Después que la
reunión de emergencia se terminara, Dambi llevó a Donghae a un lado fuera de la
habitación.
—Tenemos que
hablar.
Donghae miró el
rostro preocupado de Dambi y asintió. Dambi se giró sin Decir nada más,
obviamente esperando que Donghae la siguiera. Donghae miró por encima de su
hombro y vio a Hyukjae observándole. Él le guiñó un ojo y asintió
alentadoramente, haciéndole saber que entendía que tenía que ir.
Dambi entró en la
habitación que Siwon había convertido en el estudio de Donghae. Dambi se giró
dramáticamente, su brillante cabello blanco azotando alrededor de sus hombros.
Los ojos claros se estrecharon mientras miraba fijamente a Donghae.
Donghae tragó con
fuerza, sin saber qué era exactamente de lo que Dambi quería hablar, y hasta
ahora realmente no le gustaba el comportamiento de la Fae.
—Tienes que
completar el vínculo con tu compañero. —La voz de Dambi fue firme y era
evidente que no estaba haciendo una sugerencia, sino más bien dando una orden.
Donghae gimió
mientras se sentaba en el taburete alto que estaba al lado de su mesa de
trabajo.
—¿Qué es para lo
que tienes que estar listo? Él es tu compañero, no puedes cambiar eso. ¿Cuál es
el punto de posponer lo inevitable?
Donghae retorció
sus dedos nerviosamente en su regazo mientras hablaba.
—Nunca he tenido
un novio, Dambi. ¿Cómo puedo posiblemente saltar a una relación, una relación
muy permanente, debo añadir, con un chico al que realmente no conozco? No tengo
experiencia con las relaciones. Quiero Decir, Hyukjae fue mi primer beso real
por el amor de Dios.
Dambi sonrió.
—Bueno, un beso
es un comienzo. El resto seguirá. Donghae, tienes que comprender algunas cosas.
No sé si alguien te ha explicado exactamente por qué una pareja es tan
importante para un macho Canis lupis. Si no, entonces voy a iluminarte
rápidamente. —Dambi se subió sobre otro taburete alto para sentarse delante de Donghae.
»Sin su pareja,
un macho está en peligro de la oscuridad interior que lo hace abrumarse tan
mortalmente. Él necesita la oscuridad para ser el cazador feroz que es, pero
necesita a su pareja para equilibrar esa oscuridad con la luz de ella. Tú eres
único, Donghae. La luz en ti es fuerte y pura. Cuando un macho está vinculado y
tiene ese equilibrio, es un lobo más fuerte y más centrado. Puede controlar el
lobo que vive dentro de él y ya no corre el riesgo de convertirse en algo salvaje.
»Tenemos una
batalla que se avecina. Estará en nuestra puerta antes que te des cuenta y
necesitamos toda la fuerza que podamos conseguir. Serás un sanador más poderoso
y Hyukjae será un lobo mucho más poderoso. ¿De verdad le negarías eso? ¿Le
negarías la paz que viene con el vínculo de pareja?
La boca de Donghae
cayó abierta. Dambi realmente lo estaba pateando en el estómago.
—Vaya, Dambi,
seguro que sabes cómo hacer que uno se sienta como un grande y egoísta cabeza
hueca —murmuró Donghae.
—Mi deseo no es
que te sientas como un cabeza hueca, pero tienes que entender la importancia de
no retrasar esto por más tiempo. Tú lo amas. —La cabeza de Donghae se levantó
con eso—. Lo llevas escrito por toda tu cara.
—Sí, lo hago
—confesó Donghae—. Lo amo tanto que en realidad es doloroso estar lejos de él.
Eso no puede ser sano, Dambi. ¿No es como la codependencia o algo así?
—Estás pensando
en términos humanos. Él no es humano y tú eres más que humano. El vínculo entre
ustedes dos es más fuerte de lo que cualquier relación humana jamás podría ser.
No tienes que preocuparte de que él alguna vez te dejará, engañará, o hará daño
a propósito. Él no va a romper tu corazón, Donghae. —Dambi se estiró y tomó la
mano de Donghae, dándole un toque reconfortante.
