—¡Cambien
a sus lobos! —le gruñó a ellos.
Esperó
y cuando no pasó nada, tomó largos pasos amenazadores hacia adelante.
—¿Se
atreven a desafiarme mientras se sientan desnudos en una habitación con mi
compañero?
Yifan
gruñó, pero bajó los ojos.
—No
podemos entrar en fase. Lo hemos intentado.
Los
ojos de Siwon se dispararon a Heechul. Él se encogió de hombros inocentemente,
mordiéndose el labio inferior.
—Uups.
Ahora
de pie, Sooyeon y Zhoumi retrocedieron lentamente mientras Siwon avanzaba hacia
Hee.
—¿Qué
hiciste? —le preguntó.
Hee
miró a los hombres chinos, luego otra vez a Siwon.
—¿Tenemos
que hacer esto aquí, en frente de ellos?
—Hyukjae
—llamó Siwon.
—¿Sí,
Beta?
Zhoumi
y Sooyeon tenían sus ropas puestas antes de que terminara de hablar.
Siwon
se giró de nuevo a Yifan.
—Si
pones una mano sobre mi compañero de manada, voy a desgarrarte miembro a
miembro. Espero que esta experiencia te haya enseñado a no meterte con nuestras
parejas.
Hee
sonrió, pero rápidamente se desapareció cuando Siwon lo fulminó con la mirada.
—Tienes
mi palabra de que no vamos a tomar represalias —gruñó Yifan.
Siwon
asintió una vez e hizo un gesto a Hyukjae para llevar al grupo fuera. Él dejó
escapar un lento suspiro. Cuando Hee empezó a hablar, levantó una mano para detenerlo.
—Vístete,
por favor. —Su voz era tensa, sus ojos estaban entrecerrados.
Hee
tomó su camisa y la deslizó por su cabeza, luego se deslizó en sus zapatos.
—Vamos
—le dijo él. Con suavidad, pero con firmeza, la tomó de la mano.
Siwon
abrió la puerta de la habitación de Heechul y le hizo señas para que entrara.
Él no había hablado desde el gimnasio. No confiaba en sí mismo. Sin mencionar
que su lobo le hacía morderse la lengua, ya que, a pesar de que estaba
enfadado, no permitiría que Siwon hiriera a Heechul con sus palabras.
Una
vez dentro, Heechul se acercó a la cama y se dejó caer. Rodó sus hombros en
derrota. Odiaba verlo de esa manera, pero no pudo librarse de su imagen apenas
vestido delante de esos hombres desnudos.
—¿Por
qué? —le preguntó, con voz ronca, mientras trataba de mantener a su lobo bajo
control.
Heechul
lo miró, sin lágrimas en los ojos, sólo simple determinación.
—Tenían
que aprender a no meterse conmigo y los míos.
Siwon
gruñó.
—Es
mi trabajo protegerte y defender tu virtud.
—¡Y
un demonio que lo es! —gruñó él—. Es mi virtud, Siwon. ¡La palabra clave es MÍ!
No me voy a sentar como un pequeño compañero obediente cuando alguien intenta
algo contra mí. O contra ti, para el caso.
Siwon
gruñó.
Heechul
se puso de pie y caminó hacia él, pero él se dio la vuelta. Estaba demasiado
enojado para su tacto. Su espalda no lo detuvo.
—Siento
haberme guardado esto de ti —le dijo mientras lo envolvía entre sus brazos
desde atrás—. Siento haberte lastimado. Lamento haberte preocupado. Si te sirve
de consuelo, ésta será probablemente la última vez que me quite la ropa en
público.
El
pecho de Siwon retumbó.
—¿Probablemente?
—gruñó.
Heechul
sonrió mientras frotaba la cara contra su espalda.
—Bueno,
no voy a poner mi sueño de ser un joven de espectáculo de las Vegas en un
segundo plano por el momento.
Hee
esperó mientras el lobo de Siwon lentamente se calmaba a medida que lo
abrazaba. Finalmente, Siwon se volvió hacia él. Puso sus manos a cada lado de
su rostro, pasó el pulgar suavemente por su labio inferior y Hee sintió que se
quedaba sin aliento.
