El
lobo que era Sooyeon agarró la pierna del pantalón de Hee y comenzó a tirarlo
hacia lo más profundo en las montañas.
Lo
arrastró constantemente por varios kilómetros hacia la profunda caverna que
había encontrado. El loba puso a Hee boca arriba justo en el borde de la misma.
Luego Sooyeon gradualmente volvió a su forma humana; tembló ante la pérdida de
su pelaje, pero rápidamente se sacudió y agarró los cubos de orina de lobo que Hanheng
había insistido que tomara, los cuales había escondido el día anterior.
Volvió
al lado de Hee mientras éste comenzaba a gemir y a volver en sí.
—Diablos
—gimió Hee.
—Lo
siento, Hee. Lo siento, pero tengo que hacer esto. —Sooyeon empujó las piernas
de Hee sobre el borde de la caverna.
Hee
jadeó y sus brazos se estiraron temblando en busca de algo, cualquier cosa. Sooyeon
le dio otro empujón y Hee se deslizó sobre el borde. Su estómago se raspó
contra la piedra mientras que su camiseta se subía; sus uñas se rasgaron
mientras trataba de agarrar algo para no caerse.
Hee
se deslizó más y más, sus pies empujándose hacia cualquier roca que pudiera
darle un punto de apoyo. Finalmente sintió una raíz que sobresalía y la agarró,
aferrándose desesperadamente de esa cuerda vital. Él miró hacia arriba y apenas
pudo ver a Sooyeon en la oscuridad, inclinándose sobre el borde, con un cubo de
algo en la mano.
—¿Por
qué haces esto? —preguntó Hee, su voz apretada del miedo y la tensión de
sostenerse.
—No entenderías. —Sooyeon tenía lágrimas por sus mejillas—. Tienes a tu compañero. ¿Cómo podrías entender?
—Pruébame
—gruñó Hee. Sooyeon limpió sus lágrimas.
—Estuve
enamorado. Él era humano.
La
boca de Hee cayó abierta.
—¿Y
tu compañero?
—¿Qué
pasa con él? —escupió Sooyeon—. No lo veo por aquí. ¿Y tú, Hee? Quién sabe
cuánto tiempo tarde hasta encontrarlo. Podría tardar siglos, sin embargo, Junjin
espera que viva solo, vacío.
—Él
sabe que sólo tu compañero hará que el vacío desaparezca, Sooyeon —dijo
suavemente Hee, tratando de razonar con el joven lobo enfurecido.
—Era
feliz con Tyler. Me hacía reír. —Los ojos de Sooyeon se nublaron mientras que
los recuerdos llenaban su mente. Luego su rostro se oscureció—. Junjin lo
descubrió e hizo enviar a Tyler a los Estados Unidos. Me prohibieron verlo, o a
cualquier otro ser humano. Ya no estar más bajo el mando de Junjin es la única
manera en que puedo estar con Tyler.
—¿Lo
envenenaste? —Los ojos de Hee se ampliaron mientras su respiración se
aceleraba.
—No.
Hanheng lo hizo. Hanheng accedió a dejarme unir a su manada, y si no encuentro
a mi compañero entre ellos, accedió a dejarme ir a Estados Unidos para
encontrarme con Tyler. Me dijo que tenía que deshacerme de ti. Piensa que al
deshacerse de ti se estará encargando también del Beta. Siwon se matará por
pelear contra la manada de Hanheng o morirá buscando tu cuerpo. También tiene planes
para Kangin… se implementarán con el tiempo también.
Hee
no podía creer lo que estaba oyendo. Sus brazos estaban cansándose y empezaban
a temblar. Tenía que intentar que Sooyeon cambiara de alguna manera su opinión.
—Sooyeon,
no tienes que hacer esto. Podrías dejarme ir y sólo marcharte. No se lo diré a
nadie.
Sooyeon
se rió.
—Hanheng
me mataría si no terminara la tarea que me ha dado. Lo siento, Hee. De verdad
me agradas, pero amo a Tyler, y no voy a desperdiciar mi vida esperando por un
compañero que nunca podría encontrar.
Empezó
a inclinar el cubo de líquido y Hee sintió nauseas mientras el hedor golpeaba
su nariz un segundo antes de que el frío fluido lo empapara. Hee escupió y
tosió, tratando de que no entrara en su boca.
—Lamento
la orina, pero Hanheng insistió —le dijo Sooyeon mientras recogía otro cubo y
lo vertía—. Dijo que cubriría tu aroma y que les llevaría más tiempo
encontrarte.
