Debutantes II- 17




—Tu marido ha venido a verte —anunció Hanni desde la puerta.
Los dos jóvenes estaban sentados a horcajadas en la cama de Heechul y redactaban una buena lista de posibles maridos para ambos. Su camaradería era cálida; su risa, espontánea. Hacía mucho que Heechul no se divertía tanto.
Con el anuncio de Hanni los tres pensaron que la palabra «marido» sonaba muy bien o, al menos, dos de los tres lo pensaron. Heechul recordó que, en su caso, «marido» no significaba exactamente lo que debería significar y su ánimo se hundió. No obstante, intento poner al mal tiempo buena cara mientras sus amigos salían corriendo, porque no querían entrometerse en los primeros días de su vida de casado.
Heechul se vistió lentamente, por mucho que Hanni tratara de darle prisa. En su opinión, Siwon podía esperar. Podía esperar el día entero. Merecía quedarse esperando. ¡Dios, con qué facilidad volvía a enfadarse! Y no se sentía capaz de dominar sus emociones.
—Menos mal que tu appa ha vuelto a la cama —dijo Hanni mientras sacaba a Heechul de la habitación a empujones—. He oído que estuvo en pie de guerra esta mañana por este giro de los acontecimientos.
—Qué tontería... —se mofó Heechul al tiempo que se detenía en lo alto de la escalera—. Mi appa nunca está en pie de guerra.
—Pues, esta vez sí, y tu padre cedió, si puedes creerlo. El mayordomo escuchaba desde el otro lado de la puerta. Jura que es verdad.
Heechul no le creyó. Ese sirviente era famoso por aderezar sus historias para hacerlas más interesantes. No era el momento de discutir, sin embargo, porque Siwon lo estaba esperando en el salón. No dudaba de que había venido a buscarlo. Estando casados, tenían que vivir en la misma casa, quisieran o no. Primero lo obligaría a disculparse por haberle abandonado tan descortésmente la noche anterior.
Se detuvo en el umbral del salón. Estaba listo para la batalla, su «marido» esperaba de pie junto a la ventana que daba a la calle. No había mucho que ver allí fuera. Él parecía inmerso en sus pensamientos y, seguramente, no lo había oído llegar.
Pero sí. Sin darse la vuelta siquiera, dijo:
—Llevo esperándote una hora. ¿Pensabas que me hartaría y me iría?
—En absoluto —ronroneó—. Sólo esperaba que te hartaras.
Siwon se dio la vuelta a tiempo para ver la sonrisa irónica que le dirigió Heechul mientras se acercaba al sofá. Había cuatro sofás para elegir, estaban dispuestos en torno a una mesilla con algunas golosinas y con uno de los arreglos florales de su appa en el centro, aunque la usaban, sobre todo, para apoyar las bandejas con el té.
Extendió la capa que llevaba por todo el sofá, para que Siwon no pudiera pensar siquiera en sentarse a su lado. ¡Él se acercó y se sentó encima del extremo! Heechul rechinó los dientes y tiró de la tela para sacarla de debajo de su muslo. Siwon no pareció darse cuenta, se volvió hacia él y apoyó un brazo en el respaldo del sofá. Tal vez no se mostraba descortés deliberadamente aunque Heechul sí, y se apartó más de él.
Siwon se fijó y dijo:
—Estáte quieto.
—¡Vete al diablo!
Él hizo ademán de tocarlo pero cambió de opinión y suspiró.
—¿Podemos, al menos, mantener una conversación normal durante unos minutos?
—Lo dudo —dijo—. Unos minutos es demasiado tiempo para ser cordial contigo.
Estaba bufando de cólera. Cada palabra que salía de su boca lo empeoraba, como si la ira se alimentara de sí mismo. Y no tenía otra salida para la ira, que crecería y le envenenaría. La única salida alternativa que Siwon le había enseñado ya no era una opción. No iba a utilizarle para descargar una furia de la que él era el responsable.
—Se me ha ocurrido la solución ideal para nuestro problema.
Lo dijo como si lanzara una pepita de oro, esperando que se abalanzara para cogerla y así dejar de lado el sarcasmo y el rencor por un momento. No dio resultado.
