Marcado V -13




El domingo, pasamos todo el día en cama. Noté que Jjong todavía estaba luchando con el descubrimiento sobre Taemin y el hecho de que tenía un padre negligente. No fue
particularmente locuaz, lo que estaba tan lejos en contra de su naturaleza afable que simplemente lo dejé pasar e intenté apoyarlo de la mejor manera que conocía.

Me aseguré de que entendiera que yo estaba allí para hablar, y a la vez que me importaba su fuerte acto de silencio, siempre y cuando los resultados fueran tan deliciosos e hicieran que mi cuerpo ardiera. Sabía que él iba a tener que enfrentarse a Taemin y al pasado tarde o temprano, pero no iba a empujarlo en eso.

El lunes quiso que fuera de excursión con él. En los últimos meses me estaba dando cuenta de la forma en que mantenía su impresionante físico sin poner, nunca, un pie en el interior de un gimnasio: al estar haciendo actividad realmente extenuante al aire libre en cada oportunidad que tuviera. Le gustaba un buen partido de fútbol en el parque. Le gustaba poner a Kkomde en su correa y salir a correr. Le gustaba ir a trotar en los alrededores.

Yo, por otro lado, no quería hacer nada de eso incluso si eso significaba que podía verlo todo sudado y corriendo sin camisa. Le dije que le pidiera a uno de los chicos que fuera con él y entorné mis ojos cuando se quejó al respecto. Creo que quería la oportunidad de verme sudar y ponerme todo sucio y caliente junto a él por una vez.

¿Quién hubiera pensado alguna vez que el pequeño niño dulce de al lado se convertiría en un demonio en la cama? Tenía movimientos que nunca antes había visto y la adición de esa cruz de metal en la punta de su impresionante paquete llevaba las cosas a un nivel absolutamente increíble.

Peiné mi cabello y opté por un atuendo que era bastante normal para mí. Un ajustado pantalón negro y una camisa sin mangas. Me puse unos zapatos rojos feroces, porque no había manera de que pudieras ir a la batalla y no tener de calzado algo que no era tan impresionante como los de tu adversario y aun así sentirte confiado. Me di una última mirada en el espejo y me dirigí a mi destino.

Me tomó un segundo encontrar el edificio de abogados donde Taemin trabajaba porque en realidad nunca me había dado la ubicación exacta, y cuando lo encontré estuve un poco aturdido y, a decir verdad, intimidado de ir dentro de las elegantes puertas de bronce y madera.

No se trataba de un diminuto bufete de abogados. Esta era una sucursal gigante con múltiples socios, y todo gritaba riqueza y opulencia tan pronto como entré al vestíbulo. Había un guardia de seguridad en la recepción que me dio una mirada curiosa cuando le pregunté si podía ver a Taemin.

—¿Tiene usted una cita?

¿Lucía como si tuviera una cita? Me tragué el comentario sarcástico y sonreí, asegurándome que todos mis dientes se mostraran.

—No. Pero si le dices que Kibum está aquí para verlo, apuesto a que va a hacer que me envíes a su oficina.

Él negó con la cabeza y se volvió hacia el monitor frente a él.

—Nadie sube sin una cita.

Quería gruñirle y estaba considerando simplemente ir a la cafetería y acecharlo hasta que apareciera como parecía tener el hábito de hacer, cuando oí mi nombre llamado desde algún lugar detrás del guardia y su enorme escritorio.

Di unos pasos hacia atrás y vi a Taemin saliendo del ascensor con una mujer joven que estaba llorando. Taemin estaba diciéndole que todo estaría bien, que solo tenía que confiar en él. Se dirigió hacia donde yo estaba de pie y me di cuenta que se retorcía las manos. Bien. Estaba contento de ponerlo nervioso.

—¿Tienes un minuto? —Me aseguré que mi tono indicara que aún si no lo tenía, era mejor que ella encontrara tiempo para mí y muy rápido.

Él asintió.

—Mi siguiente cliente no viene hasta la una, pero tengo una conferencia telefónica con el abogado contrario para un divorcio en el que estoy trabajando que tengo que hacer antes de eso.

—No voy a ocupar mucho de tu tiempo. —Me tomaría todo el tiempo que necesitaba para decirle lo que había venido a decirle.