Las
manos de Hee comenzaron a deslizarse mientras que la raíz en la cual se
sostenía empezaba a deslizarse por la orina. Trató de ahogar el grito que salió
cuando se resbaló, ganando sólo su alcance en el último segundo.
—Harías
cualquier cosa para estar con Siwon, Hee. Eso es lo que tengo que hacer para
estar con Tyler.
—Siwon
es mi compañero, Sooyeon. No es lo mismo. No estarás satisfecho con el humano.
—Hee intentó otra vez, pero sabía que era inútil mientras Sooyeon se paraba.
—Me
tengo que ir, no quiero que ellos vengan a buscarme. Ruego para que tu muerte
sea rápida y así no sufras.
Hee
miró arriba hacia la oscuridad, comprendió justo antes de que sus manos se
deslizaran que iba a morir. Una lágrima se deslizó por su mejilla mientras que
su agarre aflojaba en contra de su voluntad.
Gritó
roncamente mientras caía. No fue tan profundo como pensó, la caída no duró
mucho, pero no suavizó el aterrizaje. Golpeó el duro suelo y una vez más, la
oscuridad asumió el control.
Donghae
finalmente encontró la hierba de flor púrpura. Corrió, su linterna rebotando
sobre el suelo. Ella cayó al suelo junto a la planta y comenzó a cavar para
sacar la planta por la raíz. No sabía cómo lo sabía, pero sabía que tenía que
tener la raíz unida para que el antídoto fuera potente.
Cavó
y cavó, sus uñas cubriéndose de suciedad, y finalmente sacó varias plantas. Las
metió en su camisa y comenzó a correr de nuevo. Cada vez más rápido se empujo a
sí mismo, la urgencia por regresar llevándolo como una manada de lobos
furiosos.
Donghae
no le dio importancia a Sooyeon o Hee, pensó que eran chicos grandes y podían
arreglárselas por sí mismos. Finalmente vió la masiva puerta de entrada de la
finca. Mientras entraba deprisa por la puerta, y se precipitaba por las
escaleras hacia la puerta principal, casi corrió contra Hongki.
—Umph
—gruñó Donghae cuando se obligó a detenerse. Miró hacia el doctor—. ¿Sigue
vivo?
—Sí,
pero por muy poco —le dijo Hongki tristemente—. Quiero que hagamos esto en mi
oficina. No quiero decirle a nadie lo que estamos haciendo, y cuando le demos
el antídoto no le diremos a nadie que lo tenemos.
—¿Sabes
quién lo envenenó? —preguntó Donghae mientras sus ojos se abrían más.
—No,
pero tuvo que ser alguien en esa pequeña cena. Voy a tratar de hacer que Kangin
y Siwon indaguen en la habitación, pero los dos están muy volátiles en este
momento. —Hongki ladeó su cabeza a un lado—. Especialmente Siwon desde que se
dio cuenta que su compañero ha desaparecido.
Donghae
miró tímidamente al suelo.
—Él
está fuera con Sooyeon buscando Wolfsbane.
Hongki
asintió una vez e hizo eco de los pensamientos de Donghae.
—Bueno,
son chicos grandes. Pueden arreglárselas solos. Ahora, tú y yo vamos a hacer el
antídoto.
Hongki
tiró de Donghae a la mansión y se apresuraron a su oficina.
Donghae
sacó las plantas y le dijo a Hongki que le consiguiera un recipiente con agua
caliente y algunos viales pequeños.
Hongki
colocó los artículos en la mesa de laboratorio frente a Donghae.
—Esto
es tan extraño —murmuró Donghae.
—¿Qué?
—Yo
sabiendo qué es lo que tengo que hacer. Es como si alguien hubiera encendido un
interruptor.
Donghae
trabajó rápido, removiendo las hojas y sumergiéndolas en agua caliente. Llenó
el recipiente hasta que todo lo que se podía ver eran hojas oscuras flotando en
él. Tan pronto como el agua estuvo a temperatura ambiente, sabía que estaba
listo. Tomó dos viales y los llenó.
Algo
hizo clic cuando sostuvo los frascos en sus manos. Donghae cerró sus ojos y
sintió la magia, esa era la única palabra que se le ocurría, fluyendo a través
de él mientras invocaba las propiedades curativas de la planta. Su boca empezó
a moverse mientras susurraba las palabras que aparecieron en su mente.
—Eres
llamado la perdición del lobo cuando en realidad sanas. Te invoco hoy para
buscar el veneno destinado a robar. Penetrar en el lobo y verter vida de nuevo
en él. Dale fuerza a mi Alfa, no lo dejes caer.
