Sapphire Wolf (T3)-24



—¡Cambien a sus lobos! —le gruñó a ellos.
Esperó y cuando no pasó nada, tomó largos pasos amenazadores hacia adelante.
—¿Se atreven a desafiarme mientras se sientan desnudos en una habitación con mi compañero?
Yifan gruñó, pero bajó los ojos.
—No podemos entrar en fase. Lo hemos intentado.
Los ojos de Siwon se dispararon a Heechul. Él se encogió de hombros inocentemente, mordiéndose el labio inferior.
—Uups.
Ahora de pie, Sooyeon y Zhoumi retrocedieron lentamente mientras Siwon avanzaba hacia Hee.
—¿Qué hiciste? —le preguntó.
Hee miró a los hombres chinos, luego otra vez a Siwon.
—¿Tenemos que hacer esto aquí, en frente de ellos?
—Hyukjae —llamó Siwon.
—¿Sí, Beta?
—Por favor, asegúrate que estos hombres regresen a sus habitaciones de forma segura. Tan pronto como se vistan Zhoumi y Sooyeon, llévalos a sus habitaciones también.
Zhoumi y Sooyeon tenían sus ropas puestas antes de que terminara de hablar.
Siwon se giró de nuevo a Yifan.
—Si pones una mano sobre mi compañero de manada, voy a desgarrarte miembro a miembro. Espero que esta experiencia te haya enseñado a no meterte con nuestras parejas.
Hee sonrió, pero rápidamente se desapareció cuando Siwon lo fulminó con la mirada.
—Tienes mi palabra de que no vamos a tomar represalias —gruñó Yifan.
Siwon asintió una vez e hizo un gesto a Hyukjae para llevar al grupo fuera. Él dejó escapar un lento suspiro. Cuando Hee empezó a hablar, levantó una mano para detenerlo.
—Vístete, por favor. —Su voz era tensa, sus ojos estaban entrecerrados.
Hee tomó su camisa y la deslizó por su cabeza, luego se deslizó en sus zapatos.
—Vamos —le dijo él. Con suavidad, pero con firmeza, la tomó de la mano.

Siwon abrió la puerta de la habitación de Heechul y le hizo señas para que entrara. Él no había hablado desde el gimnasio. No confiaba en sí mismo. Sin mencionar que su lobo le hacía morderse la lengua, ya que, a pesar de que estaba enfadado, no permitiría que Siwon hiriera a Heechul con sus palabras.
Una vez dentro, Heechul se acercó a la cama y se dejó caer. Rodó sus hombros en derrota. Odiaba verlo de esa manera, pero no pudo librarse de su imagen apenas vestido delante de esos hombres desnudos.
—¿Por qué? —le preguntó, con voz ronca, mientras trataba de mantener a su lobo bajo control.
Heechul lo miró, sin lágrimas en los ojos, sólo simple determinación.
—Tenían que aprender a no meterse conmigo y los míos.
Siwon gruñó.
—Es mi trabajo protegerte y defender tu virtud.
—¡Y un demonio que lo es! —gruñó él—. Es mi virtud, Siwon. ¡La palabra clave es MÍ! No me voy a sentar como un pequeño compañero obediente cuando alguien intenta algo contra mí. O contra ti, para el caso.
Siwon gruñó.
Heechul se puso de pie y caminó hacia él, pero él se dio la vuelta. Estaba demasiado enojado para su tacto. Su espalda no lo detuvo.
—Siento haberme guardado esto de ti —le dijo mientras lo envolvía entre sus brazos desde atrás—. Siento haberte lastimado. Lamento haberte preocupado. Si te sirve de consuelo, ésta será probablemente la última vez que me quite la ropa en público.
El pecho de Siwon retumbó.
—¿Probablemente? —gruñó.
Heechul sonrió mientras frotaba la cara contra su espalda.
—Bueno, no voy a poner mi sueño de ser un joven de espectáculo de las Vegas en un segundo plano por el momento.
