Soulmate (DH3)- 5




Sungmin dejó la bolsa con ropa en el mostrador mientras la puerta se cerraba de golpe.

–Supongo que no necesitarás esto después de todo.

–Lo siento. –Se apoyó contra el mostrador y lo miró–. Entonces, dime como conociste a Hyukjae.

Sungmin se encogió de hombros.

–Vendo mis artesanías en un puesto al lado de Judith. Hace un par de años, ella trajo a este tipo audaz para trabajar con ella vestido con una remera ajustada y pantalones cortos. Hyukjae realmente tenía el pelo largo en ese momento. De cualquier manera, había un gran grupo de jóvenes y mujeres que se habían reunido para mirarlo. Judith pensó que era un desastre, pero hice tanto dinero vendiendo bocetos de él que no me importó.

Kyuhyun frunció el ceño mientras una ola muy peculiar de celos le traspasaba. Y antes de que se pudiera detener a sí mismo, le preguntó

–¿Conservas alguno de esos bocetos?

–Sólo tenía uno, y se lo di a Donghae hace aproximadamente un año.


Más aliviado que lo que admitiría, Kyuhyun lo miró mientras él lo miraba. Su mirada siguió la curva de sus labios, la línea de su mandíbula, y le hizo ansiar poseerlo, besarle los labios una vez más.

–Sabes, eres realmente guapo cuando sonríes.

–¿Lo soy? –preguntó, sintiendo una extraña satisfacción.

–Sí, lo eres.

Sungmin tragó mientras se daba cuenta que Kyuhyun ya no tenía ninguna razón para quedarse allí. No es que a él le importara; debía regresar a su trabajo. Y al mismo tiempo no quería que se fuera.

–Supongo que ahora te irás ya que estás todo vestido.

Él miró de reojo la luz del sol.

–Lo siento pero no puedo irme antes que el sol se esconda.

–Oh –Sungmin trató de ahogar el vértigo dentro de él.

Él se aclaró la voz.

–Si tienes cosas que hacer...

–Oh no –dijo Sungmin rápidamente, luego hizo una pausa–. Digo, yo... um... sería rudo, muy rudo, dejarte solo aquí. Especialmente cuando no tengo una TV o cualquier otra cosa que puedas hacer. –se relamió los labios–. Entonces, puesto que no puedes salir, que te gustaría hacer por el resto de la tarde?

–¿Honestamente?

–Sí

–Nada me gustaría más que hacer el amor contigo.

Sungmin dio marcha atrás, sobresaltado ante la franqueza de Kyuhyun. Pero más que eso, estaba aturdido, ya que quería lo mismo y apenas lo conocía. Y aun así no podía negar cuánto deseaba hacer el amor con él.

Cuánto deseaba acariciar cada pulgada de ese cuerpo poderoso.

Su lujuria no le parecía incorrecta. Parecía extrañamente correcta y simplemente natural. De una forma extraña sintió como si ya lo conociera. Como si se supusiera que ellos debían ser mucho más íntimos que dos extraños que se habían encontrado casualmente en una calle oscura.

Lo deseaba a un nivel que no alcanzaba a comprender.

–No te andas por las ramas, ¿no? –preguntó impertinentemente.

–No –contestó, con sus ojos quemándole con ardiente potencia–, yo no.

El poder de su deseo le recorrió, cautivándolo. Él era tan intenso, tan hipnótico. Y se encontró inexplicablemente atraído por él.

Él extendió la mano y tocó un mechón de su pelo. El deseo se enroscó a través de sus venas, excitándolo. En ninguna otra parte sus cuerpos se tocaban, pero juraba que podía sentirlo con cada célula de su cuerpo.

Sungmin se estremeció con necesidad. Con calor.

Con deseo.

Se inclinó y murmuró en su oído, su respiración rozándole la piel.

–Siempre he sido un firme creyente de vivir el momento. En tomar lo que quiero cuando lo deseo. Y ahora mismo, Sungmin, yo te deseo. Quiero saborear cada centímetro de tu cuerpo. Sentir tu respiración sobre mi cuello mientras te hago el amor. Explorar con mi lengua cada parte de ti hasta que me ruegues que me detenga.

Tembló de la forma en que dijo eso.

–La vida es corta, supongo.

Kyuhyun rió suavemente mientras le acariciaba la mejilla con sus labios.

–Más para unos que para otros.

