Juego del Destino (DH9)-18




Minwoo aspiró profundamente cuando entró por la puerta de atrás de la Casa Ha. Éste era el último lugar en el que él quería estar, pero mejor que nadie entendía por qué tenía que regresar.

Su familia mataría a Hyunsik y a todo su clan si no lo hacía.

Endureciéndose a si mismo para lo que iba a venir, cerró la puerta y se dirigió a las escaleras.

Él solo había llegado a la mesa del vestíbulo cuando su hermano Taeyang salió por la puerta que conducía a la cocina para verlo. Vio alivio en sus ojos un segundo antes de que fuese reemplazado con cólera.

—Así es que has vuelto

—Es mi casa.

Él se mofó

—Yo me buscaría otra, si fuera tú.

Minwoo se puso rígido ante su frío tono.

—¿Me estás echando a la calle?

—Estás siendo advertido. Escogiste tu lado y era el equivocado

—Déjanos.

Minwoo miró hacia el tono dominante de su madre. Mama estaba en la cima de las escaleras, mirándolos intensamente. Taeyang negó con la cabeza ante Minwoo antes de que él regresase hacia la cocina.

Se emitió a sí mismo al lado de su madre.

—No pienses siquiera en pegarme, Mama. No estoy de humor para eso. Y te la devolveré esta vez.

Su madre entrecerró sus ojos en Minwoo.

—¿Tú nos sacrificarías a todos por un huérfano híbrido sin clan?

—Nunca. Pero no me quedaré quieto y veré como condenan a un inocente por nada. ¿No puedes ver la mentira que se ha dicho, Mama? Conozco a Taeheon. Yo he hablado con él. Él no es amenaza para alguien que no sea él mismo.

Todavía la cara de su madre estaba enojada y fría. Su familia, y en especial su madre, no eran estúpida. Minwoo no tuvo duda de que su madre y su padre sabían que se había ido voluntariamente con Hyunsik.

—Nos traicionaste a todos.

Minwoo suspiró.

—Si hacer lo correcto es traicionar, entonces sí, supongo que lo hice. ¿Así que, qué vas a hacer ahora, Mama? ¿Matarme?

Su madre le dedicó un feroz gruñido, pero Minwoo mantuvo su posición.

El aire alrededor de ellos echaba humo un instante antes de algo se hiciera pedazos en el cuarto de Taeheon.

Él siguió a su madre, quien corrió hacia la puerta y la abrió de golpe. Minwoo mitad esperaba encontrar a Taeheon allí.

Podía decir por el aroma que era un tigre, pero el rubio no era Taeheon.

—¿Qué estás haciendo aquí, Daisaku? —preguntó su madre.

El tigre curvó sus labios cuando abría el cajón.

—El bastardo se libró de nosotros. Necesito algo con su perfume para esparcir a los Strati.

Minwoo arqueó una frente ante lo que a eso se refiere. Los Strati eran soldados Katagaria de elite que eran cuidadosamente adiestrados para cazar y asesinar. Su hermano Taeyang, junto con su padre, eran guerreros Strati.

—Tú no necesitas nada de él —dijo su madre, para sorpresa de Minwoo— Sal de mi casa.

Daisaku no escuchó. Él se movió a otro cajón.

Su madre usó sus poderes para cerrarlo de una vez

—Dije que salieras.

El tigre se movió para enfrentarla.

— No te metas conmigo, oso. Tienes mucho más que perder con esto que yo.

—¿Cómo que?

Pero Minwoo ya lo sabía.

—Tú eres el que denunció a Taeheon en el Omegrion. Mentiste.

Su madre sacudió con fuerza su cabeza para mirar a Minwoo.

—No seas estúpido, cachorro. Habría olido una mentira.

Minwoo negó con la cabeza.

—No si el animal tiene por costumbre mentir. Él fácilmente podría camuflar su aroma.

Daisaku dio un paso hacia él únicamente para encontrar su camino bloqueado por su madre.

—¿Está Minwoo diciendo la verdad?

Daisaku contestó con otra pregunta.

—¿Y tú? —Él arqueó una ceja ante ella.— ¿Crees en realidad que Taeheon está loco? ¿Honestamente? Solo lo querías fuera de aquí y te agarraste de cualquier excusa para echarlo. Admítelo, Mew. No quieres a alguien aquí excepto a tu familia y eso te irrita tener que ser amable con el resto de nosotros.

