Pasión de Luna (DH6)- Final




—¡Comida!

Kwanghee se volvió ante el alegre grito de una voz que reconocía.

La amiga de Shin, Simi, apareció por la puerta con una resplandeciente sonrisa. Su largo cabello negro estaba trenzado a cada lado de su rostro, y tenía un brillante par de cuernos rojos en la cabeza. Vestía una falda corta de PVC negro, con calzas de rayas negras y púrpuras hasta el muslo, que desaparecían dentro de un par de estropeadas botas de combate. Tenía una camisa de red y un apretado corsé rojo.

Kwanghee notó que varios miembros del clan de los osos tenían expresiones tensas en el rostro.

—Muy bien, Kevin —le preguntó en voz baja—. ¿Qué es Simi? ¿Animal, vegetal, o mineral?

—Otro —dijo él riendo—. Es un demonio. Literalmente.

—Que alguien cuente a los cachorros —gritó Taeyang.

—Oh, bah —le dijo con desdén Simi—. No voy a comer ningún alimento peludo mientras ustedes tienen aquí las cosas buenas.

Abrió el enorme bolso negro que llevaba y extrajo una botella extra grande de salsa de barbacoa.

Simi pasó meneándose entre la multitud hasta que vio a Kwanghee. Chilló de alegría.

—¿Ahora también juegas aquí, Kwanghee? ¿Tienes alguna de esas geniales cositas brillantes?

—No, Simi. Están en mi tienda.

La niña hizo pucheros y giró hacia Shin.

—¿Akri? ¿Podemos volver a visitar la tienda de Kwanghee?

—Seguro, Simi. Pero no hoy. Kwanghee está aquí y no allá.

—Oh. Muy bien. ¿Simi puede comprar todo lo que quiera?

—Por supuesto.

Simi sonrió ampliamente, y luego comenzó a brincar como una pequeñita.

—¡Muy bien, bailen todos! Tú también, Akri.

De pronto, comenzó a sonar “Aftermath". Todos en el bar gruñeron, excepto Simi, quien rió alegremente. Tomó la mano de Shin y lo empujó a la pista de baile.

—¡Ahora todos! —dijo Simi.

Lentamente, el resto de los habitantes del bar fueron hacia la pista de baile. Kwanghee se asombró cuando Kevin lo tomó de la mano y lo llevó allí.

—Kevin…

—Cuando Simi dice "a bailar", todo el mundo baila.

—Y un demonio —gruñó uno de los hombres morenos más malhumorados, desde su silla en la mesa que estaba junto a ellos—. Yo no bailo para nadie. —Apenas hubo dicho esas palabras, dio un salto y comenzó a palmearse la entrepierna, como si estuviera incendiándose—. Maldito seas, Shin —le gruñó.

Shin sonrió con afectación.

—La dama dijo que bailaran. Trae aquí tu trasero de pantera.

Kwanghee rió mientras todos, incluyendo a Shin, comenzaban a bailar. Tenía que ser el momento más extraño de su vida.

Cuando hubo terminado, Simi corrió con su salsa de barbacoa a una de las mesas y tomó un pavo entero para sí misma.

—Es nocivo el modo en que malcrías a esa demonio, Shin —refunfuñó uno de los presentes.
Shin encogió los hombros afablemente y se dirigió a donde Simi estaba sentada, devorando su pavo.

Kwanghee y Kevin se sentaron junto a Dongjun mientras todos hacían fila por la comida.

—Ya estoy satisfecho —dijo Kwanghee.

—También yo —concordó Kevin.

Así que se sentaron y conversaron con los osos mientras comían.

Las charlas resonaron en la habitación hasta que los oídos de Kwanghee zumbaron por la alegre cháchara y la música.

De pronto, todos se quedaron callados.

Kwanghee vio que la mandíbula de Kevin se aflojaba mientras miraba fijamente la puerta de la cocina.

Giró la cabeza para ver a un magnífico hombre acercándose a ellos. Era un poquito más alto que Kevin y tenía cabello negro y desgreñado. Tenía los brazos envueltos a su alrededor de manera protectora, y vestía una camisa negra de mangas largas y vaqueros.

