The Other -5




-Anoche me dijiste que no habría nada más importante para ti que el que tu esposo te deseara activamente -le recordó- Y ahora parece que tienes un almuerzo que es más importante que estar conmigo y no has dudado  mucho  en  preferirlo  después de la invitación que yo te he  hecho.
-Creía que eso ya había quedado claro, Donghae  ...
-Así que no quieres almorzar conmigo.
Hyukjae pareció dolorido.
-Otro día ...
-Y no quieres hacer el amor conmigo -dijo sin poder evitarlo.
Él suspiró largamente.
-Creo que sería mejor que dejemos esta conversación para esta noche.
Estaba claro que él no estaba dispuesto a ceder ni un poco para recompensar sus esfuerzos para salvar su matrimonio.
-Ya veo entonces que los negocios son antes que nada -le reprochó irritado- Tal vez en los pocos minutos que nos quedan querrías contarme por qué es tan importante ese almuerzo de hoy.
Hyukjae se puso tenso.
-Se trata de mantener mi palabra.
-Bueno, la integridad siempre es algo admirable. ¿Ante quién has de mantener tu palabra, Hyukjae? ¿Ante alguien importante para tu éxito futuro y tu felicidad?
Un músculo se contrajo en la barbilla de él.
-Vamos a dejarlo, Donghae. Ya hablaremos esta noche.
Pero Donghae no estaba dispuesto a dejado así como así.
-Dime un nombre -le exigió-  Un nombre que me haga pensar que sí, que es perfectamente comprensible. Alguien que yo pueda pensar que no puedes faltar a un almuerzo con él. ¿O es ella?
-He invitado a almorzar a Jieun.
Eso hizo que se le retorciera el corazón a Donghae.
-Hoy es su cumpleaños.
-Su cumpleaños -repitió como tonto.
-Hace ya algunas semanas le prometí que iríamos a almorzar -continuó él- No serviría cualquier otro día. Un cumpleaños es un cumpleaños.
-Y eso tiene prioridad, claro.
Hyukjae hizo una mueca ante su evidente crítica.
-No veo ninguna razón para decepcionarla.
Donghae se rió  amargamente.
-Bueno, eso ciertamente indica el valor que le das a las personas en tu vida,  Hyukjae.
-No saques esto de sus proporciones, Donghae.
Él no dejó de mirarlo mientras tomaba su bolsa y empezaba a dirigirse hacia la puerta.
-Su cumpleaños -dijo- La hace acercarse otro año a ti en experiencia y conocimientos. Probablemente no le tengas que enseñar nada a ella. Y es muy conveniente para ti, ¿no?
Hyukjae se movió para agarrarlo.
-Oye, mira ...
Pero Donghae lo evitó y le respondió airado.
-¡Mira tú, Hyukjae! Y que te quede claro esto. Ve y disfruta de tu almuerzo con esa mujer. Pero será mejor que no huelas a ella cuando vuelvas a casa esta noche, porque el día en que nos casamos me hiciste unas promesas y, ¡que Dios te ayude si las olvidas alguna vez!
Ese exabrupto emocional lo paró en seco y pareció absolutamente anonadado. Él nunca antes le había hablado de esa manera y, ciertamente, nunca con semejantes connotaciones sexuales. Eso también sorprendió a Donghae. No sabía que pudiera  ser capaz de hacerlo. Pero no estaba dispuesto a desdecirse de sus palabras.
Levantó la cabeza, se dirigió hacia la puerta y la abrió. Afuera se encontró con Jieun, que estaba esperando sentada en su mesa a que Hyukjae la llevara a  almorzar.
De ninguna manera estaba dispuesto Donghae a que esa mujer lo viera preocupado o derrotado.
Sonrió.
Rogó mentalmente a Dios que lo ayudara.
Y, súbitamente, se le ocurrió el nombre D&E House, en Londres. Ahora lo tenía claro.
-Perdona que te entretenga un momento más, Jieun -dijo dulcemente y sin dejar de sonreír-Estoy seguro de que la agencia de viajes de Hyukjae te debe haber dado una tarjeta. ¿Te importaría dármela?
-No hay problema -respondió Jieun sacando una carpeta de tarjetas  y ofreciéndole la requerida. Donghae se la guardó.
-Gracias.
Luego pensó que, tal vez se atragantara, pero  añadió.
-Que tengas un buen almuerzo y un feliz cumpleaños.
-¿Para qué quieres la tarjeta, Donghae?
