Amante de la Luna - 8



─Hyukjae ─susurró, e intentó reír.
Él bajó y se sentó en el banco junto a él.
─¿Qué ocurre? ─le preguntó.
─Que no puedo volver a verte.
El tocó su hombro y Donghae dio un respingo sin poder evitarlo.
─Vete -le pidió desesperado─ Si mi padre te pilla aquí, te matará.
─¿Qué te ha pasado en el hombro?
─Na… nada
─No me mientas.
Hyukjae le desabrochó con cuidado la camisa mirándolo a la cara, no al cuerpo. Cuando le descubrió el hombro, pero en su rostro Donghae vio la ira crecer.
─¿Quién te ha hecho esto?
─No importa ─dijo─ Déjame.
Él apartó las manos y Donghae se arregló su camisa para esconder las heridas.
─No debería haber salido contigo ─dijo en voz─ Mi padre me dijo que no debería volver a verte, y no tendría que haberle desobedecido.
Hyukjae se puso de inmediato de pie.
─¿Tu padre te ha hecho eso? ─masculló─ ¿Ese bastardo te ha pegado por mi culpa?
─Yo no… Me advirtió que no me acercase a ti.
Se quedó pálido y apretó los labios.
─Así que no es la primera vez, ¿verdad? ¿Es por eso por lo que le tienes tanto miedo? ¿Por qué ya te ha pegado otras veces?
Donghae se agarró las manos.
─Desde que murió mi madre hace dos años. Pero solo… sólo si no hago lo que él dice ─Hyukjae ─susurró cerró los ojos─ No debería haberme visto contigo, pero yo quería… quería tanto estar contigo.
Hyukjae lanzó un juramento y Donghae oyó el sonido de sus pasos sobre la hierba. Entonces abrió los ojos y le vio avanzar hacía el manzano del que en aquella ocasión les había robado la fruta, apoyó una mano contra él y quedó inmóvil unos segundos. Después se dio la vuelta para mirarlo. Tenía una decisión tomada.
─Escápate conmigo.
El corazón empezó a golpearle el pecho.
─Tu trabajo ─balbució─ La universidad…
─Olvídate de todo eso y ven conmigo.
Un suelo, un imposible.
─No me dejará.
─Ven, saltemos la valla ahora mismo. Nos habremos ido antes de que se entere.
─Soy menor ─dijo. Conocía bien el poder del dinero de su padre─ Me encontrará. Y haría todo lo posible para que tú… cuando tenga diecinueve años… ─enrojeció. Él le miraba fijamente y Donghae suspiró─  Seré mayor de edad en algo más de dos años. Cuando tenga diecinueve años podré hacer lo que quiera. Si tú… me iré contigo entonces.
─¿Y hasta entonces? ─le preguntó, mirándole el hombro. ─ ¿Crees que voy a permitir que vuelva a pegarte?
─No haré nada que pueda enfadarle ─dijo, y con una sonrisa triste, añadió─ suelo portarme bastante bien, ¿sabes? Lo que pasa es que… yo quería… quería estar contigo.
Él miró hacia la casa y Donghae comprendió que no se iba a marchar sin mas.
─¡No Hyukjae! ─le gritó, pero estaba ya corriendo hacia la casa y lo oyó.
Tuvo miedo de seguirle, pero sabía que no le quedaba más remedio que volver, y comenzó a subir la colina lenta, muy lentamente.
Estaba casi fuera de los arboles cuando escuchó el griterío. Se detuvo bajo un viejo árbol y vio a Hyukjae en las escaleras, gritando algo que no pudo comprender. Su padre estaba en la puerta. Era una escena como congelada en el tiempo, con Kyuhyun un poco más alejado, de pie junto a su coche y moviendo las manos como si dijese que él tenía las llaves.
Su padre dio un paso hacia Hyukjae.
─Hyukjae ─susurró, como si su miedo pudiese protegerle.
Kyuhyun se volvió hacia el coche y su padre siguió avanzando hacia Hyukjae gritando cada vez más.
Mas tarde, Donghae supo que aquella era la cosa más cobarde que haría en toda su vida, pero dio media vuelta y echó a correr como si los dos estuviesen persiguiéndolo.
Corrió y no dejó de correr hasta que no llegó al final de la propiedad, donde se detuvo y se sentó en la hierba. Estaba temblando, respiraba agitado y los sollozos casi no le dejaban respirar.
No supo cuánto tiempo se quedó allí. Quizás fueron minutos, pero a él le parecieron horas. Hasta que de pronto oyó la explosión. Entonces se dio la vuelta y vio el humo que se elevaba al cielo desde la carretera.
Un coche. Tenía que ser un coche o un camión. Entonces se puso de pie y empezó a correr.
Corrió hacia la casa, pero era todo cuesta arriba y tuvo que aminorar la marcha para no ahogarse, mientras se decía que no fuera alguien que él conociera. No iba a tener nada que ver con él, ni con Hyukjae, ni con Kyuhyun, ni con su padre. Una explosión. Un camión de combustible en dirección al norte.
Pareció que tardaba una eternidad en llegar a la casa. Encontró al ama de llaves en la entrada, mirando hacia la puerta. Donghae tuvo que llamarla dos veces para que lo oyera.
─Un accidente ─le dijo─ Tu padre ha venido a llamar una ambulancia y se ha vuelto a marchar.
El coche de Donghae no estaba en la entrada, ni el de su padre tampoco.
─¿Kyuhyun? ─preguntó casi sin voz. Kyuhyun en la pesadilla de accidente que llevaba años temiendo.
─Y el chico de Lee ─murmuró el ama de llaves─ Se han estrellado contra un árbol en la carretera.

