Marcado II-1



Entonces así comienza…

Estaba totalmente en contra de todo lo que se suponía que debía hacer en mi nueva vida: pedirle a un chico  realmente lindo de una banda que me llevara a casa. Había reglas. Había estándares. Sencillamente, había cosas que hacía ahora para evitar jamás volver a ser como era, y quedarme allí para esperar a Henry Lau  iba directo a lo alto de la lista de los no. Había algo en él, observándolo lamentarse y comprometer a la multitud mientras estaba en el escenario, que volvía a mi normalmente sensible cerebro, masa blanda.
Sabía que no debía preguntarle a mi mejor amigo lo que estaba mal conmigo.
El estaba en todo acerca de chicos cubiertos con tinta de la cabeza a los pies y llenos de joyas en lugares que el Señor nunca destinaría a que los chicos se perforaran. Él solo diría que era el encanto de alguien tan  diferente, alguien que obviamente no era mi tipo, pero yo sabía que no era  eso.
Era encantador. Cada persona en el bar repleto tenía sus ojos en él y  no podía apartar la mirada. Él estaba haciendo a la gente sentir —me refiero a realmente sentir— lo que fuera que estuviera diciendo a gritos, y eso era asombroso.
Odiaba el heavy metal. Para mí, todo eso sonaba como que estaban gritando y chillando sobre instrumentos aún más fuertes. Pero el espectáculo, la intensidad, y el innegable ambiente de poder que estaba desatando con solo su voz, había algo en eso que me llevaba a arrastrar a Donghae a la parte delantera del escenario. No podía apartar la mirada.
Claro, él era bien parecido. Todos los chicos con los que el novio de Donghae se juntaba lo eran. Yo no era inmune a una cara bonita y un buen cuerpo, de hecho, en algún momento esas cosas habían resultado ser las debilidades que me habían metido en más problemas de los que quería pensar. Ahora yo tendía hacia los chicos que me atraían en un nivel más intelectual.
Sin embargo, demasiados tragos de Patrón y cualquier loca feromona que este chico estaba emitiendo ahora mismo me habían hecho olvidar todo acerca de mis nuevos y mejores estándares en hombres.
Su cabello lucía como si solo hubiera sacudido cualquier enredo que alguna pareja hubiera hecho. En algún momento durante la presentación se había desprendido de su camiseta sin mangas para revelar un torso delgado y bien musculoso que estaba cubierto desde la base de su garganta a algún lugar debajo de la hebilla del cinturón con un gigantesco tatuaje negro y gris de un ángel de la muerte. Usaba los jeans negros más ajustados que jamás había visto usar a un chico, decorados con una variedad de cadenas colgando de su cinturón a su bolsillo trasero, y ellos dejaban poco a la imaginación.
Pudo haber sido por eso que Donghae y yo estábamos ahora muy cerca de ser los únicos fanáticos jovencitos en la parte delantera del escenario.
Había visto a Henry antes, por supuesto. Él venía al bar donde trabajaba en una base bastante regular. Sabía que esos ojos, ahora fuertemente cerrados mientras gritaba una nota lo suficientemente alta como para que el jovencito a mi izquierda tuviera un orgasmo espontaneo, eran oscuros, de un marrón profundo que brillaba con tolerante humor. Sabía de su afición por el indignante coqueteo. Henry era el encantador del grupo y no tenía reparos en usar eso, combinado con su desgarradora sonrisa, para conseguir lo que quería.
Sentí una cálida mano aterrizar en mi hombro y me volví para mirar a Hyukjae, el novio de Donghae, me di cuenta por el giro de su boca que estaba listo para irse. Donghae ni siquiera esperó a que se lo pidiera, antes de volverse hacia mí con cándidos ojos.
—Me voy con él. ¿Estás listo?
Donghae y yo teníamos una política de "no dejarnos atrás por un  hombre", pero estaba lejos de estar listo para terminar la noche. Teníamos que gritar sobre las guitarras a todo volumen y las ensordecedoras voces que nos bombardeaban desde nuestra privilegiada ubicación, por lo que me agaché  para gritar en su oído:
—Voy a quedarme un rato. Creo que voy a ver si el amigo de Hyukjae me puede dar un aventón.
Vi su mirada especulativa, pero Donghae tenía su propio drama de chicos que manejar, así que sabía que no iba a tratar de decirme algo diferente. Enganchó su mano a través del brazo de Hyukjae y me dio una sonrisa triste.
—Llámame si me necesitas.
—Lo sabes.
