The Other -2



Donghae se quedó quieto de repente mientras se peinaba. El corazón se le aceleró. Hyukjae estaba subiendo las escaleras con pasos lentos, pesados ... ¿cansados?. Era casi medianoche. ¿Y si él estaba demasiado cansado? Podría ser vergonzoso, humillante.
Ese pensamiento hizo que su mente entrara en una actividad frenética. No tenía que seguir con aquello esa noche. Mañana sería mejor. Entonces podría ponerlo de un humor más acorde con lo que pretendía a la hora de la cena y él se sentiría más  cómodo al hacer su aproximación.
Miró la gran cama, que ya estaba preparada para ser ocupada. Tenía tiempo de meterse en ella. A menudo pensaba que era un error que la cama fuera tan ancha, ya que apenas se tocaban, aunque fuera por accidente. Hyukjae no se daría cuenta de lo que se había puesto.
Cediendo a un pánico de último momento, se levantó y ya estaba a medio camino de la cama antes de darse cuenta de que seguía teniendo en la mano el  cepillo.
Fue a dejarlo sobre la cómoda y entonces se vio en el espejo. Era la imagen de un joven asustado, así que decidió poner una cara más desafiante. ¿De qué tenía miedo?
No había nada malo en que un esposo le mostrara a su marido que tenía  intención de seducido esa noche, que lo deseaba. Incluso si él estaba demasiado cansado, la promesa se extendía a cuando él tuviera ganas. La evidente invitación que representaba ese camisón tenía que dejarle muy claro lo que quería. Si no podía llevar aquello con aplomo, es que el suyo era un caso sin esperanza.
Además, la respuesta de él le debería indicar si su matrimonio tenía problemas serios o no. Eso era algo que tenía que saber antes de que él se fuera de viaje con Lee Jieun. Esconder la cabeza en la arena, o en este caso en la almohada, no le iba a ayudar a resolver nada o a hacer que el problema  desapareciera.
Lo de esconderse cobardemente entre las sábanas estaba fuera de lugar.
La verdad desnuda era lo que tenía que hacer. Bueno, no tan desnuda, pensó sonriendo irónicamente. La pijama le proporcionaba algo de dignidad si Hyukjae no se daba por enterado o despreciaba sus propósitos.
Se volvió a pasar el cepillo por el cabello, tratando de actuar con naturalidad cuando se abrió la puerta y Hyukjae entró en la habitación. La lámpara de la mesilla de noche estaba encendida y la suave luz no le indicó que hubiera nada fuera de la rutina normal.
Antes de que se diera cuenta de que no estaba en la cama y dormido, pareció como si no le gustara nada el mundo en que vivía y su aspecto era bastante cansado.
Pero entonces se percató y fue como si se  tensara.
Le miró fijamente y algo casi violento le pasó por la cara. Luego retrocedió, cerró la puerta y, con el aire de un hombre que estuviera observando algo artístico, se apoyó en la puerta y le recorrió el cuerpo con la  mirada.
Aquello no era halagador, no era excitante. Le hacía sentirse como un chico de la calle que estuviera mostrando sus encantos.
Se dijo a sí mismo que daba igual que su pijama fuera más tentadoramente sugestivo que revelador, la mirada penetrante de Hyukjae lo desnudó y lo dejó sin habla cuando se dio cuenta de que, de alguna manera, había cometido un terrible  error.
-Así que, por fin se te ha ocurrido que soy un hombre -dijo- Me atrevería a decir que te resulta difícil sacarme de mi papel habitual de proveedor de dinero ... junto con un banco de esperma.
Donghae se quedó boquiabierto. Las palabras de él fueron como gotas de ácido en su cerebro.
-¡Yo no te tengo por eso!
-¿Es demasiado rudo y bajo para ti? Bueno, supongo que me habrás puesto mejor la etiqueta de padre de tus hijos. Al fin y al cabo, es lo mismo.
Donghae se quedó sin habla al ver lo que Hyukjae pensaba de él.
-Debes haber estado pensando ofrecerle  el  uso  de  tu  cuerpo  desde  la cena -continuó él mientras se acercaba-  Lo siento, no me he dado cuenta del esfuerzo. Probablemente te haya costado mucho. Pero yo preferiría que no me soportaras ... por alguna concepción errónea de lo que pueda ser salvar nuestro matrimonio.