Asintió de nuevo y se acercó al escritorio y sonrió amablemente al guardia de seguridad.

—Marvin, ¿puedes registrar a Kim Kibum por mí y darle un pase de visitante?

El guardia, obviamente, tenía una debilidad por él, porque no le hizo preguntas acerca de quién era yo o por qué estaba allí, él solo hizo lo que le pidió y pronto lo estaba siguiendo hasta el ascensor. Tomamos un paseo incómodo hasta el último piso y me di cuenta demasiado tarde que Taemin no era solo un abogado más, era socio de esta firma bien establecida y su oficina muy elegante y lujosa lo reflejaba.

—¿Eres como algo importante por aquí? ¿Cierto?

Me instalé en uno de los sillones de cuero al otro lado de su escritorio de caoba y decliné su oferta de tomar una taza de café o un poco de agua.

—Mi padre era uno de los socios fundadores. Estaba en derechos adquiridos. Hacen un montón de trabajo pro bono y tienden a ser muy activos en las diferentes comunidades en las que la firma establece sus oficinas.

—¿Cuán influyente fuiste para lograr que ramificaran hasta Seúl?

Se sonrojó un poco y se echó hacia atrás en su silla.

—Cuando la propuesta de abrir una nueva oficina surgió, podría haber sugerido Seúl como una ubicación, pero hay un consejo que tiene que votar, de modo que pudieron haber elegido.

—Sabes que podrías haber explicado quién eras y evitado la molestia de entrar en la tienda.

Cerró los ojos por un segundo.

—Después de que mi padre falleció, me tomó un tiempo hacer un seguimiento de Jjong. Todo el tiempo seguía pensando que era un último “jódete” de un hombre que nunca me había amado. Pensé que tenía que ser una broma o alguna estrategia para evitar que heredara sus bienes. Una vez que supe que Jjong era una persona real, de verdad mi hermano, no podía dejar de pensar en llegar a conocerlo. Una vez que vine a Seúl y me establecí, me tomó más de un mes reunir el valor de mirar incluso en dónde estaba la tienda. Me llevó otros dos atravesar las puertas. Cuando lo vi, cuando vi lo mucho que nos parecemos… —exhaló con fuerza y abrió los ojos de nuevo—. Sabía que era real. Desplegué todos los escenarios posibles sobre cómo decírselo. Tuve pesadillas sobre cuál sería su reacción. Fue casi tan bien como esperaba.

—¿Puedes culparlo? No tuvo ninguna advertencia, ninguna manera de prepararse para ese tipo de noticias. Siempre ha estado por su cuenta, nunca tuvo una familia hasta que llegó aquí y Shindong lo envolvió en la familia SMarked. Y de repente, tiene un hermano y un padre que no lo quería. ¿Qué harías tú en su lugar?

Él solo me miró por un minuto antes de finalmente mirar a otro lado.

—No lo sé. Nunca tuve la intención de hacerle daño, pero tampoco podía ocultárselo por más tiempo. Tengo que solucionar lo de la herencia. Solo tenía una semana más hasta que el abogado de mi padre se pusiera en contacto con él si no me acercaba yo en persona.

Suspiré y me deslicé un poco más cerca del borde de mi lujoso asiento de cuero.

—Tienes que comprender algo sobre Jjong. Él tiene un corazón enorme. Es un buen hombre, pero ha sufrido tantas pérdidas en su vida que es muy difícil para él dejar que nadie se acerque demasiado. El que tú seas de la familia, realmente familia de sangre, lo asustó terriblemente.

—Me encontré con la información sobre el asesinato de su madre cuando traté de seguirle la pista al principio.

—Eso es solo la punta del iceberg. Su madre, luego yo. Éramos muy, muy cercanos al crecer y entonces, lo dejé sin mirar atrás porque era egoísta y joven, y después estuvo mi hermano. —Me mordí el labio inferior y pensé un poco—. Jjong lo adoraba, afirmaba estar enamorado de él, e incluso fue tan lejos como para pedirle que se casara con él.

