Marcado VI- 13




—Tú y mi hermano, ¿eh? —Había estado preparándome para esta conversación toda la noche. Hasta ahora había tenido suerte, la mayor parte de la noche fue acaparada por charla de bebes y Zhoumi poniéndose al día con el resto, pero sabía que no había forma de evitar este tema toda la noche.
Donghae y Heechul se habían perdido en asuntos de appás, Key estaba en una profunda conversación con su cuñado Taemin. Estaba interrogando al rubio sobre la condición actual de su propio hermano. Sungmin me había enviado un mensaje hace una hora de que intentaría llegar, pero había habido una emergencia en el hospital. Todo eso condujo a Zhoumi viendo la oportunidad de preguntarme qué estaba sucediendo entre Kangin y yo, y moviéndose para matar.
Sus ojos eran del mismo color que los de Kangin, lo que era un poco desconcertante cuando me miraba fijamente. No podía distinguir si hizo la pregunta esperando una respuesta sencilla o una explicación, o si solo estaba declarando el hecho de que estaba, de hecho, durmiendo con su hermano de una manera extremadamente frecuente. Me aclaré la garganta un poco nervioso e hice rodar la botella de cerveza que estaba sosteniendo entre mis palmas.
—Me gusta. —Hice una mueca cuando sus cejas negras danzaron hacia arriba, y le di un encogimiento incomodo—. Me preocupo por él.
Por cómo iban las cosas, estaba en camino a estar locamente enamorado de él, a pesar de que el viaje me estaba provocando un traumatismo cervical. Nunca sabía cuál Kangin iba a conseguir cuando fuera a su casa después de que el Bar cerrara o cuando él apareciera en mi puerta durante la noche.
A veces era el divertido y encantador coqueto que estaba solo para el placer y los buenos momentos. A veces era el chico tranquilo y melancólico atrapado en el pasado obviamente ahogándose en remordimientos, pero incapaz de seguir adelante. A veces era el hombre rudo y demandante que quería más de lo que estaba dispuesto a darle, el hombre que todavía le gustaba presionar y practicar juegos. A veces era el hombre ingenioso que obviamente estaba destinado a otra cosa que servir en un bar de mala muerte.
Toleraba todas esas versiones de él, porque más a menudo que no, obtenía al chico con el que quería estar por siempre. La ingeniosa versión, demasiado-inteligente-para-su-propio-bien, diabólica y fácilmente entrañable de Kangin, que solo hacía su aparición cuando olvidaba preocuparse por todas las cosas que había hecho e ignoraba todas las formas en las que esta significativa cosa innegable entre nosotros podía salir mal. Ese hombre hacía que tolerar y navegar en torno a todos los demás valiera la pena y es- fuerzo si solo aparecía de vez en cuando.
—Preocuparse por Kangin puede ser una tarea agotadora. —La voz de Zhoumi era ronca, incluso aún más por el tequila que había estado bebiendo a un ritmo constante por la mayor parte de la noche. Si hubiera bebido tanto como él, estaría en el piso en posición fetal bajo la mesa. Zhoumi ni siquiera parecía borracho mientras sus ojos estaban fijos en los míos. Podía sentir su peso y dimensionar como se sentía acerca de mi relación con su hermano mayor.
—Puede ser. —Pero cuando el Kangin que yo quería amar se encontraba cerca, valía la pena el cansancio.
Ambos nos dimos la vuelta para mirar hacia la barra, en donde Kangin observaba nuestro intercambio con ojos entrecerrados. El Bar se hallaba bastante lleno, por lo que Dixie y el chico nueva nos habían estado atendiendo la mayor parte de la noche. Él se detuvo para abrazar a su hermano y plantar un fuerte beso en mi boca con una mirada de advertencia para Zhoumi antes de que se dirigiera de regreso a la barra. Era una declaración que no podía dejar pasar. Sabía que iba a querer intervenir en la situación, pero hasta ahora no había ido realmente como esperaba. En vez del interrogatorio u obvia desaprobación, parecía extrañamente curioso mientras me observaba mirarlo.