Su mirada estaba concentrada en él y en Kevin mientras caminaba lentamente a través de la gente sin hablarle a nadie.

Se detuvo junto a ellos. Sus ojos estaban llenos de dolor y melancolía mientras extendía la mano hacia Kwanghee.

Con la mano temblando, Kwanghee se estiró hacia él.

—Es hermoso, Kevin —dijo Hyunsik, con la voz ronca—. Me alegra que lo hayas encontrado.

Kevin se puso de pie, pero su hermano retrocedió.

—¿Hyunsik? —preguntó Kevin. Él se alejó de ellos.

Kwanghee no podía respirar mientras lo veía abrirse camino hacia la cocina, donde Minwoo estaba esperando. El joven oso puso sus brazos alrededor de él y, para asombro de Kwanghee, Hyunsik le permitió sostenerlo mientras regresaba a la Casa Ha.

—¿Estás bien? —le preguntó Kwanghee a Kevin mientras éste se sentaba. Una sonrisa bailó en la comisura de sus labios.

—Sí. Por primera vez en mucho tiempo, creo que sí.

—Bien —dijo Dongjun—. Porque si está saliendo con Ha Minwoo, Hyunsik nos necesitará a los dos para evitar que los osos lo despellejen.

La banda, que estaba compuesta por varios animales, subió al escenario y tomó sus instrumentos.

Mientras los afinaban, un pequeño mono fue corriendo hacia Kwanghee y saltó sobre su hombro.

—Hola —le dijo—. No sabía que había Were-Monos.

—No hay —dijo un chico alto y delgado mientras estiraba el brazo hacia el mono. Kwanghee recordaba que se lo habían presentado antes. Se llamaba Taeheon—. Él es el único no-were en el bar.

El mono subió por su brazo y se posó sobre su hombro.

—Oh, lo siento.

Taeheon le sonrió.

—Está bien. También me llevó mucho tiempo acostumbrarme a la gente de este lugar.

Kwanghee lo observó mientras se alejaba.

La banda prorrumpió con la primera tanda de canciones.

—Ven aquí, Kevin —dijo Colt en el micrófono—. Y canta por tu cena.

Kevin parecía un poquito avergonzado antes de dejarlo y unirse a ellos en el escenario.

—No sabía que podía cantar —le dijo a Dongjun.

—Yo tampoco.

Esperaba que Kevin cantara alguna canción clásica de rock, así que, cuando comenzó a entonar "The Story of My Life" Kwanghee sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas. Kevin no estaba cantando por su cena.

Estaba cantando para él.

Taeyang fue hacia él y lo empujó hacia el escenario.

Kwanghee no podía respirar mientras escuchaba a Kevin. Tenía una voz hermosa y, cuando terminó su canción, lo subió al escenario con él. Allí, frente a todos los Were-Hunters, se arrodilló.

—Sé que estamos unidos por la costumbre Were-Hunter, pero quería asegurarme de hacer esto bien para ti, nene.

Depositó el micrófono sobre el escenario y extrajo un anillo de su bolsillo.

Kwanghee sintió que las lágrimas caían por sus mejillas mientras él colocaba el solitario de diamante redondo en su dedo.

—Te amo, Hwang Kwanghee, y quiero pasar el resto de mi vida demostrándote cuánto te necesito. ¿Te casarías conmigo?

Él no podía dejar de llorar. Diablos, apenas podía verlo en medio de las lágrimas. Lo único que podía hacer era asentir como un bobo histérico.

Creyó que Kevin estaba sonriendo, pero no estaba seguro.

—Está bien —dijo Kevin por el micrófono—. También lloró así el día que lo conocí. Creo que es algo bueno para los humanos.

—Ahhh, yo también lloraría si tuviera que verte cada día durante el resto de mi vida, Kevin —dijo Colt.

Ignorándolo, Kevin se puso de pie y le secó las lágrimas con sus manos.

—Estoy mejorando en esto, Kwanghee. Esta vez no te metí el dedo en el ojo.

—No —dijo, sorbiendo las lágrimas—, no lo hiciste.

Él lo besó suavemente, y luego lo apartó del escenario. Shin se encontró con ellos junto a Simi, que también estaba llorando.

