Se sentaron en
silencio por unos minutos. El único sonido era Hee hablándole suavemente a Minki.
Se inclinó hacia Siwon y se tragó más lágrimas mientras mecía a su hijo. Miró a
Hyukjae y su corazón se rompió de nuevo mientras veía la cáscara de un hombre que
quedó después de perder a su compañero.
—¿Ahora qué?
—preguntó Hee—. ¿Qué hacemos ahora, Junjin? — Necesitaba que alguien le dijera
cómo seguir adelante, cómo continuar, especialmente ahora que tenía un niño que
lo necesitaba.
Junjin lo miró,
sin saber cómo responder. ¿Cómo le dices a alguien que continúe cuando todo lo
que quieres hacer es morir?
—Ahora —una voz
audaz llenó el espacio a su alrededor—, nos regocijamos por la nueva vida —dijo
la Gran Luna mientras entraba a la cueva. Caminó hacia el grupo y su corazón
dolió al ver la pérdida y dolor en ellos—. Lloramos por el sacrificio y
agradecemos por las segundas oportunidades. — Hubo un movimiento detrás de ella
y se hizo a un lado para revelar a Hyesung, Donghae, Teuk y Eric, todos enteros
y vivos.
Era difícil decir
quién se movió más rápido, Junjin, Hyukjae o Kangin, pero a pesar de eso, todos
estuvieron a lado de sus compañeros al instante.
Junjin se detuvo
tan cerca de Hyesung que podía sentir su respiración sobre su rostro. Su
compañero alzó el rostro para verlo con ojos relucientes y él limpió suavemente
una lágrima perdida.
Hyesung le
sonrió.
«Lo sé y también te amo». Sus ojos se
agrandaron cuando escuchó su voz en su mente y se dio cuenta que también le
sentía en su interior. Su vínculo estaba restaurado, su alma de regreso a donde
pertenecía, unida a la de él.
Hyukjae cayó de
rodillas frente a Donghae y miró su
rostro. Tenía miedo de tocarlo, miedo de que no fuera real, y miedo de que esto
fuera una loca ilusión que su mente había urdido en un intento de hacerle
frente. Él le sonrió y pasó sus dedos por su cabello. Su aroma se estrelló en
él y el calor de su mano lo atrajo como una polilla a una llama. Se puso de pie
y gentilmente tomó su rostro en sus manos.
—Eres real.
Él asintió y su
sonrisa creció.
—Soy real, estoy
aquí, y soy tuyo.
Hyukjae saboreó
las palabras como un león saborea un festín después de matar. Se acercó más y
empujó su rostro a él. Sus labios rozaron contra los suyos cuando habló.
—Donghae mío, te
había perdido. —Su voz se rompió con las palabras, trayendo lágrimas a los ojos
de Donghae .
—No me perdiste.
Estoy aquí, amor —trató de reasegurarle.
Él asintió y
presionó sus labios en los de él. Sus brazos se envolvieron a su alrededor y lo
apretaron contra él y sintió su vínculo restaurarse. Gruñó mientras la familiar
sensación fluía a través de él y la luz que su compañero le había traído
inundaba su corazón y alma.
—Mío —gruñó
contra sus labios.
—Tuyo —acordó
Donghae.
Kangin no perdió
tiempo con palabras mientras alcanzaba a su compañero. Envolvió sus brazos a su
alrededor, empujándolo rápidamente contra él y lo besó duro. Derramó su
necesidad, deseo, dolor, miedo, devoción, esperanza y amor en ese beso. La
devoró mientras sus manos se movían a su cabello, enredándolo alrededor de sus
dedos y moviendo su cabeza para que pudiera besarlo más profundo.
«Te extrañé», le
dijo a través de su vínculo enmendado. Leeteuk suspiró y se entregó
completamente al beso.
«También te
extrañé. Te amo».
«Mi Angel»,
susurró con voz ronca en su mente. «Te amo y te seguiré amando mañana».
Junjin se alejó
solo un poco de su compañera para poder mirar a su hermano. Trató de procesar
lo que estaba viendo, pero todo lo que podía pensar era que no podía creerlo.
—¿Cómo?
—preguntó.
—Sobreviví en el
bosque oscuro —le dijo Eric como si nada—. Todavía tengo un propósito que
cumplir.
Junjin miró a la
Gran Luna y ella le sonrió cálidamente.
—Gracias —le dijo
Junjin.
