Sapphire Wolf (T6) - 23




—Me voy, así puedes dejar de escupir mierdas y murmurar en voz baja. Además, tenemos compañía así que para de ser un total imbécil. —Hee se sentó junto a Teuk en su cama, mientras que Kangin permanecía de pie en una pose muy de Siwon, apoyado en la pared.
Hee notó que algo en Kangin era diferente, algo en su interior se había endurecido, y el alma que una vez fue amable se había ido. Él observaba a Teuk constantemente, en sintonía con el movimiento más pequeño, o incluso el cambio en el latido de su corazón. Hee debería haberlo notado en Siwon también, excepto que Siwon siempre había sido así.
Nunca había visto a Siwon de joven e ingenioso. Para el momento en que Siwon lo había encontrado, él ya había sido completamente deformado, era frío.
Siwon se detuvo en medio de un paso y se volvió lentamente para enfrentar a su compañero.
La mandíbula de Teuk se tensó y se estremeció internamente al ver a su mejor amigo enfrentar la intensidad de la mirada de Siwon. Kangin se dio cuenta de la reacción de su compañero y se apartó de la pared para estar a su lado.
Hee le sostuvo la mirada a Siwon y aunque parte de él realmente quería meterse en un agujero oscuro para esconderse de su ira, sabía que no era con él con quién estaba realmente enojado.
—¿De cuántas maneras diferentes tengo que decirte que no? ¿Cuántas lenguas se necesitarían para hacerte entender que no vas a ir a ninguna parte cerca de los machos que no conozco y en los que no confío?
Los ojos de Siwon brillaban, aunque eso era algo normal en él ahora, por lo que Hee no se lo tomó como si estuviera a punto de estallar por el momento.
—¿De verdad tengo que sacar la carta de, pero todo el mundo lo está haciendo?  Todas  las  demás  parejas  estarán  allí,  respaldando  a  sus hombres. ¿Cómo se supone que voy a sentirme si me dejas aquí? ¿En qué tipo de pareja Alfa me convierte eso?
—¡EN UNA EMBARAZADA! —gruñó Siwon—. No hay un solo lobo macho que no haría exactamente lo que estoy haciendo yo, Heechul. Tú eres un tesoro para mí, nuestro hijo es un milagro, y no voy a poner a ninguno de los dos en peligro.
Hee se encontró con sus ojos mientras se ponía de pie y caminaba hacia él. No se dio cuenta de que Kangin y Teuk se habían ido. Su atención estaba solamente en su compañero.
«¿No lo entiendes?» preguntó Heechul. «¿Te has parado a pensar que tal vez no quiero estar lejos de ti, que no puedo estar lejos de ti?»
Los ojos de Siwon se abrieron de par en par y Heechul vio que en realidad nunca había considerado por qué estaba tan convencido en ir, aparte de no querer perder la oportunidad, que sin duda era por general una razón por la que quería participar. Pero esto era algo completamente distinto y que lo ponía enfermo admitirlo.
Siwon dio un paso hacia él y acunó su rostro entre sus grandes manos. Sus ojos estaban sin lágrimas, pero había sido un tonto por no darse cuenta del terror que se escondía detrás de su fuerza siempre presente. Siwon olvidó que por lo general tomaba un acto de desesperación para conseguir que Heechul admitiera cualquier cosa que viera como una debilidad y debido a eso, a menudo él no le trataba con la atención que necesitaba.
—No soy frágil, Siwon —le dijo, después de haber visto sus pensamientos—. Estoy luchando con todo. No sé lo que me pasa. —estaba frustrado, porque se sentía totalmente fuera de control. Se sentía débil, porque cuando cerraba los ojos veía sus caras, sentía sus manos.
La maldición de Mona todavía resonaba en su mente. Sabía que había desaparecido, pero todavía tenía poder sobre él y eso, por encima de todo, lo enfurecía. Pero, si Siwon estaba con él, si podía verlo, tocarlo, sentir su tacto, entonces estaba bien.