Ella dejó escapar un bajo gruñido de su garganta.

Daisaku entrecerró los ojos.

—Si Phoenix alguna vez descubre la verdad, vendrá a por ti y todos tus cachorros. No quedará un solo ladrillo de tu precioso Santuario.

Su madre lo agarró y lo arrojó contra la pared. Él aterrizó con su espada contra eso, pero no pareció desconcertarle en absoluto.

Daisaku realmente se rió de ella.

— ¿Qué sucedió con las reglas del Empire, Mew?

Minwoo sujetó a su madre antes de que ella pudiese atacar al tigre otra vez.

—Márchate, tigre, —gruñó Minwoo—.Si suelto a mi madre, no quedará lo suficiente de ti para preocuparse por Phoenix o cualquier otra cosa.

Daisaku se apartó de la pared. Él los miró a ambas.

—Tú tienes más que perder que yo. Dame lo que necesito para cubrir vuestros traseros.

Ahora fue su madre quien que se rió.

—¿Eres completamente estúpido? Taeheon nunca ha dejado su olor en ninguna cosa. Mire alrededor de ti, idiota. No hay artículos personales aquí. Tan pronto como una prenda de vestir se desprende de su cuerpo, él siempre la ha lavado o la ha destruido. Él incluso mantiene a un mono aquí a fin de que su olor camufle el de él. Nunca podrás rastrearle. Enfréntalo, Daisaku, el cachorro es más inteligente que tú y tu padre juntos.

Minwoo quedó repentinamente impresionado por su madre. Él nunca realmente había pensado acerca de por qué Taeheon había llegado al Santuario con Marvin, pero obviamente su madre lo había sabido todo el tiempo.

Las ventanas de nariz de Daisaku se abrieron de rabia.

—Esto no se ha acabado.

—Oui, pero atiende. Vuelve aquí otra vez y con código o sin código, yo te veré muerto.

Gruñendo, Daisaku se desvaneció.

La tensión en el aire se alivió considerablemente.

Su madre dejó escapar un lento suspiro mientras se volvía hacia él.

—Minwoo, llama a tu lobo y adviértele de lo que ha ocurrido. Estoy segura que él sabe dónde está Taeheon y que él le puede advertir de que el tigre está arrinconado y desesperado. En su posición, Daisaku es capaz de cualquier cosa.

Él miró ceñudo ante el repentino cambio de su madre.

—No entiendo. ¿Por qué estás siendo increíblemente comprensiva de repente? Sin intención de ofender, Maman, me asusta.

Su madre miró a Minwoo con rudeza.

—No tengo ningún cariño por Taeheon, eso lo sabes. Pero respeto al depredador dentro de a él y no aprecio ser manipulada por otro. Ni valoro que me hagan pasar por tonta. —Ella negó con la cabeza.— Debería haberme preguntado por qué Daisaku y su padre llamaron continuamente averiguar sobre Taeheon después de que él fuese enviado aquí. Les permití sembrar la duda en mi mente y vi lo que él quiso que yo viera. No puedo creer que fuese tan tonta.

Su mirada se suavizó.

—Te doy crédito, cachorro. Tú no estabas ciego. Ahora debemos reparar esto antes de que el peso de la furia de Phoenix caiga con estrépito sobre todos nosotros  —ella urgió a Minwoo hacia la puerta— Ve a advertirles. A ti, te escucharán

—¿Qué vas a hacer?

— Voy a hablar con tu padre y tus hermanos. Temo a que estamos al borde de una peligrosa situación y los quiero a todos ellos preparados.

Minwoo dio un paso hacia la puerta, luego hizo una pausa.

—Te quiero, Mama.

—Je't'aime aussi, ma petite. Ahora ve y déjanos a nosotros hacer esto tan bien como podamos.



En forma de tigre, Taeheon localizó a su madre en un banco en Central Park. Afortunadamente el lugar estaba abarrotado, lo cual ayudaría a encubrir su olor y permitirle entremezclarse con el fondo.

Oculto en un bosquecillo de arbustos, él destelló a un humano con el pelo negro, pantalones vaqueros, gafas oscuras, y una camiseta de Los Ramones. El tipo de humano a que su madre nunca le prestaría atención. Él probablemente podía haber conservado el cabello rubio, pero él se veía bastante parecido a su padre que no quería arriesgarse.

