Último Deseo- Capítulo 6

Ni siquiera había llegado la puesta de sol, y Kevin ya estaba abrumado. La puñalada de Zhoumi no había sido tan mala y él había pagado por su curación y la eliminación de los recuerdos con sangre, pero la condición de Grace había empeorado en las últimas horas y ahora Henry parecía que se había vuelto homicida. Y todo eso eran problemas suyos para solucionarlos.

Tenía que hacer una parada rápida en el cuarto de Grace antes de ir a ocuparse de Henry. Cuando entró, encontró a Ho inclinado a su lado, sosteniendo la mano de ella entre las suyas. El hombre raras veces la abandonaba y su culpabilidad comenzaba a absorberle, carcomiéndole poco a poco. Kevin podía sentir la decadencia de su condición, tanto en su aspecto como en cada uno de los lentos movimientos de su cuerpo.

—Deberías irte a descansar —dijo Kevin.

Ho se dio la vuelta, con los ojos enrojecidos y hundidos por el cansancio.

—No —fue todo lo que dijo.

—Muy bien. Si quieres tirar el regalo que ella te dio, entonces que así sea. Es tu vida para que la desperdicies como mejor te plazca.

—Me quedo con ella.

Kevin no se molestó en comprobar los resultados de la máquina de respiración de Grace. Simplemente puso la mano sobre su cabeza y dejó que el cuerpo le hablara.

Ella todavía estaba allí, luchando. No se había rendido. Tampoco lo hacía Ho. Si la fuerza de voluntad pudiera mantener a alguien vivo, entonces quizás Grace podría aguantar otro día o dos.

No había forma de hacer esto más fácil para el Suju.

—He hecho todo lo que puedo.

Ho saltó sobre sus pies.

—No. No puedes renunciar a ella.


—No he renunciado a nadie. He intentado todo lo que sé. Te juro que lo he hecho. Ninguna medicina humana o la magia Zea va a mantenerla viva mucho más tiempo. Su cuerpo simplemente está demasiado débil. Tienes que dejarla ir. Está aguantando por ti, protegiéndote de tu dolor.

La boca de Ho se movió como si luchara por no escupir algo vil.

—Encontraré al demonio que le hizo esto. Entonces podrás crear algún tipo de antídoto.

—Ya lo has buscado. Otros lo han rastreado. Nadie ha visto siquiera un atisbo de la criatura. E incluso si encontraras uno, no importaría. Ella está demasiado lejos.

—Todavía está aquí. Es todo lo que importa.

—Está aquí por ti. ¿De verdad crees que puede descansar en paz si sabe que tú estás sufriendo? Dio su vida para salvar la tuya. Esa clase de amor es extraño, y es lo único que ahora la mantiene viva.

Ho tragó saliva y las lágrimas le inundaron los ojos.

—¿Me estás diciendo que estoy prolongando su sufrimiento?

Si Kevin endulzaba esto, Ho nunca atendería a razones. El hombre estaba más allá de la terquedad. Era exasperante.

—Sí. Se aferra a la vida por ti. Debes dejarla ir. Mantenerla aquí, obligándola a tomar aliento tras aliento de esa máquina para que tú no te sientas culpable, es egoísta.

Las lágrimas se deslizaron por la cara de Ho. Él ni siquiera intentó ocultarlas.

Kevin sabía cuando era momento de retirarse. No necesitaba que le rompieran el cuello dos veces para aprender la lección.

Kevin lo dejó, apenado por lo que estaban a punto de perder. No sólo a Grace, también a Ho. Él ya no era el hombre que una vez había sido. La pena lo había debilitado, dejándolo lo suficientemente abatido para quebrarlo.

Una víctima más de la guerra, una en la que Kevin no podía perder más tiempo. Era el turno de prestar atención a Henry, y él era al que tenía que salvar. Las parejas Suju eran demasiado valiosas para perderlas, incluso las que no tenían esperanza de felicidad. O posiblemente, ni siquiera de cordura.

Alejó los oscuros pensamientos y haría lo que tenía que hacerse, como siempre.

La puerta de la suite que Siwon y Heechul compartían con Henry estaba abierta y en el momento en que se acercó, olió la sangre. Fresca. Poderosa.