—Aún me preocupo por él todo el tiempo. —La comisura de su boca se elevó en una sonrisa—. Cada día tengo que luchar conmigo mismo para no llamar y comprobarlo. Una de las cosas más difíciles que he hecho, fue dejarlo aquí justo cuando las cosas comenzaban a salirle bien.
Aclaré un poco mi garganta y me moví en la silla.
—Parece bastante hábil para cuidarse, y uno de sus mayores temores es que va a decepcionarte de nuevo, por lo que se mantiene por el buen camino.
Resopló y su flequillo revoloteó sobre sus cejas alzadas.
—Con certeza, es un sobreviviente, pero hay una diferencia entre simplemente salir adelante y vivir la vida que se supone que debes vivir. No tenía ni idea de cómo se suponía que el amor se ve o siente hasta que conocí a Henry. No estaba viviendo una vida plena hasta que él me dio la fuerza para dejar de lado todo lo demás.
Sus ojos se ensancharon sensualmente. Estaba un poco celoso de que el solo decir el nombre de su hombre tuviera ese efecto sobre él.
—Quiero que Kangin haga más que sobrevivir, Leeteuk. Quiero que por una vez en su vida, finalmente sea feliz. Quiero que haga algo más que simplemente salir adelante. Quiero que tenga algo que sea suyo y solo suyo, que jamás sienta que tiene que luchar por ello.
Tragué un poco cuando la emoción comenzó a obstruir mi garganta.
Bajé mi cerveza casi vacía sobre la mesa frente a mí y retorcí mis dedos.
—Tiene todo eso a su alcance, pero sus manos están demasiado ocupadas aferrándose al pasado en vez de alcanzar el futuro para agarrarse a él.
Abrió su boca y luego la cerró de golpe cuando se reclinó en su silla. Cruzó sus brazos sobre su pecho. Sacudió su cabeza oscura.
—Sé que es así. Tenía la esperanza de que ya que no puede dejar de mirarte fijamente, y sigue mirándome como si quisiera patearme a través del bar, quizás lo hubieras convencido de que deje ir eso. No podemos retroceder en el tiempo y no podemos predecir el futuro. Está viviendo en el suspenso.
Me moví de nuevo cuando la máquina de discos cambió a una vieja canción de Christina Aguilera, la cual tenía a varias señoras de mediana edad levantándose de la mesa en la se encontraban compartiendo y haciendo un serio meneo de trasero. Me hizo sonreír a pesar de que el tema de conversación no era precisamente animado.
—De tanto en tanto lo lanza todo por la borda, y de vez en cuando siento como si estuviera estirándose por una cuerda salvavidas para detenerse a sí mismo de hundirse. Me da la suficiente esperanza por la que estoy dispuesto a quedarme y ver cómo se desarrolla todo.
Pasó su dedo alrededor del borde de su caballito de tequila y lamió la sal.
—¿Qué vas a hacer si alguna vez tienes que encerrarlo de nuevo? Es un imán para los problemas. Incluso cuando está tratando de mantenerse fuera de ellos.
Suspiré y empujé mis manos a través de la parte de enfrente de mi cabello.
—Sigo diciéndome que cruzaré ese puente si alguna vez llego a él. —me incliné acercándome a él cuando las mujeres bailando se acercaron un poco más y sus risas eran lo suficientemente fuertes que tenía que hablar por encima de ellas—. ¿Sabías que estaba dispuesto a hacer tiempo para estar en la cárcel por un crimen que ni siquiera cometió porque está tan confundido acerca de todo lo que ocurrió anteriormente? ¿Cómo puede alguien incluso funcionar con ese tipo de culpabilidad llenándolo?
