Sapphire Wolf (T6)-21




Minwoo se deslizó lentamente sobre el dormido grupo. Los guerreros brujos a su espalda se movían tan silenciosos como él, lo que le sorprendió por su tamaño. Se detuvo cuando sintió una mano sobre su brazo. Volteó para ver a Jongkook, el guerrero principal de Jungsoo, poner sus dedos sobre sus labios. Hizo señas para que los otros rodearan el dormido grupo y Minwoo sonrió cuando vio la malicia en los ojos de los guerreros.
—¿Cómo es que me he encontrado con un doncel tan hermoso solo en el bosque? —Minwoo cerró los ojos mientras se regañaba. No se había molestado en comprobar si las formas que habían parecido estar dormidas eran verdaderamente todas las personas del lugar.
Hyungsik envolvió un brazo sobre él y lo empujó contra su pecho.
—Me alegra de que regresaras sano y salvo —susurró contra su cuello. Por solo un momento, Minwoo se relajó en su abrazo. Por solo un momento, se permitió pensar cómo sería ser suyo, pero así de rápido, se olvidó de ello. Se alejó de él y se volteó para estar frente a él.
—Debí haber sabido que alguien mantendría la vigilancia. —Había cometido un error de principiante y le molestaba que Hyungsik hubiera sido testigo de eso.
—Solo estabas ansioso de volver a mí —bromeó él.
—No falta mucho para el amanecer —le dijo, ignorando su broma—. ¿Ya se les ha ocurrido un plan?
—Vamos a ir a la mansión Coreana —dijo con indiferencia. Minwoo puso los ojos en blanco.
—¿Están al borde de la guerra con una bruja, tienen doce manadas reunidas bajo un techo y ustedes creen que solo pueden ir allá y pedir partir el pan con ellos?
Hyungsik pensó durante varios minutos. No se había involucrado mucho con los lobos, y las pocas ocasiones que lo hizo fueron hace mucho tiempo.
—¿Qué deberíamos hacer? —preguntó él.
—Yo iré primero.
—No. —Hyungsik negó con la cabeza. Minwoo se encogió de hombros.
—Demasiado tarde. —Entonces se había ido. Hyungsik gruñó de frustración.
—Jóvenes —murmuró.

Jungsoo había escuchado el sonido de sus guerreros aproximándose, aunque siguió pretendiendo estar dormido. Sus brazos estaban envueltos firmemente alrededor de Sora, quien, para su diversión, estaba roncando ruidosamente. Esperó hasta que finalmente Jongkook se acercó lo suficiente. Se movió rápidamente, agarrando el tobillo del guerrero y lanzándolo hacia atrás. Jongkook aterrizó en el suelo con un ruido sordo y un jadeo cuando quedó sin aliento. Jungsoo le sonrió a su general.
—Jongkook —asintió.
—Mi rey —tosió Jongkook mientras se ponía de pie. Jongkook hizo un gesto con la mano. En silencio, los guerreros de Jungsoo dieron un paso adelante desde los árboles.
—Buen trabajo —dijo Hyungsik, mientras caminaba hacia el círculo. Hizo una serie de chasquidos y de repente del cielo estaban lloviendo Elfos mientras caían de la cima de los árboles.
Jungsoo miró al Príncipe Elfo, quien se encogió de hombros.
—Nunca se sabe quién puede estar al acecho en el bosque.
Jungsoo se rió.
—Muy cierto.
La luz de la mañana empezaba a traspasar la pesada cubierta de los árboles y Sora finalmente comenzó a removerse. Bostezó y parpadeó un par de veces. Sus ojos se agrandaron cuando vio ojos, montones de ellos, mirándola fijamente.
—¿Jungsoo? —Se incorporó y se apartó del pecho de él.
—Sora, estos son mis guerreros —señaló a los grandes hombres mirándola.
—¿Por qué me están mirando? —preguntó, mientras trataba de sonreír y parecer amistosa.
—Tienen curiosidad acerca de ti. Les acabo de decir que eres mi compañera y humana.
—Hola —dijo Sora, débilmente mientras saludaba.
Algunos le sonrieron. Otros continuaron mirándola como si fuera un bicho que estaban tratando de disecar visualmente.
