Debutantes III -6



Sungmin abandonó temprano los aposentos de la duquesa para prepararse para la cena formal de esa noche. No vio a Kyuhyun apoyado contra la pared del pasillo justo a la salida de las habitaciones cuando comenzó a andar a paso vivo en dirección opuesta. El joven no estaba de buen humor. Se había dicho que regresaba a su habitación temprano para que Sunny tuviera tiempo de sobra para prepararlos a él y a su compañero de habitación para esa noche, pero también quería saber dónde se había metido su compañero.
Cuando Suho no regresó a los aposentos de la duquesa, Sungmin comenzó a sospechar que Kyuhyun y él habían ido a alguna parte donde pudieran estar solos... para hacer el amor. Pensarlo lo había puesto de mal humor durante el resto de la tarde, y ahora lo que realmente quería averiguar era si Suho se había pasado todo ese tiempo solo en la habitación que compartían y demostrarse a sí mismo que había estado equivocado.
—Es usted una persona difícil de encontrar.
Sungmin casi se tropezó con sus propios pies al oír la voz de Kyuhyun y se volvió para ver que se ponía a caminar a su lado. Realmente tenía que dejar de reaccionar de esa manera ante él. Puede que ahora no se sintiera tan deslumbrado por su presencia, pero incluso después de haberlo visto y hablado con él más de una vez no podía evitar que siguiera sucediéndole lo mismo.
Y con respecto a su repentina aparición, se preguntó si él habría estado esperando junto a las habitaciones de la duquesa a que Suho saliera. Puede que, después de todo, no hubiera pasado toda la tarde con él. Al pensarlo Sungmin comenzó a sentirse de mejor humor.
Aun así, no se creyó ni por un momento que él le hubiera estado buscando.
—Tonterías —dijo mientras seguía avanzando por el pasillo—. Si de verdad quería hablar conmigo, sólo tenía que haber llamado a la puerta.
—No, eso estaba descartado.
—¿Porqué?
—Por la misma razón por la que no podíamos bailar más de un baile ayer por la noche. Daríamos que hablar.   
Dudaba de que ésa fuera la razón. Cuando él mostraba su encanto, ¿quién podía prestar atención a otra cosa? Lo más probable es que no quisiera que Suho estuviera al corriente de sus encuentros. Incluso puede que fuera por eso por lo que el joven había parecido tan disgustado antes. Podía haberle reprendido por haber bailado con Sungmin la noche anterior.
El joven dobló la esquina al final del pasillo. Él todavía continuaba allí, y lo seguía al mismo paso. Sungmin comenzaba a sentirse un poco excitado por aquel encuentro.
—Entonces esto debe de ser otro interrogatorio. ¿O es ahora cuando me va a soltar esas funestas advertencias de las que me había hablado ? —le dijo para contener su excitación.
En lugar de contestar, Kyuhyun se detuvo bruscamente delante de él. Sungmin  no fue lo suficientemente rápido para detenerse a tiempo y chocó contra él, algo que él debía de haber sabido que ocurriría. Sorprendido, se apartó rápidamente. Kyuhyun no intentó detenerlo, sólo alargó el brazo para ponerlo a un lado del pasillo, de espaldas a la pared. Luego apoyó la mano en la pared para que no se escabullera y siguiera su camino.
A Sungmin, aquella posición le recordaba tanto la postura en la que lo había visto con Suho la noche anterior que supuso que era una de sus costumbres, atrapar a las parejas para flirtear con ellas. La mayoría se mostraría encantada. Pero él no.
—¿Es que no tienes nada más que decir? —dijo él con voz ronca, acercando tanto su rostro al suyo que Sungmin  pudo sentir su cálido aliento en la mejilla. ¡Tenerlo tan cerca hacía que se le desbocara el corazón! Puede que no le molestara aquella posición después de todo.
—¿Se te ha comido la lengua el gato, Minnie?
Sungmin  se dio cuenta de que, probablemente, él estaba acostumbrado a que todos se quedaran tan perplejas por su atrevimiento que no reaccionaban con la rapidez y la indignación que debían mostrar. Y él no era una excepción. No se le ocurrió preguntarle cómo sabía su nombre cuando él no se lo había dicho.
Lo único que pudo decir fue:
—No me llame así.
—Entonces ¿no eres Lee Sungmin?
—Sí, pero usted y yo no nos conocemos lo suficiente para que me trate con tanta familiaridad.