Donghae se sintió como si se quedara sin aire de repente. Había querido que él se abriera, que le contara la verdad acerca de lo que pasaba con su relación, pero esos sentimientos amargos que él parecía estar incubando ... aquello era una distorsión.
¿Habría él estado bebiendo? A veces se tomaba una o dos copas antes de acostarse. Aunque, si el alcohol había aflojado su control habitual, tal vez fuera así lo que él sentía de verdad.
Hyukjae empezó a desnudarse con toda calma. No había ninguna evidencia de algún enfado reprimido, pero estaba claro que podría estallar en cualquier  momento.
-Puedes relajarte, Donghae -dijo él- Nuestro matrimonio no está amenazado.  Lo mismo que tú me necesitas a mí para que los mantenga a ti y a los niños, yo te necesito para tener conmigo a mi familia. Así que no tienes que hacer nada. Tu posición como mi esposo es inexpugnable.
Su amarga lógica le hizo protestar.
-Yo no tengo que soportarte. ¿Cómo puedes usar esa palabra? ¿Qué puedo haber hecho para que se te haya ocurrido?
-¿Es demasiado fuerte para ti? -respondió él mientras se quitaba la  camisa- Bueno, tal vez sea que a mí me lo parece. Probablemente tú pienses que sea mejor dejarme hacer ...
Donghae levantó entonces las manos
-Hyukjae, yo soy feliz  ...
-¿Saciando mis necesidades contigo cuando lo  necesite?
-Me refería a que hiciéramos el amor.
Él se rio secamente.
-¿Cuándo has hecho tú el amor conmigo, Donghae? ¿Cuándo has tomado la iniciativa activamente, aparte de que esta noche te hayas puesto eso? Y eso es sólo una señal, ¿no? Realmente no has querido hacer nada por ti mismo.
Donghae estaba de lo más confuso. Estaba bastante claro que Hyukjae lo veía como un nada adecuado compañero sexual, pero no entendía qué había hecho mal. Su appa siempre le había dicho que no estaba bien que fuera él el que llevara la iniciativa. Eran los maridos los que la llevaban. Ellos eran los que insistían y las parejas tenían el derecho a decir sí o no. Él, hasta entonces, había actuado siempre siguiendo esos dictados.
Pero seguramente Hyukjae se daba cuenta de que respondía a sus besos  y caricias y sentía el mayor placer cuando estaban en la cama. A veces las sensaciones eran tan tremendas que perdía el control de sí mismo hasta no saber lo que le estaba pasando. ¿Es que Hyukjae había interpretado sus gritos de entonces como si estuviera sufriendo?
-¿Qué te gustaría que hiciera? -le preguntó. Él ya se estaba quitando los zapatos, sin mirarlo.
-Olvídalo, Donghae -le dijo cansadamente-. No se puede manufacturar el deseo. O existe o no.
¿Se refería a él mismo o a él? Se equivocaba si pensaba que él no lo  deseaba.
Sin camisa y con el torso desnudo, era una visión irresistible. Era un hombre muy atractivo y un amante experto. Durante el último mes había permanecido despierto muchas noches, deseando que él se le acercara. ¿Serviría de algo que ahora fuera él el que lo hiciera? ¿Si tomaba la iniciativa?
Hyukjae se quitó entonces los pantalones y calzoncillos. Inmediatamente se hizo evidente que no sentía el menor deseo. Temiendo hacer más el tonto a sus ojos, Donghae no se atrevió a acercarse. Hyukjae lo miró orgullosamente cuando se levantó, espléndido en su desnudez.
Entonces Donghae se arrepintió de que sus inhibiciones no le permitieran hacer lo mismo, de que necesitara tener algo de ropa sobre el cuerpo para cubrir sus pecados, como habría dicho su appa. Pero, en lo más profundo de su corazón, sabía que no había ningún pecado en el hecho de que una pareja se amara. ¿Por qué no podía poner eso en práctica?
-Siento ... no ser lo que tú quieres  -dijo deprimido.