Su padre volvió ese día a casa muy tarde. La oscuridad había empezado a iluminarse con el alba.  Donghae había llamado al hospital y le habían que ni Hyukjae ni Kyuhyun habían ingresado. Había la explosión brillando en el cielo, y si no estaban en el hospital, eso quería decir que ni los médicos ni los hospitales podían hacer ya nada por ellos.
Esperó toda la noche aterrorizado, con el ama de llaves rondando a su alrededor, esperando las noticias que dieran rienda suelta a las lágrimas. Debería haberse ido con Hyukjae cuando él se lo pidió. De haberlo hecho, el enfrentamiento de las escaleras no habría tenido lugar. Kyuhyun, con las llaves, habría sacado el coche y se habría marchado. Su padre no habría estado afuera para verlo marchar y su hermano habría conducido con cuidado y con la rabia de su padre persiguiéndole.
Y Hyukjae estaría vivo.
Cuando su padre volvió, su rostro no dejaba entrever nada.
─¿Hyukjae? ─le preguntó─ ¿Y Kyuhyun? ¿Están…? He llamado al hospital y me han dicho que no habían ingresado. ¿Qué….qué ha ocurrido?
─Les han llevado al hospital del pueblo vecino. Kyuhyun acaba de salir de cirugía. Ese maldito loco se quedará cojo para siempre.
─¿Y Hyukjae?
─Él salió por su pie. Las secuelas que le queden a Kyuhyun serán culpa suya ─añadió con amargura─ Era él quien conducía y, sin embargo, salió del coche por su propio pie. Le llevaron al hospital, pero enseguida le dieron el alta ─y mirándolo con el ceño fruncido, añadió─ y espero que siga andando, y no para hasta estar lejos de aquí. Aunque tampoco importa demasiado, por que tu vas a marcharte. Voy a mandarte a América.
¿Hyukjae estaba vivo! Los dos estaban vivos.
─¿A América? ─le preguntó, pero sólo podía ver a Hyukjae en su cabeza. Hyukjae estaba vivo y él le había creído muerto durante toda la noche.
Intentó componer el accidente. Había sido su coche el que se había estrellado. Su coche, y se imaginó que Kyuhyun se lo había llevado sin permiso. Hyukjae y Kyuhyun en su coche, y él había visto a Kyuhyun con las llaves en la mano. Su padre y Hyukjae discutiendo en las escaleras. Después, él había huido y Kyuhyun debía de haberle dado las llaves a Hyukjae y haberle pedido que condujese. No tenía mucho sentido.
─Te marcharás mañana ─dijo su padre y miró el reloj─ Hoy, el helicóptero estará aquí a las doce para llevarte al aeropuerto internacional de Seúl.
No importaba. Nada importaba. Hyukjae estaba vivo y los años pasarían y un día volvería a reunirse con él.
─¿Dónde está? ─le preguntó sim portarle que la pregunta pudiera enfadar a su padre.
─¿Y cómo demonios voy a saberlo yo?. El ama de llaves te acompañará hasta Nueva York.
¿Cuándo había arreglado todo aquello? El día anterior le había dicho que iría a un colegió privado en la capital y ahora, de pronto, lo iba a mandar a América.
─¿Me vas a mandar a América para separarme de Hyukjae? ¿No te parece que Seúl está lo bastante lejos?
Él se echó a reír con sarcasmo
─No hay lugar en el mundo que esté lo bastante lejos.
Hyukjae estaba vivo, así que tomó aire y anunció:
─Voy a despedirme de él. Me iré, pero no sin antes haberle visto. Y también quiero ver a Kyuhyun.
Su padre se lo quedó mirando con una expresión muy extraña, como si no lo estuviese viendo.
─Yo te llevaré.
Fueron hasta la pequeña casa en la que Hyukjae vivía con su padre y su hermano mayor.
─Voy a verlo yo solo. ─dijo, cuando el auto de su papá se detuvo en la puerta.