—Está bien —le dijo, mientras lo atraía a sus brazos—, está bien cariño, vienes conmigo, pero no te separes ni un paso de mí.
Hee asintió contra su camisa mientras enterraba la cara en su pecho. Estaba un poco disgustado consigo mismo por la manera en que lo necesitaba, pero se estaba dando un pase porque estaba embarazado e iba a jugar esa carta en cualquier momento que comenzara a sentirse loco, débil, o desesperado.
—Te necesito de la misma manera. ¿Estás disgustado conmigo? — preguntó Siwon.
Levantó la mirada hacia él y, como de costumbre, su buena apariencia fue casi dolorosa de ver. Sus ojos brillaban posesivamente hacia él mientras su mano acariciaba de arriba y abajo su espalda.
—Eres un hombre, se supone que tienes que necesitarme —razonó. Siwon rió.
—Si vamos a ir con esa lógica, entonces creo que tú ganarías en la categoría de necesidades.
—¿Por qué, porque soy un ninfómano? —Ella le entrecerró los ojos—.¿Te estás quejando?
Siwon se inclinó y lo besó suavemente, disfrutando de los privilegios que venían con ser compañero y esposo.
—Estaría encantado de mostrarte cuánto de hecho no me quejo actualmente.
Hee se echó a reír.
—Creo que se supone que tendríamos que reunirnos en la sala de reuniones, ¿recuerdas? Hace apenas un segundo estabas todo listo para ir mono ninja con algunos tipos.
—¿Mono ninja? —Siwon sonrió.
—Estoy tratando de ponerle freno a la lengua, ya que vamos a tener a un mocoso corriendo por ahí repitiendo todo lo que digo.
Siwon le sonrió con malicia.
—Estoy seguro de que puedo encontrar una manera de mantener a tu lengua ocupada para que no haya posibilidad alguna de descuidarse.
—Estoy totalmente de acuerdo con eso. —Se rió.
—Totalmente —acordó él, mientras lo arrastraba hacia la cama.
—Siwi, en serio, se supone que tenemos que irnos, como, ahora mismo. — Hee luchó, inútilmente, contra su agarre.
«Cuando te tomé como mi compañero te dije que siempre vendrías antes que la manada, antes que todos los demás. Mírame y dime que no me necesitas». Siwon lo observó con atención.
Hee miró hacia abajo a sus pies en un acto muy extrañamente sumiso.
Siwon tiró de él de nuevo y esta vez Hee aceptó sin luchar.
«No admito nada en absoluto», dijo mientras lo besaba.
«Lo sé, cariño. Me alegro de sacrificarme por el equipo hasta que estés listo para admitir que me necesitas con la misma desesperación con la que yo te necesito».
Hee se echó a reír.
—Sacrificarte por el equipo, eso es clásico.
—Heechul —gruñó Siwon mientras tiraba de su camisa.
—¿Qué?
—Cállate.
Hee empezó a hablar, pero cerró la boca cuando las manos de Siwon hicieron lo mejor que sabían hacer.
«¿Qué es lo mejor que saben hacer, precioso?»
«Se me olvidó, creo que deberías hacérmelo recordar».
Siwon absorbió la risa de su compañero como una planta absorbe la lluvia después de una larga sequía. Por ese solo sonido, llegaría tarde a cualquier reunión, sin importar la importancia.


«Kangin, ¿estás bien?» Teuk miró a su compañero mientras permanecían de pie en la sala de reunión. Estaba llenándose lentamente con más y más machos y la postura de Kangin se hacía más tensa a cada minuto.
«Estoy bien, Angel».
Su rostro, su voz, su todo, le decía a Teuk que estaba mintiendo. Él estaba de todo menos bien.
«¿Por qué no me hablas?»
Kangin se volvió y lo miró, ojos brillantes se clavaron en los de él.
