Sapphire Wolf (T2)- 13




—Comiencen con Vancomicina y Fentanilo intravenoso veinticinco microgramos en bolo, al sentirse
mejor continúen la infusión a 3 microgramos por hora. Luego cúbranlo con mantas de enfriamiento.
Vamos a tratar de bajar su temperatura. Si comienza a temblar, reemplázalas con mantas regulares.

El doctor Lee estaba dando órdenes a medida que seguía vigilando la condición de Teukkie. No tenía
ningún problema decidiendo sedarla dada la cantidad de dolor que tenía; el hecho de que sería más fácil
trasladarlo era sólo un extra.

Mientras que las enfermeras seguían sus órdenes, se metió en una habitación vacía y llamó a Jihoon.
Él contestó al primer timbre.

—Tuve que traerlo a la UCI. Tengo que conseguir que se estabilice y luego sacaré a las enfermeras del camino para que puedas venir y trasladarlo —explicó Hongki.

—¿Qué quieres decir con estabilizarlo? ¿Qué le pasa? —La voz de Jihoon era baja, y Hongki no podía decir si era preocupación en su voz o algo más.

—La sangre humana que se le administró a través de una transfusión está atacando su cuerpo.

—¿Puedes arregarlo?

—Sí, voy a decirte cómo una vez que estés en tu camino a Denver. Voy a mandarte un mensaje de texto cuando yo esté listo.


Jihoon oyó la línea cortarse cuando el doctor Lee colgó. No podía creer que algo estaba realmente mal con Teukkie. ¿Era su culpa? No, se dijo, tú no losiciste darle la transfusión. Eso fue algo que pasó, una de esas situaciones sin culpa. Además, el doctor Lee dijo que podía arreglarlo, eso es lo único que importaba. Teukkie estaría bien, y sería suyo. Se sentó en una silla mientras esperaba en la oficina por el mensaje de texto que lo llevaría un paso más cerca de su meta.



—¿Estás seguro de que esto va a funcionar? —le susurró Donghae a Hee mientras caminaban por el pasillo.Habían tenido un golpe de suerte cuando Donghwa, el lobo que Junjin puso en la puerta se había apartado para ir al baño.

—Por supuesto que va a funcionar, es mi idea —dijo Hee con confianza.

—Claro, ¿como ese verano que decidiste que sería una buena idea escaparse e ir a acampar?

—Oye, todo salió bien. Fue sólo un poco de fuego —dijo Hee descuidadamente.

—¿Un poco de fuego, Hee? ¿En serio? Quemaste tres hectáreas, el maldito departamento de bomberos tuvo que conseguir uno de esos aviones fumigadores para verter agua sobre ellas, ¿y dices que eso salió bien? —El susurro de Donghae era ahora más un grito susurrado.

—Bien, se salió un poco de control. Esto no es nada como eso. Es una simple op de entrada y salida.

—¿Acabas de decir op de entrada y salida? —preguntó Donghae con sarcasmo.

—Sí, ya sabes, como operación. Llegamos y nos vamos sin ser detectados.

—Oh, bueno, una vez que lo pones de esa manera, no sé por qué siquiera estaba preocupado.
—Donghae entornó los ojos, claramente sin conformarse en lo más mínimo por las palabras de Hee.

Siguieron caminando por pasillo tras pasillo. Todos ellos estaban empezando a tener el mismo aspecto.

—¿Siquiera sabes dónde está la UCI? —preguntó Donghae finalmente.

—No, pero pensé que tendrían las señales con flechas que dijeran “usted está aquí”, y luego te señalaran el camino en la que tenías que ir. Ya sabes, como en el centro comercial.

—Lo dice el genio que planeó nuestra op de entrada y salida. —Donghae respiró hondo y soltó el aire
lentamente.

Cuando Hee dobló una esquina, vio a un hombre en bata acercándose a ellos. Antes de que Donghae
pudiera ser vista la empujó hacia atrás.

—Ve —susurró.

—¿Qué? —jadeó Donghae.

—Ve, hay un enfermero o médico viniendo por este camino. Voy a distraerlo. Sigue como habíamos
planeado.

Donghae vaciló.


—¿Vas a decepcionar a Teukkie, Donghae? ¿Dejarlo totalmente solo, asustado en esa habitación
desconocida? —Hee sabía que el sentimiento de culpa haría el truco y por supuesto…

—A veces quiero darte un puñetazo en la cara, Kim Heechul —gruñó entre dientes cuando se volvió y caminó en la dirección opuesta.

