededor con las drogas y los chicos, así que realmente no tenía sentido para mí ir. También era muy tímido, con sobrepeso, y torpe en mi propia piel, piel que tendía hacia los feos granos y enrojecía cuando alguien trataba de entablar una conversación conmigo.
Los pasillos de la secundaria eran una tortura para un jovencito como yo, pero sufría a través de ellos en su mayoría ileso porque sabía cuándo mantener la cabeza hacia abajo y no fijar mi mirada en los amigos o chicos que estaban fuera de mi alcance. Al menos lo hice hasta mi último año, cuando mi casillero terminó justo al lado de Cho Kyuhyun.
Durante las primeras semanas de escuela, me mantuve para mí mismo y lo ignoré, al igual que hacía con todos los chicos populares y gente hermosa. Si no conversaba, entonces, no podría burlarse de mí o, peor aún, mirarme con lástima brillando fuera de los espectaculares ojos que deslumbraban en su hermoso rostro. Funcionó hasta el día que se me cayó un libro de cálculo en su pie y lo recogió para dármelo. Nunca olvidaré la manera en que en realidad sentí como mi Corazón se detenía y luego comenzaba a latir en el próximo segundo cuando esos espectaculares ojos brillaron hacia mí. Nunca había experimentado nada parecido.
Kyuhyun me sonrió, bromeó con algo sarcástico y brusco, haciendo que mi pobre Corazón solitario se volcara. Él se alejó con un guiño... y tuve un flechazo. Uno consumidor, aplastante y envolvente que crecía día a día, ya que después de ese incidente embarazoso Kyuhyun salía de su camino para decir hola cuando estábamos por nuestros casilleros, y siempre se alejaba con una sonrisa o un guiño. Cada día me sentía más en trance, me enamoraba mucho más, y construí la fantasía de que estábamos destinados a ser algo más de conocidos de pasillo, algo grandioso y romántico.
Era un jovencito inteligente, así que sabía que mi afecto era unilateral, pero parecía bonito, encantador, y me calentaba en el interior que nunca se burlaba de mí, o me hacía sentir mal por mi peso o me miraba como tantos de mis compañeros lo hacían sobre una base regular.
Nuestra sencilla interacción fue buena para mi autoestima, buena para hacerme sentir más como el resto de los jovencitos adolescentes que merodean por los pasillos desmayándose sobre él y su grupo de amigos alborotadores. Incluso había trabajado en el suficiente valor después de un mes o así para devolver sus “hola” sin que mi piel blanca estallara en llamas. No tartamudeaba o me callaba cuando él me hablaba más, y de vez en cuando incluso me las arreglaba para regresarle una sonrisa. Estaba muy orgulloso de mí mismo, así que cuando me preguntó un viernes si estaba pensando ir a la fiesta de Kim Saeun, había estado en partes iguales atónito y encantado. Un estremecimiento de anticipación me sacudió hasta la médula y no pude evitar caer de cabeza en un sueño en donde este era el comienzo de algo más que un intercambio de cortesías en el pasillo. Era todo lo que podía hacer para no dar vueltas en un círculo de deleite y aplaudir mis manos como una fanática ansiosa.
Era más de lo que normalmente me decía, y él era tan atractivo y simpático que contesté que trataría de estar allí. No quería parecer demasiado ansioso. Cuando él me sonrió y me dijo que era increíble y que podríamos pasar el rato, no pude detener la sensación de que asistir a una descuidada fiesta de secundaria, sin supervisión, parecía la cosa más importante que había hecho en mi corta vida.
Mi joven hermano mayor, bonito y popular, encajaba a la perfección en las aguas infestadas de tiburones que formaban un círculo social adolescente. Me preguntó sin fin sobre mi repentino deseo de mezclarme con mi grupo de compañeros, me advirtió que los chicos que eran groseros y poco amigables en una base normal podrían ser crueles y odiosos cuando la condición social y el
alcohol estaban involucrados, pero decidí no escuchar.
