Sapphire Wolf (T5)-6



Después que la reunión de emergencia se terminara, Dambi llevó a Donghae a un lado fuera de la habitación.
—Tenemos que hablar.
Donghae miró el rostro preocupado de Dambi y asintió. Dambi se giró sin Decir nada más, obviamente esperando que Donghae la siguiera. Donghae miró por encima de su hombro y vio a Hyukjae observándole. Él le guiñó un ojo y asintió alentadoramente, haciéndole saber que entendía que tenía que ir.
Dambi entró en la habitación que Siwon había convertido en el estudio de Donghae. Dambi se giró dramáticamente, su brillante cabello blanco azotando alrededor de sus hombros. Los ojos claros se estrecharon mientras miraba fijamente a Donghae.
Donghae tragó con fuerza, sin saber qué era exactamente de lo que Dambi quería hablar, y hasta ahora realmente no le gustaba el comportamiento de la Fae.
—Tienes que completar el vínculo con tu compañero. —La voz de Dambi fue firme y era evidente que no estaba haciendo una sugerencia, sino más bien dando una orden.
Donghae gimió mientras se sentaba en el taburete alto que estaba al lado de su mesa de trabajo.
—No estoy listo, Dambi. —Donghae miraba a cualquier cosa menos a la Fae.
—¿Qué es para lo que tienes que estar listo? Él es tu compañero, no puedes cambiar eso. ¿Cuál es el punto de posponer lo inevitable?
Donghae retorció sus dedos nerviosamente en su regazo mientras hablaba.
—Nunca he tenido un novio, Dambi. ¿Cómo puedo posiblemente saltar a una relación, una relación muy permanente, debo añadir, con un chico al que realmente no conozco? No tengo experiencia con las relaciones. Quiero Decir, Hyukjae fue mi primer beso real por el amor de Dios.
Dambi sonrió.
—Bueno, un beso es un comienzo. El resto seguirá. Donghae, tienes que comprender algunas cosas. No sé si alguien te ha explicado exactamente por qué una pareja es tan importante para un macho Canis lupis. Si no, entonces voy a iluminarte rápidamente. —Dambi se subió sobre otro taburete alto para sentarse delante de Donghae.
»Sin su pareja, un macho está en peligro de la oscuridad interior que lo hace abrumarse tan mortalmente. Él necesita la oscuridad para ser el cazador feroz que es, pero necesita a su pareja para equilibrar esa oscuridad con la luz de ella. Tú eres único, Donghae. La luz en ti es fuerte y pura. Cuando un macho está vinculado y tiene ese equilibrio, es un lobo más fuerte y más centrado. Puede controlar el lobo que vive dentro de él y ya no corre el riesgo de convertirse en algo salvaje.
»Tenemos una batalla que se avecina. Estará en nuestra puerta antes que te des cuenta y necesitamos toda la fuerza que podamos conseguir. Serás un sanador más poderoso y Hyukjae será un lobo mucho más poderoso. ¿De verdad le negarías eso? ¿Le negarías la paz que viene con el vínculo de pareja?
La boca de Donghae cayó abierta. Dambi realmente lo estaba pateando en el estómago.
—Vaya, Dambi, seguro que sabes cómo hacer que uno se sienta como un grande y egoísta cabeza hueca —murmuró Donghae.
—Mi deseo no es que te sientas como un cabeza hueca, pero tienes que entender la importancia de no retrasar esto por más tiempo. Tú lo amas. —La cabeza de Donghae se levantó con eso—. Lo llevas escrito por toda tu cara.
—Sí, lo hago —confesó Donghae—. Lo amo tanto que en realidad es doloroso estar lejos de él. Eso no puede ser sano, Dambi. ¿No es como la codependencia o algo así?
—Estás pensando en términos humanos. Él no es humano y tú eres más que humano. El vínculo entre ustedes dos es más fuerte de lo que cualquier relación humana jamás podría ser. No tienes que preocuparte de que él alguna vez te dejará, engañará, o hará daño a propósito. Él no va a romper tu corazón, Donghae. —Dambi se estiró y tomó la mano de Donghae, dándole un toque reconfortante.