-No te pongas así. No es el fin del mundo. Sólo el fin de un disimulo.
-No -dijo agitando vehementemente la cabeza-. En eso te equivocas, Hyukjae.
-Trata de ser sincero, Donghae. No me deseas, pero no quieres que nadie más lo haga tampoco. Es por eso por lo que viene todo esto, ¿no? Piensas que tienes que darme     esto o yo trataré de conseguirlo con Jieun.
Hyukjae le estaba poniendo las cosas difíciles. Él no quería que se fuera con esa mujer, pero no había pensado para nada en utilizar su cuerpo para evitarlo. Lo que había motivado sus actos de esa noche era su necesidad de estar con  él.
-Deja que te diga una cosa, Donghae -dijo él mirándolo de arriba abajo- Lo sexual no   es vestirse con algo erótico como esa pijama. No es un lujurioso cuerpo. Es un estado mental. Es algo que se tiene en las células cerebrales. Es un foco intenso en otra persona. Y tú no haces eso. Siempre estás enfocado en ti mismo.
-No, eso no es cierto -gritó Donghae, desesperado por darle la vuelta a aquello. Hyukjae agitó una mano.
-Incluso lo que te pones ... supuestamente para mi placer, está diseñado para enfocar la atención sobre ti.
-Quería que vieras que te deseo, Hyukjae -gimió.
-Seguro que sí. Y por eso te has pasado tanto tiempo aquí, preparándote -dijo él mientras se dirigía al cuarto de baño- Donghae, ¿te pasa algo en las piernas para que no puedas venir a mí? ¿Te pasa algo en la boca para que no me puedas comunicar tu deseo ardiente de alguna manera?
-Esperé porque no quería interrumpirte ... Por si estabas haciendo algo importante.
-¿Algo más importante que el que mi esposo me esté deseando desesperadamente? -dijo él amargamente- Bueno, está claro que tenemos distintas prioridades. Si hubieras bajado con esa pijama, te hubieras sentado en mi regazo, me hubieras abrazado y me hubieras dicho que estabas cansado de esperar y que me querías en ese momento ....
Donghae deseó haber tenido el valor de hacerlo.
Hyukjae llegó a la puerta del cuarto de baño y se volvió de nuevo hacia él sonriendo levemente.
-Pero los dos sabemos que no me deseas tanto. Es más fácil esperar y dejarme a mí que haga el trabajo, si es que tengo ganas. Entonces tú te limitarías a tumbarte y pensar en D&E House e Inglaterra.
La ira que se adivinaba en sus palabras hizo que Donghae dejara de pensar correctamente. Donghae agitó la cabeza e, incluso esa acción pareció irritarlo más, ya que los ojos le brillaron de ira, negándole cualquier tipo de  defensa.
-Estoy seguro de que no te importará que me evite soportar más esta desagradable escena. Necesito una ducha caliente. -nada más soltar esa ironía, abrió la puerta del cuarto de baño y entró con unas amargas palabras finales.- Tu maldita pijama, tu maldito egoísmo y tus malditas pretensiones me dejan completamente  frío.
Luego cerró dando un portazo.
Donghae no se sentía tan caliente. Durante algunos minutos, su cuerpo se vio recorrido por estremecimientos convulsos. La horrible revelación de cómo veía Hyukjae su relación lo había dejado paralizado y se quedó mirando la puerta del cuarto de baño como si fuera la del mismísimo infierno.
El instinto de supervivencia le dijo que tenía que pasar por esa puerta. De alguna manera se tenía que obligar a hacerlo. Porque Hyukjae estaba equivocado sobre él y, si no  se  lo  demostraba en ese mismo  momento, nunca  sería  capaz de  hacerlo. Así que tenía que abrir la puerta y ... Su mente se negó a representar lo que podría venir luego, pero algo pasaría, algo que tenía que ser mejor que la nada en que Hyukjae lo había  dejado.
 Si lo pensaba, Donghae sabía que podía perder los nervios. Se dijo a sí mismo que tenía que dar un paso cada vez, que no tenía que darle demasiadas vueltas a lo que estaba haciendo o a lo que él podría hacer. Ese era también su cuarto de baño y tenía todo el derecho a entrar. Cosa que hizo. Luego, gracias a Dios, los sonidos y visiones llenaron todo el espacio en su mente.
