Marcado III -18




—Siempre tiene que ser el héroe, ¿no?
Su tono era bromista, pero había pasado mucho tiempo desde que lo había visto en absoluto que lo único que podía hacer era mirarlo fijamente en estado de shock.
—¿Eun?
—¿Quién más? Te metiste en un pequeño lío, ¿o no?
Traté de negar con la cabeza, traté de extender y poner mis manos sobre él pero lo único que podía hacer era simplemente mirarlo fijamente mientras él se paseaba delante de mí, con las manos metidas en los bolsillos de sus impecablemente ajustados pantalones a rayas. Él se veía bien, mucho mejor de lo que un hombre que había estado muerto por cinco años debería.
—Te ves bien, hermano.
Él me sonrió. Una sonrisa tan diferente a la de Hyukjae, y sentí mi Corazón aletear. Lo extrañaba tanto.
—Yo siempre me veía bien, Siwon. Necesitamos tener una seria charla Corazón a Corazón, hermano mayor.
—¿Sobre qué?
—Tú.
—¿Qué hay sobre mí, Eunhyuk?
—¿De verdad tienes alguna duda acerca de si yo sabía, absolutamente, sin ningún tipo de sombra de duda que me amabas, Siwon? ¿Que estabas orgulloso de mí?
Sentí que algo sucedió en mi pecho, como un rayo ardiendo donde debería estar mi Corazón.
—Debería habértelo dicho. No debería haberte pedido que mantuvieras un ojo sobre ellos. Eso fue egoísta.
—Oh, Siwon. —Sonaba como un suspiro, pero no estaba seguro de lo que estaba pasando ni dónde estaba, así que tal vez era simplemente mi último aliento escapando de mis pulmones que ya no funcionaban—. Siempre me sentí tan orgulloso cuando me pediste mantener un ojo en Hyukjae o en Donghae. Significaba que confiabas en mí, creías que podía hacer un trabajo tan bueno como tú siempre lo hiciste al mantenernos a todos a salvo. Esas palabras significaban más para mí de lo que puedes saber.
Me tomó un minuto procesar eso y oírlo reír. Parecía feliz y no había arrepentimiento en él.
—El joven, por el que acabas de tomar tres balas, él es el único para ti. —No era una pregunta, así que no me sentí obligado a responderle. — ¿Tú no crees que te ama? ¿No crees que su Corazón se está rompiendo en este momento? Porque te puedo asegurar que lo está y no tiene nada que ver con estar asustado de tener que criar a ese bebé solo. Él tiene miedo por ti. Su Corazón está devastado por ti.
Traté de fruncir el ceño, pero no tenía ningún control de mis músculos faciales.
—Él nunca me dijo nada.
—¿Pero tú simplemente no lo sabes, Siwon? Al igual que yo sabía que tú me amabas sin duda. El amor no siempre tiene que ser hablado en voz alta. Donghae amó a Hyukjae desde el principio y nunca dijo una palabra al respecto, pero si alguna vez él se hubiera molestado en mirarlo, lo habría visto resplandecer de él como un faro. Lo mismo se puede decir de tu pequeño petardo. Todo está estampado sobre él, Siwon, solo tienes que mirar más allá del miedo, de el de él y el tuyo, para verlo.
Ese punto estaba quemando y calentando el centro en dónde pensaba que estaba mi pecho. Sabía todo sobre el miedo. El miedo a lo desconocido, el miedo de no ser lo suficientemente bueno, el miedo de no tener nada que ofrecer. Había esperado esconderlo bien, pero no había tomado ni un segundo para pensar que tal vez Heechul estaba escondido detrás de una nube de terror también.
Nuestra experiencia nos hizo, lo que hicimos con ese conocimiento es lo que define quienes íbamos a ser, y en algún momento durante el camino me dejé llevar por todo el ruido de "qué pasa si" y olvidé eso.
—Debería simplemente haberlo sabido.
—Tienes tiempo para hacer las cosas bien.
—¿Lo tengo?
