Hyesung se puso
de pie y caminó hasta el borde más lejano del claro como se atrevió. Se
arrodilló y desnudó su cuello al lobo. Cuando escuchó un bajo retumbar, se
sentó y luego lo miró.
—¿Recuerdas quién
eres, Eric? —preguntó Hyesung.
—Supongo que ese es
su nombre —susurró Hee.
Donghae lo hizo
callar mientras empujaba a Hee para que se sentara a su lado. Los demás siguieron
su ejemplo y escucharon mientras Hyesung hablaba con el lobo.
—Eres un hombre,
no solo un lobo. Tienes familia, un hermano que ha llorado por ti. Eric,
parpadea si me entiendes.
Esperaron con
cierto recelo. Cuando él parpadeó, hubo un suspiro y luego, jadeos a lo largo
del grupo.
—Está bien, eso
es un comienzo —dijo Hyesung—. ¿Recuerdas quién eres? — Parpadeo—. ¿Recuerdas a
tu hermano, Junjin? —Nada—. ¿Puedes aún tomar tu forma humana? —Parpadeo.
Otra ronda de
jadeos.
—Bueno, ese es
todo un loco juego de pelota, Hyesung —habló Hongki. Hyesung levantó un dedo
para callarlos.
Entonces, tan
silenciosamente como había aparecido, se levantó y se fue.
Hyesung miró en
la dirección que se fue y lágrimas llenaron sus ojos. Nunca había conocido al
hermano de Junjin, y sin embargo sentía un fuerte sentimiento de pérdida,
porque sabía cómo había lastimado a su compañero el perderlo. Y ahora estaba de
vuelta, pero no recordaba a Junjin.
—¿Alguien más está
un poco jodidamente histérico de saber que el lobo nos acaba de decir que
todavía puede cambiar? —preguntó Teukkie.
—Un poco
—concordó Donghae .
—Quizás un poco
más —agregó Hongki.
—Francamente,
solo me alegra que no quiera un bocado de nosotros — dijo Hee.
No sabían cuánto
tiempo pasó antes de ver al lobo blanco de nuevo, o a Eric como Hyesung lo
llamó. Estaban suponiendo que habían sido tres o cuatro días, quizás más.
Estaban tratando de juzgar el tiempo por sus patrones de sueño, pero habían
determinado que el dolor por la ruptura de sus vínculos les hacía dormir más. Hongki
dijo que era la manera en la que el cuerpo lidiaba con el dolor, para huir de
él. La comida seguía apareciendo, pero no habían visto a Gura desde la primera
vez que vino.
—Quizás se olvidó
de nosotros —dijo Zhoumi.
—Tanto como no
quiero estar en las garras de Gura el loco, si se olvida de nosotros,
estaríamos aún más jodidos de lo que estamos ahora.
—Hee ni siquiera
pienses en ello —le interrumpió Teukkie a Hee antes de que pudiera decir una
palabra— Estaríamos atrapados aquí sin comida, y no habría manera de escapar —concluyó.
Donghae miró a Hee, quien estaba balanceándose hacia
atrás y adelante con sus labios apretados.
—Te está matando,
¿no es así? Hee asintió.
Teukkie gimió.
—Bien, escúpelo
ninfómano.
—¡Uf, gracias!
Dijiste: jodidos. —Hee señaló a Teukkie y se rió.
Los ojos de Teukkie
se ensancharon mientras miraba a Hee, luego se dio la vuelta hacia Donghae .
—Las cosas están
mucho peor de lo que nos dimos cuenta, si esa es su única observación sexual.
Donghae asintió.
—Pienso que es
una falta de tú sabes qué. Está perdiendo su toque porque no tiene nada de
dónde sacar sus ideas.
—Oh, bien dicho,
ese es un gran psicoanálisis de él —acordó Teukkie. Hee frunció el ceño.
—Está bien, así
que lo que les estoy oyendo a ambos decir es que necesito conseguir un poco.
—Más que nada.
—Asintió Donghae .
—A esto es lo que
ustedes son sometidos todo el tiempo, ¿no? —le preguntó Sora a Hyesung, Changmin
y Zhoumi.
Hyesung se rió.
—Nunca es aburrido
cuando están cerca.