El agua chocaba contra las paredes de cristal de la ducha. Todo el cuarto de baño estaba lleno de cristales y la ducha era lo suficientemente grande para dos, pero él no la había compartido nunca con Hyukjae. Nunca habían coincidido. No, aquello era una excusa, una evasión ... Su timidez natural se había acentuado cuando tuvo a sus hijos. La verdad era que su aspecto de entonces no le parecía el más adecuado para el erotismo, con el vientre hinchado, su pecho demasiado sensible y sus piernas surcadas de venas azules.
Pero ahora estaba en bastante buena forma. No se le notaban nada los embarazos y todas las marcas le habían desaparecido. No había ninguna razón para no compartir su desnudez, como en su luna de miel. Hyukjae lo había obligado entonces a sentirse natural en ese estado, antes de quedarse embarazado por primera vez. ¿Por qué no hacerlo ahora otra vez? ¿Por qué no?
A Hyukjae nunca le había importado estar desnudo.
Lo miró a través del cristal de la ducha, admirando lo perfecto que era todavía ... su marido. Estaba de espaldas al chorro de agua, con él dándole en la cabeza y los hombros. Tenía los ojos cerrados y parecía como si tuviera los dientes apretados. Los puños cerrados. Estaba claro que la ducha no le estaba quitando la  tensión.
Una energía explosiva salía de su interior. Una energía terrible y turbulenta atrapada y, lenta y silenciosamente, siendo transformada en algo más manejable. A Hyukjae se le daba muy bien controlarse. El que esa noche hubiera perdido el control era una buena muestra de lo insatisfecho que estaba.
El miedo le atacó de nuevo. ¿Y si no tenía nada que darle que lo satisficiera? Hyukjae era especial. Todo el mundo lo sabía. Mientras que él ... ¿qué había hecho para ser una buena pareja para él? Había sido él el que lo había elegido como appa de sus hijos. Eso era. Recién salido de la universidad, ni siquiera había empezado a trabajar cuando Hyukjae se hizo cargo de su vida y le había dado  el propósito que él había  querido.
Pero ahora se sentía perdido sin esperanza. Se dijo a sí mismo que no tenía que haber pasado de esa manera. Lo amaba y siempre lo había hecho. Y Hyukjae se sentía engañado. Así que se había esperado más, había querido más de él, aparte de sus hijos. Esa noche, habiendo dejado a un lado la hipocresía, por doloroso y chocante que fuera, tenía la oportunidad de hacer algo. Tenía que intentarlo, a pesar de que sólo    Dios sabía lo que podría salir de aquello.


Hyukjae echó atrás la cabeza y respiró profundamente. Luego se volvió y abrió los ojos ... y lo vio allí, mirándolo. Se detuvo y se puso tenso, como enfadado por esa invasión de su intimidad.
Donghae se sintió como un conejo atrapado. Se quedó helado, y lo habría hecho igual aunque tuviera preparada una reacción, lo que no era así. Había ido allí con él porque el vacío que había sentido antes era insoportable. No lo había hecho porque fuera un mirón.
Hyukjae abrió la puerta de la ducha, presentándose de repente como una realidad cálida e inmediata que lo miraba lleno de ira.
-¿Me deseas, Donghae?
Su voz era dura, tersa, salvaje, reflejaba perfectamente la expresión de su rostro. Lo agarró por la muñeca y lo metió en la ducha, sin esperar una respuesta. Donghae había ido a por él y era como si todo su cuerpo le dijera que fuera a por él hasta el fondo.
Lo agarró por la otra muñeca y tiró de él bajo la  ducha.
-¿Quieres huir ahora a la seguridad? -dijo luego soltándolo y haciendo un gesto exagerado con las manos.
El corazón le dio un salto. No había nada de receptividad en Hyukjae. Estaba de lo más dispuesto a mantenerla aparte. Y aún así, ¿qué era esa seguridad? No había a donde huir aunque pudiera hacer funcionar las rodillas, que no paraban de temblarle.  Si quería una vida con Hyukjae, tenía que quedarse allí y mantenerse firme, sin importar lo asustado que estuviera y la amenaza de caerse al suelo allí mismo.