«Este no es el momento para las palabras. Quédate cerca de mí, por favor».
Teuk conocía esa mirada y ese tono cortante. El lobo de Kangin se había hecho con el control. Dio un paso más cerca de él y puso una mano en su espalda. Él sutilmente se apoyó en ella y eso le dio un poco de paz.
Se había puesto excesivamente distante mientras el día había pasado y, para su sorpresa, ni siquiera había intentado impedir que fuera con él. Había intentado varias veces entablar conversación con él, pero cada vez él simplemente le había gruñido o dado su respuesta de una sola palabra.
No había sido malo con él, y había sido tan íntimo como lo era normalmente, si no más, pero Teuk y su lobo podían sentir que algo estaba mal en su compañero y las estaba llevando por el camino equivocado.
Siguió de pie junto a él, asegurándole de su presencia mientras la sala se llenaba. Captó la mirada de Donghae cuando él y Hyukjae entraron. Hee y Siwon estaban justo detrás de ellos. Ambos hombres parecían dispuestos a arrancarle la cabeza a cualquiera con sus propias manos. Y, curiosos como lo estaban sobre las parejas de las otras manadas, una mirada de Hyukjae o Siwon y bajaban la mirada. Teuk no se había dado cuenta hasta entonces que ni una sola persona miraba en su dirección. Kangin obviamente estaba dando a los machos la misma mirada desafiante y estaba funcionando bastante bien.
Teuk le dio un pequeño saludo a Zhoumi y a Changmin quienes estaban de pie frente a él con Yunho y Henry. No había llegado a pasar mucho tiempo con ellos y esperaba que estuvieran recuperándose bien.
Ambos se habían ocupado de sí mismos desde que habían regresado y supuso que era para tener una oportunidad de estar con los compañeros que apenas habían tenido tiempo de conocer. Ryeowook y Yesung se detuvieron al lado de las dos parejas y vio a Yesung darle a Kangin un ligero movimiento de cabeza.
—¿Cómo van las cosas? —le preguntó Teuk a Hee cuando los dos pares de parejas llegaron y se detuvieron junto a él y Kangin.
Hee miró a Siwon y luego otra vez a Teuk.
—He prometido comportarme lo mejor que puedo.
Teuk sonrió.
—Por primera vez, realmente te creo.
Donghae rió.
—Creo que hay una primera vez para todo.
La risa de Donghae llevó a la habitación retumbante a un completo silencio. Todo el mundo se congeló y sus cabezas se volvieron como un todo colectivo hacia donde estaban los tres jóvenes. Bajos gruñidos retumbaron en los pechos de Hyukjae, Siwon y Kangin, pero la fascinación por un sanador era demasiado grande para ser disuadido por los gruñidos de sus compañeros.
Un destello de luz y un estruendo atronador en la parte delantera de la sala llamó la atención a la parte delantera donde Dambi estaba de pie, sonriendo por su gran entrada.
—Salvados por el hada —murmuró Hee en voz baja.
—Absolutamente —respondieron Teuk y Donghae de igual manera.
La atención de los chicos se dirigió a la parte delantera, junto con la de todos los demás, ante el sonido de la voz de Dambi.
—¡POR LA MANADA!
—¡Por la manada! —La habitación entera repitió la declaración de Dambi. Estaban de pie como uno, unidos en propósito, y unidos por un objetivo común.
Dambi dejó que la luz alrededor de ella se desvaneciera, hasta que finalmente se veía como la Dambi que todos conocían. Era evidente para todos en la sala que, a pesar de que ahora parecía menos majestuosa, ella aún portaba un poder igual al del más fuerte de los Alfas.
