Sapphire Wolf (T2)- 2




—Donghae, no tienes que empacar un montón de todo, es sólo una noche y luego voy a estar de vuelta aquí —dijo Teukkie.

El rostro de Donghae decayó un poquito.

—Vas a estar de vuelta, pero sólo por unos días. Luego estarás empacando más que una maleta de viaje —le dijo, sonando tan perdido.

—Realmente espero que estén pensando en venir a Corea para nuestro último año. Hyesung revisó el programa de intercambio extranjero, y encontró que se vería muy bien en aplicaciones de la universidad, y se ha ofrecido para ser la familia de acogida de ustedes dos. ¿Ninguno de ustedes ha hablado con sus padres al respecto todavía? —preguntó Teukkie.

—Se lo comenté a mis padres y una vez señalado que me podría dar una ventaja al entrar en los programas de licenciatura en negocios internacionales, simplemente resultó que de repente todos estaban interesados, estuvieron sorprendentemente bien con ello —explicó Hee —. Como que pienso que mi madre quiere descansar de mí. Ambos saben que si mi mamá y yo estamos en la misma habitación durante mucho tiempo, es como dos gatos cabreados que han sido arrojados en agua fría y están listos para arrancarle los ojos a cualquiera. Así que iba a sorprenderlos más tarde, pero ahora es un momento tan bueno como cualquier otro. Corea no sabrá qué lo golpeó cuando termine —bromeó Hee, aunque la declaración era más cierta que nada.


Teukkie gritó como un niño con deleite y abrazó a Hee firmemente.

—¡Esto es tan genial!

—¿Te das cuenta que chillar no es para nada sexy y si estamos en Corea juntos y tú estás conmigo, mientras estoy tratando de poner mi nombre en alto, no se te está permitido hacer tanto ruido, no? —le dijo Hee sonando incómodo.

—Oh, cállate y déjame ser todo sentimental por un segundo. —Teukkie lo abrazó por un momento más, y luego retrocedió, sosteniendo sus manos en un gesto de rendición—. Está bien, estoy bien, todo está bajo control.

Teukkie se volvió hacia Donghae, quien había estado observando el intercambio.

—¿Y tú, Donghae? ¿Has hablado con tus padres?

—Lo hice y les dije lo mismo que Hee les dijo a los suyos, teniendo en cuenta que lo ensayamos entre nosotros, completamente respaldado con viajes de culpa si toda la referencia de la universidad no funcionaba, y el infierno debe de haberse congelado, a los cerdos debieron haberles salido alas, y tú debes ser medio hombre lobo… espera, esa última parte es cierto, ¡el punto es que dijeron que sí!

Esta vez, Donghae y Teukkie gritaron al unísono.

—Oh, vamos, ¿sonido de chillidos envolvente? ¿REALMENTE? —gimió Hee—. Ustedes dos no están invitados cuando vaya de cacería caliente —les gruñó.

Donghae y Teukkie renunciaron a sus chillidos para volverse y mirar a Hee.

—¿Acabas de decir cacería caliente? —le preguntó Donghae incrédulamente.

Hee volvió su barbilla indignado.

—En el blanco, Sherlock.

—Sólo quería asegurarme. Quiero saber exactamente cómo debo decirle a tu nuevo galán cuando finalmente lo atrapes —bromeó Donghae—. Algo parecido a: “Oye, Don Juan, ¿te contó Hee sobre sus días de cacería caliente de hace un tiempo, como hace un par de días atrás en el tiempo?”

—Mi dulce Donghae, el punto es que acabas de admitir que voy a tener éxito en pescar a un nuevo galán, de ahí que la cacería caliente, sin duda, funcionará. Rin, rin, rin, yo gano —intervino Hee.

Teukkie puso los ojos en blanco a sus dos mejores amigos.

—Estoy pensando que a sus padres no se les hizo difícil considerar el hecho de que ustedes dos vayan a Corea. No sé, es sólo una corazonada.