—No va a romper
mi corazón porque está atascado conmigo. Dambi, ¿me has visto? —Donghae hizo
señas de arriba abajo delante de él, señalando su cuerpo—, ¿y lo has visto a
él? Está fuera de mi liga. Al igual que, estoy en la pequeña liga infantil como
receptor porque todo el mundo sabe que en esa liga es donde pones a ese niño y
él está en la liga mayor y es el mejor jugador que alguna vez bendijo el juego.
Dambi ladeó la
cabeza hacia un lado mientras escuchaba a Donghae, sin apartar los ojos de su
cara.
—Tú no te ves muy
claramente, Lee Donghae, sanador de la manada China. Tú eres hermoso por dentro
y por fuera. Hyukjae no podría haber pedido un compañero que lo complemente
mejor que tú. Tú eres tranquilo y pacífico, mientras que Hyukjae es travieso y
juguetón. Ambos se complementan muy bien.
—Es sólo que no
quiero ser una decepción para él. —Una lágrima se deslizó por su mejilla.
—Tú nunca podrías
ser una decepción para mí, Donghae mío.
Donghae jadeó
ante la voz que venía de detrás de él. Realmente no quería darse la vuelta y
enfrentarse a Hyukjae. Estaba avergonzado de él escuchando sus inseguridades.
—Creo que esta es
mi pista para irme —dijo Dambi mientras se levantaba. Ella puso un dedo bajo la
barbilla de Donghae, tirando de ella hacia arriba para mirarlo—. Puedes sentir
tu alma llamándolo. Deja de negar lo que la Gran Luna te ha dado y abraza el
regalo que es tu vínculo con tu pareja.
Entonces Hyukjae
y Donghae estuvieron solos.
Donghae se quedó
muy quieto y miró al suelo, deseando que se abriera y lo tragara.
Hyukjae se sentó
en el taburete que había ocupado Dambi y permaneció en silencio. Donghae podía
sentir sus ojos en él, esos hermosos ojos que lo cautivaban cada vez que lo
miraba.
Finalmente dejó
escapar un profundo suspiro, incapaz de soportar el silencio por más tiempo.
—Di algo, por
favor —habló en voz baja, inseguro de lo que él estaba pensando.
Hyukjae se acercó.
—Tú me amas —dijo
con una sonrisa.
El aliento de Donghae
escapó de sus pulmones como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago.
—¿Cuánto has
oído, exactamente?
Hyukjae se
encogió de hombros.
—Lo suficiente
como para Decirte que soy yo quien es indigno de ti. ¿Qué puedo hacer para
demostrarte que eres más de lo que jamás hubiera esperado? Llevas mi corazón en
tus manos, mi dulce sanador. Tu alma está llamándome tan fuerte que mi lobo
exige que me quede cerca de ti. No quiero presionarte y no quiero que completes
el vínculo conmigo porque Dambi dice que debes hacerlo. Tiene que ser tu decisión,
por las razones correctas. —Él puso su taburete más cerca al suyo. Donghae podía
oler su aroma único: algo picante que no podía identificar… y algo así como el
bosque cubierto de nieve recién caída.
—Donghae. —Él
pronunció su nombre con reverencia y salió casi en un susurro. El sintió su
aliento acariciar su rostro. Antes que se diera cuenta de lo que él estaba
haciendo, se levantó y lo ayudó a levantarse del taburete. Lo tomó por la
cintura y lo sentó en la mesa de trabajo y se encajó a sí mismo entre sus
piernas. Mientras envolvía sus brazos a su alrededor, le oyó murmurarle en voz
baja, en coreano.
El latido del
corazón de Donghae se aceleró. El hundió su rostro en su cuello, respirando
profundamente. Después de unos momentos, envolvió sus brazos alrededor de su
cuello y lo atrajo más cerca. Nada nunca se había sentido tan correcto como
estar en sus brazos.
Hyukjae se apartó
lo suficiente para que sus labios estuvieran junto a su oído. Donghae sintió su
cálido aliento contra su piel, y como si fuera la cosa más natural del mundo,
inclinó la cabeza hacia un lado, lo que le permitió un mayor acceso a su
cuello.
