Sapphire Wolf (T7)- 23



Se sentaron en silencio por unos minutos. El único sonido era Hee hablándole suavemente a Minki. Se inclinó hacia Siwon y se tragó más lágrimas mientras mecía a su hijo. Miró a Hyukjae y su corazón se rompió de nuevo mientras veía la cáscara de un hombre que quedó después de perder a su compañero.
—¿Ahora qué? —preguntó Hee—. ¿Qué hacemos ahora, Junjin? — Necesitaba que alguien le dijera cómo seguir adelante, cómo continuar, especialmente ahora que tenía un niño que lo necesitaba.
Junjin lo miró, sin saber cómo responder. ¿Cómo le dices a alguien que continúe cuando todo lo que quieres hacer es morir? 
—Ahora —una voz audaz llenó el espacio a su alrededor—, nos regocijamos por la nueva vida —dijo la Gran Luna mientras entraba a la cueva. Caminó hacia el grupo y su corazón dolió al ver la pérdida y dolor en ellos—. Lloramos por el sacrificio y agradecemos por las segundas oportunidades. — Hubo un movimiento detrás de ella y se hizo a un lado para revelar a Hyesung, Donghae, Teuk y Eric, todos enteros y vivos.
Era difícil decir quién se movió más rápido, Junjin, Hyukjae o Kangin, pero a pesar de eso, todos estuvieron a lado de sus compañeros al instante.
Junjin se detuvo tan cerca de Hyesung que podía sentir su respiración sobre su rostro. Su compañero alzó el rostro para verlo con ojos relucientes y él limpió suavemente una lágrima perdida.
—Mi príncipe —susurró él y lo jaló a sus brazos. Se sacudió con la emoción de un hombre que acababa de ver a su mundo arrebatado y luego sido devuelto. Hyesung presionó su rostro en el pecho de Junjin y se puso de puntillas para besar su cuello. Cuando se hizo hacia atrás para mirarlo, el amor que sentía por irradiaba de él y lo envolvía con calor. Había estado tan frío desde el momento que lo perdió y ahora, parado delante de él, alejó todo el frío—. Te amo —le dijo.
Hyesung le sonrió.
«Lo sé y también te amo». Sus ojos se agrandaron cuando escuchó su voz en su mente y se dio cuenta que también le sentía en su interior. Su vínculo estaba restaurado, su alma de regreso a donde pertenecía, unida a la de él.

Hyukjae cayó de rodillas frente a Donghae  y miró su rostro. Tenía miedo de tocarlo, miedo de que no fuera real, y miedo de que esto fuera una loca ilusión que su mente había urdido en un intento de hacerle frente. Él le sonrió y pasó sus dedos por su cabello. Su aroma se estrelló en él y el calor de su mano lo atrajo como una polilla a una llama. Se puso de pie y gentilmente tomó su rostro en sus manos.
—Eres real.
Él asintió y su sonrisa creció.
—Soy real, estoy aquí, y soy tuyo.
Hyukjae saboreó las palabras como un león saborea un festín después de matar. Se acercó más y empujó su rostro a él. Sus labios rozaron contra los suyos cuando habló.
—Donghae mío, te había perdido. —Su voz se rompió con las palabras, trayendo lágrimas a los ojos de Donghae .
—No me perdiste. Estoy aquí, amor —trató de reasegurarle.
Él asintió y presionó sus labios en los de él. Sus brazos se envolvieron a su alrededor y lo apretaron contra él y sintió su vínculo restaurarse. Gruñó mientras la familiar sensación fluía a través de él y la luz que su compañero le había traído inundaba su corazón y alma.
—Mío —gruñó contra sus labios.
—Tuyo —acordó Donghae.

Kangin no perdió tiempo con palabras mientras alcanzaba a su compañero. Envolvió sus brazos a su alrededor, empujándolo rápidamente contra él y lo besó duro. Derramó su necesidad, deseo, dolor, miedo, devoción, esperanza y amor en ese beso. La devoró mientras sus manos se movían a su cabello, enredándolo alrededor de sus dedos y moviendo su cabeza para que pudiera besarlo más profundo.
«Te extrañé», le dijo a través de su vínculo enmendado. Leeteuk suspiró y se entregó completamente al beso.
«También te extrañé. Te amo».
«Mi Angel», susurró con voz ronca en su mente. «Te amo y te seguiré amando mañana».