Donghae
abrió sus ojos y una sola lágrima se deslizó en uno de los frascos. De repente
el líquido empezó a brillar de un color blanco puro.
—Está
hecho —le dijo Donghae a Hongki resueltamente.
Hongki
asintió. Sacó su celular y envió un mensaje a Siwon.
Hongki
txt: En camino
—Vamos.
Siwon
se paseaba, su lobo estaba preocupado y herido. Su Alfa estaba cerca de la
muerte. El compañera de su Alfa estaba al borde la muerte. Y su compañero se
había marchado sin siquiera un “nos vemos, bola de pelos”.
Hongki
acababa de mandarle un mensaje avisando que él y Donghae estaban de camino con
el antídoto. Ahora sólo tenían que orar para que funcionara, que Donghae
realmente fuera un sanador, aunque parecía que si lo era. Pidió a todos que
salieran excepto los miembros de la manada, y los demás salieron a la
habitación donde sólo unas horas antes los Alfas se habían reído y burlado de
sus manadas.
Siwon
siguió mirando hacia abajo a los lobos a través de la puerta abierta, su lobo
buscando al que se atrevió a herir a Junjin, pero su mente era un desastre,
nublado con demasiados sentimientos. Estaría más tranquilo una vez que Heechul
regresara. Una vez que estuviera a su lado, olfatearía al traidor.
Kangin
tiró de Teuk a su regazo y envolvió sus brazos a su alrededor, tratando de
controlar su temblor. Leeteuk estaba en shock, así como lo estaba él.
¿Quién haría esto, Kangin?
No lo sé, amor. Mi padre es
muy poderoso, y con el poder vienen enemigos. Simplemente no pensé que fuera
nadie de entre nosotros.
Teuk
dejó a Kangin y caminó hacia la cama, subiendo junto a Hyesung. Tomó su mano y
la sostuvo contra su corazón. Lágrimas bajaron por sus mejillas mientras miraba
a la persona de la que había llegado a pensar como un appa luchando por cada
respiración.
El es la persona más dulce
que he conocido, Kangin. Tan desinteresado y amoroso. Teuk no pudo evitar el sollozo que forzó su camino desde su pecho.
Se inclinó sobre Hyesung y rezó para que fuera perdonado, para que los dos
fueran perdonados.
Kangin
deslizó sus brazos a su alrededor. Una sola lágrima escapó de su mejilla, por
sus padres y por su compañero. Tantas muertes en los meses pasados, tantas
vidas desperdiciadas. Y ahora más serían tomadas. Ya sea la de sus padres o la
del culpable del intento de asesinato.
Donghae
y Hongki entraron a la habitación y Siwon cerró la puerta tras de ellos,
dejando fuera a los otros. Donghae caminó tranquilamente hacia la cama y subió
al lado de su Alfa, porque como el sanador de su manada, él realmente era su
Alfa.
Las
lágrimas amenazaban con extenderse al pensar en cómo había sentido el veneno en
su sistema al presionar la mano hacia él antes. Era lento, filtrándose en sus
células, matando, destruyendo.
Sacó
los frascos de su bolsillo y se olvidó de la habitación a su alrededor mientras
desenroscaba las tapas. Colocando una mano detrás de la cabeza de Junjin, se
inclinó al frente y presionó el frasco en sus labios. Así como antes, las
palabras que necesitaba decir fluyeron a través de su mente y de su boca.
Susurró cerca de su oído mientras sostenía el frasco en su boca, esperando para
derramarlo hasta que sus labios se separaran.
—Mi
Alfa, escucha mi voz. Soy Donghae, sanador gitano de la manada Coreana. Llamo a
tu lobo. Preséntate y cuida del hombre que alberga tu espíritu y protege tu
manada. Acércate, lobo Alfa, y confía en que lo que te estoy dando es para
sanar y no para herir.
Donghae
vio como los labios de Junjin se separaron, y fue capaz de inclinar el antídoto
en su boca. Rápidamente vertió el segundo frasco y lo miró tragar, cerrar su
boca, y volverse inmóvil de nuevo.
Una
vez más, se inclinó al frente y puso su frente contra la de él. Cerró sus ojos
y ralentizó su respiración. Sintió al lobo revolviéndose debajo del hombre,
herido, asustado y enojado. Temía por su compañero, siendo incapaz de sentirlo.
Donghae
susurró en su mente.
«Él
está aquí a tu lado, Alfa. Ningún daño vendrá hacia él si luchas. Lucha contra
el veneno, deja que el líquido sanador se mueva a través de tu cuerpo. Si tú
eres curado, él lo será.»
