En Tu Busqueda- Capítulo 20



Heechul no parecía poder hacer que esas cosas de magia funcionaran otra vez. Podía sentir la hebra invisible de poder conectándolo a Siwon, pero no parecía poder hacer nada con ella. Sin importar lo fuerte que lo intentara, no podía encontrar la manera de entrar en la cabeza de Wook. Quería ayudarlo, obligarlo a despertar, quizás comer otra vez, pero nada de lo que intentaba funcionaba. Tal vez, estaba sólo demasiado cansado, o Siwon necesitaba estar más cerca de él.

O, simplemente, no tenía lo que se necesitaba para hacer el trabajo.

Los ojos le ardían y le dolían las rodillas... una señal segura de que se acercaba al final de su fuerza. Otra vez.

Heechul colocó la cabeza sobre la almohada junto a la de Wook y rezó para que la debilidad remitiera. Sólo por un rato.

La habitación estaba tranquila y apacible. Los muros azules y verdes le recordaban el océano en un día calmado. No había desorden aquí dentro, simplemente las necesidades desnudas de una cama, una mesa de noche y un tocador. Si bien tenía la sensación de abandono, nada estaba polvoriento o mohoso.

Wook estaba más seguro aquí de lo que alguna vez estuvo en la casa de Heechul. Siwon le había jurado que ningún Sasaeng había atravesado sus defensas mágicas.

Aunque una de las personas de aquí sangrara, los monstruos no podrían olerlo.

Heechul sintió el peso de la desesperación aplastándole el corazón, e intentó recordarse a sí mismo que todavía había esperanza. Kevin estaba buscando una cura. Sunny podría ser capaz de ver lo que necesitaban hacer.

Todavía había esperanza. Sólo tenía que tener paciencia, dar a esta gente tiempo para obrar su magia.

Heechul observó el ascenso y descenso constante del pecho de Wook. Estaba tranquilo y quieto. Lleno de paz. Al menos, no sufría. Si estuviera sufriendo, la paciencia no hubiera sido una opción.

Siwon golpeó con los nudillos ligeramente en el marco de la puerta del dormitorio, haciendo a Heechul saltar. No le había oído regresar, pero estaba muy contento de verlo. Quiso arrojarse en sus brazos y dejar que lo abrazara. Él era la única persona que parecía hacer que algo de la angustia se alejara y, realmente, necesitaba un poco de eso justo ahora.

Se sentó derecho en la cama y vio que su cara bien parecida estaba delineada con preocupación y algo más. Algo más profundo que le concernía a él.

Sin pensar en ello, hurgó en sus pensamientos, buscando la fuente. No era hábil en esto, y sólo podía atrapar fragmentos y retazos, pero vio la cara furiosa de Shindong de frente en la mente de Siwon.

Chocó contra una masa retorcida de emoción dolorosa y la reconoció por lo que era. Culpabilidad. La había sentido demasiadas veces como para no saberlo instantáneamente. Él se sentía como si hubiera cometido una especie de error... uno que no podía ser borrado.

Una gentil presión le llenó la cabeza mientras Siwon lo echaba fuera de su mente.

—Nada de eso —le dijo.

—Pero estás sufriendo.

—Hablaremos más tarde. Traje ayuda.

Una joven salió de detrás de él. Era gruesa, con el pelo negro rizado y tristes ojos cafés, a pesar de la tentativa sonrisa en su cara. Se acercaba a la barbilla de Siwon, pero la manera en la que se enroscaba en sí misma la hacía parecer más pequeña. Más joven.

No levantó la vista para mirar a Heechul, como si de esa manera fuera irrespetuosa.

—Mi señor —lo saludó con una reverencia embarazosa.

¿Señor? Allí estaba otra vez. Heechul miró a Siwon dudoso.

—Prometo que te acostumbrarás.

Ni en sueños.

—Llámame a Heechul. Cualquier otra cosa sólo me confunde.

La mujer asintió pero, aun así, no levantó la mirada.

—Soy Grace. Se me informó de que podría necesitar ayuda para cuidar de su hermano.

—Gracias, pero estamos bien.

—No, no lo estás, Heechul —dijo Siwon—. Necesitas un descanso, y Grace aquí sabe lo que está haciendo. Déjala ayudar.

Heechul no quería ninguna ayuda. Wook era su responsabilidad.

—No estoy interesado.