Se rio de nuevo y sentí el calor abrazarme, algo así como la pertenencia asentándose alrededor de mis hombros.
—Alguien tenía que enderezarte. Sabía que yo podía hacerlo. El amor nunca es perfecto, hermano mayor. Es lo que hacemos de las imperfecciones en él, lo que hace que el viaje valga la pena.
—Conocí a Aiden.
Ese sonido que podría haber sido un suspiro o alguna otra cosa giró a mí alrededor.
—Él es el por qué sé todo sobre el amor incondicional, Siwon. Se merecía algo mejor que mis secretos. Francamente todo el mundo lo hacía. Quienes somos siempre está cambiando, convirtiéndose, y cambiando. Pronto serás un padre, un esposo, un tío, y más tarde en la línea, serás un abuelo. Quién eres nunca permanece igual. Se llama vivir la vida.
Sentí como que si pudiera controlar cualquier parte de mi cuerpo, envolvería mis brazos alrededor de mi hermano y nunca lo dejaría ir, pero como estaba, las cosas dentro de mí estaban empezando a arder y aquellos ojos pálidos teñidos de invierno se estaban poniendo más borrosos y cada vez más lejanos y yo estaba ensanchándome en el interior como un infierno.
—Oh, y Siwon. —Traté de concentrarme en él, pero se estaba haciendo cada vez más difícil aferrarme a dónde estaba. El dolor estaba empezando a desgarrarme a pedazos y quería gritar—. Eunhyuk es un nombre impresionante. Solo digo.
Lo sentí más que verlo desaparecer, la calidez, la alegría que era mi hermano, desvanecerse y fui estrellándome de vuelta a un cuerpo que estaba ardiendo con el dolor y desbordado de sangre en lugares en que no debería haber sangre.


No recordaba mucho de nada después de que golpeé el suelo, con todo el peso y volumen de Siwon presionándome en el duro asfalto. Un segundo había estado sentado en el auto tratando de encontrar la manera de hablar haciendo mi camino para salir de este lío y tratar de arreglarlo todo, y al siguiente estaba despierto en medio de una de las pesadillas de Siwon.
Le había enviado un mensaje de texto para hacerle saber que estaba fuera del bar, y luego esperaba mientras contenía la respiración para que él me respondiera de vuelta. Mi gran bocota le había hecho daño a la única persona a la que nunca quise causarle dolor, y necesitaba arreglarlo.
No importaba si él me ignoraba. Marcharía directo a ese bar y lo haría hablarme. Al final resultó que, estaba pensando en todo eso sin razón, ya que solo tardó un minuto hasta que su inconfundible silueta salió por la puerta y se dirigió hacia el lugar donde me había estacionado.
Estaba nervioso, pero más que eso, estaba lleno de pesar. Nunca debí haberme aferrado a lo que Hangeng me había hecho, y utilizado como excusa para mantener mi Corazón aislado de todas las cosas maravillosas con las que Siwon estaba tratando de llenarlo.
Solo había pasado más allá del capó del Cooper cuando se produjo un súbito rugido que sonaba como si estuviera justo detrás de mí. Iba a volver la cabeza para ver qué era porque era muy fuerte, pero antes de que llegara a girar mi cuello, fui arrasado al suelo y ensordecido por el resonante pop pop del suelo junto con un gruñido y me aferré a Siwon, porque esos ojos estaban enormes en su cara y un tifón de pánico y miedo estuvo trabajando su camino a través de la brillante superficie.
―¿Siwon? ―dije su nombre porque él no se movía y algo cálido y húmedo se estaba filtrando en su camiseta en dónde estaba aferrando mis manos.
Su boca se movió. Dijo mi nombre en un jadeo, pero no salió ningún sonido. Algo caliente y con olor a cobre aterrizó en mi mejilla mientras goteaba de su cuello y salpicaba mi cara. Sus ojos parpadearon como una llama apagándose, y lo siguiente que supe fue que estaba atrapado por completo bajo él mientras toda su fuerza desaparecía. Su sangre estaba cubriéndonos a los dos y empezando a reunirse en el suelo debajo de nosotros. No podía llegar a mi teléfono, no podía moverme, porque incluso cuando estaba inconsciente, incluso cuando estaba furioso conmigo y herido por mis palabras egoístas y desconsideradas, todavía estaba tratando de mantenernos a salvo a mí y a nuestro bebé.