-No  -logró decir por fin-  Me voy a quedar aquí hasta que me  escuches.
Tal vez aquello fuera pura cabezonería tonta, pero no le importaba, estaba más  allá de que le importara. De alguna manera, había pasado el punto de no  retorno.
-Es peligroso tentar al diablo que has despertado -le advirtió él.
-Te deseo, de verdad. Estás muy equivocado, Hyukjae -gritó apartándose el cabello empapado de la cara para que él pudiera darse cuenta de que lo decía de verdad. Pero lo que vio en su mirada fue incredulidad.
-Bueno, veamos lo  desesperadamente que lo sientes.
Hyukjae levantó entonces las manos y le rompió la camisa del pijama. Luego lo recorrió con la mirada.
-Esto debería ayudarte a mostrarme lo seriamente que dices eso de que me deseas.
Donghae se había quedado helado por ese inesperado acto de violencia, pero también  se vio nerviosamente animado por él. Hyukjae no se estaba apartando, le estaba dando la oportunidad de que demostrara sus palabras. Y estaba muy claro que no iba a convencerlo solamente con palabras.
No bajó la mirada. Sabía que la tela mojada se pegaba a su cuerpo como una segunda piel. Tenía un nudo en el estómago y le temblaban las piernas, pero luchó contra el pánico con todas las fuerzas que pudo reunir. Tomó la tela con sus manos y desgarró lo que quedaba.
Aquello sorprendió a Hyukjae. Incluso pareció como si se quedara sin respiración y abrió mucho los ojos mientras sentía un destello de triunfo. ¡Lo había hecho! Lo había sorprendido. Pero una sorpresa momentánea no era suficiente. Tenía que darle la vuelta a la imagen fría y egoísta que tenía de él en su mente.
En la punta de los dedos notó como una sensación de poder, una confianza nueva en lo que estaba a punto de hacer. Mantuvo alta la barbilla. Mientras no mirara hacia abajo podía hacer como si su cuerpo perteneciera a otro, a un joven orgulloso y decidido que le gustara mostrarse. Entonces le resultó fácil quitarse los restos de la camisa y el corto pantalón mostrando una orgullosa desnudez.
Él miró hacia abajo y pareció quedarse fascinado por los trozos de tela que tenía a los pies. Entonces Donghae lo apartó con el pie.
Era extraño cómo su mente parecía haber entrado de repente en un estado como de carga extrema, funcionando por encima del caos de sensaciones y sentimientos que, normalmente, lo confundían y atormentaban, colocándolo en un estado de abulia total.
Tenía los nervios de punta y el corazón latiéndole a toda velocidad, resonándole los latidos por todo el cuerpo. Pero su mente estaba por encima, clara como el cristal, lista para analizar y medir las reacciones de Hyukjae y encontrar una respuesta positiva.
¿Era de sorpresa su expresión? ¿O de intensa necesidad?
Lo único que sabía realmente era que toda su consciencia estaba llena de una sensación de crisis absoluta. Su vida estaba dependiendo de lo que sucediera ahora. Las acciones triviales no eran tales. Llevaban encima un significado enorme, montones y montones de significados que superaban su comprensión activa en esos momentos y entraban de lleno en las profundidades del instinto ... instintos profundos y   primitivos.
Como librarse del pijama, liberarse de sus connotaciones de rechazo, porque era eso de lo que trataba esa ruptura, de los sentimientos de  rechazo.
Todo eso ya no existía; el pijama, abandonado por los dos.  La sorpresa del rostro de Hyukjae también había desaparecido. Su expresión se había endurecido y no mostraba nada mientras recorría su desnudez con la mirada y rudamente retaba su propósito.
-Así que has desenvuelto el regalo. ¿Se supone que ahora tengo que jugar con él?.
Sus ojos le dijeron que nada había cambiado si pretendía que fuera Hyukjae el que tomara la iniciativa. Que no había manera de que lo fuera a besar o acariciar esa noche si él caía de nuevo en un estado de pasividad y lo aceptaba como si fuera su deber. Sus ojos decían que era él el que tenía que moverse, y que sería mejor que lo hiciera bien.