No podía creer que había tenido el valor de hablarle así a su padre, pero hasta eso pareció carecer de importancia en aquel momento.
Llamó a la puerta y pasó bastante tiempo antes de que el hermano de Hyukjae saliera a abrir.
─¿Qué quieres? -le preguntó Sungmin sin sonreir.
─Quiero ver a Hyukjae
Sungmin miró hacia el coche y, después de un momento, se encogió de hombros.
─Voy a avisarles.
Donghae había esperado que lo invitase a pasar por que quería decirle adiós a Hyukjae sin que su padre le estuviera mirando, así que hizo ademan de acercarse a la puerta, pero Sungmin le advirtió con la mirada que no lo hiciera.
─Espera aquí afuera. ─le ordenó.
Hyukjae apareció unos minutos más tarde. Tenía el pelo mojado como si acabase de salir de la ducha, llevaba unos vaqueros y una camisa de cuadros y tenía un moretón en la mejilla.
─Hyukjae…
Donghae tragó saliva y esperó a que él dijese algo, pero Hyukjae guardó silencio.
─¿Qué quieres Donghae? ─le preguntó al final.
Donghae apretó los puños.
─El ama de llaves me dijo que Kyuhyun y tu… vi el humo que salía de la explosión y… ¡Dios mío, Hyukjae! ¿Cómo has sobrevivido al accidente?
Él apretó los dientes y contestó en tono neutro.
─El fuego fue después del choque. Salimos del coche antes de que eso ocurriera.
─¿Te has…? ─Hyukjae le miraba sin pestañear y perdió el hilo de lo que estaba diciendo─ Me marcho ─dijo─ Me voy a América.
Él ladeó la cabeza.
─¿Me esperarás?.
La cortina de la ventana que quedaba al lado de la puerta se movió. Sungmin los estaba observando desde dentro; su padre, desde afuera.
─No ─contestó Hyukjae.
Donghae abrió los ojos de para en par.
─Yo no voy a esperarte y tu no vas a volver ─rebuscó en el bolsillo de sus pantalones─ Lo que haya pasado entre nosotros se ha terminado. Olvídalo.
─No estás hablando en serio ─dijo, y los ojos se le llenaron de lágrimas─ Tú… nosotros… yo te quiero, y creía que tú… me querías. Sé que me quieres. Cuando tú…cuando nosotros…
─No sabes nada ─dijo, y su expresión se endureció─ Todo ha terminado.
─¿Eh…? ─Donghae se volvió para mirar a su padre, una sombra amenazante en su carro─ Mi padre me ha dicho que eras tú quien conducía; que había sido culpa tuya. ¡Pero yo sé que ha sido un accidente!
Hyukjae era un buen conductor. Había tomado parte en carreras de autos y los manejaba a la perfección.
─No ha sido culpa tuya ─dijo, con mas fe que conocimiento. Su expresión era dura y la duda creció en su interior.
Entonces se oyó el ruido de la puerta de un coche al cerrarse.
─Vete ya ─dijo Hyukjae después de mirar a su padre─ no hay nada entre nosotros.
─Se marchará hoy mismo ─dijo su padre─ a América.
No podía comprender el tono de su voz. Esperaba que fuera amenazante, pero solo detectó algo más que no pudo identificar.
─Se va a un colegio en América. ─ dijo su padre.
─Bien ─dijo Hyukjae, y el amor que Donghae guardaba en su corazón comenzó a transformase en cenizas.
Hyukjae dio media vuelta y caminó hacia la puerta. Donghae le vio girar el pomo de la puerta; cuando entrara a su casa, no volvería a verlo jamás.
─¡Hyukjae! ─le gritó─ ¡Hyukjae por favor!
Él no se dio la vuelta.
─Te quiero ─susurró
Entonces Hyukjae lo miró, pero sus ojos estaban vacíos. La risa, el amor, la ternura, habían desaparecido, como si jamás hubiesen existido. Ni siquiera quedaba rastro de ello en su voz.
─Sal de aquí ─dijo─ Vete a América.


