Marcado II -11



Me dirigí hacia la cocina, Heechul estaba dando vueltas, ya listo para irse a trabajar, y me miró con ojos conocedores cuando me dejé caer en una de las sillas de la mesa de la cocina.
—¿Zhou ya se fue?
Él vino hacia mí con una taza de café y una sonrisa.
—Sí. Se levantó temprano y fue a correr, luego se fue a clase. ¿Todo bien con ustedes? Él parecía algo abrupto cuando regresó de correr.
Dejé que mi cabeza cayera hacia atrás sobre el cuello para mirar el techo.
—No tengo idea.
Él se sentó frente a mí y bajé la cabeza para mirarnos. Había algo en esos ojos que hacía que una persona simplemente supiera que él veía y entendía más de lo que mostraba. Heechul podía leer a la gente mejor que nadie que yo hubiera conocido, y si él sabía algo de lo que estaba sucediendo con Zhoumi, yo era todo oídos.
—Creo que Zhou tiene algo más debajo de la superficie de lo que muestra. Quiero decir, he vivido con él por un tiempo y nunca menciona  su hogar o su familia, y nunca habla sobre cómo era su vida antes de la universidad. Incluso Donghae solo sabe lo básico. Es como si él no hubiera existido antes de mudarse aquí a estudiar. A veces es lo que la gente decide no decir lo que cuenta la historia más importante.
Lo miré boquiabierto, porque no tenía idea de cómo veía todo tan claramente. A veces era fácil perderse todo lo que él era debido a que su personaje de princesa del punk distraía tanto.
—Como tú. —señaló la punta de mi nariz con un dedo con punta de neón y lo agitó—. No mencionaste que ayer fuiste a ver a tu mamá. ¿Por qué?
Gemí y me pasé ambas manos por el cabello ensuciándolo.
—Porque no me gusta hablar de eso. Kyuhyun tiene la boca muy grande.
—No, Kyuhyun es un buen amigo que sabe lo duro que eres contigo  mismo cuando se trata de tu responsabilidad por el matrimonio de mierda de tus padres. Un día, vas a tener que reconocer que tu mamá es una mujer  adulta, responsable de las elecciones que ha tomado y que continúa tomando en lo que respecta a tu papá. Hiciste lo mejor que podías para ayudarla, para sacarla de ahí, y claramente ella no se quiere ir. Ésa no puede ser tu carga por el resto de tu vida, Henry.
Era casi lo mismo que Kyuhyun me había dicho ayer, pero entender que tenían razón, y ser capaz de dejarlo y alejarte, eran dos cosas completamente diferentes. Así que le dije lo mismo que le había dicho a Kyuhyun.
—Es mi mamá.
Solo que Heechul no era Kyuhyun, y no era del tipo que lo aceptara como el evangelio por qué continuaba torturándome a mí mismo por eso. Puso  una de sus manos en la mía y la apretó.
—Cierto, lo es, lo cual significa que debería estar ahí para cuidarte a ti, y estar orgullosa de todas las cosas increíbles que haces. Debería estar llena de entusiasmo sobre cuán talentoso es su hijo y debería ser tu mayor fanática. Lo que no debería estar haciendo es permitir que su relación para nada saludable con tu papá te mantenga atado a esta ciudad y a ella, cuando todos, y Henry, quiero decir todos saben que te podría ir mucho mejor en una escala más grande.
No pude discutir con él porque tenía razón. Todos tenían razón, pero eso no cambiaba el hecho de que yo esta aterrorizado de lo que le sucedería a la mujer si yo simplemente me lavaba las manos de la situación, y le permitía a mi padre terminar de desmantelarla.
No sabía si podría vivir conmigo mismo si permitía que eso sucediera, y ninguna cantidad de éxito o logro personal valía la pena ese riesgo. Ni siquiera iba a mencionar la oferta de la gira con SJM, porque eso solo le daría más combustible para el fuego. Si yo estaba aquí para mantener al viejo ocupado, había menos oportunidades de que él pudiera destruirla completamente.
—Es lo que es, por ahora.
Él levantó una pálida ceja.
—Pero no tiene que serlo. Mírate a ti y a Zhou. Las cosas pueden ser de una manera por un largo tiempo y luego tener que cambiar porque no hay  otra oportunidad.
Simplemente me encogí de hombros.
—Quizá.
Heechul puso los ojos en blanco y se puso de pie.