—No va a romper mi corazón porque está atascado conmigo. Dambi, ¿me has visto? —Donghae hizo señas de arriba abajo delante de él, señalando su cuerpo—, ¿y lo has visto a él? Está fuera de mi liga. Al igual que, estoy en la pequeña liga infantil como receptor porque todo el mundo sabe que en esa liga es donde pones a ese niño y él está en la liga mayor y es el mejor jugador que alguna vez bendijo el juego.
Dambi ladeó la cabeza hacia un lado mientras escuchaba a Donghae, sin apartar los ojos de su cara.
—Tú no te ves muy claramente, Lee Donghae, sanador de la manada China. Tú eres hermoso por dentro y por fuera. Hyukjae no podría haber pedido un compañero que lo complemente mejor que tú. Tú eres tranquilo y pacífico, mientras que Hyukjae es travieso y juguetón. Ambos se complementan muy bien.
—Es sólo que no quiero ser una decepción para él. —Una lágrima se deslizó por su mejilla.
—Tú nunca podrías ser una decepción para mí, Donghae mío.
Donghae jadeó ante la voz que venía de detrás de él. Realmente no quería darse la vuelta y enfrentarse a Hyukjae. Estaba avergonzado de él escuchando sus inseguridades.
—Creo que esta es mi pista para irme —dijo Dambi mientras se levantaba. Ella puso un dedo bajo la barbilla de Donghae, tirando de ella hacia arriba para mirarlo—. Puedes sentir tu alma llamándolo. Deja de negar lo que la Gran Luna te ha dado y abraza el regalo que es tu vínculo con tu pareja.
Entonces Hyukjae y Donghae estuvieron solos.
Donghae se quedó muy quieto y miró al suelo, deseando que se abriera y lo tragara.
Hyukjae se sentó en el taburete que había ocupado Dambi y permaneció en silencio. Donghae podía sentir sus ojos en él, esos hermosos ojos que lo cautivaban cada vez que lo miraba.
Finalmente dejó escapar un profundo suspiro, incapaz de soportar el silencio por más tiempo.
—Di algo, por favor —habló en voz baja, inseguro de lo que él estaba pensando.
Hyukjae se acercó.
—Tú me amas —dijo con una sonrisa.
El aliento de Donghae escapó de sus pulmones como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago.
—¿Cuánto has oído, exactamente?
Hyukjae se encogió de hombros.
—Lo suficiente como para Decirte que soy yo quien es indigno de ti. ¿Qué puedo hacer para demostrarte que eres más de lo que jamás hubiera esperado? Llevas mi corazón en tus manos, mi dulce sanador. Tu alma está llamándome tan fuerte que mi lobo exige que me quede cerca de ti. No quiero presionarte y no quiero que completes el vínculo conmigo porque Dambi dice que debes hacerlo. Tiene que ser tu decisión, por las razones correctas. —Él puso su taburete más cerca al suyo. Donghae podía oler su aroma único: algo picante que no podía identificar… y algo así como el bosque cubierto de nieve recién caída.
—Donghae. —Él pronunció su nombre con reverencia y salió casi en un susurro. El sintió su aliento acariciar su rostro. Antes que se diera cuenta de lo que él estaba haciendo, se levantó y lo ayudó a levantarse del taburete. Lo tomó por la cintura y lo sentó en la mesa de trabajo y se encajó a sí mismo entre sus piernas. Mientras envolvía sus brazos a su alrededor, le oyó murmurarle en voz baja, en coreano.
El latido del corazón de Donghae se aceleró. El hundió su rostro en su cuello, respirando profundamente. Después de unos momentos, envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo atrajo más cerca. Nada nunca se había sentido tan correcto como estar en sus brazos.
Hyukjae se apartó lo suficiente para que sus labios estuvieran junto a su oído. Donghae sintió su cálido aliento contra su piel, y como si fuera la cosa más natural del mundo, inclinó la cabeza hacia un lado, lo que le permitió un mayor acceso a su cuello.