La voz de Hyukjae los interrumpió antes de que Jieun pudiera decir nada. Venía desde la puerta de su despacho. Seca y tensa. Aparentemente se había recuperado de la sorpresa lo suficiente como para haberlo seguido. Con el estado de ánimo beligerante en que se encontraba, Donghae decidió que no le vendría nada mal otra sorpresa.
Sonrió lo más brillantemente que pudo y lo miró.
-¿No  lo  recuerdas,  Hyukjae?  Anoche me dijiste que, si quería viajar a Europa, debería planearlo adecuadamente. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que con tu agencia de viajes?
Aquella era su salida.
Y esperaba que esas palabras le produjeran tal efecto a Hyukjae que le fastidiaran por completo el almuerzo. 


El teléfono que Hyukjae tenía sobre la mesa sonó, distrayéndolo de lo que debería  estar haciendo. Había pensado que su vida personal estaba más o menos organizada, pero ahora parecía haber un montón de elementos nuevos por ahí y él  no  los  controlaba.
-Lee Hyukjae -dijo secamente.
-Soy Kim Ryeowook, de Viajes KRY.
La alarma se apoderó de él. ¿Es que Donghae hablaba en serio con lo de irse a viajar por Europa? Él no llegaría a tanto,  ¿verdad?
No. Seguramente esa llamada era debida a su próximo viaje de negocios. Era Jieun la que se estaba ocupando de los detalles con ese tal Ryeowook, pero Jieun no estaba en ese momento, ya que la había dejado en el centro de la ciudad y le había dado el resto del día libre después de almorzar. Y, por lo que había hecho él en la oficina desde su vuelta, podía haber hecho lo mismo. Pero la cosa es que no estaba preparado para volver a casa todavía. No con Donghae en el estado en que se había marchado.
-¿Cómo estás, Ryeowook? -dijo-¿En qué puedo  ayudarte?
El chico era un agente de viajes de lo más competente y que siempre le había proporcionado exactamente lo que él había querido y había cubierto cualquier contingencia.
-No hay problema, Hyukjae. Pero es que no he podido ponerme en contacto con tu esposo y ya son casi las cinco y estoy a punto de marcharme a casa. Así que he pensado llamarte para decirte que todo está en marcha, que las reservas han sido hechas y confirmadas.
Hyukjae se estremeció.
-¿Qué reservas?
Ryeowook contuvo entonces la respiración.
-¿No me digas que no sabías que tu esposo ha venido a verme para que le organizara el ir con ustedes a ese viaje?
Hyukjae apretó la mandíbula y necesito de toda su fuerza de voluntad para aflojarla   y seguir hablando sin parecer un tonto.
-Sabía que iba a ir a verte para un viaje a Europa, pero no para éste. Ha debido querer darme una sorpresa.
-¡Oh! Y yo lo he descubierto. Lo siento, Hyukjae.
Lo cierto era que sonaba preocupado. Hyukjae sabía que el negocio de los viajes era muy delicado en lo que se refería a cuando los hombres viajan con sus esposos. A veces hay que hacerla con mucha discreción y Ryeowook no había sabido nada de las intenciones de Donghae.
-Bueno, de todas formas, Donghae seguramente me lo habría dicho esta noche -dijo  sin querer que nadie se imaginara una falta de armonía en su matrimonio-. Entonces, ¿le has conseguido un asiento en el mismo vuelo en que voy a ir con  Jieun?
-Sí, así es. Pero no he podido conseguirle un asiento de ventanilla en el vuelo de Jeju a Londres. El único que quedaba en primera clase estaba en el centro, un poco más atrás de los que van a ocupar ustedes.  Tal vez a Jieun no le importe intercambiar el suyo con tu esposo para que puedan ir juntos,  ¿no?
-Estoy seguro de que podremos organizamos. Gracias, Ryeowook.
-Oh, y por favor, recuérdale a tu esposo que necesito su  pasaporte mañana. Es por el visado y otras cosillas de última hora, queda muy poco  tiempo.
Era miércoles y salían el domingo. La verdad era que tenían bastante  poco  tiempo.
-Se lo diré.
-¡Muy bien! Es encantador que hagan este viaje juntos. Tu esposo me ha dicho que ha estado tan ocupado con los niños estos años que nunca ha tenido la oportunidad de acompañarte a Europa hasta ahora. Me dijo que va a ser como una segunda luna de miel para ustedes.