Grace se ruborizó con un profundo y humillado rojo.

—Yo, eh, lo siento por extralimitarme. Parece que eso lo hago bastante últimamente. No lo molestaré de nuevo.

Empezó a irse, pero Siwon fue más rápido y la atrapó del brazo.

Grace se sobresaltó como si hubiera recibido una palmada, y se acobardó, cubriéndose la cabeza con los brazos. Fue una reacción refleja. Una que ella se había acostumbrado a hacer, aparentemente.

Alguien había lastimado a Grace. A menudo.

La mandíbula de Siwon se apretó mientras veía la reacción de Grace por lo que era, pero no pareció asombrarle. Aflojó el agarre y fingió que Grace no había pensado que iba a herirla.

Grace se recuperó y forzó al cuerpo a enderezarse. Las mejillas se oscurecieron más aún con la vergüenza y fijó los ojos en el suelo.

—Por favor, quédate Grace —dijo Siwon con una voz gentil, suave.

Ver sus largos dedos envueltos en esa mujer hizo que el estómago de Heechul diera un vuelco. No importaba que fuera simplemente su brazo. Podía también estar sintiéndolo, de forma que hizo a Heechul arder de celos.

Antes de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, Heechul estuvo fuera de la cama con los puños apretados.

La boca de Siwon se curvó con una sonrisa de conocimiento. Miró a Heechul con las cejas levantadas.

—¿Algún problema? – preguntó Siwon

—No —casi se atragantó.

—Mentiroso.

Grace tiró del agarre de Siwon.

—Realmente debería irme. Siento haber molestado, señor —la pobre estaba casi fuera de sí de vergüenza. No era su culpa que Siwon la tocara.

—Suéltala, Siwon.

—No hasta que estés de acuerdo en dejarla ayudar. Sabe cómo cuidar a Wook. ¿No, Grace?

Grace hizo una temblorosa inclinación de cabeza.

—Sí, señor.

—Cuéntale a Heechul lo que sabes para que se relaje y te deje ayudar.

—Mi madre estuvo comatosa durante dos años antes de que muriera. No podíamos permitirnos un hospital, así que cuidé de ella. —Por la manera en la que su voz se quebró, Heechul tuvo la seguridad de que la muerte había sido reciente.

Todo el residuo de celos ardientes de Heechul se evaporó. Grace había perdido a su madre, también. Eso los ataba alguna forma. Los hermanaba.

Grace podría necesitar una distracción... algo que la mantuviera ocupada. Alguien con quien hablar.

—Suéltala, Siwon. Puede quedarse.

Siwon la liberó, y Grace permaneció quieta, vibrando con la tensión como insegura de qué hacer después.

Heechul se apiadó de ella.

—Ven aquí y te presentaré a mi hermano, Wook.

Siwon se deslizó fuera del cuarto.

Grace dio un paso adelante tentativamente. Bajó la mirada hacia Wook, y la mirada de compasión que llenó sus ojos con lágrimas le dijo a Heechul que su hermano estaría a salvo con esta mujer. Grace no lo dejaría sufrir ningún daño.

—¿Cuánto tiempo ha estado así?

—No mucho. Siempre ha sido demasiado delgado, pero empeoró esta semana.

—¿Tiene un tubo de alimentación?

—No. No quiso ninguno.

Grace asintió.

—Tendremos que meter algo de líquido en él. ¿Cuándo fue la última vez que fue cambiado?

—¿Cambiado?

—¿No está usando un pañal?

Heechul ni siquiera había pensado en eso. Negó con la cabeza.

—Eso está bien. Puedo encargarme de ello. Traje algunas almohadillas absorbentes, así como también sábanas adicionales. Por si acaso.

Siwon regresó acarreando una caja grande. La colocó en el tocador.

—¿Vas a necesitar algo más?

—Tendré que hacer un pedido de pañales, pero los suministros de Ho servirán hasta entonces.

La mandíbula de Siwon se apretó.

—¿Cómo está él?

Grace palmeó la mano de Wook como diciéndole que todo estaría bien. Fue tan natural, un gesto tan inconsciente, que Heechul pensó que él ni siquiera era consciente de lo que estaba haciendo. Tal vez así fue mientras había estado con su madre.

—Está igual —dijo Grace.

—Debería ir a verlo —la voz de Siwon estaba cargada de pesar, haciendo a Heechul pensar en quién era Ho.