El se rió.
—¿Mostrándote ofendido otra vez, querido? Pensé que habíamos dejado claro que jamás actúo siguiendo las normas del decoro. Es una pérdida de tiempo, ¿sabes?
—No, no lo es —protestó enérgicamente—. ¡Es así cómo se hacen las cosas!
—Sólo si quieres aburrirte... pero ¿puedes imaginarme haciendo algo aburrido?
¡Observar la etiqueta no lo convertía en un hombre aburrido! ¿Acaso él no se daba cuenta de que su mera presencia ya era de por sí excitante?
—Usted no sería aburrido ni aunque lo intentara —se permitió admitir Sungmin .
A tenor de cómo él había agrandado sus ojos, acababa de sorprenderlo. ¿Por qué? Oh, Dios mío, ¿acababa de hacerle un cumplido? El joven se sonrojó pero no creía que él lo hubiera notado gracias a las sombras que arrojaba su alta figura.
—¿Estamos manteniendo esta conversación por alguna razón en particular? —preguntó Sungmin, esperando cambiar de tema.
Él le brindó una amplia sonrisa.
—No seas impaciente. ¿Es que no prefieres disfrutar de toda mi atención? Acabas de herir mis sentimientos.
Sungmin puso los ojos en blanco. ¡Excelente! Al menos eso compensaba el cumplido que le había hecho.
Kyuhyun se inclinó hacia él un poco más para añadir:
—¿Crees que realmente necesito una razón para hablar con un joven hermoso? Te aseguro que no es así. De hecho se me ocurrió que quizá podrías necesitar mi ayuda.
El que hubiera mencionado ayudarle hizo que Sungmin recordara a Lee Sukchun y lo que le había pedido. ¿Habría visto al final a Kyuhyun y le habría informado de que debía ser su intermediario? ¡Tenía que darle aquella carta!
—Sí—dijo—, de hecho...
—Si vas a continuar haciendo recados para Boah —le interrumpió él—, necesitarás a un amigo en la corte que te enseñe cómo distraer a conciencia. Habiendo admitido que no sabes cómo hacerlo, he decidido ofrecerte mi ayuda en ese aspecto.
Al observar que la mirada masculina se estaba volviendo decididamente sensual, Sungmin habría tenido que ser un estúpido para no darse cuenta de que él estaba a punto de besarlo. Paralizado por la anticipación, no podría haber dicho nada en ese momento aunque quisiera. Ni siquiera se dio cuenta de que estaba perdiendo la oportunidad que él acababa de darle para negar que iba a hacer más recados para Boah.
Y entonces él lo besó, olvidándose de los criados que aparecían y desaparecían al final del pasillo. Sungmin  ciertamente no pensó en ellos. Su beso fue mucho más de lo que esperaba; su tacto, su sabor fueron maravillosos descubrimientos. No lo dejaban abrumado, bueno sí que lo hacían, pero le parecía que aquel beso era mucho más que una rendición voluntaria a la suave presión de la boca de Kyuhyun cuando sus labios la acariciaron y encendieron todos sus sentidos.
En ese momento, Sungmin  deseó que su madre le hubiera explicado más sobre los besos cuando finalmente habían hablado sobre las relaciones sexuales el año pasado. ¿Estaba realmente su cuerpo dispuesto a rendirse al de Kyuhyun como él reclamaba cuando le estrechaba de esa manera entre sus brazos? ¿Se suponía que ella debía sentir lo que sentía y excitarse por ello?
—Eres asombrosamente encantador —dijo él mientras le rozaba el rostro con la mejilla de una manera tan íntima que parecía una caricia.
Sungmin hubiera preferido no salir de ese aturdimiento sensual. Pero tenía que concentrarse en lo que él decía. No quería perderse ni una palabra.
Sin embargo, aquel comentario fue como un jarro de agua fría, pues no tenía ninguna duda de que él le había dicho esas mismas palabras a docenas de jóvenes.
—No necesita utilizar sus típicos halagos conmigo, ¿sabe?
—Típicos, ¿eh? —El se enderezó con una amplia sonrisa—. Es cierto que encuentro encantadores a la mayoría de los jóvenes y mujeres, pero créeme, querido, rara vez me sorprenden. Tú, sin embargo, no has sido más que una sorpresa tras otra.