El
lobo se asentó ligeramente. Donghae podía sentir el Wolfsbane moverse, buscando
el veneno, como si se tratara de un ser vivo.
Descansa
ahora, Alfa. Estás protegido, eres amado. Donghae se apartó y bajó de la cama.
Sintió a su cuerpo hundirse, sin darse cuenta cuán extenuante había sido la
curación. Miró a Siwon.
—Está
funcionando. No sé cuánto va a tardar hasta que él despierte. Necesitan ser
protegidos y vigilados.
—No
habrán menos de cuatro lobos con ellos en todo momento. Vamos a rotarnos en
turnos para que así todos tengan tiempo de descansar. —Siwon se giró hacia Kangin—.
¿Asumo que te quieres quedar?
Kangin
asintió mientras sostenía a su compañero. Siwon se giró hacia los otros
miembros de la manada.
—Donghwa,
Kyuhyun, Yunho, ustedes tomarán el primer turno con Kangin. Tengo que averiguar
en dónde diablos está mi compañero. —Se giró hacia Donghae—. Ven —demandó
bruscamente.
Donghae
se enderezó, reuniendo fuerza siguió al Beta fuera.
—¿Dónde
está? —preguntó Siwon una vez que estuvieron en el pasillo, lejos de los oídos
indiscretos.
—Fue
conmigo y Sooyeon a los bosques para encontrar el Wolfsbane. Nos separamos y yo
logré volver primero. Me imaginé que estarían justo detrás de mí —explicó Donghae
rápidamente.
Miró
al Beta luchando para controlar a su lobo.
—Voy
a revisar su habitación. ¿Podrías conseguir a Hongki y a Zhoumi y buscar por él
también?
Sin
esperar por su respuesta, Siwon se giró y caminó rápidamente hacia la
habitación de Heechul.
Siwon
sabía antes de abrir la puerta que Heechul no estaba en su habitación. Entró de
todas formas, necesitando su esencia a su alrededor.
Caminó
hacia la cama y se sentó en el borde.
Sólo
unas horas antes se había acostado con él en esta cama, sosteniéndolo,
besándolo, mostrándole lo mucho que lo amaba y lo quería.
¿Cómo
es que el día se había jodido tan rápidamente? Sintió su pecho apretarse
mientras la oscuridad se filtraba.
Su
Alfa estaba enfermo y la manada estaba débil por ello, su compañero estaba
pérdido, y su lobo estaba al borde de la furia.
Las
manos de Siwon temblaban mientras tomaba la almohada de Heechul y la empujaba a
su cara. Tomó una respiración profunda y captó una pequeña cantidad de
comodidad de la vainilla y canela que se filtró dentro de su propio ser.
Su
mente vagó a hace mucho tiempo atrás cuando su corazón había estado en manos de
una mujer, llena de vida y de coraje al igual que su compañero. Jiwon había
sido una alegría para todos alrededor de ella y él la había perdido. Pensó que
su corazón nunca se iba a curar de la pérdida de su hermana. Pero luego había
conocido a Heechul, su compañero. Él llenó ese agujero y vertió vida donde la
muerte había lentamente empezado a tomar lugar. Ahora no sabía dónde estaba, no
sabía si estaba bien.
El
corazón de Siwon se rompió y su lobo empujó hacia adelante a medida que un
aullido lastimero se vertía desde el fondo de su alma. Mientras tomaba
respiraciones profundas, tratando de calmar a su lobo y rehacerse, pudo sentir
a su lobo estirándose, buscando el vínculo entre ellos que todavía tenía que
consolidarse verdaderamente. Sus hombros cayeron.
“¿Tienes alguna idea de cuánto tiempo he
esperado por ti?”. Su mente buscando por su propia voluntad. “Apenas acabo de encontrarte y ahora te estoy
perdiendo”.
Luego
en el silencio, Siwon lo escuchó.
Hee
pudo sentir algo cálido y pegajoso corriendo en sus ojos. Levantó la mano para
limpiarlo y un dolor agudo sacó un jadeo de él. Estaba todo negro como boca de
lobo, ni siquiera podía ver la mano delante de su cara.
―Mierda
―gruñó. Se dio cuenta entonces de que probablemente se había roto el brazo. Se
movió experimentalmente y sintió un dolor punzante en el costado. Heechul pensó
por un segundo, tratando de recordar lo poco que pudo de primeros auxilios.
Bien,
dolor en el costado, es difícil respirar. Probablemente se rompió una costilla,
tal vez se perforó un pulmón. Excelente.