Mi voz se quebró y dejé salir un suspiro tembloroso. Me estremecí un poco cuando Zhoumi extendió su mano y la cerró sobre los puños que ni siquiera me había dado cuenta que estaba haciendo. Quiero decir, sabía sobre la culpa y la manera en que podría afectar el pensamiento de una persona.
Mi propia culpa me había mantenido lejos de Kook cuando más me necesitaba, pero la dejé ir cuando me di cuenta de que envenenaba toda mi vida. Siempre me sentiría mal por lo que ocurrió esa noche en el callejón y nunca superaría ver a Kook en el piso, pero no podía ser el único momento que definiera mi vida o mi carrera. Necesitaba que Kangin se diera cuenta de todo lo que se estaba perdiendo al negarse a dejarla ir.
Los dedos de Zhoumi apretaron los míos, y tuve que devolverle el apretón porque era la única persona viva que podía comprender lo difícil que podría ser cuidar a un hombre como Kangin.
—Ese es el por qué me preocupo. Todo lo que ha hecho desde que lo traje a Seúl es funcionar. Nada más y nada menos. Esa no es una manera de vivir. Pero ahora te observa como si le importaras, como preocupado de que vaya a asustarte con todas las historias de sus fechorías pasadas. Así que tengo la esperanza, un hilo de esperanza diminuto y delgado de que finalmente ahí afuera en el mundo hay algo que va a hacerle darse cuenta de que tiene que despertarse y vivir.
Miré por encima de mi hombro hacia la barra. Él se estaba apoyado contra la parte superior y hablando con un hombre, se encontraba obviamente profundamente involucrado en la conversación con el tipo, pero sus ojos estaban fijos sobre nuestra mesa y me di cuenta de que nos observaba atentamente a Zhoumi y a mí. Le di una pequeña sonrisa para hacerle saber que todos iban a salir con vida y vi sus hombros caer un poco como si disminuyera un poco la tensión. Giré de nuevo hacia Zhoumi y ladeé hacia arriba mi mentón de manera desafiante.
—Quiero despertarlo.
Se rio, un sonido cálido y áspero que combinaba con su mirada whisky ahumada.
—Ese es mi chico.
De repente Heechul se puso de pie desde el otro lado de la mesa y juntó sus manos.
—Deberíamos bailar. —Lanzó un pulgar por encima de su hombro hacia donde las señoras mayores aún lo estaban pasando bien en un espectáculo descoordinado y desordenado de pura alegría—. Un día esas seremos nosotros, señores. Escapándonos de los hombres y niños en casa, así podemos tener una noche de fiesta para nosotros. —Se rio—. Asumo que seremos más coloridos y tendremos mejores cortes de cabello, pero esas seremos nosotros.
Taemin levantó sus manos y se puso en pie. Era ridículamente elegante y se veía como si acabara de salir del juzgado.
—Lo lamentó, pero no bailo, nunca. — miró hacia la barra. Algo en su mirada cambió y al principio pensé que miraba a Kangin, lo cual me hizo fruncir el ceño, pero cuando me di la vuelta, me di cuenta de que el hombre en la barra se había movido de su asiento y ambos se encontraban bloqueados en una mirada firme—. Uhm, solo voy a saludarle a Minho muy rápido.
De alguna manera el saludo nunca había sonado tan parecido a “desnudarse y follar sobre la barra”. Había mucha tensión sexual y era lo suficientemente abundante como para llenar el espacio que los separaba. Con el aspecto de un moderno hombre de las montañas de Minho y los tensos músculos claramente definidos contra su sencilla camiseta blanca, no podía decir que lo culpaba. Siempre había algo atractivo en un hombre que parecía que podría hacerse cargo de sus asuntos, sin importar cuáles podrían ser esos asuntos.
Zhoumi me ayudó a ponerme de pie y de repente me encontré no solo sacudiéndome y meneándome, sino también tomando chupitos. La noche se desvaneció en un borrón de bebidas y risas, más baile, ¿quién sabía que Zhoumi era una máquina de pasos dobles?, y un montón de abrazos y charlas en susurros sobre cómo era tener sexo con un chico que tenía una perforación “ahí abajo”.