Ella le asintió y
pudo ver el amor brillando en sus ojos.
Hee miró a sus dos
amigos con ojos muy abiertos. Observó mientras se reunían con sus compañeros y
trató de ser paciente, pero la paciencia nunca había sido su fuerte y nunca
pretendía que lo fuera.
—Siwon, toma a Minki,
por favor.
Siwon le frunció
el ceño pero gentilmente tomó a su hijo en sus brazos. Hee se alejó de él
mientras se ponía de pie con piernas temblorosas. Gracias a Ryeowook, casi
estaba totalmente sanado, pero seguía
débil. Zhoumi y Changmin se apresuraron a su lado para ayudarlo. Había una
manta envuelta alrededor de su cintura que le hacía más difícil moverse.
—Heechul —gruñó Siwon—,
necesitas descansar. Ellos pueden venir a ti.
Heechul lo
desestimó con un movimiento de su mano.
—Mi mejor amigo
estaba muerto, mi otro mejor amigo estaba lidiando con todo eso solo, y ahora
ambos están aquí… vivos. No voy a esperar.
Siwon caminó a su
lado. Le estaba frunciendo el ceño pero seguía siendo gentil mientras lo
ayudaba a pararse con una brazo y sosteniendo a Minki con el otro.
—Ejem. —Hee se
aclaró la garganta detrás de Hyukjae y Kangin. Teukkie y Donghae miraron alrededor de sus compañeros al mismo
tiempo con sus rostros partidos en unas enormes sonrisas. Comenzaron a
apresurase hacia Hee, pero Siwon caminó frente a él para bloquearlo.
—Lento y con
gentileza —dijo con severidad—, acaba de dar a luz.
Sus jadeos
remplazaron sus sonrisas y luego su atención estuvo inmediatamente sobre Minki.
Siwon lo sostuvo orgullosamente mientras suspiraban en asombro por él.
Hee caminó
alrededor de Siwon y observó cómo sus amigos acariciaban a su hijo y su corazón
se hinchó con amor y agradecimiento. Donghae miró a Hee y le sonrió.
—Es increíble.
Hee limpió una
lágrima y asintió.
—Sí, tengo que
decir que lo hicimos bien. —Le guiñó un ojo a Siwon y abrió sus brazos. Esta
vez, Donghae y Teukkie se movieron lentamente mientras los tres se envolvían en
un abrazo.
Sora llegó
también y envolvió sus brazos alrededor de los tres chicos y susurró en el oído
de Teukkie:
—Te amo, estoy
tan, pero tan contenta de que estés bien.
Teukkie se apartó
y miró a su madre. Observó cómo Jungsoo vino por atrás y envolvió sus brazos
alrededor de ella protectoramente. Eso la llenó de calidez y alegría, al ver a
su mamá feliz y amada.
—Estoy mucho
mejor que bien, mamá, y santa mierda, es bueno verte — dijo mientras se lanzaba
a los brazos de su madre. Sora soltó una pequeña risa mientras jalaba a su hijo
más cerca.
—Es bueno verte
también —miró a Donghae y luego a Hee—, a todos ustedes.
Hee miró
alrededor, sus cejas fruncidas, y entonces miró a la Gran Luna.
—¿Dónde está Dambi?
La sala se quedó
en silencio inmediatamente mientras observaban a la diosa.
Ella les sonrió.
—Está bien, y me
dijo que les dijera a los tres que vendrá muy pronto a verlos.
—¿Acabo de dar a
luz en una cueva, y ella ha sido traída de la muerte y no puede mostrar su
rostro no muerto para decirme lo maravilloso que es mi hijo? — preguntó Hee
tajantemente.
—Dijo que
necesitaba lidiar con algunas cosas —dijo la Gran Luna vagamente.
Hee no pasó por
alto la manera en que la mandíbula de Eric se tensó.
—Ajá, ya veo. —Hee
miró al hermano de Junjin y sonrió cuando él le frunció el ceño.
—Heechul
—advirtió Siwon mientras se metía en sus pensamientos, y casi pierde el
equilibrio cuando se dio cuenta que su vínculo estaba entero y fuerte de nuevo.
Los ojos de Hee encontraron los suyos cuando lo sintió en su mente y dejó
escapar un suspiro de alivio. Pero luego, tan rápido como había llegado el
alivio, fue remplazado con molestia y enojo.
