Una Pasión En El Olvido- Capítulo 1



Cho Kyuhyun había escuchado muchas mentiras a lo largo de su vida, en particular sobre su hermoso y cruel ex amante, pero aquélla se llevaba la palma.
—No puede ser verdad —dijo escandalizado mientras observaba al médico—. Está mintiendo.
—Señor Cho, le aseguro que es cierto —replicó con voz grave el doctor Kim—. El tiene amnesia. No se acuerda de usted, ni de mí ni siquiera del accidente que tuvo ayer. Sin embargo, no tiene ninguna lesión física.
—¡Por qué está mintiendo!
—Llevaba puesto el cinturón de seguridad cuando se golpeó la cabeza con el airbag —prosiguió el doctor Kim—. No hay conmoción cerebral.
Kyuhyun observaba al doctor con el ceño fruncido. El médico tenía una gran reputación en su profesión, en la que se le consideraba un hombre muy cualificado y con una integridad sin tacha. Era rico, dado que llevaba toda la vida atendiendo a pacientes aristocráticos y de grandes fortunas, lo que significaba que no podía comprársele. Hombre de familia, llevaba casado cincuenta años con su esposa, tenía tres hijos y ocho nietos, lo que significaba que no podía ser víctima de la seducción. Por lo tanto, debía de estar plenamente convencido de que Lee Sungmin tenía amnesia.