El hambre se elevó por dentro, ensanchando sus fauces. El olor de esa sangre lo llevó hacia delante, la boca haciéndose agua por saborear aquel poder. Entró en uno de los dormitorios y encontró a Siwon sosteniendo a Henry en su regazo, sus brazos y una pierna sujetando su cuerpo contra el suyo. Su hombro sangraba por un conjunto de irregulares marcas de dientes dejadas en su piel. Era la sangre que Kevin había olido.

Heechul estaba arrodillado frente a su aprisionado hermano, intentando hacerle entrar en razón.

—No puedes marcharte, cariño. Ellos te encontrarán y te apartarán de mí.

Henry se sacudía en el interior de su asimiento. Su pálida piel estaba enrojecida. Venas demasiado oscuras se marcaban en su cuello y sienes, demostrando que la sangre de sus captores aún corría por él. Él enseñó los dientes, que estaban cubiertos por la sangre de Siwon.

—Te mataré si intentas que me quede aquí. Sooman tiene que morir. Tengo que matarlo.

—Lo encontraremos por ti. Lo mataré yo mismo.

—¡No! ¡Es mío! Quiero hacerle daño. Quiero hacerle gritar.

Kevin había escuchado suficiente. Henry no estaba bien. Había estado con los Saesang durante demasiado tiempo. Ellos lo habían cambiado, le habían dado de beber su sangre. Sooman lo había torturado, violado y obligado a darle un hijo. Aquel niño había muerto. Nadie podía pasar por algo así y salir indemne.

Su sufrimiento le golpeó, haciéndole olvidar sus propios e insignificantes problemas. Tenía que terminar con su angustia. De algún modo. Había pensado que si encontraba un hombre que fuera compatible con él, uno cuyo poder pudiera manejar, podría salvarlo, pero ahora empezaba a pensar de forma diferente. Si este joven tenía algún tipo de poder, bien podría usarlo para matar a la gente dentro de la fortaleza.

Kevin no podía dejar que eso ocurriera.

Zhoumi había tenido razón en hacer que Kevin le borrara los recuerdos de su encuentro con Henry. Lo había hecho por diferentes motivos que Kevin, pero el resultado era el mismo. Henry no tendría acceso al poder de Zhoumi hasta que fuera seguro que no se convertiría en un arma mortal. Nadie debía saber que ellos eran compatibles… sobre todo Heechul, que haría todo lo posible por salvar a su hermano. Kevin se acercó hasta donde Siwon lo sostenía y tocó la frente de Henry, poniéndolo a dormir.

Henry se relajó en los brazos de Siwon, y él soltó un largo y aliviado suspiro.

—Gracias. Es fuerte para ser una cosa tan diminuta.

—Lo siento tanto —dijo Heechul, como si todo esto fuera de algún modo culpa suya.

Siwon puso a Henry sobre la cama y empujó a Heechul contra su desnudo pecho, estrechándolo entre sus brazos. La mirada que le dirigió a Kevin estaba llena de exigencia.

—Tienes que parar esto. Apuñaló a Zhoumi hoy.

—Lo sé. Fui yo quien le quitó el cuchillo y remendó su carne.

—Te daré toda la sangre que necesites —dijo Siwon—, pero tienes que ayudarlo. No da muestras de ninguna mejoría.

Heechul se dio la vuelta, limpiándose las lágrimas de los ojos.

—Está empeorando. Se vuelve más violento.

—No, siempre ha sido violento. Sólo que ahora está lo bastante fuerte para actuar sobre esos sentimientos. Debes permitirme que lo ponga a dormir a la forma de mi raza. Descansará en paz hasta que pueda encontrar un modo de extraer la corrupta sangre Saesang de su cuerpo.

—¿No podemos conseguir una especie de máquina de diálisis? —preguntó Heechul.

—Las máquinas no pueden filtrar y eliminar la magia, aunque me gustaría que fuera posible.

—No puedes rendirte con él.

—No lo hago. No lo haré. Sabes lo mucho que él es necesario. Pero no hay ninguna otra forma.