Rodó
hacia un lado y fue capaz de levantar el otro brazo a la cabeza. Sintió una
herida abierta, una que estaba derramando sangre por su rostro y sus ojos.
Trató de ejercer presión, sabiendo que tenía que tratar de detener el flujo.
Estaba débil, y se debilitaba cada vez más.
“¿Tienes alguna idea de cuánto
tiempo he esperado por ti?”
Abruptamente,
Hee se sentó y casi gritó por el dolor que atravesó su cuerpo. No es
posible, pensó.
―No
acabo de oír eso ―dijo en la oscuridad. Cerró los ojos y esperó para ver si
escuchaba más de la voz que necesitaba oír tanto como necesitaba aire para
respirar. El corazón le latía con fuerza en su pecho, su respiración era
superficial, y a pesar del frío, podía sentir el sudor chorreando por su cuello.
“Apenas acabo de encontrarte
y ahora te estoy perdiendo.”
Dejó escapar un lento suspiro, saboreando el
sonido en su mente. Por fin, se dijo mientras las lágrimas corrían por sus
mejillas frías, mezclándose con la sangre que seguía fluyendo. Por fin.
“¿Siwon?” envió vacilantemente.
“¿Heechul?” La voz de Siwon era urgente, firme.
“¿Puedes oírme?” le preguntó, todavía incapaz de creer que estaban hablando a través
de sus pensamientos. Había soñado, deseado, esperado y anhelado para que esto
sucediera.
“Maldito infierno. Sí,
puedo oírte. ¿Dónde estás? ¿Qué pasó?”
“No sé dónde estoy” le dijo él, tratando de recordar lo que había sucedido. “Está oscuro… y frío. El suelo se siente como
piedras y tierra.”
“Heechul, ¿qué pasó?” le preguntó de nuevo.
“Es Sooyeon, Siwon. Hizo
algún tipo de acuerdo con Hanheng. Siwon…”
Su voz se hizo más fuerte mientras comenzaba a
recordar lo que pasó, Sooyeon empujándolo en un agujero en la tierra. Vertiendo
la orina sobre él, ahora, eso era algo que Hee honestamente podría decir que
nunca había tenido que pasar en su vida. Dios mío, cómo había cambiado
repentinamente su expectativa de vida.
“Kangin y Teuk, ellos están
en peligro. Hanheng los quiere a todos muertos. Tienes que protegerlos.”
“Tengo que encontrarte” insistió Siwon.
“¡No! Tienes que
protegerlos. Si algo le sucede a Kangin, Teuk morirá. Lo mismo con Junjin y Hyesung.
Siwon, tienes que asegurarte de que estén a salvo” declaró
Hee.
“¡NO VOY A DEJARTE MORIR!” le rugió a través de su vínculo.
“No me pidas esto, Heechul. No voy a perderte. No puedo.” Lo último salió
como un susurro.
“Siwon, no estamos
vínculados. Si algo me pasa puedes seguir y tener una vida. Teuk no puede. Si Kangin
muere, se va con él. Eso no es aceptable. No tomaré su vida por la mía, ¿me
oyes?”
Las
lágrimas rodaban por su rostro implacablemente, mientras trataba de hacerle
comprender que él no sería capaz de vivir consigo mismo si algo le sucediera a Teuk
o Donghae.
«Vínculados o no, Heechul,
tú eres mi compañero. Lo que pides va en contra de todo lo que soy. No puedo
poner a otros por delante de tu bienestar. Le pides a un río que revierta su flujo
y al fuego del infierno que se congele. Eso no es posible.»
La
voz de Siwon estaba volviendo más y más un gruñido mientras trataba de hacerle
comprender que como su compañero, no lo abandonaría.
“Entiendo. Esto es difícil
para mí, también. Te amo, Siwon. Te he amado desde el momento en que te conocí.
Te amo mandón, rabioso, gentil, cariñoso… Te amo de cualquier forma que vengas
a mí. Yo quiero que tengamos una oportunidad, y tengo que creer que el destino
no es tan cruel como para sólo darnos una. Tengo que creer que si no estamos
juntos en esta vida, entonces en la próxima.”
Hee
se esforzó para que su voz fuera fuerte. Él no iba a fingir que la idea de no
volver a ver de nuevo a Siwon era el peor dolor que cualquiera jamás hubiera
experimentado. Preferiría estar de vuelta en ese auto en llamas, sintiendo su
carne ser chamuscada, que pensar que no había oportunidad de estar con él.