Un ruido sordo salió
de Hyukjae. Sus cálidos labios contra su cuello causaban escalofríos que
ondulaban por su espalda.
—No voy a
mentirte, Donghae. —sintió sus labios moviéndose contra su piel mientras
hablaba y un suave gemido escapó de él. Hyukjae rió, disfrutando del efecto que
estaba teniendo sobre él—. Mi lobo está inquieto. Quiere a su compañero. Quiere
protegerte, estar cerca de ti, y el hombre está de acuerdo con él.
La cabeza de Donghae
cayó hacia delante sobre el hombro de Hyukjae y se aferró a la parte superior
de sus brazos cuando sintió su lengua golpeando rápidamente en su cuello.
—Te necesito
—continuó él—. Cuando estoy lejos de ti sobre todo lo que pienso es en la
próxima vez voy a verte. Cuando estoy contigo es en todo lo que puedo hacer
para evitar tocarte, sostenerte, besarte. Saber que vas a estar conmigo durante
esta vida, sentir la oscuridad retroceder cuando me tocas, ver tus defensas
derretirse cuando te abrazo… estas cosas me impiden volverme loco mientras
espero.
Donghae se apartó
y colocó las manos a ambos lados de la cara de él. El no tenía ninguna experiencia
con las relaciones, emocionales o físicas. Decidió dejar que sus instintos lo
guiaran. Corrió un pulgar por sus labios sensuales y dejó escapar una risa
entrecortada cuando él lo pellizcó juguetonamente.
—¿No me dejarás
nunca? —preguntó en voz baja. Sus manos dejaron su cara y se deslizaron por su
cuello hasta sus hombros.
—Nunca. —La
intensidad de sus ojos y la convicción en su voz casi calmaron las dudas,
preocupaciones y temores que habían estado reteniendo su corazón de él. Casi.
—Está bien.
—sonrió tímidamente.
—¿Está bien? —Hyukjae
sintió a su lobo animarse—. ¿Estás diciendo que está bien porque me crees o
está bien vamos a hacer esta cosa de la vinculación?
Donghae rió ante
la impaciencia en su voz.
—Sí —respondió
con sencillez.
Una enorme
sonrisa se dibujó en el rostro de Hyukjae mientras acunaba su rostro y lo
atraía hacia sí, presionando sus labios a los de él con firmeza. Donghae se
tensó al principio, pero la pasión que sentía por su vínculo le hizo superar
con rapidez sus inseguridades. Envolvió sus brazos alrededor de su cuello e
inclinó la cabeza hacia un lado para que él pudiera profundizar el beso.
Tentativamente separó sus labios, ofreciéndole la entrada y él no perdió tiempo
tomando ventaja de su audacia. Una de las manos de Hyukjae resbaló de su rostro
y viajó a la parte posterior de su cuello, mientras que la otra acariciaba su
brazo, terminando en su cadera. Él lo atrajo hacia sí y gruñó cuando gimió en
su boca. El beso fue intenso. Donghae sintió un tirón en su interior
estirándose hacia Hyukjae. Se sentía como si no pudiera acercarse lo
suficiente. Su “Hee interior” se animó ante eso y Donghae sonrió para sus
adentros al pensar en cómo esto debía haber sido de lo que Hee siempre estaba
delirando.
Hyukjae se retiró
y, para su vergüenza, Donghae realmente gimió en decepción. Esto trajo una risa
de él.
Los ojos de Donghae
se estrecharon.
—¿Qué es tan
gracioso?
Hyukjae se
inclinó hacia adelante, presionando un beso en su frente.
—Tú lo eres, mi
cielo. En realidad estás avergonzado por tu deseo por mí. Es lindo.
Donghae volvió a
gemir y trató de ocultar su ahora sonrojada cara en su pecho.
—Tienes que estar
bromeando. ¿Cómo podrías Decir que me daba vergüenza?
—Podía sentirlo.
Eso es parte de nuestro vínculo. Debe de ser cada vez más fuerte si estoy
empezando a sentir tus emociones. Mira si puedes sentir las mías.
—¿Exactamente
cómo se supone que voy a hacer eso? —preguntó vacilantemente.