Me imaginé que lo peor que podía pasar era que iba a aparecer, no iba a ver a Kyuhyun, o que él no me vería y yo solo podría darme la vuelta y volver a casa y leer un libro como lo que hacía la mayoría de los fines de semana. Me estaba haciendo de la vista gorda a lo que yo sabía era la verdad, pero mi deseo de que este chico en particular me viera como algo más que lo que lo hacía, era todo lo que me consumía. Estaba haciendo caso omiso del sentido común y mi propio sentido, afilado con piedra, de autoprotección.
Dejé que trabajara sobre mí durante horas. Jugó con mi aparatoso cabello rojo hasta que estuvo peinado. Dejé que escogiera la ropa, una que nunca me haría lucir como una porrista talla cuatro, pero estaba de moda y era lindo, e incluso le permití poner un montón de basura en mi cara que yo sabía que en última instancia, haría que mi piel se pusiera aún peor.
Los resultados finales fueron realmente muy agradables. Lucía mucho más arreglado de lo que normalmente lo hacía. Pensé que solo podía mezclarme con la multitud, y realmente eso estaba bien, siempre y cuando esos bonitos ojos me encontraran. Me sentí más confiado y seguro de lo que podía sentirme antes.
Sungjin me dijo que llegara a la fiesta hasta después de las once, así que esperé con ansiedad, juguetee con mi cabello, y a través de todos  los  escenarios que mi entusiasta imaginación podría imaginar. Tal vez él me pediría bailar. Tal vez me llevaría fuera y me daría mi primer beso. Tal vez él me diría que podía ver todas las cosas maravillosas que escondía bajo la superficie y que quería que fuera su novio.
En retrospectiva, por supuesto, nada de eso iba a suceder y realmente no sabía la clase de  chico  que  realmente era Kyuhyun, pero todavía un flechazo es un flechazo y puede huir de   ti muy rápido.
Y así me presenté en la ruidosa fiesta de Kim Saeun, apropiadamente tarde, armado con el mini-cambio de imagen de Sungjin y un Corazón corriendo lleno de expectación.
Cuando entré en la casa fui golpeado con una explosión de música, y el optimismo que había sentido empezó a flaquear.
No pude encontrar un lugar seguro para descansar mis ojos, en todas partes la gente parecía estar haciendo algo que me hacía sonrojar. Hice todo lo posible para contenerme de tener la boca abierta, pero sentí el calor revelador arrastrándose hasta mi cuello mientras me abría paso a través del mar de cuerpos.
La cocina parecía un poco menos concurrida, así que me moví en esa dirección, manteniendo los ojos bien abiertos por Kyuhyun. Estaba seguro de que si pudiera encontrarlo, esta noche daría la vuelta.
Al doblar una esquina alguien tropezó conmigo, derramando pegajoso líquido rojo en toda la parte delantera de mi cuidadosamente seleccionada camiseta. Di un grito ahogado de sorpresa y el que me empujo siguió adelante sin siquiera disculparse. Estaba temblando y oficialmente volviéndome loco en el interior. Era muy claro que no pertenecía a ese lugar, no importaba cuán lindo fuera Cho Kyuhyun. Mis manos empezaron a temblar y me llevó hasta el último gramo de autocontrol que tenía mantener a raya las lágrimas.
Resultó, que la cocina era tan mala como el frente de la fiesta. Peor realmente, porque el alcohol al parecer se mantenía allí y la gente en esa habitación parecía estar más borracha que borracha.
Fue como caminar a través de un campo minado de comentarios feos y sucios el conseguir llegar al fregadero para tratar de limpiarme. Escuché un par de risitas, vi algunas miradas borrosas echarse en mi camino, y fue suficiente. Planeaba enjuagarme y volver a casa. Este lugar y estas personas no eran para mí y lo sabía mejor que nadie.