Kyuhyun frunció los labios. Dada su astucia, habría esperado más de Sungmin. Once semanas atrás, después de apuñalarlo por la espalda, Lee Sungmin había desaparecido de Seúl como por arte de magia. Sus hombres habían estado buscando por todo el mundo sin éxito alguno hasta hacía dos días, cuando, de repente, Sungmin había reaparecido en Londres para el entierro de su padrastro.
Kyuhyun había abandonado las negociaciones de un contrato millonario en Sidney para ordenarles a sus hombres que no le perdieran el rastro hasta que él llegara a Londres en su avión privado. Kangin y Siwon le habían ido pisándole los talones el día anterior por la tarde, cuando había abandonado una clínica privada. Habían visto cómo se cubría el sedoso cabello oscuro bajo una gorra, cómo se ponía unas enormes gafas de sol y unos guantes negros para conducir y se marchaba en un Aston Martin descapotable de color plateado… para terminar chocándose contra un buzón de correos que había en la acera.
—Fue tan raro, jefe —le había explicado Kangin cuando Kyuhyun llegó aquella misma mañana procedente de Sidney—. En el entierro parecía bien, pero al marcharse de la consulta del médico comenzó a conducir como si fuera bebido. Ni siquiera nos reconoció cuando lo ayudamos a entrar de nuevo en la clínica después del accidente.
El doctor Kim parecía igualmente desconcertado.
—Lo he tenido en observación, pero no he podido descubrir ningún daño físico en él.
—Porque no tiene amnesia, doctor —le dijo Kyuhyun, apretando los dientes—. ¡Le está tomando el pelo!
El doctor se puso tenso.
—No creo que el joven Lee esté mintiendo, señor Cho. Lo conozco desde que tenía catorce años, cuando vino aquí por primera vez de los Estados Unidos con su madre. Todas las pruebas han dado negativas. El único síntoma parece ser la amnesia. Esto me lleva a pensar que el accidente ha sido simplemente un catalizador y que el trauma ha sido simplemente emocional.
—¿Quiere decir que se lo causó él mismo?
—Yo no diría eso exactamente, pero este tema queda fuera de mi campo. Por eso, le he recomendado a un colega, el doctor Zhou.
—Un psiquiatra.
—Sí.
—En ese caso, si no le ocurre nada físicamente, se puede marchar del hospital.
El médico dudó.
—Físicamente se encuentra bien, pero como no tiene memoria, tal vez sería mejor que un familiar…
—No tiene familia —le interrumpió Kyuhyun—. Su padrastro era su único pariente y murió hace tres días.
—Sí, me enteré del fallecimiento del señor Lee y sentí mucho su muerte, pero esperaba que Sungmin pudiera tener tíos o incluso algún primo en Boston…
—No es así —dijo Kyuhyun, aunque en realidad no tenía ni idea. Sólo sabía que nada le iba a impedir llevarse a Sungmin con él—. Yo soy su…
¿Qué? ¿Un antiguo amante decidido a vengarse de él?
—…novio —terminó—. Me ocuparé de él.
—Eso fue lo que me dijeron sus hombres ayer cuando me explicaron que venía usted de camino —comentó el doctor Kim mirándolo como si no le gustara del todo lo que veía—, pero, por cómo habla usted, no parece que crea siquiera que él necesita cuidados especiales.
—Si usted dice que tiene amnesia, no me queda más remedio que creerlo.
—Lo ha llamado mentiroso.
Kyuhyun sonrió.
—Las verdades a medias son parte de su encanto.
—Entonces, ¿tienen ustedes una relación estrecha? ¿Piensa casarse con él?
Kyuhyun sabía cuál era la respuesta que el médico estaba buscando, la única que podía dejar a Sungmin en su poder. Por lo tanto, dijo la verdad.
—Él lo es todo para mí. Todo.
El doctor Kim examinó cuidadosamente la expresión del rostro de Kyuhyun y asintió.
—Muy bien, señor Cho. Le daré el alta y lo dejaré a su cuidado. Cuídelo bien. Llévelo a casa.
¿A Ilsan? Kyuhyun moriría antes de que Sungmin pudiera contaminar su hogar de aquella manera, pero a Seul… Sí. Podría encerrarlo allí y le haría lamentar profundamente el hecho de haberlo traicionado.
—¿Podré llevármelo hoy mismo, doctor?
—Sí. Haga que se sienta amado —le advirtió—. Que se sienta seguro y querido.
—Seguro y querido —repitió él, casi sin poder evitar que se le reflejara un gesto de burla en el rostro.
El doctor Kim frunció el ceño.
—Estoy seguro de que podrá comprender, señor Cho, lo que las últimas veinticuatro horas han significado para Sungmin. No tiene nada a lo que aferrarse. Carece de recuerdos de familiares o amigos para apoyarse. No tiene sentimiento alguno de pertenencia ni recuerdos de su hogar. Ni siquiera sabía su nombre hasta que yo se lo dije.
—No se preocupe. Cuidaré bien de él.
Entonces, cuando Kyuhyun había comenzado a darse la vuelta, el doctor le hizo detenerse.
—Hay algo más que debería saber.
—¿El qué?
—En circunstancias normales, jamás revelaría esta clase de información, pero éste es un caso único. Creo que la necesidad de que el paciente reciba cuidados adecuados excede su derecho a la intimidad.
—¿De qué se trata? —preguntó Kyuhyun con impaciencia.
—Sungmin está embarazado.
Al escuchar esa palabra, Kyuhyun se puso tenso. Sintió que el corazón se le paraba literalmente en el pecho.
—¿Embarazado? ¿De cuánto? —preguntó a duras penas.
—Cuando realicé la ecografía ayer, estimé la fecha de concepción a mediados de junio.
Junio. Kyuhyun se había pasado casi todo ese mes al lado de Sungmin. Había estado pendiente de su trabajo lo mínimo posible dado que solo quería estar en la cama con él. Había pensado que podía confiar en él. El deseo se había apoderado por completo de su mente y de su pensamiento.
—Me siento culpable —continuó el médico con voz entristecida—. Si hubiera sabido lo disgustado que se iba a poner con la noticia de su embarazo, jamás lo habría dejado marcharse en coche del hospital, pero no se preocupe —añadió rápidamente—, el bebé se encuentra bien.
Su bebé.
Kyuhyun miró al doctor casi sin poder respirar. El médico, de repente, soltó una sonora y alegre carcajada y le dio una palmada en la espalda.
—Enhorabuena, señor Cho. Va usted a ser padre.