Sungmin inspiró profundamente mientras la seriedad caía sobre ellos. El humor de la habitación no sólo era serio, el aire entre ellos era cada vez más cargado. Con electricidad sexual.

Kyuhyun movió su boca peligrosamente cerca de la suya. Lentamente.

Tentadoramente.

El tiempo se detuvo mientras esperaba que sus labios lo reclamaran. Mientras esperaba, para saborear su pasión otra vez.

Luego, le tomó entre sus brazos y lo besó tan posesivamente que le dejó sin aliento.

Sungmin gimió mientras lo saboreaba con sus labios y con su corazón. Él invadió cada sentido que poseía. Sus músculos se abultaban y se flexionaban bajo sus manos en tanto su lengua se frotaba contra la suya. Lo escuchó gruñir bajo y profundo en su garganta, como una bestia desenjaulada.

Cómo le gustaba la forma en que este hombre se sentía en sus brazos. El perfume a cuero y a Kyuhyun invadió su cabeza y le hizo tambalear. Kyuhyun lo rodeó con la fuerte dureza de su cuerpo.

Sintió su deseo mientras su erección presionaba contra su estómago, y lo encendía, haciéndole ansiar su cuerpo, sus caricias. Lo deseaba dentro de su cuerpo tan desesperadamente que lo dejó estupefacto. Nunca en su vida había deseado a un hombre como a éste.

Lo levantó en sus brazos, soportando su peso mientras profundizaba el beso. Sin esfuerzo alguno, sus manos firmes sostuvieron su trasero contra sus caderas mientras su protuberancia presionaba su centro. Gimió ante el contacto íntimo con el cuero y el hombre.

Devolviéndole el beso tan duramente como podía, envolvió sus piernas alrededor de su cintura.

Sintió su risa satisfecha rugir fuera de su cuerpo.

¿Oh, cariño, qué estás haciendo?

Sungmin oyó su razonable voz en su cabeza. No había tenido una relación de una noche, o en este caso de un día desde la universidad. La única vez que lo había hecho, se había sentido tan barato después, que había jurado que nunca lo haría nuevamente. Y acá estaba, próximo a repetir ese fiasco. Dios mío, no sabía nada de este hombre. Ni siquiera su apellido.

–Me gusta como te siento, Sungmin –suspiró contra sus labios.

Sungmin no podía pensar claramente. Él sumergió la cabeza en su cuello donde sus labios lo quemaron. Sus dientes le rasparon la piel mientras le mordía tiernamente.

Estaba a punto de decirle cuán filosos eran sus dientes cuando le dio un estremecedor lametazo caliente a su piel.

Sus pensamientos se esparcieron por todos lados.

El hombre era simplemente demasiado delicioso, no podía dejarlo ir sin haber probado ese cuerpo delgado y duro. Le sacó la remera por la cabeza y recorrió con sus manos el pecho y el tatuaje. ¡Oh, sí. deseaba esto!

¡Lo deseaba a él!.



Kyuhyun le dio una sonrisa con labios apretados mientras veía el hambre crudo en sus ojos café oscuros. Iba a saborear a este hombre.

Hasta la última diminuta pulgada suya.

Debido a su pasión y su pasión de vivir, sólo podía imaginar lo buen amante que Sungmin sería.

Había pasado bastante tiempo desde que hubiera encontrado en alguien que le fascinara. Como Dark Hunter, había escogido a sus amantes al azar, sabiendo que nunca los vería otra vez.

Por siglos, se había contentado con sexo de una sola noche. Con parejas deseosas que no querían nada más de él que las pocas horas de placer que les podía dar.

Los había encontrado a todas en la oscuridad de la noche. Nunca a la luz del día.

Después de una conversación mínima, los había montado salvajemente, y al terminar, se habían ido por caminos separados. La mayoría de las veces, ni siquiera se había tomado la molestia de preguntarles sus nombres.

Pero en el fondo de su mente, sabía que algo era diferente esta vez. Algo era diferente acerca de Sungmin.

No podía contar cuántos siglos habían pasado desde que compartiera una risa real con un amante. Y este joven lo hacía reír. Lo volvía loco.

Mejor aun, lo hacía arder.

Sungmin había tropezado con su mundo y lo había puesto al revés. Había tocado las emociones que había enterrado hacía mucho tiempo. Le dio sentimientos que no entendía. Se sentía como un niño en la mañana de Navidad, sobrecargado con vistas y olores. Sus sentidos lo estaban abrumando con necesidad.