—Yo también te quiero —susurró Hee, y luego añadió rápidamente—: Son las 11:00 p.m. Ahora,
encuéntrame de nuevo en la habitación en una hora y media. —Donghae levantó la mano en
reconocimiento, pero siguió caminando.

Donghae caminó lo más rápido que pudo por el pasillo y, doblando la esquina, casi chocó con dos
grandes puertas con las letras UCI etiquetándolas. Bueno, pide y recibirás, pensó mientras empujaba
suavemente las puertas para ver si se podían abrir. No lo hicieron.

El optimismo a ultranza nunca le hizo ningún bien a nadie pero valía la pena intentarlo. Miró a lo largo de las paredes a ambos lados de la puerta porque se había dado cuenta que muchas de las puertas del hospital estaban automatizadas con un botón para que no tuvieras que empujarlas para abrirlas.

Al examinar la pared a la derecha de las puertas, los vellos de la nuca de Donghae comenzaron a
levantarse. Se sintió como si estuviera siendo observado. Comenzó a darse vuelta pero antes que
pudiera sintió la presión en su cuello, y luego la oscuridad y el silencio la envolvieron.



Donghwa estaba de pie en frente de la habitación en la que los amigos de Teukkie se alojaban cuando
escuchó el ascensor sonar para anunciar su llegada. No pudo evitar su instinto natural de asumir
una postura defensiva cuando él estaba protegiendo algo. Cuando nadie salió inmediatamente del
ascensor, su lobo se puso alerta. Olió el aire y agudizó el oído. Podía oler un humano y oír su respiración.

Había alguien en el ascensor, alguien no consciente por el sonido de su lenta respiración. Se movió
con rapidez antes de que las puertas pudieran cerrarse y un flujo constante de maldiciones en su
lengua nativa comenzó a fluir de su boca al ver a uno de los amigos de Teukkie de forma inmóvil en el suelo, el que se llamaba Donghae.

Rápidamente lo tomó en sus brazos y corrió hacia su habitación. Llamó a la puerta antes de abrir, con
la esperanza de que iba a escuchar al otro, el bocazas que llamaban Hee, responder. La respuesta fue
más fuerte que lo que las palabras podrían haber sido. Donghwa había aprendido que a veces el silencio es el peor tipo de ruido. Abrió la puerta lentamente, sólo para confirmar sus temores.

La habitación estaba vacía.

Llevó a Donghae y lo depositó en una de las camas, comprobó su pulso y lo observó durante unos
segundos para asegurarse de que su respiración era estable. Entonces, tan silenciosamente como entró, se fue. Al mismo tiempo, el silencio que llenaba la habitación le gritaba.

Una vez en el pasillo debatió una y otra vez en su mente la posibilidad de ir a buscar a Hee o llamar a
Junjin o Siwon y hacerles saber lo que estaba pasando. Sólo podía imaginar la ira que Siwon derramaría sobre él. Sus acciones hacia Hee podían no ser evidentes para él, pero todo el mundo las veía, y si se enteraba de que estaba perdida, destrozaría a Donghwa en pedazos. Tal vez pueda esperar sólo un momento para ver si vuelve, si no entonces entraré en pánico. En el fondo de su mente sabía que debía llamar a su Alfa, pero el miedo lo contuvo.



Hee se giró hacia el hombre que se le acercaba. Al él acercarse, se dio cuenta que era muy lindo y no
mucho mayor que él. Los dioses traviesos estaban sonriéndole esta noche.

—Te das cuenta que no se supone que estés yendo a la UCI a esta hora, ¿no? —le preguntó,
totalmente sobresaltándolo.

—¿La UCI? —dijo Hee estúpidamente.

—Sí, esa es la única cosa en la dirección en la que tu amigo acaba de ir. — Cuando Hee no respondió pero se quedó allí mirando de atrás y adelante entre la dirección en la que Donghae se había ido y de vuelta al chico guapo, él volvió a hablar—: Será mejor que yo vaya por él para evitar que se meta en problemas. Tienes que dirigirte de nuevo a donde sea que se supone que estás.

La parte sobre él yendo y trayendo a Donghae fue lo que finalmente lo sacó de su trance. Hee le tocó el brazo para llamar su atención y cuando lo miró, esbozó su más seductora y adoradora sonrisa.

