Marcado V -14




Quería soltarle una retahíla a Jinki solo por aparecer de la nada. Quería desgarrarlo por no dejarme saber lo que había estado sucediendo y quería abrazarlo y besarlo en la frente porque se veía tan destruido y maltratado. Mi primer instinto fue llamar a Sungmin y hacerle venir a revisar a mi hermano para asegurarme de que estaba bien, pero Jinki parecía que estaba a punto de romperse, de modo que eso iba a tener que esperar.

Jinki derivó hacia el sofá y en cierto modo se plegó sobre sí mismo mientras se sentaba. Fui al refrigerador y saqué un par de cubos de hielo que envolví en un paño de cocina. Le di la improvisada bolsa de hielo y me senté en la mesa de café frente a él.

La tez de Jinki era más clara que la mía y la forma en que los moretones oscurecían su piel y ensombrecían sus ojos me hizo saborear el asesinato en la punta de mi lengua.

—¿Cómo llegaste aquí? —Supuse que sería mejor empezar suave con él dado que parecía tan asustado.

—Conduje. Oliver no me dejó ir al hospital y sabía que mi muñeca estaba realmente en mal estado. Esta vez fue demasiado lejos.

Tomé aire agudamente, tan rápido que silbó entre mis dientes.

—¿Esta vez? —Habían estado casados durante un par de años. Ni siquiera quería adivinar cuánto tiempo había estado sucediendo esto. Sentí como si debería haberlo sabido cuando Jinki comenzó a alejarse de mí.

Él se encogió de hombros.

—Llamé a papá y le dije lo mal que estaba herido y que necesitaba ayuda. Él me dijo que debo haber hecho algo para provocar el tratamiento de Oliver sobre mí. —Empezó a temblar y llorar de nuevo y la mano que no sostenía el hielo sobre su cara se enroscó en un puño en su pierna—. Después de todo, Oliver es un diácono en la iglesia y es un hombre bueno y temeroso de Dios, de modo que la culpa debe recaer en mí.

—¿Papá sabe que ese tipo te ha estado golpeando y te está culpando por ello? —Mi voz era temblorosa de rabia.

Él solo asintió con la cabeza y gimió, porque el movimiento obviamente le dolía.

—Esperé hasta que Oliver se fuera a trabajar, empaqué una bolsa, y me fui. Conduje y conduje. No tenía idea de a dónde iba. Solo sabía que me dolía y me sentía enfermo y que el último lugar donde quería estar era Hyehwadong. No fue hasta que me detuve para conseguir gasolina en la frontera que me di cuenta que estaba dirigiéndome a ti.

Estiré mi brazo y le tomé la mano.

—¿Por qué no me pediste ayuda? Yo te hubiera alcanzado y rescatado.

Él sacudió la cabeza y siguió llorando.

—Ya no soy un niño. Sabía que lo que estaba pasando estaba mal. Él me había estado golpeando en lugares que nadie podía ver durante años. No fue sino hasta hace poco que comenzó a perder el control y terminé viéndome así. Esto solo se volvió peor y peor.

—Jinki...

Él soltó una carcajada que estaba tan rota y afilada que yo, literalmente, le sentí arañar a través de mi piel y dejar marcas.

—Estábamos hablando de tener hijos. Yo no quería, no con alguien como él. No con una vida así. —apartó la mano libre y la agitó delante de su cara maltratada—. Este fue el resultado de mí diciendo que no.

—Jesús.

Él se echó a reír de nuevo.

—Jesús no tiene nada que ver con esto.

Me quedé mirándolo en estado de shock por un minuto.

—No puedo creer que no tenía idea de que algo de esto estaba pasando.

El levantó un hombro y lo dejó caer.

—No es exactamente algo de lo que estoy orgulloso. Debería ser capaz de hacer lo que hiciste y alejarme. He sabido desde la primera vez que Oliver me levantó la mano que estaba en una mala situación. He estado allí antes, y solo no aprendí mi lección.

