Juego del Destino (DH9)-16



¿"Dónde has estado, jovencito"?

Junyoung se encogió de miedo ante la cólera en la voz de su padre.

—Hola, Papá, que agradable oír de ti, también.

—No empieces conmigo, Junyoung. Me han llamado de tu escuela diciéndome que no has ido a clases en días. Van a expulsarte. En qué estás pensando ¿Tienes alguna idea de lo vergonzoso que resulta esto?

Junyoung odiada el hecho de que las lágrimas estuviesen apozándose en sus ojos. Sobre todo, odiaba el hecho de que sus palabras realmente lo lastimaban.
  
—Siento ser tal decepción, Papá. Pero tengo …

—No me importa lo que tengas. Tienes que reintegrarte a tus clases y a tu grupo de estudio. Anan dijo que en lugar de estudiar, has estado pasando todo tu tiempo con la chusma local. Gasto demasiado dinero en ti como para que dejes tus responsabilidades por que algún tipo de basura barata le queden bien un par de pantalones vaqueros. Yo desearía poder solo decidir no presentarme al trabajo en una semana.

Y eso determinó su enfado por completo. Por todo lo que él sabía, Junyoung podía haber tenido un accidente o estar enfermo. ¿El se había preocupado en averiguar por que había faltado a la escuela? No.

—Lo siento, Papá, pero tengo algo más importante que hacer.

—¿Y eso es?

Junyoung agarró el teléfono con fuerza cuando se volvió a mirar a Taeheon, quien lo estaba mirando con cólera en sus propios ojos.

—Me escapo con un tigre. Te llamaré en cuando pueda. —Y con eso, colgó el teléfono y lo cerró.

Taeheon empezó a abrir la boca.

—No puedo creer que le dijeras eso.

—Oh, por favor, —dijo irritado. —Él solo pensará que eres algún estudiante de la LSU.

Aspiró profundamente cuando consideró las repercusiones de lo que había hecho.

—Pero empezará a llamar a los agentes del gobierno para que me encuentren. Así que si no me llevas contigo, mi ' recuperación ' por él será bastante pública y tus amigos sabrán bien donde encontrarme.

Él le preguntó aunque sus ojos brillaban con humor.

—Eres una embustera.

Junyoung se mordió los labios en broma.

—Sí y no. Tú necesitas a alguien que te cubra las espalda, y no creo que confíes en muchas personas para ello.

Su mirada se oscureció.

—No confío en nadie ahí…  —Luego esos rudos ojos se suavizaron.— Exceptuándote.

Él ahuecó su cara en su palma.

Junyoung suspiró cuando él lo besaba. Dios mío, ésta era la relación más desesperada en el planeta. El joven hijo fugitivo de un senador y un tigard buscado por asesinato.

A pesar de sí mismo, comenzó a reírse. Taeheon se echó hacia atrás con ceño.

—Lo siento, —le dijo, besándole ligeramente. —Solo pensaba en que esto sería un jodido titular para Weekly World News: 'El joven hijo del prominente Senador retrocede en el tiempo para salvar su novio Tigre. —le acarició su mejilla cuando la completa realidad de esto le impactó. —No puedo creer que el mundo en el que vives sea real. Sigo pensando que esto es un sueño y que me despertaré de un momento a otro.

—Desearía por tu seguridad que esto fuese un sueño. Desearía que fuese humano. Pero sabes que si sobrevivo a esto, no puedo quedarme contigo.

Aunque lo odiase, Junyoung sabía que él tenía razón.

—Lo sé. —Taeheon se congeló cuando oyó algo fuera de su cuarto. Ladeando la cabeza, él escuchó atentamente.— ¿Qué va mal?.

Para su sorpresa, las ropas aparecieron en su cuerpo mientras se levantaba lentamente de la cama. Él le hizo una seña para que guardase silencio.

Él dio un paso más acercándose a la puerta. De la nada, un hombre apareció en el centro del cuarto. Junyoung jadeó cuando Taeheon se volvió a enfrentar al extraño. Como él se abalanzó, el hombre desapareció.