Yo no era el tipo de joven que necesitaba un amigo que me rescatara. Estaba acostumbrado a volar en solitario y había estado cuidando de mí durante tanto tiempo que era realmente una segunda naturaleza. Sabía que Donghae se lanzaría en picada para recogerme si no podía conseguir un aventón a casa o si llamar a un taxi tomaba demasiado tiempo, y saber que él estaba allí era suficiente.
Vi el resto del espectáculo con extasiada fascinación, y estaba bastante seguro de que cuando Henry lanzó el micrófono después de su última canción, me guiñó un ojo antes de tomarse de golpe un trago. A pesar de todas las cosas que sabía que deberían estar bombardeando mi cabeza, ese guiño selló el trato.
Yo no había estado en el lado salvaje desde hace mucho tiempo y Henry era el guía perfecto para un rápido curso de repaso.
Desapareció del escenario con el resto de los chicos de la banda, y yo vagué hacia atrás, hacia la barra donde todo el mundo se había puesto antes de que la banda empezara a tocar. El compañero de cuarto de Hyukjae, Kyuhyun, al parecer, había sido arrastrado a casa por los tortolitos. No había manera de que él estuviera fuera del bar por sus propios medios. Jjong, el mejor amigo de Henry, estaba ocupado succionando la cara de un jovencito al azar que nos había estado dando a Donghae y a mí una mirada diabólica durante toda la noche. Le di una mirada de tú podrías hacerlo mejor cuando salió a tomar aire, y entonces encontré un taburete vacío en el bar.
Lo que pKangin con los bares de heavy metal es que hay chicos de heavy metal en cada esquina.
Pasé la siguiente hora defendiéndome de insinuaciones y ofertas de bebidas gratis de chicos que parecían no haber visto una ducha o una navaja  de afeitar en años. Estaba empezando a enfadarme y, a su vez, sentir asco cuando una familiar mano con una gran cantidad de pesados anillos de plata cayó sobre mi rodilla. Me volví para mirar a los risueños ojos oscuros mientras Henry me ordenaba otro Patrón, pero conseguía agua para sí mismo.
—Fuiste abandonado, ¿cierto? Por la forma en que esos dos se estaban mirando el uno al otro, me sorprende que aguantaran la mitad del espectáculo.
Chasqueé el pequeño vaso contra el borde de su vaso, y le di la sonrisa que siempre había utilizado en el pasando para conseguir lo que quería.
—Creo que Kyuhyun tuvo una pelea con el tequila y el tequila ganó.
Se echó a reír y se volvió para hablar con un par de chicos que querían felicitarlo por el espectáculo. Cuando se volvió hacia mí, me miró un poco avergonzado.
—Siempre he pensado que es muy raro.
Levanté una ceja y me incliné un poco más hacia él, vi a un rubio con ropa demasiado ajustada dando vueltas.
—¿Por qué? Ustedes son geniales y, obviamente le gustan a la gente.
Echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada y me di cuenta por primera vez que tenía una barra atravesando el centro de su lengua.
Hice una mueca y me encogí de hombros.
—Hyukjae me envió un mensaje diciendo que necesitabas un aventón a casa. Tengo que ir a sacar a Jjong de ese joven y ayudar a los chicos a cargar la furgoneta, pero si puedes relajarte por, como, treinta minutos, te daré un paseo.
No quería parecer demasiado ansioso. No quería hacerle saber lo mucho que quería que me diera un paseo de un tipo completamente diferente, así que me encogí de hombros otra vez.
—Por supuesto. Eso estaría bien.
Me apretó la rodilla y tuve que reprimir el estremecimiento que se movió a través de mí, de la cabeza a los pies. Había definitivamente algo más, si, un pequeño toque como ese podía hacerme temblar.
Me volví hacia la barra, ordené un vaso de agua y traté de cerrar mi cuenta. Estuve sorprendido cuando el cantinero me dijo que ya estaba cubierta y un poco molesto porque no sabía a quién agradecer. Giré en el taburete y observé de cerca como las personas se abrían paso a través de un bar lleno de chicos excesivamente entusiastas y jovencitos y chicas demasiado obvias.
Yo no era un santo por ningún lado, pero realmente no tenía ningún respeto por cualquiera que estuviera dispuesto a degradarse a sí mismo ofreciéndose para una sola noche de placer, solo porque Henry lucía caliente en pantalones ajustados.
Lo que fuera que me estaba pasando era más profundo que eso, y no podía darle un nombre. Y esta noche estaba lo suficientemente ebrio —y carecía de un poco de mi antigua auto suficiencia— para ignorarlo por ahora.