—Te
he necesitado, y te eché de menos —susurró Siwon.
Hee
no habló. No podía mientras lo sostenía hipnotizado por sus brillantes ojos. Él
se inclinó hacia adelante e inhaló profundamente. Sus ojos se cerraron mientras
su pecho retumbaba a medida que gruñía.
Luego,
sus labios estaban sobre los suyos. Suaves al principio, pero luego deslizó la
lengua por sus labios y Hee se quedó sin aliento ante el contacto. Siwon
comenzó a retroceder hasta que Hee sintió la cama contra la parte posterior de
sus piernas. Él lo puso de espalda sobre la cama, cubriendo su cuerpo con el
suyo, nunca rompiendo el beso. Las manos de Hee subieron por su propia voluntad
y pasó los dedos por su cabello, suspirando ante la suavidad.
Siwon
lo apretó con más firmeza en el colchón y Hee sintió su mano en su pantorrilla.
Poco a poco pasó la mano a la parte posterior de su muslo, tirando de su cuerpo
más cerca hasta que su mano ahuecó su trasero.
Heechul
gimió al sentir su mano sobre él, no es que nunca hubiera tenido a un hombre
poniendo su mano en su trasero, pero esto era diferente. Muchísimo más íntimo y
posesivo. Siwon dejó rastros de besos por sus mejillas, su cuello, hasta su
clavícula mientras Hee trataba de recuperar el aliento.
Cuando
él le mordisqueó, jadeó. El sonido se abrió paso entre la niebla de deseo que
había nublado la mente de Siwon. Se echó hacia atrás y lo miró a los ojos, acariciando
suavemente su rostro con las yemas de los dedos.
—Deberíamos
parar —susurró mientras trazaba sus labios rojos y húmedos en un estado de
trance.
—Ajá
—murmuró Hee.
—Heechul
—gruñó Siwon—. Dime que me detenga.
Hee
cerró los ojos con el fin de escapar de su abrasadora mirada. Respiró hondo y
soltó el aire lentamente. Aclarando su garganta, por fin pudo hablar.
—Siwon,
quiero que te detengas. —abrió un ojo para echar un vistazo hacia él—. ¿Cómo
estuvo eso?
Una
sonrisa amenazaba con cruzar sus facciones.
—Casi
convincente.
Un
pensamiento golpeó en la mente de Hee mientras consideraba lo que él le estaba
pidiendo que dejara de hacer.
—¿Eres
virgen?
Siwon
sacudió la cabeza y se echó a reír.
—Eres
muy contundente, ¿no es así?
Hee
arqueó una ceja.
—Heechul,
tengo 125 años de edad —le dijo, como si eso lo explicara todo.
—Eso
no es una respuesta —gruñó él. Entonces otro pensamiento la golpeó—. ¿Debería
espantarme que seas tan viejo?
—Si
quieres que lo explique detalladamente como una ciencia, realmente un Canis
lupis envejece un año por cada seis de un humano. Tengo más como veinte en “tus
años”, en un sentido. Si alguien debería espantarse esa debería ser Teuk. Kangin
tiene sólo tres.
Eso
hizo reír a Hee.
—Oh,
esto es demasiado divertido. Definitivamente voy a tener que meter eso en su
cabeza. —Luego se tornó serio—. Bien, entonces veinte los puedo manejar. Ahora,
Capitán Evasor, responde a la primera pregunta.
—No.
Hee
pareció desconcertado.
—No.
¿Te niegas a responder?
Siwon
gruñó.
—No,
la respuesta a la pregunta es no.
Hee
se limitó a mirarlo, no muy seguro de cómo responder. Sabía que no debía
escandalizarse, pero no pudo evitar sentir el dolor que cruzó su corazón por su
respuesta.
—¿Estás
bien? —preguntó Siwon con suavidad.
—¿Cuándo
fue la última vez? —le preguntó en voz baja, y Siwon gimió.
—¿Realmente
quieres hacer esto?
—¿Cuándo,
Siwon?