Donghae miró a su teléfono y vio que eran las 12:15.

—Tenemos que irnos si queremos llegar a tiempo.       

Donghae y Hee, cada uno, agarró una bolsa y se dirigieron a las escaleras con Teukkie siguiéndolos.

«Hombre lobo, nos dirigimos a tu camino, espero que estés listo para esto»  le envió Teukkie a Kangin.

«He estado listo para ti desde que puse mis ojos en ti. Cuídate, te veré pronto.» Kangin envió las palabras con una caricia que causó que Teukkie temblara.

A medida que salían de la calzada, Teukkie apoyó su cabeza contra el respaldo, cerró sus ojos e imaginó el rostro de Kangin, su futuro.



Através de dos líneas estatales, Ahn Kangta paseaba por el piso de su oficina. El Alfa de la manada de Denver estaba hojeando fotos que Lee Jihoon, su Beta, había tomado del hijo que ni siquiera sabía que existía hasta hace poco. Le llamó la atención el hecho de que la vida tal como la conocía había cambiado irrevocablemente.

El rumor había corrido rápido en el mundo Canis Lupis, que Junjin, uno de los Alfas más fuertes de los Lobos Grises se encontraba en los Estados Unidos, y no sólo en los Estados Unidos, sino específicamente en Coldspring, Texas,   que resultaba ser la ciudad donde vivía Park Sora, la mujer con la que se habría casado si no hubiera sido un lobo que sólo podría tener una compañera, la que la naturaleza escogió para él.

No es que Kangta no amara a su compañera más allá de las palabras, pero Sora había sido su primer amor. La pérdida se había desvanecido con los años, pero los recuerdos todavía estaban allí, empacados en los recovecos de su mente acumulando polvo. Hasta ahora.

Tan pronto como él había oído que el Alfa Junjin estaba allí, había enviado a Jihoon para averiguar lo que le había hecho viajar tan lejos de casa. Kangta había estado en shock cuando Jihoon llamó para decirle que Sora tenía un hijo joven, y que tenía diecisiete años. Habían pasado diecisiete años desde la última vez que Kangta había puesto sus ojos en Park Sora

Diecisiete años desde que había encontrado a su pareja y empacado sus maletas sólo dejándole a Sora una nota en despedida. Fue una salida muy cobarde, pero no había sabido cómo enfrentarla sabiendo que iba a desgarrarle a ambos sus corazones. Le había dicho a Sora que el día en el cual él no tendría más remedio que irse podría llegar.

Eso no lo había hecho más fácil. La prueba irrevocable, sin embargo, estaba en las fotos. El hijo de Sora era la viva imagen de sí mismo, no podría negarlo más de lo que podía negar su reflejo en el espejo. Su rostro era más angular que el del chico, quien Jihoon había dicho se llamaba Leeteuk, cuyo rostro era más suave y redondo.

Vio trazos de Sora aquí y allá. Teukkie tenía la sonrisa pícara de su madre y aunque el color de sus ojos igualaba el suyo, ellos contenían el humor que tantas veces había visto en Sora. Como su madre era tan sorprendente bello.

Pensó un momento en el hecho de que Sora había llamado a su hijo por el abuelo de Kangta. Aunque Sora nunca  lo  hubiera conocido, él le había hablado de él a menudo, compartiendo con Sora el impacto que tuvo en su crecimiento. No podía tomar el crédito por su rápido ingenio y con frecuencia lengua malvada, eso era todo del abuelo Leeteuk.

—Tu hijo está por ser ligado al hijo de Junjin —le dijo Jihoon, sacándolo de su breve paseo por el carril de su memoria. La seca indiferencia en la voz de su Beta no reveló si le importaba de un modo u otro. Kangta se volvió hacia él, queriendo confirmar que su lenguaje corporal hacía juego con sus palabras.