—¿Es esto de lo que Jjong estaba hablando cuando te vio?

—No puedo creer que no te dijo todos los detalles sangrientos, teniendo en cuenta que ustedes dos son obviamente mucho más cercanos ahora de lo que lo eran cuando éramos niños.

—Él me dijo que era tu historia para contar.

Una pequeña sonrisa que de hecho tenía un poco de vida en él, coqueteó con su boca rota.

—Él siempre tuvo más integridad que cualquier otro hombre que he conocido.

—Me dijo que te pidió que te casaras con él y que lo rechazaste. —Sonaba como si las palabras tuvieran que luchar por salir porque me molestaba mucho decirlas.

—No, Kibum, él no me lo pidió, me lo ofreció. Eso es muy diferente. Estaba embarazado con el bebé del capitán del equipo y el tipo me dijo que me deshiciera de él así no arruinaría su oportunidad de convertirse en profesional o arruinar su reputación como un inmaculado coreano. Cuando me negué a terminar el embarazo el tipo me golpeó. Jjong fue la única persona con la que sentí que podía hablar de esto, y él no se perdería los ojos negros. No había manera de que pudiera aceptar su oferta, él realmente no me amaba o quería casarse conmigo, así que le dije que no, que lo amaba como a un hermano, y entonces fue y casi asesinó al padre del bebé y huyó. Él estaba tratando de salvarme de mí mismo. Una semana después de que él se hubiera ido tuve un aborto involuntario y el tipo ni siquiera me miró de nuevo.

¿Quién era éste joven? Me sentí como si estuviera mirando a un extraño en el cuerpo de mi hermano.

—Papá estaba devastado por la ruptura con la estrella de fútbol. Le encantaba la idea de que me ligara a un atleta famoso. —hizo una mueca—. Él siempre dijo que ayudaría a reparar la mancha que dejaste en el nombre de la familia. Fui un idiota. Nunca me gustó el chico. Solo estaba haciendo lo que siempre hice y soportando las peticiones porque eso era lo que se esperaba de mí. Así fue como terminé de nuevo en una situación con un hombre que piensa que está bien hacerle daño a una persona a la que supuestamente ama. No puedo hacerlo más. Tuve que romper las cadenas. Fue hace mucho tiempo.

—Rompiste el corazón de Jjong, Jinki. —No podía dejar de sonar un poco acusatorio.

—Oh, vamos, Kibum. No seas ridículo. Jjong nunca me amó. Él se engañaba a sí mismo pensando que yo era su chico perfecto porque yo nunca iba a ser tú. No había una gran aventura esperándome. No había ningún riesgo. No imprevisibilidad. No podía haberme amado porque él estaba enamorado de ti. Aún lo está por cómo se ven las cosas.

—¿Qué? —Me quedé sin habla al oírle decirlo como si fuera tan obvio.

—Él nunca actuó como él mismo conmigo. Siempre fue la versión "iglesia" de Jjong a mi alrededor. Contigo él era despreocupado, estaba abierto, y se dejaba tener un momento en el que no siempre se estaba preocupando por lo que iba a ocurrir a continuación. Y luego te fuiste.

Dejé que mi cabeza colgara por un segundo.

—Y entonces me fui. —Y dejé un desastre en mi huida para las dos personas que más amaba.

—Pero volviste.

—No estoy seguro de cuanto importa eso. El abandono parece ser una cosa que se pega. —Suspiré y me puse de pie—. Por si sirve de algo, me alegro de que estés aquí y te ayudaré a romper las cadenas y cualquier otra cosa que necesites con el fin de alejarte de tu vida en Hyehwadong, Jinki. Nadie merece esto. —él me dejó inclinarme y abrazarlo sin pestañear, así que pensé que era el momento de empujar mi suerte—. Tengo un amigo que es enfermero. Debes dejar que lo llame y que te dé un vistazo.