—¿Estás lista para levantarte? —le preguntó Jungsoo, atrayendo su atención lejos de los demás. Ella lo miró y asintió.
—Definitivamente, realmente necesito or… —Se detuvo a media frase mientras consideraba la compañía.
Jungsoo se rió.
—¿Necesitas un poco de privacidad?
—Eso sería bueno —le dijo. Ella caminó entre los árboles, prometiendo que no iría demasiado lejos y haciéndole prometer a Jungsoo que no la seguiría, aunque podía decir que a él no le gustaba que fuera sola.
Cuando Sora regresó vio que Hyungsik y Jungsoo estaban enfrascados en una conversación. No estaba muy segura de qué hacer así que se apoyó contra un árbol y trató de no mirar a los guerreros brujos, mientras que al mismo tiempo trataba de asimilar lo más que podía por las indiferentes miradas lanzadas en su dirección.
—Eres adecuada.
Sora saltó ante la voz profunda que había venido de su lado. Se giró y tuvo que mirar hacia arribar para ver al alto y amplio hombre con cabello oscuro, grandes ojos verdes y una dulce sonrisa.
—Soy Jongkook —le dijo—. El general de Jungsoo.
Sora asintió.
—Es un placer conocerte, Jongkook. Um, ¿qué quieres decir con que soy adecuada?
—Para él —asintió hacia Jungsoo—. Le traes balance.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Sora, mientras su frente se arrugaba con duda
—Hay una paz en él que no he visto desde que era muy, muy joven.
Sora miró a Jungsoo hablar con Hyungsik y se preguntó cómo había lucido cuando lo conoció por primera vez. Él todavía era increíblemente guapo, pero estaba de acuerdo en que algo de la tensión que había estado en su rostro en ese entonces, ya no estaba. Incluso con todo lo que habían pasado y que sin duda atravesarían pronto, Jungsoo parecía extrañamente relajado.
Los ojos de él se encontraron con los suyos. Le devolvió la sonrisa y estuvo de acuerdo con Jongkook, ella y Jungsoo, por cualquier razón absurda, eran adecuados.


—Dambi.
Dambi saltó debido a la voz detrás de ella. Se llevó la mano al corazón mientras se daba la vuelta y se encontraba con la mirada de Minwoo.
—¿Estás tratando de matarme? Mierda, dame una advertencia o algo la próxima vez.
Una ceja se levantó en el rostro de Minwoo.
—Te pedí que me mostraras dónde estabas.
—Sí, pero no dijiste que ibas a venir ahora —espetó Dambi. Se puso de pie en el campo en el que tan solo hace un día, una masacre entre las manadas tuvo su comienzo. Junjin había demostrado una vez más que era el más fuerte de su raza. Cuando los otros Alfas habían intentado controlar a los lobos y habían fracasado, el poder de Junjin los puso de rodillas.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Minwoo.
Dambi miró de nuevo hacia el campo que había estado observando antes de que el otra Fae hubiera llegado.
—Es una larga historia —respondió Dambi.
—¿No lo es siempre? —respondió Minwoo mientras se acercaba al lado de su mentora y amiga de toda la vida.
Minwoo esperó en silencio, sabiendo que a veces Dambi simplemente necesitaba a un público cautivo para empezar una historia.
—Bien, así que los malditos lobos no pueden mantenerse fuera de problemas —comenzó y Minwoo sonrió para sus adentros mientras Dambi le contaba, solo en la forma en que Dambi podía, los acontecimientos que habían tenido lugar. Minwoo escuchó atentamente y cuando Dambi terminó de relatarle su historia, decidió que prefería su batalla con el Draheim en lugar la de los lobos y sus compañeros miles de veces.
—Así que, ese es mi problema —le dijo Dambi, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho—. ¿Cómo van las cosas con el Rey Hechicero y la humana?
Minwoo sonrió.
—Bueno, no están de cerca tan mal como tus lobos.
Dambi resopló.
—Por alguna razón te creo.
—Te dije que tenía una sorpresa para ti —le recordó Minwoo.