—¡Mierda! —Gruñó Taeheon.— Nos han encontrado.

La puerta se abrió un instante antes de que Kevin entrase precipitadamente en el cuarto.

—¿Acabo de sentir una brecha?

Taeheon el miró con ironía.

—Si hablas del tigre gilipollas que estaba aquí antes que tú, sí.

Kevin maldijo.

—Chicos ya no hay tiempo.

—No puedo saltar hasta la luna llena —dijo Taeheon. Kevin le dedicó una sonrisa taimada.

—Yeah, si puedes.

Un minuto estaban en el barco, al siguiente estaban en un cuarto meticulosamente adornado que tenía las ventanas abiertas por dónde Junyoung podía oír el tráfico retumbando afuera.

La cara de Taeheon estaba cenicienta cuando miraba a su alrededor como si no pudiese creer en lo que veía.

—¿Dónde estamos?  —preguntó.

Sus ojos estaban totalmente abiertos cuando se volvió a mirarle.

—En el dormitorio de mi padre.



Taeheon sintió como si hubiese quedado atrapado en una cruel pesadilla cuando miró alrededor de una habitación que él no había visto en veinte años. Demonios, él no recordaba como había sido. Él sólo había visto la habitación una o dos veces en su juventud, y aun así sólo brevemente.

Él se sobresaltó cuando recordó la visión de su padre descansando totalmente sobre el piso entre la cama y la puerta.

Quitándose de encima la imagen, Taeheon echó un vistazo alrededor. El cuarto altamente equipado con la tecnología de los 80, hecho en azules oscuros y verdes, con una cama de agua de tamaño real. El arte abstracto colgaba en las paredes junto con la piel de un tigre que su padre debía haber matado. Era un rasgo común Katagaria traer su primera presa como un recuerdo de su gesta y una advertencia para cualquier otro animal que pudiera querer enredarse con ellos.

Por el tamaño de la piel y las marcas de heridas, Taeheon podía decir que su padre debía de haber tenido una pelea infernal entre sus manos en aquel momento. Pero lo importante era que su padre había sobrevivido mientras la otra bestia había perecido.

Con el corazón latiendo rápidamente, Taeheon caminó lentamente hacia las ventanas abiertas para ver el animado tráfico que discurría por detrás de la cuidadosamente protegida hacienda de su padre.

—¿Esta es la casa que fue incendiada? —Preguntó Juny.

Taeheon asintió lentamente con la cabeza, preguntándose otra vez quién había prendido el fuego y cuando.

— Tenemos que salir de aquí antes de que alguien nos vea. Mi padre tendía a comerse a los intrusos, y no quiero demostrarle a mi tío que tenía razón si tengo que matar a mi padre por que nos ataque por equivocación.

Junyoung negó con la cabeza en él.

—Tenemos que encontrar la prueba.

—No habrá nada aquí dentro, —dijo él simplemente. "Mi madre no era tan estúpida.

De repente, había voces en el pasillo de fuera que parecían acercarse a la habitación. Eran definitivamente un hombre y una mujer… Y estaban peleando.

Taeheon agarró a Juny y tiró de él a un armario sumamente grande que parecía tener solo las ropas de su padre en él. Él brevemente consideró emitirlos fuera de la casa con sus poderes, pero él realmente no recordaba el trazado del lugar o el horario del personal o de sus padres, podría terminar reapareciendo bien delante de sí mismo cuando cachorro o de su padre.

Ambos encuentros podrían ser desastrosos.

Por lo pronto, lo mejor sería quedarse aquí y esperar hasta que tuviesen una mejor disposición de la situación. Oyó la puerta del dormitorio abrirse y luego cerrarse de golpe.

Se congeló cuando reconoció el fiero tono de su madre. Había una ruda fragilidad en su voz que era inconfundible aun después de todos estos años de no estar supeditado a ella.