Iba a preguntarle sobre presentar cargos penales una vez que estuviera seguro de que él estaba lo suficientemente fuerte como para tener esa conversación. El suspiró y empujó un poco de su cabello fuera de su cara sin darme una respuesta. No creo que quisiera que nadie más lo viera así. La vergüenza que sentía era prácticamente palpable.

—Me alegro de estar aquí, también, y creo que es increíble que hayas encontrado tu camino de regreso a Jjong aunque te tomó un tiempo muy largo.

Era gracioso que utilizara la palabra “encontrado”, porque de repente me sentí más perdido de lo que jamás había estado. No sabía cómo me había perdido de mi hermano siendo abusado y mi padre siendo un tirano hasta el punto de que podía pasar por alto el hecho de que su hijo estaba siendo herido.

No sé cómo me había perdido que lo que sea que se estaba filtrando entre mí y Jjong cuando éramos más jóvenes, era algo más importante e iba más lejos del parentesco y la camaradería de lo que siempre pensé. Y tal vez lo más importante es que no sabía exactamente cómo me sentía por el hecho de que el fantasma que siempre se movía entre Jjong y yo estaba aquí en carne y hueso e iba a ser imposible de ignorar, para los dos.




Necesitaba ir a casa y tomar una ducha y lavarme el sudor y el sol de mi piel, pero no estaba de humor para estar a solas, y la única persona con la que quería estar estaba acompañada en este momento por la única persona que nunca pensé que vería otra vez. Siendo ese el caso, me dirigí al único lugar donde sabía que había alguien con quien podía compadecerme y me daría tragos incluso en una apacible tarde del lunes.

El bar estaba bastante ocupado teniendo en cuenta que todavía quedaba una hora o así antes de la hora feliz y los lunes no eran generalmente días de grandes multitudes, también había un grupo de chicos más jóvenes reunidos en torno a las mesas de billar en la parte de atrás que estaban siendo ruidosos y ridículamente escandalosos. Kangin los observaba con ojos cuidadosos.

—Se ven divertidos. —El sarcasmo era pesado en mi voz mientras Kangin ponía una cerveza en frente de mí y entrecerró los ojos aún más cuando un coro de gritos y alaridos aumentó mientras Minha dejaba una bandeja llena de bebidas.

—No sé desde dónde vienen pero me hubiera gustado que encontraran su camino de vuelta allí.

—Necesitas un gorila para mantener la paz.

—Siwon solía encargarse de la mayoría de los ruidosos, pero con el bebé y Heechul, él no está aquí tanto como lo estaba antes. No tengo ningún problema en romper una cabeza aquí o allá, pero tengo un historial, así que tengo que cuidarme a mí mismo.

—Contrata a alguien para hacerlo si Siwon no es capaz de hacerlo.

Él bajó por la barra para hacer una ronda de bebidas que Minha pidió y regresó secándose las manos en la parte de atrás de sus jeans.

—Siwon mencionó a un tipo con quien estuvo en el ejército. Supongo que el chico será dado de alta pronto y están hablando sobre venir aquí. Creo que él le está guardando el lugar. Sabes que Siwon no pasará la oportunidad  de ayudar a un compañero soldado, si puede.

Asentí con la cabeza y piqué la etiqueta de la cerveza con una uña.

—Él trajo al bebé a la caminata de hoy cuando subimos por las montañas. Debiste verlo. Este gigante soldado corpulento que parece que podría mover toda la cordillera con sus propias manos llevando a este pequeño bulto rosa toda envuelta en moños y dulzura. Es tan pequeño en sus manos y él lo sostiene como si fuera de cristal. Son un buen equipo y es obvio que Minki tiene a su papá envuelto alrededor de su dedo.

—Siwon es un hombre con suerte. Se merece cada pizca de bien que pase por su camino después de todo lo que sacrificó en su vida.