―¡Siwon! ―grité está vez y me aferré a él―. Tienes que abrir los ojos. Vamos, grandote.
Estaba gritando su nombre una y otra vez pero no se movía, no reaccionaba. Estoy seguro que estuvimos allí solo por un minuto, pero se sentía como una eternidad hasta que la rubia cabeza de Kangin apareció sobre el accidentado cuerpo de Siwon y me dijo que había llamado a la policía y una ambulancia estaba en camino.
Tomó a tres de los habituales moverlo lejos de mí, en parte porque me negaba a dejarlo ir. Estaba llorando y tenía gran parte de su sangre en mis manos lo que me hacía difícil aferrarme a él mientras los clientes habituales del bar trabajaban para separarnos y ejercían presión sobre las heridas abiertas que estaban derramando su vida hacia afuera sobre el suelo.
Creo que Kangin puso un brazo alrededor de mis temblorosos hombros y trató de decirme que todo estaría bien, pero sabía que era una mentira. A través de las lágrimas y la sangre de Siwon salpicada en toda mi cara, me di cuenta de que tenía los ojos todavía cerrados y que su enorme pecho no se movía arriba y abajo. Él iba a morir justo en frente de mis ojos, y no iba a tener la oportunidad de decirle que lo amaba. Absolutamente no podía dejar que eso pasara.
Me liberé de las manos de Kangin y corrí a donde la gente estaba tratando desesperadamente de que dejara de sangrar. Todo el lado de su cuello parecía una hamburguesa cruda, desollado abierto y fluyendo el vital líquido rojo en el suelo. Caí de rodillas, sin importarme que el asfalto arrancara mi piel abierta, y puse mis manos en sus mejillas.
―Siwon, por favor, abre los ojos, por favor. Te amo tanto. Te necesito. Por favor, grandote. ―Estaba llorando y dudaba que las palabras tuvieran algún sentido. En algún lugar en la distancia por fin oí el sonido de las sirenas gritando hacia nosotros. La ambulancia estaba demasiado lejos para su bien.
―Te amo, Te amo, Te amo. ―Solo lo dije una y otra vez, tratando de que respirara. Porque era cierto. El miedo de entregarle mi Corazón, porque no estaba seguro de lo que iba a hacer con él era nada comparado con el asfixiante temor de que nunca iba a llegar a decirle lo que sentía porque él no iba a lograrlo. Siempre había sido un héroe, y ahora mismo casi lo odiaba tanto como lo amaba. Si no hubiera sido tan perfecto, tan honorable, tan dedicado a mí y a su hijo, él no estaría yaciendo en un charco de sangre. Era simplemente incorrecto en muchos niveles diferentes.
―Por favor, no rompas mi Corazón, Siwon. No puedo hacer esto sin ti.
En algún momento, la policía y el personal de la ambulancia llegaron, y de nuevo tuve manos tratando de alejarme de él. Me agaché y puse mi boca en la suya. Lloré aún más fuerte cuando sentí lo fríos que estaban sus labios.
Lo besé, saboreando la sal de mis lágrimas y la quemadura de hierro de su sangre, y le susurré que lo amaba una y otra vez. Tuve que sucumbir a las impacientes manos de la paramédico que me apartó de él. No podía apartar los ojos de su moribundo rostro y su todavía inmóvil pecho.
―Lo tenemos, cariño.
Disparé mi mirada a la de  ella.
―Él tiene que estar bien.
―Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que esto sea posible. El bombón rubio dijo que estás embarazado y que es posible que te lastimaras. Necesitamos que te revisen.
Negué con la cabeza con vehemencia.
―No. Solo preocúpense por él.