—Tengo que irme o voy a llegar tarde. Deja de actuar como el típico músico melancólico y haz que Zhou te hable. De paso, él era un completo  diez cuando lo vi esta mañana, así que muy bien, asesino.
Eso me sorprendió y me hizo reír, y me sacó algo de la melancolía de mi humor actual.
—Te dije que un día tendría uno.
Se rió y me guiñó el ojo.
—Bueno, la trampa es que tú también eres un completo diez ahora mismo, y no creo que jamás hayas estado más arriba de un cinco. Son   buenos juntos, Henry, de cualquier forma que sea. No le permitas convencerte de lo contrario.
—Sí. Por alguna razón, creo que podría ser mucho más difícil de lo  que suena.
Después de que Heechul se fue a trabajar, di vueltas por un par de horas e intenté terminar la canción en la que estaba trabajando anoche cuando Zhoumi me había emboscado. Era triste y tenía una melodía que hacía que algo doliera en el centro de mi Corazón. Le faltaba algo y no podía darme cuenta qué era. Con la mente dando vueltas por la gira y cierto joven, no podía hacerlo bien, así que lancé la guitarra en el estuche y me fui al estudio. Se suponía que terminara con Black Market Alphas más tarde esta noche, pero el humor en el que estaba no presagiaba nada bueno en lo que respectaba a  lograr algo, especialmente si vocalista aparecía haciendo gala de sus idiotas bravuconadas y arrogancia no ganada.
Retoqué un par de canciones, experimenté con otras mías y le envié un mensaje a todos los chicos de mi banda diciendo que necesitábamos juntarnos a hablar. Mi papá me llamó tres veces y yo mandé las tres llamadas directamente al correo de voz. Debatí si llamar a Zhoumi y decidí que el teléfono funcionaba en ambas direcciones. Si él quería hablar, podía ponerse en contacto conmigo. Después de todo, yo no fui quien lo dejó solo en la cama después de una noche de sexo que te derretía el cerebro.
Antes de que lo supiera, la tarde había pasado volando y los BMA estaban en el estudio. Era una vergüenza que el cantante principal fuera tan idiota, porque los otros tipos eran geniales y yo realmente veía mucho de mí en Jorge. Estaban armando las cosas cuando mi teléfono sonó con un mensaje de texto.
Estaba completamente sorprendido de ver que era Zhoumi.
¿Dónde estás?
En el trabajo.
¿Tú? ¿Trabajando? :)
Eso me hizo fruncir el ceño. ¿Qué creía él que yo hacía todo el día cuando no tenía un espectáculo? Por supuesto que trabajaba, ¿cómo creía que pagaba las cuentas?
Cuando tengo ganas. ¿Por qué, qué sucede?
Quería ver si estabas hambriento. Mi última clase se canceló y estoy hambriento.
No puedo irme. Estoy en medio de una sesión.
Yo puedo ir hacia ti.
Eso era raro. Nunca permitía que entrara al estudio alguien con quien yo no estuviera trabajando o con una banda con la que trabajara. Este lugar generalmente era mi escape del resto del mundo. Aquí es donde venía a alejarme de todas las otras cosas con las que normalmente no podía lidiar. Permitirle entrar parecía como algo más importante de lo que probablemente era, y me tomó unos buenos diez minutos responderle el mensaje.
De acuerdo. Pero puede que lo odies. No creo que los tipos con lo que estoy trabajando ahora sepan una sola canción de SM Balad.
Muy gracioso, imbécil. ¿Qué quieres que te lleve?
Lo que sea. Soy fácil.
No Henry, eres cualquier cosa menos eso.
Me quedé mirando el teléfono como si explicara lo que él quería decir. Los chicos de la banda estaban inquietos, así que le dije que agarrara un par de pizzas y una caja de Coors Light para poder darles de comer también.  Le di instrucciones para llegar al estudio. No podía decidir entre estar  contento de que él me estaba buscando activamente o asustado por dejarle entrar a mi santuario personal. Decidí cernirme entre las dos y centrarme en  el trabajo hasta que llegara. Algo estaba pasando con la banda, la mitad de los chicos no estaban hablando y Jorge estuvo a un compás detrás en tres de cada cuatro canciones. Después de la sexta hora de iniciar la primera canción otra vez, ya estaba dispuesto a matarlos a todos.