—No estás fuera
del gancho, ya sabes. —Estrechó sus ojos hacía el—. Vamos a tener una
conversación muy seria, y tengo la sensación de que no va a terminar bien para
ti.
Siwon le mostró
su sonrisa diabólica.
—¿Es una promesa?
La Gran Luna se
adentró al centro del grupo y los miró con amor y esperanza. Bañó la cueva con
su luz, llenándolos con propósito y renovada fuerza.
—Las muertes
causadas por el mal que vivía dentro de Gura no fueron designadas. No eran sus
horas. Por eso, intercedí y tomé lo que era mío. Estas vidas restauradas
todavía tienen mucho que dar en esta vida, mucho por hacer. Hongki, mi precioso
hijo con un corazón lleno de arrepentimiento por su pasado, escogió dar su vida
en lugar de otra. No era su tiempo, pero las Parcas estuvieron de acuerdo, y
por eso le permití el libre albedrío para escoger. No hay mejor regalo que
morir por otro, sacrificarte para que otro no sufra. Y Hongki le dio este
regalo a Minki, a Heechul y a Siwon. Este jovencito está bendecido y grandes
cosas le esperan. Una vez más tomaron la responsabilidad de defender a quienes
les necesitan. Tomaron el camino estrecho, uno lleno de peligro y temor, y no
se rindieron ante la necesidad de correr… para mantenerse a salvos a sí mismo.
Estoy muy orgullosa de ustedes y los amo a todos. Ahora, descansen por un
tiempo, descansen en mi paz y en mi amor. Gocen en su victoria. Festejen las
vidas que trajeron de vuelta y vivan cada día de modo que puedan acostarse en
la noche sin nada de que lamentarse. Y en caso de tener remordimientos, sepan
que el perdón, misericordia, gracia y la promesa de un nuevo día son mis
promesas para ustedes.
Cuando se fue, su
paz fluyó a través de ellos. Hubo abrazos y lágrimas de felicidad y tristeza.
—No sé el resto
de ustedes, pero necesito un poco de té caliente — dijo Hee por encima de las
otras voces.
Teukkie y Donghae
le sonrieron.
—Hagan el mío
doble —pronunció Hyesung desde detrás de ellos.
—Ya escuchaste al
joven. —Hee se dio la vuelta hacia Henry—. La hadita Dambi no está aquí para
abusar de ella. Supongo que tendrás que servir hasta que ella regrese. Así que
chico Fae, tú y tu pandilla nos llevarán a casa.
Los labios de Henry
se arquearon mientras lo miraba.
—Voy a dejar
pasar todo eso de chico Fae ya que acabas de dar a luz.
—Amigo, ¿sabes
quién es mi compañero? Habrá un montón de pasar por alto.
Henry miró por
encima a Siwon, quién estaba arrullando a su hijo en un modo muy anti Siwon.
Luego miró de vuelta a Hee.
—Perdóname si no
estoy temblando en mis botas.
Hee golpeó el
brazo de Siwon.
—Oye, por favor
descubre una manera de arrullar y parecer amenazantemente al mismo tiempo, mi
felicidad de ser capaz de menospreciar a los demás depende de ello.
Siwon puso sus
ojos en blanco.
—Seguro princesa,
ya me pongo con ello.
***
Siwon lo observó
mientras se movía lentamente alrededor de su habitación, enderezando esto y
aquello, y cada vez que sacudía la canastilla se detenía y miraba hacia abajo a
su Minki. Esperaría algún tiempo para observar su respiración, y entonces se
movería. Había estado haciendo esto durante las últimas ocho horas desde que
habían vuelto de la cueva. Estaba exhausto y sus emociones crudas,
evidenciándose como el día en su rostro.
—Heechul, ven
aquí nene —le dijo en voz baja, sin querer molestar a Minki. Quería que su
pequeño consiguiera su muy necesario descanso porque sabía que no sería capaz
de contener por mucho tiempo a los compañeros impacientes de la manada y
amigos. Querían ver al primer hijo nacido de un hombre lobo, en mucho tiempo.
Hee se dio la
vuelta para mirarlo. Aunque se encontraba muy cansado y sus piernas amenazaban
con no resistir más en cualquier momento, tenía que hablar de esto.
—Eres afortunado
de que tengamos un bebé en esta habitación. Tendrás que agradecerle a tu hijo
más tarde por salvarte de mi ira. —Quería decir que estaba bromeando, pero no
lo estaba, no esta vez—. ¿Cómo pudiste Siwon? Renunciaste a tu vida.