Un ruido sordo salió de Hyukjae. Sus cálidos labios contra su cuello causaban escalofríos que ondulaban por su espalda.
—No voy a mentirte, Donghae. —sintió sus labios moviéndose contra su piel mientras hablaba y un suave gemido escapó de él. Hyukjae rió, disfrutando del efecto que estaba teniendo sobre él—. Mi lobo está inquieto. Quiere a su compañero. Quiere protegerte, estar cerca de ti, y el hombre está de acuerdo con él.
La cabeza de Donghae cayó hacia delante sobre el hombro de Hyukjae y se aferró a la parte superior de sus brazos cuando sintió su lengua golpeando rápidamente en su cuello.
—Te necesito —continuó él—. Cuando estoy lejos de ti sobre todo lo que pienso es en la próxima vez voy a verte. Cuando estoy contigo es en todo lo que puedo hacer para evitar tocarte, sostenerte, besarte. Saber que vas a estar conmigo durante esta vida, sentir la oscuridad retroceder cuando me tocas, ver tus defensas derretirse cuando te abrazo… estas cosas me impiden volverme loco mientras espero.
Donghae se apartó y colocó las manos a ambos lados de la cara de él. El no tenía ninguna experiencia con las relaciones, emocionales o físicas. Decidió dejar que sus instintos lo guiaran. Corrió un pulgar por sus labios sensuales y dejó escapar una risa entrecortada cuando él lo pellizcó juguetonamente.
—¿No me dejarás nunca? —preguntó en voz baja. Sus manos dejaron su cara y se deslizaron por su cuello hasta sus hombros.
—Nunca. —La intensidad de sus ojos y la convicción en su voz casi calmaron las dudas, preocupaciones y temores que habían estado reteniendo su corazón de él. Casi.
—Está bien. —sonrió tímidamente.
—¿Está bien? —Hyukjae sintió a su lobo animarse—. ¿Estás diciendo que está bien porque me crees o está bien vamos a hacer esta cosa de la vinculación?
Donghae rió ante la impaciencia en su voz.
—Sí —respondió con sencillez.
Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de Hyukjae mientras acunaba su rostro y lo atraía hacia sí, presionando sus labios a los de él con firmeza. Donghae se tensó al principio, pero la pasión que sentía por su vínculo le hizo superar con rapidez sus inseguridades. Envolvió sus brazos alrededor de su cuello e inclinó la cabeza hacia un lado para que él pudiera profundizar el beso. Tentativamente separó sus labios, ofreciéndole la entrada y él no perdió tiempo tomando ventaja de su audacia. Una de las manos de Hyukjae resbaló de su rostro y viajó a la parte posterior de su cuello, mientras que la otra acariciaba su brazo, terminando en su cadera. Él lo atrajo hacia sí y gruñó cuando gimió en su boca. El beso fue intenso. Donghae sintió un tirón en su interior estirándose hacia Hyukjae. Se sentía como si no pudiera acercarse lo suficiente. Su “Hee interior” se animó ante eso y Donghae sonrió para sus adentros al pensar en cómo esto debía haber sido de lo que Hee siempre estaba delirando.
Hyukjae se retiró y, para su vergüenza, Donghae realmente gimió en decepción. Esto trajo una risa de él.
Los ojos de Donghae se estrecharon.
—¿Qué es tan gracioso?
Hyukjae se inclinó hacia adelante, presionando un beso en su frente.
—Tú lo eres, mi cielo. En realidad estás avergonzado por tu deseo por mí. Es lindo.
Donghae volvió a gemir y trató de ocultar su ahora sonrojada cara en su pecho.
—Tienes que estar bromeando. ¿Cómo podrías Decir que me daba vergüenza?
—Podía sentirlo. Eso es parte de nuestro vínculo. Debe de ser cada vez más fuerte si estoy empezando a sentir tus emociones. Mira si puedes sentir las mías.
—¿Exactamente cómo se supone que voy a hacer eso? —preguntó vacilantemente.
