Algo Nuestro- Capítulo 9



—El joven Kim me ha pedido que le diera esto —dijo una enfermera antes de que llegara a la habitación de Heechul a la mañana siguiente.

Aquella mujer corpulenta parecía incómoda. Se trataba de la partida de nacimiento de Siwan y él figuraba como el padre. Aquello era un golpe bajo. ¿Por qué no se lo había dado él mismo? Entró precipitadamente en la habitación. Heechul estaba vestido y hacía la maleta. No se veía a Siwan por ninguna parte.

—¿Dónde está mi hijo?

—En el nido, naturalmente.

—Quiero verle enseguida.

—Ahora puedes verle, Siwon. Pero necesito pasar más tiempo solo. Creo que lo mejor será que no nos veamos durante una temporada. Y eso incluye...


—Ni se te ocurra decirlo! —le atajó él. Se le había acabado la paciencia—. ¿Creías que me iba a contentar con la partida de nacimiento? ¿Me das un pedazo de papel a cambio de mi hijo?

—Cálmate. Estás perdiendo el control —dijo Heechul.

—Mira, ni si quiera me has visto fuera de control. Este papel sigue haciéndole un bastardo.

—Qué?

—Ya me has oído. Has elegido hacer de tu hijo un bastardo, Heechul. Te he pedido cientos de veces que te casaras conmigo. Ya deberías saber que te quiero.

—Tú sólo quieres al appa de tu hijo —dijo él con los ojos húmedos.

—¿Cómo demonios puedes decir eso y quedarte tan tranquilo?

—¿Y cómo voy a estar seguro de que no es verdad? —gritó.

Siwon se acercó amenazadoramente y habló con desprecio, en un tono sereno y letal.

—He sido paciente. Condenadamente noble. Te he querido tanto que nunca me ha importado renunciar a lo que yo deseaba. Bien, lo he hecho a tu manera, Heechul. Pero ya se acabó de hacer lo que era mejor para ti. De ahora en adelante, sólo haré lo que sea mejor para mi hijo.

—Siwon, espera!

Pero él no se detuvo y salió apartando a la sorprendida enfermera. Heechul sintió que la tierra se habría bajo sus pies. ¿Cómo había podido pasar? Él sólo quería un poco más de tiempo y ahora parecía que Siwon lo odiaba con toda su alma.

¡Dios! Iba a quitarle a su hijo.



Esa misma tarde, desde la puerta de la habitación del niño, Heechul miró a sus hermanos.

—Llegó una cuadrilla una hora después de que Siwan naciera y acabaron en un abrir y cerrar de ojos.

Heechul luchó para contener las lágrimas. Era exactamente igual que la foto de la revista. “Hasta que tengas a tu hijo en brazos”.

Tragó saliva. Incluso el niño era la viva imagen de Siwon. ¿Cómo iba a vivir sin verle?

—Dime que no puede quitármelo, Jungsoo.

—No puedo. No ha hecho nada malo. En realidad, su comportamiento ha sido ejemplar. Por lo general, el appa tiene más peso, pero ningún juez le consideraría un padre inadecuado.

—Vamos, Heechul —dijo Wook—. Necesitas dormir.

“Lo que necesito es buscar un agujero profundo y morirme”. Wook le pasó un brazo por los hombros y Heechul dejó que lo llevara a su habitación. Los dos hermanos se ocuparon de acostarlo y arroparlo. Entonces, Heechul se hizo un ovillo y lloró contra la almohada. Amaba a Siwon con locura, le necesitaba. Lo había tenido todo sólo para perderlo. Le había presionado demasiado.



Heechul sonrió débilmente viendo a Sungryung y Kangta haciéndole monerías a su nieto. Kyuhyun colaboraba con entusiasmo. Era asombroso cómo varones adultos se convertían en verdaderos idiotas cuando estaban con recién nacidos. Se sentía como un hipócrita. No podía negarles las visitas, pero no tenían la menor idea de lo duro que resultaba para él.

Kyuhyun le pidió permiso para tomar al niño en brazos y enseñarle el elefante de peluche que le había llevado, uno de los muchos que le había comprado en sus dos semanas de vida.

Una hora después, Kangta y Sungryung se marcharon. Kyuhyun se demoró en la puerta sin poder decidirse a terminar de jugar con su sobrino.