—¿Por qué usted me has hecho regresar de Asia, Erick? Necesito correr en libertad por algún tiempo.

Su padre emitió una oscura risa.

—Has estado corriendo libremente desde hace demasiado Karina demasiada. Demasiado como para que ya sea hora de que vuelvas a casa.

—¿Por qué? —le dio un golpe bajo.

—He aprendido algunas interesantes cosas acerca de Taeheon. Como su madre...

—No empieces con eso. Te di a tu heredero que tan estúpidamente aceptaste. Ya no me necesitas más de mí.

Él oyó la voz de su padre hacerse más profunda.

—Necesitas ver lo que Taeheon puede hacer.

—Así que ya puede transformarse en un humano ahora, —dijo ella en un tono aburrido, sarcástico—. Bueno, la-di-da. Ha pasado mucho tiempo desde que empezó a cambiar. Te dije que era retrasado.

Junyoung jadeó agudamente ante esas rudas palabras. Vio el dolor en la cara de Taeheon que él intentaba esconder y sintió la furia consumirlo. Honestamente, quería patear la puerta y golpear a su madre por su crueldad.

¿Cómo podía decir alguien tal cosa acerca de un niño al que había dado la vida?

—No darás más paseos fuera de aquí, Karina, —expresó su padre con un gruñido.

Junyoung oyó la fría risa de la madre de Taeheon.

—No soy una de las personas a las que ordenas, Erick. Ni soy tu puta. No tengo que escucharte.

—Bien. Pero solo déjame decirte, cambié mi testamento mientras te fuiste  —El silencio sepulcral reinó en el dormitorio durante varios latidos.

—¿Qué hiciste qué? —Karina finalmente chilló en un tono que, debería haber hecho pedazos un vaso. Como fuera, Junyoung estaba bien seguro de que sus tímpanos nunca volverían a ser los mismos otra vez.

—Ya me oíste. —La voz del padre de Taeheon era fría y sin emoción.— Estoy aburrido de que merodees por ahí y me lo restriegues en mi cara mientras pago tus cuentas. Sé acerca de tu amante leopardo y sé que él regresó aquí contigo. Bien. Establecí una residencia separada para ti en Nueva Jersey.

—¿Nueva Jersey? —gruñó ella—. ¿Estás loco?

—No, estoy meado. Si crees que me gusta el hecho que los Destinos me condenaran a formar pareja contigo, te equivocas. Eres mi compañera por su decreto y aún así tú no dejas que te toque. Estoy condenado al celibato mientras tú haces de prostituta aproximadamente con cualquier varón leopardo que se te acerca. Y todavía esperas que te mantenga. Sigue soñando, mi amor. Sus días de vagar libre se han acabado.

—Me lo debes, —dijo Karina entre los dientes apretados con fuerza— No pedí ser tu compañera más que pedí dar a luz a una abominación mutante. Si fueses realmente un tigre, lo habrías matado cuando nació en lugar de impedirme hacer lo que hay que hacer para conservar nuestras especies.

—Taeheon es mi hijo.

—Tú eres humano, —se burló Karina de un modo que hacía que llamarle "humano" era el peor insulto que ella podía imaginar.

—Sí,—dijo su padre coléricamente,— y como humano, he hecho a Taeheon mi heredero exclusivo. Si algo me ocurre a mí, tu futuro entero descansa en sus manos. Así que si fuera tú, rezaría que él sea más humano que animal. Tal vez él tendría alguna misericordia de ti. Pero no contaría con eso.

—¡Bastardo!

—Sí, y antes de que hagas trizas la casa buscando el testamento para destruirlo, ya está archivado con la Firma Choi en Nueva Orleans.

—¡Te odio!

La respuesta de su padre fue inmediata y cargada con el mismo hiriente sarcasmo y odio.

—El sentimiento es completamente mutuo. Ahora si usted me disculpas, me gustaría ir a pasar algún tiempo con mi hijo. Cuando regrese a este cuarto, espero que te hayas marchado. Permanentemente. Tay te llevará en coche a tu casa nueva, dónde encontrarás tus nuevas chequeras y tus tarjetas de crédito esperando allí para ti. Estás fuera de todas mis cuentas entera y eternamente.