Sungmin no lograba imaginar cómo podía haberle sorprendido tanto, pero aquel comentario sonaba de lo más sincero. Aun así creía que él estaba diciéndole lo que quería oír. ¿Estaría esa actitud demasiado arraigada en él después de tantos años de flirteos? ¿Formaba parte de sus habilidades seductoras? Quería creerle, lo que tampoco la sorprendía del todo.
La atracción que sentía por él venía de muy lejos y era mucho más profunda que cualquier cosa que hubiera experimentado antes. No es que tuviera mucha experiencia con los hombres, pero sabía que con Kyuhyun el más mínimo placer lo excitaría de una manera desmedida.
—Ahora que tienes de nuevo la cabeza despejada, ¿quieres que continuemos con la lección?
¿La lección? Oh, Dios, se había olvidado por completo de que aquello había comenzado con una oferta de ayuda por parte de Kyuhyun. Se sonrojó por haber pensado que tras aquel maravilloso beso había algo más. Pero Kyuhyun todavía no había terminado.
 —Tienes que ser capaz de hacer esto sin que se vea implicada ninguna emoción —le advirtió—. Así que creo que deberíamos practicar hasta que aprendas la lección y te vuelvas tan mundano que seas capaz de mantener un férreo control sobre tus emociones.
 ¿Era eso lo que le pasaba a él ? ¿ Era aquello sólo un mundano preludio de su manera de hacer el amor? Se sentía dolido e insultado, una poderosa combinación que le hizo reaccionar con rapidez.
 —Háganos un favor a los dos y no me dé más lecciones.
—¡Usted, señor, no es más que un canalla! —le escupió antes de irse.
 —No creerás en serio que eso puede mantenerme alejado, ¿verdad? —le gritó con una risa ahogada.  Sungmin no respondió, pero se dio la vuelta con rapidez y le lanzó el sobre que Sukchun le había dado. Por desgracia no le golpeó con él y simplemente cayó a sus pies.
El se rió todavía con más fuerza mientras recogía la nota sin ni siquiera mirarla y se la metía en el bolsillo.
—Si lo que querías era golpearme, querido, una bofetada hubiera sido mejor, ¿no crees? Pero quién sabe si no te habría sorprendido con mi reacción.
No pensaba preguntarle a qué se refería con eso. No era necesario. Kyuhyun lo había mirado con tal atrevimiento mientras lo decía que sobraban las preguntas. Y si bien él ya había recurrido a los gritos, Sungmin no estaba dispuesto a hacer lo mismo. Dándose la vuelta, se alejó de él tan rápido como pudo.
Creyó haberle oído decir «cobarde», pero no podía asegurarlo.


Aunque la duquesa de Kent era una mujer vigorosa a pesar de su edad, la cena que daba en honor a una vieja y querida amiga resultó ser aburrida. Así que para que no se sintiera excluida, nadie de la corte charlaba sobre nada más interesante que la moda y Sungmin  se encontró pensando en los acontecimientos del día.
Al parecer, Suho había regresado a su habitación mucho antes que él y se había cambiado de ropa para la cena. Cuando Sungmin llegó, el joven ya salía y le lanzó una mirada fulminante mientras lo empujaba al pasar por su lado.
Después de que Suho saliera de la estancia, Sungmin  se volvió hacia Sunny y le preguntó:
—¿Cuándo ha regresado?
—Menos de una hora después de que apareciera el caballero.
—¿Es que ha venido alguien preguntando por alguno de nosotros?
—No, al parecer se había equivocado de habitación, o al menos eso fue lo que dijo mientras retrocedía avergonzado. Pero no me extraña que se sorprendiera. Seguramente no había esperado encontrar a una doncella sentada en la habitación sin otra cosa que hacer.
—¿Me estás reprendiendo? Sabes de sobra que no tienes que quedarte en la habitación todo el día. Dudo mucho que tenga que cambiarme de ropa para el almuerzo. Sólo necesito que vengas por la mañana y por la tarde.
—Sé cuál es mi deber, y es estar disponible en caso de que me necesite, no quedarme sentada en mi apartamento sin hacer nada. Además, ver a ese hombre me ha alegrado el día. Jamás había visto a un tipo tan guapo. Aún seguía aquí sentada con la boca abierta mucho tiempo después de que él hubiera cerrado la puerta.
Sungmin se quedó pasmado. Sólo conocía a un hombre que respondiera a esa descripción.
—¿Tenía el pelo negro y largo, y luminosos ojos negros?
Sunny soltó un grito ahogado.
—¿Lo conoce?