—No puedo ponerlo a dormir —dijo Heechul—. Dice que Sooman está en sus sueños. Que le hace daño. —Tragó saliva y cuando habló otra vez, su voz temblaba de emoción—. Lo viola en sus sueños, Kevin. Todas las noches. Se despierta gritando y llorando. No puedo hacerle pasar por eso mientras encuentras una cura. Al menos ahora pasa algún tiempo despierto. Lejos de él.

Siwon acarició la espalda de Heechul.

—Lo encerraremos antes de permitir que lo pongas a dormir. Ya lo hemos decidido.

—Entonces encerradlo, porque no hay forma de que podamos dejarlo vagar libremente después de lo que hizo hoy.

—Hablaré con Shindong —dijo Heechul—. Veré si nos deja poner barrotes en la puerta y en las ventanas para que se quede aquí.

Esto no iba a terminar bien. Kevin ya podía verlo.

Henry empezó a retorcerse en la cama, emitiendo lastimeros sonidos de dolor y terror.

Las lágrimas rodaron por la cara de Heechul.

—No dejes que Wook sepa lo mal que está. Eso lo mataría.

—Los dos están conectados. Wook, probablemente, ya lo sabe.

Heechul negó con la cabeza.

—No. Henry aún lo protege, a pesar de que apenas es humano. Wook fue el que estuvo con él en su mente durante todos aquellos años de cautiverio. Henry no se lo pagará haciéndolo sufrir. Tampoco quiero que lo hagas tú.

—Estoy de acuerdo. Mantendremos esto entre nosotros. —No sólo era lo justo, sino que obtendría la buena voluntad de Heechul, así como mantendría la mente de Wook libre de preocupaciones. Kevin quería a Wook feliz y contento para que nada interfiriera con su capacidad de quedarse embarazado.

Hacía unas semanas, le había dado al marido de Wook un suero que esperaba curara su infertilidad. Con un poco de suerte, los incansables esfuerzos de Kevin darían resultados y los bebés Suju nacerían de nuevo. Esa era la única esperanza que su gente tenía de evitar la inanición.

Se acercó a Henry con el pretexto de comprobarle el pulso. Heechul era protector con sus hermanos pequeños y no quería hacer nada que le enfadara.

Kevin envió el poder fluir a través del toque y se encontró con el desbordante y putrefacto dolor de las pesadillas de Henry. No podía protegerlo de ellas, pero podía mitigar sus bordes durante un tiempo, tomándolas en sí mismo. Era difícil de hacer, y agotaría un poder ya de por si reducido, pero Henry se merecía un poco de descanso después de por lo que había pasado.

Recogió sus pesadillas, permitiéndolas fluir en él. Las imágenes lo golpearon con fuerza, repugnantes. Se negó a mirar directamente en ellas por temor a terminar él mismo loco. Había demasiado tormento allí, demasiada agonía y desesperación. Si lo miraba por mucho tiempo, eso lo absorbería y lo destruiría.

Kevin lo empujó todo a un rincón de la mente y lo encerró de inmediato. Todavía estaba allí. Podía sentir los fétidos bordes intentando escabullirse, pero no era la primera vez que había hecho algo como esto. Le tomó toda la fuerza de voluntad, pero logró controlarlo y enfrentarse a Siwon y Heechul como si nada hubiera pasado.

—Dormirá plácidamente por lo menos un par de horas. No lo despertéis.

Heechul asintió con la cabeza, sorbiendo por la nariz.

—Gracias.

—Te acompañaré a la puerta —dijo Siwon.

Él dejó atrás a su esposo, y tan pronto estuvieron fuera de la vista, detuvo a Kevin.

—Toma mi sangre. Sé que la necesitas después de lo que hiciste por él.

—No pude hacer nada.

—Mentiroso —Siwon alzó la muñeca—. Adelante. Te lo debo.

Kevin estaba demasiado débil para resistirse a tal oferta. Se avergonzó de no ser más fuerte, pero eso no cambiaba nada. Las acciones eran las mismas. Al final, las acciones siempre serían las mismas.

Haría lo que fuera necesario para sobrevivir -para mantener a su pueblo vivo- sin importar quien tuviera que sangrar para que eso ocurriera.