—Sí, y sabes cómo odio las sorpresas, así que por favor dime que Sora no quedó de alguna manera embarazada, o que Jungsoo no ha estado conspirando a escondidas con Mona todo el tiempo porque ella está teniendo a su amado hijo secreto.
Minwoo puso los ojos en blanco.
—¿Qué pasa con toda la charla de bebés?
—Hee está embarazado, las Parcas quieren a su hijo, y Siwon simplemente podría matar a cualquier cosa o a cualquier persona que se acerque a él en cualquier momento. Lo siento, es un tema delicado.
—Está bien, bueno respira tranquila entonces porque nadie va a tener un amado hijo. Sin embargo —Minwoo hizo una pausa y se aclaró la garganta—, Hyungsik está algo involucrado.
La cabeza de Dambi se alzó bruscamente mientras veía a Minwoo.
—¿El Príncipe Elfo está aquí? —Los ojos de Dambi se abrieron de par en par. Minwoo asintió.
—En cierto modo, necesitábamos algo que él tenía.
—Sí, apuesto a que lo hacías —murmuró Dambi.
—Dambi, no vamos a ir por ese camino, así que simplemente  olvídalo.—Minwoo sonó casi como un adolescente hastiado.
—Tenía que suceder algún día. Ustedes dos han estado embelesados por el otro desde hace siglos. Solo sigue adelante y consigue una probada, así puedes terminar con ello.
Minwoo sacudió la cabeza con exasperación.
—Esto no es acerca de mí o Hyungsik o nosotros juntos. Jungsoo necesitaba más información sobre cómo abrir el velo al Inframundo. Había estado planeando obtenerla de su hermano. Como te lo he dicho, ese plan fue algo así como aplastado por un Draheim, así que tuvimos que recurrir al plan B.
—También conocido como el “Plan Malditamente Caliente Príncipe Elfo Ven A Encender Mi Fuego.” —Dambi se rió cuando Minwoo cruzó los brazos y empezó a golpear con el pie.
—¿Ya terminaste? —preguntó Minwoo, con el ceño fruncido. Pero siguió riendo, pero finalmente levantó la mano.
—Sí, sí, está bien, he terminado. —Inclinó la cabeza hacia atrás, estirando el cuello y sintiendo la ligera tensión relajarse un poco—. Así que, ¿Hyungsik es capaz de ayudar?
—Resulta que él tiene el libro llamado Nushtonia. —Minwoo esperó la reacción que sabía que venía.
Dambi se echó a reír. La frente de Minwoo se frunció mientras observaba a la gran Fae. Ésta no había sido la reacción que había esperado.
—¿Estás jodidamente bromeando conmigo? —gritó Dambi—. ¿Podría esto ponerse peor? Entonces, ¿el libro inspirado por un demonio que estaba oculto está ahora al descubierto donde Mona podría conseguir poner sus mugrientas, sucias, asquerosas y cubiertas de sangre manos sobre él?
—Sí, pero Jungsoo lo necesita. Antes de tener compañera, comprendía el riesgo de abrir el velo. Ahora, él tiene a Sora, y eso cambió el juego. No solo ha decidido no ayudar a Mona, sino que ha prometido que no dejará que nada le pase al hijo de Sora. Tiene que abrir el velo porque hizo un juramento de sangre, pero tiene que ser capaz de cerrarlo de inmediato, antes de que cualquier cosa pueda atravesar.
Dambi escuchó atentamente mientras por su mente pasaban un millón de espeluznantes posibilidades que estaban obligadas a suceder, y por cierto, las cosas estaban sucediendo, todo pasaría a la misma maldita vez.
—Entonces, lo que he oído es que nuestro Rey Hechicero necesita lograr lo imposible.
Minwoo asintió.
—En esencia.
—Excelente.
—Exactamente.
—¿Alguna otra palabra con E que podríamos añadir a esta pequeña charla de mierda? —Preguntó Dambi secamente.
—¿Estupendamente perfecto? —Minwoo le sonrió a Dambi.
—Me quitaste las palabras de la boca.
Dambi hizo señas para que Minwoo la siguiera.