La médico abrió la boca para protestar, cuando de repente se produjo un jadeo y los brillantes ojos de Siwon se abrieran solo para revolotear inmediatamente y cerrarse de nuevo.
―Heechul... ―Mi nombre era más que un susurro, pero fue suficiente para tenerme gritando su nombre una y otra vez y que todo el mundo se moviera el doble de rápido a como lo habían hecho antes. Los paramédicos lo tenían en una camilla y en la parte trasera de la ambulancia sin perder tiempo.
No dijeron una palabra cuando me arrastré tras ellos. No iba a dejarlo fuera de mi vista hasta que supiera a ciencia cierta que iba a estar bien. Ahí había tanta sangre y no paraba de fluir por los orificios que decoraban todo su lado derecho.
La paramédico era toda negocios mientras empezaba a conectarlo a una intravenosa y comenzaba a cortar su ropa para que pudiera trabajar en conseguir que toda esa sangre dejara de derramarse de él. Ella siguió hablando con él, diciéndole una y otra vez que tenía que luchar, que no podía dejarnos a mí y al bebé. Estaba recitando información sobre el tirador y los motociclistas, pero todo era un rumor sordo. Yo solo quería que abriera los ojos y me mirara.
La paramédico me dijo que sostuviera su mano, para hacerle saber que estaba allí. Una vez más, la cosa en la que era mejor, hablar, mediante palabras, había huido. Todo lo que podía hacer era mirarlo y llorar. Él era todo mi mundo, él era todo lo que siempre quise, y mi Corazón se iba a convertir en piedra si no tenía la oportunidad de decírselo.
De repente, la paramédico maldijo y empezó a moverse frenéticamente. Su agudo tono de voz, entró a través de mi nube de desesperación. Me dijo que tenía que convencer mejor a Siwon para que se quedara con nosotros porque mi testarudo soldado no la estaba escuchando.
Apreté su mano, me incliné sobre él y le besé la cicatriz en la frente. Se lo conté todo, le rogué que abriera sus ojos. Le dije que había hecho su trabajo y luchado por mí y el bebé, y ahora era el momento de luchar por sí mismo. Lo pondría de nuevo al borde de la muerte una y otra vez si eso era lo que hacía falta para mantenerlo conmigo.
No pensé que estuviera haciendo algo bueno, pero cuando la ambulancia rodó hasta detenerse frente al hospital, vi sus ojos revolotear abriéndose de nuevo. No se veía bien y no necesitaba ser un profesional médico para ver que había perdido demasiada sangre, pero   sus ojos estaban brillantes y mirándome directamente, así que me aseguré de que  si esta era la última vez que me veía, la última cosa que le diría, fuera importante. No había manera de que Lee Siwon fuera a desmayarse otra  vez sin mí diciéndole que lo amaba y    lo necesitaba.


Ahí están esos bonitos ojos de bebé. Sigue luchando, grandote, ya casi estamos en el hospital.
No reconocí la voz o a quién hablaba. Se movía sobre mi cabeza y estaba teniendo dificultades para rastrearla. Me dolía todo el cuerpo y no podía respirar. Estaba tratando de inhalar y exhalar pero no parecía estar funcionando. Vagamente oía las sirenas sonar con estridencia y la radio en la ambulancia graznando. No podía sentir otra cosa que el caliente resplandor de dolor desde la parte superior de mi cabeza hasta donde sea que estaban los dedos de mis pies.
—Tienes algunos amigos bastante poderosos. El chico que apretó el gatillo ya fue atrapado. Supongo que estaba asustado de lo que los Hijos del Dolor le harían cuando se enteraran que te disparó, llevó su feliz culo a la estación y se entregó. Idiota. Supongo que no sabe cuántos Hijos están purgando sentencia.
La voz parloteaba sin cesar mientras se movía a mí alrededor. No me importaba el chico que me había disparado, me importaba Heechul. No sabía si una de las balas había pasado a través de mí y le había dado, no sabía cuan fuerte lo había llevado al piso, no sabía si el bebé estaba bien… Los pensamientos corrían alrededor y alrededor y ya no podía aferrarme a eso. El dolor era demasiado. No podía respirar y estaba cansado. Demasiado cansado, y sentía algo del fuego lamiendo mi piel comenzar a apagarme.