―¿Quién te invitó?
La pregunta era confusa y siguió con una pesada mano sobre mi hombro. La voz, y la mano, no pertenecían a otra que a la cumpleañera, y estaba borracha. Realmente borracha y fuera de sí.
―¿Qué?
―¿Quién te invitó? ―Había una sonrisa burlona en sus bonitos labios, sus grandes ojos marrones vidriosos―. ¿Por qué estás aquí?
Quería decir que Kyuhyun me había pedido que viniera, que él me había dicho que íbamos a pasar el rato esta noche, pero no podía pronunciar las palabras... porque en ese momento apareció.
Entró en la cocina, seguido por los gemelos Lee y Henry Lau. Allí no había duda: estos chicos llevaban la fiesta con ellos a dondequiera que fueran. Kyuhyun estaba en su habitualmente descuidada apariencia de jeans rasgados, zapatillas de skate, y una camiseta de una banda. También tenía una gorra de béisbol calada sobre la frente que no hacía nada para ocultar el fuerte rubor de su cara o la bruma confusa y borrosa que cubría sus ojos.
Era obvio que estaba ebrio o incluso drogado y sentí los primeros hilos de la decepción empezar a atar mi agrietado Corazón. Vi su mirada recorrer la cocina, aterrizar en mí, y mantenerse en movimiento. Eso me hizo aspirar una respiración dolorosa y tuve que morder el interior de mi mejilla, con fuerza, para evitar realmente llorar.
Era como si él ni siquiera me hubiera visto. No sonrió, no me dio un guiño, y nada como inclinar la cabeza en mi dirección. Era como si yo no existiera. Me sentí insensible. Me sentí como si mi sangre se convirtiera en hielo y todo en el centro de mi pecho hubiera dejado de trabajar.
Saeun aparentemente se olvidó de mi gordura y fealdad estropeando su fiesta y se limitó a las nuevas incorporaciones. Si mi Corazón se llenó de sentimientos horribles con su flagrante rechazo, entonces prácticamente estalló de golpe cuando él la levantó en sus brazos y la dejó inhalar su  cara mientras la agarraba del culo.
Quería ahogar mi vergüenza mientras me arrastraba hacia atrás fuera de la cocina. Allí no había más pensamiento que poner que la propia auto conservación, solo para escapar. Tenía una frenética, desesperada necesidad de poner la mayor cantidad de espacio posible entre esta fiesta y yo, pero más aún entre Kyuhyun y yo. Por suerte, las lágrimas no cayeron hasta que estuve seguro en mi auto.
Kyuhyun podría ser agradable cuando solo éramos él y yo en nuestros casilleros, pero lo ponías en una habitación llena de gente, le dabas una chica o joven delgado y muy bonito, y yo era invisible. Había sido tan estúpido como para pensar que era algo más.
Así que hice lo que era instintivo y resucité el escudo alrededor de mi Corazón. A partir de entonces no le hice caso cada vez que trataba de decirme hola. Aparté la vista de él cuando me sonreía. Evité mi casillero tanto como pude y traté de concentrarme en el hecho de que la graduación estaba a la vuelta de la esquina y yo estaría dejando este pequeño pueblo, y a este chico sin saber que había herido mis sentimientos tan profundamente, detrás.
Sabía lógicamente que  Kyuhyun  no  sabía cómo me sentía, no tenía ni idea de que había pensado que él era diferente y especial, pero eso no hizo a la quemadura de su ignorancia o de    mi vergüenza menos  caliente.
En el calor de la primavera, con mi inscripción a la universidad listo para el otoño y mis inseguridades cuidadosamente compartimentadas, el aguijón de mi fallido enamoramiento finalmente comenzó a sanar, me topé con Kyuhyun y sus amigos afuera fumando después de la escuela... El Corazón me dio un vuelco, pero ninguno de ellos me vio y me escabullí con la esperanza de darme prisa a mi auto y planeaba ignorarlo como había estado haciendo desde la fiesta, cuando su voz profunda asaltó mis oídos.