—Así que, tu gente quiere venir a encontrarse con mi gente. Tenemos que dejar que Junjin y los otros hombres lo sepan de manera que no se sientan como si hubieran estado siendo dejados de lado. ¿Has preparado al Hechicero y al Príncipe sobre cómo comportarse alrededor de estúpidos hombres lobos posesivos?
—No exactamente.
—Entonces me reuniré con ellos antes de que se encuentren con los lobos. Esto es una jodida pesadilla —murmuró Dambi, mientras conducía a Minwoo hacia la habitación de Junjin y Hyesung.
Dambi se acercó a tocar la puerta del Alfa, pero se detuvo, con la mano en el aire. Escuchó varias voces profundas conversando y no pudo reprimir el exasperado gemido que se le escapó.
—Entra, Dambi —oyó a Junjin decirle. Debe de haber escuchado el gemido. Ella agarró la manija y empujó el pestillo.
Los ojos de Siwon, Kangin, Hyukjae, Henry, Yunho, Yesung, Hyesung y Junjin se posaron en ella y luego cambiaron a Minwoo quien estaba de pie detrás de ella.
—Me alegra ver que toda la pandilla está aquí. Eso evitará que tenga que repetir las cosas, que como todos ustedes saben, detesto hacer. —Dambi se adentró más en la habitación. Minwoo se movió para estar a su lado y Junjin, Siwon y los hombres que habían estado sentados se movieron para detenerse delante de Hyesung.
Hyesung gruñó detrás de ellos.
—Muévanse.
—Dambi, ¿a quién has traído para visitarnos sin aviso previo? —preguntó Junjin, con frialdad.
—Junjin conoce a Minwoo. Minwoo conoce a Junjin. —Dambi indicó entre ellos—. Minwoo es uno de los Guardianes Fae. Él ha estado con el Rey Hechicero y Sora mientras han estado en su pequeña aventura.
Junjin encontró la mirada de Minwoo y esperó. Minwoo sabía que era una cosa de dominancia con los lobos por lo que bajó la mirada.
Dambi levantó una ceja ante el Alfa.
—¿Has terminado?
Junjin levantó un labio hacia ella, mostrando los largos caninos, antes de decirle que proceda.
—El Rey Hechicero, Sora, el Príncipe Elfo y sus guerreros están a unos cincuenta kilómetros de aquí, en el bosque.
—¿Qué? —gruñó Siwon a medida que daba un paso hacia ella.
—Calma, lobo —espetó Dambi—. Ellos no vienen a atacarte. Vienen a ayudar. —Dambi explicó todo lo que Minwoo le había dicho, tratando de mantenerlo lo más corto y exacto posible.
—¿Así que todavía planea abrir el velo? —preguntó Junjin, innecesariamente.
—Hizo un juramento de sangre. No es como si realmente tuviera   opción —señaló Minwoo.
—El punto es —interrumpió Dambi—, que quieren ayudar. Están trayendo más cuerpos calientes para ayudarnos en la lucha contra Desdémona.
—Son más hombres desconocidos alrededor de nuestras parejas —gruñó Hyukjae.
—Hablando de dichas parejas —dijo ella encontrando la mirada de Hyukjae—. ¿Dónde están sus compañeros, oh, tan preciosos?
Hyukjae apartó la mirada. Obviamente, descontento con la pregunta.
—Están bebiendo té caliente en la cocina —respondió Kangin.
Dambi rió.
—Así que, déjame adivinar, están molestos, porque querían un descanso de las habitaciones donde, sin duda, los mantuvieron encerrados las últimas veinte y cuatro horas, o bien —se rió aún más fuerte—, están celoso de las tazas de las que están bebiendo la bebida.
Todos los hombres tuvieron el sentido de mostrarse un poco culpables por su comportamiento arrogante, pero ninguno de ellos la contradijo.
—¿Has terminado, Dambi? —habló Henry por primera vez.
—Oh, podría seguir durante horas; ustedes solo lo hacen más fácil. Pero por desgracia, los malditos hombres que han venido a tomar la virtud de sus parejas, si queda algo después de la noche interesante que estoy segura de que todos ustedes tuvieron, están esperando la aprobación de Junjin antes de venir hasta aquí.