—Eso parece. Es Cho Kyuhyun, sobrino de nuestro vecino más ilustre, el duque. Kyuhyun y Suho son... amigos.
—No puede ser —respondió Sunny sin poder creerlo.
—Sí. Y hoy tenían una cita, así que debió de confundirse de lugar si vino aquí antes.
Lo que explicaría por qué él parecía haber llegado tarde a su cita con Suho. ¿De verdad era posible que él hubiera cometido ese error tan tonto? Era probable. Él debía tener tantas citas al día que era normal que se olvidara del lugar de reunión.
—Pues no debió de salir bien —especuló Sunny.
—¿Qué?
—La cita. Se veía que al joven Suho había estado llorando cuando regresó a la habitación. Aunque no dijo ni una palabra. Se limitó a sentarse en el taburete de la coqueta con los ojos llorosos.
Lo que no sorprendía a Sungmin , pues había visto a Suho disgustado durante su cita con Kyuhyun. De hecho cuando los había visto en el cenador, había pensado que Kyuhyun y Suho compartían malas noticias.
—Bueno, eso es asunto suyo, no nuestro —dijo Sungmin—. Y al parecer no estaba tan disgustado como para no lanzarme otra de sus miradas mortíferas al cruzarnos en la puerta. Y en cuanto a tu aburrimiento, mañana pensaba salir para comprar algunos libros. Yo también me aburro bastante en los aposentos de la duquesa, ¿sabes? Si quieres, podemos comprar libros para ti también, o quizá prefieras comprar artículos de labor, o cualquier otra cosa con la que pasar el tiempo.
Después de eso, Sunny había dejado de quejarse pues igual que Sungmin estaba deseando hacer las compras. La única excitación que había habido en el palacio hasta ese momento había sido el baile de disfraces para el que Sungmin ni siquiera se había traído un disfraz y las intrigas de Sukchun y Boah.
Sungmin  abandonó la cena de la duquesa temprano, sintiéndose descontenta ante el rumbo que habían tomado sus pensamientos y su estado de ánimo. Nunca antes había tenido aquellos altibajos emocionales. No los había experimentado hasta conocer a Kyuhyun y haber confirmado sin lugar a dudas lo canalla que era. Pero suscitaba en él una profunda excitación. Si no hubiera descubierto lo excitante que podía ser la vida cuando estaba a su lado, estaba seguro de que no se sentiría tan infeliz.
Sungmin no pudo escapar de la cena sin ser visto. Bueno, podría haberlo hecho, pero no podía ignorar la presencia de Key que estaba en el vestíbulo llorando. ¿Dos jóvenes de la corte disgustados el mismo día? Kyuhyun se había superado a sí mismo. Bueno, puede que no estuviera siendo justo. Todavía seguía enfadado con él por intentar añadirla a su larga lista de conquistas con su ridícula oferta de ayuda.
Ryeowook le había contado a Sungmin que Key había esperado tres años a que su prometido regresara al país, sólo para encontrarse con que él rompía el compromiso cuando finalmente volvió a casa. Si Key parecía amargado en ocasiones, era por eso. Y también por ello era tan pesimista.
—¿Key? —inquirió Sungmin.
Vio que había sorprendido al joven que rápidamente se secó las mejillas con el revés de la manga.
—No es nada, de verdad.
—¿Te gustaría hablar de... nada?
Key no le vio la gracia a la pregunta.
—No...sí. Boah me ha vuelto a pedir que vaya a la ciudad mañana por la mañana. Y aún no he tenido respuesta de mi madre sobre si debería hacer o no este tipo de recados. Estaba aterrorizado la primera vez que fui. Nunca había estado solo antes en la ciudad, ¿sabes?
—Lleva a un lacayo contigo esta vez.
—Eso pensaba hacer, pero al mencionárselo a Boah me dijo que no. No quiere que nadie más sepa que le entrego una nota a lord Joowo en Wigmore Street.
Sungmin contuvo la risa al ver la naturalidad con la que Key le revelaba algo que Boah quería que mantuviera en secreto. En su imaginación incluso veía a Boah quejándose.
«¡Tendría que haberlo hecho yo misma!»
—¿Eso no está a unas cuantas manzanas al norte de New Bond? —preguntó Sungmin , recordando que su madre tenía una amiga que vivía allí cerca.
—No tengo ni idea.
—Yo creo que sí. Y mira por donde, mañana pensaba ir de compras a Bond Street. ¿Te gustaría venir conmigo?