Voluntariamente habías roto nuestro vínculo; me empujaste lejos cuando más te
necesitaba. Ni siquiera puedo comenzar a decirte lo herido y enojado que estoy.
Te amo, Dios como te amo y le agradezco a la Gran Luna que estés vivo y a
salvo, pero eso no hace nada por la rabia que siento ahora mismo.
—Lo sé, Heechul.
Sabía en el minuto en que lo hice, que no debía, pero no sabía qué más hacer.
—luchó por mantener su voz calmada y baja, mientras trataba de hacerle ver, de
hacerle comprender—. Todo lo que podía ver era a ti viendo morir a nuestro hijo
en tus brazos. Una y otra vez se reproducía en mi mente y no sabía cómo
arreglarlo. Es mi trabajo mantenerte a salvo, protegerte de las cosas feas en
esta vida y, sin embargo esta vida, nuestra existencia misma, es lo que trae
continuamente las cosas feas directamente a nuestra puerta.
Se dejó caer
sobre el borde de la cama mientras sentía la lucha surgir de él.
—No quería
dejarte, princesa. Me estaba muriendo un poco más cada día y mis noches eran un
tormento constante sin descanso. No estabas aquí en nuestra cama y eso era mi
culpa. Tu voz no llenaba el aire vacío y eso era mi culpa. — Siwon lo miró, sus
ojos fijos en los de él, le hizo señas para que fuera hacia él, para que lo
perdone y lo acepte—. Te amo… —Hizo una pausa mientras recuperaba el aliento—,
te amo, y siento haberte engañado. Por favor, amor, por favor, perdóname.
Hee vio como su
compañero se marchitaba ante él. Éste era un hombre que había enfrentado una
situación imposible, sin una buena solución, y que eligió lo que sentía que era
lo mejor para su familia, el menor de dos males en su mente. No podía decir que
no hubiera tomado la misma decisión en su lugar.
Sintió que su ira
se fue poco a poco de él, dejando solo el miedo. El miedo era lo que realmente
alimentaba su ira. Se encontraba aterrorizado de perderlo, de enfrentar la vida
sin él a su lado. Cuando se dio cuenta que su plan había sido morir en lugar de
su hijo, su vida destelló ante sus ojos. Lo vio todo. Vio lo que sería su vida sin Siwon en ella, y que
habría un enorme agujero en su interior. Todavía estaría alegre por Minki, pero
siguiendo a esa alegría, siempre estaría la angustia de no tener a Siwon para
compartirlo con él.
—No hay nada que
perdonar, Siwi, no realmente. Sé por qué lo hiciste, y eso me hace amarte más.
—Caminó hacia él y cerró sus ojos cuando sus brazos lo rodearon y lo atrajo
hacia él. Su lobo hizo un ruido sordo de aprobación por el compañero fuerte que
les pertenecía, un compañero capaz de proveerles y protegerles—. No me dejes, Siwi,
nunca más. —Sintió una lágrima deslizarse por su mejilla y abrió sus ojos para
encontrarse con los suyos ámbar.
—Nunca más
—acordó él. Se inclinó hacia delante y presionó sus labios contra los suyos y
luego salpicó besos en la línea de su mandíbula, bajando por su cuello hasta la
marca que le había dado. Lo oyó contener su aliento y sintió que su cuerpo se
tensó en expectativa—. Mi compañero, mi esposo, mi amor — susurró contra su piel,
su cálido aliento haciéndole estremecer. Él se rió entre dientes, complacido
por su respuesta hacia él.
—Cállate y
muérdeme ya —gruñó Heechul sin aliento.
—Como desees
—murmuró y luego hundió sus dientes profundamente en su piel.
***
Teukkie salió de
la ducha, exhausto pero limpio, lo cual era algo que sentía que tenía que hacer
de inmediato una vez que Henry los proyectó de vuelta en casa. Necesitaba lavar
la oscuridad que se aferraba a él como una capa pegajosa. Eso hacía filtrar la
alegría de él y era un recordatorio constante de las cosas que habían ocurrido
ese día.
—¿Te sientes
mejor? —preguntó Kangin mientras salía del baño envuelta en una bata de baño.
—Limpio, al menos
—le dijo con una pequeña sonrisa.
—¿Vas a llamar a
tu papá?
Teukkie negó con
su cabeza.
—No ahora mismo.