—Oye soldado, ahora nada de eso.
La voz se alzó y me dio una bofetada. Creí oír otro sonido, un gemido o algo que sonaba como un animal herido, pero no podía voltear la cabeza o incluso mover mis ojos para ubicar el ruido. Ni siquiera se abrieron cuando les ordené que lo hicieran. Algo sujetaba mis manos y las apretaba. Estaba sorprendido de que pudiera sentirlo en medio del fuego viviente que me estaba abrasando desde adentro hacia afuera.
—No lograste sobrevivir todo el camino a casa para que algún chico problemático te liquide. Tienes que luchar. Pasaste por mucho para salir de esta batalla como un ganador. Lucha.
La voz era buena en su trabajo. Si no hubiera estado al borde de la muerte, le habría admirado mucho más. No sabía cómo sabía lo que tenía para perder, mi chico, mi bebé, un futuro y una familia que estaba finalmente, en el peor de los momentos, comenzando a entender que merecía. Por todo eso, valía la pena luchar, pero estaba cansado y necesitaba aire. Era más fácil solo cerrar los ojos y dejar que el dolor y el fuego me tomaran.
—Mierda, está colapsando. —La voz de la extraña se levantó y todo a mí alrededor se desvaneció una vez más. Podía oír a Eunhyuk gritándome que dejara de ser un idiota, podía escuchar mi Corazón comenzando a ralentizarse, y sentir el dolor comenzar a arrastrarme hacia abajo y el fuego caliente convertirse en un frío glacial.
—Cariño, será mejor que convenzas a tu hombre para que se quede con nosotros, porque a mí no me está escuchando.
Algo se clavó en mi costado y en mi brazo y la voz de la extraña desapareció para ser reemplazada con la que había estado buscando todo este tiempo.
—Siwon. —Sonaba como si estuviera llorando pero no podía hacer que mis ojos se abrieran para mirarlo—. Vamos, Capitán Anti-Diversión, necesito que me mires.
Sonaba tan triste, tan asustado y eso me enojaba porque no podía hacer nada para hacerle sentir mejor. Quería mirarlo, pero era muy difícil. Mis ojos estaban tan pesados. Sentía manos suaves acariciando a lo largo de mi mandíbula, por mi frente y trazar la cicatriz que estaba allí.
—No puedo agradecerte por salvarme la vida si no estás mirándome, grandote. Nos salvaste, a mí y al bebé. Ahora necesito que te salves a ti mismo. Vamos, Siwon, no puedes dejarnos ahora. Tienes que despertar así puedo decirte lo mucho que te amo.
Nunca quise dejarlo, ni siquiera cuando estaba enojado con él y actuando como un idiota. Quería disculparme por perder los estribos como un impulsivo, quería asegurarme que si no lo lograba, mis últimas palabras para él fueran palabras de amor, palabras que expresaran lo importante que había sido para traerme de vuelta a mí mismo. Quería que supiera que pensaba que él era lo más cercano a la perfección que alguna vez iba a conseguir. Simplemente no podía hacerlo. Mis ojos no se abrirían. Mis miembros no funcionarían y aún necesitaba aire y sentía que estaba en un vacío donde no había nada.
Algo húmedo y cálido se deslizó por mi rostro. Pensé que era solo más sangre, pero entonces cayó más, lento y constante, y oí a Heechul sollozar suavemente. No quería que estuviera triste por nada. Quería que estuviera feliz y seguro, que supiera que lo amaba.
Tomó hasta el último gramo de fuerza que tenía, cada bocado de lucha que poseía, separar mis ojos, abrirlos para mirarlo, y cuando lo hice el dolor me golpeó de nuevo con toda su fuerza, suficiente para hacerme jadear y tener la humedad inundando mis ojos. Nunca había sentido nada como esto. Fui puesto al revés y perdí contacto rápidamente con la realidad. Me estaba hundiendo en el dolor y sofocando por la falta de aire.