Con deseo por él.

Su cabeza dio vueltas al sentir como se envolvía alrededor de él. El calor de sus muslos quemaron su cintura en tanto sentía su erección contra su estómago.

Regresando a sus labios, lo llevó a la cama y lo acostó sobre el colchón. Sin soltarse del abrazo, se colocó encima y lo besó completamente, profundamente. Probó la calidez de su boca y escuchó sus gemidos de placer.

Cerrando los ojos, inspiró su perfume único y dejó que lo inundara.

Kyuhyun lo desnudó, tirando su ropa al piso. Sungmin se sintió más que físicamente desnudo delante de él. Por alguna razón también se sentía espiritualmente desnudo. Era como si pudiera ver profundamente dentro de él de alguna forma, como si conociera cosas acerca de él que nadie más sabía.

Como si estuvieran conectados en un nivel que transcendía el vínculo físico.

¡Al fin! Pensó, cuando volvió a acomodarse sobre él. Sungmin siseó ante lo maravilloso que él sabía. Toda esa piel lujuriosa. Adoraba el sabor de la mandíbula de un hombre.

Ninguno había tenido un sabor más perfecto. Su erección era enorme. Echándose hacia atrás ligeramente, observó su cara mientras le abría los pantalones y lo tocaba por primera vez.

Él cerró sus ojos y gruñó profundamente en su garganta mientras se mecía suavemente en contra de sus manos. Oh, le gustó como lo sentía. Estaba tan duro y listo para él.

Sungmin movió su mano más abajo, hasta poder ahuecar el calor suave de él en su palma.

Kyuhyun gimió de placer. Se sentía tan increíblemente bien que lo sostuviera de esa forma. Había tenido sexo más veces de las que podía contar, y aun así había algo nuevo en esta experiencia.

Algo fresco.

–Simplemente amo este tatuaje –dijo Sungmin mientras lentamente lo trazaba con su lengua bajando por su espalda.

–Amo cuando haces eso –dijo, lanzando sus botas y pantalones hacia la esquina. Se aferró al borde de la cama mientras él seguía explorando su espalda con la boca.

–¿Tiene un significado especial? –Kyuhyun cerró sus ojos mientras Sungmin regresaba a seguir las marcas con su lengua

–Son símbolos célticos para la protección, el poder, y la longevidad. –Kyuhyun apretó los dientes ante la ironía. Su tío no había tenido idea lo que le aguardaba a su sobrino cuando había colocado esas marcas en su piel. Cuán larga sería su vida.

–No puedo creer que tu tío hiciera esto. Mi padre se intimidó cuando vio el mío.

Kyuhyun lo miró sobre su hombro.

–¿Tienes un tatuaje?

Apoyó su pierna izquierda alrededor de su cintura y le mostró la parte interna del tobillo. Era un sol celta muy pequeño, con el símbolo dentado para la creatividad.

Sonriendo, lo recorrió con la mano.

–Muy bonito.

–Sí, pero dolió por días. No puedo imaginar cuánto peor ha debido ser el tuyo.

No tenía idea. Especialmente desde que había sido creado mucho tiempo antes de que existieran las agujas esterilizadas. Su tío meticulosamente había insertado el diseño en su cuerpo, por medio de golpecitos durante tres meses. Algunas veces se habían infectado y sólo las habilidades herbarias de Shengmin le habían salvado la vida.

–No fue tan malo.

–Ooh –dijo Sungmin en broma, arrugando la nariz–. El Señor Tipo Rudo.

–¿Preferirías que dijera que dolió?

–Nunca duele admitir que sentiste dolor.

–Nene –dijo él quedo–. No siento dolor. En toda la vida.

Lo miró sorprendido.

–¿Realmente? ¿Ni siquiera uno pequeño? –negaba con la cabeza mientras suprimía las emociones. No se atrevía a permitirse sentir el dolor de todo lo que había perdido. Aún después de todos estos siglos, lo destruiría.

–Es un desperdicio de tiempo y energía. También agota a la mente y te hace débil.

–Pero sin dolor, no puedes tener alegría. Es el equilibrio lo que nos hace apreciar los extremos.

Bueno eso era un concepto profundo. Muy profundo, considerando que estaban desnudos, sentados en su cama.

–¿Siempre filosofas mientras estás desnudo con un hombre?

Sungmin mordió su hombro traviesamente con los dientes.