—Eso fue hermoso —le sollozó histéricamente a Kevin. Luego giró para enfrentar a Shin —. Akri, la Simi quiere que alguien le proponga matrimonio a ella de ese modo. Ve a buscar a ese modelo para mí, y oblígalo a hacer eso, también. ¡Por favor!

—Te lo dije, Sim, no puedes simplemente apartar a los humanos de sus vidas.

—Pero Kevin se llevó a Kwanghee.

—No, Sim. Kwanghee eligió a Kevin.

—Entonces ve a hacer que él me elija.

—No puedo hacer eso. No estaría bien.

La demonio le lanzó un bufido antes de ver a uno de los osos trayendo un pastel de la cocina. Sus lágrimas se secaron instantáneamente.

—Ooohhh —susurró Simi, mirando el pastel con hambre—. Chocolate. Mi favorita. Tengo que irme ahora. Adiós.

Shin rió mientras Simi corría y literalmente atacaba al pobre oso que llevaba el pastel. Se lo quitó de las manos y fue hacia un rincón para estar sola con el.

Sacudiendo la cabeza, Shin se volvió hacia ellos.

—Tu padre no volverá a molestarte, y quería felicitarlos nuevamente a ambos.

—Gracias, Shin —dijo Kevin, extendiendo la mano hacia él.

Shin asintió mientras se la estrechaba.

—A propósito, no necesitas preocuparte.

—¿Acerca de qué? —preguntó Kwanghee.

—Tendrás bebés, y no cachorros. Y nada de camadas.

Kwanghee estaba más aliviado de lo que hubiera creído posible.

—Gracias.

—Cuando quieras.

Shin los dejó y tomó una tarta de una mesa, la que le llevó a Simi, quien lo miró con el rostro cubierto de chocolate. Literalmente aspiró el pastel en menos de diez segundos.

Kevin pasó su brazo alrededor de los hombros de Kwanghee. Mientras regresaban a la mesa donde Dongjun y Cujo estaban compartiendo un trozo de bistec, Kwanghee comenzó a reír mientras miraba su nuevo zoológico y familia.

—¿Qué sucede? —preguntó Kevin.

—Nada. Simplemente pensaba que le he tirado mi vida completamente a los perros, y no querría que fuera de ninguna otra manera.



Kevin se desplazó al pasado. No le tomó mucho esfuerzo encontrar a sus padres. Después de todo, Shindong no se había molestado en proteger su olor de él y ellos sólo habían estado ahí, juntos, por aproximadamente una hora.

El líder de los Dark Hunter había secuestrado a los dos Were-Hunters en una aislada isla en el siglo quinto. Ninguno de ellos tenía el poder para marcharse de la isla o del período de tiempo.

Este era realmente un destino peor que la muerte. O al menos estaba a punto de serlo.

Kevin destelló "a la arena" donde sus padres combatían el uno contra el otro con espadas desenvainadas. Ambos estaban ensangrentados de luchar, y aunque pensándolo bien, él debería estar divertido, no lo estaba.

¿Cómo podría estarlo? Estas dos personas, con todas sus faltas, eran sus padres, y si no fuera por ellos nunca habría nacido.

A pesar de eso, algunas cosas no podían ser perdonadas.

Su padre vaciló cuando vio a Kevin. Esto le dio a su madre la apertura que necesitaba para atravesar a Juhak con su espada.

Esto debería haber sido un golpe mortal. Pero no lo fue.

Su madre tiró para liberar su espada, maldijo, y apuñaló a Juhak otra vez. Juhak sólo se quedó ahí parpadeando incrédulo mientras permanecía inmune a sus ataques.

—Déjalo, Madre —dijo Kevin mientras se acercaba a ellos.

Ella giró hacia él con otra maldición hasta que sus ojos enfocaran su cara.

Por una vez Kevin no se molestó en ocultar sus marcas faciales a ninguno de ellos. Él la miró fijamente, inexpresivamente, mientras el horror llenaba su expresión y ella comprendió la verdad sobre su hijo mayor.

—Sé que a Shindong probablemente no podía preocuparle menos si ustedes dos se destruían el uno al otro —dijo lentamente—. Pero yo no podía vivir conmigo mismo sabiendo que él había condenado a uno de ustedes a morir aún cuando ustedes lo merecieran.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Juhak.