—¿Quién dijo que fueron los hombres quienes tomaron la virtud? —Una voz familiar sonó desde atrás de Dambi. Hee y el cortejo de parejas entraron en la habitación. Los rostros de los hombres cambiaron al instante de la irritación a la adoración. Dambi sacudió la cabeza ante ellos. Nunca entendería el vínculo entre compañeros, a menos que la Gran Luna la tomara en cuenta. Dambi se estremeció ante ese pensamiento.
—Heechul, pensé que te dije que quería que volvieras a nuestra habitación —dijo Siwon, mientras cruzaba la habitación hacia él.
—Lo hiciste. —Hee saludó a Dambi con una sonrisa maliciosa.
—Entonces, ¿por qué estás aquí? —le preguntó.
—Porque me dijiste que volviera a nuestra habitación, duh. —Los hombres fruncían el ceño. Hee no les hizo caso y se volvió hacia Dambi y Minwoo mientras Siwon envolvía sus brazos a su alrededor por detrás y lo empujaba contra su pecho. Cada una de las parejas acopladas adoptó poses similares a través de la habitación.
—Así que, Dambi hadita. —Teuk sonrió—. ¿Cuál es la noticia que ha sacado a nuestros hombres tan de quicio?
—El Rey Hechicero y el Príncipe Elfo están esperando el permiso para acercarse a la mansión —explicó Dambi.
Teuk trató de empujarse lejos de Kangin mientras daba un paso hacia la Fae.
—¿Jungsoo  está  ahí  fuera?  Eso  significa  que  mi  mamá  está  ahí fuera, ¿cierto?
Dambi asintió.
Teuk se dio la vuelta, golpeando a Kangin en la cara con su salvaje cabello mientras se enfrentaba a Junjin.
—¿Por qué no le has dicho que pueden venir? Mi mamá está ahí fuera, Junjin.
—Lo sé —le dijo Junjin pacientemente—. Pero no puedo actuar precipitadamente, siempre tengo que sopesar el peligro que una situación como esta plantea a la manada.
—Dame un respiro, Junjin. Hay como unos sesenta machos dominantes en esta mansión en este mismo momento, deben ser mucho más peligrosos que el hombre con el que está mi mamá.
—Y, tú sabes esto, ¿cómo? —preguntó él.
—Junjin… —La advertencia de Hyesung llegó de donde seguía sentado fuera de vista—. Él es tu nuero primero que nada, después la manada.
Junjin se hizo a un lado para que Hyesung pudiera ser visto. Se puso de pie junto a Junjin y se relajó ante su toque cuando él la metió bajo su brazo.
—Dambi. —Junjin se volvió hacia ella—. Puedes traerlos hasta aquí. Tendrán que ir a la sala de reunión y quedarse allí. Qué no deambulen por ahí.
Minwoo se había ido antes de que Dambi pudiera contestar.
—¿A dónde se fue? —preguntó Donghae.
—A decirles. —Dambi se encogió de hombros.

Dambi destelló junto a Minwoo momentos después que Minwoo llegara, de pie ante Jungsoo y Hyungsik.
—Bueno, hola, guapos. —Dambi sonrió a los dos hombres.
Sora salió de detrás de Jungsoo quien la había puesto de manera protectora detrás de él cuando Dambi había llegado.
—Tú debes ser Sora. —Dambi se adelantó y le tendió la mano.
Sora se adelantó para estrecharla y Jungsoo deslizó un brazo alrededor de su cintura tratando de tirar de ella hacia atrás.
—Jungsoo —dijo Sora de manera cortante y él retrocedió solo ligeramente.
—Veo que tienes uno de esos también. —Dambi hizo señas a Jungsoo.
—¿También? —Sora frunció el ceño.
—Tu hijo tiene, lo que él y sus amigos llaman un CDCH.
Sora se echó a reír.
—Entonces, recemos por lo que quiere decir el acrónimo.
—Compañeros dominantes cabezas huecas.
—Pues sí, tengo uno de esos también. —Sora se reía mientras Jungsoo entrecerraba los ojos hacia ella.
Dambi dio un paso atrás de modo que podía hacer frente a los dos hombres.
—Junjin ha accedido a que vengan a la mansión. Pero, antes de ir, tengo que ponerlos al día con la etiqueta de la manada.