A su alrededor, Sungmin comenzó a oír un suave murmullo de voces.
Sintió que alguien, tal vez la enfermera, le pasaba un trapo fresco por la frente. Olía el suave aroma de la lluvia y del algodón de las sábanas que lo cubrían, pero mantuvo los ojos cerrados.
No quería despertarse. No quería abandonar la oscura paz del sueño, la calidez que le proporcionaban sueños que apenas recordaba y que aún lo acunaban entre sus brazos. No quería regresar al vacío de una existencia de la que no tenía recuerdo alguno. No había identidad. Nada a lo que aferrarse. Aquel vacío era mucho peor que cualquier dolor.
Tres horas atrás, el médico le había dicho que estaba embarazado.
No podía recordar el hecho de haber concebido aquel hijo. Ni siquiera recordaba el rostro del padre de su hijo, aunque lo conocería aquel mismo día. Él llegaría en cualquier instante.
Se cubrió la cabeza con la almohada y apretó los ojos con fuerza. Se sentía atenazado por los nervios y el temor de encontrarse con él por primera vez, con el padre de su hijo.
¿Qué clase de hombre sería?
Oyó que la puerta se cerraba y se abría. Contuvo el aliento.
Entonces, alguien se sentó sobre la cama a su lado, haciendo que se inclinara hacia él sobre el colchón. Unos fuertes brazos lo rodearon de repente. Sintió la calidez del cuerpo de un hombre y aspiró el masculino aroma de su colonia.
—Sungmin, estoy aquí —susurró una voz profunda y baja, con un exótico acento que no era capaz de identificar—. He venido a buscarte…
Una profunda excitación lo recorrió de la cabeza a los pies. Respiró profundamente y apartó la almohada. Él estaba tan cerca, que lo primero que vio fueron sus pómulos marcados. La oscura barba que había empezado a nacerle en la fuerte mandíbula. Cuando él se apartó de su lado, vio su rostro entero.
Era, sencillamente, arrebatador.
¿Cómo era posible que un hombre fuera a la vez tan masculino y tan hermoso? Su cabello negro le rozaba suavemente la piel. Tenía el rostro de un ángel. De un guerrero. La recta nariz se le había roto, al menos, en una ocasión, a juzgar por la pequeña imperfección de su perfil.
Tenía una boca de labios sensuales, con un gesto que revelaba una cierta arrogancia y, tal vez… crueldad.
Los ojos que lo contemplaban eran tan oscuros como la noche. Bajo aquellas oscuras profundidades, le pareció ver durante un instante el fuego del odio, como si deseara que él estuviera muerto.
Entonces, Sungmin parpadeó y, de repente, vio que él le sonreía con un tierno gesto de preocupación. Debía de haberse imaginado ese sentimiento tan desagradable. No era de extrañar, teniendo en cuenta lo desconcertado que se encontraba desde el accidente, un accidente que ni siquiera era capaz de recordar.
—Sungmin —susurró él mientras le acariciaba suavemente la mejilla—, pensé que no te iba a encontrar nunca.
El roce de sus dedos le prendía fuego a la piel. Se sentía ardiendo desde el rostro hasta el pecho. Los pezones se le irguieron al tiempo que el vientre se le tensaba de un modo extraño. Respiró profundamente y examinó su rostro. Casi no podía creer lo que veían sus ojos.
¿Aquel… aquel hombre era su amante? No se parecía nada a lo que hubiera esperado.
Cuando el doctor Kim le dijo que su novio estaba de camino de AustraWook, se había imaginado un hombre de aspecto amable, cariñoso y con sentido del humor. Un hombre sencillo, con el que pudiera compartir sus problemas mientras fregaban los platos juntos al final de un largo día. Se había imaginado una pareja. Un igual.
Nunca se habría imaginado un dios asiático como el que tenía ante sus ojos, de hermosura cruel, masculino y tan poderoso que, sin duda, podría partirle el corazón en dos con tan sólo una mirada.
—¿Es que no te alegras de verme?—le preguntó él en voz baja.
Sungmin le miró el rostro y contuvo el aliento. No tenía ningún recuerdo de aquel hombre, ni de la dureza de sus rasgos ni de aquellos labios tan sensuales. No tenía recuerdo alguno de las intimidades propias de los amantes. ¡Nada!
Él le ayudó a levantarse. Sungmin se lamió los labios nerviosamente.
—Tú eres… Tú debes de ser… Cho Kyuhyun… —susurró, esperando que él lo negara. Esperando que su novio de verdad, el del aspecto tierno y amable, entrara en aquel momento por la puerta.
—Veo que me reconoces…
—No. Dos de tus empleados… y el médico… me dijeron tu nombre. Me dijeron que venías de camino.
Él le miró, escrutándole el rostro.
—El doctor Kim me dijo que tenías amnesia. No me lo creí, pero es cierto, ¿verdad? No te acuerdas de mí.
—Lo siento —dijo, frotándose la frente—. No hago más que intentarlo, pero lo primero que recuerdo es a tu empleado, Kangin, sacándome de mi coche. ¡Menos mal que iba en su coche detrás de mí!
—Sí, fue una suerte —dijo él—. Te van a dar el alta hoy mismo.
—¿Hoy? 
—Ahora mismo.
—Pero… ¡pero si sigo sin recordar nada! Esperaba que cuando te viera…
—¿Esperabas que el hecho de verme te devolviera la memoria?