—He cambiado las cosas un poco. Usted dos pueden luchar y matarse el uno al otro muchas veces, pero ninguno de ustedes será capaz de morir a mano del otro.

—Bien, entonces —gruñó Juhak— me mataré.

—No permitiré eso, tampoco.

Jiwon lo maldijo.

—Tu no puedes detenernos.

Kevin se rió.

—Sí, Mamá. Puedo. Tú deberías haber escuchado a Dongjun cuando él intentó decirte sobre mis poderes. Hay sólo un pequeño puñado de gente en esta tierra cuyos poderes pueden rechazar los míos. Y ninguno de ustedes es uno de ellos.

Los ojos de Jiwon se estrecharon.

—¿Por qué haces esto?

—Porque ustedes dos necesitan llegar a un acuerdo el uno con el otro. Lo que te hizo Juhak estuvo mal, pero claro, siempre me dijeron que dos males no hacen un bien. Así que intento hacer lo correcto por una vez. Usted dos tienen que tratar de ponerse de acuerdo y dejar atrás este odio. —Él suspiró. —Volveré en unas décadas para ver como les fue.

—No puedes abandonarnos aquí. ¡No así! —chilló Jiwon.

—¿Por qué no, Mamá? Papá nos golpeó a Hyunsik y a mí y nos colgó para morir, literalmente. Tú golpeaste a Dongjun y lo dejaste por muerto. Ahora ustedes dos pueden aporrear a quien realmente los cabreó, y nosotros podremos vivir nuestras vidas en paz lejos de los dos. Tengan una agradable guerra.

Kevin se destelló lejos de ellos, de regreso a donde Kwanghee estaba ocupada empacando sus cosas en la casa de Siwon.

—¿Sabes que no tienes que hacer eso?

Kwanghee brincó y jadeó.

—¡Creo que tengo que ponerte una campana!

Él se rió.

Kwanghee brincó otra vez cuando todas sus pertenencias de pronto aparecieron muy bien dobladas en sus maletas.

—Kevin...

—¿Qué?

—No importa —dijo con una sonrisa. Realmente tampoco quería cambiarlo. Él se puso detrás y lo acercó.

Kwanghee se tomó un momento para saborear la sensación de sentirlo allí. Saborear la fuerza de sus brazos alrededor de su cintura.

—¿Entonces que vas a hacer con el resto de tu vida ahora que tus padres están a resguardo y Dongjun tiene el control de tu manada?

—¿Francamente?

—Sí.

—No quiero hacer otra cosa que pasar el resto de mi vida mirándote.

—Sí, pero...

—Ningún pero, Kwanghee. He pasado los últimos cuatrocientos años luchando con uñas y dientes. Escondiendo quien y qué soy. Ahora no hay ninguna necesidad. Tú estás a salvo aquí en Nueva Orleans y tengo la intención de asegurarme que permanezcas así.

Él giró en su abrazo y enlazó sus brazos alrededor de su cuello.

—¿Y en cuanto a mi tienda?

—Es toda tuya.

—¿Me ayudarás a vigilarla?

—No. Voy a estar muy ocupado vigilándote a ti.


3 comentarios:

  1. Me encanto esta adaptación!!!
    Esos dos son tan hermosos!
    Después de todo lo que le paso a Kevin es tan hermoso ver ese final!
    Y ni que decir de Sik~ pero cómo se despertó!????
    Pueden dos were diferentes ser parejas!????
    Ahhh que genial!!!

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  2. Aaaawwww ta bonitos.
    La fiesta se puso buena....le canta una canción y luego le pide matrimonio y lo mejor es que kwang acepta *0*
    Lo mejor de Todo....Sik desperto *0*
    El pobre se ha de sentir muy mal,solo puede estar cerca o ser tocado por Minwoo....supongo eso es bueno...
    Sus padres se van a divertir muchos muchos años jajajaja

    Ya merecian ser felices *0*

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  3. Muy linda la historia. Me alegra que los papas de Kevin quedaran solos intentando matarse entre ellos.

    Lastima, esperaba que Kwang tubiera cachorros...

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...