—No sabía que necesitábamos una solución aunque supongo que tú sí. —Lo único que se le ocurría era la anulación de su matrimonio pero no iba a dejarlo escapar tan fácilmente. Tenía sus opciones preparadas cuando dijo—: La anulación no se contempla.
—Estoy de acuerdo —dijo él, sorprendiéndolo—. Ya celebramos nuestra noche de bodas aunque con antelación.
Si pensaba que lo avergonzaría mencionando su encuentro amoroso, se equivocaba. De hecho, le hizo recordar su gran ingenuidad, cómo había creído todas sus mentiras, cómo pensaba que él deseaba ayudarlo de verdad cuando, en todo momento, había sido objeto de burlas para él y para Youngwoon. Que le hubiera ayudado efectivamente resultaba irrelevante, porque sus motivaciones habían sido interesadas.
—He decidido comprar una casa. Hay una en venta cerca de aquí, así podrás visitar a tus padres fácilmente siempre que te apetezca.
—¿Qué le pasa a tu casa?
—Nada. Mi casa es perfecta... para mí —señaló Siwon—. Sin duda, no te sorprenderá que quiera que siga siéndolo. Estoy hablando de una casa sólo para ti.
No era eso lo que Heechul esperaba oír pero, a pesar de todo, logró esbozar una apretada sonrisa.
—¿Piensas, realmente, que destrozaría tu casa?
—La idea me pasó por la cabeza. Eres una persona imprevisible, Hee, probablemente la más imprevisible que he conocido nunca. Preferiría no correr riesgos con una casa que me gusta mucho.
—Y tu brillante idea es que no sólo tengamos dormitorios separados, sino casas separadas —apuntó—. ¿Y si tu idea no me gusta?
—No lo hago para darte gusto, querido. Por mí, puedes quedarte aquí. A la larga, sin embargo, esto podría ponerte en una situación comprometida que acabaría afectando a mi familia. Recuerda, sin embargo, que tú forzaste esta situación cuando yo podría habernos librado fácilmente.
—¡Yo no forcé nada! ¡Tú mismo lo hiciste cuando decidiste jugar a las apuestas con mi vida!
El pasó por alto su tono acalorado y se encogió significativamente de hombros.
—En todo caso, aceptarás lo que te ofrezco. ¿O todavía no te has dado cuenta de que soy yo quien toma las decisiones?
Lo dijo en tono muy pagado de sí mismo.
—Yo no apostaría por ello —respondió Heechul.
Siwon se puso de pie con la misma expresión desagradable que le mostrara cuando le increpó en Raccoon Glade.
—No me presiones, Heechul. Ya lo has hecho demasiado. Puedo mantenerte a raya y lo haré, si es necesario. Preferiría no tener que controlar todos y cada uno de tus actos (otra vez), pero lo haré si te rebelas.
Lo dejó con esta advertencia y con la clara insinuación de que lo confinaría en Trimage, solo esta vez, tan prisionero como en la ocasión anterior. A eso se refería cuando dijo «otra vez», pero Heechul no pensaba dejar que se saliera con la suya y sabía exactamente qué hacer para impedírselo.


—Ésta no es una buena idea —gruñó Hanni mientras se envolvía mejor el regazo con la manta de viaje y seguía mirando preocupada por la ventana del carruaje.
—Es una idea maravillosa —repuso Heechul.
—No se irrumpe sin más en casa de la gente, y menos de esa gente en concreto.
—Será un duque —dijo Heechul encogiéndose de hombros—, pero también es mi suegro. ¿Realmente crees que no me dará una cálida bienvenida?
—No se trata de eso. ¿Qué pasará si ya sabe que te has separado de su hijo?
—Nadie lo sabe todavía. Ni siquiera el propio Siwon. Él cree que estamos separados por decisión suya.
—Deberías mudarte a la casa que te ha comprado en lugar de irrumpir en casa de su familia —dijo Hanni.
Heechul suspiró. En lo que a quejas se refería, Hanni estaba en perfecta forma. Heechul ya estaba bastante nervioso por su primer encuentro con el duque. Su doncella no hacía más que empeorar las cosas.