Mi voz se quebró un poco y tuve que aclararme la garganta

—Luego está Cho Shindong. Es el hombre que inició la tienda de tatuajes. Salvó a Jjong. Él lo trajo a Seúl y le dio un trabajo de ensueño, fomentó su arte, e hizo que sea el hombre que se suponía que iba a ser siempre. Dio a Jjong la única cosa que siempre quiso: un hogar, pero falleció de cáncer no hace mucho. Todo el mundo que Jonghyun ama, lo ha defraudado o lo dejó de alguna manera. Es por eso que te dejó por fuera tan tajantemente, por eso no escucharía cualquier cosa que tuvieras que decirle.

Taemin contuvo el aliento audiblemente y puso las palmas de las manos sobre el escritorio.

—Esa es una gran cantidad de pérdida.

—Lo es. Ha sido pateado constantemente por la gente que se suponía se preocupaba por él y solo está tratando de mantenerse a salvo.

Inclinó la cabeza solo una fracción hacia un lado y esos ojos azul cielo se estrecharon en mí.

—¿Y qué hay de ti? Te fuiste y él te aceptó de vuelta.

Dejé escapar una risa seca.

—Tengo un dedo del pie en la puerta, pero no estoy ni cerca de estar de vuelta como antes. Cada vez que agarro mi bolso, cada vez que le digo que tengo que salir corriendo por algo, él me mira como si nunca fuera a volver.  Me conoce mejor de lo que nadie en toda mi vida jamás lo ha hecho, incluso después de diez años de diferencia, pero sigue sin confiar en que voy a quedarme con él para siempre.

—¿Pero no están involucrados? —se rio y arrugó un poco la nariz—. Anoche pensó que estaba tratando de pedirle una cita y me dijo en términos inequívocos que estaba viendo a alguien.

—Estamos involucrados, pero creo que el nivel de participación podría ser diferente dependiendo de cuál de los dos estás hablando.

Sus pálidas cejas se dispararon.

—¿Lo amas?

Solté un bufido de una manera totalmente impropio de un joven y tamborileé mis dedos en mi rodilla para disipar un poco la tensión acumulándose dentro de mí ante esa pregunta.

—Lo he amado de muchas maneras diferentes desde que tenía diez años. Te dije que estaba aquí por él.

—¿Cómo sabías que iba a darte la bienvenida de nuevo en su vida? Diez años es mucho tiempo.

—No lo sabía. Pero era una oportunidad que tenía que tomar porque en todo el tiempo que pasó él es el único que perduró conmigo. Él valía la pena el riesgo… sigue valiéndolo, a pesar de saber cosas ahora que no sabía entonces.

—¿Qué estás tratando de decirme, Kibum? Lo puedo ver en todo esto, pero no te conozco lo suficiente, o a Jjong, como para descifrarlo.

Me puse de pie y pasé una mano sobre la tela de mi pantalón.

—Te estoy diciendo que él vale la pena y que con el tiempo va a usar la cabeza y querrá que estés allí. Sé paciente con él. Cuando deje de estar aterrorizado, cuando vea que no eres más que otra persona que lo puede abandonar o defraudar, él va a venir a buscarte.

Me aseguré de que pudiera ver lo importante que es lo que yo le estaba diciendo a través de mi mirada firme

—Va a salir lastimado si te has ido o ya no te interesa para cuando él comience a acercarse a ti, y no se merece eso. Así que antes de tomar cualquier decisión en cuanto a ser realmente su hermano, en estar en su vida, piensa en lo interesado que estás en quedarte donde estás hasta que  él encuentre su camino hacia ti.

Él también se puso de pie y tuve este pensamiento extraño de que Jjong realmente no podía tener a dos jóvenes más diferentes en cada nivel que estuvieran tratando de encontrar un lugar en su vida al mismo tiempo exacto. Una cosa evidente que Taemin y yo teníamos en común, era que los dos éramos fuertes y ambos decididos a forzar nuestro camino sin importar lo mucho que nuestro chico quisiera dejarnos por fuera.

—No voy a ninguna parte, Kibum, y si lo hago, te prometo que voy a hacer todo lo humanamente posible para asegurarme que pueda encontrarme. No voy a desaparecer. Él me puede encontrar cuando esté listo.