—Podría ser más fácil si cierras tus ojos y te concentras en mí. Piensa en cómo me veo, cómo me siento, cómo huelo, y, si lo deseas, puedes pensar en cómo es mi sabor. —Hyukjae rió cuando Donghae golpeó juguetonamente su brazo.
Cerró sus ojos y empezó a pensar en él. Pensó en su cabello desordenado, sus hermosos ojos que danzaban con picardía. Pensó en la sonrisa que se extendía por su cara que siempre parecía Decir que él sabía algo que nadie más hacía, y luego pensó en el hoyuelo que acompañaba esa sonrisa. Poco a poco sintió una atracción hacia él, casi como si una cadena los conectara y estuviera atrayéndolos.
De repente una intensa calidez fluyó sobre él y supo que era su amor. Estaba saliendo a torrentes de Hyukjae y cubriéndole como si fuera un manto de protección. Era intenso, como las olas fluyendo con la marea. Su amor era como esas olas chocando contra sus dudas y temores, ahogando sus inseguridades, y al igual que aquellas olas que traían destrucción también traían vida. Las olas traían vida desde el mar abierto hasta cerca de la costa y para aquellos que necesitaban esa vida. Así era el amor de Hyukjae por él. Lo llenaba de vida. Hyukjae dijo tener oscuridad en él, pero era mucho más que eso.
Donghae jadeó ante la sensación abrumadora y se agarró a sus brazos como apoyo. Su cabeza se levantó lentamente para mirar a Hyukjae. Intensos y brillantes ojos le traspasaron.
—Tú… —trató de hablar, pero la revelación que acababa de golpearle le había robado el aliento. Lo intentó de nuevo—. Tú me amas.
Hyukjae acunó tiernamente su mandíbula y pasó su pulgar suavemente sobre su labio inferior.
—Más que a nada en esta vida o en la próxima.
—Pero, quiero Decir, en serio me amas. —Donghae estaba tratando de comprender la realidad de lo que acababa de sentir. Sus ojos estaban muy abiertos con asombro, mientras miraba al hombre que era su compañero.
—He estado tratando de decírtelo, Donghae mío. ¿Me crees ahora?
Donghae asintió lentamente y luego sus labios se inclinaron hacia arriba en una pequeña sonrisa.
—Gracias —le dijo.
—Es para mí un honor increíble llegar a amarte —le dijo Hyukjae con sinceridad.
Donghae cerró los ojos una vez más y se abrió a sí mismo a él. Quería que él supiera cómo se sentía, y ahora que no tenía ninguna duda sobre cómo se sentía Hyukjae por él, abrió las puertas de su corazón.
Hyukjae atrajo a Donghae fuertemente entre sus brazos. Sintió que el muro entre ellos se desmoronaba y a Donghae finalmente dejándolo entrar. Aunque su amor era una ola rompiendo, el amor de él no era menos feroz. Llegó más en la forma de un río que fluía constante e inquebrantablemente de Donghae. Así como que el agua llenaba cualquier abertura, el amor de Donghae llenaba cada lugar vacío en Hyukjae. Cualquier espacio, sin importar cuán grande o pequeño, fue inundado con él.
Cuando él abrió los ojos, fue ante la dulce sonrisa de Donghae. Sus hermosos ojos marrones le miraban con adoración.
«Finalmente», pensó él.
Los ojos de Donghae se abrieron.
—¿Acabas de hablar en voz alta? No vi tus labios moverse.
—No, ¿qué escuchaste? —preguntó.
—Dijiste: “finalmente”.
Hyukjae sonrió.
—Eso fue en mi mente, amor. Al parecer, nuestro vínculo se ha abierto completamente.
La sonrisa de Hyukjae se ensanchó mientras utilizaba su nuevo vínculo mental. Repitió sus palabras anteriores.
«Me amas».
Donghae le devolvió la sonrisa.
«Lo hago».
«Dilo, por favor».
«¿Lo?», bromeó Donghae.
Hyukjae gimió y le gruñó a través de su vínculo.