Donghae se levantó de la cama y caminó hasta la ventana que daba a la playa. Santa Mónica. Hyukjae estaba en su vida después de años de ver su fotografía en las revistas, de mirarle a la cara por encima de una multitud de gente.
Casado con Hyukjae. Hubo una vez que en aquello fue un sueño.
Una vez en que creyó en el amor que él nunca llegó a declararle.
Sal de aquí ─le había dicho─ Vete a América.
Nada podría cambiar aquello. La había gritado su amor y él lo había echado de su vida. Abrió la ventana e intentó borrar el pasado con la cálida brisa del mar
La luna debía estar a punto de salir. Veía su claridad en la superficie del agua, pero no en el cielo.
Hyukjae le había dicho que no podían hablar del pasado. Si daba rienda suelta a sus sentimientos y volvía a quererlo, aquél escollo siempre estaría allí: saber que una vez lo había rechazado.
Incluso podía volver a ocurrir. Cabía la posibilidad de que para él todo fuese físico. Si no ¿Cómo era posible que tan pronto lo deseara como dejara de hacerlo? ¿Qué fuera capaz de encender y apagar su deseo como si fuese un interruptor?
Nunca le había dicho que le quería, ni entonces, ni ahora.
Entonces vio algo moverse en la luz de la luna. Era el brazo de un nadador. El brazo de Hyukjae. El pasado luchaba con el presente en su corazón… ¿sería posible aislarlo y que el presente fuese una nueva vida, desligada del pasado?.
Estaba nadando con fuerza. Desapareció en la cresta de una ola y cuando volvió a verlo, nadaba ya hacía él. Sintió el deseo de correr, de esconderse en la seguridad de su dormitorio, con las puertas de la terraza cerradas y sus propias necesidades escondidas.
Quería que fuese Hyukjae quien acudiera a él; que abriera las puertas de la terraza y dejase entrar la luz en la oscuridad. Que Dios le ayudara si tenía que esperar que Hyukjae dijera que lo amaba. Dios los ayudase si necesita comprender el pasado, porque Hyukjae le había dicho que no quedaba nada para ellos en el pasado.
Había sido una estupidez casarse con Tim sabiendo que su corazón nunca podría olvidar el dolor que Hyukjae le había causado. Había sido una estupidez casarse con Hyukjae cuando sabía que no iba a poder amarlo sin temer la traición. Pero lo había hecho. Había cometido el error con los ojos abiertos, sabiendo que él iba a pedirle más de lo que iba a poderle darle.
Le vio de nuevo dar la vuelta y nadar mar adentro. Volvería cuando estuviera cansado, cuando hubiese gastado toda la pasión que antes había despertado con tanta facilidad en él. Había conseguido que mostrase la necesidad que sentía y después, lo había dejado sintiendo el doloroso pulso de lo inevitable.
Cuando volviese de la playa, se iría al otro dormitorio, y él podría dormir a salvo una noches más mintiéndose, pretendiendo no respirar, comer y dormir llevándole en el corazón; negando haberle estando esperando todos aquellos años; negando que aquella última semana había despertado necesidades nuevas, una magia nueva; negando su deseo de vivir aquella vida nueva que podía atisbar entre sus temores y la negativa de él de hablar del pasado.
Podía huir y ponerse a salvo. Él había roto su contrato y le había prometido que no utilizaría su poder contra él, pero al mismo tiempo, le había dejado claro que no iba a rendirse, que seguiría en su vida.
¿Podría soportar eso? Había cumplido a la perfección su papel de esposo de Tim durante años. No había sido difícil. Pero estar sentado frente a Hyukjae en una mesa sería completamente distinto. Imposible mirar hacia otro lado. Encontrarse con sus ojos haría aparecer el recuerdo de verle de pie frente a él tendiéndole una mano y diciendo: escápate conmigo, como le dijo una vez.
¿Sería en aquel momento cuando dejó de importarle? ¿Habría sido por su negativa a huir con él? Eran demasiado jóvenes entonces, y había tenido miedo. El futuro se había pensado como un desastre ante sus ojos: Hyukjae renunciando a su educación por él. Su padre enviando a la policía porque él era menor de edad, y Dios sabe utilizando qué tipo de influencias para aplastar a Hyukjae.
Pero ahora era él quien tenía el poder. Su padre había muerto.
Hyukjae le había dicho que no usaría su poder contra él, pero en realidad es que no lo necesitaba porqué jamás podría librarse de él. ¿Habría algún lugar en el mundo en el que pudiese librarse de su propio corazón?
Entró a su habitación y de un cajón sacó un pijama de pantalón corto de satén. Se la puso y se miró al espejo. Si se acercaba a Hyukjae vestido de aquella manera, indudablemente, él lo entendería como una invitación. Pero, ¿y si lo miraba como aquella vez lo había hecho en el porche de su casa? Entonces le había gritado su amor, y él se lo había tirado a la cara. Y ahora… Dios lo ayudase, porque seguía queriéndolo.
Volvió a salir a la terraza y escrutó el horizonte. No se le veía en el agua. Seguramente, habría nadado hacía la orilla.
Oyó sus pasos antes de verlo y no supo que hacer, dividido entre el temor y a necesidad de bajar la escalera y olvidarse del peligro y  la confusión.
Vio su silueta iluminada por la débil luz de la lámpara del salón. Iba descalzo, con un bañador de nadador y secándose el pelo con una toalla. Iba hacía su dormitorio.
─Hyukjae… ─lo llamó.
Él se detuvo en la puerta de la terraza que daba a su cuarto.
Donghae tragó saliva.
─Has tardado mucho tiempo el volver.
─Si  ─contestó él, y abrió la puerta─ Buenas noches, Donghae.
Era difícil encontrar las palabras y cómo decirlas, y al final susurró:
─Por favor Hyukjae…
Vio la sombra de sus hombros moverse como si hubiera inspirado profundamente y tuvo la terrible certeza de que, si pasaba por aquella puerta, seguirían estando cerradas para siempre.
─¿Podemos hablar… por favor?
Sabía que no iba a ser capaz más que balbucir si él le pedía que se explicase, pero también sabía que si le dejaba entrar a esa habitación, lo lamentaría.
─No ─dijo, con una voz tan vacía como si hubiese dejado todas sus emociones en el agua─ No ─repitió─ No podemos hablar. Esta noche, no.
Donghae hizo ademán de retenerle con un brazo y él miró hacia otro lado.
─Mejor que no hables conmigo esta noche.
─¿Por qué no? ─susurró. Cualquier cosa para que no se marchara.
─Éste juego de esperar no me pareció bastante razonable cuando lo planeé, pero esta noche, no. Hoy no tengo paciencia, y no sueñes que vas a obtener comprensión de mí.
─No me importa ─murmuró.
Le bajó la mano de la puerta.
─Donghae… no estás a salvo conmigo esta noche. Da media vuelta, entra en esa habitación, y cierra bien la puerta porqué si tan solo dejas un resquicio, entraré. No estoy para juegos esta noche.
Donghae intentó respirar, pero sus pulmones habían menguado hasta hacerse demasiado pequeño.