Él cruzó los brazos sobre su pecho y me dio una sonrisa de medio lado

—Lo gracioso es que, entiendo todo sobre la pérdida. Mi madre se suicidó cuando era muy joven y mi padre era un hombre frío y distante que pasó mucho tiempo trabajando y una gran cantidad de tiempo fingiendo que yo no existía. Lo que quiero decir es que tuve un padre físicamente en mi vida, pero emocionalmente… —se encogió de hombros—, estaba tan solo y fui tan poco querido como él y en realidad, él te tenía a ti. Yo no tenía a nadie.

Alisé mi cabello y me volví hacia la puerta.

—No hagas daño a mi chico y puedes tenerme también, Taemin. Me gustas. Creo que tienes clase y genialidad por kilómetros. Es por eso que he venido en paz y quería ofrecerte algunos consejos. Si no pensara que buscaras algo que no sea una verdadera conexión tangible con Jjong, habría irrumpido con las garras fuera y uno de los dos habría estado sangrando para el momento que terminara. Como he dicho, solo dale un poco de tiempo.

Estaba en la puerta y tirando de la manija cuando llamó mi nombre en voz baja. Lo miré por encima de mi hombro y vi que había un brillo feroz en sus ojos.

—Sé que no tengo el mismo derecho sobre él como tú, pero no lo decepciones de nuevo, ¿de acuerdo? Si piensas que yo podría lastimarlo, solo imagina lo que pasaría con él si tú te vas ahora que te tiene de nuevo. Él te ama. Puedo verlo, así como tú tienes que ser capaz de verlo.

—Oh, yo también lo veo. Solo tengo que asegurarme de que él no está mirando a través de la niebla que queda del pasado antes de creerlo totalmente. Si quieres hablar, ya sabes dónde encontrarme.

Cerré la puerta detrás de mí y tomé el ascensor hasta el vestíbulo. Guiñé un ojo al guardia de seguridad cuando él levantó una ceja inquisitiva hacia mí, preguntándose claramente qué podría querer un joven rockero tatuado con uno de los socios, pero era demasiado educado para preguntar.


Estaba cansado. Después de estar toda la noche con Jjong y la carga emocional que puso en mí, así como el enfrentamiento con Taemin, estaba listo para pasar mi tarde libre tomando una siesta. No sabía cuánto tiempo iba a tomar una caminata en la montaña pero supuse que tenía tiempo suficiente para comprar algo de comer y descansar un poco antes que Jjong volviera con el cachorro y los dos quisieran jugar.

Estaba haciendo malabares con mis llaves y tratando de escribirle para ver dónde estaba así como tratando de no dejar caer la última parte de mi burrito, de modo que no estaba prestando atención a dónde iba o lo que estaba haciendo. Casi tropecé con las largas piernas estiradas hacia fuera delante de mi puerta y tuve éxito al usar cada palabrota que sabía cuándo mi muy sabroso almuerzo voló fuera de mis manos. Mi bolso y las llaves siguieron a mi burrito en el suelo del pasillo de mi edificio a medida que me fijaba en el amoratado rostro de mi hermano.

Sus dos ojos marrones claro estaban rodeados de negros moretones feos. Su labio inferior estaba roto, al igual que el canto de uno de sus altos pómulos. Tenía una venda alrededor de la muñeca que acunaba contra su pecho y estaba mirándome desde su posición en el suelo como si fuera patearlo con la punta de mi zapato. Lágrimas brillantes resplandecían en su mirada y su labio reventado tembló mientras ella me decía:

—Tu vecina me dejó entrar. Se ofreció a dejarme esperar en su apartamento hasta que tú llegaras, pero… —Se interrumpió y una lágrima se deslizó a través de sus pestañas y cayó por su mejilla golpeada.

—Jinki —dije su nombre en voz baja y me agaché de modo que pudiera poner una mano en su rodilla. Maldije en silencio cuando se apartó de mí. Recogí mis llaves y le ofrecí una mano.

Esto hizo que mi corazón se apretara tan fuerte que dolió cuando dudó un minuto completo antes de agarrarlo para así poderlo ayudar con su brazo sano. No pasé por alto el hecho de que no puso nada de su peso en su pie izquierdo. Extendí la mano y siseé un suspiro furioso al ver muy claras huellas de color amarillo y verde alrededor del costado de su garganta.

Estaba llorando en serio ahora y lo único que podía pensar era que tenía que hacerlo entrar y cuidar de él. Tenía las llaves en la puerta y estaba empujándola para abrirla cuando oí un ladrido familiar y de repente tenía unas grandes patas de cachorro en la parte posterior de mis rodillas.