Sooman temblaba de furia mientras permanecía de pie frente a sus pares. Los Señores Saesang se alineaban en la cueva, cada uno sentado sobre un trono tallado en la piedra circundante. Diminutos cristales brillaban a lo largo de las paredes de la caverna, y en el centro del espacio había un gran fuego, proyectando titilantes sombras sobre todo ello.

Él había sido convocado. Igual que un perro. Y como un perro, sabía que no debía ignorar la llamada. Era poderoso, controlaba una vasta franja de tierra, pero nadie era lo bastante poderoso para ignorar el poder combinado de varios de los otros Señores Saesang.

—¿Por qué fui interrumpido y obligado a venir aquí? —preguntó.

Jiyoung -uno de los otros Señores Saesang presentes- al parecer había contribuido decisivamente en la citación, por lo que fue el primero en contestar.

—Nos cuestionamos tu capacidad para proteger tu propiedad. Y tu lealtad.

La furia recorrió a Sooman, y agarró la empuñadura de la robada espada que portaba al costado.

—¿Cómo os atrevéis a cuestionarme? —exigió.

—Nosotros te otorgamos la tierra y a todos los humanos en ella. Debías cultivarla, separar la carne de aquellos que tenían poder y encontrar criadores. Y en cambio, permitiste a los criadores escaparse. Al menos dos de ellos llevan a nuestras crías, y ahora están en manos de los Centinelas. Fallaste. Lo que es peor, permitiste que los Centinelas descubrieran nuestros planes antes de tiempo. Tu fracaso ha arruinado lo que llevamos años creando. Por ello, tus tierras son revocadas. La cuestión que debemos resolver aquí es tu lealtad… independientemente o no de si debemos perdonarte la vida.

Durante un buen rato, Sooman estuvo demasiado impresionado para hablar. Sí, los Centinelas habían invadido su territorio y robado su ganado de cría, pero eso no le daba derecho a los Señores aquí reunidos a quitarle lo que era suyo. Aquellas tierras habían sido de él durante años. Se las había ganado, trabajando para abrirse camino en el poder hasta que fue lo suficientemente fuerte para matar al Señor Saesang que las ocupaba anteriormente.

—No podéis hacer eso —gruñó Sooman.

—La decisión está tomada —dijo Jiyoung—. Oiremos tu defensa, si tienes una.

—No tengo que defenderme ante ninguno de vosotros. Vosotros sois mis iguales.

Otro Señor Saesang detrás de él resopló en tono de burla.

Sooman se dio la vuelta para afrontarlo. Su cabeza era demasiado grande para su cuerpo carnoso y bulboso, con ojos saltones, y gruesos y escamosos labios. Parecía menos humano que el resto de los reunidos aquí, cubierto de pelo y garras en lugar de dedos. Cuando él habló, las palabras apenas fueron comprensibles.

—Eres débil. Demasiado humano. Alimento.

—Te demostraré lo débil que soy —prometió Sooman mientras sacaba la espada. Un instante después, se quedó inmóvil, el cuerpo congelado.

—Eso contesta a la pregunta de la lealtad —dijo Jiyoung, haciendo girar a Sooman con una ondulación de su mano—. Serás condenado a muerte por tus crímenes.

El miedo creció en la mente de Sooman, sin dejar espacio para nada más. No podía moverse. No podía hablar. No podía defenderse.

—No. Tengo una idea mejor —dijo un hombre en las sombras. Sooman creyó que reconocía la voz, pero no podía ubicarlo exactamente—. Aún puede ser de utilidad si puede aprender algo de humildad.

—¿Qué sugieres, hijo? —preguntó Jiyoung.

—Encerrarlo. Utilizarlo para la sangre, en vez de para la carne.

Los músculos de Sooman se apretaron cuando intentó luchar para quedar libre. No podía permitir ser tratado como un humano.

Fuertes y forzados sonidos le vibraron en el pecho, pero la boca no se movió.

—¿Qué decís? —preguntó Jiyoung a los reunidos—. Carne o sangre.

—Sangre —dijo el señor a la izquierda de Jiyoung.