—En primer lugar, no irrumpo —dijo—. En segundo lugar, no tengo intención de mudarme a la casa que me ha comprado.
—Pero la ha comprado sólo para ti.
—Sí, y estoy encantado de que haya gastado tanto dinero —dijo Heechul—. Pienso derrochar más dinero de Siwon cuando regrese a Londres. Iré de compras, gastaré cantidades extravagantes y le enviaré todas las facturas.
—Vaciar los bolsillos de un hombre con quien no tienes una buena relación es aún peor que la visita a Shiyuan Hall —le advirtió Hanni.
—Últimamente todo te parece mala idea.
—Porque vuelves a ser el de antes. Me estaba acostumbrando a tu nuevo yo y...
—No es verdad y tú lo sabes —la interrumpió Heechul con voz un poco dolido—. Sólo soy el de antes cuando se trata de él.
Hanni suspiró y lo admitió.
—Es verdad. Lo siento. Pero tenía grandes esperanzas para tu matrimonio, la posibilidad de encontrar, por fin, la paz lejos de tu padre, el amor de un buen hombre, tener niños, que yo adoraría... ¿Seguro que no estás en embarazo?
Heechul no estaba seguro en absoluto pero dijo:
—Sí, por supuesto, pero dile al cochero que se detenga, creo que voy a vomitar otra vez.
—Sí que estás embarazado —afirmó Hanni.
—De veras que no, y no importa, no es necesario que nos detengamos. Ya se me ha pasado. Es que el enfado me revuelve el estómago y este camino lleno de baches no facilita las cosas.
—No pasa nada si estás embarazado. Eres un joven casado.
—¡No voy a tener un niño! —se encrespó Heechul.
—Muy bien. Aunque nunca antes el enfado te afectaba el estómago.
—Nunca antes había estado tan enfadado.
Hanni siguió farfullando pero Heechul dejó de escucharla. No sabía qué podría conseguir con esa visita. En realidad, no lo había pensado mucho. No pretendía abrir una brecha entre Siwon y su familia. Pero la amenaza que pendía sobre su cabeza lo tenía preocupado. Le gustaría que algún miembro de la familia Choi estuviera de parte de él y razonara con Siwon, si realmente quisiera recortar su libertad y encerrarlo en algún lugar..., solo, en esa ocasión.
Hanni se sintió aún más intimidada cuando bajaron del carruaje y se quedó mirando la mansión con la boca abierta. Sólo tenía una cosa más que decir y la dijo en un susurro:
—Espero que sepas qué estás haciendo.
Heechul no respondió. Sirvientes en librea acudieron en masa para acompañarlos a la mansión, ocuparse del carruaje y descargar los baúles. Heechul se había vestido a lo grande para la ocasión y fue por eso, probablemente, que lo recibieron sin pedirle que se identificara ni que explicara la causa de su visita.
Evidentemente, cambió de opinión en cuanto se topó con el muro sólido que era el mayordomo de Shiyuan Hall. Él no le permitiría seguir adelante sin identificarse.
A Hanni, sin embargo, se le daba muy bien tratar con la servidumbre, no la intimidaban en absoluto los miembros del servicio que ostentaban un rango mayor que ella y evitó un interrogatorio prolongado yendo directamente al grano.
—Necesitaremos dos habitaciones —dijo al mayordomo—. Una de ellas muy amplia, ni se le ocurra ofrecer a mi señor una simple habitación de invitados. Es el nuevo nuero de su amo, que viene a conocer a la familia de su esposo. Y, teniendo en cuenta las dimensiones de esta casa, quiero una habitación junto a la suya, gracias.
Sin más dificultades, los condujeron al piso superior. Si el Mayordomo estuviera a su servicio, Heechul insistiría en que exigiera más pruebas que los aires de suficiencia de una doncella, aunque quizá la gente del campo viviera más relajada. Y la habitación donde la condujeron era tan grande, cuatro veces el tamaño de su propio dormitorio, que se sintió empequeñecer cuando entró. La decoración era exquisita, en jade y oro, sobre todo, y muy valiosa.