—¿Cuándo las
parejas comenzaron a hablar tan abiertamente de la cama? —Una voz profunda hizo
añicos el momento de calma. Las palabras fueron entrecortadas, como si el
propietario no hubiera hablado por mucho tiempo y tuviera que volver aprender a
cómo usar sus labios.
—Eric. —La voz de
Hyesung contenía tantas emociones que era difícil saber cuál era dominante.
Caminó hacia él, pero Changmin agarró su brazo, estirándolo hacia atrás, cuando
se habría acercado más.
—¿Cómo me conoces?
—preguntó él. Su cabeza inclinada hacia un lado en un gesto muy parecido a un
lobo, pero el surco de su frente contenía toda la inteligencia de un hombre
tratando de recordar.
Changmin miró al
hombre delante de ellos y trató de recordar si éste es el aspecto que tenía
hace tantos años. Vestía un par de pantalones de algodón sueltos. Su cabeza se
inclinó mientras su mente procesaba esto. Si él estaba vistiendo un par de
pantalones que eran obviamente de este tiempo, alguien más estaba al tanto de
su presencia aquí.
Changmin aún
estaba tratando de averiguar cómo Lorelle y Gura sabían sobre el bosque oscuro.
No era algo que cualquier se suponga haya sido capaz de recordar, y el hecho de
que dos seres sobrenaturales lo hacían, no presagiaba nada bueno para los
demás. La voz de Hyesung atrajo su atención de nuevo a la escena ante él.
—Soy el compañero
de tu hermano —respondió.
Él le miró sin
comprender. Ninguna emoción cruzó su rostro ante la mención de un hermano.
Parecía estar tratando de descifrarlas, como si fueran una ecuación compleja
con la cual estuviera en apuros.
—¿Qué quiere el
mago oscuro con ustedes? —le preguntó. Hyesung parpadeó varias veces,
confundida por su pregunta.
—¿Mago oscuro?
—Sí, aquel que
trajo a la Fae con él.
—Oh, te refieres
a Gura. No es un mago, es un hechicero —le dijo—, nos quiere matar.
—¿Por qué?
—Venganza. Quiere
matar a la compañera de Jungsoo porque la suya murió y culpa a su hermano
—respondió Hongki.
—Está bien,
entonces, ¿alguien más se está preguntando por qué simplemente estamos
derramando nuestras vidas a este Neandertal? —susurró Teukkie.
—Amigo, cállate.
Esta es la cosa más interesante que ha ocurrido desde que Donghae tuvo su sueño sucio —dijo Hee.
—No fue un sueño
sucio —murmuró Donghae a la defensiva.
—Solo sigue diciéndotelo
a ti mismo Donghae , lo que sea que te haga sentir puro e inocente, pero
nosotros sabemos la verdad.
—¿Hay alguien
buscándolos? ¿Saben que están desaparecidos? —preguntó Eric.
—Nuestros
compañeros lo saben —respondió Hyesung—. Ahora mismo probablemente están
frenéticos.
—¿Por qué los
dejaron fuera de su vista?
—Y ahí está, el
tarado gen que todos comparten —dijo Hee, sin tratar de mantener su voz baja.
—Por lo menos son
consecuentes —comentó Donghae .
Hee comenzó a
responder, pero una vez más sintió calambres en su estómago y casi cayó al
suelo. Hongki lo atrapó y lo acomodó en el suelo y los demás se reunieron a su
alrededor con actitud protectora. Hongki presionó sus manos sobre su abdomen
para sentir en qué dirección el bebé se había dado la vuelta y mantuvo el ceño
fruncido para sí mismo cuando sintió que estaba descendiendo en el canal,
preparándose para el alumbramiento.
—¿Qué está mal
con él? —La insistencia en la voz de Eric rompió a través de los murmullos y Sora
se dio la vuelta para responderle.
—Está embarazado
y muy cerca de su fecha de parto, y el vínculo entre él y su compañero está
cerca de romperse, por lo que está con un montón de dolor. De hecho, todas las parejas
acopladas aquí están perdiendo el vínculo con sus compañeros y están con mucho
dolor, aunque lo ocultan bien.
Eric siguió
mirando a Hee, pero aún hablaba con Sora.