Hee esperó mientras el lobo de Siwon lentamente se calmaba a medida que lo abrazaba. Finalmente, Siwon se volvió hacia él. Puso sus manos a cada lado de su rostro, pasó el pulgar suavemente por su labio inferior y Hee sintió que se quedaba sin aliento.
—Te he necesitado, y te eché de menos —susurró Siwon.
Hee no habló. No podía mientras lo sostenía hipnotizado por sus brillantes ojos. Él se inclinó hacia adelante e inhaló profundamente. Sus ojos se cerraron mientras su pecho retumbaba a medida que gruñía.
Luego, sus labios estaban sobre los suyos. Suaves al principio, pero luego deslizó la lengua por sus labios y Hee se quedó sin aliento ante el contacto. Siwon comenzó a retroceder hasta que Hee sintió la cama contra la parte posterior de sus piernas. Él lo puso de espalda sobre la cama, cubriendo su cuerpo con el suyo, nunca rompiendo el beso. Las manos de Hee subieron por su propia voluntad y pasó los dedos por su cabello, suspirando ante la suavidad.
Siwon lo apretó con más firmeza en el colchón y Hee sintió su mano en su pantorrilla. Poco a poco pasó la mano a la parte posterior de su muslo, tirando de su cuerpo más cerca hasta que su mano ahuecó su trasero.
Heechul gimió al sentir su mano sobre él, no es que nunca hubiera tenido a un hombre poniendo su mano en su trasero, pero esto era diferente. Muchísimo más íntimo y posesivo. Siwon dejó rastros de besos por sus mejillas, su cuello, hasta su clavícula mientras Hee trataba de recuperar el aliento.
Cuando él le mordisqueó, jadeó. El sonido se abrió paso entre la niebla de deseo que había nublado la mente de Siwon. Se echó hacia atrás y lo miró a los ojos, acariciando suavemente su rostro con las yemas de los dedos.
—Deberíamos parar —susurró mientras trazaba sus labios rojos y húmedos en un estado de trance.
—Ajá —murmuró Hee.
—Heechul —gruñó Siwon—. Dime que me detenga.
Hee cerró los ojos con el fin de escapar de su abrasadora mirada. Respiró hondo y soltó el aire lentamente. Aclarando su garganta, por fin pudo hablar.
—Siwon, quiero que te detengas. —abrió un ojo para echar un vistazo hacia él—. ¿Cómo estuvo eso?
Una sonrisa amenazaba con cruzar sus facciones.
—Casi convincente.
Un pensamiento golpeó en la mente de Hee mientras consideraba lo que él le estaba pidiendo que dejara de hacer.
—¿Eres virgen?
Siwon sacudió la cabeza y se echó a reír.
—Eres muy contundente, ¿no es así?
Hee arqueó una ceja.
—Heechul, tengo 125 años de edad —le dijo, como si eso lo explicara todo.
—Eso no es una respuesta —gruñó él. Entonces otro pensamiento la golpeó—. ¿Debería espantarme que seas tan viejo?
—Si quieres que lo explique detalladamente como una ciencia, realmente un Canis lupis envejece un año por cada seis de un humano. Tengo más como veinte en “tus años”, en un sentido. Si alguien debería espantarse esa debería ser Teuk. Kangin tiene sólo tres.
Eso hizo reír a Hee.
—Oh, esto es demasiado divertido. Definitivamente voy a tener que meter eso en su cabeza. —Luego se tornó serio—. Bien, entonces veinte los puedo manejar. Ahora, Capitán Evasor, responde a la primera pregunta.
—No.
Hee pareció desconcertado.
—No. ¿Te niegas a responder?
Siwon gruñó.
—No, la respuesta a la pregunta es no.
Hee se limitó a mirarlo, no muy seguro de cómo responder. Sabía que no debía escandalizarse, pero no pudo evitar sentir el dolor que cruzó su corazón por su respuesta.
—¿Estás bien? —preguntó Siwon con suavidad.
—¿Cuándo fue la última vez? —le preguntó en voz baja, y Siwon gimió.