—Sangre —dijo el siguiente.

—Sangre.

Eso siguió, rodeando la sala, hasta que la última voz resonó:

—Sangre —sellando el destino de Sooman.



Se había sentido tan bien. Tan correcto.

Donghae había sido absorbido por cualquier magia que Hyukjae tenía. Había caído en la trampa. No había querido, pero cuando lo acercó contra su duro cuerpo y lo envolvió en ese burbujeante calor, había sido incapaz de resistirse.

En ese momento, había cedido a la necesidad y se dejó arrastrar, dándole utilidad. Nadie estaba alrededor para ver su debilidad, y había pasado mucho tiempo desde que había sido sostenido así.

No es que jamás hubiese sido abrazado así exactamente.

No había comparación entre el poderoso cuerpo de Hyukjae y la de los otros hombres que habían estado antes. Ellos eran como pre-adolescentes escuálidos junto a un atleta profesional. Al principio se quedó impactado, pero luego el cuerpo tuvo mente propia y empezó a relajarse entre sus brazos, disfrutando de él.

El placer goteó a través de él y creció con cada segundo que pasaba, hasta que estuvo seguro que no podría contenerlo más. Le había hecho querer cosas que pensaba que nunca desearía de nuevo. Casi le había hecho creer que tal vez su vida no estaba más allá de la reparación.

Podía imaginarse a los dos, juntos. Tocándose. Incluso besándose.

La idea hizo que los dedos de los pies se rizasen en los zapatos y las manos profundizasen en su piel. Se vio obligado a probarlo. Sólo una vez. Necesitaba sentir sus labios sobre los suyos y comprobar si el loco deseo era real o imaginario.

Había levantado la cabeza en busca de su boca. Ahí fue cuando vio su rostro.

Había pensado que Hyukjae era diferente, pero era mentira. Aquella mirada de esperanza que había visto en todos los hombres estaba allí, en la cara de Hyukjae, burlándose de él.

Tuvo pánico y lo empujó lo suficiente para romper el agarre, pero fue un error. Le hizo daño.

Hyukjae cayó al suelo, balbuceando y temblando, como si estuviera teniendo algún tipo de convulsión. Y entonces se quedó inmóvil.

Donghae entró en pánico. No sabía qué hacer ni cómo ayudar. Todo lo que sabía era que tenía miedo de volver a tocarlo, incluso para ver si respiraba. Su contacto le había hecho esto. No sabía cómo, pero lo había provocado.

Odiando lo que sabía que debía hacer, se apresuró y buscó a tientas el teléfono, y llamó a Leeteuk. Con una voz que sonaba presa del pánico, incluso a sus propios oídos, le dijo a su hermano lo que había ocurrido.

—Está bien —dijo Leeteuk, su tono de voz firme—. Puedes arreglarlo. Simplemente coloca la mano sobre su piel.

—No. Eso es lo que hizo que esto sucediera.

—No, no fue eso. Sólo sucede si te alejas repentinamente. Es fuerte. Va a estar bien. Simplemente haz lo que digo. Confía en mí. He estado donde estás.

Donghae contuvo la respiración y cogió la mano de Hyukjae en la suya. Sus gruesos dedos estaban flácidos entre los suyos.

—Esto no funciona —dijo Doghae.

—Dale un minuto.

Quizás no lo estaba tocando lo suficiente. Dejó el teléfono, se deslizó cerca, de rodillas cerca de él, y luego colocó la otra mano en su cara. Tenía la piel suave de su reciente afeitado. Era cálido, y ahora que lo tenía más cerca, podía ver su pulso, fuerte y constante, en el cuello.

Los ojos de Hyukjae se abrieron. Sus dedos estaban entrelazados con los suyos y él cubrió la mano que estaba en su cara con la suya, manteniéndola en el lugar.

—¿Estás bien? —preguntó.

El poderoso pecho subía y bajaba con cada rápida respiración. El sudor salpicaba su frente. La oscura mirada se deslizó por el rostro, después a las manos unidas, a los dedos entrelazados.