Él
inclinó su cabeza de vuelta para que lo mirara cuando trató de rehuir.
—Ya
han pasado cinco años.
La
boca de Hee se abrió.
—Oh.
—Sus ojos se movieron hacia el techo. Siwon le acarició la mejilla con
suavidad.
—¿Estás
bien?
Después
de un momento, Hee inhaló a través de sus dientes apretados.
—Bueno,
yo nunca pensé que saldría con un perdedor… ¿Cinco años? — Sus ojos se
encontraron con los suyos ahora, formándosele una sonrisa burlona—. Realmente
sobrestimé tu sensualidad.
Siwon
rodó alejándose de él y pasó un brazo sobre su cara.
—Eres
exasperante.
—Eso
es lo que te gusta de mí. —Siwon gruñó sin comprometerse—. Así que… ¿significa
eso que ya no estás enojado conmigo? —preguntó Hee esperanzado.
Siwon
levantó el labio en una mueca, y Hee pudo ver sus colmillos todavía
desplegados.
—Voy
a tomar eso como un “Cuando se congele el infierno”. Es Bueno saber.
Luego,
aleatoriamente.
—¿Acaso
Matty —gruñó Siwon el nombre—, te tocó?
El
se echó a reír.
—¿De
verdad aún estás perturbado por eso? —Cuando él no respondió, Hee resopló y
puso sus ojos en blanco—. Nos besamos, pero eso es todo. Y sólo lo hice para
mantenerlo ocupado de modo que Donghae pudiera escaparse de allí.
Siwon
lo tomó por sorpresa cuando estuvo sobre él una vez más, su boca cubriendo la
suya. De repente, la puerta de la habitación de Hee se abrió de golpe, y Siwon
rodó lejos de Hee con un aullido de dolor y rabia.
Hee
se incorporó y vio a un muy asustado Hyukjae en su puerta. Sintió un tirón en
su interior, casi como un ligamento siendo estirado, pero no estaba ni de cerca
dolorido como Hyukjae y Siwon obviamente estaban.
Siwon
gruñó mientras se forzaba a ponerse en pie.
—¿Qué
le ha pasado? —apretó sus dientes.
Hyukjae
negó con la cabeza, visiblemente luchando a través de su propio dolor.
—Se
desplomó en la cena que estaba teniendo con los otros Alfas. Hyesung cayó a su
lado. —Los ojos del lobo lucían cada vez más salvaje cuanto más hablaba.
Siwon
agarró la mano de Hee y se dirigió hacia Hyukjae.
—¿Dónde
está Kangin?
—Él
está de camino con Teuk a la suite… —jadeó—… donde es la cena —explicó Hyukjae
mientras se dirigían hacia las escaleras.
Hee
se detuvo cuando dos puertas se abrieron y Zhoumi, Sooyeon, y Donghae salieron
al pasillo. Zhoumi y Sooyeon estaban doblados de dolor.
Siwon
gruñó de nuevo, apoyándose a sí mismo en la barandilla de la escalera. Hee le
soltó la mano y corrió a ayudar a los chicos.
—¿Qué
ha pasado? —Zhoumi se estremeció.
—Junjin
ha caído —les dijo Siwon, todavía luchando por el dolor—. Heechul, tú y las otras parejas
métanse en una habitación y cierren la puerta.
Hee
lo miró a los ojos.
—No,
yo voy contigo. Todos vamos contigo. —Cuando Siwon empezó a interrumpir, él lo
cortó—. Donghae podría ser capaz de ayudar.
Siwon
entrecerró los ojos.
—¿Cómo?
—El
es un sanador gitano. Puede curar a los hombres lobo.
Tanto
la cabeza de Hyukjae como la de Siwon se giraron para mirar a Donghae, con sus
bocas abiertas. Donghae parecía como si quisiera meterse en un agujero.
—¿Cómo
sabes eso? —preguntó Siwon. Donghae comenzó con:
—No
ha sido confi… —pero Hee habló sobre él.
—Él
identificó la hierba que evita que los lobos cambien sin siquiera buscarla. Simplemente
lo supo. Hongki dijo que eso es sólo un don que sanadores gitanos tienen y que
no ha habido una en una manada en más de un siglo.