—A Siwon le está matando no verte —dijo de repente—. No estás siendo justo. El te quiere con locura. ¡No te puedes imaginar el interrogatorio que tendré que soportar cuando le vea!

Heechul también se moría por verle, pero tenía que protegerse a sí mismo y a su hijo.

—Kyuhyun, ¿tú sabes qué está tramando?

—Nada, que yo sepa. ¡Dios mío! Pero si te tiene aterrorizado.

Heechul apartó la mirada y acarició con la mejilla la cabecita de Siwan.

—Jamás te haría daño, Heechul. Sabe exactamente lo que quiere y no parará hasta conseguirlo.

Heechul alzó la barbilla y miró fijamente aquellos ojos.

—Yo también.



El capataz le dio un codazo a Siwon.

—¿Quién es ésa? —preguntó admirado.

Siwon levantó la mirada y vio que Geumhee se acercaba saltando ágilmente sobre los escombros de la obra. Mientras iba a su encuentro, se fijó en que se retorcía las manos, nerviosa. El corazón le dio un vuelco.

—¿Le pasa algo a Heechul?

—No, los dos están perfectamente. ¿Podemos hablar, Siwon, cariño?

Siwon la llevó bajo la sombra de un árbol. Parecía que Geumhee no se decidía a mirarle a la
cara.

—Me estás asustando, Geumhee.

—Me casé con Janghoon estando embarazada de Jungsoo. Durante años, achaqué las peleas a que se había casado conmigo por él, no porque me quisiera.

Siwon apretó los dientes.

—Creo que Heechul recuerda lo que tuve que pasar, aunque entonces no era más que una cosita pequeña —dijo entre sollozos—. Es culpa mía que ahora se comporte así.

Siwon se sintió partido en dos. Suavizó la dureza de su expresión y le puso las manos sobre los hombros.

—¿Y nunca cambiaste de opinión?

—Desde luego. Acabó haciéndome ver que me quería por encima de todo, desde el primer momento. Janghoon era un hombre tranquilo. Yo esperaba un amor grandilocuente, pero sólo conseguía que me expresara una posesividad feroz si otros se atrevían a mirarme. Al final, acabó admitiendo que me había dejado embarazada a propósito, para no perderme.

Siwon sonrió. Le hubiera gustado conocer al padre de Heechul, aunque lo más probable sería que en aquel momento estuviera encañonándole con un rifle.

—He tratado de razonar con él —continuó Geumhee—. Pero ni siquiera quiere hablar de ti.

—Pronto tendrá que hablar conmigo, Geumhee. Te lo garantizo.



Heechul se puso tenso en cuanto vio que Siwon se acercaba, pero él apenas le prestó atención y se inclinó para ver a su hijo.

—Hola, gordote! Ya veo que comes bien.

Con un último beso, Siwon se enderezó. Siwan empezó a gimotear. Heechul frunció el ceño, parecía que supiera quién era su padre.

—Hola, Heechul.

—Hola, Siwon —dijo él, tratando de controlar sus emociones.

—Estás estupendo.

Le parecía raro verlo sin la barriga aunque seguía siendo tremendamente excitante. Siwan protestó y Siwon lo tomó en brazos. El niño se calmó inmediatamente. Heechul notó que se le cerraba la garganta. Key reclamó su presencia.

—Está mojado —dijo él—. No te preocupes. Yo sé cambiarlo, sólo dime dónde.

Tras un momento de vacilación, Heechul le indicó la oficina, donde había una cuna y una mesa para vestirle.

—Vaya, cómo pesas! —dijo Siwon mientras lo sujetaba con una mano sobre la mesa y acercaba lo necesario con la otra—. Supongo que le estarás dando su merecido a tu appa, ¿eh?

Desde la puerta, Heechul vio cómo lo cambiaba sin dejar de jugar y provocar sus risas. Se sintió como un estúpido.

—¿Ha tomado el bibe ya?

Heechul se sobresaltó y necesitó un momento para asentir.

—Pues a dormir, pequeñin. Y no te pongas a lloriquear. Yo estoy aquí para espantar al coco. Ya sabes, es lo que hacemos los papás.