—Podría ser más
fácil si cierras tus ojos y te concentras en mí. Piensa en cómo me veo, cómo me
siento, cómo huelo, y, si lo deseas, puedes pensar en cómo es mi sabor. —Hyukjae
rió cuando Donghae golpeó juguetonamente su brazo.
Cerró sus ojos y
empezó a pensar en él. Pensó en su cabello desordenado, sus hermosos ojos que
danzaban con picardía. Pensó en la sonrisa que se extendía por su cara que
siempre parecía Decir que él sabía algo que nadie más hacía, y luego pensó en
el hoyuelo que acompañaba esa sonrisa. Poco a poco sintió una atracción hacia
él, casi como si una cadena los conectara y estuviera atrayéndolos.
De repente una
intensa calidez fluyó sobre él y supo que era su amor. Estaba saliendo a
torrentes de Hyukjae y cubriéndole como si fuera un manto de protección. Era
intenso, como las olas fluyendo con la marea. Su amor era como esas olas
chocando contra sus dudas y temores, ahogando sus inseguridades, y al igual que
aquellas olas que traían destrucción también traían vida. Las olas traían vida
desde el mar abierto hasta cerca de la costa y para aquellos que necesitaban
esa vida. Así era el amor de Hyukjae por él. Lo llenaba de vida. Hyukjae dijo
tener oscuridad en él, pero era mucho más que eso.
Donghae jadeó
ante la sensación abrumadora y se agarró a sus brazos como apoyo. Su cabeza se
levantó lentamente para mirar a Hyukjae. Intensos y brillantes ojos le
traspasaron.
—Tú… —trató de
hablar, pero la revelación que acababa de golpearle le había robado el aliento.
Lo intentó de nuevo—. Tú me amas.
Hyukjae acunó
tiernamente su mandíbula y pasó su pulgar suavemente sobre su labio inferior.
—Más que a nada
en esta vida o en la próxima.
—Pero, quiero Decir,
en serio me amas. —Donghae estaba tratando de comprender la realidad de lo que
acababa de sentir. Sus ojos estaban muy abiertos con asombro, mientras miraba
al hombre que era su compañero.
—He estado
tratando de decírtelo, Donghae mío. ¿Me crees ahora?
Donghae asintió
lentamente y luego sus labios se inclinaron hacia arriba en una pequeña
sonrisa.
—Gracias —le
dijo.
—Es para mí un
honor increíble llegar a amarte —le dijo Hyukjae con sinceridad.
Donghae cerró los
ojos una vez más y se abrió a sí mismo a él. Quería que él supiera cómo se
sentía, y ahora que no tenía ninguna duda sobre cómo se sentía Hyukjae por él,
abrió las puertas de su corazón.
Hyukjae atrajo a Donghae
fuertemente entre sus brazos. Sintió que el muro entre ellos se desmoronaba y a
Donghae finalmente dejándolo entrar. Aunque su amor era una ola rompiendo, el
amor de él no era menos feroz. Llegó más en la forma de un río que fluía
constante e inquebrantablemente de Donghae. Así como que el agua llenaba
cualquier abertura, el amor de Donghae llenaba cada lugar vacío en Hyukjae.
Cualquier espacio, sin importar cuán grande o pequeño, fue inundado con él.
Cuando él abrió
los ojos, fue ante la dulce sonrisa de Donghae. Sus hermosos ojos marrones le
miraban con adoración.
«Finalmente»,
pensó él.
Los ojos de Donghae
se abrieron.
—¿Acabas de
hablar en voz alta? No vi tus labios moverse.
—No, ¿qué
escuchaste? —preguntó.
—Dijiste:
“finalmente”.
Hyukjae sonrió.
—Eso fue en mi
mente, amor. Al parecer, nuestro vínculo se ha abierto completamente.
La sonrisa de Hyukjae
se ensanchó mientras utilizaba su nuevo vínculo mental. Repitió sus palabras
anteriores.
«Me amas».
Donghae le
devolvió la sonrisa.
«Lo hago».
«Dilo, por
favor».
«¿Lo?», bromeó Donghae.
Hyukjae gimió y
le gruñó a través de su vínculo.