Empujé el borde de mi sombrero y lo miré porque tenía muchas ganas de conocer la respuesta a la pregunta que estaba a punto de hacer.

—¿Es eso lo que se necesita para ser recompensados por el destino, para encontrar la verdadera felicidad en la vida? ¿Sacrificio?

Los ojos de Kangin brillaron especulativamente.

—No lo sé. Tal vez. Sé que nunca he vivido una vida en la que he puesto a nada ni a nadie antes de mí mismo. No puedo ver un camino en el que merezca tener el tipo de vida que Siwon tiene o incluso el tipo de cosa real que Zhoumi tiene con Henry. ¿Y sabes qué...? —Se apoyó en la parte posterior de la barra frente a mí y cruzó los brazos sobre el pecho—. Estoy bien con eso. Nunca he hecho nada para merecer lo que ellos tienen.

—¿Qué hay de darle la vuelta? ¿Estar aquí ahora y ayudar a Siwon, limpiar tus actos para que Zhoumi no tenga que vivir su vida preguntándose qué va a pasarte o qué tipo de problemas vas a dejar caer en su puerta? ¿Eso no es igual al arrepentimiento y una oportunidad para la verdadera felicidad y la bondad para ti?

Odiaba pensar que el pasado iba a definir para siempre el futuro de cualquier persona. Para Kangin especialmente, porque bajo todo su encanto relajado y actitud temeraria pensaba que era un muy buen tipo.

—Lo he dicho antes, solo porque puedo actuar bien y ser un hombre honrado no quiere decir que esa sea mi configuración por defecto. Es trabajar todos los días para recordarme a mí mismo lo que tengo que perder si caigo de nuevo en los viejos hábitos, pero siempre está ahí, la tentación de tomar el camino fácil, el deseo de pensar solo en mí mismo. Ese no es el tipo de hombre que se merece nada bueno y verdadero en su vida. Estoy bastante seguro de que si alguna vez llega a mis manos algo que parezca que estaba destinado a ser, probablemente lo destruiría. Solo pregúntale a Zhoumi. Siempre me las arreglo para destruir lo bueno en mi vida.

Suspiré y tomé otro trago de cerveza.

—Bueno, mierda. Terminé con la esperanza de que me pusieras en un mejor estado de ánimo.

Se apartó de la barra mientras un vaso se rompía en la parte de atrás y él frunció el ceño mientras Minha se movía en la dirección para ayudar a limpiarlo solo para ser sometida a una serie de silbidos despectivos.

—Te veías un poco fuera de quicio cuando entraste. ¿Qué pasa?

Y esa era la razón por la que Kangin era tan malditamente bueno detrás de una barra. Podía hablar de cualquier cosa. Era brutalmente honesto acerca de quién era y lo que había hecho, lo que a menudo hacía que los chicos que frecuentaban este lugar se sintieran mucho mejor acerca de las cosas con las que estaban luchando ellos mismos, y él siempre parecía como si tuviera una respuesta para cualquier carga que estuviera puesta en la barra frente a él. Incluso si la mayoría de los consejos que repartía eran una mierda, todavía sonaban bien cuando llegaban con una sonrisa engreída.

—El hermano de Kibum se presentó sin previo aviso. —Fue como ser disparado de vuelta en el tiempo, ver a Jinki todo en negro y azul—. No estaba preparado para ello. Nunca voy a estar preparado para ello.

Me quité el sombrero de paja y pasé mis dedos por mi cabello enmarañado de sudor.

—Tenías que saber que era inevitable. Estás durmiendo con un hermano, en algún momento el otro estaba obligado a hacer acto de presencia.

Me reí secamente.

—Honestamente pensé que Kibum se habría aburrido a esta altura y seguiría adelante como él hace. Nunca pensé que iba a volverse así de serio.

—Estás engañándote a ti mismo, Jjong. Ha sido serio desde el primer minuto.

—Dímelo a mí.

—¿Así que el hermano?