Golpeé mis manos sobre la mesa de mezclas y apagué el interruptor que grababa todo en la cabina. Crují mis nudillos de ambas manos y me   dirigí al lugar donde estaban fulminándose con la mirada de ida y vuelta los unos a otros, y donde vocalista me estaba frunciendo el ceño.
—¿Qué pasa, amigo? Hoy es el último día que tenemos para tiempo en el estudio y ya te hemos pagado por ello.
Me giré el anillo en mi dedo medio con mi pulgar e igualé su mirada fulminante con la mía. Este chico no me conocía lo suficientemente bien  como para pensar que alguna vez iba a ser impresionado por su exceso de confianza juvenil y talento mediocre.
—¿Qué está pasando hoy? Ustedes apestan, y me refiero a que apestan. Sea lo que sea que están haciendo es basura y no voy a perder mi tiempo con eso. ¿Han olvidado que son una banda y que eso significa que todos tienen que tocar la misma canción al mismo tiempo? ¿Qué demonios pasa?
Ry el vocalista hinchó el pecho y Jorge bajó sus baquetas. Los otros dos chicos me fruncieron el ceño mientras el primero se movió para empujarme con un dedo en el centro de mi pecho.
—Ten cuidado. Te estamos pagando, ¿recuerdas?
Aparté su mano de un golpe y entrecerré mis ojos amenazadoramente hacia él.
—Sí. Me están pagando para armar un álbum que llame la atención de un sello importante y puedan firmar, no un álbum que suena como un  montón de ollas y sartenes cayendo de la alacena de la cocina. Mi nombre no quedará unido a algo que no sea audible. Así que, ¿cuál es el maldito  problema?
Jorge golpeó uno de los platillos con el borde de su puño.
—Sí, Ry, ¿por qué no le dices lo que está pasando? ¿Por qué no le dices cómo tomaste todo el crédito por todas las canciones que yo escribí y todos los espectáculos que nosotros  tocamos cuando ese jovencito te  entrevistó? ¿Por qué no le explicas a Henry cómo este nuevo álbum es una colaboración entre tú y él, y el resto de nosotros somos solo el personal contratado? —Él golpeó el platillo de nuevo—. No nos necesitas, ¿verdad? Por qué no continúas y terminas el disco por ti mismo, porque yo ya lo hice.
Di un paso atrás cuando Jorge rodeó la masiva batería. Ry se había vuelto de un precioso tono púrpura y miró frenéticamente entre mí y donde su baterista se había parado enfurecido. Me froté la barbilla y le hice  encontrar mi mirada interrogativa.
—¿Puedes escribir canciones? ¿Sabes cómo armar una melodía y un coro de la manera en que Jorge lo hace?
Frunció el ceño y tragó saliva.
—No.
—¿Puedes tocar la guitarra?
—No.
—¿Puedes tocar la batería?
—No veo qué tiene eso que ver con nada.
Me mecí sobre mis talones y crucé los brazos sobre mi pecho.
—¿Eres un artista en solitario, Ry? Porque si es así, entonces tendremos que desechar las pistas que ya tenemos y empezar todo de nuevo.
Él se plantó ante mí, y el micrófono en su mano cayó al suelo.
—No. De ninguna manera. Esas cosas que grabamos el otro día eran fantásticas.
—Cierto. Fueron fantásticas, porque Jorge escribió canciones  increíbles y tú tienes una banda increíble que te respalda. Sin eso, no eres más que un pedazo de mierda saltando por el escenario y gritando tonterías inútiles. Yo no colaboro con tonterías inútiles. Es mejor que reconozcas lo que puedes hacer por ellos, Ry, y no al revés, porque te garantizo que si Jorge se va lo puedo conectar con otra banda en un santiamén. Tú solo serás un recuerdo para algún sujeto en algún lugar que te haya visto tocar alguna vez. Tienes que sobreponerte, como ayer, y dejar de perder el tiempo de todos. Y si no puedes hacer eso, yo, por supuesto, tengo cosas más importantes que hacer que cuidar a un aspirante a estrella de rock.
Me miró en silencio, tratando de juzgar lo serio que iba. No jugaba a la hora de respetar al resto de tu banda. Sabía que solo era un cantante muy bueno, pero que no podía hacer lo que hacía sin el resto de los chicos, y un talento como el de Jorge no iba a ser tomado a la ligera. Ry y yo estábamos en el medio de una contienda de miradas cuando oí un silbido y a Jorge decir:
—¿Quién es el nene? Por Dios, estoy enamorado. El incluso trajo cerveza y pizza.