Sus ojos eran líquido azul y marrón. Estaba llorando y su cabello rubio se tiño de rosado con lo que tenía que ser mi sangre. Estaba pálido como un fantasma y sus manos estaban temblando cuando estaba tocando mi rostro. Nuestras miradas se encontraron y su boca se rompió en una sonrisa temblorosa.
—Por favor, está bien. Tienes que estar bien. Te amo demasiado, Siwon.
Él estaba suplicándome pero no había nada que pudiera hacer para reconfortarlo.
El movimiento de la ambulancia se detuvo y la extraña voz estaba de regreso.
—Estamos aquí. Tenemos que llevarlo a cirugía.
Quería gritar cuando los inusuales ojos de Heechul fueron reemplazados por los de la extraña. Me estaba moviendo, pero quería a mi chico. El cielo brilló por encima de mí por un instante y luego todo lo que pude ver fueron las tejas blancas del techo y lámparas industriales, a quien no vi más fue a Heechul y él era todo lo que quería.
—Creo que te dije que dejaras de enredarte con motociclistas enojados.
El bonito enfermero pelirrojo ahora se movía por un lado de mi cama. Era más conocido pero aun así no era quien yo quería
—Están listos para él en la sala de operaciones; solo tráiganlo de regreso. Tenemos que prepararnos y ponernos en camino inmediatamente.
Quería gritar que necesitaba a mi chico, que él tenía que saber que estaba bien, pero fui examinado un poco más y entonces ya no había más fuego, ni más hielo, había solo oscuridad, y estaba ido.
—Lee Siwon, si no despiertas en este instante para que pueda decirte que te amo, te juro que voy a ponerle a este bebé algún nombre ridículo como Kangura, Bugsy o Simba y voy a dejar que tu hermano se haga cargo de sus cortes de cabello hasta que sea lo suficientemente mayor para quejarse.
Podía respirar de nuevo. Dolía, realmente dolía, pero mis pulmones parecían estar inflándose y desinflándose por su cuenta. Abrí un ojo e inmediatamente deseé no haberlo hecho porque la luz detrás de la cabeza de Heechul me daba náuseas. Intenté decirle algo pero tenía algo metido en mi boca, así que lo único que podía hacer era mirarlo y parpadear. Realmente él era solo un borrón colorido contra un montón de cosas moviéndose continuamente dentro y fuera de foco.
Él seguía llorando, o tal vez llorando otra vez, pero estaba bastante seguro de que me había dicho que me amaba, así que no importaba. Sentí su mano en la mía y entonces el enfermero pelirrojo estaba a su lado revisando la máquina que estaba sonando en algún lugar sobre mi cabeza.
—Ahí está. Usted tiene más vidas que un gato, Sr. Lee. Seguro es un tipo con mucha suerte. No mucha gente podría perder tanta sangre y   estar aún con nosotros. Le dije a su novio que fuera a comprar la mayor cantidad de boletos de lotería que pudiera.
Claro que era afortunado, pero eso no tenía nada que ver con recibir un disparo y sobrevivir. Tenía todo que ver con la persona que estaba sosteniendo mi mano y mirándome como si fuera una especie de milagro. El enfermero se volteó hacia Heechul y puso una mano en su hombro.
—Cariño, está despierto. Necesitas cuidar de ti y de ese bebé. Ese es un gran obstáculo atravesado. No podemos quitarle el respirador hasta que sepamos que ese pulmón está estable, por lo que no será capaz de hablarte por un tiempo. Ve a casa. Toma una siesta. Él está en buenas manos. Además hay una sala de espera allí afuera llena de gente esperando para verlo. No va a estar solo. Te lo prometo.
Vi a Heechul parpadear. Se veía horrible… bueno, se veía hermoso y había dicho que me amaba. Incluso si fueron solo los analgésicos que estaba seguro me estaban inyectando los que me hicieron pensar que lo dijo, era lo suficientemente bueno. Él le sonrió al bonito enfermero y se inclinó para besar mi sien.