«Sabes lo que
quiero decir».
Donghae rió y lo
atrajo más cerca. Tiró de su cara hacia abajo, más cerca de la suya y se
inclinó para que sus labios estuvieran al lado de su oreja.
—Te. Amo. —dejó
que su cálido aliento rozara su piel mientras hablaba y sintió las manos de él
apretarse donde agarraban sus caderas.
«Bien. Haremos la
ceremonia de vinculación y los Ritos de Sangre esta noche».
Donghae chilló:
—¿Qué?
Hyukjae se limitó
a reír mientras lo ayudaba a bajar de la mesa y se lo llevó de la mano fuera de
la habitación.
—Vamos, mi cielo.
Tengo planes para ti —bromeó con malicia.
Mona había
esperado lo suficiente en El Limbo. Era el momento de poner su plan en acción.
Dejó el santuario en una ráfaga de humo y llamó a su fiel corcel Octavian.
Usando las carreteras secundarias y manteniéndose fuera del marcado camino,
presionó a Octavian lo más duro que podía correr en dirección a la frontera de Taiwán.
Le habían dicho de un pequeño hechicero útil, que tenía un clan situado un poco
más allá de la frontera. Al parecer había alguien ahí que podría Decirle lo que
necesitaba saber. A pesar de que había jurado no confiar nunca en nadie, no
tenía ni idea de por dónde empezar a buscar la información que necesitaba, por
lo que había decidido hacer una excepción sólo por esta vez. Por supuesto,
había amenazado con estrangular al pequeño hechicero con sus propios intestinos
si estaba mintiendo.
Cabalgó a través
de las montañas, el frío invierno comenzaba a ser un recuerdo mientras la
primavera comenzaba a emerger de su largo descanso. Puso los ojos en blanco
ante la vida floreciendo en el bosque, las plantas prosperando y los árboles
llevando nuevas hojas frescas. Le daba un poco de satisfacción saber que los
oscuros cascos de Octavian mataban a todo ser viviente en la tierra donde aterrizaban.
El mal que la llenaba ya no podía ser contenido y se filtraba hacia las áreas a
su alrededor. Soltó una carcajada escalofriante que rebotó en las rocas y los
árboles, creando un eco perturbador. Una vez que salió de la cobertura del
bosque, trató de evitar grandes pueblos o ciudades. No descansó en la noche, y
sólo se detuvo brevemente para refrescar a Octavian. Sí, era una bruja malvada,
pero incluso las brujas malvadas necesitaban asegurarse que su medio de
transporte estaba debidamente cuidado.
El tiempo pasó
inexorablemente mientras cabalgaba. Los pensamientos de Mona fueron consumidos
con el plan que estaba tramando. Había hecho un poco de investigación mientras
había estado en El Limbo y descubrió que podría tener la habilidad de reunir un
ejército como ningún otro. Las Fae no eran los únicos que tenían un velo,
resulta que el velo que llevaba al inframundo tenía una puerta, una que había
estado cerrada y sellada desde hace mucho tiempo por la maldad que había detrás
de ella. Necesitaba saber más. Tenía que asegurarse que podía controlar la
oscuridad que planeaba desatar, la oscuridad que orquestaría la destrucción
final de sus enemigos.
Finalmente cruzó
la frontera de Taiwán. El hechicero le había dicho que con el que tenía que
hablar la encontraría y que sólo necesitaba darse a conocer. Dijo que la
montaña y los árboles les darían a conocer las intenciones de ella y serían
cautelosos. Así que una vez que entró en el bosque llevó a Octavian a un paso
lento y mantuvo sus ojos en constante movimiento itinerante sobre el paisaje a
su alrededor. Después de varias horas sintió una presencia, era casi tan
malvada como ella.
—Muéstrate,
hermano del oficio. —Desdémona habló confiadamente al silencio.
Después de varios
segundos, una alta figura emergió. Estaba envuelto en una capa verde profundo
que se mezclaba bien con el frondoso bosque a su alrededor. Su cabello era
negro como la noche y tenía orejas puntiagudas, su rostro estaba cerca de ser
humano en forma, aunque su nariz era más afilada en apariencia y sus labios
eran tan finos. Lo más impresionante eran sus ojos, tenían forma de almendra,
un poco más separados que los de un humano, y resplandecían con un
escalofriante amarillo como el de la luna de la cosecha.