Ya que Heechul y Donghae no podían beber a causa de todas las cosas del embarazo, eran los encargados de llevar de regreso a Zhoumi y Key junto a sus hombres en una sola pieza. Taemin se escapó sin despedirse en algún momento. A pesar de que fácilmente podría haber conseguido un aventón con los otros, Kangin envió a Dixie mientras bailaba y me sacudía en la pista, para decirme que quería que me quedara hasta que terminara de cerrar el bar y que esperaba plenamente que fuera con él a casa. Uh, sí, por favor.
Le pedí que le dijera estaba bien, pero si iba a quedarme, necesitaba hacer que valiera la pena mi tiempo. Su respuesta fue enviar a su amigo con otra ronda de chupitos y con la orden de hacerme compañía y mantenerme fuera de problemas hasta que terminara de trabajar.
Sorprendentemente, Minho era realmente agradable y súper divertido debajo de su apariencia intimidante. Me gustaba la manera en que sus ojos brillaban con fácil humor. Sin mencionar esos músculos que tenía que eran dignos de babear por mucho. Tenía que concedérselo a Taemin, tenía buen gusto.  Charlamos hasta que Dixie se acercó y nos contó que había terminado y quería cerrar la puerta al salir. Minho le dijo que le acompañaría hasta su auto mientras todos nos íbamos.
Miré por encima de la barra, a donde Kangin había apoyado sus brazos muy separados y nos observaba. Le sonreí un poco descuidadamente y levantó una mano señalarme con un dedo y luego lo doblaba, llamándome para que vaya junto a él.
Dejé escapar un suspiro y sentí mi corazón palpitar con fuerza.
—Santo infierno, es tan caliente.
Dixie se rio disimuladamente junto a mí y Minho sofocó una risita. Ella jaló el brazo del hombretón.
—Siiiii... y esa es nuestra señal para irnos. Que tengas una buena noche, Leeteuk.
Me despedí de ella distraídamente y me dirigí hacia la barra. Kangin se alejó de la barra y agarró algo del estante detrás de él. Cuando llegué a la barra, había apagado la mayoría de las luces a excepción de las que iluminaban la parte superior de la barra y el espacio detrás de él. También se acercó por el otro lado, así que cuando llegó a donde lo esperaba, bajó su cabeza y me dio un beso duro que me hizo agarrar la parte delantera de su camisa a cuadros con ambas manos.
—¿Todo bien con Zhou?
Su voz era ronca mientras sacaba un par de taburetes de la barra para hacer espacio para nosotros y dejaba una pequeña botella de algo. Chillé con sorpresa cuando giró conmigo atrapándome en su agarre y bajándome encima del borde de la barra con mis piernas colgando. Colocó sus manos a los costados de mis caderas y me miró de cerca ya que estábamos mirándonos a los ojos.
—De verdad. Sabía que estabas preocupado por lo que iba a decir acerca de que estemos juntos y que puede ser bastante feroz cuando quiere serlo.
Me incliné y metí mis manos en su abundante cabello rubio y suspiré:
—Te ama tanto. Quiere que tengas una buena vida.
Me incliné un poco así podría besarlo en la punta de su nariz.
—Tienes que ser una buena persona para tener una buena vida, así que creo que eso es un poco difícil. —Sus palabras retumbaron en su pecho mientras daba un paso más cerca de mí, lo cual forzó mis piernas a hacer espacio para él. Sus palabras me entristecieron tanto que de repente quería llorar, pero también podría haber sido por las grandes cantidades de tequila que consumí durante la noche.
—Hay una buena mezcla con todo lo malo, Kangin. Solo te niegas a verlo o reconocerlo. —Me gruñó y entonces deslizó sus manos debajo del dobladillo de la camisa sin mangas que me había puesto. Sus palmas eran cálidas y ásperas mientras recorrían mis costillas, llevándose con ellas la tela. Su mirada se derretía mientras recorría mi torso desnudo.