Jihoon se veía tan serio y severo como siempre, era un ser intimidante. Tenía los pómulos altos, una nariz ligeramente torcida por haber sido rota muchas veces en su larga vida, y Kangta había oído a más de una mujer y joven decir que los labios de Jihoon fueron hechos para el pecado, lo que sea que eso significara.

—El todavía es menor de edad, ¿cómo podría Junjin siquiera considerar el permitirles compareños? —pensó Kangta en voz alta.

—Kangin, el hijo del Alfa, tuvo que competir en un desafío contra otro Alfa que estaba tratando de reclamar a Teukkie. Tal vez es la forma que Junjin tiene de detener a su hijo de estar luchando contra otros que quieran reclamar a tu hijo — ofreció Jihoon.

Kangta pensó en eso. Tendría sentido, ya que si Kangin era en realidad el compañero verdadero de Teukkie, entonces él caminaría por el infierno para detener a otro de reclamarlo.

—Tengo que admitir que es impresionante que Kangin, siendo tan joven como es, fuera capaz de derrotar a un Alfa tan fuerte —reconoció Kangta.

—Él tenía el beneficio del consejo de su Alfa, seguro tuvo un impacto en su victoria —respondió Jihoon en su tono indiferente de costumbre.

Aun así, la idea de que su niño tenga compañero a los 17 erizaba su pelaje de la manera equivocada. A pesar de que en realidad no tenía el derecho de decir lo que podía o no podía hacer, ni siquiera sabía quién era él. Tal vez, decidió, lo mejor por ahora era observar desde la distancia.

—Jihoon, quiero que regreses a Coldspring y mantengas un ojo en mi hijo. No te des a conocer, simplemente observa desde la distancia e infórmame.    Te dejaré saber si y cuándo iré en persona. Por ahora voy a esperar —dijo Kangta a su Beta.

—Se hará como tú has dicho, Alfa —respondió Jihoon de manera formal.

Kangta dispensó a Jihoon para partir, dejándolo solo en su estudio con sus pensamientos. Él había estado manteniendo estos pensamientos bloqueados de su compañera. No sabía cómo iba a responder a la noticia de que tenía un hijo con otra mujer. No, por el momento mantendría este secreto un poco más.



Jihoon estaba sentado fuera de la casa de Park Sora cuando ella salió de la calzada. Apenas había regresado a la ciudad para verlos partir a la ceremonia de unión de Teukkie. Por suerte, había puesto en marcha su plan antes de haber informado a su Alfa.

Había sido tan fácil obtener información de la manada de Coldspring, considerando que no había ninguno más dominante que él. Luego sólo hizo un poco de espionaje fuera de la ventana de Teukkie para obtener toda la información que necesitaba de su agenda y un cronograma de la ceremonia de unión. Odiaba ser insubordinado, por lo general se enorgullecía de su fiel obediencia a su  Alfa,  pero  en  esta situación  no  creía que  su  Alfa estuviera tomando las medidas adecuadas para proteger a su cachorro. Jihoon había decidido que era su deber intervenir, ya que estaba interesado emocionalmente en Teukkie.

Sentía que era capaz de ver la situación con mayor objetividad. Eso era lo que se decía, de todos modos. La verdad era que Teukkie Park era único. El era especial, y demasiado nuevo en este mundo para decidir que el primer lobo que conoció fuera su compañero. Era su trabajo como Beta de su padre el protegerlo y demostrarle que había más de un lobo en la guarida. Una vez más, eso era lo que se decía.

Sacudiendo esos pensamientos, salió a la calle para seguir el vehículo de Sora. Él sabía la dirección
a la que se dirigiría, ya que había asegurado su ruta. Sólo hizo falta un poco de dinero y él había sido
capaz de convencer a uno de sus empleados para ayudar a implementar su plan.

Los humanos eran tan fáciles de persuadir, sin ningún sentido de lealtad, no tenían ningún problema
en traicionar a los que habían sido amables con ellos. Pero ese no era su problema, y había trabajado
en su favor. En el momento  en que Sora estaba girando en la calle que la llevaría a su librería, se puso en marcha y se dirigió hacia el lugar por el que sabía que tendrían que pasar una vez que continuaran a la casa de Junjin.