Hyukjae estaba tan caliente, hundiéndose en la piel y extendiéndose para ahuyentar incluso el recuerdo de un escalofrío. El silencio se prolongó, haciéndole cuestionarse si había escuchado y entendido la pregunta.

¿Y si él todavía tenía demasiado dolor?

—¿Hyukjae? ¿Estás bien?

Todavía no se movía, y tampoco se atrevía a intentar alejarse de nuevo por el temor de lo que podría hacerle una segunda vez.

Las manos le estallaron en un sudor nervioso, y trasladó la mirada descendiendo por el amplio pecho. No podía mirarlo a los ojos ahora mismo. Estaba demasiado lejos de su elemento, un poco desequilibrado. Si volvía a ver la esperanza brillando en él, sabía que perdería el control.

Hyukjae se incorporó, con lo que su cabeza se acercó a la suya. Sus bocas estaban a pocos centímetros de distancia, la suya se le hizo agua. Ni siquiera había pensado en besar durante años, y sin embargo, estaba haciéndolo ahora. De hecho, no podía pensar en otra cosa que no fuese en cómo se sentirían sus labios contra los de él, cómo sabrían.

Los dedos de Hyukjae se deslizaron por la palma de la mano. Espirales de calor tejieron un camino por la piel y el brazo, expandiéndose dentro del pecho hasta llegar a cada parte de él. Un temblor le sacudió la espina dorsal.

Una necesidad oscura, irresistible se reunió bajo el vientre, conjurando imágenes de cosas que sabía que no debería desear. La piel se le calentó, y las vibraciones procedentes de las manos parecían engullirle el cuerpo entero. Todo lo que tenía que hacer era dejarse ir, y sabía que Hyukjae se ocuparía de él. Darse el tipo de placer que se había negado durante demasiado tiempo.

Tener un amante era normal. El podía permitirse hacer eso. Aquí. Ahora.

La mirada de Hyukjae se trasladó a su boca y tragó. Una mirada oscura llena de necesidad llenaba sus ojos.

—Te deseo —dijo, como si le sorprendiese.

Una emoción de victoria se le disparó a lo largo de la columna vertebral. Sí. Eso era lo que quería. Sabía que no debería anhelarlo, pero la lógica no disponía de voto. Esta vez no.

—¿Donghae? —Se oyó la voz de Leeteuk que parecía muy lejana.

De repente, Donghae se hizo plenamente consciente del teléfono móvil yaciendo a sólo un metro de ellos.

Arrastró la mano para poder atender el teléfono, pero Hyukjae no lo dejó ir.

Alzó la voz y habló así con Leeteuk para que le pudiese oír.

—Hyukjae está bien ahora, Leeteuk. Gracias por tu ayuda.

—Está bien. Adiós. —Escuchó decir a Leeteuk, un poco demasiado alegre. Después la pantalla del móvil mostró la duración de la llamada terminada.

Hyukjae capturó la mano de su rostro y se inclinó hacia adelante, enterrando la nariz contra el cuello. Empujó el cuello alto de la camisa, tratando de sacarlo del camino.

El pánico le invadió antes de darse cuenta. Hyukjae no era un demonio. No deseaba su sangre. Sin embargo, no quería que viese las cicatrices, las marcas de piel rugosa dejadas atrás por las constantes alimentaciones que había sufrido. Eran recuerdos desagradables del cautiverio. Incluso apenas soportaba mirarlas.

Se las arregló para liberar una mano y mantener el cuello en su lugar.

—No lo hagas. —La voz era fría, tajante.

Se detuvo, levantó la cabeza. Sus ojos negros lo estudiaron. Un ligero ceño le arrugó la frente. No podía decir si estaba molesto, confundido, o ambas cosas. Y entonces todas las emociones desaparecieron de su cara como si nunca hubiesen estado allí. Era como si hubiese apretado un botón y simplemente las apagase.

—Necesito llevarte de regreso a la SM.

—No.

—Esto no está bien. Si permanezco contigo, me voy a olvidar de eso.

—¿Qué pasa si no me importa?

—Lo harás. Cuando termine. Te importará. No puedo hacerlo, sabiendo que te haré daño. Debo conservar mi honor.

¿Su honor? ¿De eso se trataba?