—¿Por qué me
estás contando esto? ¿Por qué no estás preocupada que lo utilice de alguna
manera en contra de ustedes?
Sora lo miró
pensativamente. Reparó en su apariencia desaliñada y el evidente descuido de su
estado de salud. Su cuerpo era tan delgado, a diferencia de los hombres lobo
que conocía. Lo observó mientras él miraba a Hee. La preocupación estaba
escrita en su frente y la necesidad de hacer algo lo mostraba en la manera en
que rebotaba ligeramente sobre las puntas de sus pies.
—No eres un
hombre malo —le dijo finalmente—, puede que hayas estado en una mala situación
por mucho tiempo, pero si fueras malvado, hubieras tomado ventaja hace mucho,
mucho tiempo.
—Puede que no sea
malvado, pero hay oscuridad en mi interior y donde no hay oscuridad, está
vacío, solo esperando que la oscuridad lo llené.
Sora quedó sorprendida
con la guardia baja por su franqueza y una oleada de compasión se levantó en su
corazón por este hombre, quien había estado solo por tanto tiempo en un lugar
tan desolado.
Cuando Hee
finalmente fue capaz de sentarse y respirar sin llorar de dolor, todos se
reunieron en un semicírculo frente a Eric, quien se encontraba sentado a diez
metros lejos de ellos. Aún se encontraba muy receloso, pero al mismo tiempo era
evidente que estaba deseoso de compañía.
—Eric, ¿qué te
pasó? —preguntó Sora, centrándose.
—Me ofrecí como
voluntario para enfrentar a las brujas y a Volcan, junto con algunos otros
lobos guerreros.
—¿Por qué
sobreviviste y nadie más?
—No lo sé. —Pasó
su mano a través de su cabello desgreñado. El movimiento pareció muy inexperto
y nuevo. Muchos de sus movimientos eran de esa manera, como si estuviera
reaprendiendo a cómo usar su cuerpo en su forma humana.
—Está bien —dijo Sora
serenamente—: ¿Cómo has sobrevivido? ¿Qué has estado comiendo?
Esta vez sus ojos
se abrieron en conmoción mientras los miraba.
—No lo sé
tampoco.
—¿Has estado solo
todo el tiempo? —preguntó Changmin. Asintió.
—Sí, hasta que Gura
y la Fae se presentaron, solo era yo.
Changmin intuyó
que había algo que no les estaba diciendo. No sentía como si tuviera malas
intenciones hacia ellos, más como si no confiara aún lo suficiente para
desnudar su alma.
Hyesung estaba a
punto de hacerle otra pregunta, pero él brincó poniéndose de pie, moviéndose
tan rápido que casi no lo vieron.
—Está viniendo
—les dijo, con sus ojos muy abiertos—, no debe saber acerca de mí. —Giró y, tal
como lo había hecho antes, se convirtió en uno con la oscuridad del bosque.
—Hola, jóvenes y
señora. —Gura les sonrió, pero no era una sonrisa feliz. Era una sonrisa que
haría que cualquier niño en el mundo se sentara de inmediato antes de quedar
cubierto de un grueso hielo. Bastaba decir que era espeluznante.
—Hola, Clarice
—susurró Hee en su mejor voz de Hannibal Lecter. Donghae le dio un codazo, pero luego susurró—: El
Silencio de los Inocentes.
—La cacería
comenzará pronto, así que necesito llevarlos a sus lugares. He armado un
pequeño y lindo juego para sus hombres y están tratando de averiguar en dónde
están mientras hablamos, así podrán comenzar la cacería. Por lo tanto, Lorelle
hará los honores de llevar a cada uno a su lugar de descanso, sin juego de
palabras. —Se rió de sí mismo y eso hizo que Donghae quisiera apuñalarlo con algo muy afilado una y
otra vez. El pensamiento violento debería haberle molestado, debería
hacerlo, pensó, pero no
lo hizo.
—No se preocupen,
irán en parejas. De esa manera tendrán a alguien con quién hablar mientras
esperan.
Lorelle apareció
de la nada y agarró a Changmin y a Sora, y luego se había ido tan rápidamente
que les tomó a los demás un segundo en darse cuenta lo que acababa de ocurrir.