Heechul tenía lágrimas en los ojos y su compostura por los suelos. Necesitaba estar cerca de él, sentir su olor, aunque no pudiera tocarle. Pero no creía que Siwon se dignara a mirarlo. ¿Cómo era posible que su amor se hubiera convertido en una fría batalla de la noche a la mañana? Eso sólo demostraba que había ido tras el niño desde el primer momento. ¿Por qué si no había muerto el amor tan deprisa?



Siwon podía sentir los ojos de Heechul acariciando su cuerpo. Comenzó a excitarse ante la simple idea de estar cerca de él, de oler su cuerpo, de sentir su calor.

—¿Qué tal estás Siwon?

—Estupendamente —dijo como si no le preocupara. Acabó de arropar al niño y se volvió para marcharse.

—Siwon espera. Tenemos que hablar.

Sacudió la cabeza lentamente. No podía. Si lo intentaba, tendría que decirle la verdad, lo furioso que estaba, lo herido. Tendría que decirle que la culpa era exclusivamente de él por tratar de revivir el pasado de su madre a su costa. Tendría que decirle que lo amaba, que lo echaba de menos y que lo odiaba, todo al mismo tiempo.

—Lo único que quiero oírte decir es que te equivocaste.

—Ya es demasiado tarde para eso.

—Heechul, fue demasiado tarde desde el principio.

Heechul le miró con los ojos entornados.

—Fui un idiota al pensar que podías quererme —dijo él con voz temblorosa.

—Yo aún te quiero —le susurró Heechul.

—Pues tienes una manera muy extraña de demostrarlo —se burló él amargamente y abrió la puerta.

—Siwon, espera. No puedes irte así.

—Ah, no? Tú mira.

Y se marchó.



Heechul no creía que hubiera algo que pudiera hacerle tanto daño como ver a Siwon y sentir su desprecio. Al día siguiente, se encontraron en el camino y ambos se quedaron parados. Pudo descifrar su expresión, pero era tan dura que se sujetó al carrito con más fuerza. Al cabo de un momento, Siwon subió al Jeep y cerró de un sonoro portazo. Heechul sintió aquella acción como un aguijonazo y trató de seguir adelante sin mirarlo. Ni siquiera se había tomado la molestia de saludar ni de detenerse a acariciar al niño. ¿Qué más pruebas necesitaba para convencerse de que le había perdido?



Siwon lo siguió con la mirada mientras cruzaba hacia el parque. El corazón se le partía con sólo verlo. Desde el parto, habían sido las seis semanas más largas de toda su vida sin llegar a ninguna parte. ¿Por qué no iba tras él y le exigía que recobrara el sentido común? “Por que eres un cabezota, por eso”. Siwon examinó sus sentimientos y sus métodos y llegó a la conclusión de que podría haber actuado de una manera distinta si no lo hubiera querido tanto.



Al día siguiente, Heechul tomó a su hijo en brazos para aliviar el dolor que la ausencia de su padre le producía. Respiró su perfume y le contempló. Entonces frunció el ceño.

—Conque habéis estado conspirando contra mí, eh?

Siwan contestó haciendo burbujas con la boca y pataleando con sus piernas gordezuelas. Heechul no tuvo más remedio que volver a abrazarle antes de quedarse mirando a su hermano y a su madre.

—¿Cuál de ustedes va a ser la primera persona en confesar que dejaron venir a Siwon cuando yo no estaba?

Geumhee y Wook se pusieron pálidos, intercambiaron miradas y luego volvieron sus ojos hacia él.

—Siwan huele igual que su padre.

Heechul tuvo que darse la vuelta para que no lo vieran sonreír. Tenía ganas de reírse a carcajadas. Que estuviera viendo a su hijo a escondidas aliviaba algunos de sus peores miedos. Había vuelto a equivocarse en muchas cosas y no por primera vez. Aquello le dio esperanzas para ir a su habitación con Siwan, tumbarse en la cama y marcar un número de teléfono. Sonó y sonó pero el contestador no se conectó. Frunció el ceño y lo dejó para más tarde. Siwon había dicho que no había nada que hablar, pero Heechul tenía otras ideas.



Jungsoo miró el documento con la boca abierta.

—¿Lo dice en serio? —preguntó mirando a Kangin y luego a Siwon.

—Yo lo he intentado, Jungsoo —se disculpó el abogado—. Pero se niega a ceder.

—Esto es ir demasiado lejos, Siwon. No puedes hacerlo.

Siwon contempló el documento de custodia que Jungsoo tenía delante.