4 comentarios:

  1. Ahhh
    Necesito saber que fue lo que paso!!!!
    Mi corasoncito no puede con esta incertidumbre!!!! (?)
    Porfis! Que paso el día de ese accidente!????
    Ahhhhhh

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  2. OH YA NO PUEDE MAS AGUNTA MONITO CALENTURIENTO Y PAPA TA METICHE

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  3. Vivir del pasado no deja nada bueno,aunque a veces se aprende de los errores o al saber algo se corrigen cosas...hay también cosas del pasado que solo dañan el presente.
    Hae tiene sus razones para saber qué due lo que paso en su tiempo...pero asi mismo Hyuk tiene el derecho de no decir nada,por algo será,quizás saberlo ayude o a lo mejor solo lo lastine,una razón debe de tener.
    Como ya he dicho,es evidente que a Hae le acultaron cosas,las trasquiversaron o solo le dijeron "la verdad" a medias...he aquí las consecuencias...en los dos,porque a Hyuk también le han de haber dicho algo que lo hizo actuar asi...y la tranquilidad del padre de Hae,da mucho que pensar.
    Hae no quiere hablar...no con ese atuendo y Hyuk lo sabe,por eso mejor le pude que se vaya y se proteja.

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  4. Ahhhh los amo *w* EUNHAE <3 siento que ese Kyu esta detras de todos estos mal entendidos :( ojala puedan estar juntos sin ningun obstaculo mas TvT
    Uff! Es mucha la tension que desborda el EunHae en este fic cada que estan juntos.
    Gracias por el cap

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...