—¡Mamá! —gritó Teukkie
al mismo tiempo en que los demás se unían a él para gritar después de Changmin
y Sora. Se dio la vuelta para gritarle a Gura, pero éste también se había ido.
Más rápido de lo que podrían haberse imaginado, Lorelle estaba de vuelta y
agarró a dos más, ésta vez a Hongki y a Hee. Luego, fue Donghae y Zhoumi y por último Teukkie y Hyesung. Sin
importar la forma en que trataron de aferrarse entre ellos, Lorelle las separó
y destelló con ellos antes que los otros pudieran contraatacar.
Cuando el claro
donde habían estado una vez se encontraba vacío, el lobo blanco salió del
bosque y miró fijamente el lugar. Dejó escapar un gruñido bajo, entonces lanzó
su cabeza hacia atrás y aulló como lo había hecho tantas veces, solo que esta vez
había alguien que lo escuchara.
***
—Léelo de nuevo
—dijo Jungsoo para lo que parecía ser la quincuagésima vez. Como si oyéndolo
una vez más de repente provocaría una epifanía.
—Todos estamos de
acuerdo que es un campo de batalla, ¿no? —dijo Henry.
—Acordamos eso
hace dieciséis horas; deja de hacer leña del árbol caído —bramó Dambi. Su mecha se estaba
haciendo cada vez más y más corta con cada hora—. Solo nos quedan ocho horas
hasta que esta cacería comience.
Después que todos
hubieran regresado de sus misiones de investigación independientes, habían
vuelto a reunirse solo para descubrir que todos ellos habían llegado a la misma
conclusión sobre el tipo de lugar del que el enigma hablaba. Todavía tenían que
averiguar en dónde exactamente se encontraba ese lugar o cómo iban a llegar
allí.
Kangin, Donghwa y
Yunho habían regresado con el Rey Troll, aunque no por elección de ellos. Él
había exigido ver a Dambi e insistió en que ayudaría en todo lo que pudiera. Dambi
había estado sorprendida y conmovida por la oferta desinteresada del Troll. El
Rey Duende también se había unido a ellos, aunque eso era solo porque no había
podido alejarse de Dambi lo suficientemente rápido. Pareció estar un poco más
tranquilo cuando ella le explicó que no había
piratas involucrados. Por qué los piratas eran lo que asustaba al
duende, ella no tenía ni idea, y no le importó preguntar porque tenía cosas
mucho más importantes que preguntarse.
Yunho ignoró a
los dos Fae e hizo lo que solicitó Jungsoo y leyó el acertijo de nuevo. Todos
escucharon como si fuera la primera vez que lo habían oído y luego pasaron a
murmurar y adivinar de nuevo.
—¿Qué significa
la referencia “dos caras, pero solo un alma”? —preguntó Alston en voz alta, a
pesar que no hablaba con nadie en particular.
—Un hombre lobo
—dijo Junjin mientras gruñía—, cómo no vi eso. Es un lobo, dos caras: la del
lobo y la del hombre; y una sola alma.
Murmullos en
concordancia y gruñidos de irritación por no verlo antes saltaron en todo el
grupo.
—Está bien, así
que tenemos un campo de batalla que solo ha visto a hombres lobo durante muchos
años. Estamos realmente descifrándolo, gente — dijo Kangin secamente—. Creo que
podríamos tener esto resuelto para el próximo año. —Kangin golpeó su mano sobre
una de las mesas y se tragó un gruñido.
—¡Kangin! —gritó Junjin—.
¡Suficiente! Todos estamos tan frustrados como tú, pero esto… —Hizo un gesto de
arriba abajo a su hijo—, no está ayudando.
Kangin se
encontró con la mirada de su padre durante el conteo de tres latidos, pero
luego la dejó caer. Él inclinó la cabeza mientras se recostaba contra la pared.
Sus hombros estaban tensos y sus puños apretados a sus costados, pero se las
arregló para ponerse bajo control, a duras penas. Junjin le dio una mirada
severa antes de mirar a Alston.
—¿Eso ayuda en
absoluto? —preguntó al Fae en lo que respecta a su pregunta sobre las dos caras
y una sola alma.