Su plan era simple, las mejores preparaciones siempre lo eran. Lo único que tenía que hacer para
asegurarse de que Kangta intervendría era mostrar que Kangin no podía proteger a su compañero. No
 había nada más vergonzoso que un lobo que no podía proteger a los suyos.

Asegurarse que los neumáticos de Sora no sólo explotarían, sino que también causaran un accidente
menor, no había sido tan difícil. Había colocado un dispositivo militar en el interior de la llanta que estaba simultáneamente perforándolo y envuelto a un cable alrededor del eje, tirando de él una vez que estallara el neumático, provocando que el eje se volviera inestable y, teóricamente, provocara que perdiera el control del vehículo.

No sería un desastre devastador, pero sería suficiente. La peculiaridad en el plan era la ceremonia de
unión. Jihoon tenía que asegurarse de que su plan sucediera antes de que Teukkie y Kangin fueran capaces de completar la unión y los Ritos de Sangre. Una vez que el Rito de Sangre se completara todas las apuestas se cancelarían.

La idea de Kangin realizando los Ritos de Sangre con Teukkie hacía que su piel se erizara. Kangin era sólo un cachorro, no había manera de que pudiera proveer adecuadamente y proteger a su pareja. Si Jihoon tenía cartas en el asunto, Kangin se iría de America, Texas, con las manos vacías.



Kangin había pasado la mañana sin hacer absolutamente nada más que conversar periódicamente
con Leeteuk. Combatir verbalmente con él era una de sus cosas favoritas. Nadie le permitiría ayudar
a preparar la ceremonia, con su padre diciendo que Kangin tenía que aprovechar este momento para
prepararse para su compañero, y para esta noche. Con toda honestidad, Kangin estaba tratando de no
pensar en ello, o al menos una parte de ello: los Ritos de Sangre.

Sabía que Leeteuk estaba nervioso a acerca de ello y él también. Le había preguntado a su padre lo que tenía que hacer y todo lo que había dicho era que el instinto se haría cargo y la magia del lazo de
compañeros ayudaría.

Tan nervioso como estaba por la cercanía de realizar los Ritos de Sangre, su lobo gruñó ante la idea
de ellos marcando el cuello de Leeteuk para que todos los Canis Lupis lo vieran. Se dio cuenta que su
lobo estaba inquieto, deseoso de terminar la unión. Kangin decidió que tenía que dejar salir al lobo por un tiempo, dejarlo agotar un poco de su energía.

Salió por la puerta de atrás y se quedó en el porche de la casa de huéspedes en la propiedad que sus
padres alquilaban. Toda la propiedad era de unas 85 hectáreas de bosques, sin miradas indiscretas
alrededor.

Kangin se quitó la ropa y sintió el cambio verterse sobre su piel, reestructurándolo por dentro y por
fuera, y en unos momentos donde un hombre había estado de pie ahora estaba un gran lobo negro.  

El lobo sacudió todo su cuerpo como si estuviera mojado y tratara de expulsar el agua de su abrigo.
Puso su nariz en el aire y, respirando hondo, se llenó los pulmones del aroma de flores silvestres
floreciendo, hierba recién cortada y tierra húmeda de la lluvia reciente y, finalmente, dejó escapar un
largo aullido.

Kangin estiró las piernas y apretó el paso, el aire fluyendo a través de su pelaje ondeando cada hebra.
Se sintió completo, el vacío constante que estaba en cada macho sin pareja había sido llenado.

Si se sentía tan bien sólo por encontrar a su pareja, ¿cuánto mejor se sentirá una vez que el vínculo
estuviera completo, y una vez que se consumara su emparejamiento?