—Por favor, no lo haga —Grace se sonrojó y miró al suelo—. Quiero decir, creo que sería mejor que no lo hiciera. No estoy segura de que él pueda estar tranquilo viéndolo… así —ella le señaló el cuello y señaló la franja pálida de piel alrededor de la garganta, donde la luceria había estado colgando antes de que Heechul se la hubiera cogido.

—Entiendo. ¿Le darás mis mejores deseos cuando lo veas de nuevo?

—Sí, señor. Lo haré. Gracias.

—Nos alegramos de que estés con nosotros, Grace. Has cuidado tan bien de él.

—No estoy segura de que él esté de acuerdo.

Siwon le dirigió una sonrisa amarga.

—Es un hombre orgulloso.

Heechul se asomó en la caja y vio sábanas, algunas almohadas adicionales, latas de comida de hospital y batidos de reemplazo. Tal vez, Grace sabía lo que estaba haciendo. Ciertamente, había pensado atravesar esto mejor de lo que Heechul lo había hecho.

—Es un buen hombre. Rezo para que los Zea encuentren la manera de ayudarlo —dijo Grace.

—Estoy seguro de que lo harán —dijo Siwon, pero no se veía convencido.

La cara de Grace se iluminó de esperanza.

Siwon se acercó por detrás a Heechul. Heechul podía sentir el calor de su cuerpo haciendo contacto con él, atrayéndolo.

—Es la hora de tu ceremonia, Heechul.

—Necesito quedarme y ayudar.

Grace negó con la cabeza, manteniendo bajos los ojos.

—Es más conveniente si no lo hace, mi señor. Cuando él esté mejor, se alegrará de que sea un extraño el que cuide de sus necesidades en vez de usted. Es menos bochornoso de ese modo.

A Heechul no le importaba eso. El haría lo que fuera necesario para cuidar de Wook.

—Grace tiene razón —dijo Siwon—. Y todos los hombres están esperando. No nos llevará mucho.

Heechul miró la dulce cara de Grace. Ya estaba revisando las cosas de la caja, sus movimientos eran confiados y seguros. Sabía lo que estaba haciendo mejor que Heechul.

Siwon envolvió el brazo alrededor de sus hombros.

—Estará bien. Lo prometo.

Heechul cedió. Estar algunos minutos lejos, donde pudiera pensar con claridad, probablemente iba a hacerle a Wook más bien que si Heechul se quedaba y hacía un lío de cosas. Además, las ceremonias eran aburridas. Tendría un montón de tiempo para pensar mientras ellos discutían sobre no importa qué basura formal que les interesara. Tal vez, incluso, se echaría una rápida siesta.

Tan pronto como llegaron a la gran habitación utilizada como auditorio, y Heechul estuvo cara a cara con docenas de hombres grandes de mirada intensa, supo que tomar una siesta no estaría en un futuro inmediato. Cada par de ojos estaba fijo sobre él... o más exactamente, sobre el cuello.

Se llevó la mano hacia el cuello en un gesto nervioso.

—¿Son estos tipos vampiros? —preguntó.

—No. Suju. Como nosotros.

—¿Por qué están mirándome como si tuvieran realmente hambre y yo fuera un filet miñón?

Él bajó la voz y se inclinó cerca de su oído.

—Eres ciertamente comestible, pero están mirándote fijamente porque todos ellos esperan que puedas ser compatible con ellos así como lo eres conmigo.

—¿Puedo vincularme con más de uno de vosotros?

Siwon vaciló y Heechul sintió una oleada de miedo bloquear la conexión.

—Sólo uno a la vez —le dijo, sonando como si pronunciar las palabras le hubiera costado muy caro.

Heechul le dirigió una mirada de reojo, pero su cara era una máscara estoica. Lo guió sobre una plataforma elevada, y uno por uno, los hombres comenzaron a quitarse las camisas y a formar en las escaleras.

—Sabes —murmuró al oído de Siwon, esperando aligerar su extraño estado de ánimo—, he tenido algunos sueños que comenzaban justo así.

Él elevó una ceja y asintió hacia el primer hombre formado.

—¿Sí? Sin embargo, apuesto a que ninguno de ellos ha terminado así.

El primer hombre tenía una cara que estaba entrecruzada con cicatrices delgadas, pero Heechul apenas notó nada más allá de sus ojos. Se acercó a él, se arrodilló a sus pies, se hizo un corte en el pecho con su espada y, con una voz profunda y solemne, dijo:

—Mi vida por la tuya, mi señor.