-Sí. Es una bonita idea -logró decir Hyukjae-. Gracias, Ryeowook.
-Bueno, hazme saber cualquier cosa que yo pueda hacer para que el viaje sea más romántico. ¡Hasta pronto!
Primero las rosas. ¡ Y ahora esta segunda luna de miel! Y sin contar con él para nada.
Colgó el teléfono y se levantó. Ahora si se iba a casa. No estaba dispuesto a seguir jugando a aquello y sería mejor que Donghae lo descubriera antes de que fuera más lejos.


El corazón se le aceleró a Donghae cuando oyó el ruido del motor de Jaguar de Hyukjae entrando en el garaje. Los dedos le temblaron mientras cortaba las rodajas de limón para los gintónics que estaba preparando en la mesa de la cocina y pensó que si le temblaban así, se podría cortar.
-Ese parece el coche del señor Lee -dijo Luna mientras probaba la salsa boloñesa de la cena de los niños.
-Ha vuelto antes de lo habitual -comentó Victoria. Mucho antes de lo habitual, pensó Donghae aprensivamente.
Lo que podía significar un montón de cosas, y no estaba seguro de que alguna de ellas fuera buena.
Se le hizo un nudo en el estómago y su cuerpo se llenó de tensión mientras oía a sus hijos jugando con su abuelo y sabiendo que estaba jugando con  fuego.
Lee Jungsoo era un joven encantador y el suegro más amable que un esposo pudiera esperar. Era viudo, tenía más de sesenta años, y no paraba de estar ocupado  con cosas de lo más variadas. Estaba lleno de vitalidad y se conservaba perfectamente.
Donghae no había tenido la menor duda en  pedirle ayuda, ya que sabía  que Hyukjae no le negaría  nada a su appa. Aquella era una forma de mantener de su lado todos los triunfos posibles. De todas formas, esa feliz escena doméstica podía detenerse abruptamente en cuando Hyukjae fuera informado de lo que sucedía.
Llevaba media hora preguntándose si no estaba llevando aquello demasiado lejos.   A Hyukjae no le iba a gustar nada que lo manejara de esa manera, que se metiera en lo que él ya había organizado.
Pero se rebeló. Si no pasaba nada con Lee Jieun, entonces, ¿por qué le iba a molestar que su esposo lo acompañara a Europa? Adelantándose a sus posibles principales objeciones, ya había preparado a los niños para su ausencia, como él pronto descubriría.
No había ninguna razón válida para que Hyukjae se opusiera a que viajara con  él.
Se obligó a sí mismo a seguir cortando rodajas de limón, pero cada vez se sentía peor mientras esperaba a que Hyukjae apareciera por la puerta. Durante todo su matrimonio, él se había basado en la aprobación de Hyukjae. Él siempre había sido amable y considerado. Con él se había sentido seguro en el nido familiar.
Pero eso se había roto la noche anterior. Tal vez llevaran jugando a actuar demasiado tiempo, haciendo como si todo fuera perfecto. El buen esposo, el buen marido, los buenos padres, el buen matrimonio. Pero ahora se veían obligados a enfrentarse a la verdad, a no esconderse de ella o hacer como si no existiera. Era la única forma de seguir adelante. Seguramente Hyukjae sería capaz de  verlo.
Dejó el cuchillo y puso las rodajas de limón en los vasos. Las bebidas estaban listas, pero él estaba tan tenso que no se podía ni mover. Pensó que tenía que dejar que, esta vez, Hyukjae fuera el primero en mover  ficha.
Entonces se abrió la puerta.
Hyukjae lo miró desde allí y fue como si todo lo demás desapareciera en una nube. Podía oír los ruidos de los demás, verlos a su alrededor, pero estaba como en una burbuja solo con él.
Tuvo la extraña sensación de estar íntimamente ligado a él y, de todas formas, lo estaba viendo como a un desconocido.
Le dio la impresión de que él lo estaba viendo de la misma  manera.
Y eso lo estaba enfadando, la pérdida de lo que le resultaba familiar. Estaba lleno de ira, como si hubiera sido  traicionado.
Y tal vez hubiera sido así. Tal vez él también. ¿Es que ambos se habían enamorado de unas imágenes qúe ahora se estaban esfumando? Eso le llenó de una sensación de vacío que no pudo soportar. No podía admitir que no se conocieran en absoluto. Era sólo una cuestión de esforzarse de nuevo para acercarse, de hacerlo a unos niveles más sinceros. De otra manera ...