Una puerta se cerró un instante antes de que algo se destrozara anímicamente. Junyoung podía oír a Karina gritando y rompiendo cosas en el cuarto. Sonaba como si ella estuviese a punto de derribar las paredes. Entonces Junyoung oyó el sonido de un fiero gato bramando y rechiflando.

Finalmente, se detuvo.

El silencio repentino era inquietante.

Junyoung se congeló, medio asustado de que la mujer entrara en el armario para arañar las ropas de Erick o algo por el estilo.

Ella no hizo.

En lugar de eso, Karina hizo una llamada telefónica.

—¿Tanaka? —dijo ella en un tono casi confidencial—. Soy Karina. Ahora te creo. Erick ha perdido completamente el juicio. Estoy de regreso en la ciudad. ¿Hay alguna parte dónde podamos encontrarnos y podamos discutir lo que necesitamos hacer?

Junyoung estaba aturdido por cuan racional sonaba la madre de Taeheon al teléfono. Era difícil de creer que fuera ésta la mujer que había echado la casa abajo algunos segundos antes.

Su pobre padre tenía que tolerar a una bestia tan volátil. Junyoung estaba simplemente agradecido de que Taeheon no hubiese heredado la personalidad de su madre.

Hubo una pausa breve.

—Sí, sé dónde está eso. A las tres en punto. Te veré luego. —Después Junyoung oyó a Karina colgar el teléfono y salir del cuarto.

Junyoung recurrió a Taeheon, incapaz de creer en lo que había sucedido en los últimos pocos minutos.

—Creo que tu madre y mi padre debían haberse casado el uno con el otro .

No hubo huella de diversión en la cara de Taeheon.

—Lo siento, Taeheon, —dijo Junyoung, sintiéndose instantáneamente contrito. ¿Cómo podía encontrar él gracioso el hecho de que su madre fuese una perra cruel la cual estaba a punto de asesinar a su padre? Una canalla que prácticamente había arruinado su vida.— Pero por lo menos sabes que tu padre te quería.

—Eso es lo que duele, —dijo Taeheon en un susurro bajo— Eso hace que piense que si solo él hubiese sobrevivido… Mi vida habría sido tan diferente.

Lo abrazó cuando sintió su dolor.

—Lo sé. Pasé mucho tiempo odiando a mi madre porque ella me dejó. Al menos tu padre no lo hizo a propósito.

Los ojos de Taeheon ardieron ante eso.

—No, él no lo hizo —Él le dio una ruda mirada—. Gracias.

Junyoung estaba completamente perplejo por sus palabras.

—¿Por qué?

—Por hacerme regresar aquí. —Había una sombría determinación que ardía brillantemente en sus ojos.—  Yo estaba feliz con dejarles que acabaran con lo que me hicieron a mi y a mis padres. Tú tenías razón. Hay más humano en mí de lo que pensaba. Por que ahora mismo quiero venganza, y no saldré de aquí hasta obtenerla.

—¿Así qué que hacemos?

Él apartó la mirada cuando un fiero tic empezó a aparecer en su mandíbula.

—Lo primero, tenemos que asegurarnos de que no alteramos nada aquí en este lapso de tiempo. Necesitamos intentar y mantenernos lejos de alguien que nos pudiese recordar en el futuro. En segundo lugar, tenemos que asegurarnos que no me topo conmigo mismo.

Junyoung asintió con la cabeza.

—Causaría una paradoja.

—Sí, y causaría mi total desaparición, realmente no es una buena cosa ya sea para mí yo de ahora o el de después. Pero afortunadamente, en este tiempo y lugar, yo estoy confinado en un dormitorio bajo el pasillo.

Él abrió la puerta del armario y miró a hurtadillas afuera, en el dormitorio.

—Está despejado.

Junyoung le siguió de vuelta al dormitorio.