―Es un desastre. Si alguna vez quiere tener sexo, tiene que mirarse en el espejo y tal vez hacer un poco de trabajo.
Uno de los otros chicos se rio ante la desagradable declaración y pensé que me iba a vaporizar en una horrorizada nube de humo. Tenía que   estar hablando de mí y no me podía mover una vez que me enteré de lo que estaba diciendo.
Oí a Kyuhyun resoplar mientras trataba de escabullirme así no se darían cuenta de mi o de mis lágrimas. Nunca había llorado tanto por cualquier otra persona, lo que hizo que lo odiara un poco, o mucho, mientras él seguía hablando.
―Quiero decir, no soy exigente, le llevaría a la cama. Solo podría tener que ponerle una bolsa en la cabeza primero, o algo    así.
Eso envió al resto de los chicos rodando de la risa mientras el suelo debajo de mí desaparecía y un sollozo se quedaba atrapado en mi garganta.
¿Cómo pude haber estado tan increíblemente equivocado acerca de alguien? Cualquier esperanza, cualquier pensamiento de que él era diferente, que cualquier niño bonito podría ser diferente, fueron aniquilados con esas duras palabras, llenas de odio. Palabras que cambiaron para siempre la forma en que veía al género opuesto.
Cho Kyuhyun era una hermosa llama, malvado y caliente que me quemó cuando me acerqué demasiado. No era más que la primera parada en un viaje salpicado por la decepción, pero en algún lugar en el camino me encontré de pie. Mi propósito. Solo no lo supe tan pronto como lo hice, Kyuhyun se las arreglaría para poner mi mundo al revés de nuevo, y solo un tonto se quema dos veces con el mismo fuego.

***

El Dodge Charger totalmente restaurado se estaba devorando la carretera mientras corría a través de la fría noche. El enorme motor estaba gruñendo con furia a ritmo con mi Corazón tronando y las ráfagas de ligera nieve salpican el parabrisas, de modo que podría culpar el parpadeo rápido de mis ojos en tratar de ver a través de las desagradables condiciones de la carretera y no en la emoción amenazando con superarme.
Estaba en una niebla tal, un estado de incredulidad tal, que me sentí entumecido y apenas consciente de lo que estaba pasando a mí alrededor. Acababa de encontrar a mi tío Shindong, la única figura paterna que tuve en mi vida, inconsciente en el suelo de su cabaña de caza. Estaba frío e inmóvil. Parecía un esqueleto, la piel estirada sobre los huesos que parecían demasiado frágiles. Corría el “Vuelo por la Vida” mientras los guarda parques que había llamado lo transportaban por aire a la sala de emergencia en Seúl.
Solo para añadir al peligro de la velocidad en estaba manejando y la forma en que mi mente estaba en cualquier otra cosa que el camino  delante de mí, hice una llamada de pánico a Kim, mi compañero de trabajo y amigo cercano. Él era del tipo de persona que se encarga de las cosas y reuniría a las tropas y haría llegar a todos los demás que importaban la información que necesitaban sin que yo tenga que preocuparme por ello. Él ayudaría a cuidar de mí, siempre lo hacía.
Llegué al hospital en un tiempo récord e irrumpí en la sala de emergencia en una ola de ansiedad y temor. Estaba más familiarizado con estos muros institucionales y estériles de lo que quería estar… uno de mis mejores amigos, mi sustituto de hermano mayor Lee Siwon, se había visto involucrado con un grupo de motociclistas y un montón de balas no hace mucho tiempo y me había pasado horas y horas paseando nerviosamente en estas mismas salas de espera para ver si iba a salir adelante. Pero esta vez, esta visita se sentía que podría definir el resto de mi vida.