Estaba acostumbrado a las cosas caras y no dudaría en utilizar las que había. Con habitaciones de ese tamaño, no era de extrañar que Shiyuan Hall fuera tan grande como una manzana entera.
Después de pasar la mayor parte del día viajando debería descansar un poco, al menos, hasta la hora de la cena, pero estaba demasiado nervioso para planteárselo siquiera. Cuando quitara de en medio su primer encuentro con el duque, suponiendo que saliera bien, entonces podría relajarse y hasta disfrutar de su estancia. Por eso se limitó a cambiarse y se dirigió a la planta baja para «conocer» a su nueva familia.
Heechul descubrió que era fácil perderse en Shiyuan Hall, mientras vagaba por la planta baja tratando de orientarse. No sólo había un vestíbulo principal que daba entrada a distintas habitaciones, sino que había unos cuantos vestíbulos. Al final renunció a descubrir dónde estaban las estancias principales y solicitó una audiencia con el duque. Esto, al menos, fue fácil, ya que había sirvientes por todas partes. Ya había visto que tenían más de un salón. Lo condujeron al que llamaban salón azul y Heechul deseó que no lo hicieran esperar demasiado.
El salón azul, denominado así porque las paredes, los suelos y las ventanas eran de color azul pálido, no estaba vacío. Una mujer de mediana edad yacía en uno de los sofás. Parecía echar una siesta y se cubría los ojos con una mano para evitar la luz que entraba a raudales por la larga fila de ventanales. Al sonido de pasos, sin embargo, se incorporó de inmediato, miró a Heechul y frunció el ceño.
—¿Quién eres tú? No importa. Esto no puede ser. Márchate antes que baje mi hijo.
Desde luego, ése no era un recibimiento normal. Heechul no supo si molestarse o echarse a reír. ¿La madre de Siwon? Juraría que le habían dicho que su madre había fallecido hacía mucho tiempo. ¿Quién, entonces? Era una mujer extraordinaria, de cabello rubio y ojos azules, y se parecía mucho a Siwon. Era tan brusca y autoritaria, sin embargo, que su comportamiento se podría calificar de masculino.
—¿Perdone? —dijo Heechul.
—A mi hijo Kyuhyun , lo impresionan mucho los jóvenes hermosos —explicó la mujer—. Tú eres demasiado hermoso. Caerá babeando a tus pies si te pone los ojos encima. Debes irte.
Heechul decidió pasar por alto esos comentarios y quiso empezar de cero.
—¿Es usted una de las tías de mi esposo? Soy Heechul.
—Me da igual quién seas, muchacho, tienes que desaparecer y rápido..., ah, no importa. Nos iremos nosotros. Visitaremos a mi hermano en otro momento.
Se levantó para irse pero enseguida emitió un gruñido, porque ya era demasiado tarde. El joven de quien había hablado, su hijo, entró tranquilamente en el salón. Sus ojos se fijaron enseguida en Heechul y se detuvo en seco. Se lo quedó mirando sin pestañear. Nada a lo que él no estuviera acostumbrado, aunque él no quedó enmudecido, como los demás.
—Dios mío —dijo—. Dios mío. ¿Cuándo bajaron los ángeles a la tierra?
—Puedes cerrar la boca, Kyuhyun —espetó la mujer con disgusto—. Está casado con tu primo Siwon.
—Ah, eso lo explica. —No parecía demasiado decepcionado de saber que estaba casado—. EL incomparable Heechul, sin duda. Sé que debí buscarlo cuando me hablaron de él aunque, francamente, no me lo creí todo. Nadie puede ser tan hermoso como me decían que es. Maldita sea, por una vez me gustaría no haber actuado como un sabelotodo. Pero no importa. —Dirigió a Heechul una sonrisa verdaderamente magnífica—. Olvídate de mi primo. Debes escapar conmigo. Te haré feliz hasta el delirio.
—Kyuhyun..., crié a un idiota —lo reprendió su madre.
Kyuhyun ya no prestaba la menor atención a su madre. Dio un salto adelante y se inclinó para besar la mano de Heechul. Se negó a soltarla, la mantuvo pegada a su boca sin apartar la vista de sus ojos. Heechul temió que empezaría a chuparle los dedos en cualquier momento.