Donghae no supo si fue producto de la inspiración o de la desesperación, pero tomó el jabón .
-Tus músculos parecen tan tensos ... -susurró mientras se llenaba las manos de espuma-Podría frotarte el cuello y los  hombros.
Luego se puso al trabajo
-Será mejor que te  relajes.
Pero Hyukjae no parecía estar muy seguro. Lo miró fijamente con unos ojos llenos de preguntas. El pecho se le contrajo cuando el suyo lo rozó. Pero fue solamente una reacción inicial e instintiva ante un contacto en que no confiaba. Después de eso se quedó completamente quieto, con una quietud que indicaba que estaba esperando a ver hasta donde estaba dispuesto a llegar, cuánto tiempo podría mantener ese papel.
¿Era una manipulación por un interés propio? ¿O un deseo genuino, una forma auténtica de dar?
¿Era cierto o falso?
Donghae se dijo que tenía que concentrarse en él, completamente en él, y eso le hizo sencillo olvidarse de sí mismo, de las inhibiciones que tan frecuentemente lo hacían cortarse en sus impulsos. Las evitó con una determinación ciega de canaRyeowookar todas sus energías en darle a Hyukjae la clase de placer que él le daba cuando hacían el amor. Porque en eso no estaba equivocado. Él era el que siempre había generado ese placer. Hasta entonces Donghae no había apreciado ese fallo abismal por su  parte.
Le dio masaje en los hombros apretando suavemente y luego le pasó las manos por el pecho, suave y deslizante, acariciándole sensualmente los  pezones  con  las  palmas de las manos, jugando con ellos como él solía hacerlo con los suyos, sin saber si con ello le estaba produciendo sensaciones similares a  las que él le producía,  pero esperando que así fuera, deseando que él se sintiera excitado, preguntándose si se excitaría si le pasara la lengua por ellos.
Se inclinó para comprobarlo.
-¡No!
Esa palabra explotó en los labios de Hyukjae y lo agarró para  separarlo.
-No tienes que obligarte a hacer esto, Donghae. ¡No es necesario! ¿Es qué no lo ves? ¡Ya es demasiado tarde!
-Pero lo puedo hacer. Quiero hacerlo -insistió, rogándole que le diera la oportunidad de mostrarle que le apetecía agradarlo.
-¿Por qué? ¿Porque no quieres afrontar la verdad sobre ti mismo? ¿Porque tienes tanto miedo de lo que puede significar para tu futuro? -dijo él, irritado-. ¡Maldita sea! Ya te he dicho que eso lo tienes seguro.
-¡Yo no quiero tu seguridad -explotó Donghae-. Quiero saber qué es necesario que haga para satisfacerte.
-¿Qué? ¿Para que puedas construir alguna pequeña y segura ecuación en tu mente? Algo como que si me das esto tres veces por semana  ...
-No, no, no. Lo que me importa es lo que sientes.
-¿Y tú te sentirás mejor si crees que yo me veo satisfecho?
Hyukjae lo agarró por los brazos y lo agitó mientras continuaba.
-Es eso, ¿no?
-Sí -gritó él ya sin razonar- Sí, te quiero  satisfecho.



3 comentarios:

  1. ._____.
    Mala elección de palabras pecesito! (?)

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  2. Como siempre...la falta de comunicacion hace estragos en una relación.
    Dejarse llevar por las enseñanzas y no contruir algo con ideas y sentimientos propios tampoco ayuda.
    Las acciones con palabras mal escogidas,han hecho que cada uno se imagine o vea la situación de diferente manera...una que a ninguno de los dos les gusta o les hace bien.
    Y el no saberse comunicar es lo peor...y la timidez de Hae no lo está ponie do en un uen camino para componer lo que tenga que ser reparado.
    Se aman sin duda...pero uno no sabe como demostrarlo y el otro espera una demostración que no llega,y cuando lo hace no cree en ella.
    Así no llegaran a nada

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  3. Siempre pasa lo mismo entras en una zona de confort y cotidiana y zaz lo poco o mucho amor se acaba

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...