—Te veo, Leeteuk. Hay tantas cosas buenas en ti que nunca sabría qué hacer con ello realmente.
 —Kangin, el Gran Hermano está observando. —Sonaba un poco estrangulado porque se había inclinado y estaba frotando la punta de su nariz contra el pico fruncido de uno de mis pezones.
—Me encargaré de ello. Ni siquiera quieres saber que cuando entré Eric y Minwoo lo estaban haciendo en el depósito, y te garantizo que siempre que toco a la puerta de la oficina y Heechul está aquí, la puerta está cerrada. Sin mencionar la afición que parece tener mí hermano por desaparecer en los baños con Henry. Quiero tomar un trago antes de llevarte a casa. Simplemente déjate llevar, Pelirrojo.
Gemí un poco cuando dirigió su atención hacia el otro pezón y movió sus manos a mi trasero para estirarme más cerca del borde de la barra, por lo que la cresta de sus pantalones presionaba fuertemente contra mi centro.
—¿Necesito estar en sin camisa para que tomes un trago?
Su cabello era como la seda cruda entre mis dedos, y ahora que estaba haciendo círculos con su lengua alrededor de cada pezón, me hacía olvidar mi propio nombre.
—Sí. —Musitó las palabras a través de mi piel ahora húmeda y me hizo estremecer de pies a cabeza.
Retrocedió un poco y sentí como que iba a ahogarme en los ríos de deseo que componían su mirada. Puso una mano en el centro de mi pecho y me dio un empujoncito hacia atrás hasta que me apoyaba sobre mis manos y mi cabeza casi colgaba al otro lado de la barra. En este ángulo, ya no podía ver su rostro pero su reflejo en el espejo que se hallaba detrás de la barra era claro. Me miraba como si quisiera poseerme. La expresión en su rostro era suficiente para que mi centro se volviera líquido y se contrajera de deseo, adolorido con una necesidad tan fuerte que casi hacía daño.
—¿Kangin? —Me hizo callar mientras trazaba un patrón aleatorio a través de la tensa piel de mi estómago con el borde de su uña. Automáticamente me puse tenso cuando sus dedos se engancharon debajo del elástico de mis pantalones—. ¿Qué estás haciendo exactamente?
Era una pregunta estúpida. Sabía qué estaba haciendo, me encontraba teniendo dificultades para racionalizar que en realidad estaba permitiendo que me desnudara encima de la barra. Sentía como que probablemente debería estar protestando más fuerte, debería usar algún tipo de argumento razonable para evitar que esto siguiera adelante. Pero no estaba haciéndolo.
Era caliente, la vista de él estando entre mis piernas mientras bajaba mis pantalones por mis largas piernas y estiraba mis talones sobre algún lugar por encima de sus hombros. Suspiró de placer cuando no encontró nada debajo, lo cual sabía que haría. Solo que había anticipado que eso ocurriría en su casa, no aquí. No creo que él supiera que podía verlo en el espejo, así que era la primera vez que realmente llegaba a ver lo que otros veían cuando me miraba. Era hermoso.
Sus ojos estaban entrecerrados y enfocados solo en mí. Sus fosas nasales se dilataban por la excitación y podía ver la manera en que en efecto lamió sus labios en apreciación. Se veía hambriento y casi tan necesitado como siempre me sentía a su alrededor. Este era el Kangin que me mantenía anclado en el suelo. Este era el Kangin que podría tener si lograba que dejara de lado todo lo demás a lo que se aferraba. Este era el Kangin que ya no quería negar que amaba.
Bajó su cabeza y me besó justo encima de mi ombligo, y dejó que su lengua entrara y saliera de la pequeña marca. Me hizo reír, y finalmente levantó su cabeza y se encontró con mi mirada del revés en el espejo. Sentí como el calor que irradiaba en esa mirada brillante nos uniría por siempre.