Miré por encima de mi hombro y vi a Zhoumi dejar las cosas dentro de la sala de control. Tenía sus gafas posadas en su nariz. Llevaba un par de jeans que eran más ajustados que los míos, si eso era posible, y una especie de camiseta blanca que colgaba por completo de un hombro. Sí, era un nene absolutamente y ahora que él estaba aquí, en el interior del círculo íntimo, no era tan jodidamente extraño e inquietante como pensé que sería. Movió los dedos hacia mí en un pequeño saludo y se dejó caer en la silla. Levanté la barbilla hacia ella y volví a Ry. Por dentro me preguntaba por qué se veía tan bien que estuviera aquí.
—Mira, mi consejo es que no arruines una buena cosa. Ustedes suenan bien, pero solo cuando tocan juntos. Pon bajo control a tu ego y discúlpate con tu banda. No voy a poner mi nombre en algo de lo que no estoy orgulloso, y ahora mismo suena como basura. Vamos a comer una pizza y tomar un par de cervezas y ve a hacer las paces. ¿De acuerdo?
Se quedó en silencio durante un largo rato, pero finalmente asintió a regañadientes y se dirigió a donde Jorge estaba de pie delante de la cabina de control viendo a Zhoumi mientras él revisaba su teléfono. Empujé la puerta para abrirla y casi trastabillé cuando me sonrió.
—Hola.
—Hola, otra vez. Te eché de menos esta mañana.
Él se estremeció un poco y bajó su teléfono.
—Lamento eso, solo tenía que… —Se interrumpió con un encogimiento de hombros—. Correr.
Me incliné sobre él y puse mis manos en el respaldo de la silla, por lo que yo estaba viendo hacia abajo, hacia él, y él no tenía otra opción más que mirarme. Había algo en esos ojos teñidos de whisky, algo potente y claro. Este joven era peligroso. Quería hacer cosas para él, hacer cosas por él que nunca había querido antes.
—Tengo que decirlo, Zhou, prefiero que corras hacia mí, no lejos de mí.
Él inclinó la cabeza un poco hacia atrás y levantó las manos para que descansaran en mi cintura. Una mezcla de calor y algo más serio se envolvió  en mi estómago. Quería todo sobre él en mi cerebro. Quería recordar cada mirada, cada toque y cada gusto. Cuanto más tiempo tuviera con él, más no podía evitar la sensación de que era como los relojes derretidos tatuados en todo mi antebrazo; que él no era más que una ilusión, un sueño al que yo estaba tratando de aferrarme antes de que se desvaneciera.
—No estaba huyendo de ti, Henry. Simplemente no estoy seguro de qué se trata todo esto y qué hacer con todo eso.
—Ni yo tampoco, pero, ¿no tiene más sentido que tratemos de resolverlo juntos, en lugar de salir del paso por nosotros mismos? Sea lo que  sea que es, está funcionando muy bien para este momento, así que vamos a dejarlo en paz.
Arrugó la nariz, lo cual fue tan lindo con sus sexys gafas puestas, que no pude resistirlo y me incliné para besarlo. Quería mantenerlo profesional porque teníamos una audiencia, pero él sabía como café, secretos, y un lugar en el que realmente quería estar. Por no hablar, que puso los dedos bajo el borde de mi camiseta y los clavó en mis costados. Podía besarlo todo el día — para siempre— pero apartó su cabeza de mí tan rápido que me recordó el alcohol de sus ojos, y yo todavía estaba un poco molesto por abandonarme esta mañana. Le di un pequeño mordisco con los dientes y me aparté de la silla, lo que hizo que girara dando vueltas con un chillido.
—En serio, Zhou. Los dos somos inteligentes. ¿Por qué no podemos hacer esto, tener sexo y algo funcionando un poco más entre nosotros?
Él bajó su pie en el suelo para detener la silla y se encogió de hombros.
—Podemos. Quiero. Solo estoy tratando de ser cuidadoso al respecto. Cuando yo no era muy cuidadoso con las cosas en el pasado, realmente  dejaban una huella desagradable.
Extendí la mano, la cual agarró a medida que lo ponía de pie. Yo le tiré en un abrazo y metí su cabeza debajo de mi barbilla. Encajábamos juntos de esa forma justo como se suponía que fuera. El puso las manos en los bolsillos traseros de mis jeans y apoyó su frente en mi garganta.