«Si tengo que hacerlo,
entonces creeré lo suficiente por nosotros dos. Pero Siwon, si vienes por mí,
nunca te lo perdonaré, compañeros o no. Si me amas, cliché como eso es,
protegerás a esos que amo. Y si esta vida ha terminado para mí, entonces vive
por los dos, y yo te esperaré. Te veré de nuevo. Te besaré, te tocaré, te
amaré, Siwon. Si no es en esta vida, entonces en la otra.»
Los
hombros de Siwon se estremecieron ante la fuerza de la emoción que rodó a
través de él. No desde que su hermana había muerto había sentido tanto dolor.
Sólo
que esto era peor, mil veces peor. Heechul no lo entendía. A pesar de que aún
no estaban unidos por el vínculo de sangre, su conexión era fuerte. Ya sentía
su alma rasgándose en dos ante el conocimiento de que había una posibilidad de
que perdiera a su compañero.
“¿Cómo puedes pedirme esto
a mí? Por favor, Heechul. No lo hagas.”
“Es tarde” le escuchó susurrar.
Siwon respiró hondo. Él se odiaba a sí mismo
por eso, pero al final cedió, sabiendo que Heechul no aceptaría nada menos.
“Te amo. Los mantendré a
salvo, pero iré por ti. Vivirás, ¿me oyes? Vivirás. ¡VIVE! «Por mí, princesa.
Por favor, vive» “
“Hace tanto frío… ¿Siwon?
Cuida de las personas que amo. Ese serías tú.”
Siwon
lo sintió cada vez más débil, podía sentir su mente cerrándose. Se sentía tan
impotente. Una vez más no fue capaz de salvar a la persona que amaba. Él apretó
los ojos y cayó al suelo. Su vínculo finalmente se había abierto, y por unos
breves momentos lo había sentido. Sentido todo de él. Ahora sólo había
oscuridad.
Momentáneamente
se entregó al lobo que empujaba y gruñía para presentarse. Sus ojos brillaron,
sus garras extendidas clavándose en la alfombra cuando sintió el dolor
derramándose sobre él. Sus colmillos se alargaron mientras inclinaba la cabeza
hacia atrás y aulló.
Levantándose,
tembló con furia y arrancó la puerta y salió al pasillo. Atrapó un olor que
casi lo hizo cambiar. Sooyeon, pensó. Bienvenido a casa, compañero de manada.
Siwon
salió en una carrera, siguiendo su rastro. Lo llevó directamente a la
habitación donde su Alfa y su compañera yacían a las puertas de la muerte.
Los
lobos en la suite contigua se separaron mientras Siwon pasaba hecho una furia.
Arrancó la puerta de sus goznes cuando la abrió.
Kangin,
Donghwa, Kyuhyun y Yunho todos se adelantaron, gruñendo, preparándose para
defender a su Alfa. Cuando se dieron cuenta que era Siwon y vieron la mirada en
sus ojos, todos se echaron atrás y desnudaron sus cuellos. Sus ojos recorrieron
la habitación y se echó sobre su presa.
Sooyeon
se puso de pie al lado de Donghae, las lágrimas corrían por sus mejillas. Se
acercó a él lentamente, dejándole ver su destino acercándosele.
Siwon
lo agarró por el cuello y lo levantó del suelo, con la espalda contra la pared.
―¿¡DÓNDE.
ESTÁ. Él!? ―gruñó en su cara. Sooyeon cerró los ojos mientras trataba de luchar
contra la compulsión en la voz de su Beta.
Sooyeon
sabía que si le contaba a Siwon lo que quería saber, los lobos de Hanheng lo
destrozarían miembro a miembro. Lo sabía porque eso es exactamente lo que Hanheng
le había dicho que sucedería. No sabía por qué había regresado, debería haberse
largado simplemente, pero él pensó que eso la haría parecer culpable.
Obviamente no había importado.
Sabía
que Siwon lo mataría, pero él sería misericordioso y lo haría rápido. Hanheng
lo torturaría. Se mordió el labio hasta que empezó a sangrar, luchando por
respirar mientras la mano de su Beta se apretaba.
―Respóndeme,
Sooyeon.
―No
puedo, Beta. Él me matara ―susurró.
―Tú
ya estás muerto. Estabas muerto al momento en que dañaste a mi compañero, al
momento en que te atreviste a tocar lo que es mío. Estabas muerto el momento en
que accediste a llevarlo a la muerte.
―No
me vayas a torturar. Por favor. ―Sooyeon abrió los ojos y miró a Siwon―. Yo
sólo quería estar con él. Junjin no me dejó.