En el momento en que Henry regresó, estaba fingiendo interés en una conversación que un chico que lucía como si hubiese asaltado el armario de Glenn Danzig estaba forzando hacia mí. Él me decía todo sobre los diferentes géneros de metal y por qué las personas que escuchaban a cada tipo diferente, o apestaban o eran geniales. Era todo lo que podía hacer para no meterle un chicle en la boca para que dejara de respirar su borracho y pesado aliento encima de mí.
Henry le dio al chico un golpe con el puño y puso el pulgar por encima de su hombro.
—Vámonos, Piernas.
Hice una mueca ante el apodo genérico porque había oído variaciones de él en toda mi vida. Yo era alto y realmente tenía muy largas y muy lindas piernas. Al momento estaban un poco tambaleantes y un poco inestables, pero las empujé juntas y siguieron a Henry al estacionamiento.
El resto de la banda y Jjong estaban apilados en una enorme camioneta de línea económica, y gritándonos todo tipo de cosas interesantes por la ventana, mientras se despostillaban de risa en el estacionamiento. Henry se limitó a sacudir la cabeza y utilizar el control en sus llaves para desbloquear los seguros de un elegante Dodge Challenger negro que parecía rápido. Me sorprendió cuando abrió la puerta para mí, lo que le hizo sonreír, así que me replegué en el asiento y traté de planear mi ataque. Después de todo, él era un chico que utilizaba a groupies y putos de banda arrojándose a él sobre una base diaria, y lo último que quería era ser uno más.
Bajó la música a todo volumen del obviamente caro sistema de sonido y rodamos fuera del estacionamiento sin decir una palabra. Había encontrado el momento de ponerse de nuevo la camisa y ahora estaba cubierto por una obviamente, muy querida chaqueta de cuero, complementada con tachos de metal y un parche de una banda de la que nunca había oído hablar.
La combinación de un lindo chico rockero, mucho tequila y el  embriagador aroma de la piel y el sudor comenzaban a hacer girar mi cabeza. Bajé un poco la ventana y miré mientras las luces del centro se desteñían.
—¿Estás bien?
Incliné mi cabeza en su dirección y me di cuenta de la verdadera preocupación en su mirada oscura. En la tenue luz del tablero, el círculo de brillante dorado que bordeaba la cresta exterior de sus ojos parecía como un halo divino.
—Estoy bien. No debí haber tratado de mantenerme al día con Kyuhyun durante la primera hora.
—Sí, esa no es una buena idea. Esos chicos pueden dejarte a un lado.
No le respondí porque generalmente me puedo contener por mi  cuenta con alguien cuando llega la hora del juego de trago por trago, pero eso no era algo de lo que me gustara hablar. Cambié de tema corriendo un dedo sobre el evidentemente nuevo y prístino interior del auto.
—Este es un paseo muy agradable. No tenía idea de que gritar en un micrófono pagara tan bien.
Él soltó una carcajada y me dio una mirada de reojo.
—Hay todo tipo de bandas independientes que son geniales e incluso algunas asombrosas bandas americanas que apuesto caerías totalmente por ellas.
Me encogí de hombros.
—Me gusta lo que me gusta. En serio, ¿tu banda es lo suficientemente famosa como para que puedas permitirte un auto así? Hyukjae dijo que ustedes eran populares en la ciudad, lo que está claro después de esta noche, pero incluso con esa multitud no parece que harías lo suficiente para vivir simplemente tocando música.
Era indiscreto, pero de repente se me ocurrió que no sabía nada sobre este chico fuera del hecho de que estaba haciendo a mi Corazón acelerarse. También estaba haciendo que mi cabeza creara todo tipo de interesantes escenarios que nos involucraban a los dos y mucha menos ropa.
Él estaba golpeando a un ritmo en el volante con los dedos pintados de negro y yo no podía apartar la mirada.
—Tengo un estudio de grabación en la ciudad. He estado aquí por mucho tiempo, así que conozco a un montón de bandas y chicos en el escenario. Escribo un montón de música que otras personas terminan grabando. Muchas personas se ganan la vida tocando música. Es simplemente difícil y hay que ser dedicado a ella, pero preferiría estar en quiebra y hacer algo que amo, que ser rico trabajando de nueve a cinco cada día.
Eso era algo que simplemente no tenía ningún sentido para mí.
Ansiaba la seguridad y un futuro con una base arraigada en la seguridad. Quería saber que iba a ser capaz de mantenerme a mí mismo, para que nunca tuviera que depender de alguien más para cubrir las necesidades básicas de la vida. La felicidad no tiene absolutamente nada que ver con eso.
Iba a hacer más preguntas, pero el apartamento que compartía con Donghae estaba llegando rápidamente a la vista, y ni siquiera había tratado de hacerle saber que estaba interesado en más que un aventón a casa.