Me sonrió y mi corazón trató de salir de mi pecho y caer a sus pies. Se enderezó y agarró la botella que había colocado hace unos momentos sobre la barra.
Hubo un pequeño pop mientras la destapaba, el aroma terroso y almizclado del whisky golpeó mi nariz. Sabía lo que iba a hacer, pensé que estaba preparado para ello, pero de alguna manera tener a un chico magnífico vertiendo un trago por el costado de tu garganta y luego perseguirlo por tu cuerpo, simplemente no era algo para lo que alguien realmente podría prepararse.
El trago chorreaba a través de arriba y al costado de mi pecho. Un poco de ello se abrió camino hasta mi estómago y se acumuló en mi ombligo, y allí se encontraba el rastro de líquido que golpeó el punto de mi cuerpo en donde estaba envuelto alrededor de él y pasó por encima de la curva interna de mi muslo. Kangin usó su boca para atrapar cada última gota.
La sensación de su boca moviéndose sobre cada superficie de mi piel era electrizante. Cuando finalmente llegó a ese punto sensible en mi entrepierna, perdí mi capacidad para sostenerme y me desplomé sobre la barra. Podía ver su cabeza rubia entre mis piernas, sentía la maravillosa tortura a la que me sometía con su lengua. Fue cuando extendió su única mano libre, la que no se hallaba ocupada provocando y jugando, y entrelazó nuestros dedos, que enloquecí.
Fue tan dulce, tan tierno y para nada normal que me hizo caer y estallar en un millón de diminutas astillas de placer y amor. En el espejo lo observé mientras me observaba romperme por él. Sus ojos brillaban desde algún lugar muy profundo en su interior y me pregunté cómo algo sobrevivía dentro de esa clase de fuego en su interior.
Me quedé allí, incapaz de moverme en lo absoluto mientras se ponía de pie. Puso sus manos sobre la barra a los lados de mis caderas y se inclinó sobre mí. Colocó un pequeño beso en el centro de mi esternón, y luego uno en cada mejilla. Cuando su boca finalmente se encontró con la mía, me saboree a mí mismo y al whisky, y fue suficiente para tener mis partes funcionando de nuevo otra vez. Curvé mi brazo libre alrededor de sus hombros y entrelacé mis dedos por la parte de atrás de su cabello.
—Una buena vida no parece tan lejos de tu alcance, viéndote ante mí con tu sabor sobre mi lengua, Pelirrojo.
Las palabras fueron en voz tan baja que casi pensé que las había imaginado, pero cuando me besó de nuevo fue tan suave, tan dulce, podría jurar que tenía parte de su corazón en él, y sabía que daría todo lo que tenía para hacerle despertar y estar aquí en este lugar conmigo, ahora mismo. Esto era demasiado bueno para dejarlo pasar y merecía experimentarlo, incluso si no creía merecerlo.
Tracé la parte exterior de su oreja y lo sentí temblar.
—Es mejor que te asegures de que Siwon no encuentre más de lo que esperaba cuando venga mañana y mire el video de esta noche.
Se rio y se enderezó. Se alejó de mí para recoger mi ropa dispersa, y me ayudó a bajarme de la barra así podría vestirme. Tuvo que sostenerme cuando toda la sangre se apresuró a regresar a mi cabeza, lo cual llevó a algunos besos muy intensos y caricias ya que todavía estaba desnudo. Nos hizo gemir a ambos y se apartó de mala gana, diciéndome que iba a asegurarse de que el vídeo no apareciera en cualquier lugar que pudiera volverse en nuestra contra. Su sonrisa pasó de juguetona a depredadora en un abrir y cerrar de ojos mientras caminaba hacia atrás y me decía:
—Mi turno cuando regresemos a mi casa.
Oh por Dios, realmente AMABA que nos turnáramos.