Sungmin asintió. No había razón para sentirse desilusionado o hacer que él se sintiera peor aún de lo que ya debía sentirse. Sin embargo, no pudo evitar el nudo que se le hizo en la garganta. Efectivamente, había contado con el hecho de que, cuando viera el rostro del hombre al que amaba, el hombre que lo amaba a él, su amnesia terminaría.
A menos que no se amaran. A menos que se hubiera quedado embarazado de un hombre que era poco más que una aventura de una noche.
—Estoy seguro de que debes de sentirte tan herido… —dijo, tratando de apartar el repentino temor que se apoderó de él—. Me imagino cómo te debes de sentir al amar a alguien que ni siquiera se acuerda de ti.
«¿Me amas?», pensó desesperadamente, tratando de leer su rostro.
«¿Te amo yo a ti?».
—Shh, no importa —susurró él. Bajó la cabeza y lo besó tiernamente en la frente. La calidez de su cercanía resultaba tan agradable como el sol de verano en un día de otoño—. No te preocupes, Sungmin. Con el tiempo, lo recordarás todo…
Al mirarlo de nuevo al rostro, Sungmin se dio cuenta de que la primera impresión que había tenido de él había sido completamente errónea. No era un hombre cruel. Era amable. ¿Cómo si no se podía explicar el hecho de que se mostrara tan paciente y tan cariñoso con él a pesar del dolor que debía de estar experimentando?
Respiró profundamente. Sería tan valiente como él lo era. Apartó las sábanas.
—Me vestiré para que podamos marcharnos.
—Espera un momento. Hay algo de lo que debemos hablar.
Sungmin supo inmediatamente a qué se refería. Se sentía tan vulnerable tan sólo con el camisón del hospital que volvió a cubrirse con las sábanas.
—Te lo ha dicho, ¿verdad?
—Sí.
—¿Estás contento con la noticia? —preguntó, con voz temblorosa.
Sungmin contuvo el aliento al ver cómo él le miraba. Cuando por fin habló, tenía la voz cargada con una emoción que ella no supo reconocer.
—Me sorprendió.
—Entonces, ¿el bebé no fue algo que planeáramos?
Él se retorció las manos y le miró.
—Nunca antes te había visto así —musitó, acariciándole el rostro con una ardiente mirada—. Sin maquillaje, sin arreglar…
—Estoy seguro de que tengo un aspecto terrible…
Sin embargo, él le estrechó entre sus brazos y le miró, haciéndolo temblar de nuevo.
—¿Estás contento por lo del bebé?
—Voy a cuidarte muy bien.
¿Por qué no respondía?
—No tienes por qué preocuparte. No soy un inválido. Espero que la amnesia desaparezca dentro de un par de días. El doctor Kim me ha hablado de un especialista…
—No necesitas otro médico —afirmó él—. Sólo tienes que venir a casa conmigo.
Lo estrechó con fuerza contra su pecho. Sungmin se sintió tan seguro, tan amado, que, por primera vez desde el accidente, creyó que había encontrado su lugar en el mundo. Al lado de él.
Kyuhyun le besó suavemente el cabello. Él sintió la caricia de su aliento y se echó a temblar.
¿Lo amaba?
Le acarició suavemente la mandíbula. Notó la barba que había visto anteriormente. Su ropa estaba impecablemente planchada, lo que sugería que se había cambiado de ropa sin molestarse en afeitarse.
Había acudido corriendo desde Australia. Se había pasado toda la noche en un avión.
¿Significaba eso amor?
—¿Por qué no viniste para asistir al funeral de mi padrastro?
—Estaba ocupado en Sidney adquiriendo una nueva empresa. Créeme. Nunca habría querido estar lejos de ti tanto tiempo.
Sungmin sentía que había algo que él no le había dicho. ¿O acaso era consecuencia de su propia confusión? No podía estar seguro.
—Pero, ¿por qué…?
—Eres tan hermoso, Sungmin. Temí que jamás volvería a verte…
—¿Te refieres a lo del accidente? ¿Estabas preocupado por mí? ¿Por qué nos amamos?
Él apretó la mandíbula.
—Eras virgen cuando te seduje, Sungmin. Nunca antes habías estado con un hombre antes de que yo te llevara a mi cama hace tres meses.
Sungmin se sintió aliviado. Descubrir que estaba embarazado había sido un shock. Se había preguntado por qué no estaba casado. Pero si Kyuhyun había sido su único amante, si era virgen a la edad de veinticinco años, eso decía algo sobre su personalidad.
A pesar de todo, seguía sin estar seguro de si había amor entre ellos.
Sentía que había algo que él no le decía. Algo oculto bajo sus palabras.
Sin embargo, antes de que pudiera comprender lo que su intuición le estaba diciendo. Kyuhyun le agarró las manos y tiró de él.
—Prepárate para marcharte —dijo él. Volvió a besarlo en la sien y le acarició los brazos desnudos—. Quiero llevarte a casa.
Al sentir aquella caricia, la respiración se le aceleró. Una oleada de sensaciones le recorrió todo el cuerpo, despertando de nuevo su sensualidad. Trató de recordar qué era lo que le preocupaba, pero le resultó imposible.
—Está bien —susurró.
Con un gesto muy galante, él lo ayudó a levantarse de la cama.
Entonces, Sungmin pudo comprobar que era mucho más alto que él, mucho más poderoso. Además al mirarlo, a Sungmin se le olvidó todo a excepción de su propio anhelo, el deseo y la fascinación que sentía por el misterioso ángel que estaba a su lado.
—Siento haber tardado tanto en llegar a tu lado, Sungmin, pero ya estoy aquí —dijo. Le besó la cabeza suavemente, estrechándolo de nuevo con fuerza entre sus brazos—. Te aseguro que nunca te voy a dejar escapar.