—¿Algún plan de juego?

—Seguir a mi madre. Tanaka es mi tío, y desde que se encuentran, mi dinero dice que es ahí cuando planificaron el asesinato de mi padre.

Eso tenía completo sentido para Junyoung.

—¿Bueno, pero cómo hacemos eso?

Junyoung jadeó cuando sus ropas se transformaron en una camisa rojo fuerte, floja y un pantalón beige. Era muy similar a algunos de los que había visto que llevaba su madre en las viejas fotos más o menos en la época en que él había nacido.

Taeheon sonrió abiertamente ante su confusión cuando sus ropas se convirtiesen en un polo negro y oscuros pantalones vaqueros.

—Necesitamos parecer de este tiempo.

—¿Cómo has hecho eso?

Su sonrisa abierta se amplió.

—Es mágica.

Cuando Taeheon dio un paso hacia la puerta, esta se abrió.

El tiempo pareció detenerse cuando ambos se enfrentaron a un hombre que era una copia exacta, sólo que mayor, de Taeheon. Vestido con un elegante traje negro, el hombre tenía el cabello rubio corto y ensortijado. Sus ojos electrificaban cuando él estrechó su mirada fija amenazadoramente en ellos.

Taeheon no estaba seguro de lo que él debería hacer. Él podía emitirse a él y a Juny fuera del cuarto, a otra parte de la casa, o incluso al exterior, pero su padre podía rastrearlos y seguirlos.

Demonios, estaban cogidos y atrapados.

Su padre oteó el aire, luego frunció el ceño ante la obvia incredulidad.

—¿Taeheon?

Taeheon tragó tragado cuando encontró los ojos café oscuro de Juny. Las emociones reprimidas se desgarraron a través de él. Pena, Furia, pero en el fondo era la parte de él que había querido amar a su padre.

La parte de él que quería que su padre lo amase.

Su padre se movió más cerca de Taeheon con un semblante profundamente ceñudo marcando su frente.

—¿Eres tú, verdad…desde el futuro?

No había necesidad para mentir. Su padre distaba mucho de ser un hombre estúpido, y no había otra explicación para que ellos dos estuviesen en su casa.

Doble demonios. Esto iba en contra de cada regla que Taeheon conocía acerca de viajar en el tiempo… no es que él supiese muchas. Desde que él no practicaba el saltar, él no estaba muy al tanto de las leyes de eso.

Él aspiró profundamente antes contestar la pregunta de su padre.

—Sí.

—¿Por qué estás aquí ahora? —Su padre frunció el ceño mientras su mirada iba de uno al otro—. ¿Quién se supone que eres tú?

Como cada segundo pasaba y nada sucedía – no le gustaría dejar de existir – comenzó a preguntarse acerca de eso.

—¿No…Sí…Quizás? Desde que no estoy muerto ahora, no estoy muy seguro. Si se supone que yo no estoy aquí, no debería haber muerto cuando has entrado por la puerta?

Su padre dejó escapar un exasperado suspiro.

—¿Todavía no has aprendido a manejar tus poderes?

La furia se desbordó en su interior. ¿Cómo se atrevía su padre a juzgarlo? Él ya no era un cachorro inexperto. Él era un adulto que era más que capaz de encargarse de sí mismo, y él se resentía de su padre por pensar de otra manera.

—Podría contigo, anciano, y no parpadearía o me inmutaría.

Su padre le miró con orgullo en sus ojos. Una sonrisa lenta curvó sus labios.

—¿Pero no saltas en el tiempo?

—No, —contestó él honestamente.— Dije hace mucho tiempo que no era lo que más me interesaba aprender.

—¿Por qué?

—Él se crió en The Empire, —dijo Juny—. Allí hay muchas personas que quieren a Taeheon muerto.

Taeheon entrecerró sus ojos en su padre en el caso de que él no comprendiera las palabras de Juny.

—No que haya temido alguna vez una pelea o echarme atrás en una...