—Si pudieras decirme cómo evitamos hacerlo, Zhou, estoy dispuesto a escuchar. Las únicas marcas que quiero dejar en ti son aquellas que disfrutes que estén ahí.
Su suave cabello rozó mi cuello y me empujó un poco más cerca.
—Un día, tal vez, pero por ahora vamos a tratar de disfrutar de lo que es, sin todo el equipaje sobre nosotros.
Sentí que mis cejas se dispararon en alto, pero los chicos de la banda habían entrado en la cabina, y ya no estábamos solos. Pasé mi mano por su espalda y palmeé su trasero. Él se sobresaltó un poco y me empujó.
—Creo que el tipo es quien normalmente trata de vender ese arreglo a la pareja.
Esos ojos brillaron con humor, y lo único que quería hacer era conseguir desnudarlo y poner mis manos sobre él. Él era simplemente otra cosa, y yo no estaba seguro de qué hacer con él o con la forma en que me destrozaría tan rápido.
No tenía tiempo para seguir dándole vueltas, porque Jorge se abrió paso a la fuerza entre nosotros y comenzó a mecer su brazo arriba y abajo de una manera que era cómico de ver. Retrocedí unos pasos y busqué una cerveza, mientras que Ry hizo lo posible para seducirlo. Zhoumi los miró a todos con sus grandes ojos y se volvió a sentar en la silla, mientras todos charlaban con él.
Vi todo el escenario con diversión. Era un joven muy hermoso  y podía aguantar por sí mismo. Lo había visto encargarse de borrachos con más años que estos chicos y no romper a sudar, pero quizás porque yo estaba  viendo y teníamos algo aún sin nombre pasando, él los estaba mirando con cuidado y no siendo su habitual ser auto relajado. Ellos le estuvieron disparando rápidamente preguntas; ¿cómo me conoce, teníamos algo, cuál era su banda favorita, había oído hablar de ellos, cuál era su canción favorita, iba a quedarse y verlos tocar? Solo se les quedó mirando boquiabierto hasta que supongo que tuvo suficiente, y luego vino y se plantó a mi lado sólidamente. Pasó un brazo alrededor de mi cintura y los miró como si fueran una manada de lobos y no un montón de músicos adolescentes obsesionados.
—¿Siempre son así?
—Cuando un joven caliente está por aquí, lo son. ¿No sabes que la mayoría de los chicos forman bandas, o aprenden a tocar un instrumento, para meter chicas y jovencitos en la cama?
Él me miró y me reí de la incredulidad que resplandeció en su brillante mirada. Le entregué la cerveza y les indiqué a todos que volvieran al trabajo. Ahora que estaba aquí, lo único que quería hacer era terminar y llevarlo a casa, o llevarlo contra la pared, o llevarlo al asiento trasero de mi auto. Yo no era exigente, pero estaba impaciente. Él era como la música, algo que anhelaba, algo que sentía profundamente en mi sangre y de lo que no estaba seguro de qué hacer con él.
—¿Por qué creo que tú no necesitaste ninguna de esas cosas  para meter jovencitos en la cama cuando tenías su edad?
Lo miré por el rabillo de mi ojo y me dirigí de nuevo a la mesa de mezclas. Él me siguió y continuó sorbiendo de la cerveza mientras se cernía sobre mi hombro. Ahora que tenían una audiencia tan atractiva, los chicos no estuvieron perdiendo el tiempo y arrancaron en la pista que habían estado sin meter la pata soberanamente con renovado vigor y entusiasmo.
—Porque no lo hice. Aprendí a tocar la guitarra porque quería escribir canciones. Me uní a una banda porque tenía cosas que quería decir, y saltar gritando letras de punk-rock me convenía en ese momento.
Puso su mano en la parte posterior de mi cuello y me estremecí un poco ante el frío, porque estaban frías de aferrarse a la lata de cerveza.
—Y ahora, gritas y vociferas canciones de heavy-metal porque estás enojado por tu papá y tu mamá todo el tiempo, y eso te conviene —lo dijo como una afirmación totalmente natural y eso me hizo temblar de nuevo, porque estaba tan en lo cierto—. Puedo escuchar, también, Henry. Tal vez si me dices por qué estás tan enojado, yo puedo ayudar.