Observándola mientras hurgaba en su bolso por algo, él tuvo que otorgarle crédito, ella era bella en forma humana. Elegante. Su traje de calle blanco y su blusa roja de seda hacían resaltar su impecable figura dándole ventaja. Muchos varones humanos se detenían para hablar con ella, pero ella rápidamente los ahuyentaba con cáusticas púas.

Para ser un animal,  tenía un gran dominio sobre el idioma humano. Su lengua era un arma tan mortífera como sus garras.

Negando con la cabeza, Taeheon se echó hacia atrás hasta que vio a su tío acercándose. Con el cabello rubio y vestido con un traje azul marino, él era el equivalente masculino para la madre de Taeheon. Lo dos parecían una poderosa pareja de Fortune 500.

Tanaka la saludó con la cabeza mientras se sentó en el borde opuesto del banco. Taeheon advirtió que su tío mantenía una distancia segura a fin de que pudiese escaparse si Karina repentinamente se lanzara sobre él…hombre listo.

—¿Así que, Qué pasa?  —preguntó Tanaka.

Taeheon se acercó un poco más a fin de que pudiese escucharlos explícitamente.

—El tigre ha perdido el juicio —dijo ella evasivamente—. Tenías razón. Ha estado dedicando tiempo a su descendencia mientras yo estaba ausente.

—Te dije que envenenases al cachorro antes de que te marcharas   —ella le miró con irritación.

—Erick habría sospechado, y desde que no hemos estado en el mejor de los términos
en los últimos veinticinco años, pensé que me convenía más dejarlo vivo.

Taeheon apretó sus dientes ante sus palabras. Aun ahora era difícil oírle a ella tan callosa condenación de su vida.

Ella curvó sus labios con rabia.

—Él ahora me ha cortado por completo. He recibido una casucha diminuta en Nueva Jersey de todos los lugares. Mis tarjetas de crédito tienen los límites de un campesino humano. Él me ha dejado con nada.

Los ojos de Tanaka brillaban como si su furia le divirtiera.

—Te dije que no le restregaras a tu amante en su cara. Mi hermano es una bestia orgullosa. Tienes suerte de que no os haya matado a ambos.

Ella se mofó de eso.

—Lo desafío a intentarlo. Te lo aseguro, puedo mantenerme firme contra cualquier tigre.

Tanaka le dedicó una mirada escéptica.

—Quizá no deberías ser tan arrogante. Sabes que los tigres saben desgarrar las gargantas de los leopardos.

—Sólo en tus sueños —Ella le dirigió una mirada siniestra a Tanaka— Quiero librarme de esta relación. Mientras ese tigre viva, no puedo formar una pareja dentro de mi especie.

— Pensé que usted lo amabas.

—¿Amor?  —jadeó ella—. ¿Eres estúpido? El amor es para los humanos.

Ella sacó con fuerza el guante blanco de su mano derecha fuera y la sostuvo en alto para mostrarle a Tanaka.

—Yo me emparejé con él por esto. El emparejamiento en nuestras especies se lleva a cabo cuando la marca aparece. Nunca equivale a amar para los Katagaria, lo sabías. ¿Amas a tu compañera?

—Ella me satisface

Karina tenía una mirada perdida en su cara como si ella recordaba algo en el pasado. La tristeza marcó sus perfectas facciones.

—Yo, también, estuve satisfecha una vez, —dijo suavemente. Su cara se endureció otra vez al de la perra que Taeheon tan bien conocía— Hasta que vi lo que nuestro emparejamiento produjo. Soy la última de mi clase. Si no puedo prolongar la raza del leopardo de las nieves, entonces al menos déjame reproducir a un leopardo puro y no a una especie de hibrido.

Gracias, Mamá. Yo también te quiero. A él le encantaría mostrarle de que fenómenos era capaz.

Incluso quedaría impresionada con su habilidad para arrancarle la garganta antes de que pudiese incluso defenderse.

Tanaka cruzó los brazos sobre su pecho y habló en un tono calmado, nivelado como si discutieran el clima y no la vida y la muerte de Taeheon y su padre.

La misma indiferencia hizo que Taeheon quisiera matarlos a ambos.

—Entonces ya sabes lo que necesitas hacer, Karina.

—Ahora no es tan sencillo, —dijo ella con un suspiro—. Él le ha dejado todo al mutante. Estoy realmente segura que me acompañará hasta la puerta en el desierto helado antes de permitirme estar cerca de él.

Tanaka bufó.

—¿Qué hace la cautela de un leopardo contra la voluntad de un tigre?