Necesito un poco de tiempo. Siento que mis nervios están expuestos a los
elementos; todo está tan a carne viva.
Kangin asintió.
—Sé lo que
quieres decir. —Pasó su mano a través de su cabello, sujetó su nuca y con un
resoplido de escepticismo, dijo—: Pensé que iba a perderte y todo en lo que
podía pensar era en cómo me quitaría la vida para poder estar contigo.
—Kangin —Teukkie
corrió hacia él y agarró su cara y apretó sus labios contra los suyos. Le
respondió de inmediato y lo besó de vuelta. Sus manos se estiraron y acarició
su rostro, bajando por su cuello y hombros, y las apoyo sobre sus caderas. Lo
atrajo hacia él con un gruñido profundo. Se consoló con su toque, encontró
consuelo y paz en su amor—. Estoy aquí ahora, estamos aquí —le dijo Leeteuk mientras
inclinaba su cabeza hacia atrás para que así él pudiera besar bajando su cuello
hasta su clavícula.
Kangin empujó la
bata a un lado, llevándola a sus hombros y luego la empujó por completo. Su
piel se sintió tan suave bajo sus manos y se sonrojó bajo su mirada. Le sonrió
y supo que él sentía la profundidad del amor que brillaba en sus ojos.
—Estás aquí
—susurró mientras lo recogía en sus brazos y se dirigía hacia su cama—. Eres
mío. —Lo acostó y cubrió su cuerpo con el suyo, protegiéndolo, reclamándolo, amándolo—.
Estoy tan agradecido de haberme mudado a la calle frente a ti, Leeteuk. Estoy
tan increíblemente agradecido que me aceptaras como tu compañero, tu esposo,
amigo y amante —su voz cayó y se volvió ronca—, y pasaré el resto de nuestras
vidas demostrándote cuán agradecido estoy.
Teukkie dio la
bienvenida a su compañero, a su pasión y amor. Se empapó como una planta seca
absorbe el agua, y le correspondió con su propio ser. Aún quedaba mucho por
hacer, y estaba seguro que sería necesario enfrentar de nuevo la maldad, pero
esta noche descansarían. Esta noche celebrarían su victoria, su supervivencia y
la nueva vida.
***
—¿Necesitas algo?
—le preguntó Hyukjae por quinta vez desde que llegaron a casa. Estaba cansado
pero por lo demás completamente bien. La mente de él aún estaba teniendo
dificultades para comprender este hecho dado que lo vio morir, sostuvo su
cuerpo inmóvil en sus brazos, y sintió el horror en su alma solo unas pocas
horas atrás.
—Hyukjae, amor,
estoy bien. Me siento perfectamente, simplemente cansado —le dijo… de nuevo.
Le sonrió y
presionó un beso en su frente. Luchó contra el impulso de recogerlo y envolverlo
con sus brazos, llevarlo lejos de cualquier cosa que pudiera lastimarlo de
nuevo. Sabía que no era razonable, pero eso no le impedía desear lo que podría
ser.
—¿Qué tal una
ducha, un cuento, y luego a la cama?
Donghae lo miró con curiosidad.
—¿Un cuento?
Hyukjae sonrió y
su profundo hoyuelo destelló hacia él.
—Es acerca de
este increíble gitano, quién amó a su gente, y a su compañero, tanto que lo dio
todo por ellos. Ahora bien, ducha —señaló hacia el baño—, el cuento después.
Hyukjae acomodó a
Donghae en su regazo mientras se encontraban sentados sobre el sofá rato
después. Su cabello húmedo pegado al rostro de él. Mientras acariciaba su
cuello, su lobo dejó escapar un gruñido de satisfacción.
—Está bien, vamos
a escucharlo —se burló de él.
Hyukjae tomó una
respiración profunda y soltó el aire antes de empezar su historia.
—Había una vez un
joven sanador gitano. Había sido bendecido por la Gran Luna para atender a una
manada de Canis Lupus, sanándolos cuando estuvieran heridos o enfermos y
protegiéndolos cuando nadie más podía. Era valiente, fuerte, honesto y tan
hermoso que quitaba el aliento.
—Está bien, ahora
estás exagerando un poco.
Hyukjae le dio un
golpecito en la nariz, en reprimenda.
—Silencio, no
interrumpas o no tendrás el intermedio.
—¿Qué sucede en
el intermedio? —preguntó con una sonrisa tímida.