«Sabes lo que quiero decir».
Donghae rió y lo atrajo más cerca. Tiró de su cara hacia abajo, más cerca de la suya y se inclinó para que sus labios estuvieran al lado de su oreja.
—Te. Amo. —dejó que su cálido aliento rozara su piel mientras hablaba y sintió las manos de él apretarse donde agarraban sus caderas.
«Bien. Haremos la ceremonia de vinculación y los Ritos de Sangre esta noche».
Donghae chilló:
—¿Qué?
Hyukjae se limitó a reír mientras lo ayudaba a bajar de la mesa y se lo llevó de la mano fuera de la habitación.
—Vamos, mi cielo. Tengo planes para ti —bromeó con malicia.


Mona había esperado lo suficiente en El Limbo. Era el momento de poner su plan en acción. Dejó el santuario en una ráfaga de humo y llamó a su fiel corcel Octavian. Usando las carreteras secundarias y manteniéndose fuera del marcado camino, presionó a Octavian lo más duro que podía correr en dirección a la frontera de Taiwán. Le habían dicho de un pequeño hechicero útil, que tenía un clan situado un poco más allá de la frontera. Al parecer había alguien ahí que podría Decirle lo que necesitaba saber. A pesar de que había jurado no confiar nunca en nadie, no tenía ni idea de por dónde empezar a buscar la información que necesitaba, por lo que había decidido hacer una excepción sólo por esta vez. Por supuesto, había amenazado con estrangular al pequeño hechicero con sus propios intestinos si estaba mintiendo.
Cabalgó a través de las montañas, el frío invierno comenzaba a ser un recuerdo mientras la primavera comenzaba a emerger de su largo descanso. Puso los ojos en blanco ante la vida floreciendo en el bosque, las plantas prosperando y los árboles llevando nuevas hojas frescas. Le daba un poco de satisfacción saber que los oscuros cascos de Octavian mataban a todo ser viviente en la tierra donde aterrizaban. El mal que la llenaba ya no podía ser contenido y se filtraba hacia las áreas a su alrededor. Soltó una carcajada escalofriante que rebotó en las rocas y los árboles, creando un eco perturbador. Una vez que salió de la cobertura del bosque, trató de evitar grandes pueblos o ciudades. No descansó en la noche, y sólo se detuvo brevemente para refrescar a Octavian. Sí, era una bruja malvada, pero incluso las brujas malvadas necesitaban asegurarse que su medio de transporte estaba debidamente cuidado.
El tiempo pasó inexorablemente mientras cabalgaba. Los pensamientos de Mona fueron consumidos con el plan que estaba tramando. Había hecho un poco de investigación mientras había estado en El Limbo y descubrió que podría tener la habilidad de reunir un ejército como ningún otro. Las Fae no eran los únicos que tenían un velo, resulta que el velo que llevaba al inframundo tenía una puerta, una que había estado cerrada y sellada desde hace mucho tiempo por la maldad que había detrás de ella. Necesitaba saber más. Tenía que asegurarse que podía controlar la oscuridad que planeaba desatar, la oscuridad que orquestaría la destrucción final de sus enemigos.
Finalmente cruzó la frontera de Taiwán. El hechicero le había dicho que con el que tenía que hablar la encontraría y que sólo necesitaba darse a conocer. Dijo que la montaña y los árboles les darían a conocer las intenciones de ella y serían cautelosos. Así que una vez que entró en el bosque llevó a Octavian a un paso lento y mantuvo sus ojos en constante movimiento itinerante sobre el paisaje a su alrededor. Después de varias horas sintió una presencia, era casi tan malvada como ella.
—Muéstrate, hermano del oficio. —Desdémona habló confiadamente al silencio.
Después de varios segundos, una alta figura emergió. Estaba envuelto en una capa verde profundo que se mezclaba bien con el frondoso bosque a su alrededor. Su cabello era negro como la noche y tenía orejas puntiagudas, su rostro estaba cerca de ser humano en forma, aunque su nariz era más afilada en apariencia y sus labios eran tan finos. Lo más impresionante eran sus ojos, tenían forma de almendra, un poco más separados que los de un humano, y resplandecían con un escalofriante amarillo como el de la luna de la cosecha.