Los
ojos de Siwon se ensancharon cuando sus palabras penetraron.
―¿Hiciste
esto por un humano? ¿Por un hombre que no es nada para ti?
―YO
LO AMO. Él es algo para mí. ―Sooyeon se estremeció con su dolor y pena.
―Si
no vas a hablar, entonces no tengo ningún uso para ti ―le dijo calmadamente Siwon.
Sooyeon
asintió, aceptando el destino que había elegido. Miró a los ojos de Siwon una
vez más, sabiendo que era la última cosa que vería alguna vez.
―Dejo
constancia este día que Sooyeon rompió ley de la manada y lastimó a uno de los
suyos. Intentó asesinar a mi compañero y traicionó a su Alfa. Es por eso que él
muere el día de hoy.
Siwon
miró al joven que había visto crecer desde sólo un cachorro. Los ojos de Siwon
se suavizaron brevemente
―Esto
no es fácil para mí. No podemos permitir la traición en la manada. Una manada
es tan fuerte como la lealtad que la mantiene unida.
―Lo
siento.
Retorció
su mano bruscamente hacia un lado, rompiendo su cuello antes de que pudiera
continuar. No quiso prolongar su muerte y él no quería oír sus excusas. No
mientras su compañero se estaba muriendo.
―¿Está
todo bien? Me pareció oír…
Siwon
se volvió ante el sonido de la voz de Hanheng. Los ojos de Hanheng se abrieron
en shock mientras miraba desde Siwon al cuerpo a sus pies. En ese momento, supo
que había sido descubierto. Cuando Siwon gruñó y se abalanzó, Hanheng cambió en
medio del aire y corrió directamente hacia la ventana de cristal, lanzándose a
través de ella.
Siwon
se detuvo a media zancada cuando el poder se envolvió a su alrededor.
―Siwon,
ven a mí.
Siwon
sintió el poder de su Alfa rodeándolo, ofreciendo una resistencia y comodidad.
Trató de luchar contra ello, pero incluso en su estado de debilidad, Junjin era
fuerte. Se dio la vuelta, sus piernas moviéndose sin su permiso. Se acercó a la
cama de Junjin y se dejó caer sobre una rodilla.
―Alfa.
―Siwon desnudó su cuello mientras temblaba por el control.
―Ábrete
a mí ―le instruyó Junjin.
Junjin
y Siwon habían hecho esto sólo en otra ocasión. Era una habilidad que solamente
un Alfa y Beta compartían, una forma de transmitir los recuerdos si el otro
cayera. Siwon cerró los ojos y se obligó a respirar con calma. Junjin puso la
mano en la frente de Siwon y observó las imágenes y sonidos que se derramaron
desde la mente de su Beta a la suya propia.
La
habitación estaba en silencio mientras el resto de la manada observaba,
paralizados por los acontecimientos que acababan de desarrollarse, que aún no
habían entendido.
Cuando
hubo terminado, Junjin abrió los ojos y se encontró con los de Siwon.
―Él
está vivo.
―Sólo
apenas. ―La voz de Siwon era apenas un susurro.
―¿Puedes
escuchar sus pensamientos? ―Los labios de Junjin se curvaron ligeramente, feliz
de que el vínculo de su Beta con su compañero finalmente se hubiera formado.
―Lo
hice. Pero ahora está en silencio, oscuro.
―Eso
podría significar que está inconsciente.
Siwon
asintió, incapaz siquiera de considerar la alternativa.
―Vamos
a encontrarlo, Beta ―le dijo Junjin con firmeza.
Siwon
se levantó. Su lobo estaba todavía en la vanguardia, sin poder descansar,
incapaz de pensar en otra cosa que la búsqueda de su compañera.
―Si…
―Siwon tuvo que aclararse la garganta antes de poder continuar―. Si él muere,
tendrás que matarme.
Junjin
asintió una vez, luego añadió.
―Él
no morirá.
Siwon
cerró los ojos.
―¿Cómo
puedes estar tan seguro?
Junjin
rió entre dientes ligeramente.
―Nadie
tan feroz como Heechul Kim se iría silenciosamente en la noche.
Siwon
reunió cuerdas, linternas y agua. Hyukjae estaba esperando junto con Kangin, Donghwa
y Yunho.
—La
manada de Hanheng se largó con él —anunció Kangin.
Siwon
gruñó.
—Vamos
a tratar con él una vez que Heechul esté a salvo.
—Junjin
y Hyesung están bajo vigilancia. Deben estar lo suficientemente seguros aquí,
por ahora. —Las palabras de Yunho fueron arrasadas cuando gritos estallaron
desde el pasillo.