Un calor se enroscó alrededor de él, entonces, se solidificó en un letargo que pesaba sobre los hombros. El brazo fuerte de Siwon lo sujetó de la cintura y lo mantuvo estable.

—Ese es Shang Zhoumi —dijo Siwon.

El hombre se levantó, le dirigió una sonrisa y un guiño, y brincó fuera de la plataforma para dejar espacio para el siguiente hombre.

Cada uno de ellos experimentó la misma rutina, y cada vez, ese peso invisible se volvía más pesado. Para cuando la ceremonia terminó, Heechul apenas podía estar de pie. El sudor se había formado a lo largo del nacimiento del pelo y en su pecho, y temblaba de pies a cabeza.

—Casi hemos terminado —dijo Siwon.

El último hombre llegó hasta Heechul. Se había mantenido pendiente en la parte trasera de la sala todo el tiempo, observando silenciosamente, destacándose sobre el resto. Tenía corto su cabello y ojos vigilantes. Cuando se acercó, Heechul captó el olor apenas perceptible de un bosque durante el invierno emanando de él… limpio y frío. Él no se quitó la camisa, lo que causó una agitación de susurros entre los otros hombres. En lugar de eso, atravesó la tela, cortando más profundo que el resto de los hombres, por la cantidad de sangre que derramó.

—Mi vida por la tuya —juró, rehusándose a inclinar la cabeza, sino al contrario, mirándolo directamente a los ojos mientras entregaba las palabras.

Heechul tropezó bajo el peso, pero Siwon lo sostuvo. El hombre extendió la mano, y el anillo que llevaba puesto estaba casi blanco. Sólo el rastro más débil de azul zafiro formó remolinos debajo de la superficie.

Heechul sintió el cuerpo de Siwon tensarse alrededor del de él. El hombre no dijo nada, pero había un silencioso aire de desafío en su posición.

—No lo entregaré, Hyukjae —dijo Siwon. Su voz era áspera, casi un gruñido feroz de sonido.

Hyukjae guardó silencio, pero levantó la mano de Heechul y presionó un beso caliente en su palma. Sintió su lengua golpear sobre la piel y rápidamente arrancó la mano de su agarre.

En el centro de su palma había una marca roja oscura, como la que Siwon había colocado en él antes.

—¿Cómo te atreves a poner una marca de sangre en mi caballero? —demandó Siwon.

Alguna necesidad primitiva, instintiva de matar se elevó de Siwon, bloqueando el enlace con su poder. Heechul no comprendía la causa, pero sabía lo que significaba.

Él trató de alcanzar su espada, pero la de Hyukjae ya estaba desenvainada. Si no detenía esto, iba a terminar en derramamiento de sangre. Bastante sangre.

Heechul se interpuso entre los hombres, orando porque Hyukjae mantuviera esa espada letal apartada de su piel.

—No va a ocurrir, muchachote —le dijo a Siwon.

Le obligó a bajar la mirada hacia él, distrayéndole de la necesidad de herir a Hyukjae.

Siwon clavó los ojos en Hyukjae, respirando fuerte, su calor era elevado. Todavía no estaba escuchando.

Heechul presionó las manos en el pecho de Siwon, clavándole los dedos justo lo suficiente para obligarlo a escuchar.

—Estoy cansado. Llévame de regreso a tu casa.

Eso consiguió captar su atención. Pestañeó un par de veces y le dirigió a él una rígida reverencia.

—Mantente lejos de mi pareja —advirtió Siwon.

—Mientras sea tuyo, lo haré —dijo Hyukjae.

Heechul ignoró el comentario posesivo a favor de evitar el desastre. Hablaría con Siwon más tarde sobre el hecho de que él era suyo, pero ahora, necesitaba sacarlo de aquí.

—Por favor, Siwon —dijo, dejando que el cansancio se reflejara en el tono—. Necesito acostarme.

Heechul tiró fuertemente de él y finalmente Siwon comenzó a irse. Heechul miró sobre el hombro mientras salían de la sala y esos ojos negros vigilantes estaban fijos justo sobre él. No había calor dentro de ese hombre. Ninguno en absoluto. Si Heechul no hubiera visto su sangre por él mismo, habría jurado que tenía hielo fluyendo dentro de las venas.