Junjin se alejó solo un poco de su compañera para poder mirar a su hermano. Trató de procesar lo que estaba viendo, pero todo lo que podía pensar era que no podía creerlo.
—¿Cómo? —preguntó.
—Sobreviví en el bosque oscuro —le dijo Eric como si nada—. Todavía tengo un propósito que cumplir.
Junjin miró a la Gran Luna y ella le sonrió cálidamente.
—Gracias —le dijo Junjin.
Ella le asintió y pudo ver el amor brillando en sus ojos.

Hee miró a sus dos amigos con ojos muy abiertos. Observó mientras se reunían con sus compañeros y trató de ser paciente, pero la paciencia nunca había sido su fuerte y nunca pretendía que lo fuera.
—Siwon, toma a Minki, por favor.
Siwon le frunció el ceño pero gentilmente tomó a su hijo en sus brazos. Hee se alejó de él mientras se ponía de pie con piernas temblorosas. Gracias a Ryeowook, casi estaba totalmente sanado,  pero seguía débil. Zhoumi y Changmin se apresuraron a su lado para ayudarlo. Había una manta envuelta alrededor de su cintura que le hacía más difícil moverse.
—Heechul —gruñó Siwon—, necesitas descansar. Ellos pueden venir a ti.
Heechul lo desestimó con un movimiento de su mano.
—Mi mejor amigo estaba muerto, mi otro mejor amigo estaba lidiando con todo eso solo, y ahora ambos están aquí… vivos. No voy a esperar.
Siwon caminó a su lado. Le estaba frunciendo el ceño pero seguía siendo gentil mientras lo ayudaba a pararse con una brazo y sosteniendo a Minki con el otro.
—Ejem. —Hee se aclaró la garganta detrás de Hyukjae y Kangin. Teukkie y Donghae  miraron alrededor de sus compañeros al mismo tiempo con sus rostros partidos en unas enormes sonrisas. Comenzaron a apresurase hacia Hee, pero Siwon caminó frente a él para bloquearlo.
—Lento y con gentileza —dijo con severidad—, acaba de dar a luz.
Sus jadeos remplazaron sus sonrisas y luego su atención estuvo inmediatamente sobre Minki. Siwon lo sostuvo orgullosamente mientras suspiraban en asombro por él.
Hee caminó alrededor de Siwon y observó cómo sus amigos acariciaban a su hijo y su corazón se hinchó con amor y agradecimiento. Donghae  miró a Hee y le sonrió.
—Es increíble.
Hee limpió una lágrima y asintió.
—Sí, tengo que decir que lo hicimos bien. —Le guiñó un ojo a Siwon y abrió sus brazos. Esta vez, Donghae y Teukkie se movieron lentamente mientras los tres se envolvían en un abrazo.
Sora llegó también y envolvió sus brazos alrededor de los tres chicos y susurró en el oído de Teukkie:
—Te amo, estoy tan, pero tan contenta de que estés bien.
Teukkie se apartó y miró a su madre. Observó cómo Jungsoo vino por atrás y envolvió sus brazos alrededor de ella protectoramente. Eso la llenó de calidez y alegría, al ver a su mamá feliz y amada.
—Estoy mucho mejor que bien, mamá, y santa mierda, es bueno verte — dijo mientras se lanzaba a los brazos de su madre. Sora soltó una pequeña risa mientras jalaba a su hijo más cerca.
—Es bueno verte también —miró a Donghae y luego a Hee—, a todos ustedes.
Hee miró alrededor, sus cejas fruncidas, y entonces miró a la Gran Luna.
—¿Dónde está Dambi?
La sala se quedó en silencio inmediatamente mientras observaban a la diosa.
Ella les sonrió.
—Está bien, y me dijo que les dijera a los tres que vendrá muy pronto a verlos.
—¿Acabo de dar a luz en una cueva, y ella ha sido traída de la muerte y no puede mostrar su rostro no muerto para decirme lo maravilloso que es mi hijo? — preguntó Hee tajantemente.