Los
cinco machos corrieron hacia los gritos y chillidos. Zhoumi corría hacia ellos.
—¡FUEGO!
Han puesto la mansión en llamas.
Siwon
siguió moviéndose hacia las habitaciones que ahora tenían humo saliendo de
ellas.
—Zhoumi
asegúrate de sacar a Donghae y Hongki. —Les dijo Siwon mientras seguía
corriendo. Luego se volvió hacia los machos corriendo a su lado—. Vayan a
través de las habitaciones y asegúrense que todo el mundo esté fuera —gritó él
por encima del rugido de las llamas.
El
fuego estaba engullendo todo en su rápido trayecto, demasiado rápido, como si
algo le diera poder.
Más
gritos llenaron la mansión y, una vez que las habitaciones superiores habían
sido comprobadas, se dividieron a través del resto de la casa.
—¡Saquen
a todo el mundo, ahora! Kangin, tú vienes conmigo. Vamos a buscar a Junjin y Hyesung.
Siwon
estaba corriendo mientras gritaba sus órdenes. Gruñó mientras las llamas se
arrastraban como demonios del infierno por las paredes.
—Algo
en todo esto está mal, Beta. —Kangin expresó los pensamientos de Siwon en voz
alta.
—Magia
—murmuró Siwon—. Magia negra.
Hee
luchó por respirar, entrando y saliendo de la conciencia. En algún punto
intentó moverse, pero el dolor era tan grande que se había desmayado. Algo la
había despertado, un ruido, tal vez. Estaba oscuro y muy frío.
Oyó
un forcejeo muy por encima de él. ¿Un animal? ¿Una persona?
—¿Hola?
—Su voz era ronca—. Por favor, ayúdame.
—¿Cuál
es tu nombre?
Hee
oyó la suave voz desde algún lugar arriba y casi sollozó ante el sonido.
—Soy
Hee.
—Hola,
Hee. —La voz era tan calmante y reconfortante, que le daban ganas de acurrucarse
en una pelota y dormir—. Mi nombre es Ryeowook…
Fin…
Tengo tanto para decir que ni se pir donde empezar......
ResponderEliminarYa sé:HABEMUS VINCULO SICHULOSO tuvo que pasar una tragedia para que ellos pudieran confirmar su emparejamiento.
Gae yo sabia que vos podías salvar al alfa.
Hanheng no saldrás impune....
Será que que también tendremos Yewook en el futuro???
Me fui pero volví, volví porque estuvo tan bueno el capítulo que lo leí de nuevo y hete aquí que después de la re leída caigo en la cuenta que dice final, FINALLLL,en que cabeza cae dejarnos así de vestidas y compuestas
Eliminar¡QUE ME MUERO! Ajdkwbdksbf, a juzgar por el final esto tiene un libro más. ¡Y estoy ansiosa por leerlo!
ResponderEliminarHa sido una excelente historia. La de Kangin y Leeteuk la he leído tanto en verdad me encantan.
Esperaré ansiosa por la siguiente temporada. Abdksbidw.
Noooo por que se tiene que quedar en esto T.T.... Hangeng cobarde awww necesito la siguiente temporada me preguntó quien será los protagonistas eunhae, yewook o.o
ResponderEliminarAhhh!!!!
ResponderEliminarNoooooo Hee!!
Ah! Lo único bueno es que el traidor murió a manos de Siwon!
Maldita sea!!!
El vínculo! El jodido vínculo apareció!!!
Ahhhhh
No lo puedo creer!
Y Hae~ ahhh salvo al Alfa!
Esto es genial!
Ahhh
Noooooo
Siwonshis! Busca a Hee!!
Wookie!? Tú qué haces ahí!???
Ahhhhh
Cómo que fin???
CÓMO QUE FIN!??
EN SERIO????
NOOOOOOOOO
TT___TT
Aaaah!!!! Porque lo dejas ahi!!!
ResponderEliminarYaa aparecio mi wookie!! 😁😁
Me encanta esta adapt!!
Estoy igual que cuando termino la primera del KangTeuk....al menos ne qyeda en consuelo saber que todos estan buen y que hay más.
ResponderEliminarTuvo una muerte apasible...pobre,porque con todo lo que hizo...no pudo hacer lo que de verdad queria.
Ya se pueden comunicar....*0*
Espero no haya sido solo en ese momento de desesperacionn...queremos más
Han pasado 6 años y estoy releyendo esto a la 1am pese a que tengo que ir a trabajar mañana, pero no puedo, necesito volver a leer el siguiente
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