Kangin se lanzó por última vez. El lobo de la hierba cálida por los rayos del sol, y se acostó, rodando de costado. Sintiendo la calidez del aire ondular su pelaje, la mente de Kangin se extendió hacia Leeteuk sin tener  la intención de hacerlo. Era como si su alma necesitara sentir su otra mitad y si pasaba mucho tiempo sin ese contacto, se volvería despojado e inquieto. No le dijo nada; sólo se deslizó en sus pensamientos, disfrutando de estar con él, incluso si no la podía tocar físicamente.

Una vez que el lobo estuvo contento de que su compañero estuviera a salvo, se levantó, se sacudió la
hierba y la suciedad, y comenzó la carrera de regreso a la casa de huéspedes. Necesitaría una ducha
después de su carrera y aún tenía que escribir sus votos. Estaba realmente luchando con qué decirle a
Leeteuk; sabía lo que sentía, pero no podía encontrar las palabras adecuadas para decírselo.

Después de una ducha y sentarse a mirar un trozo de papel en blanco, tratando en vano de poner sus
sentimientos en palabras, Kangin decidió tomar un descanso. Mientras estaba acostado en la cama, todo lo que podía pensar era en cierto ardiente compañero y que esta noche iba a ser todo suyo.

Realmente había estado esperando que Teukkie estuviera dispuesto a incorporar los votos de la boda
humana a la ceremonia de unión, pero no estaba preparado para eso. Le había explicado que su unión
era permanente, a diferencia de un matrimonio humano, pero la idea de estar casado a los 17 años
parecía ponerlo nervioso, por lo que él esperaría. Kangin estaba aprendiendo rápidamente que la espera realmente apestaba.
  
«Hombre lobo, nos dirigimos a tu camino, espero que estés listo para esto.»

Kangin oyó la voz de Teukkie en su mente. Sonrió por su jugetona alegría, la cual era una de las cosas que a su lobo le gustaba de él: jugaba, algo que incluso los lobos en su hábitat natural hacían como parte de la danza de emparejamiento.

«He estado listo para ti desde que puse mis ojos en ti. Cuídate, te veré pronto» le dijo mientras se
imaginaba acariciando su suave rostro. Le envió esa sensación también y la sintió estremecerse en
respuesta. Eso le hizo sonreír aún más grande.

Viendo la hora en su teléfono, 12:15, Kangin se levantó, decidiendo que era hora de vestirse en el
momento en que oyó que llamaban a la puerta principal.

—Está abierto —dijo en voz alta.

Hyesung, el appa de Kangin entró por la puerta.

—Te he traído los votos que van a decir durante la ceremonia, y quería preguntarte si ya habías
conseguido una ofrenda para Teukkie.

—En realidad le conseguí dos cosas. La primera es un libro autografiado que me dijo que amaba cuando era niño, pero del que no tenía una copia. Espero que eso le demuestre que lo escucho cuando habla y que las cosas que siente que son importantes para él son importantes para mí. El segundo creo que debería mostrártelo.

Kangin salió de la sala y regresó al dormitorio, volviendo con una pequeña caja negra.

—Kangin, ¿eso es lo que creo que es? —preguntó Hyesung.

—Sé que él no está listo para pasar por el ritual del matrimonio humano. He tratado de explicarle que la unión es más permanente que el matrimonio, pero aun así quiere esperar. A través de la ceremonia de unión tendrá mi marca, mi esencia, y eso le dirá a todo Canis Lupis que está emparejado, pero los machos humanos no lo reconocerán. Ellos, sin embargo, reconocerán un anillo de compromiso  —explicó Kangin.

Hyesung estaba sacudiendo la cabeza cuando dijo:

—Bárbaros, todos ustedes. Posesivos, mandones y exagerados lobos. — Kangin sabía que le estaba
tomando el pelo porque estaba sonriendo de oreja a oreja—. Bueno, déjame verlo.

Kangin abrió la pequeña caja negra para mostrar a su appa el anillo que había elegido para poner en el dedo de la única persona que completaría su alma.