El guardia de seguridad me dio una mirada de preocupación. Estaba acostumbrado a ello. Cuando tienes una llama amarilla, naranja y roja tatuada a lo largo de cada lado de tu cuero cabelludo y tienes tatuajes desde el cuello hasta la muñeca en cada brazo, la gente tiende a pensar que no eres realmente un tipo muy agradable.
Lo curioso es que yo era normalmente mucho más agradable que la mayoría de los chicos que quiero como hermanos, pero no en este momento, y si el enfermero que estaba sentado detrás de la mesa no me decía en dónde estaba mi tío al segundo siguiente iba a perder por completo el control.
Estaba a punto de respirar fuego mucho más caliente que del tipo tatuado encima de mí cuando lo vi caminando hacia mí. Tenía el aspecto de un ángel, su nombre era Lee Sungmin, el único que odia cualquier cosa y todo lo que tenga que ver con Cho Kyuhyun. Era hermoso, impresionante, me despreciaba absolutamente, y no hacía nada para ocultarlo. Me había topado con él más de una vez en mis desafortunados viajes frecuentes a esta sala de emergencia, donde parecía ser un elemento permanente.
Habíamos ido a la escuela secundaria juntos hace años, y aunque estaba a favor de entablar una especie de reunión, él opinaba todo lo contrario. Hacía un gran espectáculo en evitarme, o darme nerviosas miradas de soslayo como si no confiara en mí o estuviera obligado a soportar mi compañía. Solo que en este momento, esta vez, me miraba con partes iguales de compasión y seriedad en sus suaves ojos claro. Eso no dejó ninguna duda de que las cosas con Shindong eran muy, muy malas.
Puso una mano en mi hombro y sentí que iba a hacerme añicos bajo el suave toque.
—Kyuhyun… —Su voz fue suave y pude oír las malas noticias en ella—. Ven aquí y habla conmigo por un minuto.
No quería. No quería oír cualquier palabra terrible que iba a tener que decirme, pero porque era tan hermoso, porque tenía los ojos más bonitos que había visto nunca, aturdido, solo hice lo que me pidió. Había gente peor de quien recibir malas noticias.
Nos alejamos un poco del mostrador enfermería, y lo miré con inquietud.
—¿Sabías que Shindong estaba tan enfermo?
Sentí como si me estuviera preguntando como un amigo, o alguien que realmente se preocupaba por lo que estaba sucediendo, y no como un profesional de la medicina. Sabía lógicamente que solo estaba haciendo su trabajo, pero eso me hizo sentir mejor que fingir lo contrario.
No tenía ninguna palabra que se escuchara o sintiera correcta para contestar, así que negué con la cabeza.
—Reconocí el nombre en los trámites de admisión y los dos se parecen demasiado. Me imaginé que te encontraría aquí.
Me tragué mi atronador latido del corazón y asentí con rigidez.
—Él es mi única familia. —Eso no era del todo cierto, pero era la única familia que tenía que realmente me   importaba.
Suspiró y traté de no estremecerme cuando puso una mano en mi mejilla. Sabía que yo no le agradaba, y por alguna razón eso hizo que el hecho de que estaba siendo tan considerado, tan atento, diera en el blanco, que todo lo que se estaba preparando para decirme era mucho peor de lo que imaginaba.
—Tiene cáncer de pulmón… los doctores están pensando en estado cuatro. Tiene un extenso historial médico. Ha estado recibiendo tratamiento por un tiempo. Lo instalamos, le dimos fluidos, podría tener neumonía, así que por eso él está luchando por respirar, y sus niveles de oxígeno son peligrosamente bajos. No estamos al cien por ciento seguros de por qué no ha respondido todavía, pero estamos tratando de conseguir que despierte. El médico que lo atiende llamó al oncólogo que figuraba en la tarjeta de Shindong. Es una situación grave, Kyuhyun. No puedo creer que no te permitiera saber lo mal que estaba.