Siwon
no podía creer lo que estaba oyendo. ¿Cuáles eran las probabilidades de que un
mestizo, un latente, y un sanador gitano terminaran siendo los mejores amigos y
todo en la misma manada? El destino realmente tenía sus manos en la Manada Coreana.
—Está
bien, vamos —reconoció—. Pero no te quiero fuera de mi vista.
Hee
asintió una vez, y luego comenzó ayudar a Zhoumi a caminar. Donghae y Sooyeon
les siguieron mientras Hyukjae abría la marcha.
Tras
dos horas cenando, Hanheng estaba finalmente listo para repartir las bebidas.
Los asistentes sacaron dos bandejas. Se acercó y empezó a repartirlos. La
última copa, se la entregó a Junjin.
Hanheng
levantó la suya.
—Quiero
brindar por una nueva era para nuestra especie. Ahora es nuestro momento.
Espero que muchos de los miembros de nuestra manada encuentren a sus compañeros
y seamos capaces de cargar a los cachorros una vez más. Por cada uno de ustedes.
Una
onda de mutuo acuerdo fluyó a través de la sala mientras cada uno de ellos
tomaba un trago de sus vasos. Hanheng vigiló a Junjin para asegurarse de que el
Alfa bebiera bastante del vino para que este sea eficaz. Cuando lo vio
drenarlo, tuvo que dominar la sonrisa que brilló en su cara.
Junjin
miró a su compañero y sonrió.
—Te
ves hermoso, Amor.
Hyesung
se ruborizó.
—Todavía
encantador, mi Alfa.
—Siemp…
—Junjin intentó terminar la frase, pero de repente sintió un gran peso en el
pecho y tuvo dificultades para respirar.
—Junjin.
—La voz de Hyesung sonó preocupada mientras levantaba el rostro de su compañero
para que lo mirara. Él jadeó cuando vio al lobo observándole de vuelta.
—Veneno
—le dijo el lobo, y sus ojos rodaron hacia atrás mientras se derrumbaba.
Hyesung
sólo tuvo un momento para darse cuenta de lo que había pasado antes de que él
mismo no pudiera respirar. Era como si algo estuviera aplastando su pecho,
tirándolo hacia abajo.
Todo
se puso oscuro y, también, cayó al piso.
Jadeos
y gritos irrumpieron por toda la habitación mientras Vanness se apresuraba al
lado del Alfa caído.
—Hay
pulso pero es débil. —Vanness miró a Hanheng—. Rápido, encuentra al doctor que Junjin
trajo con su manada.
Hanheng
asintió una vez y se volvió a susurrar al oído del miembro de su manada, que
luego corrió fuera de la habitación.
Hanheng
se volvió a donde yacían inmóviles Junjin y Hyesung. Tuvo que obligarse a sí
mismo a actuar como si pareciera importarle. Ayudó a Vanness y Kangta a
levantar al Alfa y llevarlo a la habitación contigua. Matsumoto recogió la
silueta inerte de Hyesung y suavemente lo puso al lado de su compañero.
Las
parejas alfa tenían lágrimas recorriéndoles por sus mejillas mientras veían. El
grupo vio cómo las formas de Junjin y Hyesung comenzaban a convulsionar.
—¡Qué
alguien los ayude! —sollozó Satoshi.
Matsumoto
envolvió a su compañero entre sus brazos y le susurró suavemente.
Kangta,
quien estaba respaldado en la puerta, casi fue derribado cuando Kangin, Siwon, Yunho,
Hongki, y un montón de parejas llegaron corriendo a la habitación.
Hee
se detuvo bruscamente cuando vio a Junjin y Hyesung acostados en la cama
grande, sus cuerpos convulsionando. Su mano cubrió su boca cuando sus ojos se
llenaron de lágrimas. Donghae se alejó de Sooyeon rápidamente… una fuerza
invisible lo jalaba hacia la cama.
Cuando
Donghae se acercó, Kangin se giró y gruñó, pero Hongki lo empujó.