—¿Dormir conmigo no es honorable?

Hyukjae le miró la boca otra vez y él vio la oscura necesidad destellar en sus ojos.

—No, si yo sé que no es lo que realmente quieres.

El calor en su interior empezó a disiparse, permitiéndole pensar con claridad. Estaba en lo cierto. No podían hacer esto. Por mucho que hubiera disfrutado de unos momentos fugaces de placer, tenía que vivir consigo mismo una vez que esto hubiese terminado. Era su oportunidad para romper con estas personas, no atarse a uno de ellos.

—Debes dejarme. Estaré bien solo.


16 comentarios:

  1. Unnie Yota querida, este fic cada vez se pone muy interesante, me sorprendieron muchas cosas y dieron mucha información, primero que Kevin, le dio una sustancia a Yesung para que Wooki pueda quedar embarazado. Segundo Sooman va hacer aniquilado por otros como ellos quiere decir que hay mas como ellos. Tercero Hae siente un fuerte atracción por Hyuk, y el lo mismo. Veremos que pasara con Henry ya que se esta volviendo muy violento y por ultimo el bebe EunHae para mi tendrá un papel importante en esta historia. Besos. Saludos. Gracias por avisar.

    ResponderEliminar
  2. Aigooo ahora es hyukie haciendose el fuerte ya quiero que se dejen de rodeos ese par se ama xd xd unnie kamsamnida por este capitulo me encanta gracias el mp nos leemoa en el proximo ya soy cliente fiel de tu blog. Lee chae kyung

    ResponderEliminar
  3. Oh se me están disipando muchas dudas mientras avanza la historia, me encanta ir descubriendo todo de a poco! Este cap de lo más, el deseo las cosas que están atravesando estos hombre y sobre todo esa compatibilidad que parlotea en el ambiente, tengo muchas curiosidad con el EunHae de acá en adelante!!!

    Se pone en cada cap eso es perfecto!...Pero quiero leer y leer más!

    Gracias por el MP en HATO!!!
    Saludos y Besos!

    ResponderEliminar
  4. oh.... y yo creí que este "el capítulo" pero no .... pero de seguro se esta acercando porque ya estos dos se tienen ganas jajajaj..... solo espero que sea pronto....
    pobre henry esta sufriendo tanto y hee no sabe como ayudarlo .....
    cada capítulo es mejor que el anterior
    esperaré con ansias tu siguiente actualización
    gracias por el mp !!!
    saludos y cuídate ^^

    ResponderEliminar
  5. Omo me da miedo que eso que le hagan a SooMan cause algo en Henry D8

    Waaa y yo que pense que Hae iba a dar su brazo a torcer ! pero de algo estoy seguro que Hyukkie no lo dejara solo ! y que ahora que sabemos que sus cicatrices son lo que le trae sus miedos , inseguridades y recuerdos dolorosos !

    Espero que Hyukkie pueda darse cuenta de eso ! Gracias por el mp con la actuu! espero actu pronto cuidate!

    Gynka WonAh

    ResponderEliminar
  6. lo ame lo ame lo ame,,, me alegra que castiguen a Sooman, y que pena Henry esta sufriendo demasiado :( .. en cuanto a mi adorado EUNHAE Dios porque son tan "Así" ojala los dos se unan pronto para que al fin dejen de sufrir.

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  8. WOW!
    Tantas cosas que no sé por donde comenzar... *me dejare llevar*
    ...Vaya! insisto la siguiente historia es un MiHen Cx Tiene que serlo...
    ...Estoy algo confundida por lo de Grace y Ho, recuerdo muy vagamente sobre ellos.
    Dios, al fin ese brujo tendrá algo de su propia medicina, aunque
    no se acerca a lo que el hizo con Henry y los demás, pero por algo se empieza...
    Una de las crías de eso tipos se donde esta, pero empiezo a asimilar cosas XD
    sacando mi lado detective(?) una segunda cría con los centinelas...
    ...Hae esta involucrado, creo.
    Aunque a MiMi le hayan borrado los recuerdos, dentro sabe que Henry es su pareja...
    WOW lo ponen muy difícil ya no se puede evitar un EunHae ya esta listo :D
    Muero por saber cual sera el poder de ellos ya vinculados :3
    Gracias por el aviso, espero el siguiente.
    Un saludo, que estés bien :D