Ella rechifló en él.

—No seas estúpido. Nuestros hábitat menguan todos los días. Al menos en la hacienda de un humano rico puedo estar segura de que siempre tendré un refugio para estar en mi verdadera. También sé cuan desesperadamente quieres Tigarian Technologies, pero Erick sospecha demasiado de ti para que alguna vez confíe en ti a sus espaldas. Así que aquí está lo que yo propongo. Yo los mato a él y al mutante, y tú me das una parte de la hacienda.

—¿Si digo que no?

—Entonces yo lo intentaré con el mutante.

Yeah, pensó Taeheon coléricamente. Ese sería incluso un peor error. Incluso como cachorro él había odiado a su madre. Qué pena que ella no se hubiese tomado la oportunidad con él.

Tanaka se mantuvo en silencio mientras él consideraba sus palabras.

—Muy bien, acepto.

Pedazo de mierda, él había esperado que su tío dijera alguna cosa más. Pero entonces, Taeheon estaba observando una historia de la cual ya sabía el resultado.

—Bien, pero te conozco, Tanaka. No confío en ti, tampoco. Quiero algún seguro.

Woow, Karina realmente había tenido un cerebro. Al menos por un momento. Pena que sus seguros le hubiesen fallado al final, pero quizás le darían a Taeheon alguna manera de probar la culpabilidad de Tanaka en esta acción.

—¿Y qué sería eso?

—Quiero que me pongas como accionista mayoritario en tu compañía y quiero que un millón de dólares, sean transferidos de tu cuenta a la mía antes de que yo haga algún movimiento con el tigre.

Incluso Taeheon podía decir que todo eso era tan efectivo como encañonar a su tío. Las facciones de Tanaka realmente se vieron pinchadas y desdibujadas. Taeheon medio esperaba que el tigre la mandase a volar.

Él no hizo.

—¿Cuánto tiempo tengo?

—No demasiado. Conozco a Erick. Por ahora, él me tiene prohibida la casa entera. Pero él dijo que él quería que yo viese al mutante. Fingiré interés. Le diré que he recapacitado y me gustaría verlo. Cuando abra la puerta, les puedo matar a ambos.

Ahora eso complació a su tío. Sus ojos eran ahora brillantes y felices.

—Necesito tiempo para liquidar algunas cosas para tener el dinero en efectivo para ti.

—Tienes cuarenta y ocho horas  —Ella sacó una tarjeta de presentación de su bolso— Esa es mi cuenta. Una vez que el dinero esté allí, serás un hombre mucho más rico.

Taeheon observó como ella se ponía de pie y se iba de pronto. Era el momento más duro de su vida el aguantar allí y dejar que la historia siguiese su curso cuando todo lo que él tenía que hacer era lanzarse sobre ellos y matarlos.

Podría salvar la vida de mi padre… Pero su padre se suponía que moría. Si no lo hacía, entonces Taeheon no iría a Nueva Orleans y nunca conocería a Juny.

Él no es su compañero.

Eso era verdad. Como su madre había apuntado a Tanaka, no estaba en su gente amar. No como lo hacían los humanos, y aún así Taeheon sentía algo por Juny que desafiaba cualquier otra explicación.

Sólo quería estar con ´él y aún así él sabía que no tenía nada que ofrecerle. Pero ahora mismo, él podía salvar la vida de su padre… Y perder a Juny para siempre.

Su padre o Juny.

Pero hombre, allí no había verdadera elección. Si Taeheon salvase a su padre, él alteraría bastantes más destinos que simplemente el suyo.

Su mente volvió a cuando Kevin había estado viviendo en Santuario. Uno de los compañeros de grupo de Kevin había venido a matarle. Sólo Taeheon lo había mantenido lejos de Kevin.

Si el Kevin no hubiese estado allí… Kevin podría estar muerto ahora. Y esa era simplemente una instancia de la que Taeheon sabía. Una vida tocaba otras cientos, ya fuera directamente o indirectamente.

"La más ligera conmoción en el aire puede mantener un huracán en movimiento a mil millas".

La teoría de caos. El Dark-Hunter Shindong había sido el que se lo había enseñado a Taeheon varios años atrás. Cambiar aun la más pequeña cosa podía tener repercusiones sumamente dañinas.

No, él tenía que dejar que la historia siguiese su curso.