Dejé caer mi cabeza como si fuera de repente demasiado pesada para sostenerla y sus suaves dedos acariciaron mi mejilla. Fue sorprendentemente relajante.
—Él me ha estado evitando. —Sonaba patético a mis propios oídos.
Sungmin iba a decir algo más cuando un diminuto duendecillo embarazado y un gigante descomunal entraron a toda marcha a la sala donde estábamos parados. No reconocí al tipo más viejo que vino con ellos, pero tenía una mirada atenta en su rostro que casi daba miedo.
La caballería había llegado. Sungmin se iba a retirar y yo instintivamente agarré su muñeca. Necesitaba a mis amigos, quería a mi tripulación de inadaptados y rebeldes, pero en este momento yo lo necesitaba más. No podía explicarlo. Él me dio una sonrisa lánguida y tiró de su brazo.
—Voy a ir a ver cómo está y ver si logramos despertarlo para que puedas verlo. Kyuhyun… deberías considerar la posibilidad de dejar de fumar.
La última de sus palabras se desvaneció cuando fui arrollado por un duendecillo punk-rock y envuelto en un abrazo que necesitaba como nunca antes. Dejé que Heechul hiciera su magia y tratara de hacerme sentir mejor. También dejé que la fuerza tranquila y la segura estabilidad del hombre que yo consideraba mi hermano mayor me tratara de afianzar. Lee Siwon una roca y yo necesitaba esa clase de estabilidad a medida que mi mundo estaba sacudiéndose a mí alrededor.
Estaba procesando las cosas, tratando de poner las emociones que se agitaban y rodaban bajo control, tratando de entender lo que estaba pasando cuando ellos se presentaron. Ya era bastante malo que mi madre estuviera allí, pero que tuviera el descaro de traer a ese imbécil con el que se casó, solo estaba empujando los límites de mi control ya hecho jirones.
¿Por qué estaba aquí?
Shindong la hizo su contacto de emergencia, su apoderada… como si fuera de alguna manera más importante para él que yo.
¿Por qué?
No respondió.
¿Sabía que estaba enfermo y por cuánto tiempo? Ella lo sabía. Shindong no quería que me preocupara.
Trató de convencerme de que todo era en mi mejor interés y mi cabeza estaba a punto de estallar con cada pregunta mordaz que le soltaba, cuando mi mejor amigo, Hyukjae , apareció con su prometido. Tuve un momento de claridad y estaba empezando a ver a través de la neblina de miedo, ira, resentimiento, y todo lo demás alimentando mi sangre cuando la cabeza cobriza de  Sungmin apareció  por  la esquina. Sus palabras ya habían cambiado  mi vida una vez esta  noche.
No tenía idea de que él no estaba ni siquiera cerca de terminar.
Inclinó la cabeza hacia un lado, parpadeó sus ojos sobre mí como si no estuviera a punto de romper el fundamento de todo lo que yo creía que sabía, y dijo:
—Está despierto y pregunta por ti.
—¿Por mí?
—Sí, me dijo que quiere hablar con su hijo…  ese tienes que ser tú, ¿verdad? Ustedes parecen idénticos.
El mundo cayó. Dejé de respirar, dejé de sentir, y dejé de vivir. Estaba clavado en el lugar, atrapado en un momento en el que mi querido tío Shindong de alguna manera se había simplemente transformado en mi padre.
Las mentiras, los secretos, la pérdida de tiempo, la sensación de vacío que siempre había llevado alrededor de no ser reconocido no solo por una madre superficial e indiferente, sino también por un padre sin nombre, sin rostro, dio vuelta y vuelta, y sentí que iba a desmayarme por el mareo que provocó.
—¡Jodida mierda! —Típico de Hyukjae , me trajo de vuelta a la habitación blanca con estrépito y la sangre corriendo en mi cara y orejas. Iba a perder el control, pero como si lo supiera, Heechul de repente estaba allí, justo en mi cara, siempre la voz de la razón. Siempre cuidando de sus chicos.