—Últimamente has hablado con mamá? —Zhoumi hizo la pregunta desde el otro lado del Nova en donde jugueteaba con el viejo cinturón de seguridad y miraba fijamente por la ventana. Estaba a punto de regresar con Henry el sábado, y había pedido pasar el día conmigo antes de irse.
Le extrañaba, pero todo el día sentados en mi apartamento charlando sonaba a cero diversión, así que lo recogí y le pedí que viniera conmigo a hacer un recado que por más de un mes, había estado impaciente por hacer. Hasta ahora, la conversación había sido bastante superficial y relajada, pero ahora que sacaba a colación a la familia, sabía que no iba a seguir así por mucho tiempo.
—Hace un par de meses. Llamó desde algún lugar. El tipo con el que se había enganchado, la abandonó en una parada de camiones y quería el dinero para ir a casa. —Solo que no era estúpido y sabía que el dinero para ir a casa en verdad significaba dinero para quedarse en una máquina tragamonedas hasta que llegue el siguiente camionero.
—¿Se lo enviaste? —Zhoumi sonaba histérica. Siempre lo hacía cuando nuestra madre surgía en nuestra conversación. La manera en que fuimos criados, quería decir que nunca tuvimos mucho. Estaba tan orgulloso de la manera en que Zhoumi forjó su camino fuera de la alcantarilla.
—No. Le dije que iría y la traería, y podría quedarse conmigo hasta que se recuperara. Me colgó y desde entonces, no he sabido nada de ella.
Zhoumi resopló y se dio la vuelta para mirar por la ventana.
—Lo supuse.
No podría estar en desacuerdo con él y no tenía nada que agregar, así que la conversación decayó un poco hasta que el barrio alrededor de nosotros realmente comenzó a cambiar a obviamente desagradable y hostil. Su cabeza oscura giró hacia mí de nuevo y sus ojos se estrecharon solo un poco.
—¿Por qué quieres hablar con este chico? Le robó dinero a Siwon, suena ingrato y sin arrepentimientos. ¿Por qué estás perdiendo el tiempo localizándolo?
Por semanas había estado pensando en Jian. Sobre la manera en que solo desapareció, la forma en que nadie había escuchado hablar de él, incluyendo a sus padres. No podía quitarme la sensación de que había algo más en su mala actitud, que ser un mocoso consentido y desagradecido.
Conocía demasiado bien ese nivel de desafío y fría indiferencia; por la manera en que sus acciones afectaban a otros, tenía que provenir de algún lugar profundo y oscuro que estaba tan interiorizado que muy pocas personas podían realmente comprender o reconocer. Me encontraba íntimamente familiarizado con el auto desprecio y podía sentirlo emanando en oleadas de ese jovencito.
Incliné mi cabeza hacia mi hermano y arqueé una ceja de manera interrogante.
—Creo que existen personas que se preguntan por qué perdiste no solo tu tiempo, sino la mayor parte de nuestra infancia conmigo, Zhoumi. Finalmente todos necesitamos a alguien para que trate de salvarnos; incluso si fracasan, el hecho de que alguien lo intentó, al final podría ser lo que más importa.
Parpadeó y su mirada se encontró con la mía lentamente, cruzó sus brazos sobre su pecho.
—Te salvaste a ti mismo. Luchaste por salir de ese coma. Cambiaste tu vida cuando viniste a Seúl. Has dicho un millón de veces cuánto lamentas las cosas que ocurrieron en el pasado. Fuiste tu propio salvador, Kangin. Nadie hizo ningún trabajo por ti.
Detuve el Nova frente a un dúplex que claramente había visto días mejores. Apagué el motor y me recosté en el asiento así podría darme la vuelta para mirar a Zhoumi. Me observaba atentamente y podía ver lo frustrado que estaba con toda la conversación por la manera en que sus hombros se hallaban tensos y la forma en que curvó sus manos en puños apretados en su regazo. Era como solía verse cada vez que me metía en problemas y tenía que hacer algo desesperado y drástico para sacarme de ello. Extendí una mano y la coloqué sobre sus puños.