Apretando sus dientes, él se marchó dando media vuelta y se trasladó a un área aislada a fin de que él pudiese regresar a la casa de su padre.



—Vosotros dos pueden quedarse aquí dentro una vez que Taeheon regrese —dijo el padre de Taeheon cuando cerraba la puerta para sellarlos a los dos en un dormitorio para invitado a solas.

Junyoung frunció el ceño ante sus acciones mientras algo dentro de él empezaba a asustarlo. No quiso estar a solas con el padre de Taeheon. Pero no tenía ningún sentido. Erick sólo había sido amable con él hasta ahora.

Todavía, se sentía sumamente incómodo.

Erick aspiró profundamente mientras él jugueteaba con una pequeña caja de porcelana que había sobre el tocador de madera de cerezo.

—¿Piensas que Taeheon podrá encontrar la prueba que necesita?

— Espero que sí.

Erick negó con la cabeza.

—Mi madre siempre me dijo que tuviese cuidado con Tanaka. Ella dijo que él tenía demasiado de humano en él para su bien.

Junyoung frunció el ceño ante sus palabras.

—¿Cómo así?

Erick puso la tapa sobre la caja, luego se volvió y se apoyó contra el tocador.

—Los animales por regla general no son en particular celosos, pero Tanaka siempre lo fue. Él era el mayor de la descendencia de mis padres. Yo fui el más joven… nacido muy tarde en sus vidas. Tuve dos compañeros de camada que no sobrevivieron. Por eso, mi madre se inclinó en mí. Puedo recordar ser simplemente un cachorro y coger a Tanaka mirándome con malicia. Mi madre estaba todo el tiempo asustada de dejarnos a solas juntos. Eso fue por qué lo aparté de mi compañía hace mucho tiempo.

Junyoung podía entender la preocupación de Erick, pero sus acciones le golpearon con extrema paranoia.

—"Sí, pero los celos no siempre hacen a las personas homicidas.

Él se rió de eso.

—No hablamos de personas, Juny. Somos animales parlantes. En nuestro mundo, la supervivencia lo es todo. Gana el que se lo lleva todo.

Él cruzó el cuarto para pararse delante.

—¿Amas a mi hijo?

—Yo…  —Junyoung vaciló. Pero al fin, sabía la respuesta. No había negación posible.— Sí.

Erick sonrió.

—El amor de un humano. No podría desear nada mejor para él. Los animales protegen lo que ellos conocen. Protegen lo que están obligados a proteger, pero los humanos… los humanos tienen una mayor capacidad para sacrificarse por aquellos que viven en sus corazones.

Antes de que Juny pudiera moverse, Erick lo agarró por la garganta y lo tiró al suelo. Trató de gritar, para descubrir que ni siquiera podría tomar aire en sus pulmones.

No podría moverse, no podría pelear. Era como si alguna fuerza nunca vista lo
mantuviese paralizado. Sus ojos la quemaron.

—Perdóname por hacerte esto. Espero que lo entenderás con el tiempo.

Su deseado grito salió como un quejido cuando él se transformó en un tigre y mordió su hombro.

Junyoung estaba completamente paralizado cuando el dolor le desgarraba. Vio colores formando remolinos a su alrededor así como un extraño zumbido comenzó en sus orejas.

Su respiración se volvió penosa, dolorosa. Era casi como si se asfixiara. Se estaba muriendo. Lo sabía.

¿Por qué? ¿Por qué le estaba haciendo él esto? Sus pensamientos recurrieron a Taeheon. Él quedaría devastado.

¡Lucha, maldición, lucha! Pero no podía. Él no tenía control sobre su cuerpo. Ningún control sobre lo que el padre de Taeheon le estaba haciendo. Era aterrador.

Lo siento tanto, Taeheon.

Fue su último pensamiento antes de que todo se volviese negro.



3 comentarios:

  1. Ay~ No!!!
    Pobre Tae~ lo que debe de escuchar de la p377@ que lo parió -lo siento-
    Ahhhh Noooo
    Hasta que Mew se da cuenta del error tan grave que cometió!!!
    Ahhhh Noooo
    Juny~ qué!????
    Ahhhh

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  2. por que la vida es tan cruel espero y mejore muy pronto

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  3. Que...que...que...que paso?
    Por qué lo mordió?
    Qué esta pasando?
    Estan atrapados en el pasado...en el presente andan detras de Tae
    Se supone que matarian a su padre...puede que todo tenia que pasar tal cual pero....como así?

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...