—Sé que ha pasado mucho tiempo desde que alguno de ustedes ha visto a una sanadora, si alguna vez lo han hecho. Eso no es excusa para el comportamiento grosero. Ustedes que son Alfas y dominantes, saben mejor que cualquiera, lo protectores que sus hombres son con sus parejas. Por lo tanto, muestren el respeto que merecen. Muestren a los sanadores cuán preciados son al no actuar como idiotas desenfrenados. —Dambi miró fijamente a cada Alfa a los ojos y sostuvo sus miradas, dejándoles ver que ella no iba a jugar a juegos de dominación con ellos. Se encontraba allí como su igual y ellos aceptarían eso o no. Sería mucho más sabio para ellos afrontarlo.
Dambi vio a Junjin y Hyesung mientras se acercaban a la entrada. Ella hizo un gesto a los lobos para que miraran detrás de ellos.
Junjin y su compañero caminaron a través de los lobos a medida que estos se separaban, cada uno de ellos dejando caer sus ojos y los Alfas inclinando su cabeza ligeramente hacia Hyesung en respeto. Cuando llegaron a la parte delantera de la sala, Junjin se volvió hacia ellos.
—Todos sabemos por qué estamos aquí —les dijo—. Nuestra creadora, la Gran Luna, ha visto el mal que amenaza a nuestra especie, así como a todos los demás, y ella nos ha llamado a hacerle frente. Nos creó para un momento como este. —La voz de Junjin se extendió por toda la habitación, fuerte y clara—. Nos hizo más fuertes, más resistentes y más astutos que otras especies. Ella nos hizo lobos, porque una manada protege a los suyos. La manada protege a los débiles. La manada protege cuando todos los otros optan por mirar hacia otro lado. Afortunadamente, no estamos solos en nuestra postura contra el mal que ha crecido. Tenemos amigos que han accedido a ayudar y les daremos la bienvenida en nuestra manada y escucharemos lo que tienen que decir.
Junjin hizo señas hacia el fondo de la sala donde Jungsoo, Sora, Hyungsik y Minwoo se encontraban, con un montón de guerreros detrás de ellos.
Jungsoo dio la vuelta y dijo algo a los demás y los guerreros permanecieron detrás mientras los cuatro procedían a acercarse. La habitación quedó en silencio mientras ellos se acercaban. Jungsoo y Hyungsik mantuvieron su cabeza hacia delante sin hacer contacto visual con ninguno de los lobos. Sora buscó por todas partes a Teuk, Hee y Donghae. Cuando los ojos de Sora finalmente aterrizaron en Teuk y sus amigos, su rostro se iluminó con una gran sonrisa.
Teuk salió de detrás de Kangin y corrió hacia su madre antes de que Kangin pudiera reaccionar. Corrió a través de los hombres sin importarle con quién chocaba o cómo podría afectar a Kangin ver a su compañero correr a través de una habitación llena de hombres que él no conocía. Donghae y Hee estuvieron justo detrás de él y los tres hombres corrieron detrás de ellos.
Teuk sabía que lo que había hecho era una tontería, pero lo único que podía ver era a su madre y lo único en que podía pensar era en asegurarse de que se encontraba a salvo. Debería haber sabido que Donghae y Hee estarían justo detrás de él, porque amaban a su madre tanto como él.
Teuk alcanzó a su madre y corrió directo a sus brazos, y por un breve momento, pensó que su pequeño truco podría no ser un desastre. Debió haber considerado que un joven embarazado corría a toda velocidad detrás de él en una atestada habitación llena de cuerpos.
Hee tropezó y Tyler se acercó para agarrarlo, pero Siwon estaba allí antes de que pudiera tocarlo. Siwon miró al Alfa y Tyler levantó las manos y dio unos pasos hacia atrás. La habitación siguió en silencio mientras esperaban para ver cómo respondería Siwon.
—Oye, B. —Hee le dio un codazo—. ¿Ayuda a un chico embarazado y llévame a través de las masas?
Siwon miró a su compañero y negó con la cabeza mientras lo tomaba en brazos.
—Eres un dolor en mi trase…
—No, no, Siwi, nada de groserías, ¿recuerdas? —advirtió Hee, mientras acariciaba su estómago. Siwon gruñó, pero se mordió la lengua.           