—¿Podríamos pasar por Wigmore Street?
—Por supuesto. Y no dudes en pedirme que te acompañe a la ciudad si tienes que volver a hacerlo. Me gusta salir de palacio de vez en cuando. Además mi doncella nos acompañará.
Dios mío, pensó Sungmin, ¿no era pasmosa la facilidad con la que había decidido convertirse en el espía de Lee Sukchun?


A Kyuhyun le agradó sobremanera que Lee Sungmin fuera su nuevo objetivo en la investigación sobre los nuevos jóvenes de la corte. Que representara un reto hacía que la tarea fuera mucho más agradable. Los demás habían sido demasiado fáciles. Ryeowook era una joven encantador que encontraba de lo más excitante las intrigas de Boah. Key era un tímido ratoncillo que haría exactamente lo que le ordenaran aunque despreciara a Sarah. Incluso podría trabajar de espía para ellos si la presionaban lo suficiente, tanto que revelara las maquinaciones de Boah.
Suho era casi divertido por lo fácil que resultaba averiguar lo que se traía entre manos y manipularla a su antojo. Pero se había convertido en una molestia, así que había tenido que poner fin a lo que él había pensado que era un coqueteo. Se había mostrado demasiado insistente sobre querer llevárselo a la cama. Pero Kyuhyun conocía a los de su clase. Si hubiera aceptado la invitación, no pasaría ni un mes antes de que le anunciara que tenían que casarse. Y él no estaba dispuesto a caer en esa trampa.
Tendría que advertir a Sungmin de que se mantuviera en guardia ahora que había bailado con él en el baile de disfraces. Suho se había negado a creer que Sungmin no fuera el único responsable de que sus citas no hubieran llegado a buen puerto. Sabía que Suho tenía una veta cruel; se había jactado delante de él de la jugarreta que le había hecho a su anterior compañero de habitación, que había acabado en un escándalo y en la rápida marcha de ésta de la corte.
Lograr ver a Sungmin  parecía ser ahora su único problema. Se pasaba la mañana parapetado en los aposentos de la duquesa. Esperar ante las puertas de dichos aposentos como había hecho el día anterior no era una buena idea. Había tenido suerte de que hubiera sido el primero en salir, pero lo más probable era que eso no volviera a ocurrir de nuevo. Y además, podía evitar salir solo si sospechaba que lo estaba esperando. Sin embargo, no lamentaba haberlo hecho el día anterior. Incluso se había ido a la cama con una sonrisa en los labios al recordarlo.
El joven se había derretido entre sus brazos, lo que no era una sorpresa. Pero sí lo era que él hubiera disfrutado tanto con aquel beso. Cuando su deseo había irrumpido en todo su esplendor, Kyuhyun casi no se lo había podido creer. ¡Se le estaba trabajando! Jamás perdía el control con un objetivo.
El consejo que le había dado a de no permitir que las emociones se interpusieran mientras besaba a un hombre había sido también un recordatorio para sí mismo y la excusa perfecta para continuar con la lección, pero Sungmin se lo había tomado como un insulto. ¡Qué gracia! Lo más probable era que Sungmin  hubiera deseado tener algo más contundente que arrojarle a la cara que aquel sobre, un sobre que  contenía una hoja de papel con el sello de un nuevo sastre  de Bond Street. ¿Qué diantre estaba haciendo con  aquello en el bolsillo?
Estaba impaciente por verlo de nuevo, y molesto por no poder hacerlo. Al parecer sólo tendría la oportunidad de verlo en las fiestas nocturnas. No obstante, reconocía que su impaciencia era algo absolutamente personal, pues Sukchun no estaba allí para presionarle para que terminara el trabajo lo antes posible. Había tenido que hacer un inesperado viaje a los Países Bajos. Uno de sus contactos le había advertido de que volvían a correr rumores de guerra en aquel lugar.
Con Sukchun lejos de palacio y Sungmin  fuera de su alcance la mayor parte del tiempo, Kyuhyun había decidido visitar a su familia esa mañana. Desde que vivían con él, notaban cada vez más sus ausencias y cuando volvía a casa su madre no dejaba de preguntarle dónde se había metido. Lo más fácil sería achacarlo a su amante actual. Era la única excusa creíble que nunca fallaba.