Incluso con las
inusuales características era deslumbrante. Mona pensó que podría haberlo
encontrado atractivo si se preocupara por ese tipo de cosas, lo cual no hacía.
Llevaba una espada cruzada en la espalda, y otros tantos cuchillos.
—¿Por qué traes
tu hedor de maldad a mi bosque, bruja? —El poder que emanó de él y sus
palabras, le dijeron a Mona que lo que realmente esperaba era de hecho el caso.
Este era un hechicero de la realeza.
No sólo de la
realeza, no, pensó Mona para su placer. Este era Jungsoo, el Rey de los
hechiceros.
Se echó a reír,
fue un sonido que salió como un malévolo siseo.
—El mal que
impregna estos bosques no es perturbado por mí, Rey Hechicero. Mi maldad
simplemente aumenta el atractivo, ¿no te parece?
Jungsoo dio un
paso más cerca de Mona, no para amenazar, sino más bien como una advertencia.
—¿Desde cuándo
hay una bruja restante en este reino? ¿Las Fae no se hicieron cargo de las de
tu clase?
—Soy la última de
mi especie. No soy tan fácil de destruir. —Mona alzó la barbilla y arqueó una
ceja—. Vayamos al grano entonces, no vengo a traerte problemas, vengo buscando
información y tal vez un trato de algún tipo.
Jungsoo se burló.
—¿Qué
posiblemente podrías tener que quisiera yo para intercambiar?
—Tsk, tsk, gran
Rey. No me despidas con tanta rapidez. ¿Es que al menos no escucharás mi
propuesta?
Jungsoo se quedó
en silencio. Sus ojos se estrecharon mientras consideraba su petición.
—Bien. Te
escucharé y luego te irás.
—Si recuerdo
correctamente —comenzó lentamente—, hubo un tiempo en que los hechiceros estaban
muy interesados en las piedras de las Fae. De hecho, creo que los de tu clase
las estaban buscando fervientemente. —Mona vio como el Rey Hechicero se
enderezaba ante sus palabras—. Las Fae han estado ausentes de este reino desde
hace bastante tiempo. He venido a Decirte que he visto las piedras.
Jungsoo dio
varios pasos amenazadores hacia ella.
—¿Por qué debería
creerte? Las Fae nunca serían tan imprudentes con tales objetos tan poderosos.
Mona se rió.
—Ah, lo serían si
fueran amenazadas por una extremadamente poderosa bruja con destruir a los Canis
lupis y robar a dos sanadores gitanos.
Ahhhh
ResponderEliminarVan a desvirgar al pecesito!?????
Ahhhh
Oh si~
Ya era hora(?)
Jajajajajaja Hee ca a disfrutar con esto!!!!
Bobito...el modo en como hasta ahora Hyuk y Hae están llevando su relación,es bonito.
ResponderEliminarLa fae fue muy convincente con las palabras que le dijo a Hae,y la cereza del pastel es cuando Hyuk le confirma lo mucho que lo ama y lo que siente por él es muy,muy grande...y finalmente pueden estar en sus mentes.
Estoy disfrutando esto porque no sé como vaya ser ahora todo esto,ellos muy lindos y todo pero,siempre hay un pero.
Los ritos de sangre....*0*
Y como no todo puede ser miel...tenia que aparecer la bruja...esta parte hubiera sido al principio...desmotiva.
Ahí dios!! La maldita bruja al parecer ya consiguió un nuevo aliado.
ResponderEliminarTan bello Hae con sus inseguridades y ahora explorando el mundo de los compañeros.
Tengo una pregunta quienes son los de la foto? Los que están en la parte de atrás a cada lado de ella?? No logro identificar los personajes
Si no los has reconocido, lo sabras con la historia y te darás cabezazos.....
EliminarSi no los has reconocido, lo sabras con la historia y te darás cabezazos.....
EliminarSon Changmin y zhoumi??
Eliminar