—Kyuhyun. —El tono de Heechul era severo y sin replica—. Ahora no es el momento. Podemos resolver todos los detalles más tarde. No importan. Tienes que apreciar que él todavía está aquí y concentrarte en el ahora. —Sus ojos brillantes danzaron a su hombre y luego se deslizaron de vuelta a mí—. Además, no puedes golpearla y salirte con la tuya. Yo puedo. —Su rubia cabeza de puntas se inclinó en dirección a donde mi madre estaba acurrucada junto a su marido. No me extrañaría que él realmente avanzara a abofetear a mi madre. Era por eso que lo amaba tanto.
Heechul se hizo a un lado cuando Sungmin se acercó a mi lado y puso su mano en el hueco de mi codo en un gesto silencioso para que lo siguiera.
—Te entiendo, Kyuhyun. —Sus ojos eran de un nubarrón que quería mirar para siempre. Esa era una tormenta de la que nunca me quejaría por quedar atrapado.
—¿Lo haces? —Tenía la esperanza contra toda esperanza que fuera la única persona que pudiera escuchar mi voz quebrarse, y que Heechul realmente sacara a mi mentirosa madre conspiradora fuera de la sala de espera de emergencia.
—Lo hago —medio susurró, y quise preguntarle por cuánto tiempo lo haría.
¿Iba a estar allí mientras hiciera frente a mi modelo a seguir, la única persona que me había dedicado su tiempo, su amor, quien me convirtió en un hombre del que estaba orgulloso de ser?
¿Y qué hay mientras tuviera que lidiar con el hecho de que ese mismo hombre me había mentido toda mi puta vida?
No tenía ni idea de quién era Cho Shindong, y como resultado, me estaba empezando a preguntar si tenía idea de quién era Cho Kyuhyun. No podía explicarlo, no le conocía. Apenas lo recordaba de antes, y realmente no tenía ni idea de qué clase de persona era más allá de su trato con los pacientes agradable y profesional, pero quería que estuviera allí, sentí que necesitaba que estuviera allí… era una jodida lástima que me odiara.
Puede haber sido de Acción de Gracias, pero estaba teniendo un momento muy difícil encontrando una sola cosa por la que agradecer.



4 comentarios:

  1. Ahhhh
    No creo que los chicos hablaran de Minnie~ esa vez!
    Tal vez escucho una conversación que no era de su incumbencia!
    Ahhhh
    Genial!!!!
    Esto esta muy bueno!

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  2. Pienso que al final todo esto resultara ser tan solo un malentendido o eso espero porque esas palabras sonaron cuerles.
    Ok Saeun en este fic sera la manzana de la discordia y el pasado de Kyuhyun tambien afectara mucho :/
    esperemos y las cosas se vallan aclarando poco a poco :)
    Gracias por el cap ~~

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  3. Nada me emociona más que un Kyumin sufrido.
    Sra.madre de Kyi sepa que si Hee no le pega lo haré yo.

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  4. La cosa es que...sin duda Min estaba equivocado respecto a Kyu...creo que también dudo que esas palabras haya sido para él...y bueno,uno sí puede quemarse dos veces con la misma llama...y más cuando esta se presenta de nuevo en forma de Kyuhyun.
    Al menos Kyu lo recuerda...eso debe ser un punto para él.
    En esa fiesta borracho y drogado
    Luego al tiempo Min lo escucha diciendo esas palabra...claro que le tuvieron que dolor,aunque no hayan sido para él,así lo supuso.
    Ahora a Kyu se le viene una más encima,enterarse que su tío en realidad es su padre y que está casi al borde de la muerte.
    Aaaahhh Shindong...por qué😢😢😢
    Pero imagino que el destino hizo de las suyas...le quitará a Shin,pero le trajo de vuelta a Min *0*

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...