—Está bien. —Hizo una pausa para mirar su tarjeta de identificación—. Matt. Me has atrapado. Estaba fuera vagando por el hospital porque estoy alucinantemente aburrido. Estuve en un accidente de auto y he estado atrapado en cama y finalmente tengo permitido levantarme y moverme. Así que aquí estoy yo todo un patético en busca de un buen rato —se detuvo y le guiñó un ojo, provocando un completo rubor—, en un hospital. ¿Por casualidad no sabes dónde puedo encontrar un buen rato que tal vez venga con un par de copas? —dijo Hee con su voz más esperanzadora.

El tipo llamado Matt miró a Hee, luego al pasillo detrás de él, claramente dividido por hacer lo correcto y lo divertido. Por suerte para Hee, era muy bueno en convencer a los chicos para hacer la cosa divertida.

—Bueno, estoy a punto de terminar mi turno —comenzó, pero Hee lo interrumpió con un chillido.

—¡Yey! Mira, esto fue el destino. Ibas a dejar el trabajo y estar aburrido, y yo iba a tener que
sentarme en mi cama solo y estar aburrido, pero en cambio nos encontramos. Bastante
impresionante si me preguntas. —Hee le sonrió con adoración. Envolvió su brazo con el suyo mientras decía—: Lidera el camino, guapo.

Matt se la llevó a una habitación marcada con «Dietética» en negrita.

—Tenemos cerveza que se mantiene en los pisos para las personas que entran y son alcohólicos.

—¡Cállate! ¿En serio? —preguntó Hee.


—Sí, aunque los doctores tienen que escribir una prescripción para ello. No es la mejor pero servirá en un apuro. —Él le sonrió y Hee vio que tenía hoyuelos. Gimió para sus adentros, si tan solo no le hubiera entregado su corazón a otro.

Espera, qué demonios, no le había entregado su corazón, ¿en qué estaba pensando?

Matt interrumpió su diálogo interior cuando lo tomó de la mano, y después de haber llenado su mochila con cerveza lo sacó de la habitación y siguió por otro pasillo. Llegaron a una pequeña área de espera escondida en una esquina donde era prácticamente imposible ver. Matt puso en el suelo su mochila y sacó dos cervezas. Le entregó una y se quedó con la otra para sí mismo. Hee se sentó en el sofá de dos plazas y miró a Matt sobre el borde de la lata de cerveza mientras tomaba un sorbo.

—Entonces, Matt, ¿qué haces exactamente?


Cuatro horas, 12 cervezas, y dos bolsas de Cheetos después…

Matt estaba sentado en el asiento junto a Hee mientras él divagaba sobre hombres lobo y cuán mandones eran. Cuando finalmente se detuvo, Matt aprovechó su silencio colocando sus dedos debajo de su barbilla y girando su rostro hacia él. Los ojos de Hee se abrieron de par en par cuando empezó a inclinarse hacia él.

—¿Alguien te ha dicho lo guapo que eres? —le preguntó Matt. Hee se rió.

—De vez en cuando. —Hee volvió la cabeza, inclinándola ligeramente a un lado y preguntó—: ¿Qué estás haciendo?

—Voy a besarte —respondió sin rodeos.

—Eh, bueno supongo que está bien. Es por Teukkie, después de todo.

Matt lució confundido por su declaración, pero Hee no estaba negándose, así que él lo tomó como si
estuviera claro. Se inclinó el resto del camino y presionó sus labios en los suyos con firmeza. Hee se
acercó a él y le permitió separar sus labios con su lengua. Este beso duró varios segundos, pero Hee se apartó bruscamente cuando sintió la mano de Matt deslizándose bajo el dobladillo de su camisa y
rozar su piel.

—Oh, no creo que esté lo suficientemente borracho para eso, muchachote —bromeó.

—No puedes culpar a un hombre por intentarlo cuando hay un hermoso joven sentado junto a él,
¿verdad? —Matt le guiñó un ojo.

Hee se levantó entonces y habría caído si Matt no lo hubiera estabilizado.


—Vaya, el suelo está mojado. Eso no puede ser seguro. Probablemente deberías decirle a alguien que lo supervise —le dijo mientras continuaba tratando de mantenerse en pie.

—Ajá. Hee, creo que es hora de que te lleve de vuelta a tu habitación.

—Habitación, habritación, me estoy divirtiendo. ¿No te estás divirtiendo, Matty? —Sorprendentemente, Hee borracho todavía era capaz de coquetear.