—Dijo que necesitaba lidiar con algunas cosas —dijo la Gran Luna vagamente.
Hee no pasó por alto la manera en que la mandíbula de Eric se tensó.
—Ajá, ya veo. —Hee miró al hermano de Junjin y sonrió cuando él le frunció el ceño.
—Heechul —advirtió Siwon mientras se metía en sus pensamientos, y casi pierde el equilibrio cuando se dio cuenta que su vínculo estaba entero y fuerte de nuevo. Los ojos de Hee encontraron los suyos cuando lo sintió en su mente y dejó escapar un suspiro de alivio. Pero luego, tan rápido como había llegado el alivio, fue remplazado con molestia y enojo.
—No estás fuera del gancho, ya sabes. —Estrechó sus ojos hacía el—. Vamos a tener una conversación muy seria, y tengo la sensación de que no va a terminar bien para ti.
Siwon le mostró su sonrisa diabólica.
—¿Es una promesa?
La Gran Luna se adentró al centro del grupo y los miró con amor y esperanza. Bañó la cueva con su luz, llenándolos con propósito y renovada fuerza.
—Las muertes causadas por el mal que vivía dentro de Gura no fueron designadas. No eran sus horas. Por eso, intercedí y tomé lo que era mío. Estas vidas restauradas todavía tienen mucho que dar en esta vida, mucho por hacer. Hongki, mi precioso hijo con un corazón lleno de arrepentimiento por su pasado, escogió dar su vida en lugar de otra. No era su tiempo, pero las Parcas estuvieron de acuerdo, y por eso le permití el libre albedrío para escoger. No hay mejor regalo que morir por otro, sacrificarte para que otro no sufra. Y Hongki le dio este regalo a Minki, a Heechul y a Siwon. Este jovencito está bendecido y grandes cosas le esperan. Una vez más tomaron la responsabilidad de defender a quienes les necesitan. Tomaron el camino estrecho, uno lleno de peligro y temor, y no se rindieron ante la necesidad de correr… para mantenerse a salvos a sí mismo. Estoy muy orgullosa de ustedes y los amo a todos. Ahora, descansen por un tiempo, descansen en mi paz y en mi amor. Gocen en su victoria. Festejen las vidas que trajeron de vuelta y vivan cada día de modo que puedan acostarse en la noche sin nada de que lamentarse. Y en caso de tener remordimientos, sepan que el perdón, misericordia, gracia y la promesa de un nuevo día son mis promesas para ustedes.
Cuando se fue, su paz fluyó a través de ellos. Hubo abrazos y lágrimas de felicidad y tristeza.
—No sé el resto de ustedes, pero necesito un poco de té caliente — dijo Hee por encima de las otras voces.
Teukkie y Donghae  le sonrieron.
—Hagan el mío doble —pronunció Hyesung desde detrás de ellos.
—Ya escuchaste al joven. —Hee se dio la vuelta hacia Henry—. La hadita Dambi no está aquí para abusar de ella. Supongo que tendrás que servir hasta que ella regrese. Así que chico Fae, tú y tu pandilla nos llevarán a casa.
Los labios de Henry se arquearon mientras lo miraba.
—Voy a dejar pasar todo eso de chico Fae ya que acabas de dar a luz.
—Amigo, ¿sabes quién es mi compañero? Habrá un montón de pasar por alto.
Henry miró por encima a Siwon, quién estaba arrullando a su hijo en un modo muy anti Siwon. Luego miró de vuelta a Hee.
—Perdóname si no estoy temblando en mis botas.
Hee golpeó el brazo de Siwon.
—Oye, por favor descubre una manera de arrullar y parecer amenazantemente al mismo tiempo, mi felicidad de ser capaz de menospreciar a los demás depende de ello.
Siwon puso sus ojos en blanco.
—Seguro princesa, ya me pongo con ello.