—Pero él es mío. —Su voz se quebró y me las arreglé para apenas mover los dedos bajo su agarre de muerte.
El enfermero ofreció una sonrisa amable. Él realmente era un joven increíblemente bonito y su genuina amabilidad parecía que se derramaba por esos suaves ojos café. Cuando Heechul murmuró su nombre con irritación.
—Lo sé, cariño, pero no le estás haciendo ningún bien a él o al bebé al no cuidar de ti mismo. Han sido un par de días, cariño. Todo esto son buenas noticias, créeme. Él no salvó tu vida solo para que te desmayes sobre nosotros y termines en una cama al lado de la suya. Confía en mí. No cualquiera puede decir que su hombre recibió una bala por él. —Hubo un indicio de envidia en el tono del enfermero—. Eres tan afortunado como él. Ahora ve a tomar un respiro. Me encargaré de tu novio.
No podía estar de acuerdo o en desacuerdo, pero entonces Heechul estaba suspendido sobre mi rostro y todo lo que podía ver eran los diferentes colores de sus ojos. El color turquesa estaba brillando tan fuerte que podía ver su Corazón en él, el marrón era aterciopelado y cálido y podía ver mi futuro claro como el día. Se inclinó y me besó en la máquina de plástico que me ayudaba a respirar dentro y fuera. Creo que eso me puso celoso de algún tipo de maquinaria médica. Pasó un pulgar sobre mi ceja y me sonrió. Eunhyuk tenía razón: las acciones eran importantes. Tenía que prestar más atención.
—Estaba tan enojado de que siguieras teniendo la última palabra en todas las discusiones que parecemos tener, pero esto, Dios, esta es una manera extrema de ganar una pelea.  —Me habría reído si hubiera podido hacerlo—.   Te amo. Necesito que lo sepas. Por favor, lo sabes. Lo que le dije a Hangeng… fue estúpido e irreflexivo. Estaba actuando como un tonto como él. Te he amado desde el principio; solo que era demasiado cobarde para admitirlo. Eres mi familia, mi todo, Siwon, tienes que saber eso.
Su voz cayó una octava y las lágrimas inundaron sus ojos otra vez. Todo lo que podía hacer era parpadearle. Lo supe antes que lo dijera. Estaba siendo un típico chico terco y ciego. Me besó en la frente otra vez y desapareció después de decirme que regresaría tan pronto como pudiera. Debió haber estado exhausto porque mi chico no accedía tan fácilmente.
El enfermero regresó. Estaba tomando mis signos vitales y escribiendo en mi historia médica. Me miró y sonrió.
—Esa es una bola de fuego de novio que tienes ahí. El equipo de Cirugía jugaba con pajitas para ver quién saldría y le daba las actualizaciones a él y a tu familia. Creo que en realidad los tenía asustados.
Sonaba como mi chico.



3 comentarios:

  1. Jajajajaja estoy segura de que todo el grupo tenia asustados a los doctores

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  2. Ahhhh
    Siwonshis vio a su hermano Eun~
    TT_______TT
    Ojala y lo recuerde!!!!
    Jajajajaja me imagino al tipo que le disparo, cagado de miedo, entregándose a la policía!
    Jajajajaja jajajajaja
    No puedo con Hee~

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  3. Oh...que emotivo,que lindo,que perfecto momento
    Eso quiere decir que Siwon estuvo al borde de la muerte...pero Eunhyuk vino a salvarlo.
    Le ha dicho las palabras correctas al igual que Hee
    Lo que Siwon necesitaba para luchar y seguir adelante.
    No esta solo,nuca lo estará.
    Gracia a dios ese tipo se entrego por si solo...sino...yo misma lo mataria
    ¿El enfermero es Min verdad?...Siwon lo reconoce de cuando la paluza en el bar.
    Ya me imagino a Hee esperando noticias de Siwon
    Pero ya esta mejor...los doctores ya no deben tener miedo😂😂😂😂

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...