Encendí un par de interruptores y jugué con algunos de los diales para bajar el tono de la guitarra.
—Tal vez cuando estés listo para hablar conmigo acerca de esas elecciones no tan inteligentes, podríamos dejar las cuentas claras.
Mi ira había estado conmigo tanto tiempo, vivía en un lugar  tan oscuro dentro de mí, que no sabía lo que pasaría si la traía a la luz. Tenía  miedo de que fuera a tener el poder para cubrir todo y quemar todo mi mundo hasta las cenizas. Esos dedos fríos se movieron desde la parte trasera de mi cuello hasta mi hombro y él le dio un apretón.
Nos quedamos así durante las próximas tres canciones. Zhoumi solo observó mientras yo les daba a los chicos instrucciones y trataba de construir el mejor tema de cada canción como podía. En un momento, me entregó  la cerveza de vuelta, y antes de darme cuenta, teníamos todo el álbum armado y era casi medianoche. Los chicos estaban emocionados y querían salir. Todas las disputas anteriores habían sido puestas a un lado porque ellos sabían, al igual que yo, que acabábamos de producir un álbum de muerte que, sin duda, los llevaría a firmar un contrato.
Quería tener a Zhoumi a solas y pedirle que se desnudara, a excepción de sus lentes, de modo que rechacé la invitación y traté de ahuyentarlos hasta la puerta. Él se quedó donde estaba y se fue a limpiar el desorden que cinco chicos, cerveza y pizza habían hecho. Estaba a punto de cerrar la puerta y pasar el seguro cuando Jorge se detuvo, y volvió a donde yo estaba. Él  extendió su mano y la sacudió con ganas.
—Realmente eres un músico increíble, Henry. Nadie más habría  sido capaz de hacer lo que acabas de hacer.
Asentí ante el cumplido.
—Y ese joven… —Él dejó escapar un silbido—. Yo estaría escribiendo canciones sobre él cada vez que pudiera, hermano. Así que cualquier cosa que estés haciendo, sigue así, porque absolutamente quiero ser tú cuando sea grande.
Me reí y lo despaché. Cuando entré de nuevo en la sala de grabación, Zhoumi se fue al estudio y estaba pasando su dedo a lo largo de uno de los cuellos de mis guitarras eléctricas que almacenaba allí. Era tan perfecto, tan correcto, que algo se volteó boca abajo en mi pecho y me hizo difícil el respirar por un segundo. Cuando se dio la vuelta, sus ojos estaban serios y había algo maquinando allí.
—Henry, no tenía ni idea de que tenías todo esto.
—¿Qué quieres decir?
Él hizo un gesto con la mano en torno al estudio y tocó la guitarra, haciendo un sonido estridente.
—El estudio, la forma en que fuiste con esos chicos. No tenía ni idea de que fueras como una especie de dios del rock. La forma en que has hecho que esos chicos suenen, quiero decir, sabes lo mucho que odio esa música,  pero lo convertiste en algo tan hermoso.
Normalmente me encogía de hombros cuando la gente adulaba lo que podía hacer, pero si le hizo ver algo más en mí, no iba a quitármelo de encima a la ligera.
—Es lo que me gusta hacer.
—Es más que eso, ¿no es así? Es lo que has nacido para hacer.
—Lo es. —Todo ese whisky y misterio, todas las cosas que hacían de Zhoumi mucho más que todo lo demás, se arremolinó alrededor y resplandeció ante mí. Todavía no podía entenderlo, pero cuando me sonrió y enganchó sus brazos alrededor de mi cuello y me preguntó si estaba listo para ir, la única respuesta que podía darle era—: Diablos, sí.



3 comentarios:

  1. O______O
    OMG
    Henry, amigo mio, ya te jodiste(?)
    Lo dejaste entrar a tu "santuario" ahora entrara en tu corazón y de ahí no saldrá!!!!!

    ResponderEliminar
  2. que bien ya se van conociendo como se debe

    ResponderEliminar
  3. Ok...ya medio hablaron...ya lo hicieron,se quitaron la picazón,pero no han avanzado.
    Siguen parados en el mismo lugar...y ahora con la "visita" que kangin le hizo a Mimi...esto se va a poner feo.
    Han avanzado un poco,pero necesitan hacerlo más y definir qué es lo que quieren para que vayan quitando del camino lo que los obstaculiza.

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...