8 comentarios:

  1. Esas ultimas palabras Mr suenan tan literales :3 aaa lo ame esperare la conti :33 gracias por subirloo :33

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  2. Cho te odioooooo porque vas a hacer sufrir a mi conejito pucheroso y amnesico. Pero te vas arrepentir y será muy muy tarde.

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  3. cielosssss que habra hecho supuestamente Min? , porque el Cho no le cree, ahora un bebe ahhh esta emocionante Yota, gracias por escribirla o adaptarla.

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  4. Así que... Sungmin huyo de de Kyuhyun,y este lo ha andado buscando y persiguiendo desde ese día,y ahora que lo encuentra,Min tiene un accidente,y para colmo o buena suerte,los dos se enteran que Min esta embarazado. Cosa que seria perfecta,si no fuera porque Min huye de kyu y con este accidente,pierde la memoria,cosa que kyu no le cree,se lo lleva a su casa para "cuidarlo",cuando en realidad lo que quiere es hacerle caer el teatrito de la memoria.
    sera cierto que Min perdio sus recuerdos?
    jajajajaja al igual que Kyu sospecho de Min jajajaja,con eso de que conoce al doctor....sospechoso...muy sospechoso *0*

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  5. A ver... Me encanta!!!!!
    Este, la verdad me tiene algo cohibida el hecho de que Kyu se quiera ¿vengar?
    ¿que hizo Min? y ¿por que huyo Min?
    Hay muchos cabos sueltos y cosas que obviamente al estar empezando el fic pues te dejan dudas.
    No se muy bien que es lo que pretende Kyu, si vengarse o simplemente manipular las circunstancias para que Min se quede a su lado y crea en su supuesto cuento de hadas.
    De todos modos gracias por el mp =)

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  6. uuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhh!!me ha dejado con las ganas de mas! necesito saber el pasado de ambos y porque Min desaparecio?!
    Kyu esta muy resentido con Sungmin y no sera un amor con Min..
    Muchas gracias por el mp!!
    saludos

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  7. aca estoy Yota despus de molestarte tanto
    ame este Kyumin ay x dios esto va a estar muy
    emocionante xq kyu se siente traicinado x min
    y este perdio la memoria y esta emabrazado wow
    mil gracias x este kyumin que voy a seguir de seguro
    y espero x el proximo capitulo con muchas ansias ♥
    hasta pronto y exitos ☺

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  8. Estoy intrigada, me pregunto que fue exactamente lo que hizo SungMin para que KyuHyun desconfié así de él y hasta planee vengarse y porque SungMin hizo eso. Y ahora con SungMin sin memoria y embarazado es que las cosas se van a complicar.

    Gracias por el Mp, nos leemos en el próximo capítulo

    Cuídate

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...