—¿Realmente quieres hacer esto?
—¿Cuándo, Siwon?
Él inclinó su cabeza de vuelta para que lo mirara cuando trató de rehuir.
—Ya han pasado cinco años.
La boca de Hee se abrió.
—Oh. —Sus ojos se movieron hacia el techo. Siwon le acarició la mejilla con suavidad.
—¿Estás bien?
Después de un momento, Hee inhaló a través de sus dientes apretados.
—Bueno, yo nunca pensé que saldría con un perdedor… ¿Cinco años? — Sus ojos se encontraron con los suyos ahora, formándosele una sonrisa burlona—. Realmente sobrestimé tu sensualidad.
Siwon rodó alejándose de él y pasó un brazo sobre su cara.
—Eres exasperante.
—Eso es lo que te gusta de mí. —Siwon gruñó sin comprometerse—. Así que… ¿significa eso que ya no estás enojado conmigo? —preguntó Hee esperanzado.
Siwon levantó el labio en una mueca, y Hee pudo ver sus colmillos todavía desplegados.
—Voy a tomar eso como un “Cuando se congele el infierno”. Es  Bueno saber.
Luego, aleatoriamente.
—¿Acaso Matty —gruñó Siwon el nombre—, te tocó?
El se echó a reír.
—¿De verdad aún estás perturbado por eso? —Cuando él no respondió, Hee resopló y puso sus ojos en blanco—. Nos besamos, pero eso es todo. Y sólo lo hice para mantenerlo ocupado de modo que Donghae pudiera escaparse de allí.
Siwon lo tomó por sorpresa cuando estuvo sobre él una vez más, su boca cubriendo la suya. De repente, la puerta de la habitación de Hee se abrió de golpe, y Siwon rodó lejos de Hee con un aullido de dolor y rabia.
Hee se incorporó y vio a un muy asustado Hyukjae en su puerta. Sintió un tirón en su interior, casi como un ligamento siendo estirado, pero no estaba ni de cerca dolorido como Hyukjae y Siwon obviamente estaban.
Siwon gruñó mientras se forzaba a ponerse en pie.
—¿Qué le ha pasado? —apretó sus dientes.
Hyukjae negó con la cabeza, visiblemente luchando a través de su propio dolor.
—Se desplomó en la cena que estaba teniendo con los otros Alfas. Hyesung cayó a su lado. —Los ojos del lobo lucían cada vez más salvaje cuanto más hablaba.
Siwon agarró la mano de Hee y se dirigió hacia Hyukjae.
—¿Dónde está Kangin?
—Él está de camino con Teuk a la suite… —jadeó—… donde es la cena —explicó Hyukjae mientras se dirigían hacia las escaleras.
Hee se detuvo cuando dos puertas se abrieron y Zhoumi, Sooyeon, y Donghae salieron al pasillo. Zhoumi y Sooyeon estaban doblados de dolor.
Siwon gruñó de nuevo, apoyándose a sí mismo en la barandilla de la escalera. Hee le soltó la mano y corrió a ayudar a los chicos.
—¿Qué ha pasado? —Zhoumi se estremeció.
—Junjin ha caído —les dijo Siwon, todavía luchando por el   dolor—. Heechul, tú y las otras parejas métanse en una habitación y cierren la puerta.
Hee lo miró a los ojos.
—No, yo voy contigo. Todos vamos contigo. —Cuando Siwon empezó a interrumpir, él lo cortó—. Donghae podría ser capaz de ayudar.
Siwon entrecerró los ojos.
—¿Cómo?
—El es un sanador gitano. Puede curar a los hombres lobo.
Tanto la cabeza de Hyukjae como la de Siwon se giraron para mirar a Donghae, con sus bocas abiertas. Donghae parecía como si quisiera meterse en un agujero.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó Siwon. Donghae comenzó con:
—No ha sido confi… —pero Hee habló sobre él.