Giré todo mi cuerpo en el asiento, para quedar completamente frente  a él y apliqué en mi cara mi mejor sonrisa de házmelo. Levantó una ceja en mi dirección, pero no dijo nada, ni siquiera cuando me incliné sobre la consola central y puse mi mano sobre su duro muslo. Vi el pulso en su garganta saltar, lo que me hizo sonreír. Había pasando un largo tiempo desde que había estado tan abiertamente interesada en alguien y era agradable saber que él tampoco era inmune a mí.
—¿Quieres venir a tomar una copa conmigo? Donghae se está quedando con Hyukjae, así que estoy seguro de que estará fuera de servicio durante al menos un par de días.
Sus ojos oscuros se hicieron aún más oscuros con algo que no reconocí, porque realmente éramos extraños, pero él puso su mano sobre la mía y le dio un suave apretón.
Quería respirarlo, quería entrar en él y no volver a salir. Había algo allí, algo especial en él que halaba todas las cuerdas que pensé que había recortado cuidadosamente cuando había dejado atrás a mi antigua vida.
—Eso suena como un mal plan, Zhou. —Su voz era baja y tenía una energía baja flotando a través de él que no podía identificar.
Me senté derecho en el asiento y con la otra mano giré su cara para  que me mirara.
—¿Por qué? Soy soltero, eres soltero, y somos adultos que lo consienten. Creo que suena como un plan fabuloso.
Suspiró y tomó mis manos y las puso en mi regazo. Yo ahora lo miraba con atención porque, aunque podría haber sido objeto de un drástico cambio de vida en los últimos años, todavía era lo suficientemente inteligente como para saber que era mucho más atractivo que la mayor parte de la basura de bar que le había estado dando vueltas toda la noche. Eso, y que ningún hombre jamás rechazaba sexo sin compromiso.
—Tenemos amigos que están saliendo. Has bebido media botella de tequila esta noche, y seamos realistas, tú no eres el tipo de joven que lleva a un chico que apenas conoce a casa a pasar la noche. Eres inteligente y ambicioso, y no tienes ni jodida idea de lo que ese acento me hace o qué tan rápido podría causar que acabemos desnudos y enredados. Eres más que un buen joven en todo.
»No me malinterpretes. Eres hermoso, y por la mañana cuando reproduzca esta conversación una y otra vez en mi cabeza, voy a querer absolutamente patear mí culo, pero tú no quieres hacer esto. Tal vez si yo supiera a ciencia cierta que nunca tendríamos que vernos otra vez, que nunca tendríamos que pasar tiempo alrededor del otro, podría hacerlo con la conciencia limpia, pero realmente me gustas, Zhoumi, por lo que decido no estropear las cosas.
Estaba tan equivocado.
Totalmente quería hacer esto, hacérselo a él, pero algo en él pensando que sabía qué tipo de joven era sorprendió a mi libido como un jarro de agua fría. Giré mi cabeza hacia atrás con tanta fuerza que golpeé la ventanilla del pasajero y el auto de repente se sintió como un ataúd. Me apresuré a abrir el pestillo y salí corriendo. Oí a Henry llamarme por mi nombre, le oí preguntar si  yo estaba bien, pero lo único que tenía que hacer era alejarme de él. Pinché el código de seguridad en la puerta y corrí dentro del apartamento.
No fue sino hasta que tuve las puertas cerradas y una ducha de agua caliente vertiéndose sobre mí, que me di cuenta de lo cerca que había llegado de dejar todo en lo que había trabajado por desenmarañar a mi alrededor. Fuera lo que fuese que Henry me había hecho sentir esta noche, era demasiado peligroso para tratar de actuar. No solo había terminado en humillación y pánico, sino que también había arriesgado todo lo que me importaba, y no me podía permitir eso.
Iba a tener que mantener a Henry Lau encerrado en la caja donde mantenía al Zhoumi pre-Seul. Solo que ahora, iba a asegurarme de que la tapa estuviera tan bien apretada, que no habría nunca una posibilidad de que saliera. El riesgo no valía la pena.



4 comentarios:

  1. Me muero por ver como reaccionaran todos cuando MiMi se destape

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  2. que escondes zhoumi espero y sea algo super malo

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  3. O______O
    OMG~ Mimi, que carajos paso???
    Ahhh Henry, no se si es un idiota o un caballero!!!!(?)
    Ahhh genial!!!! Oh shi~

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  4. Como será el zhoumi pre-Seúl ???

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...