—Déjalo
pasar —refunfuñó Hongki.
La
habitación entera se sumergió en el silencio mientras Donghae, en un estado
parecido a un trance, se acercó a la cama. Subió al lado de Junjin y colocó su
mano en su corazón. El cuerpo de él se calmó inmediatamente.
—¿Qué
dem…? —Los murmullos cesaron a través de la habitació mientras que las bocas
caían abiertas y las cejas se elevaban.
Donghae
se inclinó sobre Junjin y colocó su frente contra la de él. Cerró sus ojos y su
respiración se hizo profunda y lenta, como si hubiera caído en un sueño
profundo.
—Supongo
que tenemos la confirmación —susurró Hee en dirección a Hongki.
—¿Qué
está haciendo? —gruñó Kangin a El doctor mientras miraba a Donghae.
—Es
un sanador —dijo Hongki con asombro—. El primer sanador gitano en más de un
siglo. En nuestra manada.
Aquellos
bastantes viejos para entender el significado de sus palabras se hincaron sobre
una rodilla.
Hee
tiró de la manga de Siwon. Sus ojos brillaban y pudo ver el sudor que se había
roto en su frente.
—¿Por
qué se arrodillan?
—Es
un gran honor estar en la presencia de un sanador. Otras manadas se
arrodillarán en señal de respeto.
Después
de lo que pareció una eternidad, Donghae finalmente se sentó. Él se volvió a Siwon.
—Su
cuerpo ha sido envenenado con una hierba. Es común en estos lares. Moonseed.
—Sus ojos estaban desonfocados mientras hablaba.
—¿Cómo?
¿Quién haría esto? —gruñó Siwon mientras miraba alrededor de la habitación. Se
preguntó si miraba duramente sería capaz de ver la culpabilidad de los demás.
—Eso
no importa ahora —continuó Donghae en voz baja—. Necesita el antídoto. Se está
desvaneciendo rápido, y Hyesung aún más rápido. Necesita Wolfsbane.
Contrarrestará el veneno.
Sooyeon
dio un paso adelante.
—Sé
cómo se ve el Wolfsbane. Puedo ir por algunos, crece en la ladera de la
montaña.
Hee
miró a Teuk y a Kangin, vio el horror y el miedo en sus ojos. Estaba tan harto
que la gente siguiera hiriendo a quienes él amaba. Siwon se acercó a la cama
mientras Donghae bajaba para permitirle acercarse aún más. Mientras estaba
distraído, Hee se deslizó hacia Sooyeon.
—Vamos,
iré contigo —susurró en su oído. Sooyeon lo miró y una pequeña sonrisa
apareció.
—Está
bien. —El asintió y ambos retrocedieron lenta y silenciosamente hacia la
puerta. Nadie los miró. Todos los ojos estaban clavados en el Alfa caído y su
compañero.
Sooyeon
y Hee se apresuraron a través de la mansión.
—Vamos
a necesitar una linterna para ti —le dijo Sooyeon e hizo un pequeño desvío.
—¿Dónde
vamos a encontrar linternas?
—Hay
un cobertizo justo fuera de la puerta oeste. Estoy cruzando los dedos para
hallar uno allí.
—Bien
pensado.
Sooyeon
seguía echando un vistazo a Hee por el rabillo del ojo, seguro que él sería
capaz de percatarse de su culpabilidad. Lograron salir por la puerta y
dirigirse directamente al cobertizo, el cual tenía una luz brillando en la
parte delantera, iluminando la entrada. Ambos se apresuraron y comenzaron a
hurgar en los estantes.
—La
tengo. —Hee sonrió, sosteniendo una gran linterna industrial, la encendió y
brilló alrededor del lugar.
—Perfecto
—concordó Sooyeon—. Bien, vamos antes de que Siwon se de cuenta que te has ido.
Salieron
del cobertizo y se dirigieron a la parte frontal de la finca, apresurándose
para lograr salir por las puertas y adentrarse en la ladera de la montaña
oscura.