—Definitivamente me estoy divirtiendo, pero no quiero que alguien se preocupe por ti si van a tu habitación y te has ido. Vamos, señálame la dirección correcta y le acompañaré con seguridad, mi joven señor.

—Oooh, eres mi caballero con brillante armadura. —Hee se rió.

—Así es, hermoso. —Matt sonrió y envolvió su brazo alrededor de su cintura para ayudarle a sostenerlo, y comenzó a caminar con él en la dirección que señalaba. Deambuló todo el camino y cuando por fin se acercaron, Matt se congeló al ver a un gran hombre de pie delante de la puerta que indicaba, con los brazos cruzados sobre un pecho ancho. Matt tragó saliva mientras seguía adelante.

—¡Hola! —Hee hizo señas al hombre y se rió cuando él levantó un labio hacia él y gruñó.

Matt dejó de moverse hacia adelante, y cuando Hee se dio cuenta que estaba nervioso, salió de su agarre y señaló:


—Matty, no te pongas nervioso, ese es sólo Tonnghua. —Se dio la vuelta y lanzó un beso al hombre
—. Sólo está de mal humor.

Hee siguió adelante y cuando alcanzó al hombre, sonrió grande y le dio un abrazo, el cual parecía
extraño porque el hombre se quedó tieso como una tabla.

—Oye, Tongua, ¿cómo has estado? —dijo Hee mientras renunciaba a su agarre sobre él.

—Es Donghwa —gruñó él—, ¿y qué estás haciendo con eso? —Donghwa señaló a Matt con un gruñido digno de Siwon.

—Oh, ese es Matty. Él es mi nuevo amigo, ¿no Matty?

—Uh, bueno, sí. Pero sólo amigos, hombre, y yo sólo quería asegurarme de que regresara bien, así
que me voy entonces. Adiós, Hee. —Matt habló rápidamente y comenzó a retroceder. Él le dio un
último saludo y se volvió de prisa en su camino.

Donghwa volvió la mueca hacia Hee.

—Es mejor que vuelvas allí dentro antes de que Siwon descubra que te fuiste con un tipo.

—Oh, Tongua, deja de ser un angustiado preocupado. —Hee se tambaleó hacia delante y Donghwa
lo atrapó. Se estiró hacia atrás y giró el pomo de la puerta de su habitación, empujándolo
suavemente adentro.

—Vete a la cama y no te metas en problemas —gruñó de nuevo.

—¿Qué pasa con ustedes los lobos y su estado de ser mandones? Se pone viejo, ya sabes. Oye,
Tongua, ¿la habitación está girando o tú estás girando? Si eres tú, ¿podrías quedarte quieto?
—Hee estaba tambaleándose sobre sus pies.

Donghwa tomó su mano y lo llevó a la cama más cercana.

—Él va a rasgarme la garganta con sus manos —dijo, murmurando en voz baja mientras lo depositaba en la cama y dio un paso atrás.

—Nah, él no va a rasgar tu garganta. —La embriaguez de Hee no le evitó comprender de que estaba
hablando de Siwon, aunque sus palabras fueron muy mal pronunciadas—. No va a ser tan rápido al
respecto. Jesús, Tonga. ¿No lo conoces mejor que eso? Cuando está en modo de oso gruñón quiere
infligir dolor. Lo veo cada vez que me mira en inspección, espera, eso no está bien. Cuando mira a mi… bueno lo que sea que termina en “ción”. El punto es el dolor. Bien, ahora deja de girar.

Donghwa se dirigió a la puerta para salir, pero se volvió antes de cerrar la puerta tras de sí.

—¿Vas a estar bien?

Hee le dio un pulgar en alto.

—Estoy mejor que bien, Tonga. Estoy fantabulísimo. —Donghwa negó con la cabeza mientras cerraba la puerta.

Hee se puso de pie y se tambaleó hacia la pila de ropa tirada en la otra cama. Por alguna razón, una
ducha parecía una idea espléndida. Al llegar a su ropa, notó un bulto bajo las sábanas. Se inclinó hacia delante y empujó el bulto, hubo un gruñido y luego nada más. Bueno, pensó, es un bulto, y aunque probablemente debería investigar, se figuró que el bulto seguiría allí cuando terminara con su ducha. Asintiendo, se dirigió a la ducha… sin la ropa que había recogido y dejado mientras empujaba el bulto.