—Ya sabemos algo de eso —dijo Jungsoo.
—No con estos hombres —contrarrestó Dambi—. Estos hombres llevan la protección a un nuevo sistema solar, así que escuchen y tal vez todos vivamos hasta que Mona nos mate.
Sora sonrió.
—Me gustas. Eres es un soplo de aire fresco.
—No la has conocido el tiempo suficiente como para declarar eso. Solo dale tiempo —bromeó Minwoo.
Dambi chasqueó sus dedos delante de la cara de Minwoo, dejando en claro que ella quería que Minwoo cerrara la boca. Minwoo se rió y dio un paso atrás.
—Lo más importante con este grupo de hombres es que no, bajo ninguna circunstancia, por cualquier razón, toquen a ninguna de sus parejas. En un buen día son delicados cuando se trata de que otros hombres estén presentes alrededor de ellos, pero han pasado por algunas cosas difíciles los últimos días, por lo que están realmente al borde en estos momentos.
—¿Mi hijo está bien? —preguntó Sora, repentinamente alarmada.
—Está bien, y estoy segura que estará encantado de relatarte sus aventuras —aseguró Dambi—. A continuación, no sostengan sus miradas. Está bien mirarlos a sus ojos durante unos cinco segundos. Después de eso, eviten su mirada. No tienen que bajarla e indicar sumisión, simplemente miren por encima del hombro o hacía un lado para demostrar que no van a desafiarlos. Incluso si el hombre en ellos sabe que ustedes no están allí para un desafío, el lobo lo verá de manera diferente y en este momento sus lobos están ganando la batalla por el control más de la cuenta.
—Estos hombres suenan muy inestables —señaló Hyungsik.
—Son inestables. Son hombres lobo, ¿qué es lo que te haría pensar que son estables? —Dambi sacudió la cabeza ante el Príncipe—. Ah, y por favor, por el amor de todas las pequeñas cosas peludas de todo el mundo, no señales que son inestables. —Se quedó mirando a Hyungsik por un segundo más—. De hecho, es probablemente mejor si no hablas en absoluto.
Hyungsik la miró desconcertado.
—¿Por qué? —preguntó, realmente confundido.
—Porque no has estado alrededor de los Canis lupus y tus preguntas podrían sonar como si pensaras que son animales salvajes.
—¿No lo son?
La mandíbula de Dambi se tensó.
—¿Ves? Es por eso que sería mejor si mantienes tu real boca cerrada.
Jungsoo intervino antes de que Hyungsik pudiera seguir discutiendo.
—¿Hay algo más que deberíamos saber? Hasta ahora todo lo que has dicho, lo entiendo porque yo mismo soy de esa manera con Sora.
—No se ofendan si les gruñen. Básicamente gruñen a todo lo que no es su compañero, e incluso a ellos a veces. Ah —Dambi aplaudió—, casi se me olvida la regla más importante de todas: Manténgase alejado del joven rubio de piernas esbeltas. Él es un problema con P mayúscula. Su compañero es Siwon; él es el Alfa de la manada de China, y es mortal cuando se trata de él. A él le gusta sacarlo de quicio, así que si lo ven venir, giren y corran para otro lado. Ah, y está embarazado, lo que, básicamente significa que si lo miran Siwon los matará.
—Esto suena como que va a ser muy divertido —dijo Sora, alegremente.
—Oh, son un verdadero barril de risas, y con risas me refiero a hacer que deseen prender su cabello en llamas mientras se arrancan sus propios dientes.
—Así de bien, ¿eh? —Jungsoo sonrió—. Creo que me van a gustar estos lobos.
—Vamos a terminar con esto —resopló Dambi mientras se encaminaba en dirección a la mansión.



2 comentarios:

  1. jajajajaja
    La descripción que hace Dambi referente a Hee~ es genial!!!!
    Ahhhhhh
    Me encanta!

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  2. Sí...confirmado por centesima vez...a veces me desesperan todos y sus sarcasmos aaaaaahhhhhh peor.
    Estoy desesperada...para cuando la pelea contra la bruja
    Por el bien de todos...es bue o que sigan las instrucciones de la fae

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...