—Él identificó la hierba que evita que los lobos cambien sin siquiera buscarla. Simplemente lo supo. Hongki dijo que eso es sólo un don que sanadores gitanos tienen y que no ha habido una en una manada en más de un siglo.
Siwon no podía creer lo que estaba oyendo. ¿Cuáles eran las probabilidades de que un mestizo, un latente, y un sanador gitano terminaran siendo los mejores amigos y todo en la misma manada? El destino realmente tenía sus manos en la Manada Coreana.
—Está bien, vamos —reconoció—. Pero no te quiero fuera de mi vista.
Hee asintió una vez, y luego comenzó ayudar a Zhoumi a caminar. Donghae y Sooyeon les siguieron mientras Hyukjae abría la marcha.


Tras dos horas cenando, Hanheng estaba finalmente listo para repartir las bebidas. Los asistentes sacaron dos bandejas. Se acercó y empezó a repartirlos. La última copa, se la entregó a Junjin.
Hanheng levantó la suya.
—Quiero brindar por una nueva era para nuestra especie. Ahora es nuestro momento. Espero que muchos de los miembros de nuestra manada encuentren a sus compañeros y seamos capaces de cargar a los cachorros una vez más. Por cada uno de ustedes.
Una onda de mutuo acuerdo fluyó a través de la sala mientras cada uno de ellos tomaba un trago de sus vasos. Hanheng vigiló a Junjin para asegurarse de que el Alfa bebiera bastante del vino para que este sea eficaz. Cuando lo vio drenarlo, tuvo que dominar la sonrisa que brilló en su cara.
Junjin miró a su compañero y sonrió.
—Te ves hermoso, Amor.
Hyesung se ruborizó.
—Todavía encantador, mi Alfa.
—Siemp… —Junjin intentó terminar la frase, pero de repente sintió un gran peso en el pecho y tuvo dificultades para respirar.
—Junjin. —La voz de Hyesung sonó preocupada mientras levantaba el rostro de su compañero para que lo mirara. Él jadeó cuando vio al lobo observándole de vuelta.
—Veneno —le dijo el lobo, y sus ojos rodaron hacia atrás mientras se derrumbaba.
Hyesung sólo tuvo un momento para darse cuenta de lo que había pasado antes de que él mismo no pudiera respirar. Era como si algo estuviera aplastando su pecho, tirándolo hacia abajo.
Todo se puso oscuro y, también, cayó al piso.
Jadeos y gritos irrumpieron por toda la habitación mientras Vanness se apresuraba al lado del Alfa caído.
—Hay pulso pero es débil. —Vanness miró a Hanheng—. Rápido, encuentra al doctor que Junjin trajo con su manada.
Hanheng asintió una vez y se volvió a susurrar al oído del miembro de su manada, que luego corrió fuera de la habitación.

Hanheng se volvió a donde yacían inmóviles Junjin y Hyesung. Tuvo que obligarse a sí mismo a actuar como si pareciera importarle. Ayudó a Vanness y Kangta a levantar al Alfa y llevarlo a la habitación contigua. Matsumoto recogió la silueta inerte de Hyesung y suavemente lo puso al lado de su compañero.
Las parejas alfa tenían lágrimas recorriéndoles por sus mejillas mientras veían. El grupo vio cómo las formas de Junjin y Hyesung comenzaban a convulsionar.
—¡Qué alguien los ayude! —sollozó Satoshi.
Matsumoto envolvió a su compañero entre sus brazos y le susurró suavemente.
Kangta, quien estaba respaldado en la puerta, casi fue derribado cuando Kangin, Siwon, Yunho, Hongki, y un montón de parejas llegaron corriendo a la habitación.
Hee se detuvo bruscamente cuando vio a Junjin y Hyesung acostados en la cama grande, sus cuerpos convulsionando. Su mano cubrió su boca cuando sus ojos se llenaron de lágrimas. Donghae se alejó de Sooyeon rápidamente… una fuerza invisible lo jalaba hacia la cama.
Cuando Donghae se acercó, Kangin se giró y gruñó, pero Hongki lo empujó.