Sora envolvió sus brazos alrededor de los tres jóvenes mientras los abrazaba fuerte. No se había dado cuenta de lo mucho que necesitaba ver que se encontraban bien. Se secó las lágrimas mientras daba un paso atrás para mirar a cada uno.
—Mírense. —Se abanicó un poco—. Están hermosos. Corea les ha hecho bien.
Hee se echó a reír.
—Eso es lo único. —Siwon levantó una ceja cuando lo miró y le guiñó un ojo.
Siwon, Kangin y Hyukjae habían formado un círculo protector alrededor de las parejas, y así mismo, Henry, Yunho y Yesung habían dado un paso adelante. Las parejas eran completamente ajenas a su entorno mientras se disparaban preguntas entre si, apenas dándose tiempo para responder. Un carraspeo ruidoso finalmente rompió su atención.
—Me doy cuenta que todos quieren ponerse al día, y les aseguro que habrá tiempo para eso —les dijo Junjin, no sin amabilidad—, pero hay otros asuntos que deben ser tratados.
—Vamos a hablar tan pronto como esta asamblea haya terminado —dijo Teuk a su madre cuando Kangin tiró de su mano de nuevo a donde habían estado de pie. Siwon, Hee, Hyukjae y Donghae los siguieron de cerca. Todo el mundo pareció congregarse nuevamente y los cuatro recién llegados comenzaron a avanzar hacia el frente de la sala.
Jungsoo acercó a Sora hacia él al llegar a la parte delantera de la sala. No se sentía amenazado por ninguno de los lobos, pero aun así no quería a Sora lejos de su lado. Estrechó la mano de Junjin y asintió hacia su compañero.
—Junjin, ha sido un tiempo muy largo —le dijo Jungsoo.
Junjin asintió.
—Claro que sí. Veo que el destino te ha bendecido. —Asintió hacia Sora.
—Hola, Junjin. —Sora sonrió—. Me alegro de verte de nuevo, aunque me gustaría que fuese en otras circunstancias.
—Lo mismo digo.
Hyesung se adelantó y le dio un abrazo a Sora.
—¿Cómo lo llevas? —le preguntó.
Sora dio un pequeño apretón a Hyesung y contestó:
—Estoy bien.
Hyesung miró su rostro mientras se apartaba del abrazo y pudo ver en los ojos de Sora que, a pesar de todo lo que pasaba, era feliz al lado de Jungsoo.
Hyungsik dio un paso adelante y se inclinó ligeramente hacia Junjin y Hyesung.
—Soy Hyungsik, Príncipe de los Elfos.
La sala estalló en murmullos ante la presentación de Hyungsik. Junjin los hizo callar con una mirada, y luego se volvió hacia Hyungsik.
—He oído hablar de ti, aunque en todo mi tiempo nunca nos hemos conocido. —Junjin se inclinó en respuesta.
—Nos hemos mantenido ocultos durante demasiado tiempo, y por eso lo lamento. He venido con la esperanza de enmendar ese error.
Junjin tomó la mano del Príncipe Elfo y la agarró con fuerza.
—Te damos la bienvenida, amigo de la manada. —Miró a Jungsoo y Sora y añadió—: Le damos la bienvenida a todos ustedes.
El resto de la reunión pasó con Jungsoo contándoles todo lo que habían pasado desde que Mona se presentó en su bosque con su proposición. Varias veces Junjin había tenido que recordar al grupo de dominantes que recobraran el control, cuando gruñían a algo que Jungsoo decía y que no les gustaba. Pero, para entonces, todo el mundo parecía estar en la misma página.
Junjin se dirigió a la habitación una última vez antes de despedir a todo el mundo.
—Necesito que cada Alfa se quede, el resto son libres de ir a comer y relajarse lo más posible debido a que el tiempo para eso está llegando rápidamente a su fin. No sean tontos con juegos de dominación o ahorraré a sus Alfas el problema y los mataré yo mismo.