—Jinki. Él es un joven dulce. El tipo que es constante, un poco pasado de moda, y verdadera familia orientada. Ahora está casado. Siempre he pensado que sería el joven perfecto para mí, pero ahora estoy viendo que yo podría haber estado tratando de protegerme del hecho de que sabía, incluso entonces, que Kibum me iba a dejar. —Hubo más gritos de la parte posterior y otro sonido devastador a medida que más vidrio caía al suelo. Vi la mandíbula de Kangin flexionarse y comenzó a moverse hacia el extremo de la barra donde estaba abierto para llegar al otro lado.

—¿Que trajo al hermano aquí si tiene un hombre en casa?

Minha llegó corriendo mientras me daba la vuelta en mi taburete y apoyaba los codos en la barra cuando Kangin se detuvo a mi lado. Sus ojos eran grandes y sonaba agitada.

—Esos chicos están fuera de control. Tenían una jarra de cerveza y están actuando como si fueran veinte. Lanzaron dos de sus vasos de cerveza en el suelo y uno de ellos trató de agarrarme cuando les dije que no les estaba trayendo algo más. No les estoy sirviendo nada más.

Kangin extendió la mano y le dio unas palmaditas en el brazo.

—No tienes que hacerlo. Ellos no van a estar aquí por mucho más tiempo.

Kangin siempre había llegado a ser tan suave y un poco tranquilo, por lo
que fue un poco alarmante ver un tic trabajar en su mandíbula y su mirada normalmente tranquila brillando con chispas fundidas de ira.

—¿Necesitas que haga algo?

No solo iba a sentarme allí mientras él trataba de enredarse con un grupo de chicos borrachos fuera de control que lo superaban en número.

—No. Lo tengo. —Él se rio un poco y copió mi pose—. Solía ser uno ellos.

Hice una mueca.

—¿Así de mal?

—Mucho peor, en realidad.

—No creo que me hubieras gustado mucho antes de que esos motociclistas golpearan tu culo, Kangin.

Me miró por el rabillo del ojo.

—A no mucha gente le gustaba. De todos modos, termina de contarme acerca de la
hermano.

—Él siempre tuvo una habilidad especial para encontrar la peor clase de chico con el que pasar el tiempo. Desde su aspecto, éste lo tomó demasiado lejos. No hay manera de que su padre pudiera haberlo pasado por alto, y creo que puede que finalmente haya tenido suficiente. ¿Cuál es la utilidad de ser leal a una familia que va a esperar y verte ser herido y no hacer nada al respecto?

—Eso es muy malo.

—Sí, y el hecho de que puedo o no haber actuado como si fuera golpeado en la cara con una bolsa de ladrillos cuando lo vi seguro como la mierda que no le cayó bien a Kibum.

—Tiene que ser duro para Kibum. Él te tiene ahora, pero piensa que su hermano aún tiene una parte de ti desde aquel entonces. Eso es un tapiz bastante retorcido de la historia, el presente y el futuro, que él está mirando.

—Jinki no tiene ninguna parte de mí que no sea simpatía y tal vez una gran parte de arrepentimiento. Verlo hoy hizo eso muy claro. Me quedé muy sorprendido al verlo y preocupado de que estaba todo negro y azul, pero eso fue todo. La forma en que Kibum me calienta, la forma en que me entiende... Nunca tuve nada de eso con Jinki. Kibum fue siempre el único hacia el que yo gravitaba, estaba demasiado joven y  demasiado  asustado  para entender lo que significaba en aquel entonces.

Kangin hizo un ruido de comprensión y luego se apartó de la barra cuando uno de los chicos del grupo agarró un taco de billar y lo balanceó a la cabeza de uno de sus amigos. El otro chico borracho se agachó y se lanzó contra las piernas del atacante. En una fracción de segundo rodaron por el suelo en una maraña de brazos y piernas mientras la pelea falsa se convertía en una pelea real muy rápido.