—Déjalo pasar —refunfuñó Hongki.
La habitación entera se sumergió en el silencio mientras Donghae, en un estado parecido a un trance, se acercó a la cama. Subió al lado de Junjin y colocó su mano en su corazón. El cuerpo de él se calmó inmediatamente.
—¿Qué dem…? —Los murmullos cesaron a través de la habitació mientras que las bocas caían abiertas y las cejas se elevaban.
Donghae se inclinó sobre Junjin y colocó su frente contra la de él. Cerró sus ojos y su respiración se hizo profunda y lenta, como si hubiera caído en un sueño profundo.
—Supongo que tenemos la confirmación —susurró Hee en dirección a Hongki.
—¿Qué está haciendo? —gruñó Kangin a El doctor mientras miraba a Donghae.
—Es un sanador —dijo Hongki con asombro—. El primer sanador gitano en más de un siglo. En nuestra manada.
Aquellos bastantes viejos para entender el significado de sus palabras se hincaron sobre una rodilla.
Hee tiró de la manga de Siwon. Sus ojos brillaban y pudo ver el sudor que se había roto en su frente.
—¿Por qué se arrodillan?
—Es un gran honor estar en la presencia de un sanador. Otras manadas se arrodillarán en señal de respeto.
Después de lo que pareció una eternidad, Donghae finalmente se sentó. Él se volvió a Siwon.
—Su cuerpo ha sido envenenado con una hierba. Es común en estos lares. Moonseed. —Sus ojos estaban desonfocados mientras hablaba.
—¿Cómo? ¿Quién haría esto? —gruñó Siwon mientras miraba alrededor de la habitación. Se preguntó si miraba duramente sería capaz de ver la culpabilidad de los demás.
—Eso no importa ahora —continuó Donghae en voz baja—. Necesita el antídoto. Se está desvaneciendo rápido, y Hyesung aún más rápido. Necesita Wolfsbane. Contrarrestará el veneno.
Sooyeon dio un paso adelante.
—Sé cómo se ve el Wolfsbane. Puedo ir por algunos, crece en la ladera de la montaña.
Hee miró a Teuk y a Kangin, vio el horror y el miedo en sus ojos. Estaba tan harto que la gente siguiera hiriendo a quienes él amaba. Siwon se acercó a la cama mientras Donghae bajaba para permitirle acercarse aún más. Mientras estaba distraído, Hee se deslizó hacia Sooyeon.
—Vamos, iré contigo —susurró en su oído. Sooyeon lo miró y una pequeña sonrisa apareció.
—Está bien. —El asintió y ambos retrocedieron lenta y silenciosamente hacia la puerta. Nadie los miró. Todos los ojos estaban clavados en el Alfa caído y su compañero.
Sooyeon y Hee se apresuraron a través de la mansión.
—Vamos a necesitar una linterna para ti —le dijo Sooyeon e hizo un pequeño desvío.
—¿Dónde vamos a encontrar linternas?
—Hay un cobertizo justo fuera de la puerta oeste. Estoy cruzando los dedos para hallar uno allí.
—Bien pensado.

Sooyeon seguía echando un vistazo a Hee por el rabillo del ojo, seguro que él sería capaz de percatarse de su culpabilidad. Lograron salir por la puerta y dirigirse directamente al cobertizo, el cual tenía una luz brillando en la parte delantera, iluminando la entrada. Ambos se apresuraron y comenzaron a hurgar en los estantes.
—La tengo. —Hee sonrió, sosteniendo una gran linterna industrial, la encendió y brilló alrededor del lugar.
—Perfecto —concordó Sooyeon—. Bien, vamos antes de que Siwon se de cuenta que te has ido.

Salieron del cobertizo y se dirigieron a la parte frontal de la finca, apresurándose para lograr salir por las puertas y adentrarse en la ladera de la montaña oscura.