—No me ha dejado otra alternativa, Jungsoo. Lo sabes perfectamente.

—No me lo puedo creer! —exclamó él con con ojos húmedos—. Juro que si hubiera vivido cien años, jamás te habría considerado capaz de una cosa así.

Siwon sintió que una daga le partía el corazón en dos. Ni siquiera un abogado experimentado podía descubrir que era un medio para alcanzar un fin.

—Esto va a matarlo -.musitó Jungsoo con voz trémula—. Después de todo lo que habéis pasado juntos. Porque tú lo quieres, ¿no es cierto?

—Más que a mi vida, pero me ha excluido de la suya. ¿Y todo por qué? Porque tiene miedo de que sólo lo quiera por nuestro hijo. Él me ha empujado a hacerlo, Jungsoo. Tu hermano no sabe escuchar a su propio corazón y no puedo seguir esperándolo.

Siwon salió del despacho temblando. Por enésima vez le asaltaron dudas sobre lo que se disponía a hacer, pero se obligó a seguir andando. Había echado su carta de triunfo a la mesa, si fallaba, todo estaría perdido.



En el salón, Heechul estudió el legajo que Jungsoo le había presentado. “Dios mío, no!”. No podía creer que Siwon hiciera una cosa así.

-¿De verdad te sorprende tanto? Tú le has presionado y él se ha revuelto, Heechul. ¿Qué quieres que te diga?

—Puedes empezar por decirme cómo ha sucedido esto. ¿Cómo le has permitido hacerlo?

—Contrólate. De nada valen ahora los ataques de histeria. ¿Qué te creías, Heechul? ¿Que Siwon iba a seguir consintiendo que tiranizaras su vida y la del niño? Has actuado como una prima donna egocéntrica, has hecho lo que te daba la real gana. ¡Por el amor de Dios! El también tiene sentimientos. Quiere lo mejor para su hijo y cortar definitivamente contigo.

Jungsoo se puso el legajo sobre las piernas, ignorando las miradas hostiles de Geumhee y Wook.

—¿Queréis explicarnos de qué va todo esto? —preguntó Wook.

—¿De verdad ha puesto una demanda para quedarse con Siwan?

—No —contestó Heechul—. Ha renunciado a todos sus derechos sobre el niño, excepto a verle una vez al año.

Wook se quedó con la boca abierta. Geumhee empezó a llorar en silencio.

—Hay una condición. 

Heechul miró a Jungsoo.

—Te habrás dado cuenta de que no está firmado. Heechul sacudió la cabeza, confundido.

—Antes que nada, tienes que pasar este fin de semana con él y discutirlo.

“Volver a verle?” No, no podía. Ya estaba moribundo y aquello acabaría matándolo,

—No puedo. Este fin de semana tengo que asistir a una fiesta de caridad.

—Siwon ya lo sabe. Tú eres su acompañante.

—No! No después de esto!

Jungsoo se enfrentó cara a cara, con toda la hostilidad de que era capaz.

—Acepta, Heechul. O sólo Dios sabe lo que puede hacer a continuación. Ya tienes lo que querías, no amenaza con disputarte el niño.

—Maldita sea, Jungsoo! No es tan sencillo!

—Para él sí.

De repente Heechul entornó los ojos.

—Ya le enseñaré yo lo complicado que puede ser. 

Heechul salió echa una furia. Jungsoo cruzó los brazos y sonrió satisfecho. Wook lo vio y trató de sonreír valientemente. Geumhee no se había enterado de nada, pero Heechul iba a luchar.


3 comentarios:

  1. Wooooooooow
    eso sí que es una muy buena estrategia,hee muy decidido a creen que siwon queria estar con el solo por el bebe,hora con la renuncia de 'los derechos,que mas le queda???? Creerle
    pero en verdad espeto que siwon este firme y haga que he confiese todo,ya es justo,siwon podra amarlo,pero todo tiene un limite y fecha de caducidad

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  2. ahh Hee es un babo aunque se podria entender su situacion pero tener a siwon asi todo lindo y ahora hatsa renuncie a la custodia del bebé aish weee?
    me emocione tanto imaginandome a siwon de papa awwwwwww tan tierno *-* gracias por el mp unnie *-*

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  3. Waa en verdad que Siwon se la esta jugando el todo por el todo

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...