Se unió a ellos otro hombre, un hombre de tal estatura, dignidad y porte noble que, aun con su arrugada levita informal, no ofrecía duda de que era el duque de Shiyuan. También era, indiscutiblemente, una versión más vieja de Siwon.
Miró a la mujer ceñuda y dijo:
—Ara, vete a casa. Has excedido tu tiempo de bienvenida.
—¡Acabo de llegar!
—Eso mismo —dijo el duque.
No obstante, se adentró en el salón para abrazarla y ella resopló antes de devolverle el abrazo. ¿Le tomaba el pelo? ¿Un duque tomaba el pelo a su hermana?
A continuación se volvió hacia Heechul.
—No creo que deba preguntar quién eres. Los rumores de tu belleza no te hacen justicia. Ven conmigo. Buscaremos un lugar donde conocernos sin que mis sobrinos te babeen encima.
—Ah, vamos, yo no babeo —protestó Kyuhyun con vehemencia.
Pero el duque de Shiyuan ya había salido de la estancia y Heechul estaba convencido de que no dudó ni por un momento de que lo seguiría. Antes tenía que liberar su mano de Kyuhyun, quien no quería soltarla. Cuando por fin lo consiguió, salió corriendo del salón.
—No tardes, amor mío. Te esperaré aquí mismo —dijo Kyuhyun tras él. Luego aulló. Su madre debió de golpearle con algo.
Heechul tuvo tiempo de ver la espalda de Choi Kangta desaparecer en una habitación al otro extremo del vestíbulo. Corrió tras él, se tomó unos segundos para recuperar la compostura antes de entrar. No estaba seguro de si era un despacho o una biblioteca.
—Un... despacho muy bonito —dijo mientras se sentaba en uno de esos asientos cómodos, junto al duque. Alguien había dejado una bandeja de té en la mesilla entre ambos.
—Mi estudio es utilitario y se encuentra unas puertas más abajo —la corrigió él—. Éste es el lugar donde vengo para relajarme cuando no trato asuntos de la propiedad. ¿Te importaría servir el té? Lo acaban de traer.
—Por supuesto.
El tono de voz del duque no delataba su estado de ánimo. Heechul no sabía si estaba contento de verlo o disgustado por su presencia en la casa. Estaba tan nervioso que le sorprendió que las tazas no temblaran en los platillos de porcelana. Podía sentir la mirada del duque en su cara.
Finalmente él dijo:
—Realmente eres demasiado hermoso para describirlo con palabras. Sinceramente, pensaba que la gente exagera, como suele hacer, pero en este caso no.
—Ojalá no fuera así, Su Excelencia —dijo Heechul.
—Vamos, sobran las formalidades entre familia. Supongo que me puedes llamar padre, si lo deseas. Si esto te incomoda, Kangta servirá. ¿Es verdad que preferirías no ser tan bello?
Sus miradas se cruzaron cuando Heechul le ofreció la taza.
—Es una bendición y una desgracia, sobre todo una desgracia.
—¿Por qué? —inquirió el duque.
Heechul hizo una pausa. Nadie le había hecho esta pregunta antes y no veía razón para no contestar con toda sinceridad. Al fin y al cabo, ese hombre era su suegro.
—Básicamente, porque impulsó a mi padre a tratarme como si fuera un juguete de lujo para exhibir, actitud que nos enemistó por completo. —Heechul hizo una pausa—. Aunque también por la reacción de la gente cuando me conoce. Su sobrino, por ejemplo.
El duque rió.
—Kyuhyun no es un buen ejemplo, querido. El muchacho se comporta de la misma manera con todos los jóvenes que encuentra. Aunque comprendo que este tipo de reacciones sean un problema para ti.
—No son sólo los hombres. También me rodean las parejas, no porque les parezca simpático sino sólo para relacionarse conmigo. Esta cara me ha hecho muy popular. También me ha hecho desconfiar de la gente durante casi toda mi vida. Raras veces son sinceros cuando están conmigo. En fin, ésta es la desgracia.
El duque lo miró extrañamente por un momento y dijo:
—Se diría que cualquier joven tan increíblemente hermoso como tú habría vivido una vida de cuento. Es raro que te haya ocurrido todo lo contrario.