Alston se frotó
la barbilla con aire ausente mientras consideraba las palabras de Junjin.
—Tal vez
—respondió. Miró a Dambi y luego dijo—. Necesito que vengas conmigo.
—¿Dónde? ¿Por
qué? —preguntaron Dambi y Junjin al mismo tiempo.
—Tengo una
corazonada, pero antes de decirlo en voz alta necesito verificarlo —explicó.
Dambi negó con la
cabeza.
—Espera un
minuto. ¿Crees que este lugar es algo que es tan malo que ni siquiera estás
dispuesto a hablar de ello en voz alta?
—No lo sé, Dambi.
Es por eso que necesito que vengas conmigo. —Se volvió hacia Junjin—. Vamos a
ser rápidos.
La mandíbula de Junjin
se tensó pero asintió y vio como los dos Fae desaparecieron.
—¿Qué es lo que
sabes que no quieres que los lobos sepan? —preguntó Dambi tan pronto como ella
y Alston llegaron a la sala del Alto Consejo Fae—. Por no mencionar el hecho
que no quieres hablar con los demás miembros del Consejo al respecto.
—Sabes tan bien
como yo, Dambi, que hay cosas sobre las que no se debe hablar. Y cuando debes
hacerlo, debe ser con el menor número de oídos escuchando como sea posible.
Dambi esperó
mientras él se acercaba a una puerta grande, una que no era abierta muy a
menudo. Sus ojos se abrieron de par en par cuando él presionó su palma en la
puerta y murmuró palabras, unas que solo el Fae SuDambior sabía. La puerta se
desvaneció. Alston dio la vuelta para mirarla; sus ojos estaban muy abiertos
por el miedo. Dambi solo había visto a Alston temeroso un puñado de veces en su
larga vida, y ella tenía que decirlo, no era una buena mirada en él.
—Tenemos que
recordar —le dijo. Dambi frunció el ceño.
—¿Recordar qué?
—“Reconocerme es
imposible, a menos que la pared sea destruida.” —Las palabras del acertijo
fluyeron de sus labios y parecieron reverberar en las paredes.
—¿Crees que la
pared siendo destruida es figurativa? —preguntó Dambi. Alston asintió.
—Las palabras me
han estado torturando desde que las escuché, saltando lejos en mi mente, casi
como tratando de rasguñar un picor que no puedo alcanzar.
—¿Y decidiste que
el rascador de espalda apropiado está en nuestros registros? —preguntó medio en
broma.
Alston frunció el
ceño.
—Te has puesto
malhumorada en tu vejez.
—En primer lugar,
no soy vieja. Y en segundo lugar, siempre he sido malhumorada. Ahora bien, ¿qué
pared es la que piensas que debe ser destruida en sentido figurado?
Él tocó su
cabeza.
—Un muro que
nosotros mismos diseñamos y construimos.
—De ninguna
manera —la voz de Dambi bajó como si alguien pudiera oír, a pesar de que eran
los únicos en la habitación—. ¿Crees que el acertijo se refiere a un bloqueo
que nosotros pusimos?
—Sí. Estoy en
realidad bastante seguro.
—¿Cómo?
—Escribí el
hechizo en que esas mismas palabras se encuentran, el hechizo que todos
lanzamos y no se supone que incluso recordemos.
—Te dije que los
hechizos de memoria no son una buena idea —le regañó—. Siempre vuelven a
morderte en el trasero. Esta vez resulta ser en la forma de un hechicero
desquiciado.
—¿Qué crees que
es lo que sabe? —preguntó Kangin a Siwon.
—¿Quién sabe? Los
Fae son tan célebres por sus secretos, como lo son por su poder. Todo lo que me
importa es que, sea lo que sea, nos llevará a donde necesitamos estar. Más le
vale que decida compartir.
Los ojos de Kangin
se estrecharon.
—Dambi no le
permitiría ocultar cualquier cosa de nosotros que nos ayude a encontrar a
nuestras parejas.
Siwon se encogió
de hombros.
—Me gustaría
pensar que no. Pero ahora mismo todo en lo que realmente puedo pensar es en Heechul
y cómo me necesita y… —Siwon reprimió un gruñido de frustración.