El anillo consistía de una ancha banda de platino, y grabado en todo el camino alrededor del mismo
estaba en coreano las palabras: “Completo, absoluto, inamovible, todo”, y en el centro había un muy
raro diamante rojo.

—Kangin, es hermoso. Reconozco la banda como la que te di para que te aferraras hasta que conocieras a tu pareja, pero, ¿de dónde sacaste la piedra? —le preguntó su madre.

—El día que hablé con Pa y me dijo que Yunho iba a venir, llamé a Yunho y le pedí que buscara en las bóvedas de la mansión de la manada una piedra roja para la banda. Pensé que con el enorme tamaño de la bóveda y los siglos de cosas acumuladas seguramente podría encontrar una. Sabía que la ceremonia de union se llevaría a cabo antes de lo previsto inicialmente y quería que el anillo estuviera listo. El día que Yunho llevó a Sora a su librería hizo una parada en una joyería, mientras Sora estaba trabajando, y pidió que colocaran la piedra. La quería roja por dos razones. Una, es que él es mi corazón, con tanta personalidad, toda en un paquete tan pequeño; y dos, será un recuerdo de este día en el que ambos derramamos sangre para unir nuestras almas entre sí.

Kangin de repente se dejó caer sobre el sofá, su cara acunada en sus manos.

—Appá, ¿cómo es posible amar a alguien con tanta intensidad, tanto que a veces se siente que va a
hacer que tu corazón explote porque no puedes contenerlo? —Kangin miró a su appa, con los ojos
fruncidos, su boca apretada.

Hyesung se sentó a su lado en el sofá, devolviendo la caja negra, llevando su mano libre en la suya.

—No sé si hay alguna manera de explicar o entender realmente la unión entre compañeros. No es humano; está más allá del reino de la razón y hace que sea difícil de creer que es siquiera posible. Sé que no lo has conocido por mucho tiempo, sé que ambos son jóvenes, pero se complementarán más rápido de lo que imaginas. Se convertirá en tu mejor amigo y tú te convertirás en el de él. Incluso ahora sé que lo sientes, que nadie en este mundo alguna vez te querrá como él lo hará. Han nacido para amarse y ese amor crecerá más fuerte a medida que pase el tiempo. —Hyesung limpió una lágrima de su mejilla mientras miraba al rostro que había visto crecer desde un bebé a un fuerte macho Alfa.

—¿Qué pasa si no lo hago feliz? —La voz de Kangin surgió muy suave, mezclada con miedo y preocupación.

—Oh, Kangin. —Hyesung empezó a envolver sus brazos alrededor de su único hijo, acercándolo—. Vas a hacerlo feliz. También lo harás enojar, ponerse triste y molesto, probablemente un poco claustrofóbico a veces, pero lo harás feliz. Tu lobo intervendrá cuando tu lado humano se pase de la raya. El lobo sólo ve en blanco y negro, lo único que entiende es que él es tu pareja, que debes amarlo, protegerlo, proveer para él, jugar con él y satisfacerlo. Tu lado humano va a llenar el vacío de emociones que el lobo no entiende. Te hará un mejor Alfa, un mejor hombre. Vas a darle lo que ningún otro hombre jamás podrá: la otra mitad de su alma.

Hyesung se levantó para irse, pero antes le entregó un pedazo de papel.         

—Estos son tus votos, puedes añadirle algo, pero la primera parte debes decirla, para que se solidifique la unión. —Entonces se volvió para irse.

Kangin se puso de pie, y antes de que su appa pudiera salir por la puerta,dijo:

—Appa, mi Alfa, gracias. —Y volvió la cabeza, dejando al descubierto su cuello.

Hyesung miró a Kangin a los ojos y sostuvo su mirada mientras le decía:

—Te quiero hijo. —Y se dio la vuelta y salió por la puerta, cerrándola detrás de él.