No, no podía, no debía verlo de otra manera. Era demasiado  estremecedor.
-¡Papá! -gritó Jeno y echó a correr hacia él con los brazos abiertos, decidido a llegar el primero a su padre.
-¡Papá, papá, papá! -gritó también Jaehyun mientras se bajaba del regazo de su abuelo.
-El abuelo está aquí, papá -dijo Hyungsik dándose importancia- Y se va a quedar con nosotros mientras appá y tú están  fuera.
-Me alegra mucho que te lleves a Donghae contigo a este viaje, Hyukjae -dijo Jungsoo-Aunque tú estés trabajando, a él le encantará explorar Londres y  París.
Hyukjae pasó la mirada inmediatamente de Donghae  a donde  estaba  su appa, sentado  en el sofá y delante de la televisión.
Jungsoo parecía encantado de poder ayudar por una vez a su hijo. Aunque le encantaban sus nietos y se lo pasaba muy bien con ellos, lo que realmente quería era agradar a su hijo.
A Donghae le había dicho que sus dos hijas siempre le estaban pidiendo que hiciera cosas por ellas, pero Hyukjae no lo hacía nunca, y él había sido su mayor apoyo después de la muerte de su marido, por lo que no sabía cómo devolvérselo. No era que él esperara que lo hiciera, pero le gustaba de verdad que le pidieran que hiciera algo por él. Bueno, por todos ellos, por supuesto. Pero es que Hyukjae era tan organizado que él no sentía que lo necesitara y, a un appa le gusta sentirse necesario. Por lo menos un  poco.
Donghae contuvo la respiración. A un esposo también le gusta sentirse necesitado.
¡Necesitado, deseado y amado! Hyukjae podía destruir todo eso en ese mismo instante exigiéndole explicaciones y actuando de forma que dejara claro a todo el mundo que él había obrado en contra de sus deseos. Era como si una espada pendiera sobre ellos. Pero, de repente, increíblemente, la amenaza se despejó.
-Es muy amable por tu parte hacerte cargo de la casa, appá -dijo  Hyukjae  sonriendo, aunque un poco tenso.
-Oh, los niños y yo no lo vamos a pasar tremendamente bien. Realmente, estoy ansioso por hacerlo.
Jeno aterrizó contra las piernas de su padre y Hyukjae lo  levantó.
-¿No será mucho trabajo para ti? -le preguntó a su appa, mirando a su hijo hiperactivo.
-No se preocupe por él, señor Lee -dijo Victoria desde la cocina-Entre los tres tendremos el problema bajo control, ¿no es así, Luna?
-No se preocupe -añadió la joven.
-Realmente, Hyukjae ¡como si yo no tuviera  experiencia! Tengo que recordarte que, a cierta edad, tú tampoco eras un remanso   de paz.
-Bueno,  ya  veo  que  el  club está  en  acción  -dijo  él  con  toda la apariencia de estar de buen humor mientras entraba en el salón- ¡Se les va la cabeza en esto!
Donghae se dio cuenta de que él se lo había tomado como una especie de conspiración de ellos. Estaba conteniendo su ira, analizando la situación, guardándose su ira para más tarde. El orgullo no debía dejarlo explotar allí, delante de todo el mundo. Sobre todo, delante de su appa. Seguía la comedia del buen matrimonio.  Por lo menos delante de la gente. No había escollos a la  vista.
-Es tan excitante -dijo Luna-. El que ustedes dos se vayan a Europa el domingo. París en primavera ...
-Appá nos ha dicho que nos traerá montones de fotos -dijo Hyungsik, ansioso por enseñarlas en el colegio.
Se parecía más a él que a Hyukjae, pensó Donghae, no sólo en el aspecto físico, sino también en la forma de ser. Necesitaba que aprobaran y aseguraran en lo que hacía. Su hermano pequeño era todo   lo contrario, iba completamente a su aire.
-¡Papá, papá! ¡Yo, yo! -dijo Jaehyun celoso.
-Espera con el abuelo, Jae -dijo Hyukjae-. Y tú, Jeno, baja. Parece que appá ha preparado unas bebidas y estoy  sediento.
-Son gintónics -le dijo Hyungsik mientras él se acercaba a donde todavía estaba Donghae-. appá los ha hecho para el abuelo porque a él le gustan.
-Y a mí, Hyungsik. Parece como si appá haya hecho suficientes -afirmó Hyukjae mirándolo a él peligrosamente-. Aunque tal vez sea porque él necesite también uno. ¿Es así, querido?