Ambos
jóvenes se estremecieron cuando el frío los golpeó, ninguno de los dos había
pensado en tomar un abrigo en su apuro. Sooyeon sabía que Hanheng se había
asegurado en destruir todo el Wolfsbane cerca de la mansión, por lo que
tendrían que caminar por un buen rato para encontrarlo.
—¡OIGAN!
Esperen.
Las
cabezas de Hee y Sooyeon dieron vuelta para encontrar a Donghae persiguiéndolos,
con su propia linterna en mano. Por supuesto Donghae pensaría en conseguir una
linterna.
—¿Donghae,
qué haces? —preguntó Hee de prisa.
—Te
vi moverte sigilosamente. Puedo ayudar. Sé qué hacer una vez que encontremos la
hierba. Tiene que ser preparado de cierta manera especial.
Sooyeon
entrecerró los ojos hacia él.
—¿Qué
quieres Decir?
—Las
pequeñas hojas tienen que ser separadas y empapadas en agua salada caliente
para sacar las propiedades curativas. Si sólo aplastas la planta y las mezclas
en el agua no valdrá nada.
—Está
bien, pero ten cuidado —refunfuñó Hee.
—Oh,
eres el que habla de tener cuidado —chasqueó Donghae desde atrás.
Sooyeon
comenzó a andar más rápidamente y Hee y Donghae tuvieron que alargar su zancada
para mantenerse a su lado.
—Probablemente
vamos a tener que andar lejos. Pienso que si nos separamos entonces vamos
probablemente a encontrarlo más rápido.
—Divide
y venecerás, suena como a un plan.
—Donghae,
ve al extremo izquierdo —le dijo Sooyeon y señaló en la dirección que quiso Decir—.
Hee, ve al extremo derecho, yo iré directo. Busquen una planta con hojas verdes
oscuras y una flor morada.
—Oscuro
y morado. Bien, hagámoslo.
Hee
se dirigió en la dirección que Sooyeon había instruido.
Él
iluminó su linterna en el suelo, lado a lado, barriendo a través de los
arbustos. Todo el rato murmurando: “morado, morado, oscuro, oscuro,” bajo su
aliento.
Hee
había caminado durante media hora cuando sintió un escalofrío recorrer su
columna. Se detuvo a media zancada y lentamente se dio vuelta en círculo.
Mirando hacia los árboles, apuntó la luz hacia el follaje. Alguien lo estaba
siguiendo. No, alguien lo estaba acosando.
—¿Quién
está ahí? —Hee continuó enfocando la luz y entrecerró sus ojos, tratando de
penetrar la oscuridad. De repente una forma oscura arremetió contra él. Se le
cayó la linterna al levantar sus manos y proteger su cara. Fue golpeado
bruscamente, sacando el aire de sus pulmones. Su cabeza salió despedida hacia
atrás y escuchó un crujido cuando su cráneo golpeó algo duro. Lo último que vio
antes de que la oscuridad la consumiera fue unos dientes afilados y ojos
brillantes.
Vamos Hae tu puedes.
ResponderEliminarAhora si comienza la acción perdón Mimi por desconfiar de vos
Ahhhh
ResponderEliminarSiwonshis casi se chasquea a Hee!!!
Ahhhh
Noooo!!!
Que alguien desgarre al tridor!!!
Maldito desgraciado!!!
TT___TT
Si un Alfa cae, cae su manana!???
Noooo Hee!!!!
Empezamos por el bendito plan que se fue al garete con la llegada de Siwon...aunque en realidad estuvo a medias...lograron desnudarlos,quemarles sus ropas y exponerlos...aunque sea un poquito....pobre Hyuk,el Siwon lo agarro en corto.
ResponderEliminarMe encanta la forma que tienen de paciguarse uno al otro...se aman.
Con una jodedera...la manada es afectada...su vinculo es muy grande para que sientan algo asi.
Hijo de su mamá,sabia que ese tenia algo que ver...nunca me paso 😠
Por un momento pensé que no seria necesario el mandar a Hee a buscar la hierba...esto se pone mal
Lo bueno,es que se confirma que Hae es un sanasor y sabe la forma correcta para usar la planta y salvar a Jin y Hye.