—Si te quedas
tranquilo, lo descubrirás. —Hyukjae lo besó rápidamente y luego continuó con su
historia—. Tenía un compañero, uno de los lobos le fue confiado a él. El lobo
lo consideraba su precioso regalo, y se encontraba locamente enamorado de él.
Solo tenía que respirar, y ya lo fascinaba. Su vida antes de él era sombría, y
vivía solo para la siguiente risa. Pero aquellas eran cada vez más pocas y
distantes entre sí mientras la oscuridad se deslizaba en su alma. Pero el
sanador lo cambió todo. Lo abrazó como si fuera suyo, y el lobo lo reclamó y le
hizo saber que ni siquiera la muerte podría separarlos. Le explicó que era la
naturaleza de los compañeros acoplados, que cuando uno moría, el otro le seguía
y lo hacía de buena gana. Un día, un horrible día, la maldad vino a llamar a
sus puertas. Rompió su vínculo, los separó y luego se envolvió alrededor de sus
seres queridos y comenzó a estrangularlos y este precioso sanador solo podía
esperar y ver… —Hizo una pausa y le miró—, ¿o no podría? —Sus palabras fueron
un susurro—. Él sabía algo que podría salvarlos y podría mantener a su gente y
a su compañero a salvo. Le suplicó que entendiera, y necesitaba que supiera que
no estaba eligiendo a otros por encima de él, pero estaba eligiendo la vida
para él y los demás bajo su cuidado. Él observó impotente como sacrificaba su
vida, dando el último regalo a quienes lo necesitaban. Su compañero sostuvo su
cuerpo inmóvil, besó sus labios sin vida, y rogó que la muerte se lo llevara
para que pudiera estar con él. Él era su luz, y ahora lo único que podía ver
era la oscuridad.
Hyukjae levantó
su mentón y lo besó profundamente, pasando sus dedos a lo largo de su mandíbula
y sonriendo cuando él rió mientras mordía su piel.
—Espera —dijo
empujando su pecho—. ¿No me vas a contar el resto? Ese parece un sitio triste
para el final.
Hyukjae negó con
su cabeza.
—Es el
intermedio. Necesitamos un poco de felicidad después de todo ese pesimismo.
Entonces voy a ser capaz de decirte el resto. —Silenció su protesta con otro
beso y alejó de su mente todos sus pensamientos sobre el cuento.
—¿Cuánto tiempo
dura el intermedio exactamente? —le preguntó casi dos horas más tarde.
Hyukjae miró
hacia su muñeca, donde no había reloj.
—Bueno, nos hemos
pasado, pero me dejé llevar un poco ante los aperitivos.
La boca de Donghae
cayó boquiabierta mientras lo miraba.
—¿Me acabas de
llamar aperitivo?
Hyukjae sonrió
descaradamente.
—Totalmente.
—Eso es todo, el
intermedio ha terminado oficialmente. —Donghae se levantó de la cama agarrando la sábana para
envolverla a su alrededor.
Hyukjae se puso
de pie, siguiéndolo y sacudiendo la cabeza.
—Nop, aún no,
compañero. Ahora es el momento para ir al baño.
Donghae rió mientras él lo recogía y llevaba al baño.
—Hyukjae, no
tengo que ir a hacer pis, e incluso si lo tuviera que hacer, no lo haría
delante de ti. Bájame.
Hyukjae se rió y
golpeó ligeramente su trasero.
—¿Quién dijo algo
sobre hacer pipi?
Que bello capitulo. Me alegra de que todos estén bien. Aunque es una lástima lo de hongki 😭
ResponderEliminarOMG
ResponderEliminarYo sabía mujer que no podías dejarme a si
Te amo!!!
Me encanta que todo sea color rosita
Se que DAMBI fue a patear el feo culo de su hermana
O si
Esto esta genial
Ya te dije que te amo...
Al fin la luna hizo su aparición y trajo consigo mucha felicidad para quienes estaban esperando la muerte.
ResponderEliminarAl menos estaran bien por un tiempo...la maldad no descansa,pero ahora están a salvo.
Me encanta que los vínculos esten intactos,que la perdida les haya hecho valorar todo.
Por fin Kangin y Teuk estan bien.
Hee y Siwon han hablado,y Hee lo ha perdonado.
Ese cuento es lindo...yo quiero el final.
Aunque si me dan un stream para lo del baño...lo dejo pasar😏😏😏😏