Incluso con las inusuales características era deslumbrante. Mona pensó que podría haberlo encontrado atractivo si se preocupara por ese tipo de cosas, lo cual no hacía. Llevaba una espada cruzada en la espalda, y otros tantos cuchillos.
—¿Por qué traes tu hedor de maldad a mi bosque, bruja? —El poder que emanó de él y sus palabras, le dijeron a Mona que lo que realmente esperaba era de hecho el caso. Este era un hechicero de la realeza.
No sólo de la realeza, no, pensó Mona para su placer. Este era Jungsoo, el Rey de los hechiceros.
Se echó a reír, fue un sonido que salió como un malévolo siseo.
—El mal que impregna estos bosques no es perturbado por mí, Rey Hechicero. Mi maldad simplemente aumenta el atractivo, ¿no te parece?
Jungsoo dio un paso más cerca de Mona, no para amenazar, sino más bien como una advertencia.
—¿Desde cuándo hay una bruja restante en este reino? ¿Las Fae no se hicieron cargo de las de tu clase?
—Soy la última de mi especie. No soy tan fácil de destruir. —Mona alzó la barbilla y arqueó una ceja—. Vayamos al grano entonces, no vengo a traerte problemas, vengo buscando información y tal vez un trato de algún tipo.
Jungsoo se burló.
—¿Qué posiblemente podrías tener que quisiera yo para intercambiar?
—Tsk, tsk, gran Rey. No me despidas con tanta rapidez. ¿Es que al menos no escucharás mi propuesta?
Jungsoo se quedó en silencio. Sus ojos se estrecharon mientras consideraba su petición.
—Bien. Te escucharé y luego te irás.
—Si recuerdo correctamente —comenzó lentamente—, hubo un tiempo en que los hechiceros estaban muy interesados en las piedras de las Fae. De hecho, creo que los de tu clase las estaban buscando fervientemente. —Mona vio como el Rey Hechicero se enderezaba ante sus palabras—. Las Fae han estado ausentes de este reino desde hace bastante tiempo. He venido a Decirte que he visto las piedras.
Jungsoo dio varios pasos amenazadores hacia ella.
—¿Por qué debería creerte? Las Fae nunca serían tan imprudentes con tales objetos tan poderosos.
Mona se rió.
—Ah, lo serían si fueran amenazadas por una extremadamente poderosa bruja con destruir a los Canis lupis y robar a dos sanadores gitanos.



6 comentarios:

  1. Ahhhh
    Van a desvirgar al pecesito!?????
    Ahhhh
    Oh si~
    Ya era hora(?)
    Jajajajajaja Hee ca a disfrutar con esto!!!!

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  2. Bobito...el modo en como hasta ahora Hyuk y Hae están llevando su relación,es bonito.
    La fae fue muy convincente con las palabras que le dijo a Hae,y la cereza del pastel es cuando Hyuk le confirma lo mucho que lo ama y lo que siente por él es muy,muy grande...y finalmente pueden estar en sus mentes.
    Estoy disfrutando esto porque no sé como vaya ser ahora todo esto,ellos muy lindos y todo pero,siempre hay un pero.
    Los ritos de sangre....*0*
    Y como no todo puede ser miel...tenia que aparecer la bruja...esta parte hubiera sido al principio...desmotiva.

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  3. Ahí dios!! La maldita bruja al parecer ya consiguió un nuevo aliado.
    Tan bello Hae con sus inseguridades y ahora explorando el mundo de los compañeros.
    Tengo una pregunta quienes son los de la foto? Los que están en la parte de atrás a cada lado de ella?? No logro identificar los personajes

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    Respuestas
    1. Si no los has reconocido, lo sabras con la historia y te darás cabezazos.....

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    2. Si no los has reconocido, lo sabras con la historia y te darás cabezazos.....

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...