Kangin se movió en la dirección de la pelea con un paso decidido y rápidamente lo seguí. Los chicos estaban rodando por el suelo, los puños estaban volando, y sangre se estaba derramando de las bocas mientras palabrotas y amenazas confusas enfatizaban golpes fuertes. Kangin consiguió agarrar al chico que había comenzado todo el lío y trató de tirarlo fuera de su amigo. Uno de los otros chicos del grupo se movió hacia Kangin y yo negué con la cabeza y le dije:

—No quieres hacer eso, amigo.

El chico me miró como si estuviera considerando sus posibilidades de enfrentarse a mí, cuando me distraje por Kangin dejando escapar una larga serie de palabrotas. El chico al que había apartado del evidente perdedor de la pelea de borrachos había vuelto su ira hacia Kangin y le estaba dando a mi amigo un mal rato.

Kangin tenía al chico por la parte posterior del cuello y uno de sus brazos apretado entre sus omóplatos, pero lo que sea que el chico había estado bebiendo había entumecido el dolor y lo estaba dando todo por soltarse. Echó la cabeza hacia atrás y trató de darle un cabezazo a Kangin y lanzó sus piernas hacia atrás tratando de patear al hombre mucho más alto y mucho más sobrio.

—Para ya, pequeño pedazo de mierda. —Kangin sacudió al chico y me miró cuando me agaché para ver cómo le estaba yendo al otro. No demasiado bien si sus ronquidos y su cara ensangrentada eran una indicación—. Todos ustedes han terminado aquí. Todo el mundo muévanse a la puerta principal.

El chico con el que estaba forcejando se liberó lanzando su cuerpo hacia adelante y sorprendiendo a Kangin lo suficiente como para que lo dejara ir y el joven revoltoso cayó de bruces en el suelo. El chico rodó sobre su espalda y alzó la vista hacia nosotros con ojos siniestros.

—Que te jodan. Puedo comprar y vender este bar cien veces.

Kangin me miró y luego volvió a mirar al chico bocazas que había conseguido ponerse rodillas.

—Bueno, hasta que tu nombre esté en la escritura, tú y tus amigos pueden sacar sus alegres culos de mi bar.

Un par de sus compañeros se acercaron al chico por detrás y lo ayudaron a ponerse de pie.

—¿Me vas a obligar, chinito? Me pones la mano encima y te demandaré, lo demandaré. —El chico me señaló cuando levanté una ceja hacia él—. Voy a demandar a cada hijo de puta en este lugar y te tendré arrestado por asalto. Conozco mis derechos.

Gruñí cuando Kangin dio un paso adelante.

—Ten cuidado. —No estaba seguro si la advertencia era para el chico o para Kangin, fuera como fuera podía ver esta situación yéndose por el retrete aún más a cada segundo.

—He estado en la cárcel, pequeño pedazo de mierda. Más de una vez. Así que ¿qué más tienes?

A estas alturas dos de los otros chicos del grupo empezaron a entrar razón y un par de los clientes habituales se habían abierto camino para ver de qué se trataba el alboroto. Ahora incluso había unas cuantas probabilidades más, pero el chico en el centro de todo estaba mirando a Kangin como si fuera su propio archienemigo personal.

—Tengo esto. —El chico se agarró la entrepierna y Kangin dio un paso amenazador hacia adelante, por lo que extendí un brazo para mantenerlo atrás.

—¿Quieres que llame a la policía? —Pensé que era una buena pregunta para hacer considerando las circunstancias, pero tanto Kangin como el chico me lanzaron dagas con la mirada. Levanté mis manos en un gesto de rendición y di un paso atrás.

—Sal. De. Una. Puta. Vez —Claro y simple; no había dudas de que era la última advertencia que el rubio iba a darle al grupo.

Los amigos del tipo le insistieron en que lo dejara pasar y le dijeron que había un montón de bares diferentes a los que podían ir a pero el tipo estaba en un punto muerto con Kangin y ninguno de los dos quería ceder. Finalmente el chico se quitó de encima a sus amigos y apuntó con el dedo a mi amigo.