Heechul se encogió de hombros.
—Ya no me siento tan amargado por ello, y eso gracias a su hijo. Él me ayudó a ver las cosas desde otro punto de vista. Volver a ser capaz de confiar ha significado un cambio asombroso en mi vida, porque no me quedaba confianza.
—Sí, él mencionó... que trabajó contigo. —La pausa indicó que Siwon había explicado a su padre demasiado acerca de su relación. Incluso pudo mencionar que intimaron. Padre e hijo podían tener la confianza necesaria para hablar de estas cosas. Heechul sintió que se ruborizaba cuando el duque añadió—: A propósito, ¿dónde está el novio? Suponía que él te acompañaría en esta primera visita.
Ella vaciló sólo un instante antes de responder:
—Él no sabe que he venido. Siwon y yo no nos hablamos..., ni vivimos juntos.
Sus palabras provocaron al instante una expresión de desaprobación.
—¿Te niegas a vivir con él?
—Todo lo contrario. Después de casarnos él me devolvió a la casa de mis padres.
Kangta se levantó como por resorte, el rostro enrojecido.
—¡Que me aspen!
No le sorprendió mucho que se ofendiera por él aunque, tal vez, sólo le disgustaba la idea de que su hijo hiciera algo tan estrafalario. Curiosamente, Heechul quiso defender a Siwon.
—No quería casarse conmigo. Está muy enfadado, porque se vio obligado a hacerlo.
El duque necesitó un momento para asimilar la información y luego volvió a sentarse con un suspiro.
—Me temo que la culpa es mía. Prácticamente le ordené que hiciera lo correcto contigo. Los rumores, ya sabes. No podía permitir que se descontrolaran. Serían muy perjudiciales para tu reputación, si no estuvieras prometido con el chico. Aunque, desde luego, no esperaba que os casarais tan pronto.
—Él tampoco —explicó Heechul—. De hecho, no esperaba que sucediera en absoluto. Tenía la intención de disipar los rumores y evitar el matrimonio por completo. Pero yo me enfadé mucho, perdí los estribos y prácticamente lo obligué a actuar con precipitación, de modo que no, la culpa no fue de usted en absoluto.
—Juraría que Siwon me dijo que habías dominado tu temperamento.
Heechul apretó los labios.
—¿De veras? Pues sí—admitió—, es cierto en casi todos los casos. Hasta puedo terminar una conversación con mi padre sin recurrir a los gritos. La única excepción es Siwon. Cuando se trata de él no puedo controlar mi temperamento en absoluto.
—Ya entiendo —dijo el duque con aire pensativo.
Ojalá él también lo entendiera.
—En cualquier caso, prefiero no vivir solo en la casa que compró para mí. Estoy convencido de que es una casa preciosa y que, a la larga, no me importaría vivir allí. De momento, sin embargo, mientras mi estado de ánimo siga alterado, preferiría vivir en compañía de otras personas.
—Eres más que bienvenido, si quieres vivir aquí —dijo el duque con toda sinceridad, según parecía.
—Se lo agradezco pero no he venido por eso. Mi doncella Hanni, cree que estoy embarazado. Yo no...
—¿De verdad? —interrumpió él con una sonrisa radiante— ¡Es una noticia estupenda! De modo que mi hijo no te abandonó inmediatamente después de la boda.
—Ah, sí. Aunque el tiempo que pasamos juntos en Trimage fue... productivo, en más de un sentido. —Le alegró ver en la expresión del duque una mezcla de comprensión y desaprobación, que no necesitaba dar más detalles—. Como decía, yo no estoy de acuerdo con Hanni. Es demasiado pronto para estar seguro. Por si acierta, sin embargo, me pareció que es un buen momento para conocer a la familia de Siwon. Francamente, quería asegurarme de que no son todos ustedes tan exasperantes como él.
El duque de Shiyuan no se sintió ofendido con el comentario. De hecho, se echó a reír.





1 comentario:

  1. Me encanta este cap Heechul es más listo que Siwon ahora tiene de su lado a su suegro y un bobo enamorado gracias por el cap bye.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...