—Y tú lo
necesitas —terminó Kangin por él—. Los traeremos de vuelta, Siwon. Si tenemos
que destrozar todos los reinos existentes con el fin de hacerlo, los traeremos
de vuelta.
—Estoy de acuerdo
con el descendiente —dijo Hyukjae mientras caminaba hacia la esquina que Kangin
y Siwon ocupaban—. El mundo puede terminar empapado en sangre, pero
encontraremos a nuestras parejas, y cualquiera que se interponga morirá.
—¿A quién
mataremos? —preguntó Henry mientras arrojaba sus cuchillos una y otra vez en el
aire.
—A nadie —gruñó Junjin
y al mismo tiempo Siwon gruñó—: A todo el mundo.
Henry miró entre
los dos Alfas.
—¿Significa que puedo
matar la mitad de los muchos que había planeado, o el doble de ellos?
***
—¿Nada? —preguntó
Dambi a Alston una vez más.
—Te dije que tan
pronto como lo encontrara te lo diría.
—Bueno el tiempo
se está acabando —resopló—. La cacería comienza en dos horas. ¿Cómo sabrás que
lo encontraste si no recuerdas qué es lo que estás buscando?
—No estoy seguro,
pero creo que hay una especie de llave en el hechizo en sí de modo tal que una
vez que una persona comienza a recordar fragmentos de lo que se supone que
ellos debían olvidar, todo volvería a ellos, dando en el gatillo correcto.
—Supongo que no
estás hablando sobre el tipo de gatillo que yo podría jalar —dijo ella
tajantemente.
—Sabes
exactamente de qué tipo de gatillo estoy hablando. —Alston alzó la vista del
libro en sus manos y miró cuidadosamente a Dambi—. De verdad te importan estos
jovenencitos, ¿cierto?
Ella se encogió
de hombros sin comprometerse.
—Son como un
hongo; crecen en ti.
—Sí, pero un
hongo es algo de lo cual intentas deshacerte, no algo que rescatas cuando son
secuestrados.
—Si es una seta y
te gustan de verdad las setas, entonces ciertamente es algo que intentarías
recuperar.
—Lo que digas, Dambi
—le dijo mientras empezaba a hojear el libro otra vez.
Varios minutos
pasaron en relativo silencio mientras Alston buscaba en los libros y Dambi se
preguntaba qué podría haber sido eso que ellos habían bloqueado de la memoria
de todos, incluyendo la suya propia. ¿Qué podría haber sido tan horrible que no
querían que nadie de cualquier especie recordara?
—El bosque
oscuro. —Las palabras de Alston no podrían haber golpeado más profundo aún si
las hubieran atado a un arpón y disparado directamente en el alma de Dambi.
—¿Qué dijiste?
—preguntó ella. Aunque su voz sonaba tranquila, estaba todo menos eso.
—El bosque
oscuro: Volcan, brujas, lobos, muerte. —Las palabras de Alston parecieron
resonar más fuerte en la silenciosa y tranquila sala.
Dambi tropezó y
se agarró en la pared.
—Maldita sea
—murmuró ella.
—Debemos
apurarnos. —Alston se puso de pie, sin molestarse en colocar alguno de los
libros en los estantes.
Empezó a dejar
atrás a Dambi y cuando se dio cuenta que ella no lo estaba siguiendo, se volvió
y la miró.
—Dambi, tenemos
que darnos prisa; necesitamos llevar a Junjin y a los lobos al bosque oscuro.
Los ojos de Dambi
se habían abierto por completo y sostenían en ellos la mirada atormentada de
alguien que había visto demasiadas sombras en su vida.
—Cuando recuerde,
él estará, va a… —Cuando sus ojos encontraron los de Alston estaban húmedos con
lágrimas sin desatar.
Alston asintió.
—Le dolerá y la
herida se sentirá totalmente nueva.
Ay no, ya me perdi, por que Eric esta en el bosque oscuro!!!!
ResponderEliminarAhhhhh
Y que fue lo paso ahi!????
Ahhh
Necesito respuestas!!!
Hayyyyy Dios was maldito de Gura. Como es eso de la casería??
ResponderEliminarEspero que los machos lleguen pronto.
Gracias por el capitulo