Kangin desdobló el papel y con manos temblorosas leyó:


En este día me arrodillo ante ti, como un sirviente de mi compañero, para preguntarte si           me
completarás. ¿Te entregarás a mí? ¿Calmando finalmente a la bestia en mi interior, poniendo orden
en el caos, llevando luz a donde sólo ha habido oscuridad? ¿Vincularás tu vida a la mía, tu destino al mío, y tu alma a la mía y, al hacerlo, completar el vínculo de emparejamiento?


Después de que Kangin lo leyera sería el turno de Leeteuk contestar con su respuesta y sus votos. Una vez que leyeran los votos formales, si así lo deseaban podían recitar sus propios votos. Hasta hace unos momentos antes, Kangin no había estado seguro de qué decir, pero su appa había solucionado eso. Todo lo que él le había dicho era lo que estaba sintiendo. Kangin tomó una pluma, se sentó, y rápidamente escribió las palabras que se vertían de su corazón a su compañero.

Comprobando su teléfono, vio que sólo quedaban quince minutos hasta que tuviera que estar en el
jardín donde la ceremonia se llevaría a cabo. Agarró el traje colgado en la puerta de su dormitorio, se
desnudó más rápido de lo que creía posible, y estaba deslizándose en su chaqueta cuando de repente
oyó un grito en su mente. Él cayó al suelo por la fuerza de las emociones que vinieron con ese grito.
Sentía confusión, dolor, y sobre todo miedo, todo consumido por el miedo.

«¡LEETEUK!»

Kangin envió el pensamiento a través de su vínculo.

«¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado?»

Kangin esperó su respuesta, pero las palabras no llegaron, sólo el miedo y el dolor. Leeteuk estaba
asustado y herido. Kangin salió disparado a través de la casa y por la puerta principal, y casi chocó con su padre.

—Algo está mal, puedo sentirlo en el vínculo de la manada. ¿Qué está pasando? —preguntó Junjin.

—Escuché a Leeteuk gritar y sentí su miedo y dolor, y ahora no puedo conseguir que me responda
—respondió Kangin.

—¿Cuándo fue la última vez que hablaste con él?

—Me dijo alrededor de las 12:15 que se dirigían hacia nosotros. Sonaba bien, en ningún peligro
—respondió. No podía dejar de mirar a su alrededor, esperando en cualquier momento ser emboscados, pero por qué, no tenía ni idea.

Junjin estaba a medio camino de vuelta a la casa principal antes de que Kangin siquiera se diera cuenta que se había alejado.

Corriendo para alcanzarlo, oyó a su padre por teléfono con Siwon.

—Pon los vehículos en marcha y prepara a la manada. Donghwa y Kyuhyun juntos, Yunho y tú juntos, yo tendré a Hyesung y Kangin. Quiero que cada vehículo tome una ruta diferente hacia la casa de Sora. Mantengan sus teléfonos encendidos, estén preparados para cualquier cosa. No sabemos si tuvieron sólo un accidente o si éste es el acto de un enemigo. —Junjin no esperó una respuesta antes de colgar. 

Justo al llegar a la puerta de la casa, Hyesung vestido con unos pantalones cargos negros, una camiseta negra ajustada, y botas de combate, su atuendo de lucha. Tiró a Kangin una pistola y luego se volvió hacia su compañero.

—¿Estamos listos? —le preguntó.

—Sí, vamos. Tú conduces, por si acaso tenemos que enfrentarnos a alguien. Kangin, sigue tratando
de ponerte en contacto con tu pareja. ¿Tienes su número de teléfono celular?

—No, nunca se lo pedí porque siempre hemos hablado a través de nuestros pensamientos —dijo
Kangin con frustración, metiendo el arma en la pretina de la parte trasera de sus pantalones—. Espera, puedo llamar a los Henry y ver si saben algo.

Brian contestó al segundo timbrazo.

—¿Hola?

—Brian, es Kangin. ¿Has visto a Sora y a los chicos irse hoy? —habló Kangin en tono cortante,
controlándose por un hilo.

—No, Kangin, no les vi salir. ¿Hay algún problema?