***
Siwon lo observó mientras se movía lentamente alrededor de su habitación, enderezando esto y aquello, y cada vez que sacudía la canastilla se detenía y miraba hacia abajo a su Minki. Esperaría algún tiempo para observar su respiración, y entonces se movería. Había estado haciendo esto durante las últimas ocho horas desde que habían vuelto de la cueva. Estaba exhausto y sus emociones crudas, evidenciándose como el día en su rostro.
—Heechul, ven aquí nene —le dijo en voz baja, sin querer molestar a Minki. Quería que su pequeño consiguiera su muy necesario descanso porque sabía que no sería capaz de contener por mucho tiempo a los compañeros impacientes de la manada y amigos. Querían ver al primer hijo nacido de un hombre lobo, en mucho tiempo.
Hee se dio la vuelta para mirarlo. Aunque se encontraba muy cansado y sus piernas amenazaban con no resistir más en cualquier momento, tenía que hablar de esto.
—Eres afortunado de que tengamos un bebé en esta habitación. Tendrás que agradecerle a tu hijo más tarde por salvarte de mi ira. —Quería decir que estaba bromeando, pero no lo estaba, no esta vez—. ¿Cómo pudiste Siwon? Renunciaste a tu vida. Voluntariamente habías roto nuestro vínculo; me empujaste lejos cuando más te necesitaba. Ni siquiera puedo comenzar a decirte lo herido y enojado que estoy. Te amo, Dios como te amo y le agradezco a la Gran Luna que estés vivo y a salvo, pero eso no hace nada por la rabia que siento ahora mismo.
—Lo sé, Heechul. Sabía en el minuto en que lo hice, que no debía, pero no sabía qué más hacer. —luchó por mantener su voz calmada y baja, mientras trataba de hacerle ver, de hacerle comprender—. Todo lo que podía ver era a ti viendo morir a nuestro hijo en tus brazos. Una y otra vez se reproducía en mi mente y no sabía cómo arreglarlo. Es mi trabajo mantenerte a salvo, protegerte de las cosas feas en esta vida y, sin embargo esta vida, nuestra existencia misma, es lo que trae continuamente las cosas feas directamente a nuestra puerta.
Se dejó caer sobre el borde de la cama mientras sentía la lucha surgir de él.
—No quería dejarte, princesa. Me estaba muriendo un poco más cada día y mis noches eran un tormento constante sin descanso. No estabas aquí en nuestra cama y eso era mi culpa. Tu voz no llenaba el aire vacío y eso era mi culpa. — Siwon lo miró, sus ojos fijos en los de él, le hizo señas para que fuera hacia él, para que lo perdone y lo acepte—. Te amo… —Hizo una pausa mientras recuperaba el aliento—, te amo, y siento haberte engañado. Por favor, amor, por favor, perdóname.
Hee vio como su compañero se marchitaba ante él. Éste era un hombre que había enfrentado una situación imposible, sin una buena solución, y que eligió lo que sentía que era lo mejor para su familia, el menor de dos males en su mente. No podía decir que no hubiera tomado la misma decisión en su lugar.
Sintió que su ira se fue poco a poco de él, dejando solo el miedo. El miedo era lo que realmente alimentaba su ira. Se encontraba aterrorizado de perderlo, de enfrentar la vida sin él a su lado. Cuando se dio cuenta que su plan había sido morir en lugar de su hijo, su vida destelló ante sus ojos. Lo vio todo. Vio lo  que sería su vida sin Siwon en ella, y que habría un enorme agujero en su interior. Todavía estaría alegre por Minki, pero siguiendo a esa alegría, siempre estaría la angustia de no tener a Siwon para compartirlo con él.
—No hay nada que perdonar, Siwi, no realmente. Sé por qué lo hiciste, y eso me hace amarte más. —Caminó hacia él y cerró sus ojos cuando sus brazos lo rodearon y lo atrajo hacia él. Su lobo hizo un ruido sordo de aprobación por el compañero fuerte que les pertenecía, un compañero capaz de proveerles y protegerles—. No me dejes, Siwi, nunca más. —Sintió una lágrima deslizarse por su mejilla y abrió sus ojos para encontrarse con los suyos ámbar.
—Nunca más —acordó él. Se inclinó hacia delante y presionó sus labios contra los suyos y luego salpicó besos en la línea de su mandíbula, bajando por su cuello hasta la marca que le había dado. Lo oyó contener su aliento y sintió que su cuerpo se tensó en expectativa—. Mi compañero, mi esposo, mi amor — susurró contra su piel, su cálido aliento haciéndole estremecer. Él se rió entre dientes, complacido por su respuesta hacia él.
—Cállate y muérdeme ya —gruñó Heechul sin aliento.
—Como desees —murmuró y luego hundió sus dientes profundamente en su piel.