Pero al salir de palacio le sorprendió ver a Sungmin  subiéndose a un carruaje de alquiler. No lo llamó. Corrió a los establos donde acababa de enviar a un lacayo a que recogiera su caballo. Tuvo suerte. Montó y no tuvo problemas en alcanzar el carruaje de Sungmin  y seguirlo a una distancia prudencial. Cuando giraron en Oíd Bond Street, Kyuhyun sonrió. Después de todo no era un recado de Boah. Evidentemente era un viaje de compras y, ¡un joven señor podía pasarse todo el día comprando! Aquélla era la oportunidad perfecta para hablar con él.
Más tarde concluyó que debía castigarse a sí mismo por ser igual de pésimo que Sungmin  haciendo conjeturas. El carruaje no se detuvo como él había pensado, unas calles después, se internó en Wigmore, una calle en la que él jamás había estado. A mitad de camino, el carruaje se paró junto a la acera.
Kyuhyun detuvo a su caballo detrás de un carruaje a varias casas de distancia. No había podido encontrar un lugar mejor para ocultarse, pero al menos si Sungmin  miraba en esa dirección, no lo vería. No podía adivinar qué estaba haciendo allí.
Sungmin  no estaba solo como él había creído, y no fue él quién se apeó del carruaje y llamó a la puerta. Fue la doncella con la que se había topado en la habitación que Sungmin  compartía con Suho cuando había dejado a ésta esperando en el jardín para poder registrar su dormitorio. Aunque al final no había podido registrar la habitación tal y como había querido, no se sintió del todo decepcionado pues, en realidad, no había esperado encontrar nada revelador allí.
Pero aún era demasiado pronto para hacer conjeturas. Sungmin podía haber enviado a la doncella a la puerta sólo para que averiguara si había alguien en casa.
Un criado abrió la puerta, pero no invitó a pasar a la doncella. Unos minutos después, apareció el dueño de la casa, la doncella le entregó una nota, y luego regresó con rapidez al carruaje, mientras Kyuhyun se sentía como si le hubieran dado un mazazo en la cabeza.
Conocía a aquel hombre, no personalmente pero sí de vista. Era el mismo lord Joowo que Sukchun había investigado el año anterior después de que hubieran intentado asesinar a la reina mientras paseaba por Londres en su carruaje. Sukchun, que era desconfiado por naturaleza, no había considerado aquel intento de asesinato como un acto impulsivo de un joven desquiciado, y había sospechado que había un complot detrás. Había investigado a todos los conocidos de Oxford.
Uno de esos conocidos era lord Joowo, que había sido visto hablando con el joven acusado. Aunque Joowo había dicho que él sólo había estado censurando a Oxford porque éste había intentado bloquear su carruaje, Sukchun tenía sus dudas, principalmente porque Joowo era un Tory que no estaba de acuerdo con la política de la reina en ese momento. Después de seis meses, Sukchun había abandonado la investigación. Kyuhyun se alegró de no haber recibido instrucciones de involucrarse. No le gustaba el trabajo duro que no conducía a ninguna parte, como en aquella investigación.
Pero sólo porque Sukchun no había encontrado pruebas de una conspiración contra la reina, no quería decir que no la hubiera habido, sino que no había sido descubierta. Al parecer, Boah estaba relacionada con ese hombre ya que le había enviado esa nota. Podría ser otro de sus planes secretos. O no. Después de todo, Joowo era soltero, así que Boah podía estar interesada en él de manera romántica. De cualquier modo, tendría que informar a Sukchun de aquello en cuanto éste regresara a palacio.
Maldita sea, Kyuhyun no dudaba ahora de qué lado estaban las lealtades de Sungmin . Resultaba evidente que al final se había decantado por el bando de Kwon Boah y le sorprendió sentirse decepcionado al llegar a esa conclusión. Muy decepcionado.



2 comentarios:

  1. Cómo se atreve...y todavia le dice que enmascare sus reacciones😒
    Já...primero aplicalas tu Cho Kyuhyun...él es solo un joven.
    Y con qué derecho se pone como maestro de Min para enseñarle las artes del espionaje😒

    Esta va mal
    El amigo de Kyu no le dijo nada,en el sobre no había nada,Kyu ni enterado está de los planes del tipo ese,Min ya se vio envuelto en andar de espia y ahora Kyu cree que está de parte de la tipa esa.
    Me encanta
    Esto se pondra bueno😂😂😂😂

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  2. Y ya inicia el drama, pensaran mal de mim, ashhhh todo se fue a la M...

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...