Miré por encima de mi hombro y si no hubiera estado sosteniendo a mi maltratado y abusado hermano, había una buena probabilidad de que hubiera tenido un orgasmo en el acto. Jjong tenía unos jeans desgastados de cintura baja ajustados en todos los mejores lugares. Su camiseta estaba metida en la parte de atrás de sus pantalones como a él le gustaba hacer y estaba de hecho sudado y sucio.  Sin embargo, nada de eso fue lo que hizo el truco. A pesar de que todos los tatuajes humedecidos cubriendo su torso me dieron ganas de babear, lo que me tenía listo para aullar a la luna como una especie de hombre lobo sexual desatado era el hecho de que tenía un viejo sombrero de paja estilo vaquero en la cabeza y estaba mirándome desde debajo del borde con una sonrisa sexy.

Era una mirada que funcionaba muy bien en él, más allá de bien, y lo sabía. Sentí que mis dientes se apretaron juntos cuando su sonrisa se desvaneció y vio que no estaba solo.
El reconocimiento se abalanzó como las olas en una tormenta mientras sus ojos cambiaban de negro feliz a uno tempestuoso entre parpadeos.

—¿Jinki? —Su tono no fue para nada acogedor, y fuerte con emociones que no pude identificar. No parecía feliz de verlo y su mirada se tornó aún más oscura cuando se fijó en su aspecto maltrecho.

—¿Jjong? —exhaló él y Jjong empujó el sombrero un poco más abajo en la frente.

Kkomde no tenía idea de lo que estaba pasando, así que él estaba corriendo en círculos entre nosotros, obviamente preocupado con el por qué sus humanos estaban parados ahí como estatuas.

—¿Qué te pasó? —La voz de Jonghyun fue dura, y aunque había mucha ira en ella, supuse que nada de ella estaba dirigida a mi ahora tembloroso hermano.

—Aún no hemos conseguido llegar exactamente a eso. Acaba de aparecer y yo acabo de llegar a casa.

Su mirada atronadora pasó de mí hacia Jinki y se quedó en él a medida que lo miraba boquiabierto en una mezcla de sorpresa y alguna otra cosa que se parecía muchísimo a vergüenza. No me dieron ganas de saltar de alegría exactamente ante el hecho de que él prácticamente me estuviera ignorando durante su tenso enfrentamiento.

Harto de la torpeza y ardiendo con rabia de que alguien se hubiera atrevido a poner sus manos sobre mi hermano de una manera tan violenta, extendí la mano y empujé la puerta abierta. Kkomde se precipitó en el interior y yo le espeté a Jjong:

—¿Vas a entrar?

Finalmente me miró y su boca se frunció hacia abajo con fuerza.

—No. Llámame más tarde.

Sacó la camisa de la parte trasera de sus jeans y se quitó el sombrero de su cabeza en un montón de movimientos rígidos y espasmódicos. Se puso la camisa sobre su amplio pecho y miró a mi hermano con los ojos tempestuosos.
—No puedo creer que estés de vuelta en este mismo lugar de nuevo, Jinki.

Giró sobre sus talones y desapareció por el pasillo sin mirar atrás, a mí o a Jinki. Cerré mis dientes con fuerza y suavemente guie a mi hermano al apartamento, luego tomé un minuto para limpiar el desorden que había dejado frente a mi puerta.





2 comentarios:

  1. Y este es un Kibum marcando territorio...
    Pobre Taemin, con ese padre que les tocó... 😭
    Ahhhh hay si buscas a Kibum... Este Jinki si no.... 😒

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  2. No me esperaba un hermano para Jjong
    Que bueno que Kibum fue a verlo y cantarle un par de cosas....y me encanta que Taemin también le haya dicho que ojalá no decepcionara a Jjong de nuevo.
    A veces kibum me da andias.

    En un capítulo anterior Kibum pregunto que qué tenia que pasar para que se decidiera en sus sentimientos,yo pensé:"pues solo falta que jinki aparezca"...y bueno,he aquí el que faltaba.
    Sabía que algo pasaba cuando el hermano no contestaba el teléfono.
    Se viene algo bueno

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...