***
Teukkie salió de la ducha, exhausto pero limpio, lo cual era algo que sentía que tenía que hacer de inmediato una vez que Henry los proyectó de vuelta en casa. Necesitaba lavar la oscuridad que se aferraba a él como una capa pegajosa. Eso hacía filtrar la alegría de él y era un recordatorio constante de las cosas que habían ocurrido ese día.
—¿Te sientes mejor? —preguntó Kangin mientras salía del baño envuelta en una bata de baño.
—Limpio, al menos —le dijo con una pequeña sonrisa.
—¿Vas a llamar a tu papá?
Teukkie negó con su cabeza.
—No ahora mismo. Necesito un poco de tiempo. Siento que mis nervios están expuestos a los elementos; todo está tan a carne viva.
Kangin asintió.
—Sé lo que quieres decir. —Pasó su mano a través de su cabello, sujetó su nuca y con un resoplido de escepticismo, dijo—: Pensé que iba a perderte y todo en lo que podía pensar era en cómo me quitaría la vida para poder estar contigo.
—Kangin —Teukkie corrió hacia él y agarró su cara y apretó sus labios contra los suyos. Le respondió de inmediato y lo besó de vuelta. Sus manos se estiraron y acarició su rostro, bajando por su cuello y hombros, y las apoyo sobre sus caderas. Lo atrajo hacia él con un gruñido profundo. Se consoló con su toque, encontró consuelo y paz en su amor—. Estoy aquí ahora, estamos aquí —le dijo Leeteuk mientras inclinaba su cabeza hacia atrás para que así él pudiera besar bajando su cuello hasta su clavícula.
Kangin empujó la bata a un lado, llevándola a sus hombros y luego la empujó por completo. Su piel se sintió tan suave bajo sus manos y se sonrojó bajo su mirada. Le sonrió y supo que él sentía la profundidad del amor que brillaba en sus ojos.
—Estás aquí —susurró mientras lo recogía en sus brazos y se dirigía hacia su cama—. Eres mío. —Lo acostó y cubrió su cuerpo con el suyo, protegiéndolo, reclamándolo, amándolo—. Estoy tan agradecido de haberme mudado a la calle frente a ti, Leeteuk. Estoy tan increíblemente agradecido que me aceptaras como tu compañero, tu esposo, amigo y amante —su voz cayó y se volvió ronca—, y pasaré el resto de nuestras vidas demostrándote cuán agradecido estoy.
Teukkie dio la bienvenida a su compañero, a su pasión y amor. Se empapó como una planta seca absorbe el agua, y le correspondió con su propio ser. Aún quedaba mucho por hacer, y estaba seguro que sería necesario enfrentar de nuevo la maldad, pero esta noche descansarían. Esta noche celebrarían su victoria, su supervivencia y la nueva vida.