—Morí en ese hospital, Zhou. No hubo ángeles tocando arpas. No hubo redención y arrepentimiento. Morí y fue muy claro que iba a conseguir exactamente el tipo de destino que había estado buscando con toda la mierda complicada que había estado haciendo a otras personas. Todo lo que podía ver era cada mal que alguna vez cometí y cada decisión equivocada que hice estallar a mi alrededor. Por una vez, pude ver cómo te afectaba. Estaba muriendo, y sabía lo que me esperaba del otro lado; sin embargo, no podía irme sabiendo que era todo lo que ibas a tener para recordarme. Tuve que regresar y darte algo más a lo que aferrarte, algún buen recuerdo que llevar con los interminables kilómetros de cosas malas que puse a tus pies. Quería tener la oportunidad de demostrarte que podía ser el tipo de hermano que todo el tiempo te merecías, así que no, no me salvé a mí mismo, me salvaste. Como siempre has hecho toda mi vida.
Vi su labio inferior temblar hasta que lo mordió para mantenerlo quieto. Sus puños se aflojaron bajo mi palma y dobló sus temblorosos dedos alrededor de mi mano, su voz ya ronca, carraspeó más por la emoción cuando me dijo lo que creo que hace mucho tiempo necesitaba escuchar de él.
—Siempre he estado orgulloso de que eres mi hermano, Kangin. Sí, ha habido momentos en el pasado en que me habría encantado alimentar a los lobos contigo, y no es ningún secreto que tuve que irme de casa, porque no sabía qué más hacer para ayudarte, pero ambos logramos salir con vida y somos mejores personas por ello. Sé que lamentas cómo decayeron las cosas cuando éramos más jóvenes, pero necesito que abras los ojos y asumas parte del crédito por la manera en que cambiaste las cosas para hacerlas como están ahora. Hace mucho tiempo que llegué a un acuerdo con el Kangin de mi infancia. Lo que quiero hacer es amar al Kangin que ahora está aquí conmigo. Necesitas dejar de lado esas piedras pesadas con todas las cosas malas del pasado que te están arrastrando hacia abajo, antes de que te aplasten.
Extrañamente, era similar a lo que Leeteuk me había estado diciendo cuanto más y más profundo me hundía en él. Todavía no creo que estuviera listo para dejar de lado cualquiera de esas piedras, pero un sexy pelirrojo se encontraba erosionando lentamente trozos y fragmentos de la piedra cada vez que pasaba más tiempo con él. Para el momento en que él termine, quizás sería capaz de forjar algo que valiera la pena, algo que no me destrozara al mirarlo.
Me incliné lo suficiente para así poder besar a Zhoumi justo en el centro de su frente, entre las cejas negro medianoche, y lo sentí dejar escapar un tembloroso suspiro.
—Nunca voy a dejarte otra vez, Zhou. Esa es la única cosa en todo el mundo que puedo prometer y sé que es una promesa que mantendré.
Nos miramos el uno al otro en silencio durante un largo rato. La seriedad de las palabras que había dicho y el hecho de que podía ver que entendía que real y sinceramente quería decirlas finalmente sirvió para absolver parte de la culpa que parecía asfixiarme cada vez que pensaba en las cosas que él tuvo que hacer para mantenerme a salvo.



2 comentarios:

  1. Que a pesar de todo lo que ha pasado kangin aún quiera ayudar a Juan, indica lo mucho que cambio

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  2. Me gusta la actual actitud de Mimi para con Kangin...porque no lo hacia una historia anterior.
    Se ha sembrado la idea de una mejor vida para él...con eso es suficiente por ahora,así se empieza y se llega a un buen lugar,además que tiene un muy buen incentivo para tener algo real y bueno para él.
    Solo espero que ayudar a ese niño no le traiga demasiados problemas😕.

    P.d:quisiera ser una mosca en la pared *0*😏

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...