Ambos jóvenes se estremecieron cuando el frío los golpeó, ninguno de los dos había pensado en tomar un abrigo en su apuro. Sooyeon sabía que Hanheng se había asegurado en destruir todo el Wolfsbane cerca de la mansión, por lo que tendrían que caminar por un buen rato para encontrarlo.
—¡OIGAN! Esperen.
Las cabezas de Hee y Sooyeon dieron vuelta para encontrar a Donghae persiguiéndolos, con su propia linterna en mano. Por supuesto Donghae pensaría en conseguir una linterna.
—¿Donghae, qué haces? —preguntó Hee de prisa.
—Te vi moverte sigilosamente. Puedo ayudar. Sé qué hacer una vez que encontremos la hierba. Tiene que ser preparado de cierta manera especial.
Sooyeon entrecerró los ojos hacia él.
—¿Qué quieres Decir?
—Las pequeñas hojas tienen que ser separadas y empapadas en agua salada caliente para sacar las propiedades curativas. Si sólo aplastas la planta y las mezclas en el agua no valdrá nada.
—Está bien, pero ten cuidado —refunfuñó Hee.
—Oh, eres el que habla de tener cuidado —chasqueó Donghae desde atrás.
Sooyeon comenzó a andar más rápidamente y Hee y Donghae tuvieron que alargar su zancada para mantenerse a su lado.
—Probablemente vamos a tener que andar lejos. Pienso que si nos separamos entonces vamos probablemente a encontrarlo más rápido.
—Divide y venecerás, suena como a un plan.
—Donghae, ve al extremo izquierdo —le dijo Sooyeon y señaló en la dirección que quiso Decir—. Hee, ve al extremo derecho, yo iré directo. Busquen una planta con hojas verdes oscuras y una flor morada.
—Oscuro y morado. Bien, hagámoslo.
Hee se dirigió en la dirección que Sooyeon había instruido.
Él iluminó su linterna en el suelo, lado a lado, barriendo a través de los arbustos. Todo el rato murmurando: “morado, morado, oscuro, oscuro,” bajo su aliento.
Hee había caminado durante media hora cuando sintió un escalofrío recorrer su columna. Se detuvo a media zancada y lentamente se dio vuelta en círculo. Mirando hacia los árboles, apuntó la luz hacia el follaje. Alguien lo estaba siguiendo. No, alguien lo estaba acosando.
—¿Quién está ahí? —Hee continuó enfocando la luz y entrecerró sus ojos, tratando de penetrar la oscuridad. De repente una forma oscura arremetió contra él. Se le cayó la linterna al levantar sus manos y proteger su cara. Fue golpeado bruscamente, sacando el aire de sus pulmones. Su cabeza salió despedida hacia atrás y escuchó un crujido cuando su cráneo golpeó algo duro. Lo último que vio antes de que la oscuridad la consumiera fue unos dientes afilados y ojos brillantes.


3 comentarios:

  1. Vamos Hae tu puedes.
    Ahora si comienza la acción perdón Mimi por desconfiar de vos

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  2. Ahhhh
    Siwonshis casi se chasquea a Hee!!!
    Ahhhh
    Noooo!!!
    Que alguien desgarre al tridor!!!
    Maldito desgraciado!!!
    TT___TT
    Si un Alfa cae, cae su manana!???
    Noooo Hee!!!!

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  3. Empezamos por el bendito plan que se fue al garete con la llegada de Siwon...aunque en realidad estuvo a medias...lograron desnudarlos,quemarles sus ropas y exponerlos...aunque sea un poquito....pobre Hyuk,el Siwon lo agarro en corto.
    Me encanta la forma que tienen de paciguarse uno al otro...se aman.
    Con una jodedera...la manada es afectada...su vinculo es muy grande para que sientan algo asi.
    Hijo de su mamá,sabia que ese tenia algo que ver...nunca me paso 😠
    Por un momento pensé que no seria necesario el mandar a Hee a buscar la hierba...esto se pone mal
    Lo bueno,es que se confirma que Hae es un sanasor y sabe la forma correcta para usar la planta y salvar a Jin y Hye.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...