***
—¿Necesitas algo? —le preguntó Hyukjae por quinta vez desde que llegaron a casa. Estaba cansado pero por lo demás completamente bien. La mente de él aún estaba teniendo dificultades para comprender este hecho dado que lo vio morir, sostuvo su cuerpo inmóvil en sus brazos, y sintió el horror en su alma solo unas pocas horas atrás.
—Hyukjae, amor, estoy bien. Me siento perfectamente, simplemente cansado —le dijo… de nuevo.
Le sonrió y presionó un beso en su frente. Luchó contra el impulso de recogerlo y envolverlo con sus brazos, llevarlo lejos de cualquier cosa que pudiera lastimarlo de nuevo. Sabía que no era razonable, pero eso no le impedía desear lo que podría ser.
—¿Qué tal una ducha, un cuento, y luego a la cama?
Donghae  lo miró con curiosidad.
—¿Un cuento?
Hyukjae sonrió y su profundo hoyuelo destelló hacia él.
—Es acerca de este increíble gitano, quién amó a su gente, y a su compañero, tanto que lo dio todo por ellos. Ahora bien, ducha —señaló hacia el baño—, el cuento después.
Hyukjae acomodó a Donghae en su regazo mientras se encontraban sentados sobre el sofá rato después. Su cabello húmedo pegado al rostro de él. Mientras acariciaba su cuello, su lobo dejó escapar un gruñido de satisfacción.
—Está bien, vamos a escucharlo —se burló de él.
Hyukjae tomó una respiración profunda y soltó el aire antes de empezar su historia.
—Había una vez un joven sanador gitano. Había sido bendecido por la Gran Luna para atender a una manada de Canis Lupus, sanándolos cuando estuvieran heridos o enfermos y protegiéndolos cuando nadie más podía. Era valiente, fuerte, honesto y tan hermoso que quitaba el aliento.
—Está bien, ahora estás exagerando un poco.
Hyukjae le dio un golpecito en la nariz, en reprimenda.
—Silencio, no interrumpas o no tendrás el intermedio.
—¿Qué sucede en el intermedio? —preguntó con una sonrisa tímida.
—Si te quedas tranquilo, lo descubrirás. —Hyukjae lo besó rápidamente y luego continuó con su historia—. Tenía un compañero, uno de los lobos le fue confiado a él. El lobo lo consideraba su precioso regalo, y se encontraba locamente enamorado de él. Solo tenía que respirar, y ya lo fascinaba. Su vida antes de él era sombría, y vivía solo para la siguiente risa. Pero aquellas eran cada vez más pocas y distantes entre sí mientras la oscuridad se deslizaba en su alma. Pero el sanador lo cambió todo. Lo abrazó como si fuera suyo, y el lobo lo reclamó y le hizo saber que ni siquiera la muerte podría separarlos. Le explicó que era la naturaleza de los compañeros acoplados, que cuando uno moría, el otro le seguía y lo hacía de buena gana. Un día, un horrible día, la maldad vino a llamar a sus puertas. Rompió su vínculo, los separó y luego se envolvió alrededor de sus seres queridos y comenzó a estrangularlos y este precioso sanador solo podía esperar y ver… —Hizo una pausa y le miró—, ¿o no podría? —Sus palabras fueron un susurro—. Él sabía algo que podría salvarlos y podría mantener a su gente y a su compañero a salvo. Le suplicó que entendiera, y necesitaba que supiera que no estaba eligiendo a otros por encima de él, pero estaba eligiendo la vida para él y los demás bajo su cuidado. Él observó impotente como sacrificaba su vida, dando el último regalo a quienes lo necesitaban. Su compañero sostuvo su cuerpo inmóvil, besó sus labios sin vida, y rogó que la muerte se lo llevara para que pudiera estar con él. Él era su luz, y ahora lo único que podía ver era la oscuridad.
Hyukjae levantó su mentón y lo besó profundamente, pasando sus dedos a lo largo de su mandíbula y sonriendo cuando él rió mientras mordía su piel.
—Espera —dijo empujando su pecho—. ¿No me vas a contar el resto? Ese parece un sitio triste para el final.
Hyukjae negó con su cabeza.
—Es el intermedio. Necesitamos un poco de felicidad después de todo ese pesimismo. Entonces voy a ser capaz de decirte el resto. —Silenció su protesta con otro beso y alejó de su mente todos sus pensamientos sobre el cuento.
—¿Cuánto tiempo dura el intermedio exactamente? —le preguntó casi dos horas más tarde.
Hyukjae miró hacia su muñeca, donde no había reloj.
—Bueno, nos hemos pasado, pero me dejé llevar un poco ante los aperitivos.
La boca de Donghae  cayó boquiabierta mientras lo miraba.
—¿Me acabas de llamar aperitivo?
Hyukjae sonrió descaradamente.
—Totalmente.
—Eso es todo, el intermedio ha terminado oficialmente. —Donghae  se levantó de la cama agarrando la sábana para envolverla a su alrededor.
Hyukjae se puso de pie, siguiéndolo y sacudiendo la cabeza.
—Nop, aún no, compañero. Ahora es el momento para ir al baño.
Donghae  rió mientras él lo recogía y llevaba al baño.
—Hyukjae, no tengo que ir a hacer pis, e incluso si lo tuviera que hacer, no lo haría delante de ti. Bájame.
Hyukjae se rió y golpeó ligeramente su trasero.
—¿Quién dijo algo sobre hacer pipi?



*El próximo capítulo... Capítulo Final...


3 comentarios:

  1. Que bello capitulo. Me alegra de que todos estén bien. Aunque es una lástima lo de hongki 😭

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  2. OMG
    Yo sabía mujer que no podías dejarme a si
    Te amo!!!
    Me encanta que todo sea color rosita
    Se que DAMBI fue a patear el feo culo de su hermana
    O si
    Esto esta genial
    Ya te dije que te amo...

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  3. Al fin la luna hizo su aparición y trajo consigo mucha felicidad para quienes estaban esperando la muerte.
    Al menos estaran bien por un tiempo...la maldad no descansa,pero ahora están a salvo.
    Me encanta que los vínculos esten intactos,que la perdida les haya hecho valorar todo.
    Por fin Kangin y Teuk estan bien.
    Hee y Siwon han hablado,y Hee lo ha perdonado.
    Ese cuento es lindo...yo quiero el final.
    Aunque si me dan un stream para lo del baño...lo dejo pasar😏😏😏😏

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...