–Es bastante difícil encontrar a un hombre que esté dispuesto a hacer eso. –Bajó la mirada hasta su pecho–. Imagino que sería mucho más fácil si no te viese tan condenadamente bien sin tus ropas.

Gimió mientras bajaba la cabeza y tomaba uno de sus pezones en su boca. Se recostó en la cama arrastrándolo con él.

Kyuhyun suspiró al sentir su aureola arrugada bajo su lengua. Rozó con su mano la curva de la cadera, su muslo suave, hasta que pudo tocar la parte que más ardientemente deseaba.

Sungmin gimió y tembló mientras él cuidadosamente separaba sus redondos pliegues y atormentaba su hendidura.

Oh, sí, él quería esto. Quería ver su cabeza contra las almohadas y oír su grito cuando se corriera por él.

Sungmin le aferró firmemente la cabeza contra su pecho mientras abría mas las piernas, dándole un mayor acceso a su cuerpo. Ardía y latía al sentir su mano acariciándole. Y cuando introdujo sus dedos en él, gritó fuertemente.

Su cuerpo ardía por el de él de la forma más increíble. Era tan caliente y feroz que le hacía temblar de necesidad.

Incapaz de esperar más, bajó la mano entre sus cuerpos a fin de poder guiarlo profundamente dentro de su cuerpo.

Gimieron al unísono.

Sungmin arqueó la espalda, arrastrándolo aún más profundo.

Era tan duro y caliente, tan completo. Nunca había sentido nada mejor que él llenándolo.

Tenía tal forma de mover sus caderas mientras se deslizaba adentro y afuera, duro y profundo. Lo atormentaba con sus manos, sus dedos le acariciaban al mismo tiempo que sus empujes. El placer de su toque impregnó cada fibra de su ser.

Y cuando se corrió, el orgasmo fue tan intenso que gritó.

Kyuhyun gruñó ante el sonido de su éxtasis mientras su cuerpo se aferraba al de él. Gritando se estiró y lo arrastró encima.

Luego, hizo la cosa más extraña de todas... acarició con la nariz su cuello y su cara, dejando caer besos por toda su mejilla y hombro. Kyuhyun se congeló.

Sus brazos lo mantuvieron apretado, mientras envolvía su cuerpo alrededor del suyo. La ternura de su toque y sus acciones lo punzaron, penetrando a través del férreo control que mantenía sus emociones.

Era como si Sungmin realmente se preocupara por él. Como si significara algo para él. Como si le estuviera haciendo el amor a él. Sólo un joven lo había sostenido así... Apenas podía respirar. Por primera vez en mil quinientos años él sentía que realmente le estaba haciendo el amor a alguien y no solo satisfaciendo un deseo primitivo.

No, éste no era sexo sin sentido.

Él le sentía. Se sentía conectado. Sentía como si fueran más que desconocidos sin ataduras entre ellos.

Cuando se corrió en sus brazos, tembló hasta el centro de su maltratado y cansado corazón. Yació allí, vulnerable y aterrorizado.

No, él no podía haber sentido eso. Él no podría tener estos sentimientos por Sungmin. No era posible. Estaba equivocado. Lo que tuvieron fue sexual. Sexo increíblemente genial, pero nada más que eso. Sexo.

Simple.

Básico.

Elemental.

Y se lo iba a probar a sí mismo de una u otra manera


Sungmin yacía completamente satisfecho, respirando trabajosamente, regresando muy lentamente a la deriva a sí mismo. Ese fue el orgasmo más increíble que alguna vez había experimentado. No podía creer la forma en que lo había sentido, la forma en que le había tocado.

Mantuvo su cabeza cerca de su corazón y sintió su respiración desigual contra su pecho. Lo acunó con su cuerpo entero y absorbió su cálido peso.

Acostumbrado a hombres que rápidamente se salían de encima después de correrse, no estaba preparado para cuando Kyuhyun se dio vuelta sobre la espalda y lo jaló para atravesarlo sobre su pecho.

–¿No pensarás que ya he terminado, no? –preguntó él en su oído.

–Bueno, sí.

Él se rió.

–Lord Sungmin, apenas he comenzado.

Para su delicia y temor, él confirmó esas palabras en el transcurso de las siguientes horas: Hicieron el amor en la cama, en el piso, en el sofá. La tomó en tantas posiciones diferentes que sintió como si él estuviera recreando el Kamasutra.