Kangin se paseó por la sala de espera de la UCI mientras Siwon y Junjin jugaban a las cartas. Miró en su dirección y gruñó.

—Kangin, no es que no nos importa, pero este espacio se haría bastante pequeño si los tres de
nosotros estuviéramos paseándonos, y las cartas mantienen nuestras mentes ocupadas. Así que
mantén tus gruñidos para ti mismo —gruñó Junjin de regreso.

—Es sólo que me está volviendo loco —admitió Kangin—. La espera constante, el no saber. No puedo captar ninguno de sus pensamientos, está poniendo a mi lobo muy inquieto.

—El doctor la debe haber sedado, lo cual es una buena cosa ya que él estaba con mucho dolor. Él  estará bien, Kangin. Sabes que haré lo que sea que está en mi poder para mantenerlo sana y salva.

—Lo sé, gracias —dijo Kangin a su padre.



El teléfono de Jihoon vibró, indicándole que tenía un mensaje de texto. Él lo tomó y miró a la pantalla iluminada.

Ven al 4to piso. Usa el elevador del personal para evitar la sala de espera, abriré las puertas.


Jihoon se levantó y puso su teléfono en el bolsillo de la bata que el doctor Lee había dejado para él.
Agarró las llaves del auto que le habían prestado y se dirigió hacia el cuarto piso.

No pudo evitar estar nervioso con Junjin y sus lobos todavía en el hospital. Cuando las puertas del
ascensor sonaron y se abrieron, salió e inmediatamente se congeló. Uno de los amigos de Teukkie estaba parado delante de las puertas que tenían la palabra UCI en ellas, tratando de encontrar una manera de abrirlas. Si estaba tratando de colarse, estaba muy asquerosamente equivocado en ello.

Él se movió sigilosamente detrás, su lobo ayudándolo a ser silencioso mientras acechaba a su presa. Justo cuando el joven estaba a punto de voltearse, Jihoon puso sus manos en el punto entre su cuello y hombro, y lo apretó. Él se desplomó como una casa de naipes. Lo cogió antes de que golpeara el piso y la única cosa en la que pudo pensar en hacer fue ponerlo en el elevador y golpear el botón que lo llevaría devuelta a su piso y esperar que estuviera bien. Colocó su cuerpo flojo en el piso del elevador y presionó el botón de su piso y miró mientras las puertas se cerraban. Eso era un imprevisto que él no había estado esperando, pero no podía preocuparse por eso ahora. Él caminó de regreso a las puertas de la UCI y escuchó un timbre y las puertas se abrieron.


Directamente delante de él estaba la estación de enfermeras, un escritorio circular les daba una clara vista de cada habitación acristalada. El doctor Lee estaba esperando en la puerta de una habitación directamente a su derecha.

—Él está fuertemente sedado. Lo tengo conectado a un goteo intravenoso para mantenerlo sometido. También supuse que como él tendría que tener fijada la intravenosa si ésta se detiene, tendríamos que tener una razón para estar sacándolo del hospital, así que falsifiqué documentos de transferencia a la unidad de quemados en el Hospital de Niños en San Antonio. No es del todo creíble pero nos comprará algo de tiempo si nos detectan.

Jihoon estaba impresionado con la previsión de el doctor.

—Gracias.

—Sólo terminemos con esto —gruñó el doctor Lee.

Jihoon se preguntó si la buena conciencia de el doctor estaba fastidiándolo. Pensó en recordarle acerca de lo que Kangin le había hecho a su hermano, pero decidió que sería mejor mantener su boca cerrada, llegar a Teukkie, e irse.

El doctor Lee había llevado una camilla en la pequeña habitación, justo a la derecha contra la cama en la que Teukkie estaba recostado. Jihoon pensó que se veía pálido, incluso con su piel rosada en proceso de curación.

—Necesito que agarres ese extremo de la sábana y a mi cuenta, jales. Lo deslizará suavemente —estaba diciéndole el doctor Lee mientras miraba al joven que él había elegido como su compañero.


Jihoon agarró el extremo como se le instruyó y jaló suavemente a la cuenta de tres de el doctor. Lo
cubrió con una manta hasta el cuello y el doctor Lee colocó una máscara de oxígeno en su rostro. Dijo que era sólo para ayudar a que fuera más difícil de identificar a Teukkie. Empezaron a rodar la camilla fuera y a Jihoon le impresionó entonces que ahí no hubiera nadie más alrededor.