—Esa es la verdad, —insertó Juny—. Juro que él es medio pez beta. Él habría luchado con su propio reflejo para probar un punto.

Taeheon ignoró su interrupción.

—Pero asimismo, no soy estúpido y yo nunca he querido ponerle las cosas fáciles a alguien. Especialmente no a mis enemigos.

No hubo mala interpretación en el orgullo en la cara de su padre.

—Buen chico. Me alegra saber que no te han matado todavía.

—Y no van a hacerlo.

Su padre miró a Juny.

—¿Es tu compañero?

Taeheon tomó su mano en la suya y la apretó mientras Juny le observaba impacientemente por esa respuesta.

—No exactamente… pero estamos trabajando en ello.

Su padre se rió hasta que él inhalase por la nariz el aire otra vez. Él inclinó la cabeza con curiosidad.

—Él es humano.

Taeheon lo envolvió con su brazos para protegerlo.

—¿Tienes un problema con eso?

—De ningún modo, —su padre dijo firmemente. Sinceramente—. Mi madre era humana, también.

Taeheon boqueó, dejando saber a Juny que su padre justamente le acababa de revelar un secreto.

—¿Perdón?

Su padre se movió a echar el cerrojo a la puerta del dormitorio como si temiese que alguien les escuchase sin intención.

— Me has oído bien. No es algo que alguna vez hablamos fuera de la familia inmediata, pero sí. Mi madre era un tigre Arcadia  —Su cara se dulcificó— Infierno de mujer era ella, llena de fuego y espíritu. Yo deseé a los dioses que me hubiesen emparejado con una humana, al contrario de la perra con la que te crié.

Junyoung sintió a Taeheon tensarse a su alrededor, pero no estaba seguro de por qué. Le frotó el brazo para ofrecerle su soporte. El pobre chico estaba teniendo un día infernal.

Pero entonces, ellos habían regresado allí por respuestas. Aun las duras.

—Quiero que sepas que no lo lamento, —dijo su padre, extendiendo la mano para tocar el hombro de Taeheon—.Nunca lo hice —Y luego su cara bien parecida se volvió triste y nostálgica.  —Deduzco por tu presencia aquí que yo no estoy por ahí en tu futuro.

Taeheon apoyó su cabeza contra la de Junyoung. Su tensión aumentó antes de que contestara.

—No.

Su padre se sobresaltó mientras dejaba caer su mano y decía suspirando.

—¿Yo hice… hice algo bueno por ti al final?

Taeheon no contestó a la pregunta. En lugar de eso él preguntó,

—¿Qué día es hoy?

—5 de Agosto de 1981.

Junyoung jadeó cuando la fecha cayó como si un escalofrío bajase por su columna vertebral.

—¿Qué? —preguntaron los dos.

—Naceré en el mediodía de mañana, —dijo Junyoung incrédulamente—. ¿Es algún tipo de corazonada, verdad?

El padre de Taeheon dijo con un bufido.

—No en nuestro mundo. Te acostumbras a cada rareza.

Taeheon aspiró profundamente mientras él continuaba sosteniendolo cerca.

—Tres días a partir de ahora, yo estaré en la parte de atrás de un coche con matrícula de Nueva Orleans.

Su padre abrió su boca como quien dice algo, luego volvió a cerrarla. Las emociones pasaron a través de su cara mientras la realidad de su muerte inminente le golpeó.

Junyoung no podía imaginar nada peor que saber simplemente qué tan limitado era tu futuro. Todos los lamentos. Todas las preocupaciones. Su pobre padre.

Él suspiró con exceso.

—Voy a dar por supuesto que no soy el que te envía allí.



2 comentarios:

  1. Ups..... papá apareció de improvisto. Espero que pueda ayudarlos y así todo se resuelva para bien

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  2. O.o
    Bueno...el padre de Junnie es un B@-%€&# ahhhh
    Nooooo
    Su padre lo amaba...amaba a Tae~
    Ahhhhh al otro día nacerá Junnie~
    Qué va a pasar????

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...