¡Oh cielos, el hombre se sentía increíble! Él tenía más energía que un equipo entero de atletas y era completamente atrevido cuando le hacía el amor. Nunca había estado con un hombre y se había sentido así a gusto con su cuerpo y sus expectativas.

Un hombre como éste era difícil de conseguir. Después que acabaron en la barra, la cual nunca podría mirar otra vez sin sonrojarse, Kyuhyun se paró desnudo, mirando dentro de su refrigerador con sus dos trenzas detrás de su oreja mientras buscaba comida.

Él inspiró abruptamente entre sus dientes y se enderezó.

Sungmin le sonrió tan traviesamente que se ganó un rápido beso antes de que regresase a la búsqueda en su heladera.

–¿Milord, tienes algo hecho de carne?

Sungmin pasó la mano a través de su espalda, calmando las marcas rojas en donde le había hundido las uñas durante su último orgasmo.

–Tengo hamburguesas de soja, y recogí algunas barras de cereales, germen de trigo, y harina de avena mientras estaba fuera. –Él realmente lloriqueó–. Lo siento. Soy estrictamente vegetariano.

Él suspiró.

–Y yo soy estrictamente carnívoro.

Sungmin se chupó los labios y sonrió al recordar sus mordiscos y pellizcos juguetones en su carne.

–Me di cuenta.

Giró hacia él y acercó su cuerpo desnudo contra él. Besó sus labios como si aún pudiera saborearlo después de todo lo que habían hecho esa tarde. Luego, se echó para atrás.

–A pesar de lo mucho que te deseo otra vez, necesito algo más para alimentarme que tu ardiente y lujurioso cuerpo.

Agarró el queso de soja del estante de arriba y las galletas saladas de harina integral que tenía en la barra. Sungmin empezó a advertirle sobre el queso, pero cambió de opinión. Necesitaba algo más aparte de él para morder, aunque para ser sincero, le gustaba ser su juguete para masticar. El hombre era insaciable, y lo mejor de todo, era un campeón en lo que hacía.

–Entonces dime, si no estuviera aquí, ¿qué estarías haciendo hoy?

–Estoy seguro que probablemente me sentaría más cómodamente, en primer lugar.

Con cara divertida, bajó su cabeza para acariciar con la nariz el cuello.

–¿Puedo darte un masaje para hacerte sentir mejor?

Sungmin siseó ante su voz profunda y sensual.

–Tu masaje es lo que me metió en problemas.

Recorrió con su lengua la clavícula, luego se echó hacia atrás y comió una galleta salada. Se ahogó.

Sungmin le paso el vaso con agua. Kyuhyun la tragó rápido y la miró con ceño.

–¿Qué tan vieja es esta cosa? –comprobó la fecha de vencimiento del queso y frunció más el ceño–. ¿Soja? –dijo cuando finalmente reconoció el paquete–.¿Me dejaste comer queso de soja?

–Es bueno para ti.

–Es repugnante.

–Oh –dijo, como si le hablara a un niño–. Pobre bebé. Estoy tan apenado.

–No, no lo estás.

–No, verdaderamente. Siento no tener cualquier cosa que pueda ingerir un macho grande como tú.

Kyuhyun se sentó hacia atrás y sacudió la cabeza. Debería haber pedido a Kangin que le trajera una hamburguesa con sus ropas. Aún así, había disfrutado el día con él.

Aún si eso significaba comer cosas que deberían estar clasificadas como desperdicios tóxicos.

Encogiéndose, alcanzó otra galleta, más preparado esta vez para el sabor repugnante. A pura fuerza de voluntad, engulló seis galletas saladas con queso, aunque apenas quitaron el borde de su hambre.

–¿Estás realmente muy dolorido? –preguntó.

Tomando todo en consideración, debería estarlo, pero su toque era tan tierno que no lo estaba.

–No lo estoy. ¿Y tú?

–Nunca mejor.

Se reclinó en el piso y lo empujó a través de él. Sungmin lo montó a horcajadas, para su asombro, estaba duro otra vez.

–¿Nunca te cansas?

Él ahuecó su cara en sus manos y le dirigió una mirada fija, seria.

–Eres tú, amor. Definitivamente tú. Con cualquier otro, me habría acomodado y estaría durmiendo hace horas.

–¿Lo dices en serio?

Él condujo su mano hacia su hinchada verga

–¿Qué piensas?