—No lo sé, pero creo que algo pudo haberles ocurrido. Si tienes noticias de ellos, por favor llámame
enseguida. —Kangin colgó antes de que Brian pudiera responder. Sus manos temblaban cuando puso
el teléfono en el asiento de al lado. Cerró los ojos y se concentró lo más fuerte que pudo en Leeteuk, en su rostro, el sonido de su voz, el color de su cabello, cada detalle que se le ocurría y extendió con un empuje su poder.

«Leeteuk, dime dónde estás.» Nada.

«Ángel, por favor, respóndeme, si no puedes con palabras, dame algo, un sentimiento, una imagen en
tu mente, algo que me diga que todavía estás conmigo.»

Kangin estaba cada vez más desesperado a medida que pasaba más tiempo sin escuchar una respuesta. Apoyó la cabeza en el respaldo, la frustración amenazando con derramarse en forma de un enorme lobo negro. Kangin sólo quería algo, aunque fuera sólo un recuerdo de lo último que su compañero vio. A medida que se acercaban a la ciudad, Kangin pidió al lobo usar su audición superior y oyó el débil sonido de las sirenas.

—Pa, ¿oyes eso?

—Sí, suena como si viniera del centro —respondió Junjin.

—La librería de Sora está en el centro —dijo Kangin a su appa.

—¿Estaban planeando ir allí de camino a nuestro hogar? —preguntó éste.

—No que yo sepa, pero todavía no he sido capaz de comunicarme con él. Cuando me hizo saber que
estaban en camino no mencionó pasar por la libreria —le dijo Kangin a sus padres.

El rostro de Junjin parecía sombrío cuando dijo:

—Si no puedes comunicarte con él, lo más probable es que signifique que está inconsciente.

Al pensar en su pareja tan impotente, Kangin luchó por controlar a su lobo, y su padre, al darse cuenta que estaba a punto de perderlo, se volvió hacia él y puso su mano sobre su hombro y soltó un gruñido.

El lobo de Kangin se sometió de mala gana, pero sólo apenas, por la presencia de su Alfa. Finalmente
dieron vuelta en la esquina y se encontraron en la calle de la librería de Sora. Mientras conducían delante de ella no vieron ninguna señal del vehículo de Sora, pero podían oír sirenas adelante. Mientras más avanzaban comenzaron a ver humo y luego llamas de color naranja fulgurando alrededor de unacamioneta que yacía boca abajo en la cuneta.

Tan pronto como Kangin vio el fuego, y antes de que su appa pudiera detener el auto, salió por la puerta corriendo a la velocidad del lobo, sin importarle que llamara la atención, sin importarle si la gente se daba cuenta que no había forma de que un ser humano pudiera correr tan rápido. Al acercarse al vehículo, vio cuatro figuras en la cuneta cerca de la carretera, tan lejos de los restos en llamas como podían llegar sin estar en el camino.

Cuatro figuras, dos sentadas y dos acostadas, sin hacer ningún movimiento. El lobo de Kangin se empujó hacia adelante, con los ojos volviéndose azul lobo, sus dientes cada vez más largos, mientras luchaba para mantener su forma, corriendo hasta su compañero inconsciente.



1 comentario:

  1. Eish .eish.....es que no se puede disfrutar el regreso de una segunda parte agusto?
    Tenia que aparecer el papá de Teuk...y es que este no le puedo reprochar nada ..ahora,pero llega con un loco adicto a la "obediencia" que cree qye Teuk lo merece.....puff,así o más loco.
    Kangin no puede tener a Teuk porque solo tiene 17 años......ah,pero el si puede tener a Teuk aunque solo tenga 17 también?????

    Este loco ya fue más allá,al menos el alfa anterior solo se fue contrar kangin para reclamar el derecho sobre Teuk......pero este,que ni alfa es,tento contra la vida de Teuk,Sora,Hee y Hae.....este sí se paso.

    Espero su alfa le de su merecido

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...