—¿Dónde están las enfermeras?

—Solo hay dos enfermeras en la UCI por la noche y envié a una a buscarme unos antibióticos de la
farmacia, y a la otra a mi oficina para que me consiga mi teléfono.

—Pero tienes tu teléfono —dijo Jihoon antes de pensar.

—Sí, pero ella no sabe eso, ¿cierto? Ahora apresúrate antes de que ellas vuelvan —le dijo mientras
empujaba la puerta hacia la habitación en que Teukkie había sido encerrado.

Ellos empujaron la camilla por las puertas contrarias a las que Jihoon había llegado. Los llevó directo
hacia un elevador que tenía las puertas abiertas sostenidas por una gran papelera de acero. El doctor
Lee estaba delante del juego, a Jihoon le gustaba eso.

Mientras se montaban, el sonido de la música del elevador se filtró por los altavoces y a pesar de que
la música pretendía ser calmante, estaba irritando los nervios de Jihoon, y él solo quería arrancar los
altavoces. Cálmate, se dijo, ya casi termina.

Las puertas del elevador se abrieron y empujaron la camilla por un pasillo con chillones luces
fluorescentes que brillaban contra las paredes blancas y pisos de linóleo blanco. Jihoon podía escuchar los sonidos emanando del final del pasillo. La sala de urgencias, pensó. Giraron hacia la derecha y rápidamente rodaron la camilla lejos del ruido. El pasillo parecía durar para siempre, a pesar de que Jihoon sabía que realmente no era tan largo. En ese momento, empujando la camilla con Teukkie en ella hasta cinco metros serían muy largos.

Justo cuando él pensó que tendría que despegar a toda velocidad, estuvieron finalmente delante de las
puertas que los llevarían hacia el auto que él tenía esperando por ellos. El doctor Lee presionó un botón en la pared y las puertas se abrieron automáticamente.

Jihoon había estacionado la camioneta directamente a la izquierda de las puertas, y mientras ellos
maniobraban a Teukkie por encima de la puerta trasera del lado del pasajero, Jihoon se dio cuenta que con Teukkie enfermo, las cosas solo se volverían mucho más complicadas, así que tomó una decisión a medio segundo.

Cuando el doctor Lee caminó hacia su extremo de la camilla para así ella poder obtener la bolsa de
intravenosa y colgarla en el gancho de ropa en la parte superior de la ventana del asiento de atrás, Jihoon lo agarró por el cuello. Él se congeló mientras sentía las garras de Jihoon perforar su piel, un hilillo de sangre se deslizó por su garganta.

El no sabía qué diablos estaba tramando Jihoon, pero supo que su trabajo en este juego había
cambiado, y no para su beneficio.

—No puedo manejar todas estas medicinas para Teukkie, así que hasta que me digas qué necesito
hacer para que mejore vienes con nosotros —gruñó Jihoon por lo bajo, sus ojos comenzando a brillar.

Su lobo naturalmente quiso rendirse, pero Hongki sólo quería escupirle en la cara. Miró hacia abajo a
Teukkie. El chico de verdad estaba muy enfermo y no mantenía ninguna mala voluntad contra él, sólo pasó a estar atrapado en el fuego cruzado. Una vez más para justificar sus acciones, y aliviar su
conciencia culpable, cumpliría con Jihoon.

—De acuerdo, iré contigo. Pero tan pronto como te haya enseñado qué necesitas hacer para curarla,
me voy, ¿entendiste?

Jihoon le dio a su cuello un apretón más por si acaso.

—Ya veremos, doc —le dijo, su mirada prometiendo represalias si no mantenía su final del trato.

Cargaron a Teukkie en el asiento trasero. El colgó la bolsa de intravenosa del gancho de ropa encima
de la ventana, luego subió en el lado del pasajero tomando una profunda respiración y soltándola
lentamente. En qué me he metido, pensó Hongki para él mismo. Observó a Jihoon empujar la camilla
de vuelta a la acera, no molestándose en llevarlo de nuevo al hospital.

Él caminó hacia el lado de la puerta del conductor y subió al vehículo. Sin una palabra encendió la
camioneta, la puso en marcha y se deslizaron en la noche mientras el compañero de Teukkie
esperaba en vano escuchar las noticias de su bienestar. Hongki no podría haber detenido la lágrima
que se deslizó por su mejilla así él hubiera querido.



1 comentario:

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...