Siwon necesitaba asegurar su puesto, asegurarse de que Heechul entendiera que no lo dejaría ir con otro hombre. No mientras él respirara.

No iba a terminar con él del mismo modo que hizo Brian.

Siwon llevaba a Heechul de la mano, tirando de él por el pasillo más rápido de lo que era cómodo. Se obligó a reducir la velocidad y tener en cuenta su fatiga. No era culpa suya que Hyukjae fuera compatible con él.

Podía sentir leves temblores de preocupación y cansancio cayendo en cascada por el brazo. El Suju dentro de él exigía que tomara medidas y le obligara a relajarse, pero el hombre comprendió que había poco que pudiera hacer para que eso sucediera, aparte de conseguir que Wook estuviera sano de nuevo.

—¿Qué fue todo eso? —le preguntó Heechul—. ¿Por qué ese tipo dejó una marca en mi mano?

—Así él podrá encontrarte más tarde.

—¿Por qué necesitaría encontrarme?

Lo último que deseaba hacer era decirle la verdad, pero le debía por lo menos eso.

—Una vez que nuestro tiempo juntos acabe, estarás libre para vincularte con otro hombre, si lo deseas. Hyukjae quiere asegurarse de que es capaz de encontrarte cuando eso ocurra.

—¿Qué pasa si no quiero estar unido a nadie por un tiempo?

—Me gustaría ser capaz de decirte que es tu elección, pero el tiempo es desesperado. Hyukjae hará cualquier cosa que esté en su poder para convencerte de estar con él —hizo una pausa, debatiéndose entre decirle o no el resto. Al final, no pudo contenerse—. Yo también.

—Todavía nos queda algún tiempo antes de tener que pensar en eso. En este momento, tengo suficiente a lo que hacer frente.

—Primero, necesitas descansar un poco. Estás agotado, y la ceremonia no puede haber sido fácil para ti.

—¿Podemos salir y tomar algo de aire fresco en primer lugar? Sólo quiero sentirme normal otra vez durante unos minutos.

—Claro. Lo que tú quieras.

Heechul asintió y lo siguió a través de su habitación, para salir fuera por la puerta corredera de cristal. Se estaba caliente, el aire era cálido y pesado con la humedad. Los terrenos estaban muy bien cuidados, y las flores florecían cerca, haciendo que el aire oliera dulce. No había ruidos artificiales, no había tráfico ni aviones volando por el cielo para arruinar la soledad de su hogar.

Siwon tomó una profunda respiración y trató de transmitir una sensación de paz a Heechul a través del vínculo.

Heechul se aferró a su mano y envolvió la mano libre alrededor de su muñeca, como si le preocupara que él intentara alejarse. Él podía sentir el rápido latido de su corazón, sutil pero firme contra la piel.

—Esto es precioso —dijo Heechul—. Privado.

Nunca había disfrutado tanto como ahora, con él.

—Siempre serás bienvenido a la SM. No importa lo que suceda.

—Creo que a Wook le gustará esto cuando se despierte.

No si, sino cuando. Al menos Heechul no había perdido la esperanza. Eso era bueno.

—Estoy seguro de que le gustará.

Heechul se apoyó en su hombro y Siwon quiso gritar de alegría. No sólo estaba tocándolo, sino que lo buscaba para mayor comodidad. Lo necesitaba, aunque sólo fuera un poco. No podía decepcionarlo, de modo que enroscó el brazo a su alrededor y lo abrazó. Le acarició el brazo y Heechul dejó escapar un profundo y satisfecho suspiro, permitiendo que él palpara su sensación de satisfacción y completa armonía. Si nunca tuviera nada más de Heechul, este regalo de confianza que le ofrecía siempre estaría con él para aliviarle en sus últimos días.

—Hay una especie de paz en este lugar, ¿verdad? —preguntó Heechul.

—La hay. Los Elf hacen un hermoso hogar para nosotros. Y seguro. Nada puede dañarte aquí con tantos Centinelas alrededor.

Heechul lo miró. Tenía los ojos inyectados en sangre. Era un signo seguro de que había estado usando su poder, forzándose a sí mismo. Él no había sentido el tirón de energía abandonar el cuerpo, por lo que Heechul no debería haber estado usando mucha. Por otra parte, su canalización era todavía demasiado nueva, por lo que sólo podría obtener un goteo de ella.