–Pienso que debería haber tomado más vitaminas esta mañana.

–Y yo pienso que aún hay varias posiciones que no hemos probado.



Kyuhyun despertó en la cama de Sungmin justo a la puesta del sol. Sonrió con placer somnoliento mientras olía el perfume de trementina y patchoulí en su piel.

Sungmin.

Todavía estaba acunado entre sus brazos, profundamente dormido. Para su asombro, sintió que su cuerpo comenzaba a endurecerse otra vez. Después de esta tarde, debería estar saciado por uno o dos días mínimo, si no por una semana completa.

Debido a eso, no debería poder moverse.

Aun así quería tomarlo otra vez. Ahora mismo. Quería sentir sus brazos y piernas envueltas a su alrededor, sosteniéndolo cerca mientras se perdía a sí mismo con la sensación de su cuerpo deslizándose contra él.

Sólo Shengmin lo había hecho sentirse así. Había sido completamente insaciable con él. Mirarlo era arder.

Quería pasar el resto de la noche dentro de Sungmin. Sentir su respiración contra su cuello mientras se enterraba en su calor húmedo una y otra vez.

Pero no podía. Se suponía que debía encontrarse con Shindong.

Sin mencionar que habían Daimons en la calle listos para matar, y tenía que proteger a la gente inocente.

–¿Kyuhyun?

Interiormente, se encogió ante el sonido de su voz somnolienta. Había esperado hacer una salida silenciosa mientras él dormía. Cómo odiaba las salidas confusas.

–Buenas noches, amor –murmuró él, besando su frente. El le dirigió una sonrisa que lo deslumbró.

–¿Te estás yendo?

–Sí, tengo que encontrarme con alguien.

–Ok –le dijo.

Sungmin se levantó de la cama, y se envolvió con una sábana.

–Fue realmente genial conocerte, Kyuhyun. Gracias por un día maravilloso.

Lo dejó solo.

Kyuhyun frunció el ceño. Esta era normalmente la parte en donde sus amantes le rogaban que se quedara, al menos un poco más de tiempo. Donde le decían que era el mejor amante que alguna vez habían conocido y luego lloraban ante el pensamiento de nunca tenerlo otra vez.

Pero Sungmin parecía completamente de acuerdo con su partida. No parecía sentir la más mínima tristeza.

¿Qué era esto?

Salió de la cama y dejó la habitación para encontrarlo en la cocina, sosteniendo un pastel de arroz entre sus dientes mientras se servia una taza de jugo rosado.

–¿Sungmin, estás bien?

Se sacó el pastel de arroz de la boca y lo miró.

–Estoy bien.

Su cara empalideció un poco.

–¿Oh, Dios, no irás a ponerte posesivo o extraño conmigo ahora, no? Por favor dime que no eres uno de esos tipos de los que Sungjin me contó, de esos que tienen un poco de sexo con alguien y luego creen que lo poseen.

¿Un poco de sexo? ¡Un poco de sexo!

Kyuhyun se quedó sin palabras. Estaba acostumbrado a dejar a sus amantes, pero esta vez era la más fácil que había vivido, y lo encontró extrañamente desconcertante.

Perturbador.

Humillante.

Especialmente después de la forma en que los dos se habían llevado. Ésta había sido la mejor maratón de sexo que alguna vez había tenido. Sungmin había igualado su pasión y energía de un modo que había sido increíble.

¿Ahora estaba bien con él simplemente saliendo por la puerta?

–¿Estás seguro que está bien? –preguntó otra vez.

–Mira, está bien, ¿sí? Sabía cuando accedí a esto, que tú no estarías rondando después. No soy estúpido, sabes. Soy un chico grande. Tú también lo eres y estoy seguro que tienes una vida a la que regresar. –El pánico paso por sus ojos–. Oh Dios, no estás casado, ¿no?

–No, no lo estoy.

Dejó escapar un suspiro de alivio.

–Entonces, ningún daño, ninguna culpa. –Cruzó la corta distancia hasta la heladera para devolver la jarra de jugo.

–¿Sungmin?

Hizo una pausa para darle una mirada resentida.

–¿Qué, Kyuhyun? ¿No estás teniendo ansiedad por la separación, no? Hoy estuvo divertido y valió la pena, pero debo regresar al trabajo. Tengo una tonelada de cosas que necesito hacer esta noche.

–Sí, pero... –no terminó la frase. Se rehusaba.