—Esto no ha terminado, imbécil. —Miró a su grupo y gritó—: Andando. —Como si todo el tiempo hubiera sido su idea abandonar la propiedad. Se aseguró de escupir una bocanada de sangre en el suelo y derribar una mesa en su salida.

Kangin estaba prácticamente vibrando de rabia y su comportamiento normalmente despreocupado se encendió como una hoguera. Sus ojos brillaban en su rostro y sus manos estaban cerradas en puños de hierro. Parecía que iba a atravesar una pared con la mano.

Uno de los clientes habituales murmuró:

—Yo le hubiera dado un puñetazo en la boca. —Mientras serpenteaba de nuevo hasta la barra y Kangin dejó escapar un profundo suspiro.

—¿Recuerdas cuando dije que hacer lo correcto es jodidamente difícil? Primer ejemplo. —Extendió una mano y la restregó por su cara—. Hace un tiempo simplemente le hubiera dado una paliza de muerte, habría tomado todo lo que tenía en su cartera y probablemente a su pareja, y me habría ido por mi camino. O incluso más probablemente habría encontrado a alguien para hacer el trabajo sucio por mí y tendría a dos grupos de imbéciles yendo por mi sangre cuando todo hubiera terminado. Ahora tengo que pensar que si hago ese tipo de cosas, Siwon podría ser demandado, yo podría ir a la cárcel o terminar en una bolsa para cadáveres, y es una mierda.

Estaba de acuerdo con él, así que no dije nada y solo lo seguí de vuelta a la barra para poder pagar mi cerveza y finalmente, volver a casa para darme una ducha.

—Bueno, a veces lo correcto es lo injusto porque si alguien se merece un puñetazo en la cara, es ese chico. —Y cualquiera que hubiera utilizado a Jinkig como saco de boxeo. Lancé unos cuantos billetes sobre la barra y me volví a poner el sombrero en la cabeza—. Nos vemos pronto, hombre.

—Sí y, Jjong... —Me detuve y volví a mirarlo—. Tu chico solo necesita saber que ahora él es el único. Tal vez estabas confundido cuando eras más joven, tal vez estabas asustado y aferrado a la apuesta segura, pero ahora estás aprovechando la oportunidad y solo necesita saber que depende de él. No hay nada malo con él siendo el de después, siempre que sea el último.

—Maldita sea. Eres bueno en esto de los consejos de camarero.

Se echó a reír.

—Cuando todo lo que haces es cometer errores aprendes cómo ayudar a que otras personas los eviten. Gracias por respaldarme. No estoy acostumbrado a eso.

—Tal vez te mereces más de lo que crees, chinito. —Me puso mala cara y me reí mientras me dirigía afuera y hacia mi camioneta.




2 comentarios:

  1. Ay por Dios....
    Así que eso fue lo que paso en la universidad!!!
    Ahhhhh

    Noooooo

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  2. Ay Jinki...pero bueno,al menos ya se alejo del dichoso esposo y del padre que no sirvió para nada.
    Viendolo de otro manera,imagino que llego en un buen momento,ha podido hablar con kibum y le ha dicho como en verdad fue lo de que jjong le pidiera matrimonio.
    Y le está aclarando un par de cosas más...y que espero él entienda y se decida a confiar en jjong y su amor por él.
    Ya solo falta que jjong confie en kibum y que sepa que él no lo va a dejar...espero.
    Pobre de mi bebé,Kangin trae un gran peso sobre sus hombros...él sabe que Mimi solo está esperando un fallo que haga,que cualquier cosa que haga puede meterlo en problemas...ni él espera nada bueno,aunque cree estar bien.
    Jjong y kibum deben hablar y decirse cuanto se aman.
    Que kibum no se irá y que para jjong él es el único

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...