A Donghae se le hizo un nudo en la garganta mientras le pasaba los dos  vasos.
Él los tomó, pero no se apartó y Donghae notó toda la tensión de todo lo que no se estaba diciendo.
-Has estado muy ocupado esta tarde -dijo él tan tranquilo, ocultando la oscura turbulencia que le notaba.
Donghae tragó saliva. No se iba a dejar  intimidar.
Para él, había una justificación para lo que había hecho. De repente, un espíritu de desafío surgió de su interior y un brillo retador se asomó a sus  ojos.
-Hubiera preferido estar ocupado contigo -dijo y luego bajó la voz para que no lo oyeran los demás- Pero me falló el plan cuando tú preferiste pasar tu tiempo libre con  tu secretaria personal.
Hyukjae lo miró salvajemente por un instante.
-Estoy seguro de que podremos hablar de eso más tarde, esta noche.
-¿No vas a estar demasiado cansado  entonces?
-De repente me siento con renovadas energías. Debe ser por la perspectiva de esa segunda luna de miel de la que has hablado  con Kim Ryeowook.
A Donghae le dio un salto el corazón. Así que él sabía lo que había hecho antes de llegar a casa. Probablemente era por eso por lo que había vuelto pronto, pero se había encontrado con más hechos consumados. Estaba claro que estaba de lo más excitado, pero no precisamente por el deseo de hacer el amor con él. Apenas podía contener la furia que lo quemaba por dentro.
-¡Papá, papá! -gritó entonces Jaehyun, ansioso por llamar su atención. El niño se separó de su abuelo y se dirigió dificultosamente hacia él. Viendo la decisión con que su hijo se acercaba, Hyukjae le dijo a Hyungsik:
-Llévale su copa al abuelo ¿Quieres hijo? Yo tengo que decirIe unas cuantas cosas a tu appa.
Donghae esperó tensamente lo que le iba a decir, dándose cuenta de que Hyukjae estaba haciéndose un espacio para hablar con él a solas sin ser maleducado con los  demás.
Cuando Hyungsik se hubo llevado la copa, Hyukjae dejó la suya sobre la mesa de la cocina y se inclinó justo a tiempo de recoger a Jaehyun. Luego lo tomó en brazos y se volvió a Donghae.
-Ryeowook me dijo que te recordara que le llevaras tu pasaporte mañana a primera hora-dijo él sedosamente, como bailando alrededor de su blanco antes de ir a  matar.
-¿Cuándo hablaste con él?
A Donghae le pareció importante por alguna razón hacerse una idea de cuando había sido eso.
-Oh, hará unos tres cuartos de hora.
No hacía mucho tiempo. Probablemente él habría salido de la  oficina  directamente después de la llamada.
-¿Lo sabe Jieun?         .
La furia se asomó al rostro de él ante ésa pregunta y Donghae se dio  cuenta  entonces de lo mucho que Hyukjae debía odiar el que alguien lo hiciera hacer el tonto.  Sobre todo su esposo.
-No, no lo sabe.
Luego, asegurándose de que nadie más los oía, añadió:
-Le di el resto de la tarde libre después de almorzar. Así que no estaba en la oficina cuando llamó Ryeowook. Cosa que yo agradezco, ya que, en una situación normal, habría contestado ella y habría sabido como mi esposo ha actuado a mis espaldas  ...
-Mientras tú estabas almorzando con ella -le respondió Donghae  fieramente.



3 comentarios:

  1. Jajajajaja el pecesito esta sacando las garras, peleando lo que es suyo y marcando territorio!!!
    Wi~

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  2. De almuerzo con la secre porque era su cumpleaños
    Pues si no quiere nada con ella...le está dando muchas libertades y confiancitas...o esperanzas para algo más.
    Se la canto al principio...que dios lo libre de serle infiel a Hae
    Segunda luna de miel...por como ahora están las cosas...no veo la miel por ninguna parte.
    Sí...Hae debe armarse de valor y decirle un poquitin de sus verdades a Hyuk...y sacar las propias.
    Jajajaja le restriega en la cara que lo dejo por un almuerzo...bien.
    Hyukjae un día se va a arrepentir de haber despreciado a Hae y a esa habitación de hotel.

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  3. Bien pecesito tu puedes y no te dejes vencer por esa víbora y el tonto de tu esposó

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...