–¿Pero…?

Él mantuvo su mandíbula cerrada. Muy bien, si quería que se fuera, entonces él se iría. Igualmente no debería haber pasado el día con él. Tan cerca de Mardi Gras, no podía distraerse. No importa si venía en la forma de un tentador de pelo oscuro.

–Nada –dijo.

Él se vio aliviado.

–Ya que tienes que encontrarte con alguien, toma una ducha mientras hago algo para cenar. –Kyuhyun se duchó, pero cuando terminó, rechazó comer su ensalada de tofu y bistec de soja.

–Gracias otra vez, Sungmin –dijo mientras se colocaba la campera sobre la remera. –realmente tuve un muy buen día.

–Yo también –dijo sonriendo mientras masticaba su ensalada y ojeaba una revista de arte.

Aún no podía creer lo bien que se estaba tomando el que le dejara. Maldición. Una parte de él esperaba que le rogara que lo llamara. Preguntara su e-mail. Algo. Pero Sungmin no lo hizo.

Hombre, como odiaba el siglo XXI. Sungmin levantó la cabeza cuando se apresuró hacia la puerta.

–Cuídate, Kyuhyun, y en el futuro, por favor prueba a permanecer fuera del camino de las carrozas de Mardi Gras, ¿ok?.

Kyuhyun levantó la ceja, estupefacto.

–¿Cómo?

–No recuerdas la última noche, ¿cuándo no podías moverte?

Kyuhyun asintió con vacilación, incapaz de creer que eso era lo que se había estrellado contra él.

–¿Fui atropellado por una carroza de Mardi Gras?

–Sí, fue Baco.

Ahora esto añadía un insulto a la herida. Ahora, sólo esperaba que Minho no se enterase. Nunca.


6 comentarios:

  1. Ya sabía yo que el Kyumin se iba a dar duro y parejo.
    Daría mi vida por la versión kyuminezca del kamasutra.
    Me parece que la versión superada de Min no es muy del gusto de Kyu, es más me encantó el fue hermoso y cuídate con el que lo despacho del departamento salvo que a Kyu no le hizo mucha gracia

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  2. Ya sabía yo que el Kyumin se iba a dar duro y parejo.
    Daría mi vida por la versión kyuminezca del kamasutra.
    Me parece que la versión superada de Min no es muy del gusto de Kyu, es más me encantó el fue hermoso y cuídate con el que lo despacho del departamento salvo que a Kyu no le hizo mucha gracia

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  3. ahh!!!! Dios!!!! jajaja a Kyu le dio a Min como a violin prestado, duro contra el muro, el suelo, la cama, el sofa y la barra!!
    jajajjajajaj
    esos dos me van a matar de la risa, Min cada vez deja mas sorprendido y confuso a Kyu!!!
    jajajajja que capitulo tan genial!!!
    imaginarse a esos dos en esas es tan ajksfhahsdgfyasdgtagfsjdfhgasfajsfa
    me encanto!!! gracias!

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  4. Hahah de seguro Kyu y Minnie se conocen de una vida pasada(?) jdjfjdj pobre Kyu todo desconcertado porque le deja ir así nomás xD estoy follan como conejos Haha aunque Min es conejo xD espero un nuevo Capi con ansias *^*

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  5. Pues a mi me queda la duda de que es lo que pensaba SungMin mientras KyuHyun se despedía, porque con la tarde que se han pasado dudo mucho que le importe tan poco, si un poco más y salen chispas de esos dos. Pobre KyuHyun se sentía abandonado xD Vamos a ver como será su próximo encuentro.

    Yo sigo con las sospechas sobre ShengMin y SungMin xD

    Gracias por el cap!!

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  6. Ok.......el KyuMin nos esta poniendo cardiaca la situación,y ninguno de los dos tiene llenadera.
    Kyuhyun se va porque el deber le espera,y Sungmin se resigna por que así debe ser,solo fue algo de un día,aunque aquí el afectado sea Kyu,pero no dudo que Min sienta un vacio con la partida de Kyu.
    Gosh,este par no dejo lugar sin bautizar *0*
    No sé,mucha y muy buena interacción entre ellos. A veces nos desespera que no concreten algo desde el inicio,pero esto me da mala espina,y más con eso de que kyu siente una afinidad con Min,y luego los nombre "parecidos",los tatuajes,el gusto por algo.....esto se va a poner mal....lo sé

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...