Tal vez la confianza que Heechul estaba mostrándole ahora por dejarle verlo débil podría ayudar a ese cambio. Él tenía esa esperanza.

—Cuando Wook esté mejor, le permitirás quedarse aquí, ¿no? —preguntó Heechul.

—Por supuesto. Queremos que tanto él como tú os quedéis.

Heechul apartó la mirada entonces, pero no se retiró. Se quedó presionado contra su cuerpo, dejándole abrazarlo.

—Vendré de visita, pero no puedo vivir aquí.

—¿Por qué no?

—Necesito trabajar. No puedo permitir que más niños terminen como mis hermanos.

—Por eso trabajaremos juntos. Hemos recuperado a Sammy, ¿no?

Él sintió que algo se alzaba en el interior de su pareja, algo que lo asustaba y lo había hecho durante tanto tiempo que ni siquiera lo notaba. Trató de averiguarlo, pero Heechul lo bloqueó, manteniéndolo fuera. Siwon no creía ni siquiera que se diera cuenta de lo que estaba haciendo. Era como si estuviera tan acostumbrado a ocultar este aspecto de sí mismo que ni siquiera tuviera que esforzarse.

—¿Estás hurgando de nuevo? —preguntó Heechul. Le deslizó los dedos por su pecho jugando con el cuello de su camisa.

—Tal vez un poco.

—¿Viste algo interesante?

—Siempre. Todo sobre ti me intriga.

Lo sintió suavizarse un poco contra él, reclinarse un poco más fuerte, confiando en él para mantener el equilibrio. Siwon cerró los ojos y se deleitó con su confianza, por pequeña que fuera.

—¿Quién es Ho? —preguntó Heechul—. El hombre sobre el que estaba hablando Grace.

—Es un Suju. Uno de nuestros más fuertes y más capaces luchadores.

—¿Qué pasa con él?

El pecho de Siwon se apretó con dolor.

—Fue herido la noche en la que encontramos a Grace y a su hermano y los rescatamos de los Sasaengs.

Heechul le dio unas palmaditas en el brazo, calmándole.

—¿Qué pasó?

—Fue envenenado por un Sasaeng que nunca antes habíamos visto. Ninguno de los Zea sabe cómo sanarlo, y ha estado paralizado del cuello para abajo desde entonces.

—Pobre hombre —dijo Heechul suspirando—. Desearía que hubiera algo que pudiéramos hacer para ayudar.

—Yo también.

—¿Por qué no quiso Grace que fueras a verlo? —preguntó.

Los brazos de Siwon se apretaron alrededor de Heechul. Él era más valioso de lo que jamás comprendería.

—Te he encontrado. Viéndome, sólo le hará la situación más difícil para él.

—¿Por qué?

—Debido a que está atrapado. No puede salir y buscar a una pareja como tú para sí mismo. A menos que los Zea encuentren una manera de curarlo, estará encerrado aquí, dependiente del cuidado de los demás hasta que muera. Es un hombre orgulloso. Eso debe ser una especie de infierno en vida.

—Tal vez los Zea averiguarán como ayudarlo al igual que con Wook.

—Tal vez.

La esperanza era una idea muy poderosa, pero era malditamente escasa ahora mismo.

Heechul se dio la vuelta en sus brazos hasta que estuvo frente a él.

—No crees que puedan ayudarlo, ¿verdad?

Siwon suspiró.

—Le han estado tratando durante semanas sin éxito. Incluso con todas las donaciones de sangre que han estado recibiendo, simplemente no son suficientemente poderosos para remediarlo todo.

—Una vez que se encarguen de Wook, daré mi sangre a Kevin para él.

Era tan generoso, tan fuerte y bello. No podía dejar de amarlo.

Siwon no estaba seguro que Heechul pudiera soportar ninguna sincera confesión ahora mismo, así que mantuvo los sentimientos para sí mismo. Si Heechul se molestaba en mirar, vería cómo se sentía por él.

Siwon lo tomó de la mejilla, deleitándose con la suavidad de su piel.

—Eso estaría bien. Gracias.

—Es lo menos que puedo hacer.


1 comentario:

  1. Dios... la verdad que me desespera el que Siwon no le diga la verdad de la situacion a Hee...
    Por otro hyunjae tambien es compatible.con hee?? Waaaa ahora falta ver que problemas se daran entre el y siwon
    Gracias por el cap ^_^

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...