    ResponderEliminar
  9. que capitulo tan interesante. pobre henry no puede con tanto dolor, el trauma que debio ser todo lo que paso con sooman y ahora hasta la razon esta perdiendo, espero que lo puedan curar.

    y hae, todavia no sabe lo que quiere, se siente increiblemente bien estar con hyuk, pero como le dijo él, es solo el calor del momento, debe tener la cabeza bien fria para poder pensar y arreglar su pobre corazon que tambien esta muy dañado y darle tiempo tambien a hyuk para que se abra de nuevo a amar a una nueva pareja.

    unnie gracias por el mp y hast ael siguiente capitulo.

    ResponderEliminar
  10. Oh por San Siwon! atate DongHae atateeee! jajaja Aigo esto se esta poniendo más bueno.. pff si tan solo Mochi supiera lo que le esta pasando a Sooman u_U y Kevin tan sacrificado </3 ... EunHae es una cria de demonio... quien sera la otra?? quien sera la otra persona que esta embarazada?? D:

    Seguiré al pendiente!^^

    Nos vemos!~

    ResponderEliminar
  11. OH Yota va cada vez mejor y mas emocionante, me entibias el corazon con el fic es maravilloso espero que no deje a Hae plissss.

    ResponderEliminar
  12. omgg estaban tan cerca de besarseee..me deben ese beso!
    lo de henry me tiene prrocupada..y ahora sabiendo el destino de de Sooman..que por cierto no me lo esperaba
    muchas gracias por el mp saludos

    ResponderEliminar
  13. ahh Dios esos dos estan a pumto de caer por el precipicio de arder instantaneamente y sin ayuda de algun acelerante cada capitulo esta mejor q el anterior
    Atte: nicol_HKS

    ResponderEliminar
  14. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaa mi otp,con ellos no puedo sacar conclusiones,quiero sorpresa,no quiero adivinar que puede suceder con ellos.
    pero aaaaaaaaaaaaaaa eso ya no es la union,esto es algo natural,aunque claro,el anillo reacciona,pero aun donghae no hace nada y ya lo quiere con el ksjndifhifuheiuferien
    No Hae,no estaras bien solo,aceptalo,aun sin esa union,lo quieres junto a ti

    ResponderEliminar
  15. rosaliehale:
    Aigo este capitulo tiene de todo y de todos, hay tantas cosas sobre las que qusiera comentar pero terminaria haciendo de este comentario un testamento y me temo que no dispongo de mucho tiempo, asi que resumire:
    Guao creo que ya era hora de que Ho se pensara seriemente el hecho de dejar ir a Grace, mantenerla asi no es bueno para ninguno de los dos, pero no quiero que Ho se deje desplomar, Grace no se sacrifico para que el terminara asi.
    Ahora bien la situacion de Henry es bastante alarmante, no solo apuñalo a Zhoumi sino que tambien mordio a Siwi, creo que lo correecto seria ponerlo a dormir pero esta las pesadillas esas, no creo que sea buena idea solo encerrarlo, eso seria una solucion temporal. Kevin me ha hecho dar cuenta que quizas el heco de que Zhoumi se borrara la memoria fue lo correcto, no quiero ni imaginar que haria Henry si obtuviera poder de él.
    Yo queria que Sooman muriera y me sorprendio mucho que existan mas señores malos.
    Hyukjae y Donghae deberian dejar de resiustirse a lo que es un hecho inminente, ambos estan destinados y se necesitan mucho, no deberian ser tan tercos.

    Creo que olvide mencionar otras cosas pero bueh, perdon nuevamente por comentar tan tarde, la cosa por aca en Vzla no estan muy bonitas que se digan (sobretodo en mi estado) y no me da casi tiempo de leer o comentar.
    Muchas gracias por el mp y cuidate.

    ResponderEliminar
  16. Dejense llevar por el deseo >:c pez tonto, mono tonto hsjsjsjd Ok ya, ame el Capi *^*

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...