La sala comenzó a vaciarse hasta que quienes quedaron fueron los Alfas y el grupo central de Junjin.
Con todos los Alfas presentes, Junjin y lobos de Siwon, los Fae, Jungsoo, Sora y Hyungsik, hacían en total cincuenta y siete personas en un círculo grande en la sala de reunión.
Junjin hizo las presentaciones rápidamente y de inmediato se puso a trabajar.
—Donghwa me ha informado en mayor parte de lo que ha estado ocurriendo aquí mientras yo estaba fuera. Han venido con un plan de batalla, ¿correcto? — preguntó.
Los Alfas asintieron y Kangta tomó la palabra, ya que se había convertido en el emisario no oficial entre las manadas.
—Hemos estado practicando tácticas de batalla, aprendiendo cómo cada uno pelea y creemos que hemos trazado algunas estrategias que funcionaran a nuestro favor.
Junjin se volvió hacia Jungsoo y le indicó que tomara la palabra.
—Me reuniré con Desdémona mañana. Asumo que no va a querer esperar más tiempo para abrir el velo. Le he explicado a Dambi de las Fae en dónde se encuentra el velo al Inframundo y será ella quien los guíe cuando sea el momento adecuado. Es muy importante que cualquier demonio que escape, sea asesinado, rápidamente. Hyungsik y los Elfos serán los que eliminen a los demonios. Son los únicos con las armas que los van asesinar.
—Entonces, ¿qué se supone que hará el resto? —preguntó Vaness.
—Desdémona sabrá que iremos. No hay manera de evitar que lo sepa. Dambi y el Consejo Fae podrá encubrir nuestros números, pero aun así ella sabrá que iremos. Como lo ha hecho en el pasado, ella va a utilizar cualquier forma de maldad que pueda dominar a su voluntad. Es probable que haya varios enemigos con los que lidiar y será nuestro trabajo eliminarlos antes de que lleguen a cualquiera de la gente de Hyungsik —explicó Kangta.
—Una vez que el velo esté abierto, también será tarea de los lobos mantener a Mona ocupada mientras lo cierro de nuevo.
Jungsoo se frotó la frente mientras dejaba escapar un profundo suspiro. Pareció casi humano por un breve momento cuando la presión y la tensión de todo lo que había soportado y perduraría, se asentó en sus hombros.
—Sinceramente, no tengo ni idea de si algo de esto vaya a funcionar — admitió al grupo. Sora tomó su mano entre las suyas y la apretó en apoyo—. Pero, voy a hacer mi mejor esfuerzo para evitar que todo el infierno se libere en nuestro reino.
—Eso es todo lo que podemos pedir a cualquiera —le dijo Junjin—, que cada uno de nosotros hagamos nuestro mejor esfuerzo. Esta no es una lucha para glorificar a un hombre. Esta es una lucha para salvar a algunas especies. Lo que cada uno de nosotros puede hacer, es dar todo lo que tenemos para ganar esta pelea.
—Por la manada —retumbó la voz de Siwon por toda la habitación.
—Por la manada —respondieron todos ellos al unísono.
—Descansen un poco —les dijo Junjin, mientras todos se levantaban—, mañana lucharemos.



2 comentarios:

  1. Jajajajajajajaja
    Ay si, Siwonshis anteponiendo las necesidades físicas de Hee antes que la manada, sobre todo, lobo calenturiento!!!!;
    Ahhhh
    Ahora si se armo!

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  2. Genial...por fin
    Las manadas reunidad,las fae,el brujo,el elfo...un plan hecho y que espero no falle...o al menos que no falle tanto
    Con eso de que la bruja anda un paso al frente casi siempre...
    Me extraña...¿Por qué no ha habido revuelo con el anillo de Hae?
    ¿Aún no lo ven?...no se lo ha puesto(?)

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...